Download Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago
Escrito por Víctor Hugo Crisóstomo
Domingo, 06 de Marzo de 2011 00:00
Se dice que el temor, el miedo, es un mecanismo de protección y de defensa; que es natural y
normal frente a un peligro inminente. Lo normal, es sentir miedo y buscar protección, evitar el
daño y el perjuicio que ello puede traer sobre nosotros. De hecho, es insano aquel que en su
temeridad no siente miedo hacia el peligro.
Cuando hablamos sobre el temor de Dios, estamos hablando del respeto a la autoridad. Del
temor que estoy hablando es el de la incertidumbre sobre lo que viene a nuestras vidas, en
nuestro espíritu, en nuestra mente. No es algo físico. Es acerca de aquello que amenaza
nuestra vida espiritual cuando cometemos el error de confiar en nuestras propias capacidades;
cuando estamos esperando algo, cuando no tenemos certeza de algo y cuando confiamos sólo
en lo que nosotros podamos hacer y en lo que tengo. No hay nadie en el mundo que pueda
controlar lo que va a venir sobre su vida, ni aun sobre lo que suceda en el próximo minuto,
porque todo está en manos de Dios. El temor es lo opuesto a la fe. -
¿Hay algo a lo que temes en este momento?
¿Hay algo que te preocupa?
¿Hay algo sobre lo que no tienes control y estás en la duda?
¿Cómo está tu nivel de fe – estamos confiando en el Señor o no –
¿Es el Señor el Señor de tu vida?
¿Es el Señor el que guía tu vida?
¿Es el Señor el que está dentro de ti – está el carácter de Cristo en ti –
Los que tenemos hijos, amamos a nuestros hijos, los educamos, los corregimos porque los
amamos y no quieres que tus hijos sufran. Dios obra exactamente en la misma forma sobre
nuestras vidas. Dios es nuestro Padre. Apartemos de nuestra mente y de nuestro corazón esa
percepción de Dios como un Juez. Por tanto, hermanos, quítese el temor del corazón, la
incertidumbre; porque aun cuando tú no sabes cual va a ser el resultado de las cosas éstas,
están en control de Cristo. Cada uno de los que estamos aquí en mayor o menor medida
hemos tenido situaciones complejas y otras no tanto, pero a cada cual le sucede lo que el
Señor estima que es capaz de soportar y sobrellevar.
1/5
Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago
Escrito por Víctor Hugo Crisóstomo
Domingo, 06 de Marzo de 2011 00:00
La palabra de Dios dice claramente que el temor no es algo destinado para nosotros, 2 Timoteo
1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.”
(RV60)
Los temores te pueden impedir hacer muchas cosas, no te dejan ser libre, porque ésa es la
estrategia de Satanás para que finalmente, termines no haciendo lo que el Señor tiene
destinado para tu vida.
Por ejemplo, el simple temor a enfrentarse a las personas y que la clasificamos como
vergüenza; muchas veces no abrimos nuestra boca en distintas situaciones por temor.
Pablo era temeroso en el principio de su ministerio en lo que los demás pensaban de él, fue
perseguidor de la iglesia, mucha gente le temía y otra lo odiaba. Los mismos varones a los que
Jesús destinó para recibirle después de su conversión dudaron, le temieron. Así que el Señor
tuvo que decirle: "No tengas miedo; sigue hablando y no te calles, pues estoy contigo. Aunque
te ataquen, no voy a dejar que nadie te haga daño, porque tengo mucha gente en esta ciudad.”
(Hechos 18:9-10 NVI 1999)
Cuando uno vive en temor ante una situación (o es parte del carácter el ser temeroso) se
predispone a los desastres, a las calamidades, no se está dependiendo por fe en Cristo Jesús
quien nos respalda, nos fortalece, nos pone a cubierto de toda situación y de todo mal.
Algunas de las palabras que predisponen al espíritu dejando a que vengan a la persona situaciones complejas y en la medida que se acumulen, van a fortalecer y reforzar el sentido
pesimista que hay en el corazón, reforzarán el miedo y terminará por destruirla son:
- No, no creo.
- No me siento capaz.
- No estoy seguro de esto.
- La verdad es que me gustaría pero me da temor.
- La verdad es que me gustaría pero no me atrevo.
- Yo creo que esto puede tener un mal resultado.
- No sé por qué pero me tinca que me va a resultar mal.
Job 3:25 “Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió.” (NVI 1999)
2/5
Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago
Escrito por Víctor Hugo Crisóstomo
Domingo, 06 de Marzo de 2011 00:00
Santiago capítulo 3, nos señala que de la boca no puede salir agua dulce y amarga. No
podemos con la misma boca alabar a Dios y con la misma boca poner incertidumbre en el
corazón; con la misma boca proclamar calamidades para tu vida y para la vida de otros.
Nuestras palabras deben ser llenas de fe, alentadoras, llenas de esperanza porque a eso nos
ha llamado a vivir Cristo y eso es lo que Dios quiere para nosotros; antes que todo, Dios es tu
Padre, también te va a juzgar, te va a corregir, y todo lo que hace en tu vida es porque te ama.
Cuando tú le das lugar al diablo para que opere en tu vida, estás permitiendo que vengan las
tinieblas a coexistir contigo en tu espíritu. Entonces no puede coexistir Cristo y las tinieblas en
tu corazón. O está uno o está el otro.
Hebreos 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó
de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es,
al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos
a servidumbre."
(RV60)
A veces nosotros tenemos una actitud de juicio con nosotros mismos y dudamos de la
misericordia de Dios. Cuando tu hijo comete un error por muy grave que sea, aun cuando sea
una maldad; cuando él viene de nuevo a ti, tú le recibes porque le amas de verdad. Del mismo
modo, aunque hayamos cometido un error, Dios lo único que anhela en ese momento es que
tú vuelvas arrepentido delante de Él. Dios no te va a echar de su mano pero su corazón se va a
entristecer. No contristes al Espíritu Santo.
A nosotros nos da miedo no tener el control de las cosas, no tener información, usualmente nos
están sucediendo cosas que no sabemos por qué y ha existido temor, es ahí donde Satanás se
aprovecha. Nuestra fe es muy frágil, la fe es un don. No cometas el error de practicar tu fe ni de
forzarte todos los día diciendo: – Yo voy a tener fe sobre esa situación –. La fe tienes que
pedirla, pide que fortalezcas tu fe. Cuando hay la verdadera fe en el corazón es cuando hay
certeza.
Romanos 8:15 “Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino
el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!”
(NVI 1999)
En la medida claro en que yo permito que Jesucristo desarrolle su carácter en mí, que sea
3/5
Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago
Escrito por Víctor Hugo Crisóstomo
Domingo, 06 de Marzo de 2011 00:00
Cristo en mí, ya no soy esclavo del miedo y hay certeza en el corazón de que Dios tiene todo el
control y que nada malo me va a suceder porque “de tal manera amó Dios al mundo, que
entregó a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna".
Por amor: nos arrancó de la
esclavitud del miedo, el universo existe, fuimos creados, siendo tan infieles no nos ha
destruido, siendo tan frágiles somos sustentados por su divina providencia.
Finalmente les quiero dejar unas palabras para que las puedan revisar después y que hablan
acerca de temas específicos:
Temor al hombre:
Isaías 51:12-13 “Soy yo mismo el que los consuela. ¿Quién eres tú, que temes a los hombres,
a simples mortales, que no son más que hierba?
¿Has olvidado al SEÑOR, que te hizo; al que extendió los cielos y afirmó la tierra? ¿Vivirás
cada día en terror constante por causa de la furia del opresor que está dispuesto a destruir?
Pero ¿dónde está esa furia?” (NVI 1999)
Temor a la crítica de los demás:
Hechos 18:9-10 “Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo; sigue
hablando y no te calles, pues estoy contigo. Aunque te ataquen, no voy a dejar que nadie te
haga daño, porque tengo mucha gente en esta ciudad.»
(NVI 1999)
Temor a la enfermedad y a la muerte:
Salmos 23:4 “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi
lado; tu vara de pastor me reconforta.”
(NVI 1999)
Confianza en el Señor:
4/5
Hablando sobre el Temor - Comunidad Cristiana de Santiago
Escrito por Víctor Hugo Crisóstomo
Domingo, 06 de Marzo de 2011 00:00
Salmos 27:1-14 “Salmo de David. El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El
SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?
Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y
mis enemigos, tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante
guerra, a pesar de ello, estaré confiado.
Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los
días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo.
Porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me
ocultará; sobre una roca me pondrá en alto.
Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda
ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR.
Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme.
Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, SEÑOR, buscaré.
No escondas tu rostro de mí; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda. No me
abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación.
Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá.
SEÑOR, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado
contra mí, y los que respiran violencia.
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR en la
tierra de los vivientes.
Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.” (LBLA)
(RV60) Reina Valera 1960
(NVI 1999) Nueva Versión Internacional 1999
(LBLA) La Biblia de las Américas
5/5