Download Confiando en Dios

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
 Confiando en Dios
Las cosas no siempre salen como queremos o esperamos. Todos pasamos por momentos difíciles
pero Dios quiere que confiemos en él hoy.
Cómo confiar en Dios en dos pasos
Paso 1: Alaba
Demostramos nuestra confianza en Dios cuando alabamos y adoramos en medio de las
dificultades. La alabanza nos da la perspectiva de quien es Dios y lo que Él hace. La alabanza
aumenta nuestra fe.
¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El Señor es el Dios eterno, el Creador de toda la
tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento. Él
da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles. Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los
hombres jóvenes caen exhaustos. En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas
fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no
desmayarán. Isaías 40:28-31 (NTV)
Que todo lo que soy alabe al Señor; con todo el corazón alabaré su santo nombre.
Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí.
Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades.
Me redime de la muerte y me corona de amor y tiernas misericordias.
Colma mi vida de cosas buenas; ¡mi juventud se renueva como la del águila!
Salmo 103:1-5 (NTV)
Cuando alabamos, nuestro enfoque pasa de nuestros problemas al Dios Todopoderoso, el Dios
que es más grande que mis problemas.
No es fácil alabar cuando te sientes deprimido, cuando todo se derrumba a tu alrededor. Por eso
debemos ofrecer sacrificios de alabanza (Hebreos 13:15) y adorarlo incluso cuando no tengamos
ganas, porque nuestra adoración no depende de nuestras emociones o sentimientos—Dios sigue
siendo digno incluso cuando no tenemos fe.
Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo; e invócame en el día
de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás. Salmo 50:14-15
Paso 2: Espera
Confía en el Señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Pon tu delicia en el
Señor, y El te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en El, que
El actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Confía callado
en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el
hombre que lleva a cabo sus intrigas. Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo
malo. Porque los malhechores serán exterminados, mas los que esperan en el Señor poseerán la
tierra. Salmo 37:3-9
En este pasaje hay dos palabras hebreas para “esperar”:
1. Verso 7: chuwl — confiar, quedarse quieto, tardarse, esperar con cuidado y paciencia.
Esperamos quedándonos quietos, especialmente en lo relacionado a aquello que nos aflige. Es
difícil para algunos de nosotros porque siempre queremos estar haciendo algo. Oramos después
de que actuamos pidiéndole a Dios que bendiga lo que hicimos.
Cuando no esperamos traemos más problemas a nuestras vidas, como Abraham con Ismael.
¿Cuánto tiempo debemos esperar? Días, meses e incluso años. Abraham esperó 25 años por la
promesa de Isaac. David esperó décadas desde que fue ungido hasta que fue coronado como rey
de Israel.
2. Verso 9: qavah — enfocar la mente en una dirección particular con una actitud de expectativa;
mirar hacia el futuro con confianza.
El esperar con quietud y una actitud de adoración eventualmente hará crecer tu fe de manera que
tu confianza se expresa en una nueva forma de esperar con expectativa y emoción—cuando sabes
en tu corazón que muy pronto algo bueno va a pasar.
Espera en el Señor y guarda su camino, y El te exaltará para que poseas la tierra; cuando los impíos
sean exterminados, tú lo verás. Salmo 37:34
El resultado de confiar en Dios
Confiar en el Señor trae sanidad y refrigerio físico y espiritual.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en
todos tus caminos, y El enderezará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y
apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos. Proverbios 3:5-8
Y nuestra confianza y salvación resultará en que otros confíen en el Señor.
Al Señor esperé pacientemente, y El se inclinó a mí y oyó mi clamor. Me sacó del hoyo de la
destrucción, del lodo cenagoso; asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. Puso en mi
boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios; muchos verán esto, y temerán, y
confiarán en el Señor. Salmo 40:1-3
El Señor te dice hoy que Él es tu guardador y protector y que puedes confiar en él (Salmo
121). Alabemos y esperemos pacientemente en Él.