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Metodología para la evaluación de impactos en sitios arqueológicos
Autores:I smael Hernández de la Oliva
Jesús M. Pajón Morejón
Instituto Cubano de Antropología
INTRODUCCION
Existen diferentes definiciones relacionadas con el estudio de impacto ambiental. A
grandes rasgos, sin pretender redefinirlo, este constituye un procedimiento administrativo,
desarrollado por especialistas, que permite estimar los efectos que la ejecución de un
determinado proyecto puede causar sobre los factores ambientales, incluida no solamente la
población humana, la fauna, la flora, el suelo, el agua, el aire y el paisaje, sino también el
relieve, la geología y diferentes aspectos del entorno del lugar, cuya acción no se
circunscribe al propio espacio de ejecución del proyecto (debido a que en ocasiones las
acciones del mismo se presentan en lugares muy distantes del sitio de origen), a la vez que
pretende evitarlos, reducirlos a niveles aceptables, o compensarlos. El estudio de impacto
ambiental es el informe que documenta el proceso de evaluación de impacto ambiental y sus
distintas etapas, que contiene el análisis, pronóstico y medidas que se toman para que una
acción en particular sea compatible con la protección del medio ambiente. De lo anterior se
desprende el carácter preventivo que deben tener los estudios de impacto en cualquier
territorio, cuyo propósito es asegurarse que las variables ambientales de interés se
reconozcan desde el inicio y sean protegidas a través de las decisiones pertinentes, lo que
compatibiliza las acciones previstas con las políticas y regulaciones ambientales establecidas
con la finalidad de proteger el entorno.
Este tipo de proceso se viene realizando en Cuba desde hace más de una década,
aplicado sobre todo a los proyectos que se encuentran previstos en la legislación actual
vigente en el territorio nacional, generalmente vinculado con el análisis de los efectos que
pueden ocurrir en factores bien definidos del medio ambiente, como son los relacionados con
la flora, la fauna, el régimen de lluvias, etc. A partir de lo anterior, se han ido desarrollando o
adaptando diferentes metodologías, según las necesidades de los especialistas, lo que ha
traído como consecuencias la ausencia de una metodología única, con las dificultades que
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esto trae, sobre todo, a la hora de establecer comparaciones en los resultados o continuar
los estudios comenzados por otra entidad autorizada a realizarlos.
Aún dentro de los propios organismos que realizan los estudios mencionados, no existe
una clara definición explícita para realizar los mismos, de modo que diferentes especialistas
abordan el estudio desde enfoques diferentes.
En el caso de la arqueología, a pesar de que se conoce la necesidad de desarrollar las
metodologías adecuadas, no existe todavía una clara definición de cómo enfrentar este
problema, de ahí que los pocos estudios realizados se han caracterizado por enfoques
generalmente muy descriptivos, lo que pone a sus especialistas en clara desventaja con el
resto de la comunidad científica que se dedica a ello en otras vertientes del quehacer
investigativo, principalmente aquellas vinculadas directamente a la Agencia de Medio
Ambiente del CITMA, entre otras.
Robaina, et al (2003) plantean que “en Cuba no existen realmente los estudios de impacto
sobre el patrimonio arqueológico, ni la arqueología de salvamento antes de la ejecución de
un proyecto de infraestructura. Muy recientemente, los estudios de impacto sobre el
patrimonio cultural aborigen han sido incluidos en las "Guías para los estudios de impacto
ambiental" (CICA, 2001), donde nuestra responsabilidad como especialistas deberá priorizar
el diseño integral de las investigaciones en contra de la prisa de los inversionistas, y hará
valer el criterio de que no siempre evaluaremos un patrimonio condenado a la destrucción,
sino que en ocasiones se podrá modificar la obra planificada”.
Más adelante estos autores expresan que: “La situación de todos nuestros países, sin
excepción, es la acelerada destrucción de nuestros valores arqueológicos patrimoniales. La
pregunta correspondiente entre los arqueólogos es: ¿qué hemos hecho y qué haremos en
el futuro para evitarlo?1 Por nuestra parte, consideramos necesario en la coyuntura actual,
cuando de jure hemos sido convocados a los estudios de impacto ambiental asumamos de
facto como arqueólogos el papel que nos corresponde, porque sólo así entraríamos al
entramado de una definición sobre la identidad cultural apropiada a nuestra realidad y
particularidades como pueblo, una definición que ha de ser de permanencia irreversible en la
que intervendrán la tradición y memoria colectiva de una nación y un estado nacional.
1
El subrayado es nuestro
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Exigirle hoy, como especialistas, a la nación y al estado su cuota de sacrificio y celo ante la
salvaguarda del patrimonio no nos convierte en "cubanos menores", por el contrario: nos
salvaría del holocausto que significa permitir la mutilación de nuestro pasado a sabiendas
que, en términos arqueológicos, éste no es renovable ni recuperable” (Robaina, et. al, 2003).
Siguiendo a los mismos autores “nuestro trabajo se dirige a definir una estrategia científica
que permita investigar, proteger y al mismo tiempo implementar una gestión y manejo de los
valores y recursos arqueológicos del país ante los estudios de evaluación e impacto al medio
ambiente” (Robaina, et. al, 2003).
Sin embargo, “la arqueología como ciencia no ha sido convocada para la evaluación
patrimonial allí donde se requiere de una licencia de impacto, una inspección o una
evaluación ambiental” (Robaina, et. al, 2003).
Propuestas para desarrollar los planes de gestión del patrimonio arqueológico fueron
realizadas por Robaina, et. al, 2003), pero no llegan a establecer las vías para realizar la
evaluación impactos en los sitios arqueológicos.
El mismo equipo de trabajo, en un artículo posterior (Pereira, et. al, 2004), parten del
“fundamento inicial de que en Cuba nunca ha surgido hasta el momento una política
conservacionista capaz de reelaborar un soporte teórico y práctico con el objetivo de
gestionar el patrimonio arqueológico aborigen con un alcance nacional bien definido” (op. cit,
2004).
En este sentido, los esfuerzos de los últimos tiempos se han encaminado, de una manera
bastante acertada, al objetivo de establecer los planes de manejo de los sitios y áreas
arqueológicas, principalmente de aquellos ubicados en áreas protegidas de significación
nacional.
Los autores citados, en su propuesta de implementación del Plan de Manejo parten de la
necesidad de estableces una estructura de planificación que asegura que los recursos
valorizados por su carácter histórico, potencial científico y demás valores involucrados, sean
reconocidos, identificados, comunicados, evaluados y considerados para el manejo, a fin de
organizar un plan operativo mediante un cronograma de ejecución que reúna los siguientes
lineamientos:
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•
Inventario de recursos.
•
Evaluación de recursos.
•
Acciones de manejo.
•
Monitoreo.
A pesar de existir un solapamiento en algunas de las categorías propuestas, uno de los
méritos de esta obra radica en la determinación de las siguientes categorías de manejo de
los recursos y valores arqueológicos precolombinos de Cuba,
Areas arqueológicas
•
Area Arqueológica
•
Zona Arqueológica
•
Zona Arqueológica Crítica
•
Reserva Arqueológica
Sitios (recursos arqueo-históricos y culturales)
•
Sitio Arqueológico No Afectado
•
Sitio Arqueológico Amenazado
•
Sitio de Alto Potencial Arqueológico Investigativo
•
Sitio Arqueológico Destruido
•
Sitio Arqueológico Protegido
•
Sitio Arqueológico expuesto “in situ”
•
Sitio Arqueológico Agotado
Partiendo de un conocimiento exhaustivo del tema, estos autores proponen el
establecimiento de las diferentes áreas arqueológicas del país, las que se pueden distinguir a
grandes rasgos en la fig. 1.
Al analizar los aspectos que debe contemplar el Plan de Manejo de los recursos y valores
arqueológicos precolombinos de Cuba, los autores plantean los siguientes:
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•
Aspectos históricos, geográficos y físicos de los sitios de interés patrimonial.
•
Inventario cultural de todos los sitios ubicados en el área.
•
Zonificación ecológica-cultural de los sitios.
•
Planificación y Diseño del manejo cultural de los sitios.
•
La Interpretación histórico-cultural de los sitios.
•
Definición del Modelo de salvataje y rescate de los sitios amenazados.
•
Estudio del impacto patrimonial de los sitios como consecuencia de las
modificaciones ambientales.
•
Integración de las Comunidades Locales a la conservación patrimonial.
•
Regulaciones para la protección y conservación del patrimonio arqueológico en
áreas protegidas.
•
Programa de Educación Patrimonial en correspondencia con el Ambiental
•
Análisis Económico
•
Fuentes de Financiamiento
•
Consulta Bibliográfica
Queda bien definida la estructura del Plan de Manejo a ejecutar. Sin embargo, existe una
gran laguna todavía no resuelta, que es, precisamente, el estudio de impacto en los sitios
arqueológicos, tema que pretendemos solucionar, en una primera aproximación, en el
presente trabajo.
Fig. 1 Localización de las principales áreas arqueológicas.
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MATERIALES Y METODOS
La Legislación
La Ley 81 del medio ambiente incluye entre instrumentos de la política y la gestión
ambiental a los estudios y la evaluación de impacto ambiental, entendiendo como tales:
Estudio
de
impacto
ambiental,
descripción
pormenorizada
de
las
características de un proyecto de obra o actividad que se pretenda llevar a cabo,
incluyendo su tecnología y que se presenta para su aprobación en el marco del
proceso de evaluación de impacto ambiental. Debe proporcionar antecedentes
fundados para la predicción, identificación e interpretación del impacto ambiental
del proyecto y describir las acciones que se ejecutarán para impedir o minimizar
los efectos adversos, así como el programa de monitoreo que se adoptará.
Evaluación de impacto ambiental, procedimiento que tiene por objeto evitar o
mitigar la generación de efectos ambientales indeseables, que serían la
consecuencia de planes, programas y proyectos de obras o actividades, mediante
la estimación previa de las modificaciones del ambiente que traerían consigo tales
obras o actividades y, según proceda, la denegación de la licencia necesaria para
realizarlos o su concesión bajo ciertas condiciones. Incluye una información
detallada sobre el sistema de monitoreo y control para asegurar su cumplimiento y
las medidas de mitigación que deben ser consideradas.
Por su parte, el artículo 27 de dicha ley establece que el proceso de evaluación de impacto
ambiental comprende:
a)
La solicitud de licencia ambiental.
b)
El estudio de impacto ambiental, en los casos en que proceda.
c)
La evaluación propiamente dicha, a cargo del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente.
d)
El otorgamiento o no de la licencia ambiental.
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En el artículo 28 dicha ley establece las actividades y proyectos que deberán ser
sometidos obligatoriamente al proceso de evaluación de impacto ambiental.
El inciso d) del artículo 57 de la propia ley define que el Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente, en coordinación con los organismos y órganos competentes, desarrollará
las acciones que correspondan para desarrollar y aplicar las ciencias y las tecnologías que
permitan prevenir, evaluar, controlar y revertir2 el deterioro ambiental, aportando alternativas
de solución a los problemas vinculados a la protección del medio ambiente.
A partir del análisis y procesamiento de datos y la evaluación de numerosos documentos
que incluyeron el estudio ambiental de algunos municipios de las provincias habaneras, se
desprende que la evaluación de impacto ambiental se presenta como un documento técnico
que debe contener, al menos, los siguientes aspectos:
•
Descripción del proyecto y sus acciones.
•
Examen y propuestas de alternativas técnicamente viables y justificación de la
solución adoptada.
•
Inventario ambiental y descripción de las interacciones ecológicas o
ambientales fundamentales.
•
Identificación y valoración de impactos, tanto en la solución propuesta como en
sus alternativas.
•
Propuesta de medidas protectoras y correctoras.
•
Programa de vigilancia ambiental.
La propia experiencia de los colectivos mencionados, liderados por el especialista Jorge
Olivera (en Hernández, et. al, 2001a, 2001b, 2001c, 2002a, 2002b, 2004), han demostrado la
utilidad de los estudios de impacto no solo como parte de un proceso previo al desarrollo de
un proyecto inversionista, sino también, y he ahí su utilidad práctica, para evaluar el estado
del medio ambiente de un lugar determinado, lo que es posible cuando se utiliza la
metodología correcta. En estos casos, tanto un método como el otro, puede ser aplicado en
los estudios de impacto en sitios arqueológicos, algo sin precedente en la actividad de
nuestro país.
2
El subrayado es de los autores
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Existen diferentes metodologías aplicadas a nivel internacional para los estudios de
impacto, entre ellas Pinera, et. al, (1984); Pecsi (1985); Colectivo de autores (1997a, 1997b);
Council on Environmental Quality, 1997; González y García (1998); Espinoza (2001); Peña
(s/f). Cada una de estas metodologías puede ser aplicadas a los estudios arqueológicos, con
las adecuaciones correspondientes, de ahí que nos concretaremos a proponer solamente
una de ellas, que nos parece muy adecuada, dado el grado de conocimientos actuales, y que
ya fuera aplicada por estos autores en el colectivo de referencia en los municipios
habaneros.
En la realización de los estudios de impacto ambiental, uno de los aspectos de mayor
importancia lo constituye la identificación de las variables ambientales a utilizar, las que se
definen en función de aquellos criterios de protección ambiental que resultan afectados por
cada acción prevista dentro del proyecto a ejecutar. De modo general, según Espinoza
(2001), la descripción contiene, según corresponda, parámetros ambientales de tipo general
vinculados a los siguientes aspectos:
•
Medio físico (agua, aire, suelo).
•
Medio biótico (vegetación y flora, fauna).
•
Medio socioeconómico (estructura social, estructura económica, antecedentes
demográficos y socioeconómicos).
•
Medio construido (estructuras urbanas, asentamientos rurales).
•
Medio cultural (aspectos de interés cultural, arqueológico o antropológico); y
•
Medio perceptual (paisaje).
Según Espinoza (2001), los criterios ambientales más usados son:
•
Riesgos para la salud de la población.
•
Alteración significativa de los recursos naturales.
•
Reasentamiento de comunidades humanas o alteración significativa de los
sistemas de vida y costumbres de grupos humanos.
•
Afectación de recursos y áreas protegidas.
•
Alteración significativa del valor paisajístico.
•
Alteración de monumentos, sitios con valor antropológico, arqueológico,
histórico y cultural
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Puede apreciarse, según este autor, la inclusión explícita del tema arqueológico, tanto en
los parámetros como en los criterios ambientales a utilizar en los estudios de impacto
ambiental, lo que es un aspecto de sumo interés para el tema que nos ocupa, el que va más
allá aún, resaltando entre los temas genéricos de relevancia para monumentos históricos,
arqueológicos y patrimonio cultural (op. cit, 2001) los siguientes:
•
Afectación, modificación y/o deterioro de algún monumento nacional tales
como: monumentos históricos, monumentos públicos, monumentos arqueológicos, zonas
típicas, santuarios de la naturaleza, etc.
•
Alteración de construcciones antiguas o de patrimonio cultural consideradas de
valor histórico o arquitectónico o arqueológico.
•
Afectación de lugares o sitios donde se lleven a cabo manifestaciones propias
de la cultura o folclore de algún pueblo, comunidad o grupo humano.
En relación con los tipos de impactos, tomamos como punto de partida la clasificación de
impactos ambientales (Jure y Rodríguez, 1997), modificada por Espinoza (op. cit., 2001), la
que reproducimos en la tabla 1.
Tabla 1 Clasificación de impactos ambientales (Espinoza, 2001)
Criterios
de
Clases
Clasificación
Positivos: son aquellos que significan beneficios ambientales, tales como
Por el
carácter
acciones de saneamiento o recuperación de áreas degradadas.
Negativos: son aquellos que causan daño o deterioro de componentes o
del ambiente global.
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Primarios: son aquellos efectos que causa la acción y que ocurren
generalmente al mismo tiempo y en el mismo lugar de ella; a menudo éstos
se encuentran asociados a fases de construcción, operación, mantención de
Por la
una instalación o actividad y generalmente son obvios y cuantificables.
relación
causa-efecto
Secundarios: son aquellos cambios indirectos o inducidos en el ambiente.
Es decir, los impactos secundarios cubren todos los efectos potenciales de
los cambios adicionales que pudiesen ocurrir más adelante o en lugares
diferentes como resultado de la implementación de una acción.
Por el
momento en
que se
manifiestan
Latente: aquel que se manifiesta al cabo de cierto tiempo desde el inicio
de la actividad que lo provoca. Inmediato: aquel que en el plazo de tiempo
entre el inicio de la acción y el de manifestación es prácticamente nulo.
Momento Crítico: aquel en que tiene lugar el más alto grado de impacto,
independiente de su plazo de manifestación.
Impacto simple: aquel cuyo impacto se manifiesta sobre un sólo
Por la
componente ambiental, o cuyo modo de acción es individualizado, sin
inter-relación
consecuencias en la inducción de nuevas alteraciones, ni en la de su
de acciones
acumulación ni en la de su sinergia. Impactos acumulativos: son aquellos
y/o
resultantes del impacto incrementado de la acción propuesta sobre algún
alteraciones
recurso común cuando se añade a acciones pasadas, presentes y
razonablemente esperadas en el futuro.
Puntual: cuando la acción impactante produce una alteración muy
localizada.
Por la
extensión
Parcial: aquel cuyo impacto supone una incidencia apreciable en el área
estudiada. Extremo: aquel que se detecta en una gran parte del territorio
considerado.
Total: aquél que se manifiesta de manera generalizada en todo el entorno
considerado.
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Temporal: aquel que supone una alteración no permanente en el tiempo,
Por la
persis-tencia
con un plazo de manifestación que puede determinarse y que por lo general
es corto.
Permanente: aquel que supone una alteración indefinida en el tiempo
Irrecuperable: cuando la alteración del medio o pérdida que supone es
imposible de reparar.
Por la
Irreversible: aquel impacto que supone la imposibilidad o dificultad
capacidad de
extrema de retornar, por medio naturales, a la situación anterior a la acción
recuperación
que lo produce. Reversible: aquel en que la alteración puede ser asimilada
del ambiente
por el entorno de forma medible, a corto, medio o largo plazo, debido al
funcionamiento de los procesos naturales. Fugaz: aquel cuya recuperación
es inmediata tras el cese de la actividad y no precisa prácticas de mitigación.
A los efectos del tema que tratamos, los impactos, en su generalidad, son ambientales,
con independencia del tipo de lugar u obra que sea afectado, por lo que no concordamos con
el nombre de “impactos patrimoniales” o “impactos arqueológicos”, aunque puede ser
utilizado el término siempre y cuando se conozca de facto las causas y consecuencias del
empleo del término.
Es válido incluir el análisis de las acciones naturales en el estudio de impacto ambiental,
(aún cuando sabemos que la terminología surge para la evaluación de proyectos de
intervención del hombre en el medio ambiente), las que, sobre todo en los sitios
arqueológicos, tienen un peso que no debe desconocerse, sobre todo para la preservación
de los mismos. Es de destacar que en un sitio arqueológico influyen con mucha fuerza, no
solo las acciones derivadas de la actividad humana, sino también las relacionadas con la
actividad natural. Entre estas últimas vale mencionar, entre otras, las derivadas de los
cambios climáticos que provocan la elevación del nivel del mar, con la consecuente
inundación de los sitios situados cerca de las costas; la actividad de la fauna (ej. cangrejos),
que con su acción pueden provocar inversiones en la estratigrafía original del depósito
arqueológico; los procesos de erosión en las pendientes, sobre todo en las riberas de los ríos
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y en el talud de algunas regiones elevadas; la actividad de las raíces de las plantas que
pueden destruir y mover de los lugares originales las evidencias arqueológicas; entre otras,
todas las cuales deben ser analizadas con profundidad, lo que obliga al arqueólogo a llevar
un riguroso control de las evidencias encontradas y sus relaciones con otras que aparecen
en el sitio, para lo cual existen hoy numerosos métodos y programas de computación que
facilitan en registro y la cartografía de los sitios.
Del mismo modo deberá ser necesario establecer, en un futuro próximo, los modelos de
estudio para la evaluación de peligros en los sitios arqueológicos, teniendo en cuenta los
factores naturales amenazantes como los eventos geológicos, geomorfológicos, atmosféricos
e hídricos, fundamentalmente, y de aquellos derivados de la actividad humana, aspectos a
los que no se le ha dedicado atención en nuestro país, expuesto a amenazas cíclicas de
ciclones, inundaciones, deslizamientos en las zonas montañosas, y sísmicos, principalmente
en el oriente del país, entre otros.
Por otro lado, es evidente que, con independencia del grado de alteración que pueda tener
un sitio arqueológico, es el arqueólogo, al realizar la excavación, el causante de uno de los
mayores impactos en el mismo, tema que, a la luz actual, reviste una enorme importancia,
teniendo en consideración las amargas experiencias por las que ha pasado la arqueología a
nivel mundial y por las que pasa en muchos lugares del mundo, y de los cuales Cuba no
escapa, aunque con menor magnitud, ayudado en parte a la poca monumentalidad de sus
evidencias arqueológicas, amén de los controles aduaneros, entre otras. Por tanto, a
conocimientos nuevos, se deben imponer métodos nuevos, tratando de seleccionar de una
forma más eficiente los lugares de excavación. Esto podría ponernos a tono con la protección
del medio ambiente, por lo que los arqueólogos estaríamos llamados a desarrollar una
“arqueología sostenible”, garantizando los valores arqueológicos para el disfrute también de
las futuras generaciones, no agotando los conocidos actualmente.
Identificación de Impactos
El término impacto ambiental implica tres aspectos ambientales:
1. Modificación de las características del medio.
2. Modificación de sus valores o méritos de conservación.
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3. Significación ambiental de dichas modificaciones.
Para el estudio y evaluación de los impactos, emplearemos la metodología de Conesa
(1995) que, aunque fuera diseñada para los estudios de impacto ambiental de una
determinada obra o proyecto y su área de influencia, fue empleada a los estudio ambientales
municipales, como mencionamos al comienzo de este trabajo, como una forma de valorar los
impactos generados por la acción antrópica ya existente y conocer los factores
medioambientales que mayor afectación tienen.
Consideramos que esta metodología puede adecuarse de una forma aceptable a los
estudios arqueológicos, y su aplicación permitirá, ante todo, trazar una estrategia común para
la evaluación de impactos en nuestra esfera de acción.
El proceso de estudio y evaluación de impactos puede resumirse en las siguientes etapas:
1. Identificar los principales problemas que afectan [o afectarán] al sitio y su
entorno
2. Identificar las acciones ocurridas
3. Identificar los impactos ocurridos
4. Identificar los factores afectados
5. Valorizar los impactos ocurridos
6. Propuesta de medidas para mitigar o eliminar los impactos
7. Informe de evaluación de impacto
Primera Etapa: Identificar los principales problemas que afectan [o afectarán] al sitio y su
entorno
Esta etapa se caracteriza por un análisis exhaustivo de la problemática ambiental
del sitio arqueológico y de su entorno más inmediato. Se realiza un estudio previo del
lugar, se revisa la bibliografía conocida, incluyendo los informes de campo de existir.
Se debe realizar un recorrido por el territorio con el único objetivo de identificar dicha
problemática ambiental, de modo que no se desvíe la atención de los evaluadores. Se
realizarán encuestas, entrevistas con los moradores o trabajadores del lugar, para
profundizar en las causas de los fenómenos que se aprecien. Es importante poder
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reconocer las causas de los problemas existentes, a fin de garantizar una correcta
evaluación y continuidad del proceso.
Segunda Etapa: Identificar las acciones ocurridas
En esta etapa, que puede ser sincrónica con la anterior, se definen las acciones
generales que ocurrirán o han ocurrido en el sitio y su entorno. Es importante lograr
una visión general primero para luego caer en la siguiente etapa. Las acciones
identificadas deben ser significativas (que produzcan algún efecto), independientes y
medibles.
Tercera Etapa: Identificar los impactos ocurridos
Puede desarrollarse al unísono con la anterior. Consiste en desglosar cada una de
las acciones en partes, cada una de las cuales puede ejercer un impacto diferente
sobre un factor del medio diferente.
Cuarta Etapa: Identificar los factores afectados
Para el diagnóstico de los impactos en un sitio arqueológico se hace necesario el
análisis de cada uno de los factores del medio, así como el análisis de las causas de
aparición y los efectos o repercusiones en el espacio. También deberán ser objeto de
estudio los agentes implicados tanto en las causas como en los efectos, la percepción
de los problemas por parte de la población y las posibilidades de intervención con
carácter preventivo y mitigatorio, siempre que sea posible.
De tal forma se definen los factores principales que puedan ser afectados en el
territorio bajo inspección y los procesos o causas que generan la ocurrencia de
impactos asociados a ellos. La identificación de un Impacto es una cuestión de criterio;
sin embargo existen elementos de juicio que permiten realizar una valoración mas
objetiva y están relacionados con la sensibilidad ambiental de la sociedad y las
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necesidades de un desarrollo sustentable que garantice la supervivencia de las
generaciones futuras que han de habitar en nuestro municipio.
Tabla 2 Definición de los factores medioambientales.
Medio
Tipo
Abiótico
Factores
Medioambientales
I
Calidad del aire
II
Suelo
III Agua Superficial
IV Agua Subterránea
Medio Físico
V
Ambiente Sonoro
VI Fauna Terrestre
Biótico
VII Fauna Acuática
VIII Flora Terrestre
Perceptual
IX Paisaje Natural
X
Medio
socioeconómico
Socioeconómico
Desarrollo Económico
XI Desarrollo Cultural
XII Salud Humana
En el caso de los sitios y áreas arqueológicas debemos realizar algunas
modificaciones, con el objetivo de poder evaluar, concretamente, y sobre bases
metodológicas objetivas y generalizables, para cualquier sitio o área arqueológica,
independientemente de su ubicación, magnitud o tipo de sitio.
Es posible utilizar, con el objetivo del estudio de impacto ambiental, entre otros, los
llamados elementos complejos o indicativos arqueológicos (Guarch, 1982), como
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sinónimos de “factores medioambientales” identificables en el contexto arqueológico.
Una relación ampliada de los mismos se presenta en la tabla 3.
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Tabla 3 Definición de algunos factores en los sitios arqueológicos
Factores
Medioambientales
Sitio arqueológico
Paisaje natural
Área de habitación
Área de talleres
Área de hogueras
Área de fogones
Área de sembrados
Áreas públicas
Indicativos
Arqueológicos
Áreas de enterramiento
Ubicación de casas
Ubicación de corrales
Ubicación de centros públicos
Ubicación
de
vías
de
comunicación
Ubicación de obras hidráulicas
Elementos gráficos
De acuerdo al conocimiento que se tenga del sitio arqueológico, el especialista
podrá determinar los factores e indicativos que es necesario (y posible) evaluar, con el
fin de proponer medidas mitigatorias. La tabla anterior se presenta como una posible
guía a utilizar, pero debe ser ampliada y ajustada en el futuro.
Lógicamente, si el lugar no ha sido estudiado con anterioridad, y por tanto, no ha
sido excavado, es muy difícil poder identificar con profundidad los factores que han
sido afectados, por lo que correspondería, en este caso, proceder al estudio exclusivo,
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tomando como referencia solamente al propio sitio arqueológico, por lo se procedería
a identificar las acciones que lo afectan en su totalidad.
Sin embargo, cuando el conocimiento previo permite evaluar otros factores, será
más fácil para el colectivo que realiza el proceso de estudio, identificar las acciones
que afectan cada uno de los factores identificados, por lo que las medidas correctoras
pueden dirigirse, de manera individual, a mitigar la acción sobre el factor afectado.
Este proceso, es de suma importancia para el estudio de impacto ambiental, pues
permite particularizar las causas de las afectaciones a cada uno de los componentes
del sitio arqueológico en estudio.
En caso de que el estudio de impacto incluya más de un sitio arqueológico, por
ejemplo cuando se realice para un área o zona arqueológica, o cuando cambie la
escala de realización del trabajo, dejando de ser más local, entonces, los factores
dentro de cada sitio pierden relevancia. No obstante, teniendo en cuenta el peso que
tenga el sitio dentro del área en estudio, es importante tener en consideración la
connotación del mismo, siendo responsabilidad del especialista incluir o no estas
consideraciones en el proceso.
Quinta Etapa: Valorizar los impactos ocurridos
Para la valoración de los impactos identificados se utilizan, según la metodología
citada, los siguientes indicadores:
Signo (+) (-): efecto beneficioso (+) o perjudicial (-) de la acción que
incide sobre los factores considerados.
•
Intensidad (I): grado de incidencia de la acción sobre el factor en el
ámbito específico en que actúa. (1) Baja, (2) Media, (4) Alta, (8) Muy alta, (12)
Total
•
•
Extensión (Ex): área de influencia teórica del impacto en relación con el
entorno del proyecto. (1) Puntual, (2) Parcial, (4) Extenso, (8) Total. Si se produce
en una situación crítica; se atribuye un valor de +4 por encima del valor que le
corresponde.
•
Momento (Mo): tiempo que transcurre entre la acción y el comienzo del
efecto sobre el factor ambiental. (1) Largo plazo, (2) Mediano Plazo, (4) Corto
18
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Plazo. Si ocurriera alguna circunstancia crítica en el momento del impacto se
adicionan 4 unidades.
•
Sinergia (Si): contempla el reforzamiento de dos o más efectos simples,
pudiéndose generar efectos sucesivos y relacionados que acentúan o disminuyan
las consecuencias del impacto analizado. (1) No sinérgico, (2) Sinérgico, (4) Muy
sinérgico.
Acumulación (Ac): da idea del incremento progresivo de la
manifestación del efecto cuando la acción que lo genera persiste de forma continua
o reiterada. (1) Simple, (4) Acumulativo.
•
•
Efecto (Ef): expresa la relación causa – efecto. (D) Directo o primario, (I)
Indirecto o secundario.
Persistencia (Pe): tiempo que supuestamente permanecerá el efecto
desde su aparición. (1) Fugaz. ( < 1 año), (2) Temporal. (de 1 a 10 años), (4)
Permanente. ( > 10 años).
•
•
Reversibilidad (Rv): posibilidad del factor afectado de retornar, por
medios naturales, a las condiciones previas al impacto. (1) Corto plazo, (2)
Mediano plazo, (4) Irreversible.
•
Recuperabilidad (Rp): posibilidad de reconstrucción total o parcial del
factor afectado como consecuencia del proyecto. (1) Recuperable de inmediato, (2)
Recuperable a mediano plazo, (4) Mitigable, (8) Irrecuperable.
•
Periodicidad (Pr): regularidad de manifestación del efecto. (1) Irregular
(2) Periódica, (4) Continua.
•
Importancia del Impacto (Ip)
Estos indicadores guardan una estrecha relación con la clasificación de los impactos
empleada por Jure y Rodríguez (1997) (ver tabla 1), aunque presenta algunas diferencias.
Cada uno de los indicadores será evaluado según una categorización que debe ser
rigurosamente respetada, con el objetivo de lograr un balance en los estudios de impacto,
evitando así resultados indeseados.
Es sumamente importante que, de modo general, los impactos que ocurren en los
sitios arqueológicos tienen signo negativo (-). No obstante, puede darse el caso de
acciones que pueden ser consideradas como de signo positivo (+).
En relación con la extensión del impacto, hemos analizado la propuesta realizada en la
provincia Granma (Yero, et. al, 2003). Estos autores, clasifican los sitios arqueológicos
según su estado de conservación en:
•
Sin alterar: el sitio no ha sido alterado. No hay impacto
19
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•
Muy conservado: área sin alterar > 90%
•
Conservado: entre el 50% y 90% del área sin alterar
•
Parcialmente destruido: > 50% del área alterada
•
Destruido: más del 75% del área modificada.
•
Perdido: el sitio ha sido totalmente destruido, ya no existe.
Teniendo en cuenta lo anterior, proponemos realizar una adaptación de estas cifras
con el objetivo de unificar los criterios, del modo siguiente:
Tabla 4 Propuesta de categorías para la evaluación de la extensión del impacto y del
grado de conservación de los sitios arqueológico. Correlación entre categorías
Area conservada
Extensión del Impacto
Grado de Conservación
100%
-
Sin alterar
> 90%
Puntual
Muy conservado
Entre el 50% y 90%
Parcial
Conservado
Entre el 25% y 50%
Extenso
Parcialmente destruido
Menos del 25%
Destruido
Total
0%
Perdido
Llama la atención la clasificación de Yero, et. al (2003), cuando incluyen el análisis de
las amenazas de alteración de los sitios arqueológicos en:
•
Sin amenazas
•
a largo plazo: en unos 15 años
•
a mediano plazo: en unos 5 años
•
Inminente: en menos de 5 años
Consideramos este aspecto como un aspecto que debe ser incluido en los estudios de
impacto que se realicen en los sitios arqueológicos, pues constituirán una guía de gran
importancia para trazar políticas de seguimiento y de actualización de los estudios de
impacto ambiental, según la inminencia o no de las amenazas identificadas.
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La valorización de los impactos es el núcleo central del estudio de impacto, pues
permite atribuir un valor a cada uno de los impactos identificados, lo que facilitará
establecer una categorización de los mismos y, en consecuencia, un ordenamiento en el
tratamiento y análisis de los mismos.
Se debe notar que, a pesar de la cuantificación de la importancia del impacto, esta
valoración es realidad cualitativa, ya que el algoritmo creado para su cálculo, es función
del grado de manifestación cualitativa de los atributos que en él intervienen.
En esta etapa, se puede conformar una matriz de doble entrada, donde, por las filas se
ubiquen los impactos identificados, mientras que por las columnas se sitúan los
indicadores anteriores.
Para cada impacto identificado que afecta el sitio arqueológico se analiza el
comportamiento de los indicadores, lo que facilita calcular la importancia de cada uno,
según la siguiente fórmula:
Ip = (+) (-) (3I + 2Ex + Mo + Si + Ac + Ef + Pe + Rv + Rp + Pr)
Como se desprende de la fórmula anterior, se le atribuye un peso mayor a la intensidad
(I) del impacto, seguida de la extensión (Ex) del mismo. Esto contribuye a dar una
valoración más objetiva del impacto en análisis.
La importancia del impacto toma valores entre 13 y 100. Para la evaluación de la
importancia se utilizó el siguiente criterio:
1Los valores de importancia inferiores a 25 se clasifican como impactos
irrelevantes
2Los valores de importancia entre 25 – 50 se clasifican como impactos
moderados
3Los valores de importancia entre 50 – 75 se clasifican como impactos
severos
4Los valores de importancia mayores a 75 se clasifican como impactos
máximos.
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Tabla 5 Codificación de los Impactos según su Importancia
Valor
Clasificación
de
Impactos
< 25
Irrelevantes
25– 50
Moderados
50– 75
Severos
> 75
Máximos
Sexta Etapa: Propuesta de medidas para mitigar o eliminar los impactos
Durante la etapa de valoración de los impactos se debe definir la propuesta de
realización o no de un proyecto que afecte el sitio arqueológico, en caso de ser un
estudio previo a la acometida del mismo. Se pueden sugerir alternativas, sobre todo
para aquellos impactos categorizados como severos o máximos. No se debe permitir
la realización de ningún proyecto que tenga impactos dentro de estas categorías.
Por otro lado, de ser un estudio posterior a la realización del impacto, la propuesta
de acciones debe ir dirigida, principalmente, a tratar de reducir o mitigar aquellos que
se encuentren, primero que todo, en las categorías de mayor efecto sobre el sitio o
área arqueológica.
Cada una de las medidas correctoras debe ser analizada ampliamente. No deben
proponerse
medidas
irrealizables
o
proponer
sin
una
base
científicamente
demostrada.
Séptima Etapa: Informe de evaluación de impacto
Constituye el cierre temporal del estudio, en el que se establecen todos los
elementos obtenidos durante el período de realización del mismo, el que se acompaña
de los criterios, propuestas de medidas, planes de seguimiento, etc, y en el que se
define, el otorgamiento o no de las licencias ambientales, según norma la ley, para
aquellos casos en que el estudio sea preventivo. En el caso de los estudios que sean
posteriores a la realización de los impactos, entonces, el informe contendrá
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valoraciones de qué acciones deberán corregirse con el objetivo de mitigar los efectos
que continúan incidiendo en la calidad del sitio arqueológico y de su entorno.
RECOMENDACIONES
Se sugiere la introducción efectiva de la metodología propuesta con las recomendaciones
y adecuaciones realizadas con el objetivo de contar con estudios confiables que permitan
cuantificar, de modo efectivo los procesos que más afectan a los sitios arqueológicos del
país, lo que facilitará la elaboración de planes de manejo más elaborados, con una sólida
base científica.
La realización de los estudios y evaluación de impactos en sitios arqueológicos deberá
realizarse por equipos multidisciplinarios, donde estén representados no sólo los
arqueólogos, sino también, geógrafos, biólogos, químicos y otros especialistas que
contribuyan a la realización de un análisis detallado de la problemática del lugar.
Queda en manos de la comunidad arqueológica del país llevar a cabo esta empresa que
nos pondrá en camino de lograr nuevas metas en el objetivo de proteger y conservar
nuestros recursos valores patrimoniales.
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