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El Reto Comander 2013, una competencia épica
Escrito por Jesús Cervantes
Martes, 02 Julio 2013 14:17
Más de mil deportistas vencieron 31 obstáculos en la primera edición de una singular carrera
en el mejor de los escenarios: la Sierra de Arteaga
Saltillo, Coah.- Reto Comander 2013 era lo único en la mente de casi mil 500 corredores;
poder cruzar la meta del 10K más demandante del año, ya que además de ser a campo
traviesa, contaba con 31 obstáculos repartidos entre pendientes, deprimidos, desniveles, agua,
lodo, terrenos rocosos, etcétera.
Para llegar a Monterreal, lugar donde se realizó la carrera, había que pasar por San Antonio de
las Alazanas: el corazón de la Sierra de Arteaga; apenas entrando había un amplio
estacionamiento en donde había que concentrarse, un camión salía cada 10 o 15 minutos y
llevaba a los competidores y espectadores a las puertas del hotel Bosques de Monterreal,
donde estaba la salida y meta del Reto Comander 2013.
Monterreal parecía un parque de diversiones con temática: Reto Comander 2013, ambientado
con música en vivo y con la presencia del Ejército Mexicano, así como con cientos de
competidores esperando su hit de salida.
Ahí en la salida, minutos antes de las 8:00 de la mañana ya se formaba en primer hit de
competidores que abrirían esta épica carrera, después de ellos cada 10 minutos estuvieron
saliendo un hit tras otro, poco menos de 50 competidores en cada uno.
El primer obstáculo estaba a los 20 metros de recorrido: una pared alta con cuerdas que los
corredores subieron mientras un grupo de gotcha, vestidos al más puro estilo militar, les tiraban
gotchazos a la pared que escalaban. El obstáculo se lograba cuando descendían por un tubo y
llegaban nuevamente a superficie para continuar con la carrera y avanzar otros 100 metros
aproximadamente para llegar al siguiente obstáculo.
Hasta este momento todos los corredores parecían ser indestructibles, se veían con una
energía parecida a la que hemos visto en películas donde un ejército de zombies ataca una
ciudad; pero el siguiente obstáculo se encargaba de hacer lo que hacen los toreros con el toro
a lo largo de la corrida: quitarle el empuje, la fuerza y en otros casos, las ganas de continuar.
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Escrito por Jesús Cervantes
Martes, 02 Julio 2013 14:17
El agua era protagonista de los siguientes dos obstáculos, según algunos competidores de
Monterrey, estaba tan fría que podían distinguirse pedacitos de hielo flotando.
Uno de los competidores saltillenses al salir de los obstáculos de agua, se dirigió a paso lento
al siguiente obstáculo, cuando comentó: "Ya después del agua se te quita lo rudo", lo que
provocó la risa de varios espectadores.
Unos jóvenes saltillenses que estaban a una hora de comenzar el reto, observaban cómo los
otros competidores pasaban los primeros obstáculos y justo en el obstáculo 6, titulado The Wall
GB, observaron cómo una corredora de aproximadamente 30 años llegó caminando y se paró
frente a la pared con una mirada que explicaba su situación, expresada después en palabras:
"No sé por qué me metí en esto", posteriormente otros competidores la ayudaron a pasar la
barda que ella creía imposible y siguió adelante; los jóvenes que iniciaron una hora después
comentaron entre ellos: "Si ella se está quejando, tú vas a estar peor".
Antes de pasar a la siguiente parte de obstáculos, Force Fitness, un grupo de crossfit de
mujeres de Monterrey, estaba calentando para iniciar su carrera, lo que llamó la atención de
muchos, ya que iban todas uniformadas con un tutú rosa, que resaltaba la feminidad del grupo.
Más adelante, entre el obstáculo 15 y 16, una señora de aproximadamente 40 años, habiendo
pasado el kilómetro cinco y a metros de llegar a la segunda zona de control, ubicada en el
kilómetro seis, gritó: "¡Pagué para que me torturaran!", haciendo que los staff soltaran una
carcajada y la apoyaran para seguir adelante.
Se instalaron cuatro zonas de control, las cuales contaban con agua, fruta, oxígeno, pastelitos,
bebidas hidratantes y primeros auxilios; estas zonas estaban ubicadas en la explanada, el
kilómetro tres, antes del kilómetro seis y otro antes del ocho.
Antes de llegar al kilómetro siete, ya se podía percibir el cansancio en los corredores, pero su
sentido del humor parecía que iba en incremento, y es que cuando el obturador de la cámara
estaba a punto de inmortalizar un instante de la carrera, uno de los competidores le dijo a su
compañera deportiva: "¡Saque el pecho pa´ la foto comadre!".
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Escrito por Jesús Cervantes
Martes, 02 Julio 2013 14:17
En ese momento, siendo las 9:56 de la mañana, desde la Sierra de Arteaga se logró escuchar
en el sonido, que cruzaba la meta el primer finisher del reto, más no necesariamente fue el
primer lugar, debido a que los competidores salían en hits de alrededor de 50 competidores, a
los que se les tomaba el tiempo por medio de un chip electrónico de última generación que
incluso ubicaba la posición geográfica de los corredores y les permitía compartirlo por medio de
smartphones.
Uno de los objetivos del Reto Comander 2013 es generar compañerismo entre los
competidores. Pasando el kilómetro ocho los obstáculos requerían del esfuerzo total de los
competidores y algunos ya no podían cruzarlos solos, por lo que tuvieron que hacer equipo con
sus compañeros conocidos o desconocidos que les ayudaban a seguir adelante y mientras uno
de ellos repetía la frase: "Un paso a la vez señores, un paso a la vez".
En caso que algún competidor le fuera imposible superar un obstáculo, incluso con la ayuda de
sus compañeros, el staff les ponía una tarea que constaba en hacer lagartijas, sentadillas,
abdominales o burpees para poder seguir adelante con el reto.
El staff contaba con 250 elementos que estaban dispuestos y capacitados para servir y auxiliar
a todos los competidores y espectadores en el evento.
A solo unos metros de llegar a la meta y tras haber pasado el obstáculo #31 titulado Reto
Finisher, los competidores alcanzaban a ver a su familia que esperaron hasta dos horas para
poder correr hacia ellos y abrazarlos -una vez que tenían su medalla en el pecho- a pesar de la
capa de lodo que los cubría.
Finalmente algunos padres de familia le regalaban la medalla a sus hijos o algunos jóvenes
que le colgaban la medalla a su novia que estuvo esperándolos y gritando: "Ya se me fue el
aire echando porras". Todos ellos satisfechos por ese gran día que terminaría de regreso a su
ciudad.
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