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LITURGIA DE PENTECOSTÉS
ESQUEMA
A continuación te presentamos un esquema de celebración para realizar con los niños y
así recordar la Fiesta de Pentecostés. A través del cuento, la liturgia y la pintura, te invitamos a motivar a niños y niñas a vivir cada día, con mayor fuerza los dones del Espíritu.
Materiales: Llamitas de cartulinas para que los niños las usen como distintivos.
PRIMER MOMENTO
Un corazón convertido en nido
Anoche soñé que estaba en el campo,
jugando con mis primos. Agotados de
tanto correr y saltar, nos tendimos sobre
la hierba y nos pusimos a observar los
pájaros que volaban sobre nuestras cabezas. De repente sentí que mi corazón que
latía muy rápido se transformaba en un
nido, en un nido tibio, suave y mullido.
- “Mi corazón se ha quedado quieto, muy
quieto” -exclamaba yo sorprendido- “Mi
corazón se ha quedado quieto, ha parado
de latir y se ha convertido en un nido.
Tiene forma de nido, tiene color de nido,
tiene tamaño de nido y está esperando a
que un pajarito venga a vivir en él”.
¿Era yo un árbol acaso? ¿Era yo un niño?
¿Por qué en vez de corazón tenía un nido? En ese momento me asusté mucho...
porque yo quería seguir siendo niño no
árbol. Estaba a punto de llorar cuando de
repente sentí que a mi nido llegaba una
paloma blanca, blanca como la nieve.
- “¿De dónde vienes tú?” -le pregunté
todavía un poco asustado.
Y curiosamente la paloma me respondió
con una voz muy suave y amable:
- “Vengo del cielo a vivir contigo, siempre
que tú me invites a quedarme en tu corazón”.
- “Por supuesto que me gustaría que te
quedaras conmigo para siempre. Serías
mi amiga y mi compañera. Irías conmigo
a todas partes... y podríamos hablar en
cualquier momento. Como vienes del cielo me aconsejarías cómo hacer las cosas
bien y yo me podría convertir en alguien
alegre, servicial, cariñoso, obediente, solidario y amable” -le dije... y añadí con
curiosidad- “A todo esto no te he dicho mi
nombre. Me llamo Felipe y tú... ¿tienes
nombre?”
Y yo, muy afligido y confundido le contesté:
- “Yo soy el Espíritu Santo, enviado por el
Padre y tu amigo Jesús para que viviendo
conmigo no te olvides jamás de ellos”.
- “Es que ahora en vez de corazón, tengo
un nido” -pareció que no le importaba
mucho lo que le dije- “En realidad, pensándolo bien para ti que eres un pájaro
resulta mejor un nido que un corazón...
¿verdad?”
En ese mismo momento desperté bruscamente y recordé que alguien me había
hablado del “Día de Pentecostés”. No lo
puedo explicar... pero al despertar sentí
una alegría inmensa y una paz increíble
en mi corazón. Me sentía bueno... y feliz.
- “La verdad es que para mí resulta bien
un corazón o un nido. La cosa es que
aceptes que yo me quede a vivir contigo”
-me contestó la paloma.
¿Será que el Espíritu Santo nos transforma por dentro y nos hace ser mejores personas?
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos
se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros.
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
La historia que acabamos de oír, ocurrió hace mucho tiempo en una ciudad llamada Jerusalén, mucha gente llegaba hasta allí para celebrar una fiesta religiosa llamada Pentecostés (cincuenta días después de la Pascua), que se hacía para dar gracias por las cosechas.
También en ese lugar se encontraban reunidos los Apóstoles. Estaban en una casa esperando un regalo que les había prometido Jesús. La última vez que estuvieron con Él, Jesús
les dijo que les iba a enviar un regalo que los llenaría de fuerza y energía para que pudieran contar a todo el mundo las hermosas cosas que habían vivido junto a Él.
Los Apóstoles estaban escondidos en una casa para que nadie se diera cuenta que se encontraban en Jerusalén, porque los soldados romanos los estaban buscando para eliminarlos y por eso tenían mucho miedo.
De pronto, en ese lugar, se sintió un ruido muy grande que venía desde el cielo. Era un
ruido como de un viento muy fuerte que estremeció toda la casa… y aparecieron unas lenguas como de fuego que se fueron posando sobre cada uno de los Apóstoles. De inmediato sintieron que algo diferente les pasaba, ya no sentían miedo, ya no querían estar más
escondidos. Entonces, salieron de la casa y comenzaron a hablar a la gente que se encontraba en Jerusalén.
Muchas personas de distintos países habían llegado a celebrar la fiesta de Pentecostés y
los Apóstoles hablaban a cada uno de ellos en su propio idioma. Todos estaba muy sorprendidos, y los Apóstoles se dieron cuenta que ese era el regalo que tanto habían estado
esperando… era el Espíritu Santo que les traía siete dones para poder compartirlos con la
gente y así poder hablarles de las maravillas de Jesús.
Esos dones son:
Son los mismos dones que Jesús nos envía para esta fiesta de Pentecostés y que el Espíritu Santo, nos entrega para que los llevemos en el corazón y los usemos durante toda la
vida.
Pero... ¿cómo explicar quién es el Espíritu Santo? Es alguien que no podemos ver, pero
que existe. Es como el amor... es el Amor que no vemos, pero sentimos.
Cuando amamos a alguien estamos alegres, andamos con deseos de ayudar, de cantar, de
hacer cosas buenas. A la persona que queremos la tenemos siempre cerca aunque no esté
con nosotros y no se nos ocurre hacerle daño.
El Espíritu Santo que recibimos el día en que nos bautizaron nos hace personas buenas,
generosas, solidarias, alegres, cariñosas y valientes. Cuando actuamos con amor, valentía, generosidad y alegría es seguro que el Espíritu Santo está en nuestros corazones.
Imagina que tu corazón es como un nido. Al Espíritu Santo le gusta que le ofrezcamos un
lugar en nuestro corazón para vivir en él.
Para profundizar en los Dones del Espíritu, se puede acudir a “Envía tu Espíritu, Señor...” (Material
para la Oración -organizado en siete sesiones- a partir de los Dones del Espíritu y el testimonio de
vida de Beatos de la Acción Católica).
PREGUNTAS PARA COMPARTIR
z
¿Qué pasó en Pentecostés?
z Un don es como una “virtud” o una “habilidad” que nos hace ser
especiales... y que podemos usar para mejorar nuestra vida y la de
la gente que nos rodea... ¿Tú... que “dones” tienes?
z ¿Qué dones nos regala el Espíritu? ¿Para qué nos puede servir cada
uno de ellos?
z ¿Qué puedes hacer... para que tu corazón sea un sitio acogedor...
un “nido” en el que el Espíritu Santo quiera posarse y anidar?
SEGUNDO MOMENTO
z Animador: “Vamos a celebrar, nosotros ahora, lo que vivieron los amigos de
Jesús. Porque nosotros también somos
amigos de Jesús, el nos quiere y nos regala también su Espíritu para que nosotros seamos felices y ayudemos a otros a
ser felices también. Para empezar nuestra celebración, vamos a ponernos en la
presencia de Dios: En el nombre del Padre...”.
z Canto: (Ver propuestas)
El animador ha preparado en el lugar una
serie de carteles con dones y regalos del
Espíritu Santo. Cada niño puede tener en
su mano una vela. Si los niños son muy
pequeños, se sugiere preparar en papel
celofán una llamita como de fuego.
z Animador: “Ahora que Jesús está con
nosotros, vamos a darle gracias por los
regalos que nos ha dado a través del Espíritu Santo... ¿Cuáles son los dones que
nos ha dado?”
Mientras van expresando los dones, cada
dos o tres niños, se va diciendo “Gracias
Señor”. Cuando han mencionado los dones del Espíritu Santo, el animador en-
ciende el Cirio que preside esta celebración y, con él se ilumina el lugar en el cual
nos hemos reunido.
z Animador: “Felices de saber que el
Espíritu de Dios está con nosotros y nos
da la fuerza y la alegría de contarle a todo el mundo lo bien que se siente estar
con Él, le vamos a cantar una canción”.
z Canto
z Animador: “Estamos contentos porque
los regalos de Jesús están con nosotros.
Pero no siempre los hacemos crecer o a
veces los escondemos. Nuestro amigo
Jesús no quiere que sus regalos estén
escondidos, por eso le vamos a pedir que
nos ayude al igual que a los Apóstoles,
que tenían temor de hablar de Jesús, a
ser valientes para contarle a todos nuestros amigos, en nuestra casa y donde nos
encontremos, que Jesús no nos dejó solos
y que nos envió un amigo llamado Espíritu Santo que viene a habitar en nuestro
corazón, para quedarse, y que junto con
sus dones, nos dará la fuerza para seguir
a Jesús”.
z Canto
las cosas buenas y las cosas malas.
Enseñándome a elegir siempre
el camino del bien.
z Oración
En este momento recitamos todos juntos
la oración:
Te ofrezco mi corazón
para recibirte y que llenes mi vida.
Dame la fuerza necesaria
para vivir siempre
como Jesús nos enseñó:
Amando a todos y amando a Dios.
Te pido que me ayudes
a cambiar las actitudes egoístas
que tengo en mi interior
y todo lo que me aleja
de Dios y de mis hermanos.
Ayúdame a ser cada día mejor hijo,
mejor hermano, mejor amigo...
Te doy gracias por acompañarme
y estar siempre a mi lado.
Ayudándome a distinguir
Espíritu Santo, Espíritu de Jesús,
ven a mi corazón
y transforma mi vida
para vivir como Jesús vivió.
Amén
A continuación se le entrega a cada niño
una llamita del Espíritu Santo para que
pueda colocarla como distintivo y se le
envía a contar esta noticia a todos.
z Animador: “Con la alegría de haber
compartido la fiesta del Espíritu Santo, le
pedimos a nuestro amigo Jesús que nos
mande su bendición. En el nombre del
Padre...”.
z Canto
TERCER MOMENTO
Sugerencias para actividades:
z Pintar la lámina de Pentecostés.
z Recortar las “llamitas” de fuego que aparecen en el cuento y repartirlas entre sus amigos.
z Tomar un compromiso para el día: dar gracias al levantarme, rezar por un amigo o
amiga, prestar mis cosas, compartir mi dinero, participar en el grupo, ayudar en casa...
POSIBLES CANTOS
EL ESPÍRITU DEL SEÑOR
EL SEÑOR OS DARA SU ESPIRITU SANTO.
YA NO TEMAIS, ABRID EL CORAZON,
DERRAMARA TODO SU AMOR.
EL SEÑOR OS DARA SU ESPIRITU SANTO.
YA NO TEMAIS, ABRID EL CORAZON,
DERRAMARA TODO SU AMOR.
Resucítame, Señor, con tu Espíritu,
conviérteme Señor, con tu Espíritu.
Resucítame, Señor, con tu Espíritu,
Resucítame y conviérteme, Señor.
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu,
consuélame, Señor, con tu Espíritu.
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu,
fortaléceme y consuélame, Señor.
VEN ESPÍRITU DE DIOS
El transformará hoy vuestra vida,
os dará la fuerza para amar.
No perdáis vuestra esperanza,
él os salvará (2).
VEN ESPIRITU DE DIOS SOBRE MÍ,
ME ABRO A TU PRESENCIA,
CAMBIARÁS MI CORAZÓN. (BIS)
El transformará todas las penas
como a hijos os acogerá,
abrid vuestros corazones a la libertad.
Toca mi debilidad, toma todo lo que soy.
Pongo mi vida en tus manos y mi fe.
Poco a poco llegarás a inundarme de tu luz.
Tu cambiarás mi pasado. Cantaré.
Fortalecerá todo cansancio
si al orar dejáis que os dé su paz.
Brotará vuestra alabanza. El os hablará.
Os inundará de un nuevo gozo
con el don de la fraternidad.
Abrid vuestros corazones a la libertad.
ILUMÍNAME SEÑOR
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu,
transfórmame Señor con tu Espíritu.
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu,
ilumíname y transfórmame, Señor.
Y DÉJAME SENTIR
EL FUEGO DE TU AMOR,
AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR (bis).
SE SIENTE AQUÍ
Se siente aquí, (tres veces).
El espíritu de Dios se siente aquí,
y los hombres de la tierra
glorifican al señor.
El espíritu de Dios se siente aquí.
Se mueve aquí (tres veces).
El espíritu de Dios se siente aquí.
Y los hombres de la tierra
Glorifican al señor
El espíritu de Dios se siente aquí.
Prepárate para que sientas (tres veces).
El espíritu de Dios.
Déjale que se mueva (tres veces).
Dentro de tu corazón.
ESPÍRITU DE JESÚS
Te ofrezco mi corazón para recibirte y que llenes mi vida.
Dame la fuerza necesaria para vivir siempre
como Jesús nos enseñó: Amando a todos y amando a Dios.
Te pido que me ayudes a cambiar las actitudes egoístas
que tengo en mi interior y todo lo que me aleja
de Dios y de mis hermanos.
Ayúdame a ser cada día mejor hijo,
mejor hermano, mejor amigo...
Te doy gracias por acompañarme y estar siempre
a mi lado. Ayudándome a distinguir
las cosas buenas y las cosas malas.
Enseñándome a elegir siempre
el camino del bien.
Espíritu Santo, Espíritu de Jesús,
ven a mi corazón
y transforma mi vida
para vivir como Jesús vivió.
Pentecostés
23 de mayo
Como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo.
Recibid el Espíritu Santo
acción católica
general
SECTOR
DE NIÑOS
www.accioncatolicageneral.es
A
,
Juan 20
l anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los
judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a
vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros.
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes
les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
19-23
J
esús, antes de morir y resucitar, hizo una hermosa promesa
a sus amigos. Que Él y su Padre les enviarían su Espíritu para
que jamás se sintieran abandonados o solos sobre la Tierra.
También les pidió que se quedaran en Jerusalén todos reunidos
hasta que se cumpliera su promesa. Y así estuvieron 10 días junto
a la Virgen María, encerrados en una casa, rezando y conversando de Jesús. Tenían mucho miedo... y no se atrevían a hablar a la
gente de su Maestro. Todavía sentían que les podía pasar lo
mismo que a Jesús... que los mataran por ser sus amigos.
Y al amanecer de aquel día Jesús cumplió su promesa. Cuando
recibieron el Espíritu Santo los discípulos se transformaron: se
llenaron de coraje, sabiduría, se les aclararon
todas las cosas que no habían entendido
mientras habían estado con Jesús. Salieron a
las calles y empezaron a hablar de Jesús y a
explicar su mensaje.
Pero... ¿cómo explicar quién es el Espíritu
Santo?
Es alguien que no podemos ver, pero que
existe. Es como el amor... es el Amor que no
vemos, pero sentimos.
Cuando amamos a alguien estamos alegres,
andamos con deseos de ayudar, de cantar, de
hacer cosas buenas. A la persona que quere-
mos la tenemos siempre cerca aunque no esté con nosotros y
no se nos ocurre hacerle daño.
El Espíritu Santo que recibimos el día en que nos bautizaron
nos hace personas buenas, generosas, solidarias, alegres, cariñosas y valientes. Cuando actuamos con amor, valentía, generosidad y alegría es seguro que el Espíritu Santo está en nuestros
corazones.
Imagina que tu corazón es como un nido.
Al Espíritu Santo le gusta que le ofrezcamos un lugar en nuestro corazón para vivir en él.
z En la fiesta de hoy... el Espíritu nos entrega sus dones. Un
don es como una “virtud” o una “habilidad” que nos hace ser
especiales... y que podemos usar para mejorar nuestra vida y la
de la gente que nos rodea... ¿Tú... que “dones” tienes?
z Los “dones” que nos ofrece el Espíritu Santo son los
siguientes: “consejo”, “fortaleza”, “ciencia”, “piedad”, “inteligencia”, “sabiduría” y “respeto”.. ¿Para que servirá cada uno de ellos?
z ¿Qué puedes hacer... para que tu corazón sea un sitio acogedor... un “nido” en el que el Espíritu Santo quiera posarse y
anidar?