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Economía Islámica – Introducción
"La economía islámica está arraigada en la cosmovisión particular del islam y deriva sus premisas1
valores de las enseñanzas éticas-sociales del Corán y de la Sunnah." (Khurshid Ahmad)
Los enfoques islámicos y cristianos de la economía presentan algunas similitudes, así como
algunas diferencias. Como una faceta del enfoque islámico de la sociología, la economía islámica
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es "una disciplina en evolución" en el mundo moderno. Aunque el islam gobernó partes del mundo
durante siglos, en tiempos más recientes los musulmanes han enfrentado las tribulaciones del
colonialismo occidental. "La sociedad musulmana de hoy no es todavía una sociedad
independiente," explica Syed Nawab Haider Naqvi. "Todavía está bajo la sombra del sistema
occidental: y, como tal, es dudoso cuán "representativa" del espíritu islámico puede ser su
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conducta actual." Naqvi implica que puede que las prácticas económicas y sistemas
contemporáneos en las naciones musulmanas, en última instancia, no coincidan con las escrituras
islámicas, el Corán, o la tradición.
Los musulmanes insisten que la naturaleza humana, la motivación, y el trabajo, deben reflejar las
convicciones éticas del islam. Por esto, como Naqvi explica: "La economía islámica forma parte de
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la religión del islam, la cual cubre las variadas ramas de la vida." Debido a esto, los eruditos
musulmanes insisten en que su enfoque de la economía es superior al capitalismo del occidente y
al socialismo o comunismo oriental, precisamente porque ambos sistemas carecen de una buena
ética religiosa. En el islam no existe ni separación, ni distinción, entre las facetas religiosas y
seculares de la vida.
Economía Islámica – Bajo Dios
Los musulmanes creen que los seres humanos fueron creados por Dios, les fue delegada
autoridad sobre la creación, y un día rendirán cuenta de cómo utilizaron los buenos recursos que
Dios ha proporcionado (ver Génesis 1:28). Abdalati explica: "El verdadero propietario de las cosas
es únicamente Dios, de Quien cualquier propietario es simplemente un agente designado, un
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simple fideicomisario". Como la visión cristiana de la economía, calificamos este enfoque de la
economía como administración de la propiedad y recursos de uno.
La creencia en el juicio final, uno de los cinco pilares de islam, coloca todas las acciones bajo
escrutinio divino: ninguna acción le es oculta a Dios (Corán 9:105), y Él es el más justo de todos
(95:8). Dios espera que los musulmanes alimenten a los pobres, den limosna, ayuden a los
huérfanos, proporcionen préstamos sin interés (a musulmanes), no acaparen alimentos, y que no
participen en juegos de azar. La economía islámica, sin embargo, no es sólo una serie de
prohibiciones. Los musulmanes deben trabajar duro y compartir su riqueza con sus prójimos
musulmanes necesitados. Pueden devengar un sueldo, acumular riqueza, y disfrutar de todas las
cosas buenas.
Economía Islámica – Cuatro Principios Fundamentales
Naqvi, el Profesor Nacional en Economía de Paquistán, presenta cuatro principios fundamentales
para el enfoque islámico de la economía (varios de los cuales son discutidos más ampliamente en
otras disciplinas, como señalaremos): unidad, equilibrio, libre albedrío, y responsabilidad.
Unidad
En la teología islámica, Dios es una unidad absoluta, una sola persona divina sin asociados. Él es
el Creador de todas las cosas, aquél a quien todos los humanos rendirán cuentas. Como tal, todos
los humanos deben someterse a Dios, lo cual no es otra cosa sino ser musulmán (esto es, aquel
en sumisión a Dios). Esta sumisión conlleva el alinear todos los deseos, ambiciones, y acciones,
con la voluntad de Dios, una voluntad expresada en Sus mandamientos. "Mi servicio y sacrificio, mi
vida y mi muerte, son todos para Dios, el creador y Señor de todos los mundos" (6:162).
Correspondiendo con la unidad de Dios está la unidad de la humanidad. Aunque divididos por
fronteras nacionales, fracturados por guerras, distinguidos por convicciones religiosas, todos los
humanos fueron proyectados para ser musulmanes, y el mundo entero un estado islámico. Por
esto, las acciones de un musulmán hacia otros influencian su estatus en el juicio final. Los recursos
económicos nunca deben ser utilizados contrariamente a esta visión de unidad universal de
la Ummah, la comunidad musulmana.
Equilibrio
"Alá prescribe la justicia y la beneficencia" (16:90). Los musulmanes deben reflejar justicia y
bondad en todas las instituciones sociales, inclusive en la vida económica. La justicia y la bondad
se relacionan, no sólo con transacciones económicas, sino también con el cuidado de los
miembros menos afortunados de la sociedad. Como tales, "las necesidades de todos los miembros
menos afortunados de la sociedad musulmana constituyen la primera responsabilidad de los
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recursos reales de la sociedad," observa Naqvi. El islam afirma el valor de la propiedad privada,
así como la disparidad económica inevitable entre las personas. Pero el islam también afirma que
existe un estándar de vida básico (por ejemplo: alimento, ropa, refugio) que merecen todas las
personas. Por esto, se amonesta regularmente a los ricos (59:7; 70:24–25).
Libre Albedrío
Los musulmanes creen que somos responsables por nuestras creencias y acciones. Tal
responsabilidad presupone que tenemos voluntades que nos permiten escoger hacer el bien o el
mal. Los musulmanes ven el libre albedrío como un regalo de Dios, para ser utilizado sólo para
bien. Los musulmanes niegan que nacemos con una naturaleza pecadora, pero afirman que somos
capaces de tener virtudes al igual que vicios. Por esto, la avaricia, el egoísmo, la glotonería, el
materialismo exagerado y cosas por el estilo, son expresiones de nuestra naturaleza descarriada.
Naqvi resume el papel del libre albedrío de la manera siguiente: "En el análisis final, podemos decir
que, a pesar de las diferencias de énfasis, ha habido un acuerdo tácito entre los teólogos de que el
hombre es responsable por sus acciones, y de que Dios, por Su naturaleza misma, es justo al
decidir el destino del hombre de acuerdo a sus obras. Simultáneamente, por lo tanto, el hombre
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debe tener libre albedrío al moldear su destino".
Economía Islámica – Responsabilidad
Correspondiendo con el libre albedrío está la responsabilidad. No sólo somos responsables ante
Dios, también somos responsables ante nuestros prójimos humanos. El dar limosna es
fundamental para ser responsables en nuestras actividades económicas y "mayormente se
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ejemplifica en el dar a los pobres y a los necesitados." El acumular riqueza a costa del bienestar
de otros musulmanes está prohibido. "No alcanzaréis la piedad auténtica mientras no gastéis algo
de lo que amáis" (3:92). Los musulmanes creen que al dar nos convertimos en mejores personas y
cumplimos con nuestra responsabilidad moral con Dios, con nosotros mismos, y con nuestros
prójimos. Algunos incluso creen que la generosidad puede expiar nuestros pecados.
Como nota final, la justicia económica requiere el bienestar económico de todos los creyentes.
Para lograr esto, instituido dentro del islam, existen los zakat (dar lismosnas para el bienestar de
los pobres), jizrah(impuestos exigidos a los incrédulos dentro de la comunidad islámica), y las leyes
referentes a la herencia.
Economía Islámica – Conclusión
Aunque los principios subyacentes de la economía islámica están bien registrados y expuestos por
eruditos musulmanes como Abdalati y Naqvi, las políticas y prácticas económicas actuales en las
naciones musulmanas quizás no corroboren la visión ideal presentada (ciertamente no lo hacen).
"Una pequeña clase adinerada gobierna muchas naciones musulmanas, mientras que las masas
son extremadamente pobres," observa George Braswell, Jr. "En algunos países, el gobierno
recauda zakat. Muchas personas resienten el zakat y preguntan cómo es utilizado el dinero. El
islam prohíbe la usura, aún así, esta prohibición rara vez es respetada a nivel individual o a nivel
nacional". Pero incluso si estas condiciones no se supone que pertenezcan a las sociedades
musulmanas, la opresión, la enajenación, el terror, la muerte, y la expulsión de los no musulmanes,
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continúan siendo características entre casi todas las naciones musulmanas.
¡Aprenda Más!
Notas:
Presentado con autorización del libro: Understanding the Times: The Collision of Today’s
Competing Worldviews (Rev. 2nd ed), David Noebel, Summit Press, 2006. Cortesía de John
Stonestreet, David Noebel, y delChristian Worldview Ministry en Summit Ministries. Todos los
derechos reservados en el original.