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Escuela del Futuro Una initiativa del Instituto del Trabajo por la Paz Global, Tamera en cooperación con el Verlag Meiga Marzo 2012 EL PUNTO ARQUIMÉDICO ES EL AMOR DEL LIBRO: “LA SAGRADA MATRIZ” POR DIETER DUHM Traducido por Carmen Alburquerque Ruiz. Dieter Duhm El amor es la finalidad última del universo y el amén de la historia. Novalis Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.… Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Del Apóstol Pablo en Corintios 1, 13 Cuanto más inteligente eres, antes comprendes que no te puede satisfacer ninguna relación. ¿Por qué? Porque cada relación es sólo una flecha que vuela hacia la última y más elevada relación amorosa. Cada relación amorosa es un indicador de un amor más grande que se halla ante ti. Osho El amor empieza donde podemos hacer verdaderamente algo el uno por el otro. Gabriele Brüggemann Hay dos formas de existencia: una con el corazón cerrado y la otra con el corazón abierto. El amor es la apertura del corazón. La peor verdad de la era del patriarcado es que ha impedido el amor. La miseria de nuestras sociedades occidentales se basa en que no es posible ningún amor duradero porque los corazones abiertos son bombardeados tempranamente con enormes decepciones y crueldades. Los niños tienen al principio un corazón abierto, pero lo van cerrando poco a poco porque los adultos de nuestro tiempo no saben en su mayoría cómo se manejan los corazones abiertos. Las experiencias en la niñez son a menudo como unas gotas de acetona que cayeran en una ameba. Ésta cerraría sus agujeros y metería sus tentáculos. Todas sus reacciones futuras de cierre estarán pre-programadas. Los adolescentes tienen el corazón abierto durante el primer amor, pero a menudo bien pronto sienten que es mejor cerrarlo porque si no, las experiencias pueden doler demasiado. Los adultos sólo están dispuestos en principio a abrir completamente su corazón bajo condiciones calculadas con precisión. Como esas condiciones no concuerdan con el verdadero amor, el corazón se cierra de nuevo por sí mismo y permanece así más o menos para siempre. Un mundo humano sólo puede surgir de corazones abiertos. En este sentido podemos decir: el punto arquimédico del amor para la realización de la matriz sagrada en la Tierra es el amor. Pero con ello comienza también el drama pues todos hemos cerrado nuestro corazón por razones de peso, arriesgamos mucho si lo volvemos a abrir. Tenemos miedo de abrir nuestros corazones porque generación tras generación hemos tenido malas experiencias con ello. Cuanto más grande es el anhelo, más grande es el miedo. Al fin y al cabo aprenden miles de millones de personas a dominar su anhelo. Su puesto lo han ocupado los sustitutos adaptados al sistema: medios de comunicación, consumo, turismo, fútbol, y a veces también la guerra. Mucho mal viene del amor insatisfecho. La venganza surge del amor defraudado. El aferrarse, el chantaje, los celos, el miedo a la pérdida, la desconfianza y el vigilarse mutuamente es el síndrome contemporáneo en nuestras relaciones amorosas, la consecuencia de malas experiencias en una época en que el corazón aún estaba abierto. Si algo destella, si el corazón por una milésima de segundo quiere abrirse, el enemigo interior es a menudo más rápido; en vez de amor viene rabia o miedo, pues en el inconsciente esta almacenado el dolor, que en un principio estuvo unido al amor. El destino del amor está unido desde hace siglos a la decepción y a la separación, a la traición y a la mentira, a la sospecha y a la mezquindad, al asesinato y al homicidio. De ello resulta una estructura psíquica colectiva que reacciona ante el amor con miedo a la separación, ante el miedo a la separación con falsos juramentos de fidelidad, ante los falsos juramentos de fidelidad con rabia y venganza. Esa unión fatal está en la base de las sociedades actuales, de sus representaciones del amor y de sus leyes matrimoniales, de su moral y de sus estrategias de guerra. No puede haber paz en el mundo, mientras haya guerra en el amor. El amor defraudado e insatisfecho es el núcleo constitutivo de la antigua matriz. Si bajo esas condiciones se produjera una apertura del corazón, entonces también muy pronto tendrían lugar automáticamente los efectos secundarios que igualmente pertenecen a la matriz antigua: pasión desenfrenada, exigencia de propiedad, miedo a la pérdida, desconfianza, celos, comparación con otros, competencia, violencia, venganza. Todas las óperas, todas las tragedias, todas las películas y periódicos, todos los centros de asesoramiento terapéutico, todos los hospitales y psiquiátricos, toda la locura homicida y todos los cementerios están llenos de todo ello. Aquí hay un horror sin fin. Nadie soporta mirarlo mucho tiempo. Es demasiado malo. Y para la mayor parte de los que han confiado en las estructuras de este tiempo no hay ninguna salvación, ninguna perspectiva, ninguna posibilidad de amor. Ya muchos quinceañeros se suicidan porque han reconocido este hecho. Una y otra vez han surgido grupos que han intentado el amor libre o la sexualidad libre, pero fracasaban regularmente cuando verdaderamente se trataba de amor. La sexualidad es libre cuando se lleva a cabo bajo el consentimiento de ambos, es un impulso en la dirección correcta, pero no puede sustituir al amor. La sexualidad libre puede existir también sin apertura del corazón, pero el amor necesita el corazón abierto. Exige ese riesgo. Por ello los grupos con sexualidad libre tuvieron durante mucho tiempo el conflicto de defender hacia afuera algo diferente de lo que en su más profundo interior deseaban. Junto a la vida sexual libre se incubaba, suspiraba, dolía, gritaba en muchas almas algo muy diferente: el anhelo de intimidad, de patria, de amor. Éste, sin embargo, tenía que guardarse más o menos en secreto pues aún estaba ligado a la antigua imagen de la fidelidad absoluta en pareja. Pero esta imagen, eso ya se venía intuyendo, no se correspondía con la realidad. No fueron los más tontos, los que se juntaron bajo la consigna de la sexualidad libre. Sabían que el amor no podría funcionar con las ideas antiguas, pero aún no conocían ninguna alternativa real en la que pudieran creer. La conocían para la sexualidad, pero no la conocían para el amor. Ahí veo una de las razones principales para el fracaso de esos grupos (como en la granja austriaca) y también para las dificultades que tienen que estudiar a fondo, comprender y resolver los trabajadores de un biotopo de curación, y que con un proceder inteligente, también pueden resolverse. En este punto se exige una movilización por el tema del amor que sobrepasa mucho las ideas del principio. Hoy en día se trata del proyecto de la salvación del amor. Ello no es ya una labor privada, es un proyecto del siglo. Las relaciones de amistad masculina más hermosas se rompieron cuando a ambos les interesaba la misma mujer. Las relaciones de amistad femenina más hermosas se rompieron cuando a ambas les interesaba el mismo hombre. El amor era, mientras se hallara en el corsé de la antigua matriz, una fuerza destructora. En realidad, sin embargo, se trata de una fuerza sanadora que está por encima de todas las fuerzas sanadoras. Es el elixir esencial de la curación. Se podría pensar que estábamos ante una situación carente de perspectivas. Por un lado sólo se logra la curación por medio del amor, por el otro lado el amor nos conduce a todos los conflictos de los que nos queremos librar. Pero esa cuenta es errónea porque opera con un concepto falso del amor. La curación no está en la vieja, sino en la nueva matriz. Por ello debemos buscar el concepto del amor que nos lleva a la curación, no en la vieja, sino en la nueva matriz. A las experiencias de la nueva matriz pertenece también el descubrimiento de una tarea más elevada, para la que el hombre se ha incorporado en esta encarnación, y una clasificación profesional equivalente en la nueva sociedad humana que está surgiendo. Mientras exista solo como persona privada no podré descubrir el secreto del amor. El amor es siempre, cuando aparece entre dos personas, una fuerza universal, divina y por eso sólo puede ser realizada en una existencia universal (capítulo 7). El amor no exige la fijación de dos pares de ojos los unos en los otros, sino que exige la mirada paralela en la meta conjunta más elevada. El amor es más que un sentimiento, es un modo de existencia. Viene del campo de la unión y no del cálculo. Casi todos los seres humanos que viven actualmente se encuentran, consciente o inconscientemente, en el campo del cálculo cuando se trata del amor. La reflexión interna es entonces: “Si me dejo llevar por el amor a esa persona…, si entonces llega alguien y también la ama…, si ama al otro más que a mí…, si ella es para mí la más importante, pero yo para ella no…nonononoesonopuedoynoquieroesobrrvbuffbrrr“. Ese es el pensamiento con el que el corazón permanece cerrado. El amor libre ha fracasado una y otra vez por esa estructura interna. En la época de la lucha por las casas al principio de los años setenta había una frase hermosa en la pared de una casa ocupada en Berlín. Decía así: “Beziehungsmix, au verflix, ohne mix“[En alemán se trata de una frase de naturaleza cómica con rima y con palabras de doble sentido. Se puede traducir literalmente como: “Relaciones mezcladas, ¡maldita sea!, ¡conmigo no!”]. El trabajo por la paz interior y exterior necesita una integración del tema del amor. Los grupos no estaban a la altura del poder de este tema. El error estaba en que se buscaba la solución del tema amoroso en algún ámbito en el que no se podía encontrar. El amor libre, que no calcula, no compara y no pide un contravalor, es parte de la sagrada matriz. Por consiguiente no podemos llegar a ella con el concepto y los métodos procedentes de la antigua matriz. No se la puede conseguir con trabajosos ejercicios de transformación interna, se realiza por sí misma en la medida en que entramos en la matriz de la vida. También fuera de una relación de pareja, con una persona determinada, existe la matriz de la vida, la realización, la enseñanza universal, la guía, el amor. También fuera de esa persona determinada existen las criaturas de la creación, con las que puedo aprender el secreto del amor, y por ello más fácilmente lo podré comprender y aceptar en las situaciones concretas con la persona amada. El proyecto de los biotopos de curación comenzó hace 25 años con el pensamiento de construir un proyecto para el amor, en el que también los amantes que se separaron se podían volver a encontrar. A veces lo llamábamos sencillamente: “Proyecto para la salvación del amor“. Para mí estaba claro que se debía recorrer un nuevo camino y que mientras lo recorríamos, no podíamos quedarnos parados ante el tema del amor. En último término se trataba de crear un espacio vital completamente nuevo que hará posible el cambio de la vieja a la nueva matriz. Por entonces aún, no sabía que duraría tanto tiempo, hasta que la nueva imagen del amor se pueda grabar en nuestras células. En ningún otro aspecto intentan los seres humanos con tanta obstinación aferrarse a la vieja matriz como en éste, en ninguno son tan conservadores como en el amor. Construyen estaciones en el universo y utilizan aún para el amor las mismas imágenes que sus bisabuelos: High Tech [alta tecnología] en la guerra, neandertal en el amor. Hemos conocido en muchos aspectos de nuestro proyecto a la nueva matriz, hemos visto cómo se diferencia de los antiguos conceptos, y hemos visto con cuánta facilidad viene a nosotros cuando estamos preparados para ello. La hemos conocido en el trato con animales, en la comunicación con ratas y serpientes, en la influencia del tiempo meteorológico y en la curación con heridas y enfermedades. Hemos tenido la experiencia de cómo una comunidad se mantiene unida en momentos de necesidad, de cómo los peligros se dominan conjuntamente, de cómo se eliminan las dificultades económicas de repente y cómo las energías espirituales auxiliadoras vuelven a intervenir una y otra vez, cuando las propias ya no bastan. Pero duró bastante tiempo hasta que los primeros se atrevieron a ponerse de nuevo y completamente del lado del amor. Y sin embargo -visto del lado de la matriz de la vida- ¡es tan fácil! Si sientes que amas a alguien, sigue ese amor sin reservas. Lo que se hace por amor está bien hecho. Esta era una de las frases crucial de Vincent van Gogh. Ese anticipo de confianza lo tienes que traer tú. El resto “let God do“, el resto lo hace la matriz sagrada por ti. Esto no es difícil, sino sencillo. Las dificultades se superan con facilidad. Sigue el amor y arriesga las turbulencias anímicas que posiblemente atravesarás. Sabrás que la persona que amas de verdad y sinceramente, probablemente también es amada por otros de verdad y sinceramente. Sería cómico que no fuera así. Mantén esa tensión y sé fiel al amor. Te vendrán pensamientos completamente nuevos, encontrarás una alegría y un alivio que no habrías considerado posible. Harás descubrimientos que no podrás comunicar aún a casi nadie. Aparecerás quizá meditabundo, e incluso afligido, pero es una alegría completamente nueva la que se va haciendo camino en ti y en tu vida. Exige a tus amigos tranquilamente, que te perciban por un tiempo como a un enfermo mental o algo extraño. Solicita de ellos el parágrafo 51 (incapacitación mental) y explícales porqué. Aprende a permanecer vinculado también en esas turbulencias. Ocurrirá lo correcto sin intervención nuestra si conoces a la sagrada matriz y estás cada vez más dispuesto a seguirla. Un conocimiento completamente nuevo surgirá en ti. También los celos son una cuestión conocimiento. Desde un cierto peldaño del conocimiento ya no puedes ser celoso. Ya sabes que los celos no son parte del amor, y lo sabes no sólo de modo teórico, sino que lo sabes desde las células, completamente. Las cadenas de información en tu código genético se unen ahora de una forma nueva, de modo que no haya ningún sitio para la información de los celos. Todo tu cuerpo lo sabe. Tú también sabes ahora que el amor tiene algo que ver con la entrega, el regalo, el servicio, la ayuda, y no con exigir y forzar. Los viejos patrones del chantaje mutuo ya no existen, los viejos conceptos de separación, competencia y celos se han desprendido de ti, la vieja matriz ha desaparecido por si sola. He vivido una y otra vez lo fácil que funcionan esas cosas. No se necesita ninguna terapia, sólo se necesita una constancia inquebrantable y un conocimiento creciente. Se necesita, si se quiere así, una fidelidad absoluta al tema del amor. La matriz sagrada sabe que los miedos a la pérdida y las medidas de precaución no son parte del amor. En algún momento lo sabemos nosotros también. Entonces comienza un camino de curación con una profundidad nueva y con una perspectiva completamente nueva. Desde aquí comenzamos con la construcción de los biotopos de la curación. Ahora sabemos de qué se trata y para qué lo hacemos. Empezamos a comprender y a amar a los grandes seres humanos que amaron también sin escrúpulos: Vincent van Gogh, Leo Tolstoi, Selma Lagerlöff, Frère Roger, Ernesto Cardenal, Nelson Mandela, Ruth Pfau… Finalmente, quisiera citar algunas palabras geniales sobre el amor, escritas por Elisabeth Kübler-Ross: Aprender a vivir correctamente quiere decir en sentido original aprender a amar. El amor verdadero no tiene exigencias de posesión y no pone condiciones. Lo único que cura realmente a las personas, según mi conocimiento, es el amor incondicional. Es el amor el que da sentido a la vida. La muerte no es nada que se tenga que temer. En realidad puede convertirse en la experiencia más increíble de tu vida. Depende de cómo vivas tu vida aquí y ahora. Y lo único que importa aquí y ahora es el amor. Y porque combinan tan bien, una última palabra de Meister Eckehart: La hora más importante es siempre la actual. La persona más importante es siempre aquella frente a la cual estás ahora. La acción más importante es siempre el amor. Mas informaciones, por favor contacta: Instituto por la Paz Global (IGP) • Tamera, Monte do Cerro • P-7630-303 Colos, Portugal Tel: +351 283 635 484 • Fax: +351 283 635 374 • eMail: [email protected] • www.tamera.org Distribución libre, por favor mencionar la fuente! Libros de Dieter Duhm: • Future without War. The Theory of Global Healing. 2006 Editora Meiga. • The Sacred Matrix. From the Matrix of Violence to the Matrix of Life.2005 Editora Meiga • Eros Unredeemed. 1998 Editora Meiga. (Todavía no disponible a nivel mundial, por favor contacte le IGP) • La paz es posible? Declaración de Proyecto 1 (Brochura. Download gratuito en: www.dieter-duhm.de)