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Colegio Mª Auxiliadora - Béjar
Curso 2014-15
Buenos días 18 al 30 de mayo
MARÍA AUXILIADORA
PRESENTACIÓN
Hace 200 años (en 1815) fue la primera vez que se celebró la Solemnidad a María Auxiliadora,
un 24 de mayo. Esta fecha se debe a un momento histórico de la Iglesia. El Papa de aquel
entonces, Pío VII, había sido hecho prisionero por Napoleón Bonaparte, por más de 5 años.
Para inicios de 1814, Napoleón está pasando por una situación difícil y su derrota es inminente. El
19 de enero restaura los Estados Pontificios y el 23 de enero el Papa abandona su cautiverio,
enfermo y anciano. Durante su viaje de retorno a Roma, recibirá muestras de humildad de
habitantes de ciudades y pueblos, arrodillándose a su paso. Entra finalmente a Roma el 24 de
mayo. Al entrar, los romanos sueltan los caballos del carruaje del Papa y lo toman en sus hombros, llevándolo
a la Basílica de San Pedro. Por este motivo Pío VII puso el 24 de mayo como la fiesta de María Auxiliadora, y al
año siguiente de su liberación, el 24 de mayo de 1815, se celebrará la primera fiesta. Entonces nosotros
celebraremos este año los 200 años de celebrar a María Auxiliadora los 24 de mayo.
FLORES SALESIANAS
Nos prepararemos a esta fiesta con las famosas florecillas salesianas. Quienes no supieran qué son estas
florecillas salesianas puede escuchar al mismo Don Bosco que lo explica:
Preparar un ramillete de florecillas para ofrecérselo después a María el día de su fiesta. ¿De
qué modo? Recogiendo una cada día. ¿Y cómo hacerlo ahora que no hay flores en el campo?
En vuestro corazón. ¿Y qué flor? Una pequeña virtud para practicar cada día en honor de
María Santísima. Cumplid todos esta florecilla de modo que el día de la gran fiesta haya
tantos ramilletes cuantos sois vosotros y que en ninguno falte una flor. Estad seguros de que
le será muy grato a María Santísima vuestro regalo.
Este año del Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco y del Bicentenario de la Fiesta de María Auxiliadora
podremos hacer un hermoso ramillete de flores para nuestra Madre y lo ofreceremos también por la paz en el
mundo, por todos los que están sufriendo los estragos de las guerras, para que cesen las persecuciones
religiosas, por todos los enfermos, por todas nuestras necesidades.
Reflexión: Vamos a analizar el texto de “Flores a María”, para ver qué tipo de flores son las que se ofrecen:
Flores que “NO MARCHITAN”:
Flores de esperanza
Flores de alegría
Flores de sonrisas
Flores de justicia
Flores de paz
Flores de amor
Flores de ilusión
Flores de esfuerzo
Flores de vida
Flores de trabajo
¡Qué importante es dedicar a María, un poquito de nuestro tiempo cada día! Para dedicarle una oración, un
canto o una hermosa flor. No hace falta que vayamos a buscarla a un prado, jardín o una floristería. Las flores
más hermosas se encuentran en nuestro corazón. María nos acompaña cada día, nos cuida, nos mima y
nosotros debemos amarla y quererla de igual manera. Para agradecerle su presencia y cariño constante.
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Curso 2014-15
Buenos días 18 al 30 de mayo
LAS MANOS DE MARÍA
El tiempo de Pascua, es el tiempo de la alegría. La Resurrección de Jesús ilumina el ser de nuestra vida
cristiana.
Las manos de María, acogieron en el pesebre, a un Jesús que -siendo Niño- tenía la grandeza del mismo Dios.
Las manos de María, sostuvieron al pie de la cruz, a un Jesús que siendo fuerte se hizo débil por salvarnos.
El mes de mayo, ayudados por las MANOS DE MARIA, son días para abrir las nuestras y acoger el fruto de la
Pascua: ¡Ha resucitado!
Las MANOS DE MARIA supieron acoger, acunar, cuidar, alimentar y -en los momentos de prueba- sostener el
cuerpo de Jesús.
Hoy, además, con las manos de María, tenemos un recuerdo especial por los que trabajan. Por aquellos que
saben ofrecer su esfuerzo y su tesón por completar y perfeccionar la creación de Dios.
ORACIÓN: TUS MANOS, MARIA
Son grandes, porque en ellas, todos cabemos.
Son pequeñas, porque en ellas, se desborda el Misterio de Dios.
Son limpias, porque ellas, no conocieron la corrupción.
Son delicadas, porque ellas, acariciaron el tesoro más preciado: Jesús.
Son cuidadas, porque ellas, fueron bendecidas desde el principio por Dios.
Son orantes, porque ellas, supieron juntarse para alabar al Creador.
Son señales, porque ellas, siempre nos enseñan el camino hacia Jesús.
Son decididas, porque ellas, no se echaron atrás ante las dificultades.
Son amantes, porque ellas, amaron con locura. Amén
LOS OJOS DE MARÍA
¡Ojos que no ven, corazón que no siente!, dice el viejo refrán.
En María, esto no se cumplió. Vivió siempre con los ojos puestos en los planes que Dios tenía preparado para
Ella.
En Nazaret, con sus pupilas dilatadas, dijo que "sí". Que, estaba dispuesta, como un cheque en blanco para
que Dios firmase cuando quisiera y como quisiera.
En el crecimiento de Jesús, abrió bien los ojos para que, Jesús, anduviese por los caminos que conducían a
Dios.
En el final de la vida de Jesús, aún con lágrimas, nunca el sollozo se antepuso a la altura con la que, María,
encaró y vivió la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo.
Y es que, María, abrió los ojos para Dios y, además, le brindó todo su corazón. ¿Se puede esperar más por
parte de Dios? ¿Pudo dar más una humilde nazarena que a sí misma?
ORACIÓN: TUS OJOS, MARIA
Son grandes, porque quedaron embelesados por el anuncio del Ángel.
Están limpios, por las lágrimas de emoción en el Nacimiento de Cristo.
Son risueños, por la juventud y la hermosura de Aquella que los lleva.
Son inquietos, porque nunca se cansan de mirar al Hijo.
Están sanos, porque siempre miraron en la dirección adecuada.
No tienen tensión, porque saben cerrarse ante Aquel que es descanso.
No tienen brizna alguna, porque Dios los cuida con amor de Padre.
No están ciegos porque, al pie de la cruz, los mantuviste despiertos.
No son insensibles, porque desde la cruz, Jesús los llamó a ver a los hombres como a sus hijos.
No parpadean porque, ante la situación del mundo, saben que han de estar bien abiertos.
No huyen, porque ante el mal tiempo, han de ayudar a los demás a descubrir el horizonte.
EL CORAZÓN DE MARÍA
El corazón es el lugar donde, entre otros, guardamos los secretos más íntimos. Es en el corazón donde
sufrimos y gozamos, donde disfrutamos y lloramos, desde donde odiamos o nos volcamos amando.
El corazón de María, palpitando en medio de la Pascua, sigue rebosando alegría por la presencia de Jesús
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Buenos días 18 al 30 de mayo
Resucitado. Pero, también es verdad que con el anuncio del anciano Simeón, la Virgen preparó su corazón a
los contratiempos (en crueles espadas) que la vida y muerte de Jesús de Nazaret, le proporcionó.
Una de las flores que más le gusta a nuestra Madre es, precisamente, el ofrecimiento de nuestro corazón para
Dios.
Nunca como hoy tenemos tantas casas y, nunca como hoy, personas que viven sin techo.
Nunca como hoy vivimos tan juntos y, nunca como hoy, marcados por la soledad.
Nunca, como hoy, tan lleno de cosas y con la sensación de que nos falta algo.
Pidamos a María que, en este mes de mayo, y animados por el espíritu pascual, pongamos el corazón en lo
que hacemos y en lo que decimos. Pero, sobre todo, que en este mes de mayo inundemos nuestras entrañas
con lo que fue grande y decisivo en María: JESUS.
ORACIÓN:
Tu corazón, María, rebosa agradecimiento.
Tu corazón, María, desborda de felicidad.
Tu corazón, María, se siente engrandecido por la presencia de Dios.
Tu corazón, María, ama incluso a aquellos que no te aman.
¡Danos, María!
Un corazón sencillo para acoger a Dios.
Un corazón noble para sincerarnos con El.
Un corazón alegre para sembrar la ilusión.
Un corazón desprendido para no mirarnos a nosotros mismos.
Un corazón conciliador, para no cerrarnos a los que nos rodean.
Y, si por lo que sea, ves que nuestros corazones están cerrados con potentes candados:
ven a nuestro encuentro, María, y rompe los eslabones que nos impiden ser libres.
LOS PIES DE MARÍA
Escuchamos la Palabra: (del evangelio de Lucas)
Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa
de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó
llena del Espíritu Santo; y exclamando en voz alta, dijo:
-Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la
madre de mi Señor a visitarme? Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno; y
bienaventurada tú, que has creído, porque se cumplirán las cosas que se te han dicho de parte del Señor.
Reflexión:
Ponerse en camino es sentirse viv@. Cuando nos visita la suerte (en sus diversas formas) ¿qué solemos
hacer? Simplemente, comunicarlo.
María, con los pies polvorientos, se puso en camino hacia la casa de su prima Isabel. Salió de su casa. No
le importó nada, aunque el evangelio no lo diga, correr riesgos ni dificultades: ¡se puso en camino y se
acabó¡
Los pies de María son dinámicos. Se aventuran a perderse en los amplios caminos de la vida para que,
los hombres, conozcamos a Jesús.
No nos podemos instalar en la comodidad. Los pies de María, nos invitan a salir de nosotros mismos. A
no cerrarnos en los cómodos muros de nuestros problemas o éxitos, alegrías o tristezas.
Salir al encuentro de los demás (y no sólo de los familiares) es hacerles partícipes de nuestros sueños y
de nuestras conquistas, de nuestras inquietudes y también de nuestros fracasos.
No esperemos a que nadie llame a la puerta de nuestro hogar para reclamar o pedir ayuda. La caridad o
la delicadeza, cuando surge espontáneamente, tiene hasta más valor.
EL TACTO DE MARÍA
Dice un viejo proverbio: "sobran manos y falta tacto". María sobresalió, con dos simples manos, por su
delicadeza y su tacto para cumplir y llevar a cabo el pensamiento que Dios tenía sobre ella.
¡Nunca, dos manos, hicieron tanto! ¿Qué hacemos con las nuestras?
María tuvo ese sentido del tacto para comprobar la textura interior de un Dios que le exigía lo
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aparentemente imposible.
*El sentido del tacto para tocar la forma de un Dios humanado.
*El tacto para comprobar la dureza de ser Madre al pie de la cruz.
Para nosotros, contemplar a María en este marco de la Pascua, es darle la enhorabuena por esa
intuición que tuvo desde el anuncio del ángel hasta el mismísimo día de Pentecostés. ¡Tuvo tacto para
las cosas de Dios y, Dios, fue su gran lotería!
-Sin Ella no hubiera existido la noche más feliz de Belén
-Sin Ella no se hubieran molestado en desplazarse tres regios personajes
-Sin Ella no hubiera habido vino bueno en Caná
Demos gracias a Dios, por el tacto divino de María. Que también nosotros, en esta Pascua, en este mes
de mayo, presentemos a Dios nuestro deseo de vivir, trabajar, sentir y actuar con la misma sensibilidad
de la Virgen María.
LOS HOMBROS DE MARÍA
Multitud de pueblos y de ciudades han visto en María, desde tiempos pretéritos, la fortaleza frente a la
adversidad, la defensa ante la debilidad o el apoyo en período de lucha (física y espiritual).
Las palabras del ángel "nada hay imposible para Dios", han cobrado fuerza en la vivencia de los
creyentes que, antes, ahora y ojala mañana, han tenido de María: Dios da lo que se le pide, incluso, lo
aparentemente imposible.
-Ella, en el camino de la fe, es un báculo sobre el que nos apoyamos para no ceder en la tentación
del abandono.
-Ella, en el camino de la fe, es un buen cirineo que ayuda a llevar la cruz de la enfermedad, la
prueba o el desánimo.
-Ella, María, nos invita a mirar a Dios. A no ceder frente a la arbitrariedad de las cosas ni de los
hombres.
El hombro de María, y no es palabrería barata, es hombro para los hombres. Agua en período de sed;
paz en meses de contienda; perdón en tardes de rencor; fe en época de incredulidad.
Miremos a María, y le pedimos a María la fuerza y el apoyo (moral y espiritual) que, su presencia,
supone en nuestra vida cristiana, parroquial, comunitaria, etc.
LA MIRADA DE MARÍA
La mirada de María, aún siendo nítida y clara, siempre será para nosotros un enigma: nunca llegamos a
alcanzar totalmente la profundidad desde la que arranca; la belleza que sus ojos destellan; el brillo que
nace de su alma.
Pero, entre todas miradas que nos ofrece María, hay algunas que merecen nuestra contemplación y
nuestra reflexión:
*La mirada al Niño. Refleja el fruto de su obediencia y de su generosidad. ¡Lo qué te espera, hijo
mío! Ya entonces, desde el pesebre, María supo mirar a Jesús sabiendo que -aun siendo suyoDios tenía mucho que decir. Lo miró, no solamente con ojos de humanidad, sino con ojos de
Madre de Dios.
*La mirada sobre José. Poco nos hablan los evangelios sobre este personaje que cristalizó en
sentimientos de amor y de ternura en la vida de María. En momentos de soledad y de prueba, de
pobreza y de intimidad, miraría a José con ojos de amiga y de confidente, de compañera y esposa.
¡Cuánto más te miro, José, mas te quiero! ¡Qué especiales tuvieron que ser las miradas de María a
José!
*La mirada a nosotros. En el atardecer del Viernes Santo, María, sólo tuvo ojos para Cristo y para
Juan. Y, al clavar su mirada en el discípulo amado, los dejó para siempre fijos y clavados en su
iglesia; en los millones de hijos e hijas que hemos ido naciendo a lo largo de la historia de nuestro
cristianismo.
-Venimos, en este tiempo de la Pascua, porque necesitamos ser mirados por los ojos de la Madre.
-Venimos, en este mes de mayo, porque no podemos vivir sin un rayo de su presencia
-Venimos, en el mes de las flores, porque sus ojos son referencia para los nuestros. Para los
que desean mirar con la misma pureza, alegría y bondad que destellan los ojos de María.