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 Con Dios todo se puede.
 Unamos nuestros espíritus y nuestras voluntades para alabar al Señor y
hacer su voluntad.
 Busquemos a Jesús, porque si lo tenemos en nuestro corazón, lo
tendremos todo
 Tengamos confianza en el Señor y en nuestra amada Madre la Virgen
María, que continuamente nos bendice
 Dios es tan bueno que da el ciento por uno. ¡Qué agradecidos hemos de
ser con un Señor que tanto nos ama!
 Suplico a las tres personas de la Santísima Trinidad que derramen
sobre vosotros su copiosa bendición
 No dejes de hacer cada día un rato de oración mental, pues en ese
tiempo el Señor comunica muchas gracias y manifiesta al corazón, lo
que quiere que hagamos, nos da nuevas gracias y fuerzas nuevas para
sobrellevarlo todo con paciencia.
 Si tuviéramos presente la muerte, no pensaríamos más que en
disponernos bien para la vida eterna y prepararnos para este viaje
 Dios da el ciento por uno y si queremos recibir sus dones, hemos de
hacer el bien.
 Continuamente pido a Dios que les de acierto para educar a la familia y
caminar todos hacia el cielo
 A Dios le gustan los humildes y obedientes a sus padres y que oyen los
consejos de aquellos que les aconsejan bien
 Confianza,, que con Jesús y teniendo a Jesús, todo sobra
 Abramos nuestro espíritu a Dios que todo lo puede, y emprenderemos
lo que quiera.
 El espíritu de Jesucristo nos invita a practicar la caridad, la humildad y
a vivir en pobreza. Así pues, no temamos porque todo nos sobrará
 Avivemos la fe, tengamos confianza, practiquemos la caridad, y
alcanzaremos la bendición de la Santísima Trinidad
 Pidamos a Nuestra Madre Santísima, la Divina Pastora de las almas,
que nos guíe con su cayado
 Tengamos ánimo, iniciativa y diligencia, y el buen Jesús lo bendecirá
todo.
 Cuando realicemos alguna obra, nuestro fin no sea más que uno, es
decir; el bien del prójimo y la gloria de Dios; el Señor cuida de todo y
todo sale admirablemente.
 Pidamos las tres virtudes: fe, esperanza y caridad, y Dios lo bendecirá
 ¡Ánimo y confianza! Con Dios todo se puede.
 El buen Jesús nos llama sin cesar, y nosotros ¿nos haremos siempre los
sordos?
 Sólo el Amor de Dios se encuentra siempre; lo demás todo pasa;
busquemos, pues, lo que siempre dura
 Dejémoslo en las manos de Dios. Que todo, del todo y por todo se haga
su santa voluntad.
 Amor, amor y más amor, que nunca dice basta. Cuanto más amemos a
Dios, más desearemos amarle
LA ALEGRÍA ES LA PRINCIPAL VIRTUD