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24/11/2008
Lunes
CIENCIA
• Alimentos, tejidos, pinturas y cosméticos ya incorporan estos nuevos materiales
• Los expertos piden una reglamentación para evitar posibles efectos tóxicos
MICHELE CATANZARO
BARCELONA
Desde el pasado septiembre, el Pont de Ferro de Girona luce una
nueva tinta rojiza. No se trata de un cambio solo estético: la
pintura contiene partículas diminutas que retardan su
degradación. Esta es solo una de las muchísimas aplicaciones
cotidianas de la nanotecnología, la disciplina que estudia el
Productos con nanopartículas
diseño y el comportamiento de objetos centenares de veces
comercializados en Estados Unidos. Foto:
JOAN CASTRO
menores que el diámetro de un pelo. Sus aplicaciones abarcan
desde cremas solares más eficaces y aditivos para que los
cementos no se degraden hasta prendas de vestir
antibacterianas y fármacos sin efectos colaterales. Sin embargo,
su comercialización masiva no ha tenido en cuenta la posible
toxicidad de las nanopartículas. El Centre de Recerca de la
Governança del Risc (UAB y UOC) organizó la semana pasada en
Barcelona un encuentro al respecto.
"La nanotecnología ha vivido un boom en los últimos años
--explica Jordi Reverter, responsable de transferencia tecnológica
Aspecto del Pont de Ferro de Girona, recién
del Institut Català de Nanotecnologia (ICN)--. Desde hace
reformado y repintado con materiales de
nanotecnología. Foto: JOAN CASTRO
décadas se dispone de tecnologías para miniaturizar, pero ahora
se sigue el camino opuesto: se obtienen objetos pequeños
agregando un conjunto de átomos". Con esta técnica, se han producido fulerenos (minúsculas esferas de solo 60 átomos), nanotubos de átomos de carbono, puntos cuánticos fluorescentes y toda
clase de nanoestructuras.
MÚLTIPLES APLICACIONES
El potencial de este zoo nanoscópico es enorme. Leitat, una empresa de Barcelona, está estudiando cómo
incorporar nanotubos en fibras textiles para obtener ropa que se pueda calentar e iluminar a gusto, a la vez que
sea ignífuga y resistente. Aromics, también de Barcelona, está trabajando en un sistema que utiliza
nanopartículas para hallar trazas de legionela en muestras sacadas de torres de refrigeración.
Sus aplicaciones aun van mucho más allá. "Cosméticos, cremas hidratantes, champús, discos duros,
microprocesadores y celdas de combustible aprovechan esta tecnología". Carmen Plasencia, directora
científica de Aromics, cita ejemplos de su aplicación alimentaria. "El ketchup ya no se engancha a la botella
gracias a una nanoemulsión. Incluso se han insertado nanopolvos en confecciones de pescado, que reaccionan
haciendo cambiar el color de la etiqueta cuando el producto caduca".
Pero el mundo nanoscópico podría esconder algún riesgo. "Las partículas ultrafinas que produce el diésel son
perjudiciales para la salud", ejemplifica Nino Künzli, investigador ICREA experto en epidemiología ambiental. "Por
esto, sería prudente tomar precauciones antes de difundir nanopartículas en el ambiente", añade José Manuel
de Cózar, del Grupo de Investigación Social en Nanotecnologías de la Universidad de La Laguna (Tenerife).
"Esta exigencia choca con la prisa de las empresas de poner productos en el mercado antes que sus
competidores", prosigue De Cózar. Víctor Puntes, del ICN y experto en los riesgos relacionados, matiza que la
existencia de nanopartículas no es nada nuevo. "Las bacterias utilizan unas partículas magnéticas
nanoscópicas, los magnetosomas, para orientarse en el espacio. Y la combustión de una vela de parafina
produce fulerenos y nanotubos". Según Puntes, todo indica que el polvo nanoscópico no tiene toxicidad aguda
ya que en muchos casos el cuerpo lo metaboliza y expulsa: "Sin embargo, nanotubos y fulerenos son hidrófobos
insolubles en agua y pueden acumularse".
"Por esta razón, estamos desarrollando sistemas para anclar los nanotubos a los hilos, de manera que no se
puedan arrancar", explica Laurent Aubuy, responsable de la línea de investigación textil en Leitat. Adam Prats,
de Nanopinturas, la empresa que ha coloreado el puente de Girona, también especifica que sus nanopartículas
quedan cristalizadas en la pintura seca y nunca se pueden desprender. Pero no todo el mundo es tan
escrupuloso. "Henkel está proponiendo ropa interior con nanopartículas de plata, que son bactericidas", explica
Puntes. "Pero esta propiedad --añade-- puede ser dañina para el organismo".
DISTANCIAS CON LOS TRANSGÉNICOS
La empresa Activery Biotech, cuyos laboratorios se encuentran en el Parc Científic del Vallès, encapsula
pequeñas raciones de fármacos tradicionales dentro de nanopolímeros para que la dosis necesaria alcance
exactamente el punto afectado, como puede ser un tejido canceroso. "La empresa utiliza solo nanopolímeros
cuya falta de toxicidad es bien conocida", afirma Carles Ventosa, su director general. "Sin embargo --puntualiza
Carmen Plasencia--, muchas empresas farmacéuticas están tentadas de aprovechar nuevas nanocápsulas con
efectos todavía desconocidos". Jordi Reverter afirma que "el Séptimo Programa Marco europeo apuesta fuerte
por investigar el nanorriesgo". "No queremos --concluye-- que el fracaso de comunicación de los transgénicos y
de la energía nuclear se vuelva a repetir".