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ORACIÓN
R.P. Rafael López M.Sp.S.
Primera Edición
Marzo 2014
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Padre de bondad,
para nosotros no
hay palabra más
dolorosa que esa
que Tú dices:
“No te conozco”.
Queremos vivir la
vida
como
la
oportunidad
que
nos ofreces para
conocerte,
descubriendo ante
Ti nuestra miseria.
Dame Señor, un
corazón como el tuyo que sepa amar con misericordia a los
demás.
Que viva yo adorándote, empapándome de tu presencia,
recibiendo todo el amor, y la misericordia que Tú me quieres
comunicar, para que cumpla tu voluntad., porque vivir es
amar. Dame tu Santo Espíritu que es amor.
Señor concédeme que yo te agrade, y que Tú me sonrías, y
estaré contento. Tú sabes lo que cada uno traemos en el
corazón.
Mis hermanos aquí presentes traen sus preocupaciones, sus
anhelos. Yo te pido que cada uno de estos hermanos se
lleven la fuerza de Tú presencia, de Tú Amor y de Tú Palabra,
para seguir adelante en la vida.
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Contigo
Señor,
somos capaces
de
superar
barreras. Danos
esa confianza en
tu Poder y en tu
Amor, que está
siempre
con
nosotros.
Señor,
espero
gozar
de
tu
presencia y verte cara a cara. Mi vida es para Ti. Toda mi
vida estaré esperando en tus promesas, que alegrarán mi
corazón cada día.
¡Qué difícil es hacer lo que nos dices, Señor! ¡Qué Exigente
eres!, pero siempre estás dispuesto a darnos el auxilio para
complacerte. Nos das el Espíritu que Tú has hecho habitar
en nuestros corazones. Enséñanos a ser dóciles a ese
Espíritu Santo, que nos habita y que siempre nos inspira a
hacer el bien. Tú nos has dicho que eso es amar.
Que ese Dios de la historia, que el Dios que conoce toda mi
vida, sea mi centro de gravedad, sea el centro de mi vida.
Señor, que seamos nosotros los que giremos en torno a Ti y
que no seas Tú el que gire a nuestro alrededor. Que
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sepamos
vivir
nuestra
vida
siempre
buscando
tu
Presencia, para
que nos guíes
según
tu
Voluntad, según
tu Amor.
Señor, llena mi
corazón
del
Amor
que
proviene del Espíritu Santo. Para eso me diste la vida.
Enséñanos a alabar, a dar gracias, a suplicar. Queremos
llenarnos de Tu Amor. Queremos contagiarlo.
Viniste a mí, Tú que eres el Amor, para transformarme. “Dios
me ama”, Tú me lo dices en tu Palabra. Concédenos el creer
en tu Amor, el recibirlo en el corazón para que así vivamos de
ese amor y podamos dar amor al mundo, que es lo que más
necesita. Danos la experiencia de tu Amor para transmitirlo a
los demás.
Señor nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes,
felicidad de los justos, escucha mi súplica, para que sacies
con la abundancia de tus Dones la esperanza, que hemos
puesto en tus promesas, Esa sed de la Vida, esa sed de la
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Paz, esa sed de Santidad, por eso termino con las palabras
del Salmista: “Estoy sediento del Dios que da la Vida”
concédenos vivir en tu Luz para que esa Luz ilumine nuestra
vida, para que demos frutos verdaderos, frutos que perduren
hasta la Vida eterna.
Señor, que te conozca, que sea consciente de Tu Grandeza,
de Tu Poder, de Tu Amor, y con eso Señor, sé que me
conoceré tal cual soy, pecador, incapaz de amar, incapaz de
perdonar. Pero Tú harás el milagro. Tú producirás una
pesca milagrosa. Señor, que te conozca para que me
conozca y que me conozca para que te conozca.
Señor, que cuando escuchemos las afirmaciones de la
Escritura: “Aquí estoy para hacer Tu Voluntad” signifique para
nosotros: “Aquí estoy abierto a recibir el Don de tu Vida, el
Don de tu Espíritu.
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Dame
tu
Espíritu.
Que
habite en mí. Y
que yo al tomar
tu
Cuerpo,
reciba
este
Don.
Padre
bueno, en el
Nombre
de
Cristo, te pido
Espíritu Santo.
Jesús, eres mi
mejor amigo. Eres para mí la plenitud y la razón de ser de
cada día.
Señor, quiero ser tierra buena, donde tu Palabra produzca
fruto.
Que difícil Señor, es que no nos amarguemos. Si caminamos
sin Ti la vida es un sufrimiento. Aumenta en nosotros la
conciencia de tu presencia en nuestra barca, así llegaremos
hasta el final con un corazón bello, con corazón alegre, que
sea fuente de esperanza para los demás. ¡Ven con nosotros
en el caminar de la vida!
En la Misa te decimos Señor: “No permitas que me separe de
Ti”. Que esto sea una realidad hoy. Que yo aproveche esos
momentos que me das para tratar Contigo. Sobre todo, no
permitas que haga nada que te ofenda, que te lastime, que
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hiera nuestra amistad.
No
permitas Señor, que nunca me
separe de Ti.
Señor, dame el Don de la
oración. Enséñame a orar,
hazme sentir la necesidad de
estar Contigo, bajo Tú mirada,
ante Tú presencia, sin hablar,
sólo dejándome mirar por Ti,
hasta el fondo de mi corazón.
Dame Señor, el Don de tratar
Contigo, para que te Transparente mi vida, para que Tú mires
por mí, ames por mí, pacifiques por mí, des amor por mí.
Señor, dame de tu paz, dame la paz conmigo mismo, la paz
con los que tengo alrededor. La paz con la persona que más
he dañado, quiero estar en paz con ella, Tú eres el Señor de
la paz. Acércate a mi familia, a mis seres queridos, acércate
al mundo que muere de frío, que le falta paz, le falta amor.
Señor, soy tuyo. Señor, Eres mío. Concédeme vivir de tu
Palabra. Que la oscuridad de mi vida sea iluminada por tu
Palabra, que es la única que le da sentido a la existencia. Es
la Palabra de Vida Eterna.
Señor, que mi ser viva para alabarte, haciendo tu voluntad
porque tu Voluntad es santa, Voluntad que viene de Ti, que
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me amas en cada momento de mi vida. Dame Señor, el
“Orar con la Palabra” que ha brotado de tus labios, de tu
Espíritu divino, Palabras de vida eterna. Señor, ¿Por qué no
te escuchamos? ¿Por qué tu Palabra no se apodera de
nosotros? Porque estamos sordos a Ella. No sabemos cómo
escucharla. Señor, que tu Palabra se vuelva vida en cada día
que vivimos.
“Señor, quiero recibirte cada día para darte a los demás.
Quiero seguir caminando contigo. Tómame de la mano y
llévame. Ya no tengo miedo. No quiero dejarte, porque si te
dejo pierdo alegría, pierdo el camino”.
Señor, queremos ser más creyentes, y caminar contigo,
amándonos unos a otros con amor de misericordia, para
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convencernos
que
solamente teniendo los
ojos puestos en Ti,
caminaremos en tu Luz.
Señor, que estemos
cerca de Ti, atraídos con
más fuerza, para que
participemos más de tu
Calor, de tu Luz, de tu
Amor, de tu Vida.
Cristo, concédeme conocerme a fondo, dame la conciencia
de mi pecado, que tenga horror de vivir un solo día sin el
calor y la luz de tu mirada.
Nos dices Jesús: “Mis ovejas escuchan mi Voz”. Yo quiero
escuchar tu Voz, tus llamadas de amor. Quiero buscarte
apasionadamente, para que buscándote, te encuentre aquí,
para adorarte y gozar de tú Presencia y recibirte en la Hostia
Consagrada.
Jesús, hoy nos renuevas tu promesa, la más importante que
puedes hacernos: Estar Tú mismo con nosotros. Queremos
estar Contigo, sobre todo en el momento de esta Comunión.
Que no piense en otra cosa sino en Ti, con amor, con
gratitud, con arrepentimiento, con paz en el corazón.
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Gracias
Señor
por
ser
el
alimento, que va
preparando
mi
corazón para el
encuentro
definitivo.
Ayúdame
a
ejercitarme en el
amor, aceptando
el sufrimiento, y
así capacitarme para el abrazo eterno de Amor con el Padre.
Señor, que el Espíritu Santo invada todo nuestro ser, que
nuestros corazones palpiten al ritmo del Espíritu Santo.
Que nuestros sentidos sean purificados con tu Espíritu, que
nuestras palabras lleven la verdad de tu Espíritu.
Señor, llénanos de Espíritu Santo.
Virgen María, concédenos, como hijos tuyos, también ser
morada de Dios, que tengamos deseos de tocarlo, de
acariciarlo con ternura, de vivir intensamente este momento
supremo de Amor de Dios a nosotros, y que respondamos
con la ayuda del Espíritu Santo, con todo el ardor de nuestro
ser.
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Padre, Tú nos has revelado a tu Hijo y nos llenas de tu
Espíritu. ¡Espíritu de Dios ven a mi vida! Yo no puedo alabar
sin Ti. Eres Tú, Espíritu Divino, quien nos mueve a la
alabanza y a la acción de gracias. Somos pobres, Señor,
pero seremos poderosos con la asistencia de tu
Omnipotencia divina.
Te pedimos Espíritu Santo conocer a Dios y amarlo. Tú Eres
la Luz, la Paz, la Fortaleza, ¡Ven Espíritu de Dios!
Necesitamos que nos enseñes a Orar. Queremos contribuir
con esta actividad noble, para que en este momento de
vivimos, nuestro gobierno, nuestro México, nuestra familia,
nuestra Parroquia crezca en la fe, y que nuestra vida personal
esté anclada en la oración contigo.
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Condúcenos al Padre,
llévanos a seguir a
Jesús solamente. Padre
en nombre de Cristo,
danos tu Espíritu. No
podemos gozar a Cristo
si no es con el auxilio del
Espíritu Santo. Haznos
penetrar los misterios de
Dios, buscarlo en toda
ocasión.
Señor, en nuestra actividad, en nuestros deberes de estado,
en la Eucaristía, cuando tenemos a Jesús presente en
nosotros, danos tu Espíritu Santo. Si no, no voy a percibir su
presencia, si no, no voy a poder taladrar ese velo que me
separa de ese Cristo Vivo, Sacramentado.
Señor, quiero que vengas conmigo a mi familia, a mi trabajo,
a mis ilusiones, a mis proyectos. Convierte en realidad
nuestras esperanzas, conviértenos con tu Espíritu, que El
llene nuestro corazón, y sobre todo, que nos des un corazón
que haga bella la vida.
Señor dame un corazón para amar. Se me olvida que lo
único importante en la vida es amar, y lo encuentro tan difícil.
Dame ese Amor Divino, que es el Espíritu Santo, que me
habita, para que me mueva, para que sea el amor, mi pasión,
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mi vida.
Así se
acercarán a Ti, si nos
ven amarnos. Si no, de
nada sirve la Teología
o el Culto o la Misa, o
cumplir
con
mis
deberes, si no amo.
Padre, en Nombre de
Jesús, dame el Amor
que es el Espíritu
Santo.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Señor
Jesús, la palabra de
amor, la promesa que se han hecho hoy estos esposos es
definitiva. Es para siempre. Así lo quieren. Así lo desean
ardientemente. Y esa promesa la ponen en tu corazón para
que dure para siempre. Esa promesa de amor va a ser
renovada en la convivencia diaria. Sella Señor, este amor de
esposos, acompáñalos cada día. Regálales lo que Tú eres,
el Amor. Que sean cada día más el uno para el otro. Y que
vivan su sacramento, siendo signo de tu Amor entre nosotros.
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