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Novena en honor de San José de Calasanz
Colegio Cristo Rey de las Escuelas Pías
Rosario
Para celebrar la fiesta de Nuestro santo Padre, José de Calasanz, te ofrecemos estas
ayudas para la oración.
¿Cómo rezar esta Novena?
Cada día se estructura de la siguiente manera:
1. Señal de la Cruz. Invocación inicial.
2. Lectura de un texto del Evangelio.
3. Reflexión.
4. Lectura de un texto de Calasanz.
5. Peticiones.
6. Oración final.
Cada día de la novena está centrado en una de las bienaventuranzas. Éste es el camino transitado por
Calasanz que se convierte en una escuela de santidad para quienes queremos imitarlo en el seguimiento
de Cristo, sirviendo a los pequeños.
Cada reflexión está acompañada de textos de nuestro Santo Padre que iluminan nuestra vida y nos
animan a vivir la entrega diaria entre los más pequeños.
Día 1
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor, que siendo Dios te hiciste hombre por nosotros, te pedimos aprender de Calasanz la virtud de la
humildad y la sencillez.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5, 3
Jesús, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: “Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el
Reino de los Cielos”. Palabra del Señor.
3. Reflexión:
El que quiera ser discípulo de Jesús debe seguirlo en la sencillez y humildad. Él mismo siendo rico, se hizo
pobre por nosotros, abajándose a ser el servidor de todos, obedeciendo hasta la muerte y una muerte de
Cruz. Calasanz descubrió este camino y se propuso enseñarlo a los que se acercaban a él, tanto a los
maestros como a los alumnos.
La sencillez, la humildad y la pobreza son el camino para descubrir a Cristo como la única riqueza
verdadera.
De los escritos de San José de Calasanz:
“La santa simplicidad es muy amada por el Señor y con los verdaderamente sencillos suele conversar con
gusto”
“Amarán la venerable pobreza, madre de la preciosa humildad y de otras virtudes, como la más firme
defensa de las Escuelas Pías”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor ser cada día más humildes y sencillos. Oremos.
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• Te pedimos una confianza cada día mayor en Jesús. Oremos.
• Te pedimos por los pobres y necesitados, para que encuentren en nosotros ayuda y cercanía. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración final: Padre mío, Calasanz…
Día 2
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, danos la mansedumbre de aquellos que buscaron, encontraron
y siguieron la voluntad de tu Padre.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,4
“Felices los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra”. Palabra del Señor.
3. Reflexión:
Jesús nos llama a ser mansos. La mansedumbre, viene de la confianza. Es ser dóciles al Espíritu Santo
para buscar y encontrar la voluntad de Dios para nuestras vidas y seguirla de todo corazón.
Jesús mismo, manso y humilde de corazón, se confía en las manos de su Padre y movido por el Espíritu
Santo cumple la voluntad de Dios. Calasanz nos invita a descubrir en nosotros “la interna inclinación” que
es la voz de Dios en nuestro corazón guiándonos a la plenitud de vida y amor.
De un escrito de San José de Calasanz:
“Sobre un punto queremos prevenir encarecidamente al maestro: que descubra en cada novicio la
interna inclinación o, lo que es lo mismo, la guía del Espíritu Santo, que enseña a los humildes a orar con
gemidos inefables; por ese camino se esforzará en llevar a cada uno a la cumbre de la perfección”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor docilidad al Espíritu Santo, para buscar y encontrar la voluntad de Dios en nuestras
vidas. Oremos.
• Te pedimos por todos aquellos que nos guían, para que nos ayuden a escuchar la voz del Espíritu Santo
en nuestros corazones. Oremos.
• Te pedimos Señor por las vocaciones escolapias, para que nunca falten en tu Iglesia jóvenes deseosos de
entregar su vida al servicio de los niños y de los pobres. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 3
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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1. Invocación inicial.
Señor Jesús, consuelo de los que están afligidos, danos un corazón sensible ante los dolores de nuestros
hermanos.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,5
“Felices los que lloran, porque ellos serán consolados”. Palabra del Señor.
3. Reflexión:
El Evangelio de Juan nos muestra al Señor llorando ante la tumba de su amigo Lázaro. Jesús no fue
insensible a las necesidades de los hombres y mujeres que se acercaban a él.
La promesa del consuelo que hace Jesús en la lectura que meditamos hoy, está dirigida a todos aquellos
que son capaces de compadecerse y llorar ante las injusticias, ante el dolor de tantos hombres y mujeres
de nuestro tiempo. Calasanz se conmovió ante la realidad de pobreza y miseria que experimentaban los
niños de Roma y esa compasión lo movió a hacer algo por ellos, a poner todas sus capacidades al servicio
de los más pequeños.
Hoy el Señor me llama a conmoverme ante las necesidades de mis hermanos, para poder ser consuelo de
tanto afligidos, poniendo mis talentos al servicio de ellos.
Dijo Calasanz: “He encontrado en Roma el mejor camino para servir a Dios haciendo el bien a estos
pobres muchachos y no lo dejaré por nada del mundo”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor un corazón compasivo, sensible a las necesidades de nuestros hermanos. Oremos.
• Muéstranos, Señor, el mejor camino para servir a Dios y a nuestros hermanos, siguiendo siempre tu
santa voluntad.
Oremos.
• Te pedimos por todos los que sufren injusticias de cualquier clase, para que encuentren el consuelo.
Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 4
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, que sos el único que puede saciar los deseos de nuestro corazón, danos un corazón
apasionado por la justicia.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,6
“Felices los que tienen hambre y sed de ser justos, porque ellos serán saciados”. Palabra del Señor.
3. Reflexión:
En un mundo herido por la injusticia, son verdaderos discípulos de Jesús aquellos que tienen hambre y
sed de ser justos. Y la justicia primera es que todos los hombres conozcan y amen a Dios. De allí se deriva
toda justicia: cuando nos reconocemos como hijos de Dios y hermanos entre nosotros. De esta manera el
Reino de los Cielos comienza a hacerse presente aquí y ahora.
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Calasanz descubrió esto y comprometió toda su vida en la tarea de enseñar a los demás que Dios es Padre
de todos y, por lo tanto, todos somos hermanos en Jesús.
De un escrito de San José de Calasanz: “Me decidía llevar las escuelas a Roma, porque conociendo la gran
pobreza que había por haberla visitado yo todos los barrios de Roma, siendo de la Cofradía de los Santos
Apóstoles seis o siete años, y de los compañeros que tenía en el Trastévere uno sólo me siguió, y fue
puesto en Roma el instituto, que poco a poco se hizo Congregación y luego Orden”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor un corazón sensible ante las necesidades de nuestros hermanos. Oremos.
• Danos un espíritu generoso y decido para asistir a los que nos necesitan. Oremos.
• Suscitá la vocación escolapia en los corazones de muchos jóvenes para que continúen la obra de
Calasanz. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 5
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, que sos el único que puede saciar los deseos de nuestro corazón, danos un corazón
misericordioso, semejante al tuyo.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,7
“Felices los que misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” Palabra del Señor.
3. Reflexión:
La misericordia es una de las características del Corazón de Jesús. Esa misericordia que lo lleva a
compadecerse de todos y que nos revela el plan de Salvación que Dios tiene para los hombres.
Dios nos ama gratuitamente y, al contemplar nuestra pobreza y fragilidad, nos envía a su Hijo Jesús para
salvarnos. Por lo tanto el amor misericordioso es un rasgo de los seguidores de Jesús. Calasanz, miró con
amor a los chicos pobres de Roma y puso todas sus capacidades al servicio de ellos. Y esa misericordia se
tradujo concretamente en la obra de las Escuelas Pías.
De un escrito de San José de Calasanz: “Deseo que esa casa esté bien atendida, no sólo por ser la primera
en la que yo en persona he trabajado, sino también por tener mayor número de alumnos y hallarse en
lugar donde la pobreza es mayor: a la que nosotros, según nuestro ministerio, debemos servir y ayudar
con todas nuestras fuerzas”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor poder experimentar siempre tu amor misericordioso en nuestras vidas. Oremos.
• Que podamos mirar con ojos de misericordia a quienes nos rodean. Oremos.
• Danos la fuerza para anunciar al mundo tu Misericordia. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
4
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 6
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, que amás la pureza de corazón y la devolvés a quienes la han perdido, danos un corazón
limpio.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,8
“Felices los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” Palabra del Señor.
3. Reflexión:
¿Quién puede acercarse a Dios? Aquél que tiene el corazón limpio, que no tiene segundas intenciones,
que es honesto y transparente en sus pensamientos, palabras y obras.
Calasanz descubrió que para poder tratar con la inocencia de los niños, debe uno mismo tener un
corazón inocente. Hoy más que nunca, cuando la vulgaridad y las palabras e imágenes groseras han
inundado todo, es preciso que los seguidores de Jesús tengamos un corazón limpio y transparente.
De un escrito de San José de Calasanz: “Mientras siguen revestidos de esta carne mortal, cultiven la
castidad de la mirada, del caminar, de la palabra, de la compostura de todo el cuerpo… Pero ha de saber
que es sobremanera reprobable cualquier mancha de esta virtud, don de Dios. Evitarán con empeño el
pensamiento impuro, la conversación obscena y cuanto exhale cierto aroma a vanidad de este mundo”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor un corazón sencillo y limpio. Oremos.
• Purificá nuestras mentes y corazones de todo mal pensamiento y de toda intención torcida. Oremos.
• Te pedimos que nuestras palabras y obras sean honestas y sinceras. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 7
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, vos que viniste a poner en paz a los hombres con Dios, ayúdanos a ser hombres y mujeres
pacíficos.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,9
“Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Palabra del Señor.
3. Reflexión:
Antes de partir al Cielo, Jesús le dio la paz a sus apóstoles y nosotros recordamos esto al intercambiar el
gesto de la paz en la Celebración de la Eucaristía.
La paz es un don frágil que debe ser cuidado día a día. Trabajar por la paz es estar en paz con uno mismo
y comenzar a transmitir esa paz a los que nos rodean. Los cristianos estamos llamados a ser hombres y
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mujeres de paz, instrumentos de la paz de Dios. A poner paz allí donde hay división y enfrentamiento.
Calasanz descubrió que estando unidos a Cristo, nada puede hacernos perder la paz y por eso pudo
enfrentar grandes dificultades y contrariedades.
De un escrito de San José de Calasanz: “No pierda la paz por ningún acontecimiento. Al contrario
mantenga su corazón en paz y unido a Dios cuando mayores sean las dificultades, que suele Él calmar la
tempestad del mar”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Ayúdanos Señor a vivir siempre unidos a vos y en paz. Oremos.
• Hacenos instrumentos de tu paz, en medio de las divisiones y las luchas. Oremos.
• Te pedimos que traigas la paz a los pueblos que sufren la guerra. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 8
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, vos fuiste perseguido por ser justo, danos la valentía de ser testigos de tu amor siempre y en
todo lugar.
2. Lectura del Evangelio según San Mateo 5,6
“Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos. Felices serán ustedes cuando los injurien y persigan y digan toda clase de mentiras contra ustedes
por mi causa. Alégrense y regocíjense porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo; porque
de la misma manera trataron a los profetas antes de ustedes” Palabra del Señor.
3. Reflexión:
La persecución no es quizás la misma que vivieron los primeros cristianos, que arriesgaban su vida, pero
es cierto que muchas veces ser coherentes con nuestra fe implica que muchos se rían de nosotros.
Ser verdadero discípulo de Jesús es sufrir estas dificultades con alegría y esperanza, poniendo en Él
nuestra confianza. Jesús nos dejó un camino para que sigamos sus huellas: Él mismo fue perseguido por
permanecer fiel a la misión que su Padre le había confiado. Calasanz experimentó en los últimos años de
su vida una gran persecución. Sin embargo no se dejó vencer por el desánimo, e incluso alentaba a sus
hermanos a permanecer constantes y a hacer siempre el bien a todos.
De un escrito de San José de Calasanz:
“No admita pensamientos melancólicos que suelen apretar el corazón y turbar la mente, sino piense en
cosas que le puedan causar alegría, por ejemplo, el premio que tiene Dios para los que ayudan a los
pobres, principalmente en las cosas espirituales y en el Santo Temor de Dios. Dice el Sabio: ´los que
enseñan a muchos brillarán perpetuamente como estrellas. Se debe, pues, hacer este ejercicio con gozo
como nos exhorta La Palabra: “Dios ama al que da con alegría”
4. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Te pedimos Señor la fortaleza para aceptar y enfrentar las dificultades, con paz y esperanza. Oremos.
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• Danos Señor alegría en nuestras luchas para permanecer fieles a nuestra vocación de cristianos.
Oremos.
• Bendecí Señor a los cristianos que son perseguidos a causa de su fe en tantas partes del mundo.
Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Día 9
Los invitamos a participar de la Santa Misa a las 19.00hs en el Colegio.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1. Invocación inicial.
Señor Jesús, en tu palabra nos llamas a ser como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Ayúdanos a
descubrirte presente en los niños como lo hizo Calasanz.
2. Lectura del Evangelio según San Marcos 10, 13-16
3. Peticiones
Nos unimos a la petición diciendo: “por Calasanz te lo pedimos Señor”
• Concedenos, Señor, el don de descubrirte en los pobres y pequeños, como lo hizo Calsanz.. Oremos.
• Danos Señor la sencillez de los niños, para que podamos verte en las cosas pequeñas de cada día, signo
de tu amor y de tu presencia. Oremos.
• Bendecí Señor a todos los niños del mundo, en especial a los más necesitados. Oremos.
(Se pueden añadir intenciones)
Terminemos nuestra oración con las Palabras que Jesús, nuestro maestro, nos enseñó:
Padre nuestro…
Oración Final: Padre mío, Calasanz…
Para Gloria de Dios y utilidad del prójimo
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