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Impactos del Cambio Climático en
la Bahía de Chesapeake
Para la Bahía de Chesapeake, el cambio climático no es un problema lejano. Ya ha llegado y ha comenzado a remodelar el
estuario más grande los Estados Unidos en maneras fundamentales. La temperatura, salinidad, acidez, ciclos estacionales,
concentraciones de nutrientes y el volumen de agua de la bahía han cambiado – a veces con rapidez – a causa del cambio
climático. Estos cambios ya han causado daños, desplazado o casi totalmente eliminado parte de la vida silvestre más
preciada y a la gente de la Bahía de Chesapeake. Estas son sus historias y las fuerzas que les dieron forma.
Cómo la bahía ya ha cambiado
Desde 1984, el Programa de Monitoreo de la Calidad del
Agua de la Bahía de Chesapeake ha tomado la temperatura
de la bahía de una red de sitios de monitoreo a través de la
bahía de Chesapeake, pero dos muelles a lo largo de las
costas del centro y sur, extienden los registros de las
temperaturas hacia las décadas de los 1930 y 40. Sus
periodos superpuestos confirman que estos muelles
capturaron correctamente la temperatura media de la bahía, y
en conjunto, los científicos han deducido que la temperatura
promedio del agua de la bahía se ha incrementado cerca de
2 grados Fahrenheit desde los años 60. Los científicos
también notaron que la primavera en la bahía (definido como
cuando las temperaturas llegan a 59 grados Fahrenheit)
comenzó tres semanas más temprano en la década de 1990
comparado a la década de 1960, y un estudio a más largo
plazo hizo eco estos resultados. La temperatura del agua
promedio de los arroyos estuvo entre 1.6 y 2.4 grados Celsius
más cálida en el siglo 20 que en los siglos 18 y 19, y el
aumento en la temperatura del aire de la Tierra fue la causa
más probable.
Además de la temperatura, el otro mecanismo climático
primario que controla el destino de la Bahía es la
precipitación. La mitad de los sedimentos depositados en la
Bahía de Chesapeake desde 1900 hasta la mitad de la
década de 1970 fue por causa de dos tormentas: Tormenta
Tropical Agnes (1972) y el ciclón extratropical que creó la gran
inundación de 1936. La precipitación explica el 89 por ciento
de las variaciones del flujo de corriente que proporcionan
agua dulce, los nutrientes, la contaminación y los sedimentos
de la Bahía de Chesapeake; 6000-7000 años atrás, el
promedio de los caudales dentro de la cuenca de la Bahía de
Chesapeake era 72 por ciento menor de lo que ha sido en los
últimos 1.500 años. Los científicos identificaron el clima como
uno de los motores más importantes en el aumento de los
caudales de los ríos a través del país desde 1971 hasta el
2003 comparado a desde 1948-1970.
Cuatro millas al norte, una casa se tambalea
peligrosamente en el borde de la isla Holanda.
Se hundió en el 2010.
Caso de estudio: Isla Smith, MD
La isla costera más poblada de la Bahía de
Chesapeake también puede ser la más
amenazada. Durante los últimos 350 años, los
pescadores de cangrejo han prosperado en la isla
Smith, aunque hoy en día la isla es más famosa
por su pastel, el postre del estado de Maryland. A
pesar de su rico patrimonio, el cambio climático
está borrando poco a poco la isla Smith del mapa,
junto con su gente y sus medios de subsistencia.
Hoy la población de cangrejo azul es alrededor de
un tercio de lo que era en 1993, y el incremento de
los mares ya ha inundado al menos 3.300 acres
donde la isla Smith sólo se eleva cinco pies por
encima del nivel del mar. Como resultado de estos
cambios, sólo en la última década más del 25 por
ciento de la población de la isla Smith ha huido.
Una de las consecuencias más palpables del cambio climático se ha dejado sentir a lo largo de las 8.000 millas de costa de
la Bahía de Chesapeake. Una decena de islas han desaparecido y miles de costas pantanosas han sucumbido a la subida
del nivel del mar en la bahía. La Bahía de Chesapeake aumentó cerca de un pie en el siglo 20, a un ritmo de alrededor de
3.5 milímetros por año a partir de 1950. Casi todas las playas de la Bahía se han erosionado considerablemente y los
propietarios de han visto obligados a reforzar sus propiedades cuando sea posible. Cabe señalar que ha pesar que el
cambio climático elevó los océanos del mundo por 1.8 ± 0.3 milímetros por año en este mismo periodo, la mayor parte de
los cambios del nivel del mar de la Bahía de Chesapeake surgieron de la tierra que se hunde. Sin embargo, la subida del
nivel del mar inducido por el cambio climático empieza a abrumar a este efecto local mientras el siglo 21 avanza.
El cambio climático ha elevado la temperatura en la Bahía de Chesapeake, empujando más sedimentos y contaminación
hacia la bahía, y causando la pérdida de miles de acres de tierra. ¿Qué efecto tuvo esto en la vida silvestre de la bahía y los
residentes de la zona?
Como los cambios en la Bahía afecta la vida silvestre
El cambio climático ya ha comenzado a remodelar la biogeoquímica de la composición de la Bahía de Chesapeake de lo
que la cadena alimenticia se basa. Muchos de estos cambios sólo están empezando a aparecer, pero esto es lo que los
científicos han podido observar hasta ahora desde el fondo de la cadena alimenticia hacia arriba.
Impacto en el plancton y las algas
Temperaturas altas del agua y concentraciones de nutrientes como el
nitrógeno y el fósfero han comenzado a influenciar en el crecimiento
del fitoplancton, la base de la cadena alimenticia de la bahía.
Sistemas de alta latitud como la Bahía de Chesapeake tienen
floraciones primaverales de fitoplancton más temprano, lo cual ha
desbalanceado el saldo de herbívoros que lo comen. Como resultado,
ahora más fitoplancton se hunden hacia el fondo de la Bahía sin ser
consumidos. Su descomposición puede eliminar el oxígeno del agua,
creando condiciones letales, bajas en oxígeno, que se han vuelto más
intensas, extensas y polongadas desde 1950. Temperaturas del agua
más cálidas también estimulan el crecimiento de algas tóxicas que
ahora crecen antes y más ampliamente que anteriormente en la
Bahía de Chesapeake.
Impactos en las Plantas Marinas
Plantas de agua dulce y salada abundan en la mayoría de la Bahía de Chesapeake,
donde proporcionan hábitats vitales y fuentes de alimento para muchos animales.
Sin embargo, la reducción de la transparencia del agua, concentración más alta de
nutrientes, y el aumento de las temperaturas del agua han sido responsables de la
disminución importante de pastos marinos desde 1960. La planta marina “Eelgrass”
ha sido históricamente uno de los más abundantes pastos marinos de la bahía, pero
es muy susceptible a los cambios de temperatura ya que la bahía de Chesapeake
marca el límite sur de su área de distribución natural. Cuando la temperatura del
agua supera los 86 grados Fahrenheit, esta planta marina muere, y eso es
exactamente lo que ocurrió en el verano del 2005. Largos tramos de temperaturas
de agua diariamente alcanzaron entre 90 y 95 grados Fahrenheit en horas pico
provocando una muerte masiva de plantas marinas en la bahía. Nuevas
reducciones de pastos marinos podrían ser especialmente perjudicial dado que es
la única hierba perenne que vive durante el invierno, lo que proporciona alimento y
refugio a numerosas especies acuáticas.
Impactos a las Ostras y los Cangrejos Azules
La Bahía de Chesapeake ha sido famosa por sus ostras y cangrejos
azules por generaciones, pero la sobrepesca, el aumento de las
temperaturas del agua y la contaminación de nutrientes han reducido
colectivamente el tamaño de las poblaciones durante el siglo pasado. Dos
agentes patógenos - Perkinsus marinus (Dermo) y Haplosporidium nelsoni
(MSX) - han obstaculizado los esfuerzos de restauración de ostras ya que
las temperaturas invernales estando más cálidas han permitido a estos
patógenos persistir durante el invierno y agravar las enfermedades de las
ostras. Además, evidencia nueva sugiere que la acidificación de los
océanos ha comenzado a avanzar con mayor rapidez en la bahía que en
el océano abierto, y los niveles de acidez actuales han demostrado inhibir
el crecimiento de la concha de la ostra en sus etapas de desarrollo. A
pesar de que la población de cangrejo azul de la bahía de Chesapeake
acaba de regresar a niveles no vistos desde mediados de la década de
1990, sus hábitats, en particular el “eelgrass,” permanecen susceptibles a
la contaminación por nutrientes y el aumento de la temperatura del agua.
En general, el cambio climático ha comenzado claramente a remodelar la bahía de Chesapeake, y muchos de sus efectos
nocivos probablemente persistirán - o acelerarán - en el futuro.
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