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 La Fe Comienza con la Imaginación
La Biblia habla muchísimo de la importancia de nuestra imaginación en nuestra vida cristiana. Por
ejemplo, en Génesis 15, Abraham no creyó en la promesa de Dios hasta que Dios le dio una
imagen (las estrellas en el cielo) que activó su imaginación.
Y El le dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Mateo 22:37
Mente en el griego es dianoia, que significa pensamientos profundos, el ejercicio de las
facultades de la mente—imaginación, sentimiento, deseo y entendimiento. Jesús estaba
diciendo: “Quiero que me amen no sólo con su intelecto, sus emociones y su voluntad, y su
corazón, sino que también me amen con su imaginación (su capacidad creativa).
Habéis oído que se dijo: “No cometeras adulterio.” Pero yo os digo que todo el que mire a una
mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón (kardia) Mateo 5:27-28
Kardia habla de los pensamientos y sentimientos de la mente. Si te lo imaginas es lo mismo que si
lo haces. Si ves algo en tu imaginación por largo tiempo, va a baja r a tu corazón y eventualmente
se manifestará en tu vida.
Y dijo el Señor: He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que
han comenzado a hacer, y ahora nada de lo que se propongan hacer les será imposible.
Génesis 11:6
La palabra para “propongan” en hebreo es yester y también se traduce como imaginación. La
imaginación es tan poderosa que cuando la gente está en unidad con ella, y todos ven la misma
cosa, comenzarán a decir lo mismo.
Mi oración es que los ojos de vuestro corazón (dianoia) sean iluminados, para que sepáis cuál
es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos.
Efesios 1:18-20
Podemos y debemos usar nuestra imaginación (los ojos de nuestro corazón) para ver las cosas
invisibles, para ver lo que no es como si fuese.
al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que
se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18
(como está escrito: Te he hecho padre de muchas naciones) delante de aquel en quien creyó, es
decir Dios, que da vida a los muertos y llama a las cosas que no existen, como si existieran.
Romanos 4:17
La mujer con el flujo de sangre usó su imaginación y se vio a si misma tocando el borde del manto
de Jesús (Marcos 5:28), lo que resultó en fe y en acción que la sanó.
Por tanto, ceñid vuestro entendimiento (dianoia) para la acción. 1 Pedro 1:13
Los Ingredientes de la Fe
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
Los tres ingredientes de la fe:
1.
2.
3.
Una meta clara. Debe ser una meta fuerte, poderosa y específica.
Un deseo ardiente de cumplir esa meta, fuego y pasión por verla cumplida.
Visiones y sueños, desarrollados en la mente, el corazón y el espíritu, engendrados
en el ámbito de la imaginación. El lenguaje del Espíritu es el lenguaje de los sueños
(Joel 2) y la imaginación que te permite ver algo en el espíritu antes de ser
manifestado en lo físico.
Cuando los tres ingredientes se alinean y ves el cumplimiento de tu sueño en tu imaginación, y
tienes fe de que así será, tu oración se convertirá en una “orden” así como cuando Jesús dijo que
le ordenáramos a la montaña que se lanzara al mar (Mateo 17:20).
Tu futuro será lo que te imaginas ahora mismo. Cuando obtienes una palabra o promesa de parte
de Dios, una imagen se formará en tu imaginación. Y esa imagen controlará tu futuro. Obtienes su
promesa a través de la oración. Una vez la tienes, comienza a repetirla y ponle una imagen a esa
palabra. Asegúrate que tanto la promesa como la imagen estén conforme a la Biblia.
Tu imaginación es tan real como la cosa física, pues abre la puerta al cumplimiento de lo que se
desea. Tu imaginación es una herramienta poderosa que se puede usar para bien o para mal.
Comienza a ver y a declarar tu sueño hasta que se convierta en fe en ti. Luego la Ley de la Fe
(Romanos 3:27) lo hará realidad.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo
lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
Filipenses 4:8
Tu enfoque es tu destino. No puedes arreglar un problema mirando sólo el problema. Lo arreglas
visualizando algo que funciona. Luego, partiendo de este pensamiento positivo, más creatividad
vendrá. No sale de lo que está mal.
Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para
que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Romanos 12:2
Entrénate a ti mismo a ver las cosas de manera diferente, a ver tus sueños cumplidos. No
te rindas, continua. Así siempre tendrás una actitud orientada hacia el éxito y verás tus
metas realizadas. Aprenderás a orar sin cesar y cuando llegues a ese nivel de oración, no
te detengas.