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Impreso por Francisco Rincón Durán. Prohibida su reproducción. 62 PAÍS: España FRECUENCIA: Diario PÁGINAS: 62 O.J.D.: 84835 TARIFA: 12481 € E.G.M.: 271000 ÁREA: 828 CM² - 80% SECCIÓN: GENTE Miércoles. 12 de noviembre de 2014 • LA RAZÓN 12 Noviembre, 2014 Te leo Los entrevistados hablan de LA RAZÓN Es como es, por eso Mariscal reconoce no ver un telediario, ni escuchar la radio, ni comprar tampoco el periódico porque «siempre dicen las mismas cosas» y este artista es íntimo amigo de la originalidad. Él es más de viajar por el mundo y ver la cara a la actualidad, aunque a veces no le guste nada lo que tiene delante. Javier Mariscal / Artista «Es importante poder decir: ‘‘Estoy perdiendo el tiempo’’» Julián Herrero- Madrid S e define como «muy disléxico» y reconoce que no sabe ni leer, ni pensar, ni escribir, ni siquiera conoce qué es eso de ver la televisión. Pero de lo que no hay duda es de que diseña e ilustra como pocos. «Sin dibujar estaría muerto», dice el propio Mariscal. Ahora se une a un proyecto solidario iniciado en 2012 para hacer que la vida de Nadia Nerea –diagnosticada con una de esas enfermedades raras– sea un poco mejor. Todo aquel proceso, que no ha parado, tiene su continuación con «Alas de mariposa», un libro impulsado por los padres de la niña y Jorge Martínez –«el verdadero responsable de todo»– para recaudar fondos y luchar así contra esta anomalía que hace a la pequeña envejecer a marchas forzadas. De momento, han pasado del «no se curará» al «ya veremos» gracias a su idea de regalarle algo muy sencillo pero muy difícil de conseguir: tiempo. –Sin tricotiodistrofias de por medio, ¿quién es Nadia Nerea? –Una niña en la que no veo mucha diferencia con los demás, muy típica, muy alegre. Por sus circunstancias sabe estar con mayores y ser protagonista. Se comporta de una manera muy natural y se la ve siempre muy positiva y muy dispuesta. –Durante la presentación de «Alas de mariposa» se ha visto esa vitalidad en una niña que no para de reír y moverse, pero, sin embargo, contrasta con la pasividad del sector público. –Lo que yo me pregunto es en qué sociedad vivimos que un caso como el de Nadia, que debería ser un regalo para la Sanidad española, para poder investigar sobre la enfermedad y destinar los recursos necesarios para ser referencia en otros lugares del mundo, se convierte en la desesperación de los papás, que tienen que buscarse la vida donde sea y como sea y costeándoselo ellos. –Todo en consonancia con el momento que vivimos, en el que prima el «yo» y no los demás, ¿no? –Creo que la gran mayoría de españoles tenemos una rabia y un sentimiento de que los mandatarios se han creado un sistema muy opaco donde se ha despilfarrado. Hay un descontrol absoluto. Desde el principio de la democracia, en vez de tratar de apoyar un Estado con unos funcionarios independientes que controlen los gastos, ha habido un desmadre total, ningún tipo de transparencia. Una cosa fundamental en todo esto es la ética, y no sólo política, también es algo que se debería impartir en las escuelas. No te puedes colar en una lista de Sanidad porque tu primo es posible. La transparencia es muy importante. –Seguimos con el repaso de la actualidad: 9-N. ¿Cómo lo vive un valenciano afincado en Cataluña desde hace décadas? –Yo nací sin sentimiento patriota, mi país siempre he pensado que es la Tierra y nunca he entendido este amor por un trozo de tierra y por unas banderas, pero sin embargo, como vivo en Cataluña respeto que tengan estos sentimientos tan profundos. Creo que se ha gestionado muy mal desde el principio. En la parte de España todavía te quedas muy Diseñador, pintor y mucho más, muestra su lado más solidario en el libro «Alas de mariposa» africanos. Una de las cosas más maravillosas son las becas Erasmus, que todo el mundo tuviera esa posibilidad de estar entrando y saliendo. Tener cadenas de distribución de cultura europea donde Madrid, Roma y París tuvieran menos importancia y en favor de las regiones. –Cambio radical. Vamos con el «mundo Mariscal» y con una metáfora: pese a que se ha confesado en más de una ocasión seguidor del PSOE y del ex presidente Zapatero, me cuentan que no tiene bolígrafos rojos… –(Risas) Así es, de pequeño los profesores me corregían con él y ahora el rojo no lo puedo ni ver. Gonzalo Pérez –Y ¿a qué dedica su tiempo Mariscal en la actualidad? ¿Está centrado en su estudio? –Estamos remodelándolo y tratando de reinventarnos para buscar otras maneras de subsistir a través de las webs y de reenfocarlo. Hasta ahora el estudio era una tienda que se abría y en la que entraba la gente, venían con un problema y se lo solucionabas. Ahora tenemos que ir al mercado virtual y ofrecer una serie de cosas para poder seguir trabajando. –Ha hecho películas, libros, diseñado muebles, bares y hoteles… ¿qué le queda por hacer? –Ni idea, no lo sé. No lo pienso, las cosas vienen y ya está. Me imagino que habrá que trabajar en aplicaciones e historias que están dentro del mundo de internet. –Otra de sus filosofías es perder el tiempo… –Es muy importante no hacer nada, ni leer ni escuchar música. Dejar la mente en blanco está bien, sobre todo el decir: «Estoy perdiendo el tiempo». Yo descubrí en los años 70 lo bueno que era coger un lunes o un martes y meterte de repente en una carretera de provincia y simplemente observar algún sitio por el que pase el camión de la Coca-Cola o el del pan y no hacer nada más, tú estás de vacaciones. Ves la vida desde otra perspectiva. –Entonces es un planazo eso de ir a ver obras, a lo jubilado… –(Risas) Podría ser. «El problema de España es la educación; hace falta que la gente viaje más y conozca mundo» está allí… El problema de España es la educación, hace falta que la gente viaje más y conozca mundo. Hay que invertir en enseñanza e investigación. –Usted ha dicho que hay que ser optimista y que «es más barato mantener un ladrón que cien policías»… Serían los de antes. –(Risas) Totalmente, yo decía alguien que entra en casa sin más, es una manera poética de hablar. Visto el panorama, lo que hay que hacer es un sistema en el que resulte muy difícil que alguien con un cargo público ser corrupto. Y parado cuando la gente no entiende que en la periferia se hablen otros idiomas. Y también por el lado catalán todo con respecto a la independencia se ha gestionado muy mal, se debería cambiar de chip, no tiene sentido seguir provocando odios. Es como un matrimonio que empieza a recordar todos los malos rollos. Soy mucho más de unir, creo en una Unión Europea con una sola embajada, un presidente, una fiscalía, pagando impuestos y con muchísimas facilidades para todo. Los niños europeos deberían hablar tres o cuatro lenguas como los