Download EL PÁJARO BLANCO Y EL PÁJARO NEGRO

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EL PÁJARO BLANCO Y EL PÁJARO NEGRO
Había una vez un pájaro blanco llamado “Miquelangelo de las alas
largas”, pero sus amigos lo llamaban Miguelo. Miguelo tenía dos nidos
en un gran árbol. Uno estaba entre las ramas de la parte alta, y lo usaba
para dormir por las noches, para poder ver las estrellas y la luna cuando
se acostaba. El otro estaba en la parte baja, a la sombrita. Lo usaba para
dormir la siesta al mediodía cuando hacía mucho calor.
Un día de verano, al mediodía, Miguelo, el pájaro blanco, llegó a su
nido de la parte de abajo con ganas de dormir una siesta, ya que estaba
cansado y hacía mucho calor, pero se llevó una sorpresa. Su nido estaba
ocupado por otro pájaro, un pájaro negro que estaba durmiendo
plácidamente. Miguelo lo despertó y le dijo: “Hola, ¿Quién eres?” “soy
Chongui, que significa el que vuela, hijo de Chonguilo que significa el
que vuela lejos, lejos, lejos.”
Miguelo, algo enfadado le respondió:”Este nido es mío, así que
márchate a dormir a otra parte”. Entonces Chongui le dijo:”por favor,
estoy muy cansado, vengo de muy lejos y no puedo volar más. Tu nido
es grande y espacioso, aquí cabemos los dos, mira” y moviéndose hacia
un lado hizo un hueco de forma que cupiera los dos. Miguelo vio que
tenía razón y lo dejó quedarse diciéndole. “sólo hasta que descanses,
después te vas, que yo estoy muy a gusto sin nadie más”.
Entonces empezaron a hablar y Chogui le contó sus viajes a través
del mundo, lo estupenda que era el agua del Mar Negro, lo bonitas que
se veían las estrellas en el desierto de Egipto. Así se les pasó la tarde, y
cuando ya se estaba haciendo de noche, Miguelo, que estaba encantado
con las historias de Chogui, le dijo ”tengo un nido en la parte alta del
árbol desde el que se ven las estrellas y la luna y también es espacioso,
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¿quieres pasar la noche conmigo?. Chongui aceptó encantado ya que
llevaba mucho tiempo sin hablar con nadie.
Así se pasaron los días y Miguelo y Chongui se hicieron muy
amigos. Desde entonces siempre que Chongui pasaba por aquel lugar se
quedaba con Miguelo y le traía regalos de sus viajes, unas ramitas de
papiro, piedritas azules de volcán y fueron para siempre los mejores
amigos del mundo…de los pájaros.
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