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EL CIELO OS AVISA EL COMIENZO DE LO PROFETIZADO
16-7-2016
En medio de las pruebas y de las tribulaciones, me das Tus consuelos para alentar mi
alma y así poder cumplir lo que Me pides, y seguir así en el cumplimiento de mi misión. Amén.
---Mi Hijo Jesús, vuestro Salvador y Señor, se goza al ver que en medio de las pruebas
y las tribulaciones del alma, que son un martirio espiritual, os mantenéis Fiel y perseverante
en la misión que os confía.
Haced siempre, Mis hijitos, la Santa Voluntad del Altísimo, haced lo que Mi Hijo os
diga, así estaréis siempre seguros de caminar por el sendero recto, el camino de la
Salvación.
Yo, vuestra Madre, intercedo por vosotros, los que buscáis la paz, los que cumplen
con los preceptos del Señor y aman la Cruz, signo de vuestra Redención, pues por Ella, la
Cruz de Mi Hijo, el martirio del cuerpo y del alma del Hijo de Dios, es que habéis sido
salvados y podéis ir al cielo, habiendo alcanzado la Santidad.
El Cielo es la Morada Santa, el premio de los justos , de los que amaron la Paz y
siguieron los pasos del Crucificado, Mi pequeño Jesús, los que como Mi Hijo aman la
Voluntad Santa y Divina.
Los acontecimientos anunciados por Mi Hijo y por Mí, vuestra Madre Celestial, se
están cumpliendo ya: las naciones y los poderosos de este mundo se reúnen y acuerdan
tratados, pactados entre ellos mismos y con el príncipe de este mundo, para tomar el
control de la humanidad y entregarla al Anticristo, que ya está operando, aunque oculto
todavía para el mundo, y pronto se dará a conocer para ser visto como Dios, el Mesías
esperado y anunciado en las escrituras, pues él vendrá por su propia cuenta, y el mundo lo
recibirá.
Los rumores de guerra ya no serán más rumores, pues se levanta ya nación contra
nación, todo controlado por los servidores del Anticristo.
Guerras han de venir, terremotos, hambre, peste y plagas, pues ha de cumplirse
todo cuanto está escrito, y pocos han creído en la Palabra, que ES EL VERBO
ENCARNADO, el Mesías enviado, y que el mundo no quiso recibir; por eso, ahora Dios
Altísimo abandona al hombre y a las naciones para que, en medio de la tempestad, lo
aclamen y se vuelvan a Él.
La tempestad para esta generación y este mundo ya da comienzo, y se verá el
hombre sin Dios sumergido en dolor, devorado por el poder del mal, al que quiso seguir y
servir antes que a Dios. Un tiempo está determinado que sufrirá el hombre su propio
castigo, que buscó a causa de su dureza de corazón y soberbia y orgullo, al haberse alejado
de Dios y su Ley.
Las grandes potencias se levantan y serán el flagelo para muchas naciones: son el
látigo de Satanás. De cada nación tan solo un pequeño Resto fiel se salvará, quedando bajo
Mi Poderosa protección, siendo parte de Mi Ejercito de almas para combatir Conmigo esta
batalla infernal y Yo, Su Madre, aplastaré a la serpiente antigua, que busca acabar con Mis
hijitos, los Redimidos con la Preciosa Sangre de MI HIJO JESÚS.
El tiempo de calma y de paz aparente termina ya para dar comienzo a la
purificación, al tiempo de angustia como no ha existido antes desde la creación del
mundo. Un suceso tras otro verá esta generación, que querrá morir y escapar de la Ira de
Dios. Vuestro mundo cambiará en unos instantes, ya no habrá paz y tranquilidad, pues ésta
sólo la encontrarán las almas puras, las de corazón sincero, las consagradas a Mi Corazón
Inmaculado, habiendo sido selladas dentro del Sacratísimo Corazón de MI HIJO JESÚS,
para ser Luz y guía en medio de esta obscuridad.
Estas almas encontrarán consuelo dentro de la gran purificación, porque han
amado la Cruz del Salvador; y la Cruz es dolor y gozo a la vez. Vosotros, los que habéis
sabido recorrer el Via Crucis con Mi Hijo, y en este caminar os habéis ido purificando de
vuestras faltas y habéis mostrado amor a la Cruz, que es la Voluntad del Padre, sois
vosotros, Mis hijitos, el gozo y la alegría de Mi Corazón, sois bálsamo para Mi Corazón
traspasado y el Costado abierto de MI Hijo, que sangra por Su Iglesia.
Comienzan ya las calamidades y castigos anunciados y tan despreciados: el mal
parecerá ganar terreno, la Apostasía irá aún más en aumento, hasta desenmascararse en
el Culto Divino, pero Dios ya no está en esa Iglesia: Dios esta con los suyos, los que huyeron
Conmigo al desierto.
Cuando pareciera que el mal cubre la tierra, que la Apostasía aumenta y los malos
son más malos y parecen triunfar sobre el bien, en medio de grandes conflictos, la densa
tiniebla que cubrirá la tierra, se disipará por siete días, anunciando en el cielo la Cruz
Gloriosa y Victoriosa de Mi Hijo Jesús, la Cruz en el cielo que os anuncia EL GRAN AVISO
de Dios, como último acto de su Bondad y gran Amor a los hombres, pues sin este acto de
Amor y Gran Misericordia muchas almas se perderían. Este acontecimiento será el
principio de la gran purificación, dolor de dolores, para todos los hombres que han ofendido
a Dios.
Dios llamará al corazón de cada hombre, sin importar sus creencias: hará esto como
un último intento de hacer volver a las almas a Él, dándoles a conocer su existencia Divina,
su Amor y su Fidelidad. Respetará, Dios, una vez más la libertad de cada hombre, y cada
quien actuará y decidirá por su vida, SALVACIÓN ETERNA O CONDENACIÓN ETERNA.
Vosotros, los que sois lámparas de Mi Corazón, iluminaréis con el ejemplo de
vuestras vidas, dando testimonio de la Verdad, estando unidas y crucificadas con Cristo,
contribuyendo en el misterio de la Redención, siendo UNO CON CRISTO, en una misma
Voluntad con la Trinidad Divina.
Haced todo lo que Mi Hijo os diga a vuestros corazones, estando en oración, en
adoración Eucarística, en comunión con la Trinidad. Cuando la confusión os llegue,
INVOCAD EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, llamadme a Mí, que Soy vuestra Madre y
nunca os abandono ni os dejo desprotegidos. Conmigo ganaréis la batalla contra el
enemigo de Dios.
Os doy Mi Bendición de Madre, mi Amparo Divino y Mi protección Maternal.
---Madre del Salvador y Madre nuestra, de Tu mano nunca nos perderemos del camino al cielo.
Protégenos en estos tiempos de grandes pruebas y tribulaciones para el alma, que contigo huimos al
desierto y buscamos Tu protección y amparo celestial. Dentro de Tu Inmaculado Corazón enséñanos a
Adorar a Jesús e ir al Padre, en el Fiel cumplimiento de Su Voluntad Santa y Divina. Amén.