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ENCUENTRO INTERNACIONAL
FECUNDIDAD DE LA MEMORIA. DESAFÍOS DEL PRESENTE A LOS USOS
DEL PASADO EN AMÉRICA LATINA
EJE Nº3: EL LUGAR DE LAS PRODUCCIONES ESTÉTICAS
Autores: Rosso, Claudio Ezequiel - Zalazar, Marcelo Daniel.
Procedencia institucional: Escuela de Letras, Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba.
País: Argentina; Ciudad: Córdoba.
Contacto: [email protected]
Título: “La memoria en la literatura infanto-juvenil argentina. Las reminiscencias
circulares en El mar y la serpiente, de Paula Bombara”
Resumen: La literatura infanto-juvenil es un género literario aún poco considerado en
Argentina. No obstante, se trata de una taxonomía que en algunas obras procura
respuestas posibles a situaciones históricas concretas. Los niños lectores crean una
regulación de las representaciones del mundo a partir de cómo lo ven en la novela. Para
ellos, situaciones infames como una dictadura están despojadas de la complejidad que
hay en la realidad, porque lo complejo no está en las representaciones de un niño.
Tournier, como Halbwachs, propone dos tipos de memoria. La primera se palpa en
libros de historia, reliquias en museos, monumentos o edificios en ciudades. Este tipo de
memoria es colectiva y de enseñanza oficial. Pero también hay una memoria individual:
cada uno de nosotros posee su pasado, ilustrado por cartas, fotos y objetos-recuerdos.
Ambas memorias contribuyen a nuestro cimiento y nuestro equilibrio en la vida.
Nuestra ponencia desarrolla el modo en que Paula Bombara se vale de su novela El mar
y la serpiente para construir un lugar de la memoria, y cómo esta obra se inscribe en la
memoria de nuestro país y de nuestro tiempo, en un cruce entre memoria individual y
memoria colectiva. El concepto de “reminiscencias circulares” se refiere a la
permanente construcción de recuerdos presente en la obra de Bombara. Ana, la niña
protagonista, recuerda lo que vivió siendo pequeña, pero con los años su memoria
individual se une a la de su madre y ambas configuran una memoria en común, que se
asemeja a la de los familiares de los miles de desaparecidos que dejó la dictadura militar
en Argentina. En definitiva, y siguiendo a Benjamin, la niña construye su propia
historia: reinstala, acomoda y convoca al pasado, porque cada época cita de manera
distinta lo que ha quedado atrás.
1
Palabras claves: literatura infanto-juvenil - reminiscencias circulares – dictadura.
La memoria en la literatura infanto-juvenil argentina. Las reminiscencias
circulares en El mar y la serpiente, de Paula Bombara
“Tal vez la literatura no sirva para cambiar el mundo,
pero sí está sirviendo para conservarlo.” (Isaac Rosa) 1
I. LA FICCIÓN Y SU VÍNCULO CON LA MEMORIA
En cierta ocasión en la cual Irene Klein 2 se refirió al acto de narración, lo definió
como sinónimo de “mímesis”, de la siguiente manera:
Si el acto de narración o mimesis es ficción, lo es en la medida en que en la narración ocurre la
invención (…) La mimesis, al imitar la estructura lógica y el significado de los acontecimientos,
no como efectivamente se dan, se convierte en una especie de metáfora de la realidad a la que
reactiva y confiere rasgos propios. (KLEIN, 2007: 20)
Por otra parte, Klein hace una lectura de Paul Ricoeur y manifiesta que el relato
histórico “re- presenta” la realidad redescribiendo el mundo con pretensión de decir la
verdad. De esta manera, podemos afirmar que la ficción no busca decir certezas sino
sobrepasar el límite de lo real. En otras palabras, la ficcionalidad oculta y revela; debe
tomarse lo que se dice “como si” hiciera referencia a otro elemento o circunstancia de la
realidad. Por esta razón, El mar y la serpiente, de Paula Bombara, es una novela que
debe ser tomada como si fuera un hecho verídico, aunque no necesariamente lo sea,
pero que sí busca representar la realidad, lo cual constituye, al fin y al cabo, el
verdadero fin de la ficción.
Sobre esta cuestión también se explayó Ricardo Piglia, quien ha llegado a
afirmar que la ficción ocupa un lugar trascendental dentro del discurso literario. Para
Piglia, más que una forma concreta de describir, la ficción es una posición ante la
realidad, y desde su perspectiva es sorprendente que con fecuencia se pueda comprobar
que todo puede escribirse, que todo puede convertirse en literatura y en ficción.
En la misma línea de análisis, este escritor y crítico argentino nos manifiesta que
la especificidad de la ficción es precisamente su relación específica con la verdad:
2
Me interesa trabajar esa zona indeterminada donde se cruzan la ficción y la verdad. Antes que
nada porque no hay un campo propio de la ficción. De hecho todo se puede ficcionalizar (…) La
realidad está tejida de ficciones. (PIGLIA, 2001:11)
Asimismo, para Piglia la ficción abarca o puede abarcar la totalidad de los
discursos sociales, entre los cuales podemos incluir al discurso de la historia, tal como
veremos en esta presentación.
Paula Bombara, en términos de Piglia, recurre al discurso de la historia a través
de la ficción, para contar las vivencias de una niña argentina durante la última dictadura
en nuestro país. El planteo de nuestro trabajo es establecer cómo Bombara se vale de su
novela El mar y la serpiente para construir desde la ficción un lugar de la memoria, y
cómo esta obra se inscribe en la memoria de nuestro país y de nuestro tiempo.
II. MEMORIA INDIVIDUAL Y MEMORIA COLECTIVA
El mar y la Serpiente es una novela que se inscribe en una memoria literaria
construida en el cruce entre la memoria individual y la memoria colectiva. Se cuenta la
historia de una niña que permanentemente reelabora recuerdos de su infancia, la cual
estuvo marcada por el dolor y el desarraigo, por la pérdida de su padre a manos del
terrorismo de estado y por la milagrosa recuperación de su madre tras haber sido
secuestrada:
Papá no está.
¡Dale, vamos!, dice mamá.
¿Y papá?, digo.
Cuando vuelva nos va a buscar a lo de los abuelos. Mamá está seria. Apurada.
Mamá tiene los ojos con agua. Pero no llora.
Mentira.
Llora. Pero para adentro.
(BOMBARA, 2011:13)
Memoria individual y memoria colectiva se entrelazan a lo largo de esta novela
en la construcción desde la infancia. Podemos observar a lo largo de toda la obra la
construcción de una memoria que surge de un interés por gestos, comportamientos y
una continua interrogación sobre acontecimientos a los cuales no es capaz de acceder en
3
un principio pero que luego se van prefigurando en la continua indagación y el continuo
aprendizaje.
Los conceptos de “memoria individual” y “memoria colectiva” son
fundamentales para un individuo y para una sociedad porque ambos se articulan en pos
del mismo objetivo: construir el presente desde el pasado. Al respecto, Maurice
Halbwachs dice:
En cuanto el niño pasa la etapa de la vida puramente sensible, en cuanto se interesa por el
significado de las imágenes y cuadros que percibe, podemos decir que piensa en común con los
demás, y que su pensamiento es compartido entre la multitud de impresiones personales y
diversas corrientes de pensamiento colectivo. (…) Es posible que el recuerdo no se incluya
enseguida (…) y que pase algún tiempo hasta que entendamos el sentido de este acontecimiento.
Lo fundamental es que el momento en que comprendamos llegue lo bastante pronto, es decir,
mientras el recuerdo aún esté vivo. (HALBWACHS, 2004:62-63)
Partiendo de estas consideraciones, podemos ver cómo se produce en la obra de
Bombara la configuración de una memoria desde la cual la niña comienza a construir un
presente que con el correr del tiempo del relato se constituye en un pasado que se
intenta recordar. Además, la memoria que está construyendo pertenece a esta niña pero
también a la sociedad argentina, que no olvida lo sucedido entre 1976 y 1983:
Y yo que no me acuerdo de nada
pero me pasó a mí
y si hago fuerza me acuerdo de algunas cosas.
Los desaparecidos los desaparecidos no son seres de carne y hueso así los desaparecidos con ese
nombre. (BOMBARA, 2011:105; márgenes de la edición original)
Al incluir en el título de nuestro trabajo el término “reminiscencias circulares”
nos referimos a la permanente construcción de los recuerdos que está presente en la obra
de Bombara. Esta construcción es cíclica y repetitiva, y es por ello que pensamos en un
proceso circular de rememoración. La niñita sufre la desaparición de su padre, el
desarraigo de no tener un lugar estable para vivir como fruto de la persecución, y la
temporal pérdida de su madre, quien es secuestrada pero milagrosamente regresa a ella.
La nena recuerda lo que experimentó siendo pequeña, pero con el correr de los años
busca apoyo en la memoria de su mamá para reelaborar el doloroso pasado. Su memoria
individual se une a la de progenitora y ambas elaboran una memoria en común, que se
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asemeja a la de los familiares de los treinta mil desaparecidos que dejó la funesta
dictadura en Argentina. Es importante hacer énfasis en que las cosas de las que no se
acuerda la protagonista son completadas por una memoria colectiva transferida por el
otro. Esto puede verse en un diálogo con su mamá:
–¿Cuántos años tenía yo cuando desapareció papá?
–Tres recién cumplidos.
–¿Y vos?
– Veintidós. Él, veinticuatro y medio. Éramos muy jóvenes.
–¿Por qué lo suecuestraron?
–Tu padre y yo militábamos, eso ya lo sabés. Yo, en la Juventud Peronista. Él, en el gremio de la
Universidad donde trabajaba.
(BOMBARA, 2011: 90)
El pasado puede inscribirse en recuerdos afectivos, en sensaciones ínfimas que
hacen revivir con una vivacidad conmovedora toda una época pasada, como puede
observarse en la memoria de la niña. El papel del cerebro es precisamente el de elaborar
el pasado según las necesidades de la vida presente. Recordar es exhumar los trazos y
las huellas que dejaron las experiencias pasadas pero es, aún más, aprender a organizar
el saber para un uso futuro. La memoria individual es construida por la sociedad y por el
grupo. Incluso un pequeño sector de la sociedad funciona como una memoria, tal como
lo hacen en conjunto la nena y su madre. La memoria individual se constituye según
ciertos marcos que el grupo y la sociedad han definido.
Los marcos o ejes de la memoria son dados por el grupo, por la colectividad, por
la sociedad misma. Es según esos marcos como registramos los recuerdos y es según
esos mismos marcos –que han fijado los recuerdos– como los reconstruimos
ulteriormente. Esos marcos son la lengua, el espacio y el tiempo. Así, nuestros actos de
memoria no son ni totalmente libres ni totalmente espontáneos. Memoria individual y
memoria colectiva están permanentemente en relación dialéctica. La memoria es
“construcción” del pasado, por supuesto, pero es, aún más, construcción del presente. Es
lo que nos permite vivir mejor en el presente.
Los procedimientos narrativos utilizados por Bombara en esta obra son
mecanismos que constituyen políticas de la memoria. El arte, y la literatura en
particular, mediante estos recursos producen una “memoria otra”, diferente y
contestataria a la memoria oficial.
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La obra analizada en esta ponencia es una representación de una memoria que
desfosiliza a la memoria canónica u oficial. Se trata de una memoria real, de vidas
anónimas. La historia de esta niña es una de posibles historias comunes durante la
oscura dictadura que padeció Argentina entre el ‛76 y el ‛83. Se tocan hechos que
pueden sucederle a cualquiera. Los regímenes totalitarios coartan la libertad de todos.
Bombara trae al presente un pasado que no debe ser olvidado. Las políticas de la
memoria se basan no sólo en la escritura de una novela, sino en la transmisión de este
tipo de obras a toda la sociedad. De esta manera, la narrativa es empleada como medio
de construcción de la memoria.
III. LA MEMORIA DE LOS OBJETOS
Para el francés Michel Tournier, el pasado, inclusive el más lejano, no está
muerto. El pasado es presente, de alguna manera, pero justamente puede estar presente
de diferentes maneras. Está la “Historia” que figura en los libros. Están los objetos en
los museos. Están los edificios en las ciudades. Esta memoria es colectiva y forma parte
de la enseñanza escolar. Pero está también la memoria individual, ya que cada uno de
nosotros posee su pasado, ilustrado por cartas, fotos y objetos-recuerdos. Ambas
memorias contribuyen a nuestro cimiento y nuestro equilibrio en la vida. 3
En El mar y la serpiente hay dos objetos clave en la vida del personaje principal:
el mar, donde ella sentía que podía hablar con su papá fallecido, y la serpiente de trapo
que le cosió su mamá estando secuestrada. Son objetos que le sirven a Ana como un
efímero alivio ante tanto dolor. A ellos se les unen otros como el juego de sombras
chinescas con su madre por las noches, o la gatita Pamina.
¿Por qué motivo Bombara apela a los objetos-recuerdos? Creemos que hay una
intención de la autora de amenizar lo crudo del relato en general, y de acercarlo un poco
a la perspectiva de la literatura infanto-juvenil, en la cual se inscribe esta obra de
Bombara. No olvidemos que se trata de una novela destinada a los jóvenes. No obstante,
expone con crudeza el horror y el dolor de la dictadura en nuestro país.
IV. EL ESCRITOR COMO HISTORIADOR
Alguna vez el filósofo argentino Ricardo Forster dijo:
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…el historiador, atravesado por su tiempo, por la lengua de su época, por los prejuicios de su
contemporaneidad, atravesado por lo que su memoria recuerda y por lo que olvida, atravesado
por sus lecturas y por sus tradiciones, por sus caudales teóricos, por lo que su época lee de sí
misma y de lo heredado, establece una relación con lo acontecido en la cual de diversos y no
siempre transparentes modos, (al pasado) se le hacen ciertas preguntas, sólo posibles a través de
las demandas y las inquietantes vicisitudes del presente habitado por el historiador. Esto no
significa que el historiador reduzca el pasado a un gesto subjetivo. (FORSTER, 2009:30)
Consideramos que todo escritor ejerce en algún momento el papel de historiador,
porque la ficción es un modo de abordar la realidad, y cada época y sociedad se refieren
a su pasado de manera diferente. Esto es lo que precisamente hace Bombara: adopta la
figura de “historiadora”, al mismo tiempo que se constituye como escritora de ficción
para niños y adolescentes.
Pero, ¿cuál es la estructura de la obra que posibilita construir historia y
memoria? Debemos decir que se divide en tres partes tituladas “La niña”, “La historia”
y “La decisión”. Cada uno de estos títulos nos introduce en distintos momentos de la
vida de la protagonista. En primer lugar, el relato es efectuado por la voz de la niña,
quien de manera sencilla e inocente relata cómo vivió de pequeña los terribles
momentos en los que su padre desapareció, debió huir con su madre y finalmente ambas
fueron víctimas de un secuestro en el que casi la pierde también a ella.
El segundo apartado nos traslada temporalmente a una época posterior, cuando
la madre de la niña ya ha regresado del cautiverio y reinició su vida con un nuevo
marido y una nueva hija. Cambia el tono del relato, pero el tema es el mismo: la
reconstrucción de las vivencias de la nena años atrás, tiempo en el que conoció el dolor
y las privaciones propias de la dictadura:
–No me acuerdo.
–¿No te acordás nada de nada?
–No…
–¡Pero vos estuviste ahí!
–¿Con vos?
–¡Sí! ¿No te acordás de los hombres intentando agarrar a Pamina?
–No…
–¿Nada, nada?
–…
(BOMBARA, 2011:49)
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La tercera parte de la novela corresponde a la adolescencia de la protagonista,
cuando debe elaborar una narración sobre los desaparecidos para presentar en la escuela
secundaria a la que asiste:
De esas 30.000 personas extraño con todo mi corazón a una. Extraño a mi papá. Sí. A mi papá lo
hicieron desaparecer de una esquina. Se fue de mi vida como una hoja de árbol empujada por el
agua de las alcantarillas. Crecí pensando que me había dejado porque yo no era importante,
porque no valía lo suficiente. Pero me equivoqué. Ahora creo que lo entiendo. Después, también
nos llevaron a mi mamá y a mí. Pero fue una tormenta que duró menos. (BOMBARA, 2011:107)
El gran dilema final surge ante ese relato, porque durante años esta niña, ahora
adolescente, guardó silencio sobre lo sucedido con su familia. El pasado no se puede
borrar ni modificar. Pero es el momento de vencer el temor y contarle a la sociedad lo
que produjo en ella el horror de la persecución, la censura y la tortura de la época
dictatorial. Así, logra liberarse y escribe la conmovedora narración que cierra el libro:
Un agujero de 30.000 personas que podrían haber hecho tantas cosas… No están ni para
preguntarles la hora. Pero bueno, no podemos cambiar el pasado. Lo que sí podemos hacer es
recordar que nos faltan injustamente. Yo jamás podré olvidarlos. Lo tengo a mi papá, que me
recuerda siempre a los otros 29.999. (BOMBARA, 2011:108)
Podríamos ahora preguntarnos cuál es la real importancia de la historia. En este
sentido, creemos oportuno resaltar lo que Forster interpreta a partir de las Tesis sobre el
concepto de la historia del alemán Walter Benjamin:
…ir hacia el pasado no es recorrer esos eslabones “evolutivos” que llevan de un estado inferior
hacia otro superior, de una conciencia ingenua a una conciencia absoluta o de una historia de la
barbarie y del atraso a una historia de la razón, de la ciencia, de la democracia y del triunfo de la
civilización. Sino que al hacer el viaje hacia atrás y recuperar las voces de la historia (…) se trata
de “pasarle a la historia el cepillo a contrapelo”. Es decir auscultar, mirar, comprender, recuperar
como si fuéramos coleccionistas (…) aquello olvidado de la historia. Esos fragmentos
dispersados por el movimiento triunfante de la historia. Leer a contrapelo la lógica del progreso.
Leer el lugar del dolor, del sufrimiento. Leer aquello que cayó en el olvido. (FORSTER,
2009:34)
V. BOMBARA Y UN GUIÑO INTERTEXTUAL CON EL MUNDO DEL DOLOR
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Finalmente, queremos destacar el notable significado del epígrafe incluido por la
autora al inicio de El mar y la serpiente. Se citan palabras del Diario de Ana Frank,
mujer que adquirió fama mundial por su valiente relato de los horrores experimentados
por su familia ante la persecución nazi. ¿Cómo se relacionan Ana Frank y la niñita que
protagoniza la obra de Bombara? El vínculo se sustenta en que ambas han sufrido la
pérdida de seres queridos y el desarraigo. A ambas las une el dolor, y ambas tuvieron el
valor de relatar lo que han vivido, porque no quieren que el pasado se borre. Esto le
otorga universalidad tanto a una como a otra historia.
Lo que me asombra es no haber abandonado por completo mis esperanzas, que parecen absurdas
e irrealizables. Y, sin embargo, me aferro a ellas a pesar de todo y sigo creyendo en la innata
bondad del hombre.
ANA FRANK, Diario. (BOMBARA, 2011:7)
Al citar el texto de Ana Frank, Bombara maneja la alegoría como recurso. Esta
es una figura hermenéutica que presenta un referente inmediato para hacer referencia a
un referente último, mediato. Supone la presencia de un texto previo al que se hace
referencia. Así la define Du Marsais:
La alegoría tiene mucha relación con la metáfora; no es más que una metáfora continuada. La
alegoría es un discurso (…) que parece toda otra cosa de lo que se desea hacer entender y que,
sin embargo, no sirve más que de comparación para hacer inteligible otro sentido que no se
expresa. En la alegoría todas las palabras tienen un sentido figurado, es decir, que todas las
palabras de una frase forman un sentido literal que no es el que se desea hacer entender. 4
Al hacer referencia a otros textos, la alegoría nos coloca frente al problema de la
intertextualidad. 5 Sin embargo, la Dictadura en Argentina marcó profundamente a toda
la sociedad, y ya no es necesario remitirse al texto de Ana Frank para conocer cómo ha
sido vivir y sobrevivir bajo el tormento del totalitarismo y el terror de Estado.
El mar y la serpiente se erige como una pequeña aproximación a la infinita
cantidad de posibilidades a la hora de abordar el concepto de memoria. Intentamos
mostrar una de las aristas del campo estableciendo su vínculo con la literatura. Es en la
interdisciplinariedad en donde explotan las miles de combinaciones. Quedarán
pendientes algunos temas de análisis que podrían seguir aportando significado a ésta
obra en relación con el campo de estudio de la memoria desde un punto de vista
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hermenéutico: el texto escrito como recuperador de la memoria, las intertextualidades
literarias, el fuerte cruce entre memoria e historia, las políticas estatales y la
recuperación de la memoria de la dictadura, el discurso del infante en su articulación
con la memoria adulta.
Creemos que es en uno mismo en donde la memoria se vuelve del otro y
queremos dejar a modo de reflexión una cita de Paul Ricoeur 6 : “Hay un momento en el
que hay que pasar del yo al nosotros. Pero, ¿no es original este momento, al modo de
un nuevo punto de partida?”
NOTAS
1
César Rendueles “Isaac Rosa. La anamnesis del franquismo”, Revista “La dínamo” Nro. 13, Noviembre
de 2004, Madrid.
2
Irene Klein es filóloga y profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
3
Michel Tournier (1994). La memoria y el hábito, París, Essais.
4
C. Du Marsais (1730). Des Tropes, Brocas, París (Versión digitalizada, Biblioteca Nacional de Francia).
5
Elena Oliveras. La metáfora en el arte. Retórica y filosofía de la imagen. Emecé, Buenos Aires, 2007.
6
Paul Ricoeur (2004). La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
BIBLIOGRAFÍA
BOMBARA, PAULA (2011). El mar y la serpiente, Buenos Aires: Grupo Editorial
Norma.
DU MARSAIS, C. (1730). Des Tropes, París: Brocas (Versión digitalizada, Biblioteca
Nacional de Francia).
FORSTER, RICARDO (2009). Benjamin: una introducción, Buenos Aires: Quadrata.
HALBWACHS, MAURICE (2004). La memoria colectiva, Zaragoza, Prensas
Universitarias de Zaragoza.
KLEIN, IRENE (2007). La ficción de la memoria. La narración de historias de vida,
Buenos Aires: Editorial Prometeo.
LARROSA, JORGE (1998). “Venenos y antídotos” en La experiencia de la lectura.
Estudios sobre literatura y formación, Barcelona: Laertes.
PIGLIA, RICARDO (2001). Crítica y ficción, Barcelona: Anagrama.
RENDUELES, CÉSAR (2004). “Isaac Rosa. La anamnesis del franquismo”, Entrevista
a Isaac Rosa en Revista “La dínamo” Nº 13, Madrid.
RICOEUR, PAUL (2004). La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
TOURNIER, MICHEL (1994). La memoria y el hábito, París: Essais.
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