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CUARTO TEMA
La Coraza De Justicia
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su
fuerza”. (Efesios 6:10)
 “Por lo demás…” Es como decir “por causa de lo que hemos hablado”.
En otras palabras, Pablo nos está diciendo que lo que está punto de
compartir, es tan importante como lo previamente dicho.
 “Hermanos míos…” Gente que cree lo que yo creo, que habla un
mismo evangelio… gente transformada por la misma sangre… gente
que vivimos en un mismo propósito.
 “… fortaleceos en el Señor…” “Llénate de Poder, apodérate del
“Kurios” (Señor)”.
“Kurios” es un título que solo le pertenece a Jesucristo:
A) Su Supremacía es Inalcanzable y Eterna.
B) Es el Supremo en Autoridad.
C) Es el Dios Soberano.
D) Es Dios.
E) Es el Dueño, el Amo de todo lo que existe.
La palabra griega “Kurios” (traducida como “Señor” en nuestra
Biblia), fue reservada por la ley romana. “Kurios” era una
terminología usada exclusivamente para el César. Para los romanos,
César significaba “Señor”. El usar este término para denominar o
llamar a otra persona, era como invitar la pena de muerte sobre
sí.
Las palabras del apóstol Pablo, son realmente un desafío para que nadie
aparte de Jesús ocupara el cetro de autoridad en el alma, mente y corazón
de quienes eran considerados por Pablo como “hermanos míos”: Gente con
un solo Señor.
Es donde encuentra mayor sentido las palabras del apóstol Pablo a los
Romanos: “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres
en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.
(Romanos 10:9 y 10)
Es Señor por el Poder de su Resurrección
 “Y (Fortalécete) en el poder de su fuerza”. “Llénate de su Poder
manifestado y Visible”.
Un guerrero de oración no emprenderá una lucha solitaria, sino bajo la
guianza y el reconocimiento de quien es la fuente de su Poder y Autoridad.
EL CLAMOR EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE
Si pudiéramos simplificar el anhelo en el corazón del hombre, lo
traduciríamos en la frase: “El hombre clama por Justicia”.
La Crus nos Revela La Justicia de Dios. La Justicia no consiste solamente en
hacer pagar al Hijo del Hombre por el pecado, sino más bien es el devolver al
hombre al camino de la verdad y del bien, restaurando los bienes que el
pecado destruyó.
• Cristo como hijo devolvió al Padre; La Fidelidad, la Obediencia y el
Amor.
• Cristo devolvió al hombre; La generosidad, la Caridad y el Perdón.
• En la hora de su pasión y muerte Jesús mantuvo su Veracidad, su
Justicia y su Inocencia, vaciando de esta forma el pecado de su fuerza
condenatoria y abriendo nuestros corazones a la SANTIDAD Y A LA
JUSTICIA, pues fue por nosotros que se entregó.
• Como fruto del Sacrificio de Cristo y por la presencia de su fuerza
salvadora, podemos siempre comportarnos como hijos de Dios, en
cualquier situación por la que atravesamos.
LA CORAZA DE JUSTICIA
“Y vestidos con la coraza de justicia.” Efesios 6:14b
- Si tratáramos de depender de nuestra justicia, seguramente caeremos.
- La coraza de justicia a la que se refiere Pablo es específicamente aquella
parte de la armadura del creyente que protege nuestro corazón.
- La coraza de justicia cubre los órganos vitales del soldado.
Si somos justos por Cristo en nuestro interior, entonces debemos ser
justos por fuera. Es pésimo negocio hacer lo que se nos antoja y después
cantar en las reuniones cristianos que somos santos, o que vivimos sin
mancha, o también que vivo sin pecado, cuando en la realidad sabemos que no
es verdad. Algo que refleja nuestro verdadero estado, son nuestras necesidades
reales. NUESTRA POSICIÓN DEBE REFLEJARSE EN NUESTRA
PRÁCTICA DIARIA. Debo querer ser en la práctica lo que ya soy en posición
– Todos los días quiero ser justo en Cristo.
La coraza de justicia es nuestra, cuando vivimos de acuerdo
al patrón de la Palabra de Dios. Es así que podemos
enfrentar las tentaciones de Satanás sin rendirnos.
La Biblia nos enseña que debemos vestirnos de justicia. Efesios 4:24; “Y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.” No es Dios el que nos viste, quiere decir:”Vestíos…”; “empiecen a
vivir en la vida práctica lo que ya son en posición.” Porque si no vivimos
vidas justas, entonces estaremos indefensos no llevando la coraza de justicia
como parte de la armadura que Dios nos ha dado.
Alguno podría preguntarse, Pero ¿Qué tiene que ver esto con el conflicto?
Sin esta parte de la armadura, el creyente no tiene defensa contra las
acusaciones de Satanás. Él nos hará dudar incluso de nuestra salvación. No
importando si nosotros repitiéramos versículos de memoria, pero si los actos
de nuestra vida no hablan de la justicia de Cristo; todo intento por defendernos
nosotros mismos, será ineficaz.
Podemos sentir que estamos perdiendo la guerra, porque no hemos
declarado nuestra lealtad de modo contundente, como para no poder
echarnos para atrás.
La verdad es que parece que vivimos solo en la periferia de un verdadero
cristianismo, pues no queremos librar la guerra.
2ª Corintios 6:3-10; “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para
que nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en
todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en
necesidades,
en
angustias;
en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;
en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en
amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia
a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por
buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero
bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados,
mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres,
mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo
todo.”
Pablo está diciendo que el creyente que lleva puesta la coraza de justicia
es así:
 Avanza por la vida sin importar lo que pase y es santo en toda situación.
 En tiempo de tención es él mismo.
 En tiempo de alegría es él mismo.
 En aflicción, en abundancia, en necesidad.
 Es saber destacarse por encima del molde humano. Existe algo
diferente, algo que otros distinguen.
Esa persona tiene poder en su vida, en su testimonio y también en el conflicto.
¡Esa es la diferencia! NO HAY PODER EN LA VIDA CRISTIANA, SI NO
VIVIMOS EN JUSTICIA.
La coraza de justicia nos coloca en la posición de Cristo como personas
justas. No hay nada como saber que vivimos justamente, y saber entonces,
que cada batalla la enfrentaremos con poder.
“vestíos…” Es una instrucción para no dejar de ponérnosla. No es ponerla una
vez, y nunca revisar al respecto. No, las cosas no son así. No es una necesidad
de un solo día; sino una necesidad de los siete días de la semana. No es un
instrumento que se exhibe solo un día a la semana. No es objeto de adorno.
ES ALGO QUE DEBEMOS PONER EN PRÁCTICA TODOS LOS DÍAS, SI
ES QUE VAMOS INTERVENIR EN LA BATALLA ESPIRITUAL.
Aquí es donde llegamos a la aplicación práctica de todo esto. La coraza era
un instrumento fundamentalmente de protección, y este protegía el corazón.
La coraza de justicia tiene el propósito de guardar el corazón de las flechas del
enemigo, las cuales pueden apagar la vida en un instante. Es como los policías
que cargan chaleco a prueba de balas, porque les provee de protección en las
partes vitales.
Entonces así como el cinto se lleva sobre los lomos para fortalecernos
para el servicio; Así la coraza se lleva sobre el pecho para protegernos el
corazón:
a. El corazón es el asiento de las emociones, del afecto.
b. Necesitamos aprender amar a Jesús intensamente de nuevo. Tenemos que
enamorarnos de a Dios. Pues ese es el verdadero propósito departe de
Dios al guardar nuestro corazón. GUARDÉMOSLO, PERO PARA
AMARLE CADA VEZ MÁS A ÉL.
¡LA RELACIÓN QUE DICTARÁ LA CONDUCTA; SERÁ
NUESTRO ENAMORARNOS CADA VEZ DE NUESTRO SEÑOR.
c. Amamos a Dios por su palabra en oración, en relación, en
responsabilidad, en comunión, por la adoración e interacción ESTO
d. ES PRACTICAR EL ARTE DE LA SANTIDAD.
VERDADERAMENTE CAMBIARÁ NUESTRA VIDA!
¡ESTO
e. La Justicia es el Carácter Santo de Dios visto en nuestras vidas diarias.
f. Es la Ley de Dios operando en la vida de cada hombre por la gracia del
Espíritu Santo.
g. Nos debemos quitar la preocupación diaria de lo que debemos quitar de
nosotros, de lo que no nos gusta, de lo que debemos dejar de practicar.
Sino que debemos amar al Señor de tal forma; Que descubriremos que
desde dentro y hacia fuera; las cosas empiezan a cambiar. Las viejas
cosas del mundo empiezan a desprenderse, como las ostras secas de un
barco que por años las tenía pegadas, y parecían parte de la misma
embarcación.
h. Debemos preguntarnos con toda seriedad: ¿Dónde está nuestro
corazón?  Esa es la pregunta más importante que un creyente debe y
puede hacerse. Nos hemos dejado atrapar tanto en lo que el mundo nos
ofrece, que hemos hecho que nuestro corazón, no posea una identidad
clara de a quién pertenece realmente.
i. Donde está nuestro corazón; ahí están también nuestras prioridades.
Donde está nuestro corazón; ahí también está nuestro tesoro. Donde está
nuestro corazón; ahí está también nuestra forma de vida.
j. Una verdadera vida cristiana nunca expondrá su justicia sobre áreas
grises. ¿Cuánto nos podemos acercarnos al mundo; sin perder nada de
nuestra comunión con Dios?
k. Una vida justa vivirá cerca, lo más cerca de quien dice que ama. ESA
ES LA NATURALEZA DEL VERDADERO AMOR.
l. Dios no nos pide que dejemos demasiado, es más; Dios no nos pide
nada que él no esté dispuesto a multiplicar vez tras vez. Todo lo que el
entreguemos a él por amor, en sus manos lo recibirá y nos lo devolverá al
ciento por uno. Recordamos la historia del niño que siguiendo a Jesús
m. llevaba su lonche. Pero cuando Jesús se lo pidió, el pequeño gustoso se la
entregó. Este niño tuvo la alegría de saber y ver, que lo que había dado al
Maestro, el Señor de su mano lo regresó multiplicado, alimentando a más
de cinco mil personas.
SI NOSOTROS LE HEMOS DADO NUESTRO CORAZÓN AL SEÑOR,
ESPEREMOS QUE ÉL NOS LO REGRESARÁ; PERO RICO EN
JUSTICIA…LA JUSTICIA DE CRISTO. (Esto es, todo lo original de él, su
naturaleza, gracia, poder, autoridad y santidad. Pero también su
aborrecimiento y rechazo del pecado).