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Fenotipos de asma en el lactante y preescolar Luis E. Vega-Briceño(*), Francisco Prado A(*), Ignacio Sánchez D(*). Departamento de Pediatría. Pontificia Universidad Católica de Chile. * Sección Respiratorio. Departamento de Pediatría. Pontificia Universidad Católica de Chile. Lo que hoy en día conocemos como asma en niños, fue inicialmente descrito como la “presencia de tos y/o sibilancias en el contexto donde otros diagnósticos menos probables, han sido excluidos razonablemente” (1). Esta primera definición, aunque inexacta, tiene el gran mérito de no confundir situaciones clínicas con escenarios anatomopatológicos. En la práctica clínica, y en particular en el lactante y niño preescolar, esta definición de carácter operacional permite el diagnóstico apropiado en prácticamente la mayoría de niños con asma bronquial. Sin embargo, en los escolares y adolescentes, es adecuado agregar a esta definición el concepto de “obstrucción al flujo de aire, variable en el tiempo con o sin tratamiento” (2). Pocos médicos se sentirían cómodos y seguros de diagnosticar asma en un niño si nunca evidenciaron cambios en la obstrucción al flujo de aire, expresada como sibilancias o certificada en pruebas de función pulmonar o provocación bronquial con ejercicio o metacolina (3,4). La presencia de sibilancias en la infancia es una condición muy frecuente. Cerca del 25-30% de los niños presentan este síntoma 26 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE antes de su primer cumpleaños y más del 40% de los niños de 6 años lo presentaron alguna vez en la vida (5). Evidentemente, no todos estos niños sufren de “asma”. Es más, la mayoría de estos episodios de sibilancias en edades “tempranas” de la vida están asociados a procesos infecciosos respiratorios generalmente de naturaleza viral (6). Muchas de estas infecciones virales pueden ayudar a iniciar el desarrollo de la atopia en aquellos niños genéticamente predispuestos (7,8). Los principales factores de riesgo asociados al desarrollo de sibilancias “tempranas” en niños con infecciones virales incluyen el diámetro pequeño de la vía aérea, la exposición a tabaco durante el embarazo y la ausencia de lactancia materna los primeros 6 meses de vida (8-10). Un alto porcentaje de niños puede nacer con una susceptibilidad reactiva en la vía aérea que tiende a desaparecer con la edad. Sin embargo, las infecciones virales pueden incrementar esta reactividad, asociándose a la presencia de obstrucción bronquial y al posterior desarrollo de sibilancias y eventualmente asma. La historia familiar de sibilancias en los padres, especialmente en la madre, durante los primeros años de la vida, se relaciona en forma directa con FACULTAD DE MEDICINA la presencia de sibilancias en el lactante, sugiriendo un componente genético. La mayoría de los niños con sibilancias “tempranas” tienen un curso benigno y no presentan sibilancias a la edad de dieciséis años (11). En cambio aquellos que presentaron sibilancias “persistentes” hasta la edad escolar, tienen altos niveles de IgE tanto a los 9 meses como a los seis años y la gran mayoría de ellos, continuará con sibilancias a la edad de dieciséis años (5,11). Este grupo de niños con “sibilancias persistentes” a diferencia de los niños con sibilancias “tempranas” (también denominadas “transitorias”) no tienen evidencia de una disminución en la función pulmonar antes del primer episodio de obstrucción o sibilancias (12,13). Los niños que cursan con sibilancias “tempranas” o “persistentes” ¿podrían ser identificados en edades tempranas? y si fuera así, ¿existiría un tratamiento específico para cada uno de ellos? La respuesta no es fácil e intentaremos desarrollarla. Estudios recientes han demostrado que los niños con historia de atopia durante el primer año de vida tienen una disminución en la producción FENOTIPOS DE ASMA : EN EL LACTANTE Y PREESCOLAR de interferon gama en los linfocitos provenientes de la sangre del cordón (14). Si bien la obstrucción variable al flujo aéreo es una condición altamente específica del asma, es poco sensible en el contexto de la comunidad. En algunas circunstancias clínicas (no infrecuentes en centros de referencia como el nuestro) la obstrucción variable al flujo de aire podría ser secundaria a bronquiectasias, fibrosis quística, disquinesia ciliar, malasias, cuerpo extraño, entre otras, por lo que debemos aceptar que la definición de asma en el niño lactante o preescolar no es un término específico, ni mucho menos absoluto (3). Existen “guías clínicas” internacionales de manejo, que incluyen en la definición de asma el término (correcto) de “enfermedad inflamatoria”(4,15), condición que rara vez se mide en la práctica clínica por lo que creemos, al igual que otros autores (16,17), que el término “asma” debe ser interpretado a la luz de que existen muchas formas o fenotipos de asma en el niño pequeño que no son iguales al asma del adulto, debiendo ser considerado probablemente como un síndrome y no como una enfermedad única. Existen muchos “fenotipos” de asma en la infancia que deben ser reconocidos (18). Un fenotipo no es otra cosa que un conjunto de características clínicas o patológicas que tienden a estar relacionadas y que son útiles para efectos del tratamiento del niño o para la comprensión de los posibles mecanismos que la producen. Muchas veces existe una superposición de fenotipos que son variables en el tiempo. Según algunos investigadores, existen al menos tres componentes en los fenotipos de asma que deben ser reconocidos: el grado y naturaleza de la inflamación, el grado de hiperreactividad bronquial (HRB) y, finalmente, el grado y naturaleza de la obstrucción (3,18). Es posible, que identificar estos tres componentes permita brindar una aproximación terapeútica ordenada y racional en aquellos niños con asma mas grave que no responden al uso de corticoides inhalados (16). Para ello, es necesario asegurar que el diagnóstico de asma sea el correcto y que la terapia y el medio ambiente del niño se encuentren evaluados y controlados. El asma ha sido considerada históricamente como una enfermedad de los adultos y niños mayores, de carácter inflamatorio de la vía aérea inducida por eosinófilos y mediada por linfocitos (4). Aceptar que este es el único mecanismo sería un pensamiento simplista y quizás un error. Existen formas no eosinofílicas de asma, que podrían representar hasta el 50% del asma en los niños pequeños (19,20). Se han descrito fenotipos de asma sin componente inflamatorio (Tabla 1), por lo que debe subrayarse que no es correcto asumir que la presencia de sibilancias en un niño pequeño es sinónimo de inflamación eosinofílica de la vía aérea (19,21). La HRB es uno de los componentes del asma bronquial (4). El modelo “tradicional” del asma sostenía que la inflamación producía HRB y que ésta era la responsable de los síntomas. Si bien existe una buena correlación entre la HRB y la severidad del asma en algunos pacientes, esto no es cierto al momento de evaluar la respuesta a nivel individual. La HRB es una condición inespecífica del asma, muchas veces secundaria a otras causas (infecciones virales, exposición a tabaco o humos, contaminación ambiental), por lo que para efectos clínicos, la HRB e inflamación, deben ser considerados fenómenos independientes y superpuestos (22,23). La limitación al flujo de aire es una consideración importante. Al administrar medicamentos broncodilatadores, debe evaluarse la capacidad de respuesta de “dilatar” la vía aérea: en algunas condiciones (infrecuentes), esta capacidad está reducida o es escasa (24). Existen causas anatómicas, como la reducción del calibre de la vía aérea (prenatal o postnatal) que pueden explicar este fenómeno (Tabla 1). Está demostrado que la exposición a tabaco durante el embrazo, puede reducir significativamente el calibre de la vía aérea. Lo mismo ocurre con la presencia de alergia en la madre (25,26). Ya que hasta el 50% de los niños presentan sibilancias alguna vez antes de la etapa preescolar, no sería lógico creer, que todos tienen una “inflamación eosinofílica” de la vía aérea y más erróneo sería aceptar “Asma” del lactante o pre-escolar Inflamación HRB Limitación al flujo Enfermedad pulmonar crónica de la prematurez ? + + (prenatal) Post-bronquiolitis (VRS, parainfluenza) ? + + (prenatal) Sibilancia asociada a virus - - + (prenatal) Sibilancia asociada a atopía +* + + (pre y postnatal) Bronquiolitis obliterante - - + (postnatal) Sibilancia tardía no asociada a atopía ? ? + (postnatal) * eosinofílica; HRB: hiperreactividad bronquial; VRS: virus respiratorio sincicial . Tabla 1: Caracterización fenotípica del “asma” en el lactante o pre-escolar BOLETIN DE LA ESCUELA DE MEDICINA VOLUMEN 30 Nº2 - AÑO 2005 27 que todos necesitan tratamiento con corticoides inhalados. La gran mayoría de los niños con sibilancias tienen cuadros virales asociados y sólo algunos pocos son niños con asma persistente (27). El virus respiratorio sincicial (VRS) se distribuye a nivel mundial y a la edad de dos años casi todos los niños tienen evidencia serológica de infección (28). La severidad de esta infección varía ampliamente desde el resfrío común hasta a bronquiolitis severa, neumonía y muerte (29). Existe evidencia que demuestra la presencia de síntomas respiratorios persistentes o recurrentes después de una hospitalización por bronquiolitis por VRS, pero ¿acaso el VRS produce el asma? Los niños alérgicos tienen más probabilidad de ser hospitalizados por bronquiolitis VRS (30). A pesar de la controversia en torno a la definición de bronquiolitis, nadie duda del grave impacto de este virus en cada temporada de invierno. Si bien se desconoce exactamente cuál es rol de la inflamación eosinofílica en los pacientes con bronquiolitis por VRS, se sabe que el tratamiento con corticoides sistémicos durante el episodio de la bronquiolitis por VRS no es efectivo (31). La presencia de sibilancias asociadas a resfrío no es un fenotipo inflamatorio de la vía aérea, sino es secundario a la reducción del calibre de la vía aérea, seguramente en relación con el desarrollo de la misma: la función pulmonar de estos niños está influenciada por el medio intrauterino (32,33). Diversos estudios han mostrado como existen niños que presentan una función pulmonar anormal al poco tiempo después de nacer, identificando factores de riesgo como historia materna de alergia y tabaquismo (34). Estos niños tienen evidencia de obstrucción de la vía aérea antes del primer episodio de sibilancias (12,34). Existe evidencia que demuestra que el periodo más crítico del desarrollo intrauterino es la segunda mitad 28 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE del embarazo. Las sibilancias asociada a resfríos parecen no estar relacionadas con la presencia de HRB o inflamación de la vía aérea, por lo que estos niños normalizan su función pulmonar, incluso sin recibir corticoides inhalados (35). La gran mayoría de los niños con asma atópica responden bien a los corticoides inhalados en dosis bajas (menos de 400 mcg de budesonida o su equivalente), sin demostrar efectos colaterales, por lo que discutir cuales son los fenotipos de asma en ellos, no sólo resulta ocioso, sino que no cambia, al menos en la gran mayoría, el tratamiento adecuado. El tema es más interesante en los niños con “asma” que no responden adecuadamente a los corticoides inhalados (17). El diagnóstico de asma no debe hacerse exclusivamente, en base a la respuesta terapéutica. Algunos pacientes sin predisposición genética para el desarrollo de asma (es decir sin predisposición al desarrollo de atopia, inflamación crónica de la vía aérea o incremento en la reactividad de la misma) pueden responder a los broncodilatadores ya que existen cambios transitorios inducidos por virus, que alteran el epitelio y eventualmente la función pulmonar. La presencia de HRB en lactantes no asmáticos puede acompañar a la obstrucción bronquial. Muchas infecciones virales pueden producir obstrucción en la vía aérea (expresada como sibilancias o tos) persistente por varias semanas e incluso meses, secundario al pequeño calibre de la vía aérea, al pobre transporte mucociliar y el por lo tanto pobre “clearence” de secreciones por una tos inefectiva, sin mencionar el grado de HRB que suele existir. Por otro lado, la ausencia de respuesta a drogas broncodilatadoras tampoco descarta el diagnóstico de asma, considerando el grado de severidad de la obstrucción por parte de las secreciones o el edema FACULTAD DE MEDICINA bronquial producto de la misma infección. Un grupo (infrecuente en nuestro medio) de pacientes con sibilancias persistentes o recurrentes no asociados a asma (ej. fibrosis quística) pueden beneficiarse del uso de corticoides inhalados aliviando, al menos parcialmente, sus síntomas. El diagnóstico de asma podría potencialmente ser hecho en un lactante con historia de sibilancias recurrente en quien sus sibilancias pueden ser desencadenadas por diversos agentes como infecciones virales, ejercicios (risa, llanto), exposición a alergenos etc, o en quien se pueda demostrar una respuesta a las drogas antiasmáticas habituales. Evidentemente, el diagnóstico de asma debe de ser hecho en el contexto de consideraciones apropiadas y excluyendo a otras condiciones respiratorias que pueden producir sibilancias en la infancia. (Tabla 2). Se ha sugerido que la medición de oxido nítrico exhalado (eNO), sería un marcador no invasivo de algún tipo de inflamación de la vía aérea en niños (36). Algunos autores han demostrado incluso una reducción de los valores de eNO luego de la administración de esteroides sistémicos (37) o antileucotrienos (38) en lactantes con asma o sibilancias recurrentes. Por su parte Ratjen y colaboradores demostraron niveles muy bajos de eNO en lactantes con sibilancias asociadas a virus, resultados que sugieren una reacción inflamatoria diferente (39). En resumen, hasta que no tengamos pruebas diagnósticas específicas para el diagnóstico de asma, éste sigue siendo clínico, evaluando los criterios antes mencionados. Actualmente, el diagnóstico de asma a esta edad, requiere de la experiencia en niños pequeños, que nos invita a reflexionar sobre el origen de las sibilancias “tempranas” en los niños menores. Si bien es posible que algunos fenotipos de asma coexistan en un mismo FENOTIPOS DE ASMA : EN EL LACTANTE Y PREESCOLAR Frecuentes Poco frecuentes Asthma and wheezing in the first six years of life. N Engl J Med 1995;332:133-8. Raras Infecciones virales Fibrosis quística Masas mediastínicas (tumores, TBC) Asma Displasia broncopulmonar Inmunodeficiencias Cardiopatías congénitas Disquinesia ciliar primaria Cuerpo extraño Bronquiolitis obliterante 6. Stein RT, Sherrill D, Morgan WJ, et al. Respiratory syncytial virus in early life and risk of wheeze and allergy by age 13 years. Lancet 1999;354:541-545. 7. Morgan WJ, Martinez FD. Risk factors for developing wheezing and asthma in childhood. Pediatr Clin N Am 1992;39:1185-1203. Bronquiectasias Síndromes aspirativos Malformaciones vasculares y pulmonares Tabla 2: Condiciones congénitas y adquiridas que se asocian con la presencia de sibilancias recurrentes en niños pequeños. Referencias 3. Silverman M, Wilson NM. Wheezing phenotypes in childhood. Thorax 1997;52:936-7. 4. British Thoracic Society. British guidelines on the management of asthma. Thorax 2003;58 Suppl 1:i1-94. 5. Martinez FD, Wright AL, Taussig LM, Holberg CJ, Halonen M, Morgan WJ. Silabancias Transitorias 9. Lodrup-Carlsen KC, Jaakkola JJ, Nafstad P, Carlsen KH. In utero exposure to cigarette smoking influences lung function at birth. Eur Respir J 1997;10:1774-9. 10. Everard ML. What link between early respiratory viral infections and atopic asthma? Lancet 1999;354:527-528. Silabancias no asociadas a atopia Silabancias asociadas a atopia Prevalencia de Silabancias niño, en la práctica clínica puede ser difícil separarlos. Es importante tratar de identificar a los niños sensibles a corticoides inhalados de aquellos que no los requieren. Para ello, es vital aceptar que el asma no controlada es una condición que deteriora la función pulmonar, que se inicia en la infancia y que el retraso en su reconocimiento perjudicará a nuestros pacientes. Siempre debe considerarse el riesgo de administrar corticoides inhalados por tiempos prolongados a niños que no lo requieran. El marcado incremento en las investigaciones en tono a estas áreas, brindarán respuestas en el mediano plazo; si bien no todo lo que “silba” es asma, parece ser, al menos en los lactantes y preescolares, que la presencia de sibilancias es mucho más que algo, que simplemente se “escuchó”. 8. Martinez FD, Morgan WJ, Wright AL, Holberg CJ, Taussig LM. Diminushed lung function as a predisposing factor for wheezing respiratory illness in infants. N Engl J Med 1998;319:1112-17. 1. Warner JO, Gotz M, Landau L, et al. Management of asthma: a consensus statement Arch Dis Child 1989;64:106579. 2. Siersted HC, Mostgaard G, Hyldebrandt N, Hansen HS, Boldsen J, Oxhoj H. Interrelationships between diagnosed asthma, asthma-like symptoms, and abnormal airway behaviour in adolescence. Thorax 1996;51:503-9. 0 6 3 11 Edad (años) * Tomado con autorización y traducido de Pediatrics 2002;109:362-67. Figura 1: Evolución de las sibilancias en niños durante los primeros 11 años de la vida. Nótese la disminución en la prevalencia de sibilancias transitorias después de la edad de tres años, mientras las sibilancias persistentes especialmente aquellas asociadas a atopia se incrementan con la edad. BOLETIN DE LA ESCUELA DE MEDICINA VOLUMEN 30 Nº2 - AÑO 2005 29 11. Morgan WJ, Stern DA, Sherill DL, Guerra S, Holberg CJ, Guilbert TW, Taussig LM, Wright AL, Martinez FD. Outcome of Asthma and Wheezing in the First Six Years of Life: Follow-up through Adolescence. Am J Respir Crit Care Med 2005 in press. 12. 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