Download AELM por Gabriel Meroli

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Anaranjada es la muerte
Primer trimestre
Todo comienza con una historia, aquí desgraciadamente, está la mía:
Antes de comenzar quisiera hablar de mis fósiles. Antes de abrir este campo en mi vida, yo
era: odioso, asesino, descuidado... era pura negatividad. Ahora, gracias a tu amor cambié; soy nuevo.
Te conocí en primavera. Mi corazón estaba floreciendo; un poco marchitado, buscando quien
lo ayudara. Vi tu rostro y todo se paralizó. En ese mismo instante supe que eras para mí. No sabía
cómo hablarte, te veía imposible. ¿Cómo te iba a atraer? Pero, lentamente, sucedió.
Tomé valor y te conté... ¡expuse mi corazón! Un día entero me dejaste en el olvido. Estaba
histérico, creé una historia de horror en mi mente. La espera me estaba consumiendo. Así fue por
veinticuatro horas. «Ting», mi corazón corrió, abrí el mensaje y, «bang» dijiste que sentías lo mismo.
En ese instante mi alma murió y revivió. Fue tanta la emoción que me puse a bailar y a cantar. Así
pasó la semana; estuve en una constante parálisis. Sin embargo, tenía nervios porque en poco, te vería
en persona. Ya que te gustan las sorpresas y detalles, decidí hablar con mi amiga para impresionarte.
Por primera vez en mi vida hice una manualidad. Te creé una flor, tu favorita, de tu color preferido
para en ese día hacerte entrega.
Anaranjado me vestí porque ese es tu color. Te vi desde la distancia, ya no sabía qué hacer.
Toda la actividad estuve mirándote, viendo en la manera que te reías. Llegó el momento donde mi
sangre se tornó caliente y decidí acercarme. Mi amiga te dice,
—«Él está arriba».
Veo cómo miras y emprendes tu destino. Las escaleras para mí son eternas. Con cada escalón
que subes: mi mente se expande, todo pensamiento se riega y mi corazón se acelera. Estamos frente
a frente, te veo los dientes. Me abrazas y me saludas simpáticamente. Luego, te presento mi otra
amiga. Ella se va y comenzamos a charlar. Me cuentas sobre el día, la emoción. Te escucho, me
escuchas y hacemos una pausa para comernos algo. Mientras miras el tiempo, es hora de bajar las
escaleras. De nuevo, me vuelvo valiente, y te entrego la flor, un poco torcida, pero con mucho amor
la creé para hacerte el día. Al final, nos vimos de nuevo un momento rápido, pero es el broche de oro
para el día. Te abrazo y me despido deseando que fuese la próxima vez para: verte, tocarte y abrazarte.
Te informé que voy de vacaciones. Me iré lejos de esta tierra. Teníamos tantos planes, pero
por el viaje serían cancelados. No me había ido y ya quería regresar. Pero pues... me tenía que ir. Y
así mismo fue, el día de la fiesta me iba a la desconocida tierra.
Llegué, te escribí y tu respuesta fue rápida. Te contaba y tú me contestabas... así duramos,
¿dos semanas? Repentinamente algo pasó, no sé lo que fue. Me dejaste de hablar y mi viaje dañaste.
No podía creer que esto estuviera pasando. No había razón para «de la nada», eliminarme. Pero este
dolor tuve que tragarme y el resto del viaje, en silencio llorar.
Regresé a mi tierra y te contacté. A la mesa trajiste, excusas de no poder. Amigos fue tu
solución. Esta... mató mi corazón.
Segundo trimestre
Un mes exacto, me contactaste. Andaba con mi amigo, él me acompañaba. No encontraba la
manera correcta de actuar. Tenía tantas preguntas para ti, pero sé que no era el momento. Todo era
como un cuento. Por más que te había «eliminado», recaería. Me hiciste una propuesta. Mi corazón
sentía la espina, pero mi mente idiota e ilusionada por tu fantasía, se entregaba de pecho.
Llega el otro día, vamos al teatro y vemos la película de tu opción. La película es muy divertida
y funciona, veo tu hermosa sonrisa. Al acabarse, vamos al cielo. Ahí compramos par de dulces y cosas
para la noche. Mientras la obscuridad se obscurecía más, nuestras vidas drenamos. En un momento
menciono y pido una razón... pero, le das pichón. Continuamos hablando y hablando. Ya es el otro
día y mis deseos por ti ascienden. Pero no, no voy a ser yo el primero; deseo que muestres si realmente
me quieres.
A las 12:13, me besas. Es un poco cómico, tengo mis retenedores. Después de quitármelos:
nos miramos, nos reímos y continuamos, hasta las 2:30, besándonos. En tus labios me quedo; adjunto
a tu espalda, me acuesto.
Siento tus manos tocando mi cuerpo. Abro los ojos y estás a mi lado. Este momento, el más
esperado, por fin se ha cumplido. Mientras estamos acostados, comenzamos a hablar sobre los
sentimientos, pero no a fondo. Luego siento mi estómago rugiendo. Te levantas y me llevas a la cocina;
me haces un desayuno exquisito. En la mesa nos quedamos, ahí seguimos el diálogo. Después que
comemos, nos preparamos para hacer mandados.
Regresamos de los quehaceres, nos ponemos a ver una película romántica. Junto a ti, encima
de tu regazo mirando la película, pero más a ti. Te cuento sobre mis canciones de boda, ya que en la
película está la primordial. Me cuentas un poco sobre tus sueños matrimoniales y seguimos viendo la
película. Luego vemos otra, y otra.
Llega la noche, aburridos estamos. Te digo que juguemos «Stop». Yo gano, ¡sí! Luego de ese
momento, nos vamos a la cueva obscura y un poco fría. Ahí te enseño varios cuentos y te sientes
culpable. Un silencio inexplicable nace y así mismo muere. Nos acostamos y empezamos a hablar.
Llega la noche. Comienza a las 11:55 y a las 2:45 termina, «nuestra primera vez». Me siento fuera de
este Mundo, con tu cuerpo sobre el mío. Más importante aún, nuestras almas uniéndose.
Anoche fue... «supercalifragilisticexpialidoso». El tiempo pasó y el Sol creció. Llegó el
momento del día donde el Sol se asustó y el cielo lloró. Bajo lágrimas del cielo, supongo que eran de
felicidad, nos mojamos; tuvimos nuestro beso bajo la lluvia. Continuamos el día y fue divertido. Al
otro día me fui... me fui sabrío. Te dejé una carta, agradeciendo lo que habías hecho: reviviste mi
amor.
Después de esos días todo estaba normal. Pero te notaba extraño. No sabía lo que te había
pasado. Pensaba que todo estaba arreglado. Aunque te notaba distante, mis fuerzas eran para no
soltarte. Inconscientemente me rechazabas y yo más fuerte atacaba.
Un día nos sentamos a asentar la base. Dijiste que en realidad me querías y que lo de la otra
vez no harías. Me pediste perdón y de tu corazón lágrimas salieron. Otro día reafirmaste tu posición.
Pues, yo feliz con el compromiso. Pero... veo la espina.
Ya pierdo el trono. Me reemplazan todos. Ves a alguien por ahí y a ese quieres sentar. Te peleo
por eso, pero dices que no estoy en lo cierto. Para confirmar, regreso a tu lado para pasar la última
noche juntos. Me ignoras como si no estuviera. Te complazco los antojos y ni se te ocurre visitarme.
En fin, ya ni sé lo que quieres. Nos llamamos «amigos», ¡¿amigos hacen cosas así?!
Día triste y con relámpagos, por alguna razón todo comienza a decaerse. En tan poco tiempo,
demasiado poco, se cae el amor. Es como si lo que hubiese estado era imaginación y entra la razón.
Pero hoy, ya cansado del cargamento, te enfrento. Por primera vez, vienes limpio. Sé que esto pasaría,
pero jamás dije que lo aceptaría.
Estoy en cadena perpetua. Por más que hago el bien, mis años de soledad aumentan. Tal vez
esto sea el karma... No sabes cuánto te amo. Fuiste el único por quien pude haber dado todo. No
puedo recordar lo que te hice. ¿Quizás te sobreamé? Después de tanto dolor causado, decido
perdonarte y entregarme. ¿Para qué? De nuevo caigo, y ahora estoy en millones de piezas. Piezas que
nada puede unir. Cuando desapareciste, así mismo te tuve que haber dejado. Sin pensar te doy lo que
nunca he entregado a nadie: amor real. Lo más doloroso es esta pregunta: ¿en realidad te importo o
soy un objeto de apoyo? Por lo que percibo, simplemente quieres que esté para ti, pero, jamás que sea
parte de ti. Mi mente actúa más rápido y mi corazón atemorizado se queda en el último vagón... por
eso pierde.
Mi ser es científico frustrado. Nunca puede resolver ese problema; su hipótesis es nula. Intenta
indeteniblemente, pero siempre en el experimento fracasa. Ya sea porque: le echa demás, no le pone
suficiente, le falta algún ingrediente, los mezcla mal... él, vuelve a anularse. El amor es un mar; yo
soy fosfolípido.
Tercer trimestre
Querido Ángelus Frigus:
Sé que ha pasado mucho tiempo. Nuestro «amor» cayó de la nada, pero quería escribirte una
vez más.
Hoy es tu cumpleaños y quiero felicitarte. Espero que estés pasando un buen día y que todos
tus sueños se hagan realidad. En la siguiente caja te envío un obsequio. Aquí la lista de lo que hay
(p.d., todo es anaranjado):










tu chocolate preferido – al igual que tus mentiras son los chocolates: dulces y adictivos
una pulsera de corazón – cada vez que la veas te acuerdes del amor que me robaste
bálsamo labial de coco – para cuando beses a otro sepa el adictivo sabor de tu veneno
unas medias – así te calientas, ya que no estoy a tu lado para hacerlo
un silbato – utilízalo cuando estés en peligro y alguien te rescatará, porque yo fui rechazado
y no podré llegar a ti
una galleta de la fortuna – ahí está lo último que me queda de ella, toda mi fortuna por ti fue
robada
amuletos de la suerte – no creo que la necesites, pero para que puedas seguir robando, la
necesitarás; así alejarás el amor y no saldrás herido
un atrapasueños – ahí quedaron todos las pesadillas que con tus engaños compartí y me
prometiste... todos atrapados por ti
un llavero de muñequito – porque exactamente, tu comportamiento hacia el amor es como el
de un niño: inmaduro y egoísta
una toalla – con la cual me limpié todas las lágrimas que derramé por el dolor que me causaste
Que conste, mi menor intención al escribirte es dañarte. Junto a esto, te envío otra cosa que si me lo
quedo no puedo seguir viviendo:

un corazón – porque te ama y por siempre seguirá...
Con la vida que me queda, me despido de ti. Felicidades en tu día. Que disfrutes y cumplas
muchos más.
Cordialmente,
AVDC.