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MIS SANTAS LLAGAS OS PURIFICAN
9-6-2014
Qué bueno eres con nosotros mi Señor Jesús, porque derramas abundantes gracias en nosotros tus
fieles, que somos Tu iglesia. En este pentecostés me permites verte resucitado Glorioso cuando te
contemple en la Sagrada Hostia en la Adoración Eucarística, Tu Santo cuerpo trasfigurado,
resplandeciente y glorioso, señal de Tu victoria, señal de que has vencido la muerte y triunfas sobre
ella.
Esto ha sido un regalo maravilloso para mi Fe que a veces parece tan frágil y derrumbarse ante este
mundo que nos rodea a diario y contra el que combatimos a diario para sostenernos.
En el Santo sacrificio de la Santa misa en cada ofrecimiento que haces Tú mismo al Padre Eterno ,
de Tu cuerpo y tu sangre, mi alma siente morir al contemplarte porque ahí estas verdaderamente
crucificado, muriendo y entregándote nuevamente por nuestros pecados.
Al entrar a la Adoración a Tu Santa presencia en el sagrario, después de la Misa de esta mañana,
Tu Espíritu me conduce en una oración que me inspiras en lo más profundo de mi alma y me pides
de rezarla de hoy en adelante y esta es la oración que El Espíritu Santo puso en mis labios, en mi
mente y en mi corazón.
Oh Jesús mío por medio de la pureza de María, concédeme pureza de cuerpo y de alma a través de
Tus Santas llagas, que mi cuerpo y mi alma reciban el dolor que te causan nuestros pecados y en
Tus llagas padeciste. Escucha mi pobre oración y suplica, mi buen Jesús y preséntala a Dios Padre
de manos de María, Tu Santísima Madre. Amén.
Así lo repitieron mis labios y mi alma siete veces, en honor a los siete dolores de María y en siete
misterios, uniéndolos después al rezo del Santo rosario en los misterios que meditamos hoy lunes,
los misterios de gozo en María Virgen y Madre del Salvador.
Me has dicho mi Jesús que esta oración quien de tus fieles la rece con verdadera devoción y amor
sincero con deseos de purificarse en tus cruz y por tus llagas, recibirá abundantes gracias y
Bendiciones por medio de Tus Benditas llagas y alcanzara esa alma pureza de cuerpo y de alma,
castidad y santidad porque en Ti se purifican y al mismo tiempo alivian el dolor de cada una de Tus
llagas.
Bendita oración la que me inspira Tu Espíritu para unirnos más a Ti y atraer a un mayor número de
almas a purificarse y lavarse en tus amorosas heridas, en tu cuerpo llagado por amor a nosotros.
Que nosotros Señor, sepamos corresponder a esta Divina gracia y encontremos en nuestro corazón
gozo y esperanza al rezo de esta oración y a través de ella, seas consolado y nosotros salvados.
Amén.
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Mi amada, mi dócil y fiel instrumento en Mi voluntad, dejándoos
conducir por la inspiración de Mi Santo Espíritu.
María, Mi Santa Madre, la llena de gracia, en la absoluta pureza que
la habitó siempre desde el momento de su concepción, haciéndola la
Inmaculada, al ser concebida sin la mancha del pecado original, es Ella el
mayor ejemplo de pureza, pues habría de llevar en su seno al Hijo de Dios,
así Ella fue el primer Sagrario viviente, el Divino Tabernáculo, modelo de
pureza, castidad y santidad para todo hombre en la tierra.
Por María, que es Ella la misma pureza, escucho toda suplica y
petición para quien en verdad busca y anhela la pureza de cuerpo y alma,
pues quien se purifica en Mis Llagas, haciéndolas suyas en cuerpo o alma,
no pasará por el fuego purificador del purgatorio, pues en vida la ha
consumido ya el fuego de mi amor y dolor expresado en cada herida de Mi
Santo Cuerpo flagelado. Por eso, os digo: dichosa el alma que recibe en
cuerpo o alma alguna de las llagas de Mi Cuerpo porque se verá libre del
fuego de la purificación en la otra vida, y que es tan doloroso y parece
interminable para las almas que lo experimentan.
Conozco, Mi amada, los deseos y anhelos profundos y sinceros que
hay en vuestro corazón, os doy según Mi voluntad y en vuestra disposición
por aceptarla me basta para la misión que os confió y la salvación de las
almas.
Vuestro corazón se llaga y entra en la agonía del alma cada vez que
me contemplan vuestros ojos del cuerpo como del alma, crucificado y en
agonía profunda en cada Santo Sacrificio del Altar, cuando Mi Santo
cuerpo herido, flagelado y agonizante yace en manos de mis sacerdotes,
en quienes busco y encuentro descanso y alivio al sentir su unión y
ofrecimiento conmigo al Padre del cielo; y otras veces desgarran más Mi
Cuerpo ya herido y mi alma cuando estos mis amados no están en gracia,
y en lugar de ser otros cristos en el Altar Santo se convierten en otros judas.
Esta agonía interior y llaga oculta en vuestro corazón, dentro de
vuestra esencia más profunda que es el alma, la contemplo Yo, el Cristo
agonizante en cada Santo sacrificio del Altar, y la agonía, dolor y angustia
que os causa, os lava, os purifica el alma, y si el alma alcanza la pureza y la
perfección también lo alcanza el cuerpo, pues el alma es la expresión y
esencia del cuerpo.
El demonio no descansa y os perturba con sueños de impureza, y Yo,
que todo lo veo, sé el sufrimiento que esto os causa cuando el enemigo os
ataca con sueños impuros y os despierta para tentaros aún más.
La agonía y el dolor que experimentáis en el alma cada vez que me
contempláis en el Santo Sacrificio del Altar, os purifica cada día, os
fortalece y os guarda en unión intima conmigo para que unida a Mí, os
guardéis en gracia siempre en la Voluntad de Mi Padre del cielo.
Guardaos estos próximos nueve días en profunda adoración y
contemplación Eucarística hasta el día de Corpus Christi, EL CUERPO Y LA
SANGRE DE CRISTO. Ofreciéndome vuestro cuerpo y alma en reparación
a tantos ultrajes, profanaciones, sacrilegios e indiferencias que recibo a
diario de manos de tantos pecadores, en los tabernáculos del mundo, en la
Sagrada Eucaristía y en los Altares del mundo entero, y que recibiré en el
día de Corpus Christi por una acción directa del enemigo del príncipe de
este mundo, que se prepara para hacer públicamente su aparición y
dominar las naciones y a sus habitantes.
Dad a conocer esta oración que habéis recibido esta mañana estando
en contemplación y adoración. Especialmente que la recen mis predilectos,
mis sacerdotes pastores de almas, que sean muchos los que estén nueve
días invocando la pureza de cuerpo y de alma a través de Mis Santas llagas
por medio de la poderosa intercesión de María Santísima.
Os Bendigo en la llaga de Mi Costado abierto.
---Oración: Oh Jesús mío por medio de la pureza de María, concédeme
pureza de cuerpo y de alma a través de Tus Santas llagas, que mi cuerpo y mi
alma reciban el dolor que te causan nuestros pecados y en Tus llagas
padeciste. Escucha mi pobre oración y suplica, mi buen Jesús y preséntala a
Dios Padre de manos de María, Tu Santísima Madre. Amén.
Así lo repitieron mis labios y mi alma siete veces, en honor a los siete dolores de
María y en siete misterios.
Mi Señor, tuya soy en cuerpo y en alma, te pertenezco, haz de mi lo que más te
agrade. Si te contemplo resucitado y glorioso mi alma se alegra y todo lo espera en Ti, mi
Señor. Si te contemplo crucificado y en agonía mi alma se une a Tu Santa Agonía. Y
también me gozo dentro de tus Santas llagas en donde me lavas y me purificas y me
compartes Tu dolor. En ti lo espero todo. Haz de mi lo que Tú quieras, yo te doy las gracias
por todo lo que Tú haces en mi porque todo es bueno. Bendito seas mi Señor Jesús. Amén.