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LÁGRIMAS POR EL DZONG DE WANGDUE PHODRANG:
MADERA Y FUEGO EN BUTÁN
Patricia Ordóñez de Pablos
Profesora, Universidad de Oviedo
Directora, International Journal of Asian Business and Information Management
Email: [email protected]
Foto: En la entrada de un lhakhang del dzong de Wangdue Phodrang
Mientras escribo estas líneas, uno de los dzongs (monasterios‐fortaleza) más importantes de
Bután está desapareciendo entre fuertes llamas de fuego y viento. El domingo 24 de junio de
2012, entre las cuatro y las cinco de la tarde, hora local, se inició el fuego en el Dzong de
Wangdue Phodrang.
Fue fundado por el Zhabdrung Ngawang Namgyel en 1639, sobre una colina con vistas a la
convergencia de los ríos Punatsangchu y Dangchu, en Bután central. Siguiendo los consejos
de un anciano que vaticinó que lograría unificar el país construyendo un dzong sobre una
colina con aspecto de elefante dormido, el Zhabdrung ordenó a un emisario emprender
camino hacia Wangdue Phodrang para recoger información. Al acercase a este lugar, el
emisario vio cuatro cuervos negros sobrevolando la colina, que posteriormente se dispersaron
en las cuatro direcciones. Cuando el Zhabdrung conoció por boca del emisario la historia de los
cuervos, comprendió que se trataba de un buen augurio y decidió iniciar los preparativos para
su construcción. La historia ha sido testigo de cómo el Zhabdrung Ngawang Namgyel se
convirtió en el unificador de Bután. Sin duda, el anciano no se equivocaba en su vaticinio.
El año pasado tuve la fortuna de visitar por primera vez este majestuoso dzong y los lhakhangs
(templos) que cobijaba. Recordar la imponente silueta de las encaladas paredes exteriores del
dzong sobre la colina verde, sus amplios patios en diferentes niveles, el silencio y la
tranquilidad reinantes, las preciosas estatuas de Buddha Sakyamuni, Guru Rimpoche, el
Zhabdrung y diversas deidades locales dentro de los templos, así como las preciosas artesanías
en seda de alegres colores que colgaban de los techos, los libros envueltos en coloridas telas
de seda, dispuestos cuidadosamente en armarios de amplias cristaleras y las pinturas sobre las
paredes, y ser consciente que ahora son pasto de las llamas, imprime una sensación de
profunda tristeza y pesar en el alma. El fuego está consumiendo una parte de la herencia
histórica y cultural de este precioso país del Himalaya y los butaneses asisten impotentes ante
este trágico espectáculo, sabiendo que es imposible detener el avance de las llamas.
Desafortunadamente no es la primera vez que este dzong sufre importantes daños, pues
también sufrió los efectos del fuego en 1837 y un terremoto en 1897. Sin embargo, parece
que los efectos del fuego de hoy son los peores de su historia. Fuego y terremotos son las
causas principales del deterioro o destrucción de los dzongs de Bután a lo largo de su historia.
Bibliografía:
Khenpo P.T. (ed): Fortress of the Dragon. Paro: National Museum of Bhutan.
Kuensel www.kuenselonline.com
Ministry of Home Affairs (1991): Dzongs in Bhutan. Vol.1. Thimphu, report by the Royal
Government of Bhutan.
Ordóñez de Pablos, P. (2012): Bután: Turismo y Desarrollo Sostenible en la Tierra del
Dragón del Trueno. Casa Asia.
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