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Ambientación
Comenzamos con un breve estribillo a modo de oración. Pedimos al Señor que su
Espíritu nos abra el corazón para acoger la experiencia de fe con la que nos
vamos a encontrar en su Palabra.
45
Cuando volvió les dijo:
-¿Aún seguís durmiendo y descansando? Mirad que ha llegado la
hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
pecadores.
46
¡Levantaos, vámonos! Ya está aquí el que me va a entregar.
 Primer paso: Lectura atenta del texto
El Domingo de Ramos del ciclo A proclamamos la pasión de Jesús según san
Mateo. Nos detenemos en la oración en Getsemaní. Jesús sabe que sin el diálogo
con el Padre no es posible aceptar la voluntad amorosa de Dios para su vida.
Proclamación de Mt 26,36-46
36
Llegó Jesús, acompañado de sus discípulos, al lugar llamado
Getsemaní, y les dijo:
- Quedaos aquí sentados mientras yo voy un poco más allá a orar.
37
Se llevó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a
sentirse afligido y angustiado; 38entonces les dijo:
- Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quedaos aquí y velad
conmigo.
39
Se adelantó unos pasos más y, postrándose rostro en tierra, oró así:
-Padre mío, si es posible, aparta de mí esta copa de amargura; pero no
se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
40
Volvió entonces a donde estaban los discípulos y, al encontrarlos
dormidos, dijo a Pedro:
- ¿Ni siquiera habéis podido velar una hora conmigo? 41Velad y
orad para que no desfallezcáis en la prueba. Es cierto que
tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.
42
Por segunda vez se alejó de ellos y oró así:
- Padre mío, si no es posible que esta copa de amargura pase sin que yo
la beba, hágase lo que tú quieras.
43
Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos, y volvió a
encontrarlos dormidos pues tenían los ojos cargados de sueño. 44Así que
los dejó como estaban y, apartándose de ellos, oró por tercera vez con
las mismas palabras.
Para comprender el texto:
1. Jesús va a Getsemaní (= trujal) con sus discípulos.
 Observemos cómo actúa Jesús en medio del sufrimiento:
- Expresa lo que siente: aflicción, angustia, copa de amargura.
- Requiere la compañía de sus discípulos. Continúa enseñándolos (“Velad,
quedaos…). Comparte con ellos su dolor y su actitud orante.
- Ora: Padre, hágase tu voluntad.
 Contrastemos estas actitudes de Jesús con las de sus discípulos.
2. ¿Qué experiencia de fe está reflejada en este pasaje?
Jesús, en su relación con el Padre, entiende que todas las opciones de
su vida, tomadas desde la voluntad de Dios, le llevan a morir en la
cruz, y se entrega libremente a ese final como se había entregado
durante toda su vida. La cruz es la consecuencia de una lealtad, de
una fidelidad y de un amor más fuerte que la muerte. Su corazón
reafirma la aceptación libre y serena de su destino.
 Segundo paso: Nos dejamos interpelar por el texto
El pasaje que hemos leído es palabra de Dios viva que continúa activa entre
nosotros. Jesús, el Maestro, es ejemplo y modelo también para los momentos
difíciles que todos pasamos en la vida.
 ¿Hay en el texto palabras, imágenes o personajes que me ayuden a expresar
mis propias convicciones y experiencias de fe?
 ¿Ante qué situaciones, que provocan sufrimiento a otros seres humanos,
estamos dormidos? ¿Cómo puedo comprometerme?
 Tercer paso: Nos dirigimos al Dios que nos ha hablado a través de su
Palabra
Nos dirigimos a Dios Padre para presentarle nuestra oración. Como Jesús, nos
postramos internamente con el rostro en tierra y dejamos que nuestro corazón
hable a Dios.
 Presentamos a Dios nuestros sufrimientos y los de nuestro mundo. Ponemos en
su presencia las personas que sufren con sus rostros concretos, con sus dolores
físicos, psicológicos o morales.
“Padre mío… hágase tu voluntad”
(Mt 26,36-46)
 Pedimos a Dios para que sepamos velar y orar en los momentos duros de
nuestra vida. Pedimos también para no caer en la tentación de creer que sólo con
nuestras manos solucionamos el sufrimiento.
 Agradecemos a Dios que él siempre escucha nuestra oración, que nos conforta
por dentro y nos consuela en los momentos difíciles de nuestra vida. Le
agradecemos también la presencia de personas amigas que nos ayudan en esos
momentos.
 Contemplamos a Jesús orando en medio del sufrimiento, arrodillado ante el
Padre a quien se dirige con plena confianza. Reza a su lado y siente que te
conforta.
Se espera de un seguidor de Jesús que permanezca despierto,
vigilante, en oración perseverante y confiada al Padre, buscando ante
todo mantenerse firme en su voluntad. Quienes así lo hagan podrán
experimentar no la huida del dolor, sino el paso de la angustia a la
determinación; serán capaces de vivir el sufrimiento sin amargura,
con fortaleza y serenidad, convirtiéndose en dulce compañía cuando
a otros les lleguen los momentos amargos.
Rocío Gª Garcimartín