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MUSEO NACIONAL DE COSTA RICA
Departamento de Antropología e Historia
Bioarqueología No. 066-2006
Informe de Laboratorio
“Análisis de los restos humanos del sitio
Loma Corral-3 (G-776 LC-3), Bahía Culebra, Guanacaste”
elaborado por
Ricardo Vázquez Leiva
investigador
y
Paulo Barquero Arias
voluntario
Agosto 2006
San José, Costa Rica
2
MUSEO NACIONAL DE COSTA RICA
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
INFORME DE LABORATORIO
Loma Corral-3 (G-776 LC-3)
Bahía Culebra, Guanacaste
I. Introducción
Del 08 al 15 de agosto 2006 se llevó a cabo el análisis de la colección de restos
humanos recuperada en el sitio arqueológico Loma Corral-3 (G-773 LC-3), ubicado en
el cantón de Carrillo, provincia de Guanacaste. Los trabajos arqueológicos en los que
se recuperaron esos materiales fueron dirigidos por el Dr. Micahel J. Snarkis en la
etapa de evaluación, y por el Lic. Juan Vicente Guerrero Miranda del Museo Nacional
de Costa Rica (MNCR), con la contraparte del Dr. Snarskis, en la etapa de rescate. Las
acciones descritas en el presente informe tuvieron lugar en el Departamento de
Antropología e Historia, MNCR.
El procesamiento de las muestras antes del análisis involucró la remoción de matriz
de suelo adherida a los restos óseos, sin consolidación de los huesos que estaban en
condición de ser manipulados. La limpieza fue realizada por Priscilla Molina,
estudiante voluntaria de la carrera de Antropología de la Universidad de Costa Rica.
La colección es muy parcial, incluye restos cremados en su gran mayoría al esqueleto
poscraneal, además de coronas dentales de enterramientos que al parecer no
presentan termoalteración.
Paulo Barquero Arias, estudiante de Criminología, se encargó de gran parte de la
identificación osteológica y determinación del número mínimo de individuos, trabajo
realizado de manera voluntaria. Ricardo Vázquez Leiva, arqueólogo del MNCR,
dirigió el análisis, revisó el inventario y sentó el procedimiento metodológicos del
análisis. El señor Vázquez posee una maestría en antropología biológica y cuenta con
experiencia en bioarqueología.
II. Metodología
El procesamiento de la colección involucró los siguientes aspecto. Limpieza mecánica
de los restos, que llegaron del campo con adherencias de tierra arcillosa. La limpieza
fue realizada manualmente, desprendiendo pequeños terrones y sin uso de espátulas
o cepillos.
El análisis tomó en consideración criterios anatómicos (Anderson 1962; Shipmam,
Walker & Bachell 1985; Bass 1987; White 1991) y la apariencia del tejido óseo en
3
cuanto a cuarteaduras, deformaciones y coloración (Rodríguez Suárez 1987). Sin
embargo, el estado fragmentario de los restos óseos requirió primero de una
separación por partes anatómicas y luego de un trabajo de reconstrucción enfocado
en los huesos mejor representados en la muestra.
Para la estimación de la edad de muerte, el criterio más objetivo fue la erupción
dental, con fundamento en datos de indígenas norteamericanos, compilados y
sintetizados de manera gráfica por Ubelaker (1984: 47; ver también Rodríguez Cueva
2004: 115). Para el caso que nos ocupa, dicho parámetro es endeble, pues se aplica con
mayor propiedad a individuos inmaduros. En la colección bajo estudio, la gran
mayoría de los fallecimientos parecen haber ocurrido entre los 15 y 25 años. Por ello,
la erupción de terceros molares es, en escencia, el criterio más útil.
Como indicios de apoyo en cuando a edad se evaluó la atrisión dental, con base en las
tablas sinópticas provistas por Lovejoy (1985: 49-50; ver también Rodríguez Cueva
2004: 124). El desgaste de las superficies oclusales tiene un adecuado grado de
confianza, cuando los criterios de referencia se derivan de poblaciones cultural y
adaptativamente afines a la colección bajo análisis. Esto no se cumple en el presente
caso, pues la síntesis de Lovejoy (1985) corresponde a cazadores-recolectores de
Norteamérica. No obstante, dicho esquema ha mostrado ser útil en sentido figurativo,
cuando se combina con la erupción de los terceros molares.
En el presente trabajo la determinación del género sería en efecto especulativa,
porque, con excepción de un caso en la muestra cremada, no hay preservación de
partes de los coxales, útiles como marcadores de rasgos sexuales primarios.
III. Resultados
La apariencia de los restos óseos e inferencias de conservación nos llevan a pensar
que la colección de Loma Corral-3 incluye huesos cremados integrados mayormente
por partes poscraneales y varias muestras de restos dentales que no presentan
termoalteración. En este sentido, la cremación fue un procedimiento aplicado sobre
ciertos individuos, mientras que otros depósitos corresponden a enterramientos no
cremados. Dos inferencia básicas de conservación sirven para sustentar los criterios
anteriores: (1) la mineralización por la influencia de altas temperaturas propició la
preservación de diversas partes del esqueleto ; y (2) la mayor dureza del esmalte en
comparación a otros tejidos óseos, hizo que perduraran sólo restos dentales en
enterramientos no cremados.
Los resultados de la identificación osteológica se resumen en los siguientes cuadros.
Nº de Lab.
1
Entierro
concentración
huesos #1
Rasgo
43
2
concentración
huesos #2
43
3
Ent. 1
4
Ent. 1 y 2
5
Ent. 1
6
Ent. 1 y 2
Sitio Loma Corral-3 (G-776 LC-3)
Restos Óseos Cremados
Identificación anatómica (fragmentos)
mandíbula (1), vértebra (2), clavícula (2), costilla (23), húmero
(5), radio (3), ulna (3), capo/tarso (2), fémur (10), fíbula (9),
tibia (14) y huesos misceláneos (136)
Observaciones
fragmento de madera
cráneo (12), vértebra (8), costilla (8), falange (1), carpo/tarso restos craneales y piezas
(3), tibia (7), rótula (3), fíbula (2), fémur (29), mc1D-sup., mc1I- dentales de un individuo
sup. y huesos misceláneos (157)
inmaduro de 3 a 24 meses
costilla (3), fíbula (7), tibia (8), cráneo(3), húmero(22),
vértebra(4), coxal (9), ulna/radio(33), meta/falange (7), fémur
(12), escápula (2) y huesos misceláneos (192).
parte de la escotadura
ciática mayor de un
individuo femenino
entre
cráneo (4), mandíbula (4), costilla (12) vértebra (8), húmero
RC 41 y 43 (25), ulna (12), carpo/taso (4), falange (2), fíbula (5), tibia (5),
fémur (19), coxal (1) y huesos misceláneos (353).
cráneo (1), raíz de diente (1), vértebra (7), clavícula (1), costilla
(33), húmero (54), ulna (5), falange (1), taso/carpo (1), meta (2),
coxal (1), fémur (16), tibia (4), fíbula (14) y huesos misceláneos
(243)
fragmento distal de
húmero sin fusión de
epífisis
cráneo (26), clavícula (3), vértebra (5), costilla (12), húmero (35),
fragmento distal de
radio/ulna (45), carpo/taso (1), meta (19), fémur (34), patela
húmero con epicóndilo
(2), tibia (8), fíbula (2), coxal (6) y huesos misceláneos (352). medial fusionado y restos
cráneo de individuo
inmaduro
5
Sitio Loma Corral-3 (G-776 LC-3)
Restos Dentales No Cremados
Entierro Rasgo MHC Prof.
Piezas Superiores
10
8
110
14
12
88
15
23d
23
23/41b
25
23b
128-130
28
23
7
104
30
41
135-140
31
41
177
32
13
10
110
M3I
34
41
183-193
35
23
14
128
39
M3I
34
41
175
CD(?), M1D, CI(?)
42
44a
22a
111
46
45
M3D, M1I, M2I
47
120
CD, P3D, M1D, M3D, M1I
50
M1D
51
104
P4D, M1D, M2D, M3D, M2I, M3I
55
41
56
41
110
P3D, P4D, M1D, P4I
60
36
70
M1I
Piezas Inferiores
Sexo Edad Frag. n/i Observaciones
X
X
asoc. arts 67 y 68
X
X (15)
X (17)
X (13)
X (6)
X (20)
M2D, M3D
n/d 16-20
X (20)
X
n/d 18-22
asoc. a colgante
M1I(?), M2I
n/d 16-20
M2I
n/d 18-22
CD
n/d 3-9
M1D, M2D, M2I
n/d 20-24
asoc. fémur adulto
P4D, M1D, M3D, CI, M3I n/d 16-20
n/d 16-20
P4D, M1D, M1I, M2I
n/d 18-22
X (40)
M1I, M2I, M3I
n/d 16-20
P3I
16-20
IV. Discusión e interpretaciones
Se revisaron 22 muestras discretas de restos dentales, según las denominaciones de
campo. A 11 casos fue posible asignarles edad con base en la erupción del tercer
molar (Ubelaker 1984: 47) y la atrisión dental (Lovejoy 1985: 49-50). De ellos, 10 se
ubicaron entre 15 y 25 años al momento de la muerte, y uno entre 3 y 9 años. Las
muestras mejor preservadas incluyen coronas dentales maxilares y mandibulares
correspondientes a una sola persona en cada caso. Esto indica que se trata de
inhumaciones individuales, las cuales sumarían 22 en total. El hecho de que cada
muestra llegó del campo en bloque de tierra donde las piezas superiores e inferiores
venían juntas, sugiere que los enterramientos hayan sido articulados. En restos
inarticulado habría mayor posibilidad de que el maxilar y la mandíbula estuvieran
distanciados.
Se revisó un total de 1709 fragmentos y dos coronas dentales cuyas referencias de
campo y apariencia del tejido óseo los identifica como restos termoalterados. Las
coloraciones de gris azulado a blanco grisáceo que presentan se asocian con
temperaturas de exposición en el rango de los 600 a 700 °C (Rodríguez Suárez 1987).
Sólo algunos fragmentos evidencian un tono blanquecino atribuible a calcinación por
calor cercano a los 800 °C (ver Ubelacker 1984: 34).
La termoalteración incluye evidentes cuarteaduras, alabeo y torceduras en patrón
consistente con lo que, a partir de resultados experimentales de otros investigadores,
Rodríguez Suárez detalla de la siguiente forma:
“...en huesos frescos o procedentes de un cadáver sometido a una
cremación inmediata a la muerte [...] el proceso crematorio conduce a
la formación de líneas de fractura transversas y hendiduras lineales
irregulares y quebradas, acompañado de marcadas deformaciones”
(1987: 19).
La experimentación del mismo autor arrojó porcentajes de reducción de tamaño entre
2,17 y 4,47 en el material óseo sometido a temperaturas en el rango antes indicado.
Mediante la identificación anatómica de los restos cremados, se registró la presencia
mayoritaria de partes del esqueleto poscraneal, que de acuerdo al cálculo de número
mínimo pertenecieron a varios individuos. A juzgar por atributos como la definición
de crestas y algunas epífisis, la mayoría de esas partes son de personas mayores de 16
años al momento de la muerte o inclusive personas ya adultas. Se apartan de ese
grupo los únicos dos dientes encontrados entre los restos cremados y varios
8
fragmentos craneales, que corresponden a al menos un individuo inmaduro, cuya
edad de fallecimiento se ubica entre 3 y 24 meses.
El cálculo de número mínimo de individuos fue practicado con base en los fémures y
fíbulas, que demostraron ser los huesos mejor representados entre los restos
termoalterados. Para ello se unieron, hasta donde fue posible, los fragmentos de
dichos huesos y luego se diferenciaron por lado del cuerpo. La presencia de cada
hueso guía por referencia de campo aparece en el cuadro siguiente. La relación entre
fragmentos que pueden formar parte de un mismo individuo se expresa en las
columnas del cuadro. Como se observa, el número mínimo es de cuatro individuos
mayores de 16 años en la muestra mancomunada. A estos se le debe adicionar el
inmaduro de entre 3 y 24 meses de edad, para el gran total de cinco individuos en la
muestra de restos cremados.
Sitio Loma Corral-3 (G-776 LC-3)
Mínimo Número de Individuos en los Restos Cremados de Posadolescentes
unidad anatómica
Nº Laboratorio
entierro
fíbula
fíbula
fémur
fémur
izquierda
derecha
izquierdo
derecho
1
3
concentración
huesos #1
concentración
huesos #2
Ent. 1
4
Ent. 1 y 2
X
5
Ent. 1
X X
6
Ent. 1 y 2
2
número mínimo de individos
X
X
X
X
X X
X
X
X
X
3
4
4
2
En la muestra cremada sorprende tanto la poca representación de partes craneales,
(31 de 1709 fragmentos) como la falta total de evidencia de restos dentales, de los
individuos mayores de 16 años. No se encuentra explicación para ello en la
preservación diferencial, puesto que hay partes craneales de al menos un individuo
inmaduro. De este último fueron identificados dos molares de la maxila, una porción
petrosa del temporal y varios fragmentos de la bóveda craneal. Tomando en cuenta lo
anterior, proponemos la posibilidad de que los individuos mayores de 16 años fueron
9
cremados sin cráneos y que el cráneo del individuo inmaduro se adicionó de manera
ritual.
V. Bibliografía
Anderson, J. E. 1962. The Human Skeleton: A Manual for Archaeologists. National
Museum of Canada, Ottawa.
Bass, W. M. 1987. Human Osteology: A Laboratory and Field Manual. Special Publication
2. Missouri Archaeological Society, Columbia.
Lovejoy, C. O. 1985. Dental wearing in the Libben population: Its functional pattern
and role in the determination of adult skeletal age at death. American Journal of
Physical Anthropology 68(10): 47-56.
Rodríguez Cuenca, J. V. 2004. La Antropología Forense en la identificación Humana.
Universidad Nacional de Colombia. Editora Guadalupe, Bogotá.
Rodríguez Suárez, R.. 1987. Escala termo-calorimétrica para estudios de la cremación.
Revista Científico-estudiantil del ISCM-H, México.
Shipman, P., A. Walker & D. Bichell. 1985. The Human Skeleton. Harvard University
Press, Cambridge.
Ubelaker, D. H. 1984. Human Skeletal Remains: Excavation, Analysis, Interpretation.
Manuals on Archaeology 2. Taraxacum, Washington D.C.
Weiss, K. M. 1973. Demographic models for anthropology. Memoirs of the Society for
American Archaeology 27.
White, T. D. 1991. Human Osteology. Academic Press, San Diego.
Expido el presente en San José a las 15:00 horas del día 31 de octubre del 2005.
--------------------------------------------------última línea --------------------------------------------------------------------------------------------------Ricardo Vázquez Leiva, Lic., M.A.
Arqueólogo y antropólogo biológico
Departamento de Antropología e Historia
Museo Nacional de Costa Rica