Download Un mundo creado para el alma pequeñísima - Dejate

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Dejate-Amar.com
Un mundo creado para el alma pequeñísima
“…pero el ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría
para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el
Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto
en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2, 9-12)
Dios ha creado en María un mundo lleno de gracias, dones y virtudes para cada uno de sus
hijos. La consagración a su Inmaculado Corazón es el pasaporte a ese mundo donde la
Madre Santísima no sólo quiere dar a conocer a Jesús sino que desea gestarlo y darlo a luz
en cada consagrado. Lejos de María quizás se pueda conocer a Jesús pero ¿transformarse en
Él, ser otro Cristo? Sólo dentro de su Vientre Purísimo, porque sólo una madre es capaz de
gestar y dar a luz.
29-10-95
J. ¡Pequeñísima, pequeñísima, cuánto te amo!
El alma pequeñísima es como un bebé; que no sabe de protocolos, ni de guerras, ni de
razonamientos complicados.
El bebé espera todo de su Mamá. La mira, le sonríe, le hace pucheros y sólo es feliz
en sus brazos. Se asusta de cualquier cosa y de todo lo extraño. Él dice "¡Mamá!", "¡Ave
María!" y la Mamá corre hacia él para socorrerle.
El alma pequeñísima, como el bebé, no sabe de odios ni rencores; para él, el mundo
exterior no existe, sólo existe lo que su Mamá le da de afuera para su subsistencia y
crecimiento.
No se puede esperar algo de aquello que no existe. Para el bebé recién nacido el mundo
exterior no existe por consiguiente nada espera del mundo exterior y nada reclama al
mundo exterior. El universo del bebé es su mamá y espera todo de ella y reclama sólo a
ella. El bebé entra en contacto desde que sale a la luz, sin proponérselo, con elementos que
pertenecen al mundo exterior: si tiene hambre chilla y la mamá lo alimenta, si siente frío se
queja y la mamá lo abriga, si está sucio llora y la mamá lo baña, lo cambia y lo perfuma. La
comida, el abrigo, el agua del baño, el pañal y el perfume como los recibe de manos de su
madre, que es su único mundo conocido, los considera nada más que unos accesorios de ese
mismo mundo y trata con ellos sin saber que están allí, sólo por consentimiento de su mamá
y bajo sus estrictas condiciones. Ej: para el baño el agua debe estar tibia, la mamá controla
eso; el shampoo debe ser especial para que no irrite los ojitos del bebé y la mamá compra
ese shampoo especial; se fija que la ropa sea suave para no provocarle alergias,
irritaciones…
Para el alma pequeñísima sólo existe lo que Dios y María, como canal de sus gracias le dan.
Vive en el Corazón de María, dentro de la Santísima Trinidad en una intimidad que no
conoce reposo. El mundo exterior cobra vida, la alcanza y la desconecta momentáneamente
1
Dejate-Amar.com
de esa intimidad sólo, cuándo y en la intensidad que Ellos permiten para su provecho
espiritual.
18-4-95
J. Dejarte amar por Mí es reconocer tu debilidad extrema, y esto no es humillación
sino humildad. Te repito, déjate amar por Mí, como si estuvieras sola en el mundo
Conmigo. Los demás no existen sino solamente cuando Yo me valgo de ellos para tu
santificación. No temas nada. Ya nada podrá separarnos. Ama a tus hermanos como son y
no esperes demasiado de ellos.
El alma pequeñísima en espíritu y verdad - como el bebé - ya no espera de los demás ni se
apega ni proyecta recibir algo de ellos, sólo se apega a Jesús y a María y espera recibir sólo
de Ellos. Por lo tanto no carga con envidias ni padece desilusiones ni se ve herida en
susceptibilidades, ni acarrea enemistades. Estamos hablando del grado extremo de
pequeñez, de la meta hacia la cual caminamos, del Cielo nuevo y la tierra Nueva.
20-3-95
M. Recibe todo como regalo de Dios. Comparte los bienes con tus hermanos. Me
agrada verte esperar todo de Mí, hijita. Es así como deseo vivas tu consagración a Mi
Inmaculado Corazón. Siempre atenta a Mi llamado, como el bebé en brazos de su Mami.
El alma pequeñísima sólo recibe lo que Dios y María le dan es decir, Amor traspasante y
transformante. En consecuencia cuando los demás en algún instante del día, cobran vida
frente de ella, sólo pueden recibir Amor traspasante y transformante. Todo el que se cruza
con un bebé no puede dejar de reflexionar sobre su belleza, pureza e inocencia y luego,
inmediatamente, sobre la propia miseria El alma pequeñísima da, sin calcular, un Amor
traspasante y transformante, es lo que sabe dar porque es lo que más recibe. A todo el que
le toca compartir un momento de su vida con un alma pequeñísima en espíritu y verdad le
sucede lo mismo, ella no pide cosas, no espera algo de sus hermanos pero sin premeditarlo,
con su sola presencia de extrema pequeñez les exige un cambio, una transformación. El
hermano que entra en contacto con ella y ve cómo vive su consagración y su condición de
hija amada reflexiona interiormente: “Realmente no es gran cosa lo que me preocupa, ella
tiene problemas más graves y se la ve contenta, ¿por qué el apuro si tengo un Dios que es
dueño del tiempo?, ¿por qué tantos miedos si tengo un Padre que no me saca los ojos de
encima?; tengo que lidiar con mis problemas yo solo y ella dice que sólo le basta acudir a
sus padres, que ellos se encargan de todo; yo quiero asegurarme el futuro guardando y ella
lo hace compartiendo, desprendiéndose de las cosas; ¡qué paz, había sido que la paz existe!
¡Ah, y esto sí que es nuevo!, soy capaz de reír sin hacer chistes groseros. Mi hermanita
vive la castidad y es feliz, no está loca, yo creía que la castidad era cosa de locos; tiene un
no sé qué que me atrae, se siente profundamente amada por Dios y yo quiero vivir ese
amor.
2
Dejate-Amar.com
“Dime, amado de mi alma, dónde llevas a pastar el rebaño, dónde lo haces descansar al
mediodía, para que yo no ande vagando junto a los rebaños de tus compañeros.” (Cantar
de los cantares 1,7)
¿Qué cosas puede regalar un bebé? Nada. Su mamá mira todo lo que tiene y le dice: “tienes
demasiados juguetes, vamos a dar algunos a niños que no tienen con qué jugar”. Del mismo
modo el alma pequeñísima hace caridad material de acuerdo a las inspiraciones de Jesús y
María, no pasa su tiempo pensando qué puede dar, no tiene la misión de dar cosas sino
transmitir naturalmente lo que recibe constantemente: Amor que salva.
2-10-04
J. Caridad no es dar cosas. Caridad es "salvar", de la manera que sea, también
negando algo.
No se trata de un amor sólo de simpatía, buena onda y complacencia Es un Amor que
penetra y transforma al corazón que busca la verdad, que quiere salir de la mediocridad,
que tiene sed de excelencia, pero también es un Amor que fastidia al que persiste en vivir
en la mentira porque saca a la luz los pecados ocultos. El alma pequeñísima no se propone
transformar a alguien o molestar a alguien, ella se muestra tal cuál es, los demás reciben de
acuerdo al estado de sus corazones. Es como un espejo.
22-6-03
No pienses en hacer caridad con los otros, piensa en que la mejor caridad que
puedes hacer es la de no perder la intimidad Conmigo, es decir, la mejor caridad que
puedes hacer es contigo misma primero, luego desearás para los otros la misma felicidad
que Yo deseo para ti. Mientras Mi Corazón Inmaculado triunfe en tu vida en Espíritu y en
Verdad - no para liberarte de los problemas - triunfaré en muchos otros también. Mientras
otros vean cómo Yo te hago feliz querrán vivir lo mismo, aunque sin relación íntima no
podrán lograrlo. Tu vida hija, debe ser siempre una Buena Nueva para el mundo, un
Evangelio Viviente lleno de alegría y esperanza, aunque no digas nada con los labios pero
sí con el corazón.
Debes ser el hombre nuevo en esta tierra. Entonces habrá Cielo Nuevo y Tierra
Nueva.
La pequeñez es el CAMINO. La santidad es la META. La alegría es la esperanza de una vida
plena en el Amor de Dios y de los hermanos.
F. Pero yo no creo que ame mucho a mis hermanos.
M. Amar a tus hermanos no es sentir algo lindo por ellos, es desear para ellos lo que
Yo deseo: el SUMO BIEN que es ÉL. Esto basta para poner en marcha la Obra, así cuando
vayas a dar algo, darás del SUMO BIEN y ninguna añadidura innecesaria.
Cuando el bebé sale de su casa da y recibe. Ama con su presencia inocente y se deja amar
dócilmente por aquellos que lo rodean. Cuando el alma pequeñísima sale de su intimidad de ese contacto estrecho y exclusivo con Jesús y María - hace exactamente lo mismo, ama y
se deja amar; luego regresa a su claustro, al mundo creado para ella dentro del Corazón
3
Dejate-Amar.com
Inmaculado de María. El bebé recién nacido disfruta de un baño tibio siempre que sea
breve, acepta el pañal nuevo y la ropa limpia, le molesta estar sucio, pero que el trámite sea
rápido, mucho tiempo fuera de los brazos de mamá lo asustan. Acepta y aprovecha los
accesorios para estar mejor pero lo que más desea es acurrucarse en esa cunita perfecta
formada por los bazos de mami y desde allí intercambiar miradas con ella, piquitos,
sonrisas y balbuceos. Para el alma pequeñísima la relación con los demás es desinteresada,
desprendida porque el único interés que tiene es el de volver pronto a su paraíso celestial y
terrenal que es la unión de todas sus potencias con su Madre, dentro de la Santísima
Trinidad.
26-10-96
J. Trabajaste para Mí en los días pasados (en Buenos Aires), sin embargo ninguno
de aquellos momentos te hizo más feliz que los que pasas Conmigo en oración, ¿verdad?
F. Sí, Jesús, cuando me reúno con Vos para orar, para estar juntos.
J. Era necesario que dieras testimonio de Mí, tu Creador, tu Hacedor. Pero vuelves
a la oración y tu corazón vuelve al paraíso.
Toda alma tiene su paraíso, su propio y exclusivo mundo creado dentro de los Corazones de
Jesús y María, sólo tiene que descubrirlo y entrar en él. He aquí la importancia de la
consagración a María, es la solución que Dios ofrece al hombre para sus reacciones
conflictivas e interesadas que tanto daño le causan.
El bebé no piensa: “esa persona pasó a mi lado y no me miró; fue mi cumpleaños y la tía X
se olvidó de traerme un regalo; hicieron una fiesta y no me invitaron; estuve enfermo y hay
varios que se olvidaron de visitarme”. El bebé no está pendiente de los demás porque ellos
forman parte del mundo exterior y para él, mientras está con su mamá, el mundo exterior no
existe. Mientras que el cuerpo avanza en edad hacia la ancianidad, el alma consagrada a
María, pequeñísima en espíritu y verdad, tiene como meta lo contrario, llegar al estado
gestacional. A medida que el alma va avanzando hasta esta meta, va entrado cada vez más
en el mundo de María y va perdiendo cada vez más la noción de ese mundo exterior que
antes significaba mucho para ella.
Para un hombre adulto, independiente, que vive en su propio mundo y cada tanto visita el
mundo de su mamá, el primer mundo representa - en tiempo - aproximadamente un 90 %
de su vida y el segundo un 10% o menos. La mamá influye casi nada en su accionar. Para
un adolescente la relación es más pareja, un 60 contra un 40%, ya que todavía depende
bastante de sus padres. Para un niño de 5 años el mundo de la mamá supera ampliamente al
mundo exterior, en un relación de 80 a 20% más o menos. Ese último pequeño valor se
refleja en los primeros deseos de independencia, quiere ser independiente en actos
sencillos: querer cruzar la calle, elegir su ropa o bañarse solito. Para un recién nacido, que
depende casi totalmente de la mamá, la relación podría ser de 99% a 1. Ese 1% estaría
representado por aquellas personas en las cuales la mamá puede confiar el cuidado del su
bebé por algunos momentos.
Pero para el feto en el útero de la mamá, el mundo exterior prácticamente no tiene
ingerencia en él. El bebé en el útero sólo percibe las entrañas de su madre, se alimenta sólo
4
Dejate-Amar.com
de la sangre de su madre, escucha los latidos del corazón de su madre. Del exterior le llegan
algunas voces y sonidos que no afectan su estadía serena porque una buena madre cuida su
embarazo. No fuma ni bebe alcohol, se alimenta sanamente, no frecuenta lugares
bulliciosos, no hace trabajos pesados; protege la serenidad de su bebé. El alma pequeñísima
en espíritu y verdad es como el bebé en el útero de su madre: sólo mira a María, se alimenta
de Ella, escucha sólo su voz. María está a la puerta y deja entrar del mundo exterior sólo lo
verdaderamente necesario para la naturaleza humana que ayudará al desarrollo del alma.
María cuida la paz de su consagrado a cualquier precio.
22-4-03
Desapégate de todo esto y quédate Conmigo en un silencio de Amor. Yo debo ser tu
Pasión, tu Vocación, tu Respiro, tu Amabilidad por completo, tu Anhelo, tu Suspiro… Deja
que Yo te alimente y vive para Mí.
Reza por los pecadores, luego despreocúpate de todo lo concerniente a tu vida terrenal.
Vive para Mí.
Los criterios del mundo te duelen, pero te separan del mundo y es lo que quiero.
F. Es como vivir dentro de una burbuja.
J. Es como si el alma pequeñísima viviera dentro de un útero, se nutre de una sola
FUENTE, lo nocivo queda eliminado para que no afecte al gestante. Con cuánto Amor, hija,
debo nutrirte cada mañana para que no mueras. Si no te alimentara…
Pocas almas llegarán al estado de extrema pequeñez pero aún así no deja de ser la meta de
todas. El alma pequeñísima como el bebé no tiene enemigos, los enemigos son parte del
mundo exterior y como para ella el mundo exterior no existe, tampoco existen los
enemigos. No se puede odiar o guardar rencor a lo que no existe. Si para el alma
pequeñísima Jesús y María son su mundo y recibe todos de ellos, entonces ellos son los
causantes de sus gozos y sus padecimientos y a ellos van dirigidos los llantos, las
quejas, las miradas suplicantes, los pedidos de explicaciones, los reclamos. Es como el
bebé cuando lo llevan a vacunarse. No agrega la enfermera a su lista de enemigos o
personas no gratas, como hacemos los adultos con aquellos que ocasionan algún mal, el
bebé mira a la mamá como diciendo “¿Adónde me trajiste, qué está pasando? No entiendo,
qué es esta mujer que primero me habló con dulzura y después me pinchó el bracito.”
El alma pequeñísima no descarga su bronca en los demás a los que no registra como
causantes de sus padecimientos sino que desahoga el corazón en su Madre y su Padre, los
responsables, a partir de la consagración, de todo cuanto le sucede. No significa pensar “yo
hago la mía, los demás no existen, que se arreglen como puedan”.
El alma pequeñísima no deja de cumplir con su obligaciones humanas tampoco es
antisocial o indiferente ante las dificultades de los demás. Es que ha encontrado el tesoro
escondido que es Jesús, el Señor. María se lo ha presentado en su Corazón Inmaculado y lo
ha conocido verdaderamente y está enamorada y el que está enamorado vive más donde
ama que donde anima. Desea estar con su Amado más que cualquier otra cosa, por eso no
desea saber de sus hermanos más de lo que Dios quiere que sepa. Evita las largas
conversaciones y no se engancha en el chusmerío.
5
Dejate-Amar.com
No le interesa tener las perlitas ajenas, ya tiene la suya, la perla preciosa que la hace
inmensamente feliz. He aquí la importancia de la consagración a María vivida en espíritu y
verdad. A medida que el alma se va dejando transformar, van desapareciendo los
sentimientos vengativos, los celos, la envidia y va creciendo la paz entre hermanos y la
alegría de amar sin apegos y en completa libertad.
6