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Oración por las vocaciones
Mes enero: 2011
“A Dios le roba el corazón el humilde y el sencillo:
y cuanto más grande sea y más pequeño se vea,
no sólo a los ojos del Señor, sino a los de las mismas criaturas
a quienes el mismo Señor las ha sujetado,
más resplandecerá el brillo de la virtud y
muchísimas más gracias le dispensará y le alcanzará por su medio.
San Agustín era un santo magno, como sabemos, en sabiduría y santidad;
pues el misterio de la Santísima Trinidad un niño se lo descubrió.
A la casta Susana un niño la defendió, etcétera.
Porque nuestro Señor se vale de los pequeños
para enseñar a los grandes o defenderlos,
porque le agrada en sus obras valerse de quien no es y
sujetar al que es para que todo se atribuya solo a Él.” (Sta. Rafaela M.)
“Cristo se identificó con los pobres y dio como señal de la llegada de su Reino el anuncio, a ellos, de
la Buena Noticia. Unidas a los sentimientos de su Corazón, nos sensibilizamos al clamor de los
pobres, que nos urge a:
- una conversión permanente de nuestros criterios y actitudes;
- evitar todo lo que pueda suponer un compromiso con cualquier forma de injusticia social;
- despertar las conciencias frente al drama de la miseria, según las exigencias de la justicia, del Evangelio y de
la Iglesia;
- acercarnos con corazón humilde y fraterno a la realidad de los pobres, dejándonos evangelizar por ellos:
- descubrir en cualquier tipo de pobreza la presencia de Cristo, que dijo: “cuanto hicisteis a uno de estos
hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (C.25)
Pedimos al Señor que MUCHAS JOVENES entren en
su Corazón…
¿Qué queremos que descubran? ¿Qué nos pide a nosotras el
Corazón de Jesús para secundar y suscitar la vocación? ¿A
qué me llama? ¿a que nos llama?
No esperes nada, simplemente… ¡ENTRA!
Esclavas del Sdo. Corazón de Jesús
“Estamos convencidas de que Jesucristo sigue llamando hoy a compartir su vida y misión. A
nosotras se nos pide que secundemos la acción del Espíritu, respetando y acompañando los procesos
personales de los jóvenes, para que cada uno pueda descubrir el proyecto de vida que el Señor le
ofrece”.
(Cf. “En comunión hacia el futuro” C.G. XVI)