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Llamadme por mis verdaderos nombres.
Llamadme por mis verdaderos nombres. No digáis que partiré mañana, pues aún estoy
llegando. Mirad profundamente; estoy llegando a cada instante, para ser brote de
primavera en una rama, para"ser pajarillo de alas aún frágiles, que aprendo a cantar en
mi nuevo nido, para ser mariposa en el corazón de una flor, para ser joya oculta en una
piedra. Aún estoy llegando para reír y para llorar, para temer y para esperar. El ritmo de
mi corazón es el nacimiento y la muerte de todo lo que vive. Soy un insecto que se
metamorfosea en la superficie del río. Y soy el pájaro que se precipita para tragarlo. Soy
una rana que nada feliz en las aguas claras del estanque. Y soy la serpiente acuática que
sigilosamente se alimenta de la rana. Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos, mis
piernas tan delgadas como cañas de bambú. Y soy el comerciante de armas que vende
armas letales a Uganda. Soy la niña de doce años, refugiada en una pequeña
embarcación, que se arroja al océano tras haber sido violada por un pirata. Y soy el
pirata, cuyo corazón es aún incapaz de ver y de amar. Soy un miembro del Politburó con
todo el poder en mis manos. Y soy el hombre que ha pagado su "deuda de sangre" a mi
pueblo muriendo lentamente en un campo de concentración. Mi alegría es como la
primavera, tan cálida que hace florecer las flores de la Tierra entera.. Mi dolor es como
un río de lágrimas, tan vasto que llena los cuatro océanos. Llamadme por mis
verdaderos nombres, os lo ruego para poder despertar y que la puerta de mi corazón
pueda quedar abierta, la puerta de la compasión. Este poema fue escrito en 1978,
durante la época de ayuda a los "boat people". Fue leído por primera vez en un retiro
llevado a cabo en el Centro Kosmos de Amsterdam y organizado por Niko Tideman.
Daniel
Berrigan
estuvo
allí.
Toco tu boca.
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de
mi mano, como si por primera vez tu boca se entreaviera, y me basta cerrar los ojos para
deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi
mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad
elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco
comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi
mano dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos
al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre
sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se
encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua
en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume
viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar
lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la
boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos
mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber
simultaneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo
sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el
agua.
Julio Cortazar , de Rayuela .
Si conservas la calma...
Si conservas la calma cuando en tu derredor
todos pierden la suya, y por ello te culpan;
si... .
Si conservas la calma cuando en tu derredor todos pierden la suya, y por ello te
culpan;
Si en ti puedes confiar cuando en ti nadie cree, pero tienes presente las dudas de los
otros;
Si puedes esperar y no estás impaciente, y blanco de mentiras, esgrimes la verdad;
Si al odio no respondes con el odio inhumano, y ni sabio ni santo pretendes parecer;
Si sueñas y tus sueños no logran dominarte, y piensas pero actúas sin quedarte a
pensar;
Si puedes enfrentarte al triunfo o la derrota, y a esos dos impostores los tratas por
igual;
Si puedes resistir que la verdad que has dicho la fuerzan malas lenguas para causar
un mal;
Si resistes mirar destruida tu obra,
y haciendo un esfuerzo volverla a comenzar;
S i puedes arriesgar todo lo que ganaste,
y arriesgando, perderlo en un golpe de azar
y volver de nuevo a tus comienzos,
y jamás de la pérdida una palabra hablar.
Si puedes obligar al corazón a trabajar
y a rendir mucho más, de lo que ya es bastante¬
y seguir en la lucha cuando sólo te queda
tu voluntad tenaz, que te dice: ¡ADELANTE!
Si con el vulgo puedes hablar sin corromperte, o caminar con reyes y seguir siendo
igual;
Si no pueden herirte amigos ni enemigos y en ti todos confían pero nadie de más;
Si puedes completar cada minuto tuyo, con sesenta segundos vividos sin hastío, tuya
es la tierra y todo cuanto existe en el mundo,
y lo que es más, serás ... todo un HOMBRE, hijo mío.
de RUDYARD KIPLING