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Transcript
La Rueda
del Dharma
Boletín Nº 1, diciembre de 2012
Fundación Zen Montaña de Silencio, Colombia
ROHATSU
Celebración del despertar
de Buddha.
Nuestro propio camino
por un Dharma Único
Editorial
Hace a penas un par de décadas, las enseñanzas y prácticas budistas comenzaron a
ganar espacio en nuestro país, Colombia. En Estados Unidos y en Europa, donde ya
existen varios millones de budistas occidentales, el proceso de acercamiento y
formación de comunidades de practicantes (sanghas), se inició un poco antes, a
finales de los años 50 y comienzo de los 60 del siglo pasado.
En Japón, tradicionalmente se celebra
el Despertar de Buddha el 8 de
diciembre, "el octavo dìa del mes
doce", o rohatsu, en japonés.
En nuestras condiciones urbanas nos
proponemos celebrar este evento tan
significativo para todos los
practicantes del Dharma, realizando
practicas diarias a partir de las 5 de la
mañana desde el 1º de diciembre
hasta el sábado 8.
Para las personas que no
puedan asistir al dojo a esta
hora o que no se encuentren
en nuestra ciudad y quieran
participar de las prácticas de la
sangha en tiempo real,
haremos una transmisión en
vivo de cada una de las
sesiones de la mañana a través
de LIVESTREAM usando el
siguiente link:
http://new.livestream.com/
accounts/2031469
Se harán dos sesiones de meditación.
La primera de 5:00 a 5:40 am, seguida
de 10 minutos de kinhin, durante los
cuales podrán ingresar los practicantes
que quieran asitir a la segunda sesión
que terminará a las 6:30 am. Los
sábados 1º y 8 de diciembre, se
continuará con la meditación habitual
de las 7:00 a las 8:30 am y la
ceremonia al final.
En Colombia existen, si acaso, unos pocos miles de practicantes budistas que
conforman las escasas sanghas surgidas inicialmente al rededor de monjes y
profesores extranjeros, occidentales en la mayoría de los casos. En los últimos años
han comenzado a aparecer algunos profesores nativos, todavía con un exiguo
reconocimiento. Las primeras tradiciones en asentarse y formar comunidades
estables fueron el budismo zen y el budismo tibetano. Posteriormente ha tenido
bastante aceptación el budismo vipassana (Theravada), el cual se limita por ahora a
ofrecer retiros en las ciudades principales, pero sin conformar aún verdaderas
comunidades.
Buena parte de la dificultad para que el budismo haya sido más ampliamente acogido
entre nosotros tiene que ver con las formas en que se nos ha ofrecido. Para la
mayoría de las personas, incluso entre los más "educados", el budismo es una forma
de religiosidad bastante exótica y muy emparentada con las culturas de las que
proviene (el zen de Japón y China, el budismo tibetano, el vipassana de los países del
sudoeste asiatico, etc.). Por más que las enseñanzas y práctica del zen apunten a la
vida diaria y a asumir la vida tal cómo es, mucho de su ropaje tradicional japonés,
aunque de gran atractivo estético, lo vuelve rígido y lejano para la mayoría de las
personas. Y, al menos entre nosotros, la necesidad de proteger la "identidad
tradicional" de cada una de las corrientes budistas ha hecho que se den más
objeciones y barreras entre ellas que verdaderos acercamientos y apoyos mutuos muy distinto se lo que ha sucedido en USA y Europa, donde el intercambio frecuente
entre los maestros y profesores de las diferentes tradiciones ha vuelto el discurso y
las prácticas budistas más familiares y accesibles a muchas personas.
Como lo dice Jack Konrfield, en el texto que presentamos a continuación, aún es difícil
saber cuál va a ser la forma resultante de budismo que terminará por conocerce como
el "budismo occidental" o "global", pero todo parece indicar que será difícil que
perceveren en el tiempo las diferencias culturales y que el continuo acercamiento
entre las diferentes tradiciones terminará nutriendo de manera positiva a las unas y a
las otras con una sabiduría común que desde el principio se planteó como por fuera
de todas esas diferencias.
Por todo lo anterior, nuestra pequeña sangha, que por convicción y gratitud se sigue
afiliando a la tradición zen, se ha propuesto hablar de una PRÁCTICA ABIERTA en la
que se de cabida a este intercambio pertinente entre las diversas tradiciones budistas
para hacer posible la maduración y la incorporación natural y definitiva del Dharma en
nuestro cultura en transformación.
Juan Felipe Jaramillo Toro
La Rueda
del Dharma
EL BUDISMO EN AMÉRICA
Por Jack Kornfield (Fragmentos)
En este capítulo, quiero reflexionar sobre cómo el budismo
está cambiando para adaptarse a nuestra cultura
norteamericana.
Sus inicios datan de al rededor del año 1850 con la
presencia de los templos budistas tradicionales de las
grandes comunidades de japoneses, chinos y, más tarde,
tailandeses, camboyanos y otros budistas que habían
emigrado a este país. En los últimos 50 años unos mil
nuevos centros budistas y grupos de práctica han surgido.
Esta es una generación en crecimiento de nuevos budistas
inspirados para quienes el Dharma ya ha traído alegría y
comprensión a la vida de cientos de miles de personas.
Aunque predominantemente son personas bien educadas
de la clase media, los budistas norteamericanos ya no son
una minoría pequeña y juvenil. Son jóvenes y viejos,
hombres, mujeres y niños distribuidos por todos los
Estados Unidos y por cada provincia de Canadá. Aunque
aún es demasiado temprano para saber claramente qué
forma tendrá el nuevo budismo norteamericano, hay
muchos desarrollos notables que han comenzado a darle
el sabor de su nuevo hogar. Vamos a considerar esto.
UN BUDISMO LAICO
Cada vez que en el pasado el budismo se integró a nuevas
culturas, evolucionó y se le añadieron nuevas fuerzas,
sabores y cualidades. El budismo zen se desarrolló junto
con elementos de la estética japonesa, la religión Shinto y
la cultura samurai. El budismo vajrayana del Tíbet se ha
enriquecido con las tradiciones chamánicas Bon y la mezcla
única de tantra y yoga tibetanos. A pesar de esta gran
variedad de culturas y linajes, la práctica budista del Asia
predominantemente ha sido conservada viva por monjes
renunciantes, y las prácticas budistas más auténticas se han
preservado en monasterios, donde los monjes mayores
viven separados de la sociedad normal que está a su
alrededor. Por siglos, en Asia, el budismo ha sido monástico,
masculino, ascético y con un marcado sabor patriarcal.
Mientras muchas generaciones se han beneficiado
enormemente del excelente entrenamiento recibido en
estos monasterios (y esperamos ciertamente que un buen
número de monasterios bien dirigidos y no sexistas para
monjes y monjas crezcan este país, dando oportunidades
para aquellos que desean la experiencia de una vida de
renunciación), parece que los monasterios con monjes y
monjas no será el principal foco de interés del budismo en
América. En cambio el foco se está dirigiendo hacia la
comunidad laica, la cual está aquí en el centro de la
práctica. El budismo occidental está siendo enseñado,
practicado y desarrollado por comunidades no monásticas
comprometidas.
En este budismo occidental predominantemente laico,
que incluye practicantes vipassana, vajrayana y zen, han
comenzado a trabajar varias fuerzas nuevas para la
integración y la apertura de estas tradiciones. Hay cuatro
temas claves que yo he notado que se han desarrollado
en los últimos 25 años.
UNA PRÁCTICA COMÚN
El budismo en Asia ha estado dividido durante siglos
conservándose en tradiciones y linajes separados. Los
budistas americanos ya han empezado activamente a
aprender de las diferentes tradiciones, propia y ajenas.
Muchos maestros zen y sus estudiantes han estado
ávidamente estudiando la atención plena y las prácticas de
amor bondadoso centrales en los retiros vipassana. La
mayoría de profesores vipassana también han estado
practicando con lamas tibetanos y maestros zen. La
tradición americana vajrayana ha sido influida
profundamente por enseñanzas y formas de práctica del
zen y del vipassana. Éste es un desarrollo notable, que
quizás sólo tiene un caso paralelo en el antigua
universidad Nalanda del budismo temprano. Por primera
vez, en miles de años, los budistas de cada una de las
escuelas han tenido acceso directo a las prácticas y
enseñanzas de las otras grandes tradiciones. Nuevos
conocimientos, una fertilización cruzada, prácticas
comunes y un fundamento más universal de la
comprensión budista ya han crecido. Corrientes distantes
del budismo han llegado a estar juntas en América.
Se han dado encuentros sin precedentes de profesores
budistas de todas las tradiciones. En las últimas décadas yo
he participado y he patrocinado una serie de reuniones
con muchos de los maestros mayores en occidente. Nos
hemos encontrado regularmente en Dharamsala con el
Dalai Lama y en lugares como Spirit Rock Center y en el
San Francisco Zen Center, cientos de maestros juntos.
Hemos intercambiado enseñanzas y prácticas, hemos
considerado qué aproximaciones al dharma funcionan
mejor en Occidente; hemos compartido problemas
comunes y adquirido una comprensión más profunda en
compañía unos de otros. Los profesores que han
participado en estas reuniones han sido sorprendidos por
las semejanzas notables en sus desafíos y en la gran ayuda
que con su sabiduría colectiva y experiencia de práctica
pueden ofrecer los unos a los otros.
Incluso la gran división que se conserva en el budismo en
Norteamérica, la brecha entre los templos étnicos (tal
como los birmanos, chinos, tailandeses, coreanos) y los
centros " americanos" completamente aparte, ha
comenzado a responder a esta práctica común. Los
centros étnicos primariamente han servido a las
comunidades inmigrantes con lenguas tradicionales del
Asia y culturas propias del dharma. Muy a menudo
ofrecen formas devocionales del budismo. Pero, en años
un Dharma Único
recientes, un buen número de templos étnicos, como el
Lien Hoa Buddhist Monastery en Irving, Texas, y el Wat
Buddhawararam en Denver, Colorado, han comenzado a
tender la mano a la amplia comunidad budista americana
patrocinando clases de meditación e incluyendo profesores
y programas no étnicos. Algunos de los más grandes
centros americanos han comenzado a actuar de manera
recíproca. Hemos aprendido a apoyarnos unos a otros.
LA DEMOCRATIZACIÓN
El budismo ha llegado a ser más democrático en el
contexto de nuestra democracia americana.
Tradicionalmente, la mayoría de las comunidades budistas
asiáticas son jerárquicas y autoritarias. Sabiduría,
conocimiento y práctica son transmitidos de ancianos a
jóvenes, y la administración de los monasterios y de la
sangha (la comunidad de los practicantes monásticos)
permanece en manos del maestro o de un pequeño grupo
de monjes mayores. Lo que ellos decidían era la manera de
hacer las cosas, y no había forma de cuestionar su
autoridad; los estudiantes simplemente obedecían. En
Norteamérica esto ha comenzado a cambiar. Los budistas
occidentales están entrenados para pensar y entender por
sí mismos y están menos adaptados a los modelos
jerárquicos de Asia. En la actualidad, en las comunidades
budistas occidentales se dan fuerzas poderosas para
democratizar y participar en las decisiones relacionadas
con toda la comunidad. En vez de estructuras jerárquicas,
hay estructuras de mutuo apoyo y reconocimiento. En la
medida en que estudiantes y maestros han madurado,
nuestras comunidades budistas ya no son más totalmente
“maestro– centradas.” Muchas, en el presente, son
administradas por un comité elegido o hacen uso de la
antigua práctica budista del Consejo, representando una
sabiduría colectiva de un grupo de profesores y
estudiantes comprometidos. La participación e inclusión de
muchas voces consagradas será un gran factor revitalizante
y una fuerza mayor para el cambio del budismo tal como
evoluciona en nuestro país.
LA FEMINIZACIÓN
Una tercera y quizá la fuerza más importante que afecta al
budismo en América ha sido la fuerza de la feminización.
En Asia, con sus monasterios y monjes mayores, el budismo
ha sido primariamente un asunto masculino y patriarcal:
masculino en virtud de que han sido principalmente
hombres los que lo han preservado y transmitido, y más
profundamente, patriarcal porque su lenguaje y tradiciones
han sido principalmente de corte masculino. El budismo ha
sido una práctica de la mente, del logos, del entendimiento,
a través del esfuerzo y la realización, de alcanzar la
iluminación a través de la conquista de uno mismo. Esos
elementos - una comunidad masculina dominada por la
mente, la lógica, elesfuerzo, las estructuras patriarcales - no
permiten una completa participación de las mujeres
y desconoce los valores femeninos. Todo esto está siendo
ahora confrontado por la poderosa fuerza de la
conciencia femenina que crece en la cultura Occidental.
Esta conciencia ya está conduciendo a un ablandamiento y
a una apertura del espíritu y práctica budistas que
permiten un fortalecimiento de la mente y del elemento
masculino tanto como de la ternura y de la terrenalidad
del elemento femenino. No sólo hay un claro movimiento
para abandonar las estructuras superficiales del sexismo y
el patriarcalismo, sino también un movimiento más
profundo para desarrollar el dharma como una práctica
de relación con el cuerpo, la comunidad y la tierra, y
reforzar la inter dependencia y la curación más que la
conquista y el abandono. El lenguaje del dharma está
llegando a ser más femenino y su liderazgo también. El
gran número de mujeres maduras que ahora están
enseñando en todas las tradiciones americanas es un
reflejo visible de esta feminización revitalizante que está
tomando lugar.
LA INTEGRACIÓN
El cuarto tema principal que el budismo desarrolla en
Occidente es la integración. En Asia, el budismo se
caracteriza principalmente por tener sacerdotes
ordenados, monjes, ermitaños y habitantes del bosque
que renuncian a la vida mundana en los monasterios,
ashrams, cuevas y templos donde crean circunstancias de
simplicidad y renunciación para sus prácticas. El resto de
budistas, la gran mayoría laica, en realidad no practicaban
meditación sino que eran simples devotos que sostenían a
los monjes. Sin embargo, aquí en Occidente, los laicos no
se resignan a ser simples devotos que sostienen la práctica
de otros. Casi todos los estudiantes norteamericanos
involucrados quieren realmente practicar el camino de
liberación. La pregunta más frecuente en mis ya más de
cuatro décadas de enseñanza ha sido: “¿Cómo podemos
vivir la práctica en nuestras vidas americanas?” La práctica
occidental enfatizará la integración, no un alejamiento del
mundo sino un descubrimiento de la sabiduría en medio
de nuestras vidas. Los budistas norteamericanos ya han
comenzado a desarrollar los medios para integrar y vivir la
práctica como cabezas de hogar, como gente de familia,
como trabajadores que a pesar de eso quieren hacer
parte de los más profundos aspectos del dharma, no
trasladándose a cuevas sino aplicando la práctica en sus
vidas diarias.
Tomado de BRINGING HOME THE DHARMA: Awakening Right Where You
Are, de Jack Konrfield, cap. 17, pp. 193/198, Shambla, Boston&London,
2011. Traducción al español de Catalina Acosta y Juan Felipe Jaramillo.
Pueden seguirnos en: http://montanadesilencio.wordpress.com/
E-mail: [email protected]
Dir: Transversal 5 A # 45-32, Edificio Lugano, apto. 402
Teléfonos: 2662632, 3134555425
HORARIOS DE MEDITACIÓN:
Lunes y miércoles: 7:00 pm; martes y jueves: 5:45 am
Sábados: 7:00 am.