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Significado, comunicación y patrimonio cultural
El arte rupestre
en Colombia
Mural rupestre,
Parque Nacional
Chiribiquete, Colombia.
por PEDRO MARÍA ARGÜELLO GARCÍA y ÁLVARO BOTIVA CONTRERAS
Introducción
n su paso por el mundo, el hombre ha
dejado plasmadas en cuevas, piedras y
paredes rocosas, innumerables representaciones de animales, plantas u objetos, escenas de la vida cotidiana, signos y figuraciones geométricas, entre otras, obras consideradas entre las más antiguas manifestaciones de su destreza y
pensamiento.
El arte rupestre en territorio colombiano data de tiempos inmemoriales.
Hace aproximadamente 150 años se iniciaron las primeras investigaciones
(Ancízar, 1853; Uricoechea, 1854; Isaacs,
1884-85; Restrepo, 1851), a pesar de lo cual
no solamente es mínimo lo que se conoce acerca de esta expresión prehispánica, sino que se ha
permitido consciente o inconscientemente la destrucción de dicho legado histórico que hoy, en el mundo
contemporáneo, tiene poca importancia. El arte rupestre hoy, es patrimonio, es pasado, presente y futuro, lo
que induce a que esta expresión sea objeto de revisión
de las políticas culturales para su preservación. El arte
E
rupestre antaño, claramente visible hoy, se debe observar con lupa para poder amplificar su casi perdida significación y simbología.
Su denominación como ‘arte’ no significa que se
trate de objetos artísticos en los términos y con las finalidades con que hoy se entienden desde la cultura occidental. Ésta es sólo una más de las formas como se ha
intentado definir su significado. Lo ‘rupestre’ hace referencia al soporte en que se encuentra
(del latín rupe: roca). Quizás sea más
indicado el término ‘manifestaciones rupestres’, pues la palabra ‘arte’ implica
darle un sentido que no necesariamente
coincide con el que le dieron sus ejecutores
(Martínez y Botiva, 2002).1
El problema de la explicación
Los problemas concretos con que históricamente
se ha enfrentado Occidente tienen su asidero en la
formulación de preguntas y postulados científicos determinados. En este sentido, la ciencia no es sólo la
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No obstante, en este texto se hablará indistintamente de arte y manifestaciones rupestres.
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1860
La industria fotográfica da trabajo a más de 30 mil personas en París.
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1863
Entre París y Lyon entra en funcionamiento el
pantelegraphe o autográfico, del italiano Caselli, capaz de
transmitir diseños de documentos manuscritos por línea
telegráfica. Dicho aparato sería el precursor del telefax.
Localización
de algunos sitios
de arte rupestre
en Colombia.
forma por excelencia como Occidente resuelve sus
problemas, sino que también es un espejo donde se
ven reflejadas sus inquietudes, preocupaciones, deseos y miedos. Los cuestionamientos científicos, y las
respuestas dadas a los mismos, atraviesan todos y cada
uno de los campos de acción o indagación, con lo
cual se rompe la barrera entre las denominadas ciencias naturales y sociales.
Las preguntas y respuestas sobre el pasado no son,
por tanto, meras recopilaciones de estudiosos que buscan el conocimiento por el conocimiento mismo; ellas
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1864
El Profesor John Clark Maxwell, de la Universidad de Londres,
afirma la existencia de las ondas electromagnéticas.
están mediadas por motivaciones políticas, ideológicas, económicas y personales, todas determinadas en
gran medida por las particularidades históricas a partir de las cuales se llevan a cabo las mencionadas indagaciones (Argüello, 2001).
Dado el papel fundamental que la comunicación
desempeña en el contexto actual y su caracterización
preponderante como fuente de poder e incluso condición de supervivencia, no es de extrañar que se utilice el manejo de la información como herramienta explicativa de determinados fenómenos acaecidos en el pasado, incluido el arte prehistórico. Tal como lo ha planteado Paul Bahn
(1988), se puede rastrear el origen de las explicaciones sobre el arte rupestre con base
en la observación de la configuración propia de la sociedad que genera tal explicación en la época en que lo hace. De esta
manera, el auge y popularidad que en la
actualidad tienen las explicaciones que
consideran al flujo de la información como
estrategia necesaria para la supervivencia
del hombre prehistórico, no es otra cosa
que una proyección hacia el pasado de la
preponderancia dada actualmente por la sociedad occidental a dicho elemento.
Si bien el arte rupestre no llegó a ser una forma
de escritura ni un lenguaje fonético, lo gráfico comunica acontecimientos históricos, vivencias, pensamientos, creencias, y sus imágenes transmiten mensajes visuales. Pinturas y grabados fueron realizados para plasmar la memoria, en un material que, como la piedra,
garantiza su permanencia con el fin de salvarla del olvido y transmitir así mensajes que perduren a través
del tiempo y puedan ser transmitidos como parte de
una memoria cultural.
Las imágenes pintadas o grabadas corresponden
a objetos o ideas que a través del tiempo se modificaron hasta adquirir un carácter simbólico ligado a factores medioambientales, religiosos y sociales. Tanto en
las pinturas como en los petroglifos se plasmaron acontecimientos con el fin de rememorarlos y transmitirlos
a otras generaciones. Eso es lo que se cree pero, sin
duda alguna, una de las preguntas más difíciles de
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1865
Se crea la Unión Internacional de telecomunicaciones
(UIT), por un pequeño grupo de naciones europeas, para
definir la operación de las comunicaciones telegráficas a
través de sus fronteras.
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1866
En Colombia, nuevamente se intenta publicar un diario:
El Mensajero, que sólo circularía por seis meses.
responder sobre el arte rupestre es la de su significado. Teniendo en cuenta la imposibilidad actual de saber qué grupo humano realizó tal o cual figura, quién
la hizo o qué contexto permitió su elaboración, llegar
a suponer lo que buscaba plasmar el artista es una
empresa difícil. Incluso, algunos investigadores proponen que ante la dificultad de
tener acceso a los contextos de elaboración, que serían los que dan
al arte la significación misma, es
imposible una traducción cultural en nuestros propios términos, y así llegar a una explicación del significado.
Las personas que han tenido la oportunidad de contemplar
las imágenes paleolíticas de
Altamira y Lascaux, por una u otra
razón se han maravillado y de igual manera se han preguntado qué significan, o en este caso qué comunican tales figuras. Desde principios de siglo XX se ha
esbozado toda suerte de explicaciones para las mismas. Acerca del arte rupestre, éstas se pueden dividir
en dos grandes grupos definidos a partir de la observación de a quién va dirigida la información plasmada
sobre las rocas. El primero se refiere básicamente al
arte como comunicación con seres no humanos y el
segundo como comunicación con seres humanos.
Explicaciones mágicas, chamanismo y
alucinógenos
Las explicaciones mágicas básicamente plantean que la elaboración de determinados objetos tiene como fin su intersección respecto a seres de naturaleza extra corpórea, llámense dioses, espíritus, antepasados, etc. El objeto puede tener o
bien una función votiva (ofrenda) o bien
desencadenante de fenómenos, lo cual implica la utitlización de ritos y diversos usos
mágicos (Frazer, 1995; Schobinger, 1982, 1988). Desde
esta perspectiva, el arte rupestre es utilizado como un
símbolo instrumental que permite o bien la comunicación o el paso mismo a mundos sobrenaturales (Whitley,
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1867
El impresor estadounidense Christopher Latham Scholes
construye la primera máquina de escribir práctica.
1998: 16). Esta comunicación tiene como fin solucionar
problemas terrenales tales como la ausencia de lluvias,
la cura de enfermedades, la búsqueda del alimento, etc.
La perspectiva denominada aquí mágica toma como
punto de partida ciertos supuestos tales como que todas las sociedades denominadas primitivas
son orientadas por chamanes (LewisWilliam & Dowson, 1988; Ross, 2001;
Oswan, 1998) y que los aspectos mágicos, y por ende rituales, son un aspecto capital en
la estructuración de dichas sociedades (Reichel-Dolmatoff,
1997). De acuerdo con lo anterior, el chamán, como agente de
conservación del equilibrio entre la sociedad, el medio ambiente y el mundo sobrenatural, produce el arte rupestre y lo administra. La producción misma se origina y resulta de la comunicación con otros
seres y del traslado a esferas no corporales. Por tanto, el
arte rupestre opera en un doble sentido: como vehículo que permite la comunicación y como producto de la
misma.
Como vehículo, los lugares con arte rupestre son
espacios sagrados, o bien porque allí habitan seres
sobrenaturales o porque son el portal para ingresar a
su mundo o entrar en contacto con ellos. De esta manera, la distribución de rocas con pinturas o grabados
brinda la posibilidad de un ordenamiento simbólico
del paisaje (Schobinger, 1988; Tilley, 1996). Como
producto, el arte rupestre es generalmente contextualizado dentro de la tradicional práctica de ingestión de alucinógenos, la cual en el momento del trance
del chamán permite la observación de
determinadas figuras, de origen netamente neurofisiológico,2 que durante o
posteriormente al ritual son fijadas en las
2
Petroglifo La Guaca,
vereda Misiones,
El Colegio, (Cund.).
La explicación del origen del arte a partir de una perspectiva neurofisiológica plantea que
existe cierto número de figuras denominadas fosfenos (espirales, zig-zag, círculos radiados,
rombos,), imágenes subjetivas, independientes de cualquier fuente de luz externa, que se
producen como resultado de la auto-iluminación visual y que por originarse dentro del ojo y el
cerebro son comunes a todos los seres humanos. Para este caso es la ingestión de sustancias alucinógenas la que produce la observancia de tales los fosfenos.
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1869
Se emite la primera lista sobre publicaciones periódicas
norteamericanas. Existían 5.411 periódicos y revistas.
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1870
El italiano Antonio Meucci presenta en la ciudad de Nueva
York el teletrófono, nombre que le asignó al que hoy se
conoce como teléfono. Se tardó más de un siglo, después
de su muerte, para que recibiera reconocimiento.
rocas (Lewis-Williams & Dowson, 1988;
Hodgson, 2000; Reichel-Dolmatoff,
(centro) Petroglifo,
1985; Whitley, 1998). Para el caso parApulo (Cund.).
ticular colombiano, ha sido Reichel(der.) Pictografía, Sibaté
(Cund.).
Dolmatoff (1985, 1987) quien ha sugerido un origen chamánico y neurofisiológico para el arte en general y el
arte rupestre en particular. Otros estudios han pretendido reconocer las
figuras mismas de los chamanes en el
arte rupestre y la representación de
las alucinaciones y otros aspectos relacionados, donde “su objetivo es
siempre la comunicación” (ReichelDolmatoff, 1985: 306; Castaño, 1998).
Finalmente, dentro de las
funciones comunicativas
no se puede pasar por
alto la función educativa,
según la cual los sitios
con arte rupestre serían
además los lugares de aprendizaje de chamanes o los sitios de realización de ritos de paso.
La explicación mágica presenta varios problemas
para ser aceptada. En primer lugar, dada la precariedad de estudios arqueológicos referentes al tema, existe poca evidencia de que el arte haya sido elaborado
por uno u otro tipo de persona, para este caso el
chamán, cuya figura, además, es en exceso generalizada y olvida las posibles variaciones que pueden existir entre comunidades o sociedades humanas diferentes (Oswan, 1998: 33). Por otra parte, el tipo de figuras
(izq.) Petroglifo Las Manos,
Cachipay (Cund.).
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1871
En Colombia, con el propósito de defender los preceptos
conservadores y de la religión católica, Miguel Antonio Caro
lanza El Tradicionalista.
presentes en el arte rupestre no siempre ni necesariamente se corresponde con las limitadas categorías dadas por los fosfenos; por tanto, existiría una gran cantidad de figuras que no cabrían dentro de la explicación misma. Los fosfenos como categoría, además, generalizan en exceso las explicaciones de una gran variedad de contextos sociales de sociedades ubicadas
en lugares y tiempos diferentes, en beneficio de componentes universalistas basados en la denominada unidad psíquica y biológica de la raza humana (Trigger,
1989: 101); en detrimento de explicaciones que den
cuenta del arte rupestre como producto social y cultural. Finalmente, la noción del arte rupestre completamente imbuida por ritos, ingestión de alucinógenos,
seres extraños y oscuros, contribuye a mantener la imagen del indígena como un ser primitivo envuelto en
creencias atrasadas e irremediablemente atado a supersticiones.
Arte para los humanos, subsistencia y relaciones de
poder
El arte para humanos ha sido generalmente
enmarcado dentro de una perspectiva ecológica y social, donde el desarrollo y tratamiento de la información
es una estrategia adaptativa que posibilita la supervivencia en pequeña y gran escala (Gamble, 1990). En
gran escala, se trata de redes de información en sistemas abiertos que permiten el acceso a recursos alimenticios alternativos en caso de escasez o falta de los tradicionales. En pequeña escala, son redes estrechas y limitadas que garantizan el acceso privilegiado de ciertos grupos sobre recursos específicos y concentrados
geográficamente (Jochim, 1990; Barton et al., 1994).
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1872
Firming Gillot, de París, perfecciona el sistema de fotograbado de líneas dibujadas.
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1872
En Colombia, deja de publicarse El Mosaico.
El flujo de información
en sistemas abiertos o cerrados, además de sus lógicas implicaciones espaciales, connota el grado
de acceso que un individuo perteneciente a determinado grupo social puede tener a la misma. Por tal
razón, la información se convierte en un elemento generado y restringible, por medio del cual no sólo se
crean identidades de grupo sino que también se permite el reclamo de derechos de propiedad (Wobst,
1977; Jochim, 1990; Barton et al., 1994). A través de información cifrada o particular, que los investigadores
tradicionalmente identifican como estilo, se trazan esferas de pertenencia a grupos o facciones para controlar o bien las relaciones al interior del grupo mismo
o las relaciones entre grupos (Earle, 1990). La información, o mejor, el manejo de ella, se convierte así en
una tenencia que asegura ecológicamente la supervivencia del grupo, y socialmente el acceso y manutención del poder dentro de él.
Como puede observarse, la producción de arte
rupestre en contextos chamánicos y rituales no es completamente excluyente de las explicaciones ecológicas
o sociales. Básicamente el problema es a qué tipo de
interés teórico obedezca cada investigación, ya que
se puede también observar el ritual desde el punto de
vista de la teatralización del poder, que es a su vez
reforzada por un simbolismo mágico-religioso. En otras
palabras, es importante tener en cuenta que incluso la
comunicación o mensajes enviados a seres sobrenaturales tienen un componente social (entiéndase humano), y en cierta medida van dirigidos también hacia el
grupo social. En términos de Wobst (1977), la información posibilita tanto la interacción
como la diferenciación social.
Signos y símbolos
Otro enfoque de análisis para
acercarse a la explicación del arte
rupestre es la semiótica, entendida como el estudio de los sistemas
de signos creados por el hombre
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1874
Aparece la primera máquina de escribir en el mercado,
basada en el modelo de Scholes, rebautizada más tarde con el
nombre de Remington.
Se inaugura la Sociedad de Amigos del Libro en París.
a través de la historia con un fin comunicativo. Un signo es algo que, para alguien, representa o se refiere a algo en
algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa
persona un signo equivalente o, tal vez,
un signo aun más desarrollado (Peirce,
1974: 22).
Cualquier cosa puede ser explicada por medio de
los signos (Walther, 1994: 63). Por esta razón, el hombre tiene una serie de representaciones que utiliza según la ocasión. Para esto convierte el objeto en signos; éstos funcionan eficazmente. Según el caso, hay
signos, visuales, táctiles, olfativos, gustativos, y se pueden combinar según la necesidad; por ello, el hombre no se relaciona sólo con las cosas, sino también
con los signos; su conocimiento es mucho más de un
mundo de signos que de un mundo de objetos (Bense,
en Walther, 1994: 161).
La aplicación de la semiótica al estudio de las manifestaciones rupestres es de vital importancia, porque
pinturas y grabados cumplían la función de comunicar a través de la representación. Tenía que existir un
sistema de códigos que los miembros de la comunidad, o por lo menos algunos de ellos, conocían y descifraban; esta expresión artística podía tener diferentes funciones y usos según la ocasión y la significación.
Sin embargo, no se debe desconocer que el análisis del mensaje implícito en el sistema de signos está
sujeto a una multiplicidad de lecturas e interpretaciones, por lo cual hay que distinguir entre la o las significaciones que le atribuye el grupo social emisor y las
que le adjudica el investigador como observador, sin
desconocer que por más objetividad que pretenda, éste
no puede olvidar su propia carga cultural. La interpretación y las conclusiones a las que el investigador llega
con el análisis sobre la organización
del contexto y la cronología de las manifestaciones rupestres, quedan dentro del marco de las hipótesis. Éstas
pueden ser sometidas a pruebas de
verificación; por ejemplo, el diagnóstico puede ser reclasificado por terce-
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1874
En Colombia, Fidel Cano dirige La Idea, periódico de
formato pequeño.
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1875
El norteamericano George Carey propone un sistema capaz
de transmitir y recibir eléctricamente imágenes en movimiento.
ros, a partir de los rasgos descriptivos
de los diferentes conjuntos rupestres.
(der.) Pictografía donde
Las manifestaciones rupestres,
se utilizaron combinadamente
las técnicas dactilar,
como sistema de comunicación, son tal
con instrumento e impronta,
Soacha (Cund.).
vez la evidencia arqueológica más directa con la que cuenta el arqueólogo,
pues éstas forman parte de “un sistema de mensajes utilizados por un grupo humano que lo tradujo a un código
organizado por reglas inteligibles para
el emisor y para el receptor”. Este último, al decodificar este mensaje, tiene
acceso al contenido que se ha intentado transmitir. Según Lorandi (1976: 278), el mensaje está
integrado por tres partes fundamentales: el signo, que
es la unidad constituyente de un sistema de comunicación y “que no tiene otra ley de existencia que su diferencia respecto a los demás signos del sistema”, el conjunto de reglas, y la significación que el grupo social
otorga a cada signo y a las reglas por las cuales se
expresan.
Lorandi (1976) plantea que metodológicamente el
signo puede ser aislado, clasificado y posteriormente
puede estudiarse la estructura por la cual los signos se
relacionan. El aislamiento es sólo desde el punto de vista formal. Respecto a la valoración
del signo, se puede lograr a partir
de la ‘diferenciación formal’, la cual
permite identificar externamente
elementos significativos como fenómenos relevantes o típicos de una
situación cultural dada. Para el investigador, a nivel operacional este
(izq.) Pictografía,
Machetá (Cund.).
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1877
Thomas Edison aplica para la patente del fonógrafo o máquina
parlante. El francés Emile Reynaud adapta el praxinoscopio
(teatro óptico), para proyectar sobre una pantalla las imágenes
dibujadas en una cinta de papel (no fotografías), que representaban distintas fases de un movimiento animado.
criterio reviste interés contextual y cronológico. Los resultados de este análisis deben
ser transformados a un lenguaje documental
previamente definido con la idea de unificar
las descripciones para que puedan ser comparables. Una prueba de verificación importante reside en la posibilidad de reproducir
el fenómeno a partir de un lenguaje descriptivo y claro en el que se definen previamente
criterios de observación.
Para el análisis descriptivo se definen:
la orientación, que determina la posición relativa del
observador y del signo; la segmentación, que define
un corte en los componentes morfológicos según criterios prácticos, y la diferenciación, que fija los distintos valores que se pueden tomar de la segmentación,
a la vez que adquiere importancia cuando el diseño
no se repite. Es una elección planificada e intencional
que debe tenerse en cuenta, ya que, como puede observarse, las categorías –como por ejemplo naturalista, geométrico o esquemático–, son intentos de
decodificación y recodificación elaborados siempre
desde el punto de vista occidental.
Un nivel de análisis está dado por la formación de
unidades complejas que pueden descomponerse a
partir de elementos mínimos, en representaciones figurativas que se acercan a lo humano o animal constituidas a partir de rasgos simples, lo que a la vez se
puede segmentar en partes y atributos.
Otro nivel de análisis es el de la segmentación y
diferenciación a partir de unidades simples, como por
ejemplo: serpiente, cuadrúpedo, humano; o complejas, que no son figurativas sino abstractas.
Estos tipos de análisis, problemáticos incluso en su
concepción misma, son lo que generalmente se conoce como análisis estilísticos y tipológicos, tradicionalmente utilizados en la investigación comparativa de rocas y conjuntos en América y Colombia (Consens, 1986; Prous,
1997; Pérez de Barradas, 1941; Castaño, 1998).
Para algunos el signo es, en principio, un objeto construido; para otros
–nosotros incluidos– es un objeto ob-
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1877
Bell dicta una conferencia en Massachusetts que a través
del teléfono era escuchada al mismo tiempo en su laboratorio en Boston.
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1877
En Colombia, en la ciudad de Cartagena, Rafael Núñez
crea El Porvenir.
servable; otros sólo toman en cuenta sistemas de signos previamente establecidos,
entre ellos, algunos se limitan a los sistemas
intencionalmente construidos (códigos de
ruta, etc.), mientras que otros extienden esas
nociones a la investigación de los sistemas
de significación implícitos en toda práctica
social: los mitos, los ritos, las prácticas culturales… (Robert Marty, 2002).
Los signos son comprensibles siempre
y cuando tanto el emisor como el receptor
manejen los mismos códigos. Las interpretaciones modernas sobre el arte rupestre son tan sólo hipótesis. Suponemos, entonces, que dichas manifestaciones no son
ejercicios de infantes ni que su composición fue hecha
al azar. Debieron ser una expresión de creatividad, cuyo
significado representó aspectos de las relaciones sociales a nivel religioso y del medio en que sus artistas las
hicieron. Cuando se percibe una expresión plástica o
gráfica de ‘arte rupestre’, como si fuera un ser humano,
animal o, incluso, una figura geométrica, es porque la
figura se acomoda a las expectativas creadas acerca de
cómo es percibido un humano o un animal. Pero cuando se percibe la figura ‘como ella misma’, es porque no
se tiene un inventario de reglas de reconocimiento que
permita adjudicarle contenidos a esa figura.
Interpretar el ‘arte rupestre’ es, por lo tanto, el ejercicio más antropológico que se pueda imaginar, en
tanto se entiende a la antropología, o su legado de
casi siglo y medio, como el intento de traducir culturas
(códigos que permiten la comunicación y la construcción de significados) desde un código intercultural: la
jerga de la antropología (Flórez, 2002).
Un problema más urgente:
la conservación
En las últimas décadas, aficionados y
profesionales de diferentes disciplinas interesados en el arte rupestre han discutido animada e incansablemente sobre la
mejor forma de registrar y, al mismo tiempo, proteger de su destrucción las rocas
en que se hallan estas huellas de antiguos
pueblos hoy extintos.
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1878
Aparece en el mercado el segundo modelo de máquina de
escribir de la casa Remington, dotado con mayúsculas. Entra
en funcionamiento en los Estados Unidos la primera central
telefónica.
(izq.) Pictografía en blanco,
Legos y expertos han realizado
Tibirita (Cund.).
prácticas que se creían inocuas hasta
(der.) Pintura
hace poco tiempo, como el remarcar
con diversos calibres de trazo,
desde muy finos hasta grandes
los petroglifos con tiza para facilitar
áreas planas donde posiblemente
se usaron diferentes instrumentos,
su registro fotográfico, o ‘lavar’ la pieMongua (Boyacá).
dra y ‘limpiarla’ con detergentes y cepillos con la finalidad de apreciar mejor las figuras. Pero también se han
hecho ingentes esfuerzos en los últimos diez años para la conservación
del arte rupestre, como en el caso de
la famosa fuente del Lavapatas del parque arqueológico de San Agustín, o
los hipogeos de Tierradentro (Flórez, 2002).
Varios aspectos se requieren para conseguir el
objetivo de conservar esa herencia. Entre ellos la multie interdisciplinariedad, que permita la convergencia de
conocimientos de disciplinas como la física, la química,
la arqueología, la antropología, la geología, la geografía y la estética, entre otras. En cada una de estas áreas
se habla un lenguaje propio, y no existen en ellos equivalentes que permitan describir y darle sentido a fenómenos como el desgaste de la roca producto de elementos atmosféricos, el efecto del calor sobre los cristales de que está hecha la roca donde existe arte rupestre, los efectos de la humedad sobre
las pinturas de los hipogeos, los efectos de las cerdas de los cepillos sobre la pátina de una roca, etc. Se necesita hablar el lenguaje de las rocas, la gramática de físicos y químicos, para poder conservar el llama-
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1878
En Colombia, aparece la revista cultural El Repertorio
Colombiano, publicación de Carlos Martínez Silva.
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Se implanta el primer teléfono francés en el que se incorporan en un mismo elemento el receptor y emisor; este
modelo se debe a Clement Ader.
do ‘arte rupestre’ desde el momento
mismo de su registro.
El arte rupestre existe como un producto de las sociedades prehispánicas;
como éstas desaparecieron, ya no pertenecen a ellas, pero sí a la actual sociedad. Es una obra auténtica, que
hace parte del llamado patrimonio cultural de la nación por ser evidencia de
historia, de identidad; es una huella histórica de memoria y de olvido. Su significación actual no siempre importa como pasado, ni como patrimonio cultural, pero
es importante por su existencia en el presente.
El arte rupestre es parte de lo que se desconoce
de la cultura de otros. Mientras la propia
memoria está conformada tanto por elementos materiales como inmateriales
(ideas, relatos, saberes), la memoria de
otros se presenta sólo en forma material,
sea ruina, resto o producto de las acciones del pasado. Por tanto el derecho a la
memoria debe ser defendido como un derecho irrenunciable, puesto que es el patrimonio del alma.
Para valorar lo que aún queda de las manifestaciones rupestres, hay que partir de lo intangible a través
de una estrategia cultural que las redescubra, las relacione con la memoria y con la historia.
El arte rupestre bien puede ser un referente de identidad social para la construcción de nación; desconocerlo como vestigio cultural es ignorar que forma parte de la
memoria documental y patrimonial de
los colombianos. La política para su
defensa depende del interés y conciencia que se tenga frente al valor patrimonial y de la relación que al respecto se establezca entre las autoridades
y la población para que en conjunto
busquen la manera de motivar al visitante a que asuma el arte rupestre con
sentido de apropiación y pertenencia,
a la vez que se implementen reglas claras para la accesibilidad y administra-
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1879
En Colombia, en la ciudad de Medellín aparece la Revista
Industrial, bajo la dirección de Fidel Cano y Camilo Botero.
ción de los sitios donde existen dichas manifestaciones.
La comunidad debe conocer las pinturas y los grabados prehispánicos, pues entre más se divulgue el arte
rupestre, más personas se interesarán por su valoración
y protección (Botiva, 2000a, 2000b, 2002a, 2002b; Martínez
y Botiva, 2002).
Hoy por hoy, el patrimonio rupestre colombiano
debe rescatarse a partir de la resignificación de los bienes culturales para que en un futuro, con el avance de
la ciencia y del conocimiento, se pueda descifrar el lenguaje de sus signos, así como recuperar el significado
social inmerso en ellos, es decir, lo que quisieron comunicar los antepasados. Independientemente de su
interpretación, el hecho de que el arte rupestre sea un
legado cultural de la época prehispánica,
debe ser objeto de admiración, valoración
y respeto, puesto que pertenece a todos y
cada uno de los colombianos.
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1880
Mark Twain se convierte en el primer escritor que entrega
sus textos escritos a máquina.
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1881
En Colombia, surge el Papel Periódico Ilustrado, revista
dirigida por Alberto Urdaneta, que se caracterizó por sus
grabados.
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1882
En Colombia, Rafael Núñez funda el diario La Luz de Bogotá.
Excepcionales
representaciones de
animales (venados) en
Mongua, Boyacá, lo que no
suele ser común en el arte
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PEDRO MARÍA ARGÜELLO GARCÍA
Antropólogo, Universidad Nacional de Colombia.
ÁLVARO BOTIVA CONTRERAS
Investigador, Instituto Colombiano de Antropología e
Historia (ICANH).
El mapa, las fotografías y demás representaciones gráficas
fueron tomadas del Manual de arte rupestre de Cundinamarca
de Diego Martínez y Álvaro Botiva Contreras
y del CD Rom Arte Rupestre de Cundinamarca, patrimonio cultural de la Nación
de Álvaro Botiva Contreras, publicados por el Instituto Colombiano de Antropología
e Historia, la Secretaría de Cultura de la Gobernación de Cundinamarca
y el Fondo Mixto para la promoción de la Cutura y las Artes de Cundinamarca.
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