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El Retorno a Casa Cronología de La Historia a.C. Primeros exiliados regresan a Jerusalén Hageo y Zacarías 538 520-480 Oposición para la reconstrucción del Templo Se completa la restauración del Templo 516 Continuando la Historia • Luego de la caída del Reino del Sur, los judíos fueron llevados al exilio en Babilonia, comenzando el 605 a.C. • El pueblo había pasado setenta años ya en la cautividad babilónica. Daniel, al igual que muchos otros judíos piadosos, estaban expectantes del cumplimiento de la promesa divina. • Dios, fiel a su palabra y a su amor por los suyos, obró de manera prodigiosa, usando a Ciro, el pagano rey de Persia, como un instrumento suyo en el proceso de reconstrucción nacional. El Retorno a Casa «Ciro, el nuevo rey de Persia, ha sorprendido a todos con la noticia: va a permitirles a los israelitas regresar a casa, exactamente como los profetas habían anunciado que iba a suceder. Incluso les da luz verde para un primer proyecto de reconstrucción, el templo de Jerusalén. Los líderes israelitas están determinados a hacer un buen trabajo y poner al Señor en primer lugar, no obstante, no todo el mundo está entusiasmado de ver regresar al pueblo de Dios. Algunos de los habitantes de la zona tienen como misión detener la construcción del nuevo templo…». La Historia, p. 235 Dios dirige el corazón de Ciro, rey de Persia • «En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor dispuso el corazón del rey para que éste promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente: Dios dirige el corazón de Ciro, rey de Persia “Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: El SEÑOR, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a Judá, vaya a Jerusalén a construir el templo del SEÑOR, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén; y que Dios lo acompañe. También ordeno que los habitantes de cada lugar donde haya judíos sobrevivientes los ayuden dándoles plata y oro, bienes y ganado, y ofrendas voluntarias para el templo de Dios en Jerusalén”». Esdras 1:1-4 Dios dirige el corazón de Ciro, rey de Persia • ¿Por qué Dios escoge a Ciro, siendo que era un rey pagano? o Aproximadamente cien años antes, Dios había anunciado por medio del profeta Isaías algo que seguramente había pasado desapercibido, que Él habría de usar a Ciro para sus propósitos: «Así dice el SEÑOR a Ciro, su ungido, a quien tomó de la mano derecha para someter a su dominio las naciones y despojar de su armadura a los reyes, para abrir a su paso las puertas y dejar abiertas las entradas:… Yo soy el Señor, y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios. Aunque tú no me conoces, te fortaleceré, para que sepan de oriente a occidente que no hay ningún otro fuera de mí». (Isaías 45:1 y 3-5) Dios dirige el corazón de Ciro, rey de Persia • ¿Por qué es tan importante para Dios la reconstrucción del Templo? o o «El templo es un lugar físico que nos recuerda que Dios quiere entrar en nuestra Historia secundaria para vivir con nosotros. La presencia trae un gran consuelo… Piensa en la ubicación del templo. ¿Había sido construido en la cima de una alta montaña a la que nadie podía llegar? ¿Dios les dijo que lo edificaran afuera en el desierto, donde nadie pudiera verlo, a menos que hiciera un largo y difícil peregrinaje? No, estaba justo en el medio de la ciudad más poblada de la antigua Israel: en Jerusalén. Cada vez que alguien pasaba caminando frente al templo, recordaba que Dios estaba justo allí con ellos. Él quiere vivir en su vecindario. El templo les recordaba –y nos dice a todos nosotros- que Dios quiere estar con su pueblo». (La Historia, p. 166) Pero el Templo era también un recordatorio constante de la necesidad de un sacrificio para entrar en Su presencia. El pueblo comienza la reedificación del Templo • «En el mes séptimo, cuando ya todos los israelitas se habían establecido en sus poblaciones, se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito. Entonces Jesúa hijo de Josadac con sus parientes, que eran sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel con sus parientes empezaron a construir el altar del Dios de Israel para ofrecer holocaustos, según lo estipulado en la ley de Moisés, hombre de Dios. A pesar del miedo que tenían de los pueblos vecinos, colocaron el altar en su mismo sitio. Y todos los días, por la mañana y por la tarde, ofrecían holocaustos al Señor» (Esdras 3:1-3). El pueblo comienza la reedificación del Templo • «Cuando los constructores echaron los cimientos del templo del SEÑOR, los sacerdotes llegaron con sus vestimentas sagradas y los levitas descendientes de Asaf, con sus platillos, ocuparon su lugar para alabar al SEÑOR, según lo establecido por David, rey de Israel. Todos daban gracias al SEÑOR, y a una le cantaban esta alabanza: “Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre”. Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al SEÑOR, porque se habían echado los cimientos del templo» (Esdras 3:10-12). El pueblo comienza la reedificación del Templo • El pueblo empezó bien la tarea, pero rápidamente perdió el enfoque, por causa de la oposición, que nunca falta. • Los grandes desafíos de Dios dejaron de ser su prioridad, y cada uno se avocó a sus propios planes. • El pueblo abandonó la reconstrucción del templo por espacio de dieciséis años y se dedicó a construir sus propias residencias. • Dios levantó al profeta Hageo para que llamase al pueblo a que vuelva a su tarea primaria: reedificar el templo de Dios. El pueblo comienza la reedificación del Templo • «¿Acaso es el momento apropiado para que ustedes residan en casas techadas mientras que esta casa está en ruinas?» (Hageo 1:4). • «¡Reflexionen sobre su proceder! Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no quedan satisfechos; beben, pero no llegan a saciarse; se visten, pero no logran abrigarse; y al jornalero se le va su salario como por saco roto» (Hageo 1:5-6). • Cuando se alteran las prioridades divinas en nuestras vidas, sufrimos las consecuencias. El pueblo comienza la reedificación del Templo • «Por eso, por culpa de ustedes, los cielos retuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus productos. Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el trigo y el vino nuevo, sobre el aceite fresco y el fruto de la tierra, sobre los animales y los hombres, y sobre toda la obra de sus manos» (Esdras 3:10-11). «Gracias al aliento de Hageo y Zacarías, las personas volvieron a trabajar en el templo. Sin embargo, ellos no fueron los únicos que regresaron a la labor. También lo hicieron sus opositores, y esta vez fue Tatenay, el gobernador de la región al oeste del Éufrates. No obstante, la gente no pudo haber previsto lo que Dios haría próximamente». La Historia p. 243 El pueblo termina la reedificación del Templo «Entonces el rey Darío dio la siguiente orden a Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y a Setar Bosnay y a sus compañeros, los funcionarios de dicha provincia: Aléjense de Jerusalén y no estorben la obra de reconstrucción del templo de Dios. Dejen que el gobernador de la provincia de Judá y los dirigentes judíos reconstruyan el templo en su antiguo sitio. También he decidido que ustedes deben prestarles ayuda, sufragando los gastos de la reconstrucción del templo con los impuestos que la provincia al oeste del río Éufrates paga al tesoro real. No se tarden en pagar todos los gastos, para que no se interrumpan las obras. El pueblo termina la reedificación del Templo Además, todos los días, sin falta, deberán suministrarles becerros, carneros y corderos para ofrecerlos en holocausto al Dios del cielo, junto con trigo, sal, vino y aceite, y todo lo que necesiten, según las instrucciones de los sacerdotes que están en Jerusalén. Así podrán ellos ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo y rogar por la vida del rey y de sus hijos». (Esdras 6:6-10) «He determinado así mismo que, a quien desobedezca esta orden, lo empalen en una viga sacada de su propia casa, y que le derrumben la casa. ¡Que el Dios que decidió habitar en Jerusalén derribe a cualquier rey o nación que intente modificar este decreto o destruir ese templo de Dios!». Esdras 6:11 NVI ACM SAN BORJA Setiembre 2013