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Disciplina para los Hijos
Es la naturaleza de casi todos, si no de todo, el ser desobedientes y/o rebeldes hacia sus padres,
guardianes,
y/u
otras
autoridades.
Es normal y es de esperarse. Sin embargo, la Biblia dice que “la rebelión es como el pecado de
adivinación y debe ser corregida por amor al niño y para bien de todos”.
Cuando un niño es educado según los principios de las Escrituras, él seguirá estos principios más
tarde en su vida. La Biblia enseña con claridad que los padres o acudientes son responsables de
entrenar y disciplinar a sus hijos hasta el tiempo cuando éstos ya no dependen más de sus padres
(Proverbios 22:6).
Lo que dice las Escrituras:
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas
palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de
ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”
(Deuteronomio 6:5-7).
“Instruye al niño en su camino. Y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
“Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo”
(Proverbios 19:18).
“El que detiene el castigo a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”
(Proverbios 13:24).
“La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él”
(Proverbios 22:15).
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y
amonestación del Señor” (Efesios 6:4).
“…que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”
(1 Timoteo 3:4).
Sugerencias acerca de la disciplina de los niños
Su primera preocupación siempre debe ser la relación salvadora del niño con Cristo. El niño quien
tiene un buen conocimiento de la Biblia por medio de las clases bíblicas de la iglesia, y por los
devocionales diarios con su familia, tendrá un inmejorable fundamento para su vida.
Al comunicarse con sus hijos hábleles con el nivel de su entendimiento. Sea claro en lo que espera
de ellos. Nunca los castigue con ira. Déles buen ejemplo si quiere que ellos le imiten, teniendo en
cuenta que lo que usted haga será más efectivo que lo que dice. Cuando establezca guías para los
niños, cúmplalas. Lleve a sus niños a la iglesia para permitirles ver su adoración a Dios y escuchar
sus oraciones.
Si el padre y la madre están en la familia, deben ser unidos. Jamás debe haber un desacuerdo entre
los padres delante de sus hijos. Hágalos entender que la autoridad de la madre es derivada del
padre. “No sea aguas tibias”. Sea específico en todas sus correcciones y disciplina.
Reconozca y enseñe al niño que la responsabilidad paternal está por encima de la educación del
colegio, de las reglas del club deportivo, por ejemplo, o cualquier influencia o esfuerzos de alguna
otra organización. Los padres o acudientes deben ser fieles en enseñar al niño acerca de Cristo. Sus
promesas son ¡Sí! y ¡Amén! En lo que concierne a su niño.
Dígale al Señor que le muestre cuál es la disciplina apropiada para sus niños. Determine si hay una
situación en el hogar que esté contribuyendo directamente a un comportamiento indebido. Por
ejemplo: la madre ausente siempre del hogar por el trabajo. Administre la disciplina según la edad
del niño y sus fallas.
Las reglas de disciplina deben ser:
• Nunca discipline con ira.
• Siempre explique la razón por la que está disciplinando.
• Luego demuéstrele su amor.
• Siempre exprese su perdón.
• Nunca mencione el asunto otra vez. Trátelo como si no hubiera ocurrido.
• Continué con el método disciplinario.
• Asegúrese que todo mandato en la casa sea obedecido.
• Castigue toda desobediencia, pero primero advierta.
Si usted se equivoca reconozca su falla y pida disculpas. Recuerde que nada sustituirá el tiempo
que dedica a sus hijos. Pídale a Dios le dé un gran amor por sus hijos. Observe todas las cosas
dignas de alabanza en cada uno de sus niños y comparta éstas con él, y de esta manera, usted va a
animar a su niño en vez de desanimarlo.
Pida a Dios le muestre cómo debe actuar para bendecir a cada niño. Si usted se da cuenta que le
critica constantemente, puede ser que necesite reconocer la personalidad del niño. No debe esperar
que el niño sea una fiel copia suya. Cada niño tiene ciertos talentos y habilidades naturales dados
por Dios. Descubra estos talentos y ayúdeles a desarrollarlos.
Cuando Ore
Hágalo con sus niños animándoles a unirse en oración y asegúreles que usted seguirá orando por
ellos. Si es necesario, guíeles en una oración modelo.
Ore diariamente por sus niños. En la Biblia notamos que la tradición del pueblo de Dios: los judíos,
era bendecir siempre a sus hijos. Usted puede hacer lo mismo. Bendiga a sus hijos con una
bendición de amor y ánimo mientras está orando.
Referencias y Tareas:
Lea “Atrévete a disciplinar” por James Dobson, y otros libros recomendados por su Pastor o
librerías cristianas.
Deuteronomio 4:9 Instrucción.
Proverbios 8:32; 10:1 Exhortación.
Proverbios 13:24; 22:15 Corrección.
Efesios 6:1-13 Exhortación.
Lucas 2:49 Exhortación.
2 Timoteo 3:15 Exhortación.
Si usted necesita más ayuda, por favor escribanos a [email protected]