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INCIDENCIA DE SÍNTOMAS DE ORIGEN VIRAL Y PRESENCIA DE
GFLV Y GLRV EN VIÑEDOS DE AGUASCALIENTES, MÉXICO
Incidence of viral symptoms and presence of GFLV and GLRV in vineyards of
Aguascalientes, Mexico
Rodolfo Velásquez-Valle, Luis Roberto Reveles-Torres y
Mario Domingo Amador-Ramírez1
Campo Experimental Zacatecas – INIFAP, Km. 24.5 Carretera Zacatecas – Fresnillo, Calera de V. R.,
Zacatecas, México. CP 98500. e-mail: [email protected]
RESUMEN
Durante la década de 1970 la superficie con vid en el estado
de Aguascalientes fue de cerca de 7,000 hectáreas; actualmente existen aproximadamente 800 hectáreas. Entre las causas
de esta pérdida de superficie se ha mencionado la presencia
de enfermedades. Síntomas asociados a enfermedades virales como corteza corchosa y madera rugosa han sido mencionados en esta área, sin embargo, no hay información reciente
acerca de este aspecto, consecuentemente, los objetivos de
este trabajo consistieron en a) determinar la incidencia y severidad de corteza corchosa – madera rugosa en dos viñedos
comerciales, b) determinar la incidencia de síntomas asociados
con enfermedades virales en viñedos comerciales y c) determinar la presencia de los virus de la hoja de abanico y del enrollamiento de la hoja en muestras con síntomas virales. Parras
con síntomas de corteza corchosa – madera rugosa fueron detectadas en ambos viñedos comerciales afectando cultivares
como Salvador, Carignan, Superior y Globo Rojo. Síntomas de
corteza corchosa - madera rugosa fueron detectados en 90.9%
de los viñedos examinados aunque la incidencia vario entre 0.0
y 88.0%. Los virus de la hoja de abanico (GLRV) y enrollamiento de la hoja (GFLV) fueron detectados en 58.3 y 66.6% de los
viñedos muestreados.
Palabras clave: corteza corchosa, madera rugosa, virus
de ARN, ELISA
SUMMARY
During the 1970´s decade the surface with grapevine in the
state of Aguascalientes was around 7, 000 hectares; currently
there is close to 800 hectares. Among the causes of this surface
loss has been mentioned the presence of diseases. Symptoms
associated to viral diseases like corky bark and rugose wood
have been mentioned in the area, however there is no recent information on this item, consequently the goals of this work were
a) to determine the incidence and severity of corky bark – rugose wood in two commercial vineyards, b) to determine the incidence of symptoms associated to viral diseases in commercial
vineyards, and c) to determine the presence of the grape fan
leaf and grape leaf roll viruses in samples with viral symptoms.
Grapevines with corky bark – rugose wood symptoms were detected in both commercial vineyards affecting cultivars such as
Salvador, Carignan, Superior, and Globo Rojo. Symptoms of
corky bark – rugose wood were detected in 90.9% of examined
vineyards although their incidence ranged from 0.0 to 88.0%.
Grape fanleaf virus (GFLV) and Grape leafroll virus (GLRV)
were detected in 58.3 and 66.6% of the sampled vineyards.
SA
Keywords: corky bark, rugose wood, ARN viruses, ELI-
INTRODUCCIÓN
Actualmente existen en el estado de Aguascalientes, México
alrededor de 800 hectáreas con diferentes cultivares de vid (Vitis vinífera L.) aunque predominan los cultivares Salvador (uso
industrial, vinificación principalmente) y Globo Rojo (de mesa),
sin embargo, durante la década de 1970 se llegaron a cultivar
hasta 7, 000 hectáreas en esta misma área (Valle y Téliz, 1979).
Entre las causas del declinamiento en la superficie cultivada
con este frutal se ha mencionado la presencia de enfermedades como la pudrición texana (Phymatotrichopsis omnivorum
(Shear) Duggar) y el complejo corteza corchosa – madera rugosa (CC-MR) (Valle y Téliz, 1985). Este último fue reportado en
los viñedos de Aguascalientes en 1978 por Téliz y Valle (1979);
a nivel mundial la enfermedad se encuentra presente en los viñedos de Estados Unidos de América, Brasil, Francia, España,
SudÁfrica y Japón, entre otros (Namba et al., 1991; Kuniyuki
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y Costa, 1982). Esta enfermedad fue inicialmente descrita en
1954 sobre los cultivares Palomino y Petite Sirah (Beukman y
Gifford, 1969); sin embargo, los síntomas originalmente reportados en Aguascalientes por Valle y Téliz (1979) comprendían
parras con vigor reducido que presentaban un engrosamiento
de la base de los sarmientos cuya corteza se agrietaba y tomaba una coloración rojiza oscura, especialmente en el cultivar
Cardinal; estos sarmientos se desprendían fácilmente y bajo
la corteza aparecían perforaciones y grietas. La corteza de la
base del tronco manifestaba también engrosamiento y agrietamiento y al eliminarla se observaban perforaciones y grietas en el cilindro central. Durante la primavera, después de la
brotación, las parras afectadas presentaban hojas pequeñas,
encrespadas, cloróticas y moteadas; este último conjunto de
síntomas se reportó como “hoja china” y se observó con mayor
frecuencia en los cultivares Cardinal, Málaga Champaña y San
Emilión; además, las hojas en los cultivares rojos afectados por
la enfermedad tomaban una coloración roja y se doblaban hacia abajo durante o al final del verano.
Es conocido que cultivares y portainjertos difieren en su susceptibilidad a la enfermedad, incluso se reportó que las plantas
del cultivar Carignan pueden no mostrar síntomas de la enfermedad a pesar de estar infectadas (Beukman y Gifford, 1969;
American Phytopathological Society, 1994; Namba et al., 1991).
Por lo que respecta a la diseminación de CC-MR, se ha señalado que es transmitida por medio de injerto e insectos como
Planococcus ficus Signoret, pero no en forma mecánica (Tanne
et al., 1996); por otro lado, Cabaleiro y Segura (1997) reportaron a la especie P. citri Risso como vector de un asilamiento
del virus del enrollamiento de la vid (GLRV: Grape leafroll virus)
confirmando así la habilidad de algunas especies de este género para transmitir enfermedades virales en este frutal. También
se indicó que la rápida diseminación de la enfermedad en los
viñedos de Aguascalientes podría deberse a la existencia de un
vector aéreo aún no identificado (American Phytopathological
Society, 1994).
Desde los reportes iniciales de la enfermedad en Aguascalientes a finales de la década de 1970 poca información se ha
generado sobre la situación de CC-MR en esta área productora
de uva en México, por lo que los objetivos del presente trabajo
consistieron en a) determinar la incidencia y severidad de CCMR en dos viñedos comerciales; b) determinar la incidencia de
síntomas asociados a enfermedades virales en viñedos comerciales y c) determinar la presencia de los virus de la hoja de
abanico (GFLV: Grape fan leaf virus) y del enrollamiento de la
hoja (GLRV: en muestras colectadas en parras con síntomas
de origen viral.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo se dividió en dos etapas; en la primera de ellas
se determinó la incidencia y severidad de CC-MR en los viñedos El Encino y Salvador mientras que en la segunda etapa se
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determinó la incidencia de síntomas virales en 22 viñedos así
como la presencia de GLFV y GLRV.
a) Incidencia y severidad de CC-MR en dos viñedos comerciales de Aguascalientes
El estudio se realizó durante marzo – abril de 2007 en diferentes tablas en dos viñedos comerciales (El Encino y Salvador)
localizados en los municipios de San Francisco de los Romo y
El Llano, Aguascalientes, respectivamente. Las principales características de los viñedos y tablas muestreadas se presentan
en el Cuadro 1. Para determinar la incidencia (%) de síntomas
de CC-MR se delimitó dentro de cada tabla una hectárea y en
ella se inspeccionaron una de cada tres hileras y dentro de
cada hilera se examinaron una de cada cinco plantas. En las
parras examinadas se buscaron síntomas de CC-MR similares
a los descritos previamente. La severidad de la enfermedad se
calculó de acuerdo con la siguiente escala arbitraria de daño:
0: planta asintomática; 3: planta con síntomas en la base del
tronco, 5: síntomas en los brazos de la parra y 7: síntomas en
los sarmientos. Ya que en una sola parra podrían encontrarse
todos los síntomas descritos en la escala, se determinó sumar
los valores de cada tipo de daño observado, así, el valor máximo que podría obtener una parra sería 15 que equivale a la
suma de los valores del daño en la base del tronco, del daño en
brazos y del daño en sarmientos. La presencia de otros síntomas como fasciación, doble nudo, enrollamiento de hojas, cambio de color en el follaje, deformaciones foliares como hoja de
abanico o mosaicos, todos ellos asociados con CC-MR u otras
enfermedades virales fue registrada en las tablas muestreadas,
con excepción de la tabla 03 del viñedo Salvador donde solamente se registró la presencia de síntomas foliares ya que la
edad de esas parras (un año) impedía la evaluación de síntomas en brazos y tronco.
PRODUCCIÓNAGRÍCOLA
Cuadro 1. Características de los viñedos Salvador y El Encino muestreados para determinar la incidencia y severidad de síntomas asociados con CC-MR en Aguascalientes, México.
b) Incidencia de síntomas de enfermedades virales en viñedos comerciales de Aguascalientes
Para determinar la incidencia de este tipo de enfermedades
se eligieron al azar 22 viñedos comerciales; dentro de ellos se
seleccionaron al azar cinco líneas de parras permitiendo tres
líneas entre cada línea a muestrear; dentro de cada línea a
muestrear se examinó una de cada cinco parras hasta completar 10 plantas inspeccionadas en cada una de las cinco líneas
muestreadas haciendo un total de 50 parras en cada viñedo.
En cada parra se registró la presencia de síntomas asociados
con enfermedades virales como acanaladuras o grietas en el
tallo, deformaciones de sarmientos, hojas “enchinadas”, crecimiento de sarmientos en zig-zag, fasciación, doble nudo y entrenudos cortos.
Presencia de Xiphinema spp.
Adicionalmente en cada parra con síntomas de enfermedades virales se tomó una muestra de suelo adyacente a la raíz
principal de la planta (aproximadamente 400 – 500 g) y a una
profundidad de 0 – 20 cm para detección del nematodo Xiphinema spp., considerado como vector de enfermedades virales.
Las muestras se analizaron en el laboratorio de Fitopatología
del Campo Experimental Zacatecas (CEZAC) (INIFAP). Para la
extracción de este nematodo se utilizó la técnica de embudos
Baermann empleando una sub muestra homogenizada de 50
g procedente de cada una de las muestras obtenidas en los
viñedos; el líquido de los embudos se revisó en un microscopio
estereoscópico a las 48 horas después de haber colocado la
sub muestra.
Detección del GFLV y GFLRV
Se tomaron muestras de follaje de parras con síntomas virales para detectar la presencia de los virus de la hoja de aba-
nico y enrollamiento de la hoja se realizó en el laboratorio de
Biología Molecular del CEZAC. La identificación de esos virus
se llevó a cabo mediante la técnica serológica de inmunoabsorción ligada a enzimas en sándwich de doble anticuerpo
(DAS-ELISA) (Clark y Adams, 1977). Las celdas de las placas
se tapizaron en forma separada a partir de antisueros específicos para las proteínas de cubierta del GFLV y GLRV. A cada
celda se le agregaron 100 µl de la savia obtenida del tejido vegetal; en el proceso se le agregó un volumen igual de conjugado IgG-fosfatasa alcalina. Finalmente se agregaron 100 µl de
sustrato PNP diluido en buffer de sustrato a cada celda de la
placa, la cual se incubó en cámara húmeda a temperatura ambiente y oscuridad. Las lecturas de absorbancia se realizaron
en un espectrofotómetro (Plate Reader Mca. Das Mod. A1) a
una longitud de onda de 605 nm. Se utilizó el valor medio de
los controles negativos como criterio para determinar el límite
de detección; las muestras con valor superior se consideraron
positivas a un virus específico.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
a) Incidencia y severidad de CC-MR en dos viñedos comerciales de Aguascalientes
Se detectaron parras con síntomas (acanaladuras en el cilindro central del tronco y brazos) pertenecientes a CC-MR en la
mayoría de las tablas muestreadas en ambos viñedos pero no
se detectaron otros síntomas típicos (engrosamiento de la base
de los sarmientos y agrietamiento de los mismos) previamente
reportados en los viñedos de Aguascalientes según reportan
Valle y Téliz (1979). Se observó la presencia de síntomas como
falta de vigor general, hojas “enchinadas” o rizadas, moteados,
dobles nudos, fasciacion, etc., que han sido asociados con CCMR y cuya incidencia resultó variable en las tablas muestreadas; sin embargo algunos de estos síntomas también pueden
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ser atribuidos a otros factores como deficiencia de nutrimentos,
incidencia de otras enfermedades como la pudrición texana o
aún al ataque de plagas como la filoxera.
Viñedos El Encino
La manifestación parcial de síntomas (madera rugosa en la
base del tronco y brazos) característica de CC-MR se detectó en todas las tablas muestreadas en este viñedo, independientemente del cultivar y portainjerto empleado. No se logró
establecer una relación consistente entre la presencia de la
enfermedad con el lugar de origen del cultivar o portainjerto,
excepto que en la mayoría de las tablas, ambos materiales
provenían de áreas geográficas vecinas al estado de Aguascalientes (Cuadros 1 y 2). La incidencia de CC-MR en las ta-
blas muestreadas osciló desde 27.5 (Tabla Encino: Globo Rojo/
Salvador) hasta 66.1% (Tabla Casuarina 2: Superior/Franco).
Las parras de Globo Rojo/Salvador en la tabla Encino fueron
las de menor edad (ocho años) entre las evaluadas en este viñedo y consecuentemente las de menor incidencia de la enfermedad (27.5%), aunque se debe mencionar que en este caso
se empleó como portainjerto al cultivar Salvador que ha sido
mencionado como menos susceptible a la enfermedad (Téliz
et al., 1980); es probable que la incidencia de CC-MR se incremente en los siguientes años y que finalmente resulte similar a
la que presentan los cultivares con 10 años de exposición a la
enfermedad y que no se encuentran establecidas sobre ningún
portainjerto como Salvador (Cuadro 2).
Cuadro 2. Incidencia de corteza corchosa – madera rugosa (CC-MR) en tronco y ramas de diferentes cultivares
de vid en dos viñedos comerciales en Aguascalientes, México.
y
Incidencia de la enfermedad en una tabla específica tomando
en cuenta el número total de parras muestreadas; z Incidencia de la enfermedad considerando únicamente el número
de parras con un síntoma específico.
La severidad de la enfermedad, expresada como el número
de sitios afectados (tronco y ramas) dentro de una parra varió
dentro de cada tabla; la presencia simultánea de CC-MR en la
base del tronco y en las ramas de la parra (clasificación 8 en
la escala de severidad) fue el síntoma más frecuente en las tablas Roble, Encino, Casuarina 1 y Casuarina 2 con 54.9, 55.7,
42.6 y 55.4% respectivamente (Cuadro 2). El síntoma individual
más frecuente fue la ocurrencia de CC-MR en el tronco (clasificación 3 en la escala de severidad), el cual varió desde 36.4
hasta 55.9% en las tablas Casuarina 2 y Casuarina 1 respec-
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tivamente. La frecuencia de detección de síntomas de CC-MR
en tronco y ramas es menos variable ya que oscila entre 42.6%
(Casuarina 1) y 55.7% (Encino) (Cuadro 2).
Los sarmientos de Globo Rojo empleados en este viñedo
fueron obtenidos en el municipio de Ojocaliente, Zacatecas,
aunque previamente habían sido originados en un viñedo madre establecido en California, EUA, clasificadas como libres
de virus, por lo que existe la posibilidad de que esas primeras
parras se hayan infectado con el agente causal de CC-MR a
partir de su ingreso en el área de Ojocaliente, Zac., esto es
asumiendo que efectivamente se encontraban libres de virus
al momento de su introducción en el estado de Zacatecas. Un
recorrido en esa misma área durante agosto de 2006 confirmó
la presencia de parras en producción con síntomas de la enfer-
PRODUCCIÓNAGRÍCOLA
medad en la base del tronco lo que apoya la posibilidad de que
los sarmientos empleados en El Encino hayan sido producidos
en parras infectadas durante su desarrollo en viñedos de ese
municipio de Zacatecas. No fue posible establecer el origen de
las parras del cultivar Superior, las cuales presentaron la mayor
incidencia de la enfermedad (66.1%) (Cuadro 2), aunque es posible que se hayan adquirido en el estado de Sonora, México,
donde no se ha reportado la presencia de la enfermedad.
Viñedos Salvador
El muestreo realizado en marzo de 2007 señaló que la incidencia de acanaladuras en el cilindro central de tronco y ramas,
síntoma asociado con CC-MR, osciló desde 0.0 hasta 81.6%
en las tablas 03 y 12 respectivamente (Cuadro 2).
Las parras del cultivar Salvador en desarrollo sobre el portainjerto 1103-P en la tabla 03 fueron injertadas en el ciclo de
cultivo 2006, por lo tanto no se esperaba que mostraran síntomas conspicuos de la enfermedad (madera rugosa, p. ej.),
sin embargo la mayoría de ellas (75%) expresaban uno o más
síntomas foliares como enrollamiento de las hojas, mosaico,
dobles nudos o entrenudos cortos asociados tanto con CC-MR
como con otras enfermedades como enrollamiento de la hoja
u hoja de abanico (American Phytopathological Society, 1994;
Sutic et al., 1999). La alta incidencia de este tipo de síntomas
sugiere que el cultivar y el portainjerto se encontraban ya infectados aun antes de la plantación o injerto, con el agente causal de CC-MR y/o con otro u otros agentes virales; es posible
también que la alta incidencia de la enfermedad se deba a la
presencia de un vector aéreo con alta eficiencia de transmisión
como se había discutido previamente.
En la tabla 12 (Salvador/1103-P) el 81.6% de las parras
muestreadas expresaban por lo menos un síntoma de CC-MR;
esta tabla fue la de mayor edad (10 años) entre las muestreadas en este viñedo, por lo tanto la de mayor exposición al o los
patógenos causantes de la enfermedad, lo cual podría explicar
la mayor incidencia de este tipo de síntomas. En los estudios
realizados por Valle y Téliz (1983) se menciona que la incidencia de CC-MR variaba desde 64 hasta 84% en cultivares como
Exótica, Tokay, Málaga Roja, etc., la cual es similar a la alcanzada en la tabla 12 del viñedo Salvador (81.6%) luego de 10 años
de exposición a la enfermedad. Del total de parras enfermas en
esta tabla, el 47.8% mostraba síntomas de CC-MR solamente
en la base del tronco mientras que el 49.2% mostraba acanaladuras simultáneamente en el tronco y ramas que significa un
valor de 8 en la escala de severidad de daño. Apenas el 2.9%
del total de parras enfermas expresó síntomas únicamente en
las ramas (Cuadro 2).
En la tabla 21 (cultivar Carignan/1103-P) solamente el 3.7%
de las parras mostraban las acanaladuras propias de CC-MR
en el tronco o ramas (Cuadro 2). El cultivar Carignan fue clasificado como de susceptibilidad intermedia al complejo CC-MR
(Téliz et al., 1980) y previamente Beukman y Gifford (1969) lo
habían reportado como asintomático por lo que es probable que
la incidencia de la enfermedad en estas parras se incremente
en los próximos años, ya que a la fecha solamente cuentan con
tres años después de su injerto.
La mayor parte del material utilizado en este viñedo proviene de tres áreas geográficas donde la enfermedad es endémica (Cuadro 1): los cultivares Carignan y Salvador utilizados en
las tablas 12 y 21 tuvieron su origen en el sur de Zacatecas, que
es la región vitícola colindante con Aguascalientes por lo que es
probable que hayan sido obtenidos de parras infectadas con
CC-MR. Solamente el cultivar Salvador (tabla 03) fue obtenido
en Delicias, Chihuahua, al norte de México, donde la enfermedad no ha sido reportada, lo cual no necesariamente indica su
ausencia. Es probable que los cultivares empleados en esta
región de Chihuahua hayan sido obtenidos en la Comarca Lagunera donde la enfermedad fue reportada en 1968 (Téliz y
Goheen, 1968). Por otro lado, en todas las tablas del viñedo
Salvador se utilizó el portainjerto 1103-P cuyo origen es italiano
y se podría asumir, sin asegurarlo, que arribó a Aguascalientes certificado como libre de virus. Sin embargo, la enfermedad
conocida en Italia como Legno Riccio (una infección mixta de
corteza corchosa y Rupestris Stem Pitting) es frecuente (American Phytopathological Society, 1994), por lo que permanece
abierta la posibilidad de que inóculo de esa enfermedad haya
sido introducido al estado de Aguascalientes en esos portainjertos. No se posee información acerca de la susceptibilidad de
1103-P a CC-MR.
Entre los síntomas asociados con enfermedades virales
que se encontraron en algunas parras que también mostraban
síntomas de CC-MR y parras asintomáticas de ambos viñedos
se encuentran el doble nudo, entrenudos cortos, fasciación,
mosaico y vigor reducido. Es de especial interés la situación de
la tabla 03 en el viñedo Salvador donde se registró específicamente la presencia de este tipo de síntomas; las parras en esta
tabla son relativamente nuevas (tres años) pero manifestaron
alta incidencia de síntomas como hoja china (26.7%), mosaicos
(26.1%), entrenudos cortos (23.6%), vigor reducido (21.8%),
doble nudo (6.1%) y fasciación (4.2%). Un estudio llevado a
cabo en viñedos chilenos destacó que algunos de los síntomas
anteriores resultaron asociados con la presencia de los virus
X de la papa, latente de la mancha amarilla de la fresa y de la
marchitez manchada del jitomate (Herrera y Madariaga, 2001).
Estos virus no se han reportado en los viñedos de Aguascalientes o la región, sin embargo, los resultados obtenidos por la
investigación chilena apunta hacia la necesidad de identificar
otros agentes virales que pudieran modificar la epidemiología
de CC-MR en el estado. La alta incidencia de este tipo de síntomas en parras jóvenes vuelve a enfatizar la falta de aplicación
de medidas sanitarias en la producción del material vegetativo
empleado en la región así como la posible existencia de patógenos en el portainjerto y en la existencia de uno o varios
vectores con alta eficiencia de transmisión.
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La expresión de síntomas de CC-MR durante 2007 parece
ser diferente a la manifestada en la época inicial de detección
de la enfermedad ya que en este trabajo no se detectaron sarmientos dañados (hinchamiento y agrietamiento de la base)
mientras que los primeros reportes de la enfermedad señalan
esta sintomatología como típica de la enfermedad. Aunque solo
se examinaron dos viñedos la ausencia de este síntoma fue
consistente en todas las tablas muestreadas. Este cambio en
el conjunto de síntomas típicos de CC-MR podría deberse a un
cambio en el o los agentes causales presentes en los viñedos
de Aguascalientes por lo que es necesario iniciar los estudios
que clarifiquen la identidad de los agentes involucrados con la
enfermedad en los viñedos de la región.
b) Incidencia de síntomas de enfermedades virales en viñedos comerciales de Aguascalientes
Se muestrearon 22 viñedos comerciales seleccionados al
azar en los municipios de Pabellón de Arteaga, El Llano y Cosío
aunque 11 de ellos se localizaron en este último. En esos viñedos se muestrearon los cultivares Salvador, Cardenal, Globo
Rojo, Nimrang y Chenin Blanc aunque en 45.4% de los viñedos
se localizó al cultivar Salvador. La mayoría de estos viñedos se
encontraban francos aunque en algunos casos se encontraron
los portainjertos Dog Ridge y Rupestris.
En el 90.9% de los viñedos muestreados se encontró, al menos una planta con síntomas de CC-MR; el rango de incidencia
de síntomas de la enfermedad varió desde 0 hasta 88.0% con
una media de 19.7% (Figura 1).
Figura 1. Incidencia (%) de parras con síntomas de corteza corchosa – madera rugosa en 22 viñedos localizados
en el estado de Aguascalientes, México.
El único síntoma de CC-MR encontrado fue el de acanaladuras en el tallo del injerto o portainjerto; otros síntomas como
el de ensanchamiento y agrietamiento de la base de los sarmientos no se detectó, lo cual concuerda con los resultados
obtenidos en trabajos anteriores realizados en Aguascalientes
(Velásquez et al., 2010).
En 10 de los viñedos muestreados se detectaron parras
asintomáticas para el complejo CC-MR pero que mostraban
síntomas asociados con enfermedades virales como la denominada hoja de abanico; la incidencia de parras con estos
síntomas osciló entre 2 y 46%. Por otro lado, se encontró por
lo menos una parra con síntomas virales en sarmientos (entrenudo corto, doble nudo, fasciación o crecimiento en zig-zag),
independientemente de la presencia de síntomas de CC-MR,
en el 59.1% de los viñedos muestreados; en aquellos viñedos
que resultaron positivos a sintomatología de CC-MR, la incidencia de esos síntomas osciló entre 8 y 58%. El porcentaje
de asociación entre la sintomatología provocada por GFLV y
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GLRV y el complejo CC-MR, considerando que en los 22 viñedos muestreados se encontraron 203 parras con síntomas de
CC-MR, fue de 30.5%; es decir que el 69.4% de las parras que
presentaban síntomas de CC-MR no presentaban otros síntomas como los mencionados previamente.
La severidad de la infección viral (probablemente causada por GFLV, GLRV y GVB), puede medirse por el número de
síntomas presentes en una parra; en el presente estudio en el
74.6% de las parras que mostraban acanaladuras en el tallo
se encontró otro síntoma asociado; en el 23.8% de las parras
con síntomas de CC-MR se encontraron otros dos síntomas
adicionales al de esa enfermedad y solo en una parra (1.5%) se
encontraron tres síntomas adicionales al de CC-MR.
Además del síntoma de CC-MR (acanaladuras en el tallo)
se detectaron otros como entrenudos cortos, doble nudo, crecimiento en zig-zag, fasciación y hojas enchinadas, sin embargo
el síntoma más frecuentemente detectado fue el de entrenudos
PRODUCCIÓNAGRÍCOLA
cortos (40.9%) seguido por fasciación, crecimiento en zig-zag,
doble nudo y hojas enchinadas (19.3, 19.3, 14.4 y 6.0% respectivamente). En parras sin sintomatología típica de CC-MR
se detectaron los mismos síntomas con la excepción de hojas
enchinadas, aunque, coincidentemente, el síntoma más frecuentemente encontrado fue el de entrenudos cortos (44.6%)
seguido por fasciación, crecimiento en zig-zag y doble nudo
(22.3, 17.3 y 15.7% respectivamente).
Presencia de Xiphinema spp.
No se encontraron ejemplares de este nematodo en las
muestras de suelo analizadas y provenientes de parras con síntomas de CC-MR, a pesar de que este patógeno ya había sido
reportado en los viñedos del estado desde 1980 (Téliz et al.,
1980). Es probable que en los resultados anteriores haya influido la época de muestreo (finales de otoño) cuando la humedad
del suelo se reduce drásticamente lo que a su vez abate las
poblaciones de microorganismos en el suelo, especialmente en
la capa superficial, donde se tomó la muestra.
Detección del GFLV y GLRV
Para la detección del GFLV y GLRV se utilizaron 217 y 188
muestras colectadas en diferentes viñedos respectivamente. Al
comparar la incidencia de ambos virus se observa que se identificó su presencia en el 58.3 y 66.6% de los viñedos muestreados respectivamente. El GLRV se detectó infectando parras de
los cultivares Chenin Blanc, Globo Rojo/Rupestris y Salvador,
en tanto que el GFLV infectó, además de las anteriores a plantas de Chenin Blanc/Dog Ridge. El porcentaje de incidencia
para cada patógeno viral/cultivar es distinto (Cuadro 3), sin embargo destaca el viñedo 11 donde la incidencia de GLRV fue de
80%. En cuatro viñedos se detectaron simultáneamente ambos
patógenos y, por el contrario en un solo viñedo, con la variedad
Salvador, no se identificó a ninguno de estos patógenos.
Cuadro 3. Incidencia de GFLV y GLRV en parras colectadas en diferentes viñedos comerciales de Aguascalientes, México.
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La alta incidencia, individual o simultánea, de estos virus
en algunos viñedos pudiera ser el reflejo de su transmisión por
medio de sarmientos como ha sido mencionada por Sutic et al.
(1999) ya que con excepción de pocos casos, los viticultores
de Aguascalientes no tienen la precaución de obtener material
vegetativo a partir de viñedos madre certificados como libres
de virus.
CONCLUSIONES
Se confirmó la presencia de síntomas de corteza corchosa
– madera rugosa en viñedos comerciales de Aguascalientes,
México luego de aproximadamente 28 años de su detección
inicial.
Los virus hoja de abanico y enrollamiento de la hoja fueron
identificados infectando cultivares como Salvador, Globo Rojo
y Chenin Blanc.
LITERATURA CITADA
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