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EMIRF
MEDIDA DE EMISIONES DE
RADIOFRECUENCIA DEBIDAS A LOS
SISTEMAS DE
RADIOCOMUNICACIÓN
Juan A. Martínez Rojas y Jesús Alpuente Hermosilla
Juan A. Martínez Rojas y Jesús Alpuente Hermosilla
EMIRF
MEDIDA DE EMISIONES DE RADIOFRECUENCIA DEBIDAS
A LOS SISTEMAS DE RADIOCOMUNICACIÓN
Introducción
En los últimos años, el desarrollo de la Sociedad de la Información ha dado lugar a
una mayor diversidad en la oferta de los servicios de telecomunicación para empresas
y particulares que, en buena medida, está soportada por las redes móviles que han de
aumentar el número de sus instalaciones radioeléctricas para garantizar los niveles de
calidad y cobertura requeridos, y han de hacerlo a la velocidad del desarrollo e
implantación de estos nuevos servicios (entre los que destacan los sustentados por la
telefonía móvil) presentes en los entornos actuales de trabajo, negocio, cultura u ocio,
que demandan servicios de capacidad y velocidad de transmisión continuamente
crecientes.
En este contexto, a medida que se ha ido extendiendo el uso de los servicios
soportados por la telefonía móvil se ha ido incrementando la preocupación de los
ciudadanos con respecto a los eventuales efectos biológicos nocivos derivados de la
exposición a campos electromagnéticos que, si bien tienen un doble origen en los
propios teléfonos y en las estaciones base de las redes móviles, se han identificado
más con los debidos a estas últimas, por entenderse que el uso del teléfono móvil es
un acto voluntario con un beneficio intrínseco a su utilización, en tanto que la
presencia de una antena próxima es algo que no se ha elegido y su beneficio no se
percibe tan fácilmente, sobre todo si no se entiende bien por qué esa antena tiene que
estar ahí y no en otro lugar.
A las frecuencias de telefonía móvil (microondas), la energía de un fotón está muy por
debajo de la necesaria para romper uniones atómicas. Este tipo de radiaciones están
comprendidas entre las llamadas no ionizantes. En otro orden, cuando los campos
electromagnéticos a estas frecuencias inciden sobre organismos vivos, pueden ceder
energía suficiente como para producir “efectos térmicos”. Los factores que regulan
este fenómeno de calentamiento de los tejidos son la frecuencia de la emisión y el
tamaño, la orientación y las propiedades eléctricas del cuerpo que está siendo
radiado.
La absorción de la energía de un campo electromagnético por parte de una
determinada cantidad de masa de un tejido dado se mide en términos de Tasa de
Absorción Específica, SAR (del inglés, Specific energy Absortion Rate). La unidad de
medida de SAR es el vatio por kilogramo de tejido expuesto (W/kg). Las normativas
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internacionales de protección radiológica consideran que, en el rango de frecuencias
comprendido entre 100 kHz y 10 GHz, en el cual se incluyen las frecuencias de los
servicios de telefonía móvil, sólo las exposiciones que dan lugar a valores de SAR
superiores a 4 W/kg, promediados en todo el cuerpo, son potencialmente capaces de
provocar efectos adversos en humanos. Estos efectos incluyen:
Reducción en la habilidad para desarrollar algunas tareas intelectuales o físicas
(incrementos térmicos cortos de 1 ºC).
Pérdida de fertilidad en varones, daño fetal o inducción de cataratas (incrementos
prolongados de 2-3 ºC).
Ante la preocupación ciudadana, la Organización Mundial de la Salud (OMS),
considerando que el grado de implantación de los servicios de telefonía móvil es tal
que un pequeño aumento de la incidencia de efectos adversos sobre la salud podría
tener grandes repercusiones sociales, ha fomentado la investigación en este campo.
Las conclusiones a que llega la OMS establecen que ninguna evaluación reciente ha
concluido que la exposición a los campos de radiofrecuencia de los teléfonos móviles
o de sus estaciones base tenga consecuencias adversas para la salud. No obstante, en
el proyecto de la OMS para el estudio de los efectos de los campos electromagnéticos
se han identificado algunos aspectos que es necesario seguir investigando para poder
evaluar mejor los riesgos; en este sentido, se han gastado en todo el mundo más de
250 millones de dólares para estudiar los efectos de las radiofrecuencias sobre la
salud. Se tardarán unos años en completar y evaluar las investigaciones
complementarias sobre la radiofrecuencia y en publicar una actualización de la
evaluación que hace la OMS del riesgo para la salud.
Para responder a la inquietud social sobre los potenciales efectos debidos a la
exposición a los campos electromagnéticos, el Consejo de Ministros de Sanidad de la
Unión Europea aprobó la Recomendación 1999/19/CE, relativa a la exposición del
público en general a campos electromagnéticos de frecuencias comprendidas entre 0
Hz y 300 GHz. Esta recomendación es respaldada por el informe del Comité Director
Científico de la Comisión Europea.
En nuestro país, el Ministerio de Sanidad y Consumo, por medio de la Subdirección
General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral de la Dirección General de Salud
Pública y Consumo, creó un Comité de Expertos procedentes de diversos ámbitos
relacionados con la evaluación del riesgo de los campos electromagnéticos sobre la
salud humana. Este Comité considera que los límites establecidos en la
Recomendación del Consejo de Ministros de Sanidad de la Unión Europea son los
adecuados actualmente para hacer compatible el uso de las tecnologías con la
protección sanitaria de la población.
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En España, los límites citados se han recogido en el Reglamento aprobado por el Real
Decreto 1066/2001, de 28 de septiembre, que, asumiendo los criterios de protección
sanitaria frente a los campos electromagnéticos procedentes de emisiones
radioeléctricas establecidos por la Unión Europea en la Recomendación 1999/19/CE,
establece unos límites de exposición referidos a los sistemas de radiocomunicación.
Objetivos de la práctica
Con esta práctica se pretende que el alumno entre en contacto con las medidas de
radiofrecuencia en banda estrecha, identificando, a partir de ellas los niveles de
radiación en un determinado lugar, tanto específicos como globales. Además, con la
realización de esta práctica se pretenden conseguir los siguientes objetivos:
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Conocer el manejo de un analizador de espectros.
Determinar los niveles correspondientes a las distintas emisiones captadas.
Conocer la legislación vigente sobre campos electromagnéticos y salud.
Buscar información relacionada con la práctica.
Desarrollo de la práctica
Para realizar esta práctica, tendremos que conectar la antena receptora a un
analizador de espectros. A continuación, se seguirán los siguientes pasos:
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5.
Encender el Analizador de Espectros.
Pulsar MODE/Spectrum Analyzer.
Teclee SHIFT/CAL/Total Gain para realizar la calibración del equipo.
Teclee LEVEL/Input/50 Ω.
Seleccionar el rango de frecuencia entre 30 MHz y 300 MHz si se utiliza la
antena bicónica, o entre 200 MHz y 1 GHz si se utiliza la antena
logperiódica.
A continuación, proceda a realizar la medida teniendo en cuenta los pasos siguientes:
6. Búsqueda en el espectro radioeléctrico del máximo nivel de exposición en
orientación y polarización.
7. Observación en tiempo real de la variación de cada componente espectral
en función de la orientación de la antena. Debe ponerse especial cuidado en
la interacción del cuerpo con la medida, intentando minimizar este efecto.
8. Para maximizar la lectura de todas las componentes espectrales deben
utilizarse las funciones que para este fin disponga el receptor de medida.
9. Realización de la medida.
10. Introduzca un disquete en el analizador de espectros.
11. Teclee SHIFT/RECALL/Save para guardar los datos medidos.
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Cuando se quieran grabar más datos, tras la secuencia del punto 10, utilice Ø, con lo
que se generará un nuevo fichero FILEXXX. A continuación se pulsará la tecla Save.
Informe de medida
Quince días después de su realización, se presentará un informe de la práctica en el
que se hará constar lo siguiente:
1. Portada en la que se incluya el número y título de la práctica, los autores
del informe, el grupo (día y hora) de prácticas al que pertenecen y la fecha
en que realizaron la práctica.
2. Gráfica correspondiente a la medida realizada.
3. Elabore una tabla en la que para cada una de las portadoras que aparecen
en el espectro, se indique su frecuencia y el servicio al que corresponde.
(Para ello puede recurrir al Cuadro Nacional de Atribución de FrecuenciasCNAF y cuantos organismos considere oportunos).
4. Corrija las medidas para las distintas frecuencias portadoras en función del
factor de antena (considere válida para la antena utilizada los valores dados
en la figura 4 de la práctica ERRE y, si lo necesita, determine la atenuación
del cable a partir de la medida de su parámetro S12 con el analizador de
redes).
5. Teniendo en cuenta los niveles de referencia establecidos por el Real
Decreto 1066/2001, y considerando un nivel de seguridad de 40 dB por
debajo de dicho nivel, ¿las medidas realizadas cumplen con los criterios de
seguridad establecidos en el citado Real Decreto?.
6. A partir de los datos corregidos para las distintas portadoras, determine la
intensidad de campo global. Este nivel sería el resultante de realizar una
medida en banda ancha, si se considera que la medida se ha promediado
durante 6 minutos.
7. Compruebe si el valor global se encuentra 6 ó más dB por debajo del nivel
de referencia más restrictivo indicado en el Real Decreto 1066/2001,
dentro de las frecuencias medidas.
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