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LA COMPASIÓN Y EL AMOR, SEÑAL DE FORTALEZA:
Por Martín (Thupten Chophel)
En este mundo tan lleno de tensiones, en las que parece que la mayoría de
la gente está volcada en su egoísmo, en conseguir bienes materiales, en
buscar destacar a cualquier precio en la sociedad, incluso olvidándose de
los principio e ideales, quedan por fortuna, muchas personas compasivas y
altruistas, que desde la humildad y el bien hacer consiguen equilibrar el
mundo y aportar muchísima felicidad para los demás y para ellos mismos.
Aquí están algunas razones que justifican la necesidad de la Compasión, el
Amor y el Altruismo:
Dice el Dalai Lama, que si eres egoísta, es mejor ser un egoísta inteligente,
y por ello cuidar y estar pendiente de los demás, pues ello te traerá
felicidad. Podemos ver mil ejemplos de esto en el mundo que nos rodea.
Nuestra madre nos ha cuidado desde pequeños y ha antepuesto su felicidad
a la nuestra, en muchas ocasiones. ¿No tiene sentido común que si eso nos
ha salvaguardado y permitido salir adelante, también nosotros debemos
apreciarlo y promoverlo?
Nosotros somos una persona en un mundo donde hay muchos millones de
seres, por supuesto si queremos que todo gire en torno a nosotros a costa de
la felicidad de los demás, ¿no parece un poco ridículo, que la felicidad de
una persona, cuente más que la felicidad de miles de millones de seres?
En ocasiones podemos ver que alguien que es sensible, que procura aportar
amor a los demás y sentido común a la sociedad, que ayuda a calmar, lo
cual no significa justificar ni aplaudir, a los agresivos, puede ser la piedra
angular de su familia, de su trabajo y fuente de equilibrio y bienestar para
todos. En este caso esta sensibilidad, nace de una enorme fuerza interior,
nunca de la debilidad. De hecho cuando las personas que están en contacto
con esta persona que aporta estabilidad, dejan de estar en contacto con ella,
porque va a vivir a otro sitio, o sale de viaje o fallece, sienten un vacío
inmenso y no encuentran su equilibrio que se lo aportaba esta maravillosa
persona. Personas como ésta son un tesoro maravilloso que hay que cuidar
y valorar y como cualquier tesoro, nunca es para siempre pues la vida
cambia y fluctúa e incluso nos puede llegar la muerte. Lo más importante
de tener la fortuna de estar con una persona así de maravillosa, es aprender
de ella y determinarse a ser como ella, incluso aunque ya no esté
físicamente entre nosotros. Entonces de alguna manera cuando recordamos
a esta persona y tratamos de actuar cómo ella hacía, podemos decir que
algo de ella siempre estará con nosotros. Ésta es la mejor forma de no
perderla nunca.
En mi caso hay sobre todo dos personas que me han marcado por su amor,
compasión y altruísmo. Éstas son mi madre y S.S. el Dalai Lama.
Realmente el contacto con ellos ha sido lo más afortunado que he podido
tener y todo un lujo. No lo cambio por ser rico materialmente, ni por ser
famoso, pues estas cosas sin buen corazón, sin un corazón calentito, no
valen para casi nada.