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III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia ETNOHISTORIOANTROPOLOGÍA; OPORTUNIDADES PARA EL ESTUDIO DEL ÚLTIMO CANTAR TLAXCALTECA EN LA NUEVA EDICIÓN DE LA VISIÓN DEL LOS VENCIDOS Gustavo Gutiérrez de Hoyos Facultad de Filosofía y Letras Universidad Autónoma de Tlaxcala Introducción En esta breve ponencia quiero abordar dos temas de forma muy sucinta, ceñida y quizá escueta por el momento, pero creo que es necesario, porque ante la nueva edición de la Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista que está cumpliendo más de 50 años, no se presentaron nuevas reflexiones a nivel nacional. Y al verlo en nuestras clases de antropología, parece que ya no nos sorprende mucho, pareciera que sabemos ubicarlo y entenderlo en su justa trascendencia e importancia, sobre todo con respecto al papel que hoy juegan esos escritos y sus escritores nahuas, así como para entender qué es la etnohistoria y de qué hablamos cuando hablamos del náhuatl. Creo que todavía hay mucho que decir al respecto, dado que en términos históricos el texto que virtuosamente compiló Miguel LeónPortilla es todavía joven. En un primer punto trataré de asentar algunos elementos para que en posibles y futuras discusiones, podamos analizar mi pretensión de conseguir el pleno reconocimiento de los escritores e intelectuales indígenas de la Visión de los vencidos, como precursores de la antropología americanista, particularmente en la rama de la etnohistoria que nos a legado una historia alternativa a la Historia ideológica, hegemónica del encuentro o mejor dicho choque de culturas mesoamericanas y europeas españolas. Un segundo aspecto que quiero abordar es que al florecer la nueva edición de los vencidos, nos da la oportunidad de reconocer que tenemos un legado histórico, un valioso patrimonio nacional, originalmente de una tradición oral e intangible, que ahora gracias al trabajo etnohistórico, de carácter histórico y antropológico que se ha hecho, es tangible, siendo divulgado en un libro en texto náhuatl y en español, de ahí la importancia de tratar de adentrarnos aunque mínimamente, sí con oportunidad a lo que es la etnohistoria como un ISBN: 978-607-9348-03-8 84 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia puente de interdisciplinariedad que cada día nos debe hermanar como siempre lo hemos hecho a historiadores y antropólogos, siendo los historiadores los predecesores de los antropólogos, porque como dice Cohn, “los historiadores son más viejos que los antropólogos” 1. La Visión de los vencidos y sus precursores americanistas Es hasta inicios de la segunda mitad del siglo XX, cuando uno de los ahora más importantes representantes de los estudios Americanistas, en la vertiente etnohistórica del siglo pasado, nuestro contemporáneo el Dr. Miguel León-Portilla, compila de forma audaz y asertiva lo que se ha dado en llamar Las relaciones indígenas de la Conquista o Visión de los vencidos. Considero que este estudio es tan importante como los primeros de los españoles, es uno de los más representativos de la longeva tradición de estudios Americanistas, quizá el abuelo de nuestra historia indígena hasta hace poco no escrita, son nuestras escritores y letras de la historia de la sociolingüística histórica, producto de los padres de la lingüística, los gramáticos misioneros como Sahagún. Son documentos que cuentan con una antigüedad de aproximadamente cinco siglos en el Continente Americano y que si Hugo Nutini no ha contemplado puntualmente como parte de la tradición de los estudios etnohitóricos americanistas, yo creo que sí es un saber propio de lo que se ha dado en llamar por Miguel León-Portilla la antropología americanista, ya que forma parte del cuerpo de escritos que generaron intelectuales, tanto del norte como del sur del continente, así como de los propios europeos, tradicionalmente identificados (hegemónicamente) como los estudiosos prístinos únicos y auténticos de la conquista de Mesoamérica. Es de suma importancia reconocer que los precursores de los Americanistas también fueron los escribientes indígenas, nuestros intelectuales autóctonos, que podemos y debemos ya identificar y clasificar también como los precursores de la etnología en América -es importante mencionar que en el texto Precursores de la Etnología de Ángel Palerm no se incluyen a los indígenas y sus textos que ya estaban transliterados al náhuatl cuando realizo eso estudio; ahí hay un tema a discutir, es decir, analizar si también estos sabios poetas, aunque en una tradición oral inicialmente y luego escrita, pueden ser identificados como etnólogos. 1 Bernard S. Cohn, Un antropólogo entre historiadores. Un informe de campo en Desacatos; Etnohistoria, No. 7, Otoño 2001, CIESAS-SEP-CONACyT, p. 31. ISBN: 978-607-9348-03-8 85 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Tradicionalmente se han ubicado a los frailes mendicantes y funcionarios civiles del virreinato de la Nueva España, como las personalidades que emprendieron los primeros estudios socioculturales y sociolingüísticos de la historia de la región Mesoamericana. Y si bien si estuvo en la pluma de los misioneros como Sahagún, Motolinía, Durán, Mendieta, Torquemada, Acosta, Olmedo, Quiroga y Las Casas, el desarrollo de impresionantes etnografías, también estuvo en las manos de los primeros funcionarios civiles como Zorita, Toledo, Cieza de León, Betanzos, Matienzo y Santillán, emprender el desarrollo de importantes compilaciones históricas y escritos etnológicos que conforman un legado etnohistórico y de historia de la sociolingüística histórica, con el que se construyó el suficiente y necesario saber y conocimiento para consolidar la conquista no solamente militar sino espiritual de Mesoamérica. Desde una perspectiva contracultural a la Visión evolucionista y funcionalista tradicionales en la Antropología Social de principios del siglo XX, así como en contra de una historia oficial acartonada de almanaque con la que vivimos en México. Ahora debemos revalorar la contraparte de la versión de la historia institucionalizada que dejó la conquista en manos de los occidentales europeos continentales españoles, que oprimieron a la América indígena. Porque tenemos una historia de libro de texto que fue impuesta, que es mínima y está yuxtapuesta a los hechos que vivieron los conquistados en Tenochtitlan. Así como Nutini está reconociendo que también el etnólogo y jesuita francés Lafitau es uno más de los americanista que estudio en los territorios de América del Norte, ocupados por ingleses y franceses, en un siglo XVIII en el que los españoles brillaban por su ausencia, la nueva edición de la Visión de los vencidos es un nuevo pretexto para sacar a flote, una historia ya no en manos de los frailes mendicantes y los servidores públicos de la corona española, sino como un producto de personalidades como las de los sabios e intelectuales indígenas como el Texcocano don Fernando de Alba Ixtlilxóchitl, hijo de la indígena Yacotzin que lo criticó por convertirse a la religión de los blancos fácilmente, que yo diría fue un acto ritual como parte de una contrainteligencia que no podía morir de forma espartaca o estoica y prefirió convertirse y vivir como un epicúreo, es decir de los placeres sin dolor, de la contemplación y hechura de la poesía y el arte, dejando cantares como el que ahora nos ofrece la nueva edición de la Visión de los vencidos; También está don Fernando Alvarado Tezozómoc suponemos oriundo de Azcapotzalco por su último nombre, así como el célebre historiador de Chalco Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antón Muñón e Ixtlilxóchitl, entre otros, como los informantes de Tlatelolco y con quienes se conformaron los Anales Tepanecas de Azcapotzalco y que decir de quienes participaron con el señor ISBN: 978-607-9348-03-8 86 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Tecayehuatzin, rey de Huexotzinco hacia 1490 en su palacio, al organizar un diálogo de poetas y sabios, para tratar de elucidar que era la poesía, como una expresión que venía animando la construcción de conocimiento ideológico y doctrinal a veces en pos de la guerra como lo deseaba Itzcóatl y Tlacaélel y a veces como una forma virtuosa para la paz y la negociación como se hacía en Texcoco, primero con el propio Nezahualcoyotl que gobernó de 1418 a 1472 y después con su descendiente Nezahualpilli que gobernó de 1472 a 1516. II. La nueva edición de la Visión de los vencidos ayer y hoy en la etnohistoria ¿Cómo ubicar el nuevo cantar Tlaxcaltecáyotl en la historia de los tlaxcaltecas al momento de la conquista? Esa es la pregunta que uno se hace al ver la nueva edición de la Visión de los vencidos que llevaba hasta 2007, 28 reimpresiones desde la primera edición de 1959 y que a la fecha está en su cuarta reimpresión de la vigésima novena edición del 2011, en donde ya se incluye el nuevo cantar, siendo sorprendente que es un libro de bolsillo editado por la UNAM, que actualmente tiene una demanda que ofrece ediciones de 10 mil ejemplares. Sin embargo, no solamente se agregó a la nueva edición el cantar Tlaxcaltecáyotl. Evocación del final de una forma de vida, sino también una nueva sección que se llama Lo que siguió en donde se compilan desde documentos que los indígenas escribieron para comunicarse con el Rey Felipe II e informar sus demandas como republicanos con un cabildo autónomo para el caso de Tlaxcala, hasta documentos de la revolución zapatista, también de procedencia de indígenas e indomestizos que estuvieron en resistencia y que forman parte de nuestro legado etnohistórico más reciente. En los textos nahuas de la Visión de los vencidos encontramos peticiones, quejas y demandas de justicia, numerosas cartas, crónicas y a veces compilaciones de tradiciones orales, cantares, poemas, piezas de teatro y también traducciones y adaptaciones de obras originalmente escritas en castellano o latín 2. El documento Tlaxcaltecáyotl es un nuevo cantar sacro de guerra en donde se expresa cómo es que estuvieron los tlaxcaltecas al frente de los ejércitos españoles, está estructurado en 30 2 Miguel León-Portilla (Introducción, selección y notas), TLAXCALTECÁYOTL. EVOCACIÓN DEL FINAL DE UNA FORMA DE VIDA en Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista, UNAM, México, 2011; p. 226. ISBN: 978-607-9348-03-8 87 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia versos que se presentan tanto en náhuatl clásico como en español y en ellos podemos encontrar expresiones en donde se dice a la letra lo siguiente, que boy a leer con base en una síntesis parcial de algunos sustratos de los 30 versículos: “ya habríamos de llegar desde los cuatro rumbos a Tlatelolco. Que no suceda en vano, tlaxcaltecas, cantad vosotros, mis hermanos menores. […] que junto a nosotros están, tlaxcaltecas, huexotzincas. Ya apareció en México, (…) así ya todos están pintados al lado de los escudos las gentes que junto a nosotros están, tlaxcaltecas. Huexotzincas. (… ) los que aquí tienen las flores blancas del escudo, los rayados para el sacrificio, delante del señor, tlaxcaltecas y huexotzincas. (…) tomó la lanza de los españoles, los que tienen las flores blancas del escudo, las rayas para el sacrificio, delante del señor, tlaxcaltecas, huexotzincas. […] Dice Atoch, hágase el baile tlaxcaltecas, huexotzincas. Corred de prisa, hermanos menores, tu Nepilotzin. Lo apremia Tlamemeltzin, Xicohténcatl, Castañeda… Les de ánimo Tlacotzin… Ya son apresados los señores… 3 Hasta antes de la nueva edición del 2007 el libro la Visión de los vencidos constaba de XV capítulos comenzando con el de los presagios que se presentaron a los indígenas y sus señores sobre la llegada de los españoles, mismos en donde se preconizaba su destino fatal y terminaba en un 15° capítulo en donde se mostraban los Cantos tristes de la Conquista, de la dominación del otro, diría Tzvetan Todorov, siendo agregados dos capítulos, el primero de los cuales el XVI es el Tlaxcaltecáyotl que ha sido traducido al español como Evocación del final de una forma de vida, para terminar con el capítulo XVI Lo que siguió. El libro además de tener un importante prefacio del autor para presentar la nueva edición, consta de una Introducción de carácter etnohistórico en donde el gran nahuatlaca Miguel León-Portilla nos presenta el carácter e importancia de este legado para nuestra identidad pluricultural y multicultural. A su vez, el libro contiene un rico apartado final en donde se compilan las fuentes etnohistóricas con base en las cuales se logra compilar el material que lo compone encontrando en ella también buena parte de nuestros códices. Debemos partir del hecho de que textos como la Visión de los vencidos, forma parte del germen de una disciplina que está terminando de consolidarse y está teniendo una importante institucionalización: la etnohistoria. Además es de suma importancia reconocer que la 3 Op. cit., pp. 208-223. ISBN: 978-607-9348-03-8 88 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia etnohistoria surge de los temas y los métodos preexistentes en la historiografía de las Américas, de ahí que se le ubique perfectamente como la precursora de la antropología americanista y con ella sus autores indígenas y sus saberes poéticos. El cantar Tlaxcaltecáyotl versa sobre los momentos en que los Tlaxcaltecas como carne de cañón ejercían sus cánticos marciales para lograr el entusiasmo bélico, más el trabajo de la etnohistoria no se limita a la reconstrucción de los hechos y la transliteración de las fuentes, sino a dar cuenta de que el contexto social, simbólico y estructural sitúa el hecho histórico y que sin él solamente puede haber un evento nulo, según Raymond Fogelson 4, como lo es la idea de que los tlaxcaltecas traicionaron a las demás etnias, al colaborar con los españoles como una estrategia para adquirir otro estatus, que sí lograron al fundar la república de los tlaxcaltecas y luchar por ciertos privilegios que hasta el día de hoy, eso sí, no hemos visto claramente que se hayan consolidado en el contexto del proyecto nacionalista predominante y que hayan trascendido más allá del estigma ganado al luchar por su libertad, siendo uno de los pueblos más pobres y atrasados del país pero paradójicamente más ricos en cultura náhuatl en estudios históricos y antropológicos. Esto es fundamental para poder reinterpretar y extirpar cada día más, aquella mala convicción que tenemos los mexicanos sobre la identidad traidora que se gestaron los tlaxcaltecas, en su colaboración con los españoles, al enfrentar a sus enemigos y señores déspotas que querían vivir del pago de tributos. Uno de nuestros grandes padres contemporáneos de la etnohistoria en la vertiente sociolingüística que abrevó de la histórica y la antropología, para dar lugar a eso que ahora he bautizado como etnohistorioantropología en las Américas y quien fue autóctono de México, es Ángel María Garibay quien aprendió el náhuatl desde pequeño y comenzó a estudiar documentos como los que ahora se compilan en la Visión de los vencidos. El maestro Garibay fue un políglota como todo buen sacerdote de su época. Además del náhuatl aprendió el otomí y más allá de sus inquietudes como historiador, también incursionó en lo que ahora se podría 4 Raymond D. Fogelson, La etnohistoria de los eventos y de los eventos nulos en Desacatos; Etnohistoria, No. 7, Otoño 2001, CIESAS-SEP-CONACyT, p. 45. ISBN: 978-607-9348-03-8 89 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia llamar una ciencia social y humana aplicada en el campo de las profesiones como el trabajo social y la antropología social, que contribuyen a la mejora del cambio sociocultural. Por ello y pese a que fue profesor de humanidades, debemos decir que destacó como un padre moderno de la sociolingüística etnohistórica moderna, fundamento para el estudio actual de la sociolingüística histórica, al tiempo que se puede decir que no solamente es un precursor hispano mexicano de la etnohistoria de y en México, sino también de la tradición de la antropología americanista, que muy bien ha logrado reconstruir Hugo Nutini para el periodo del México colonial 5. Lo anterior se sustenta en hechos como el haber sido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y haber obtenido el doctorado honoris causa en el 400 aniversario de la fundación de la UNAM, teniendo el placer de poder haber sido el director del Seminario de Cultura Náhuatl. Fue miembro numerario de la Academia Mexicana de la Historia y entre otras distinciones en 1965 recibió el Premio Nacional de Literatura y Lingüística de México. Finalmente fue Garibay quien logró estudiar y divulgar de forma importante los 60 años de trabajos que conllevó la obra de Fray Bernardino del Sahagún en México en lugares como el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, dejando como uno de las legados más trascendentales de su obra en vida, a su alumno y compilador de la Visión de los vencidos, al historiador y antropólogo Miguel León-Portilla, quien es el más distinguido de sus discípulos y quien se ha vuelto el máximo representante de la etnohistoria náhuatl en México, sobre todo en la vertiente de la gran tradición del náhuatl poético de Texcoco, siendo él mismo quien se ha avocado ha divulgar la idea de una Antropología Americanista de la que México es parte central, ya sea con sus estudiosos autóctonos o con aquellos que no siendo del continente, se han interesado en la región, su historia, su antropología, su lingüística y su etnohistoria. Ahora somos conscientes de que la historia no solamente está construida por los grupos humanos de élite que tradicionalmente dejaron una historia hegemónica, para que trascendiera su estirpe y se legitimaran sus actos, hoy somos conscientes de que la historia la hacemos todos y que quizá la historia que más nos conmueve es la de los intelectuales nahuas oprimidos que pudieron hacer alarde de sus saberes y capacidades pese a que fueron los perdedores, y aunque no fueron escuchados y valorados lo suficiente en su momento, ahora estamos frente a su legado gracias a la etnohistoria fruto de los trabajos etnohistorioantropológicos. 5 Hugo Nutini, Aportaciones del Americanismo a la teoría y la práctica de la antropología moderna en Miguel León-Portilla (Coordinador) Con la colaboración de Manuel Gutiérrez Estévez y Gary H. Gossen, Motivos de la Antropología Americanista. Indagaciones en la diferencia, FCE, México, 2001; pp. 13-29. ISBN: 978-607-9348-03-8 90 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Los textos etnohistóricos de la Visión de los vencidos como el nuevo cantar Tlaxcaltecáyot, dan cuenta de una historia en la que se cultivan los hechos del pasado, como diría el gran historiador medieval Ibn Jaldún, bajo “diversos giros y citas sentenciosas, que son motivo de solaz en reuniones y celebraciones multitudinarias” 6 como lo refleja el cantar a la manera tlaxcalteca. Es en este tipo de expresiones en donde podemos “conocer (dice Ibn Jaldún) la índole de la creación y sus trastornos experimentados (…) nos muestra cómo los diversos pueblos han poblado el mundo hasta que la hora de la partida les fue anunciada, y que el momento de su ocaso ya había llegado” 7. Como reconoció tempranamente Ibn Jaldún, la historia como ciencia del pasado humano está interesada en examinar y verificar los hechos, cuáles fueron las causas que los produjo y la naturaleza de los acontecimientos que los originaron y aunque Jaldún asociaba la historia a la filosofía y creo que en su momento así lo fue, considero que ahora la historia se aleja de la filosofía y se coliga más a la antropología general, para dar continuidad a la reconstrucción y reinterpretación de la historia en su ir y venir del presente al pasado y viceversa. Nunca sabremos como ya lo reconocía Ibn Jaldún desde el siglo XIV, como un istor (sin h) o como se escribió historiador en griego clásico, como expertos o como agentes que sabemos investigar y ser testigos, como los que tratamos de saber e informarnos, si los textos que compila la Visión de los vencidos fueron adulterados, se les introdujo falsedades o fue producto de la fantasía de algunos más, al tiempo que puede tratarse de fábulas hechas al abrigo deleznable de las tradiciones. Por ello y con base en los principios disciplinares que establece Ibn Jaldún, para el estudio de la istoria (sin h del jónico), debemos saber atender esta nueva historia, ya depurada en su transliteración de la lengua náhuatl oral a la alfabética, por los misioneros de la prístina vertiente gramática de la sociolingüística histórica y del náhuatl (que se ha dado en llamar de la élite noble indígena) hacia la lengua española. Ibn Jaldún poco antes del renacimiento ilatiano del Quattrocento, daba cuenta de la importancia de las crónicas y de que muchos de sus autores como en el caso de los nuestros, no gozaban y no gozan “de gran renombre, de alta autoridad” aunque en sus obras se refleje la pertenencia a un paradigma poético intelectual que les fue suministrado por sus antecesores. 6 Ibn Jaldún, Introducción a la historia universal en Istoro; Democracias no occidentales, No. 4, Primavera 2001, CIDE, pp. 104-105. 7 Ibídem. ISBN: 978-607-9348-03-8 91 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia De tal suerte que cada vez más la historia y la antropología se deben fortalecer para colaborar sin celos academicistas y enriquecer los saberes de la etnohistoria que no ha logrado tener una profunda institucionalización y reconocimiento hasta en diccionarios. Para alejar a la etnohistoria de la esquizofrenia existencial en la que vive al ser ubicada falsamente como una hija bastarda de la historia y la antropología. Y pese a que con productos como la nueva edición de la Visión de los vencidos, damos cuenta de la importancia de seguir fortaleciendo y divulgando nuestros saberes como un patrimonio que cada día fortalece nuestra historia indígena y colonial, que nos acerca más a nuestros orígenes asiáticos, para reivindicar y fortalecer nuestra rica identidad indomestica y afromestiza, sin prejuicios, como lo hace con maestría el Espejo enterrado de Carlos Fuentes, que logra dar cuenta de la riqueza de cultura que la sociedad española vino a acumular a nuestra ya de por sí rica cultura de origen asiático. Con base en todas estas mezclas disciplinares, es por lo que me he atrevido a hablar y dar cuenta de un fenómeno etnohistorioantropológico, de un ejercicio híbrido que ahora se sustenta en lo que también ya podemos llamar etnohistoriografía, según Tavárez y Smith 8. Se trata de un saber en dónde se mezclan los recursos de la historia y la antropología más allá de sus pretensiones cientificistas positivistas, para abrevar a la etnohistoria y que como dice Bernard Cohn se dé un sano diálogo entre historiadores y antropólogos 9 que yo veo ahora en la facultad como un diálogo de sordos, que se ha acendrado mucho más en las escuelas angloamericanas y europeas y que en México sigue dando frutos y muestra de ello es la nueva edición de la Visión de los vencidos, que no es para menos si estamos queriendo reivindicar a los indios intelectuales autóctonos y sus escritos indígenas, como los precursores de la etnohistoria en la escuela americanista de antropología que tiene un claro cariz etnohistórico. Por lo antes dicho, debemos “reconocer la etnohistoria como una disciplina aparte” de la historia y la antropología aunque nunca dejará de alimentarse de ellas y viceversa, “sus prácticas deben absorber el peso de una tradición historiográfica que proviene de proyectos coloniales, cuyas aristas más agudas siguen incidiendo de manera sutil aun en la recolección más inocente de datos lingüísticos o etnográficos presentados por las fuentes coloniales” 10. 8 David Eduardo Tavárez y Kimbra Smith, Presentación, La etnohistoria en América: Crónica de una disciplina bastarda en Desacatos; Etnohistoria, No. 7, Otoño 2001, CIESAS-SEP-CONACyT, p. 14. 9 Bernard S. Cohn, Un antropólogo entre historiadores... Op. cit., p. 23. 10 Op. cit., p. 20. ISBN: 978-607-9348-03-8 92 III Congreso Nacional: Estudios Regionales y la Multidisciplinariedad en la Historia Finalmente hay que dejar en claro cuáles son las tareas de la etnohistoria mismas en las que no solamente podemos, sino debemos colaborar historiadores y antropólogos: Reconstruir y analizar cómo se está haciendo ahora las estructuras sociales y las culturas de los grupos étnicos indígenas que fueron colonizados entre los siglos XV y XVIII y que solamente cuentan con una historia oral; Atender a estudios lingüísticos y filológicos, y su contextualización histórica de los textos compuestos en sistemas alfabéticos, como el que ahora tenemos del cantar Tlaxcaltecáyotl; Poner atención al estudio del otro con base en los problemas epistémicos e historiográficos resultado del contacto entre culturas autóctonas y europeas; Analizar y cuestionar la interpretación de la historia sociocultural y socioeconómica de grupos no europeos utilizando metodologías filológicas, lingüísticas y etnológicas novedosas y; Confrontar temas que han sido tradicionalmente definidos como antropológicos mediante análisis históricos de fuentes documentales. Conclusiones Propongo reconocer a los intelectuales indígenas y sus escritos compilados en las relaciones indígenas de la conquista, no solamente de los nahuas, sino también de los mayas, otomíes y demás culturas, como una parte autóctona sumamente importante de los precursores de lo que se ha dado en llamar la antropología americanista, principalmente en la vertiente de la etnohistoria como en la sociolingüística, dado que son una parte sustantiva en la reverberación de los estudios sobre sociolingüística histórica de Mesoamérica y no tienen su lugar entre los grandes personajes que han gestado nuestra Historia con mayúscula y de nuestra antropología americanista, que sin ellos gozaría de una ausencia deleznable. La antropología y la historia como gestantes de la etnohistoria deben colaborar cada vez más de cerca y abrevar a la etnohistoria como una rama del saber de la ciencias sociales y humanidades, que cada día se consolida más y es cada vez más importante para dar lugar a la regeneración de una fuerte identidad indomestiza pluricultural y multicultural que nos caracteriza en México. ISBN: 978-607-9348-03-8 93