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Transcript
Cambio climático:
retos para la paz y la seguridad internacional
Manuel Manonelles
Director, Fundación Cultura de Paz-Barcelona
El debate sobre la relación entre la degradación medioambiental en su sentido general –contaminación, deforestación, desertificación, etc.– y los conflictos cuenta ya con más de dos décadas de reflexión y propuestas. Incluso antes, y desvinculado del medioambiente, se ha venido tratado como
una área de estudio relacionada con una de las ramas tradicionales de la geopolítica, la de la interrelación entre el acceso a los recursos naturales estratégicos y/o limitados (en especial los energéticos e hídricos) y los conflictos.
65
Fue precisamente la movilización social, política y científica que
hubo alrededor de la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro1,
la que hizo que, se universalizaran ciertos principios y se tomase
conciencia sobre la necesaria protección del medio ambiente y se
desarrollasen conceptos como el de sostenibilidad. Paralelamente se
desarrollaran un conjunto de iniciativas tanto gubernamentales –en
el marco de la UNEP, etc.–, como no gubernamentales –con instituciones como la Cruz Verde Internacional2– y del mundo académicocientífico, para estudiar el alcance real de dicha vinculación y
encontrar las fórmulas para evitar o reducir el posible efecto de elemento multiplicador que sobre los conflictos podía tener el
medioambiente, y viceversa.
Pero ha sido recientemente, ya entrado el siglo XXI, que este ámbito
de estudio y acción ha dado un cambio copernicano, tomando una
fuerza y relevancia mayores incluso a las que tuvo hace 20 años.
Y lo ha hecho vinculado y en paralelo a las crecientes evidencias y
progresivo consenso científico y social sobre el calentamiento global, el cambio climático y sus posibles efectos que, paralelamente e
in crescendo, se ha dado en durante la última década. Y es que las
posibles vinculaciones que los principales efectos del cambio climático pueden tener sobre la paz y la seguridad internacional son de tal
dimensión y potencialidad, que han hecho saltar las alarmas de gran
parte de la comunidad internacional.
Un debate y una preocupación de alcance global
Curiosamente estos efectos sobre la paz y la seguridad internacional, así como su dimensión humanitaria, constituyen una problemática que, a diferencia de muchos otros temas, ha despertado primero
el interés y la preocupación de los organismos oficiales, especialmente los internacionales, y después el de los académicos o de la
sociedad civil. Como seguidamente se muestra, dicha temática ha
sido ya elemento de profunda reflexión, estudio y debate por parte
del sistema de Naciones Unidas, empezando por una discusión pionera que se dio, nada menos, que en una sesión plenaria y temática
del Consejo de Seguridad en 2007. Ésta fue después seguida por el
de otras organizaciones internacionales, en especial la Unión
Europea y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en
Europa (OSCE)3.
1 Pionero en estos ámbitos fue el Global Forum for Environment and Development Survival celebrado en Moscú
en enero de 1990.
2 Green Cross Internacional: www.gci.ch
3 www.osce.org
66
Dentro del sistema de Naciones Unidas:
a) El Consejo de Seguridad
En abril de 2007, por iniciativa de la presidencia británica, el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, el principal órgano de la institución y el único con capacidad de tomar decisiones de obligado cumplimiento a nivel internacional, dedicó una sesión plenaria abierta al
debate de las posibles implicaciones del cambio climático sobre la
seguridad y paz internacional.
La 5663ª sesión del Consejo, del 17 de abril de 2007, que contó con
un Documento Conceptual (Naciones Unidas, 2007) elaborado también por el país promotor, fue una sesión polémica. En la misma participaron más de cincuenta personas entre expertos y representantes
de los estados miembro. La reunión fue presidida por Margaret
Beckett, Ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido (y que anteriormente lo había sido de Medio Ambiente), y contó también con la
participación del Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon.
Durante el debate se hizo especial eco del informe National Security
and the Threat of Climate Change (CNA, 2007) que unos días antes
había presentado el think-tank americano CNA Corporation, y que
había sido elaborado con la participación de 11 almirantes y generales
americanos retirados. Este informe tuvo un importante impacto en la
prensa americana e internacional y, si bien estaba fuertemente focalizado en lo militar, no descuidaba los aspectos y recomendaciones de
carácter global. Hizo especial mella en el mundo anglosajón, también
en sus círculos más conservadores dados a cierto escepticismo en lo
referente al cambio climático debido a la biografía de los autores.
Pero el elemento de choque del debate en el Consejo de Seguridad
no fue tanto por el análisis y el acuerdo o desacuerdo sobre el enfoque general o las posibles propuestas específicas, sino que por un
tema institucional pero con claras implicaciones políticas. El G-77 y
los Países No-Alineados fueron extremadamente críticos con el
hecho que este debate se llevase a cabo en el seno del Consejo de
Seguridad –de membresía limitada y condicionado al derecho de
veto— y no en la Asamblea General que sería el espacio “natural”
para dicho debate. Por su lado, la presidencia británica defendió el
rol que el Consejo de Seguridad podía tener como catalizador de este
tema, recordando el precedente del debate que el Consejo se había
llevado a cabo sobre el SIDA el año 2000; esta posición que contó
con el apoyo tácito de los 11 países que forman del Foro de las Islas
del Pacífico4, así como la del Secretario General. Finalmente el
Consejo no adoptó ninguna declaración o resolución, dada la divi4 Pacific Islands Forum: www.forumsec.org.fj
67
sión de posiciones; pero sí que consiguió uno de sus principales
objetivos, el de abrir el debate en la comunidad y prensa internacional sobre la problemática, y lo hizo por todo lo alto.
b) La Asamblea General
En el caso de la Asamblea General no fue hasta el 2009, y en el contexto internacional previo a la cumbre de Copenhagen que decidió tomar
riendas al asunto. Así fue que, por iniciativa del grupo regional de los
Países Insulares Pequeños y en Desarrollo del Pacífico5, en sesión plenaria del 3 de junio se debatió y se aprobó una resolución6 sobre Cambio
climático y sus posibles implicaciones de seguridad en la que se pidió la
preparación por parte de la Secretaría General de las Naciones Unidas
de un informe sobre el tema a ser presentado en el siguiente periodo
de sesiones. En este caso hubo un mayor consenso que en el debate de
2007 en el Consejo de Seguridad, aunque se reprodujo en menor escala, el desacuerdo sobre el potencial rol que el Consejo debería jugar al
respecto, sobre todo a partir de la referencia al artículo VI de la Carta de
las Naciones Unidas que hizo en su momento el representante de Palau,
uno de los países potencialmente más afectados por el incremento del
nivel del mar, causado por el cambio climático.
Así, unos días antes de la apertura de la 64º periodo de sesiones de
la Asamblea General y, en la simbólica fecha del 11 de septiembre de
2009, se hizo público el informe del Secretario General sobre Cambio
climático y sus posibles implicaciones de seguridad (Naciones
Unidas, 2009), un excelente documento que fue coordinado desde
el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría
de Naciones Unidas. Este informe fue objeto de debate en la sesión
plenaria de la Asamblea del 16 de noviembre que, finalmente, no
tomó resolución específica al respeto con la vista puesta en la cercana celebración de la Cumbre de Copenhague.
c) Otros órganos del sistema de Naciones Unidas
Varios son los otros ámbitos especializados del sistema de Naciones
Unidas que también están trabajando en este contexto desde hace
algunos años, si bien es verdad que hasta el momento no lo han
hecho desde la perspectiva que vincule de forma directa el cambio
climático y la seguridad internacional. Más bien, tal y como se ha
comentado en la introducción, lo han venido haciendo desde una
visión más genérica, y planteada desde finales de los años ochenta
y principios de los noventa, de la vinculación de la degradación
ambiental en general –contaminación, deforestación, desertificación,
5 Pacific Small Island Developing States
6 A/RES/63/281
68
etc.- y conflicto, en especial vista como efecto multiplicador de los
riesgos de conflicto y viceversa. No obstante, y dada la íntima relación entre los dos temas, es importante resaltar algunos de ellos.
Una de las instituciones trabajando en esta dirección ha sido la
Comisión de Construcción de la Paz de Naciones Unidas7, que dedicó una de las sesiones de su Grupo de Trabajo sobre Lecciones
Aprendidas, específicamente la del 8 de mayo de 2008 y bajo el título From Conflict to Peacebuilding: The Role of Natural Resources and
Environment, sesión que llevó a cabo en colaboración con el
Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA).
El PNUMA8 por su parte tiene desde hace unos años, en su sede
regional de Ginebra, una línea de trabajo conocida como el UNEP
Conflicts and Disasters Programme9, que está gestionado por la
UNEP Post-Conflict Management Unit que trabaja en los siguientes
ámbitos de acción: Asesoramiento y Recuperación Ambiental en
situaciones de Post-Crisis, Reducción de Riesgo en situaciones de
Desastre Ambiental, Cooperación Ambiental y Construcción de Paz;
siendo uno de los principales actores de la Iniciativa de
Medioambiente y Seguridad, más conocida por su nombre en inglés:
The Environment and Security Initiative (ENVSEC)10. El PNUMA es
también responsable de un excelente estudio de referencia como es
el informe From conflict to peacebuilding: The role of natural resources and the environment de febrero de 2009 (PNUMA, 2009).
En el caso del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD)11, su trabajo no está concentrado en una unidad o sección
específica, sino que está relacionado en dos de sus principales ejes de
trabajo como son, por un lado, el de Medio Ambiente y Energía y, por
el otro, el de Prevención y Recuperación de Crisis. También se vincula
a uno de sus ejes transversales de trabajo toda la institución, para todo
el PNUD, como es el de cambio climático, o por vía de las oficinas
regionales de las zonas donde los efectos pueden ser más graves a
corto plazo, como es el caso de la oficina regional que el PNUD tiene
en el Pacífico12. También es uno de los socios fundadores de ENVSEC.
Merece la pena dar algunos detalles más de ENVSEC ya que, aunque
trabaja en un marco ligeramente diverso al de este artículo, por su
original estructura podría ser un buen ejemplo institucional para
posibles medidas futuras sobre cambio climático y paz. ENVSEC es
un caso no muy frecuente en tanto que es una iniciativa en la que
participan varias organizaciones internacionales, globales y regiona7 http://www.un.org/spanish/peace/peacebuilding/
8 En sus siglas en inglés UNEP: www.unep.org
9 http://www.unep.org/conflictsanddisasters/
10 http://www.envsec.org
11 En sus siglas en inglés UNDP: www.undp.org
12 Ver: www.undppc.org.fj , o más específicamente: Climate change threatens human security in the Pacific
Islands en http://content.undp.org/go/newsroom/2009/august/climate-change-threatens-human-security-inthe-pacific-islands.en
69
les. Fue establecida en 2003 por el PNUMA, el PNUD y la OSCE. En
2004 se asoció también la OTAN por vía de su División de Diplomacia
Pública, y finalmente el 2006 se reforzó con la entrada de la Comisión
Económica de Naciones Unidas para Europa13 y el Centro Ambiental
Regional para la Europa Central y Oriental14. Actualmente está llevando a cabo varios proyectos sobre todo en Europa Oriental y Asia
Central, siendo unos de los programas estrella los proyectos de recuperación ambiental del mar de Aral. Su experiencia, tanto de la perspectiva de la colaboración interinstitucional como de acción directa en
el ámbito de prevención de conflictos de matriz medioambiental,
podrían ser de gran interés en esta nueva derivada que plantea el
cambio climático y sus efectos.
d) El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC)
Es la entidad clave dentro del sistema de Naciones Unidas en lo que
se refiere al análisis y asesoramiento científico sobre el cambio climático15. Si bien es verdad que no ha trabajado directamente sobre
las implicaciones de ésta sobre la paz y la seguridad, el trabajo del
Cuarto Informe de Síntesis del Panel, y en especial el del 2º Grupo de
Trabajo sobre “Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad” continúa siendo, a pesar de las críticas recientes al mismo, un elemento clave y de
referencia.
La Unión Europea y otros organismos internacionales
a) La Unión Europea
La Unión Europea es otra de las organizaciones que se ha interesado
de manera intensa sobre el tema. El 14 de marzo de 2008 se presentaron un informe conjunto (Unión Europea, 2008a) el Alto
Representante para la Política Exterior y la Comisión Europea al
Consejo Europeo. Este informe generó tal interés en el Consejo, que
se pidió que se profundizara en el tema y que éste le dieran más elementos y recomendaciones específicas determinando asegurar el
adecuado seguimiento. Así pues, el 18 de diciembre del mismo año
el Alto Representante presentó un informe suplementario (Unión
Europea, 2008b) con recomendaciones más específicas. En el mismo
también se informaba de la decisión de introducir la problemática
dentro de los informes que periódicamente el Alto Representante
prepara sobre la implementación de la Estrategia Europea de
Seguridad. Este informe, el de diciembre de 2008, tiene un interés
especial ya que, aunque de manera breve, hace unos primeros estu13 En sus siglas en ingles UNECE: www.unece.org
14 www.rec.org
15 En sus siglas en ingles: IPCC www.ipcc.ch
70
dios sobre algunas regiones (África Subsahariana, Oriente Medio y
Norte de África, y Asia Central) no sólo resaltando las principales
implicaciones para cada región sino que también hace recomendaciones específicas de las acciones que la UE tendría que llevar a cabo
respecto a cada una de ella.
Todo ello, más un conjunto de actividades de trabajo llevadas a cabo
de manera conjunta por la Fundación Madariaga/College d’Europe
con otras organizaciones16, fue la base para las decisiones que sobre
este tema tomó el Consejo de la Unión (Unión Europea, 2009) el 8 de
diciembre de 2009, unos días antes de la Cumbre de Copenhague.
Dichas conclusiones, aparte de resaltar el importante papel de liderazgo que las Naciones Unidas han jugado al respeto, apoyan las
recomendaciones hechas por el Alto Representante y establecen los
principales campos en los que la Unión tiene que reforzar sus capacidades ante esta problemática, entre ellos, fortaleciendo la capacidad institucional de la Unión en este ámbito en el marco del Tratado
de Lisboa; incluyendo los aspectos de cambio climático y seguridad
en el marco de las actividades de ayuda al desarrollo de la Unión
Europea; así como estableciendo los nuevos mecanismos necesarios
de aviso precoz y adquiriendo los conocimientos en este ámbito desde una perspectiva de gestión de crisis.
b) Otras organizaciones: OSCE y OIM17
Otras organizaciones regionales, como la OSCE también han debatido la problemática de manera muy temprana. Su trabajo actual en
esta temática se dirige desde su Oficina del Coordinador de las
Actividades Económicas y Ambientales18, que coordina una de las
tres dimensiones de la organización, la dimensión Económica y
Ambiental; y su marco conceptual de trabajo viene definido por la
que se conoce como la Estrategia de Maastrich de 2003 (OSCE,
2003), seguida por la Declaración de Madrid sobre Medioambiente y
Seguridad de 2007 (OSCE, 2007) o la conferencia19 que, sobre esta
temática, se llevó a cabo en Bucarest en octubre (OSCE, 2009). Esta
última se centró en las formas en que la OSCE puede contribuir a la
reducción de las amenazas a la seguridad que pueden surgir del
cambio climático tanto dentro de su área de acción, como a nivel global en consultas y en colaboración con las Naciones Unidas y otras
organizaciones internacionales como la Unión Europea20.
En las palabras dirigidas a la conferencia de Bucarest por el Secretario
General de la OSCE, Marc Perrin de Brichambaut:
16 Junto la European Peace Liason Office (EPLO) y la Folke Bernardotte Akademy, ver:
http://www.madariaga.org/reports/reports-2009/97-reports-02
17 Organización Internacional de las Migraciones, más conocida por sus siglas en inglés IOM: www.iom.int
18 Ver: http://www.osce.org/eea/
19 Disponible en: http: //www.osce.org/conferences/eea_2009_climat.html
20 De hecho, la OSCE ya ha colaborado con las Naciones Unidas y la UE siendo una de las principales contribuidoras a los informes más relevantes que las dos organizaciones han hecho al respecto.
71
“Los retos que plantea el cambio climático lo son también para el
actual sistema de gobernabilidad internacional de la seguridad.
Este es un fenómeno global que tendrá consecuencias para el
futuro de la arquitectura de la seguridad de nuestro planeta. Es
vital que todas las instituciones internacionales den lo mejor de
si mismas y cooperen estrechamente para afrontar este reto crucial.”
Dichas actividades complementan, como se ha mencionado anteriormente, a la participación de la OSCE en la iniciativa ENVSEC desde su
lanzamiento en 2003; así como de actividades específicas de sus oficinas regionales y nacionales (OSCE, 2009).
Por otro lado, otra de las organizaciones intergubernamentales que
también es de especial interés en este ámbito es la Organización
Internacional para las Migraciones, OIM21, sobretodo por lo que se
refiere a uno de los principales efectos humanitarios: los nuevos procesos de migración forzada causados por los efectos del cambio climático.
En lo que se refiere al análisis destaca el documento de 2008
Migración y Cambio Climático (OIM, 2008) y el de 2009 Migración,
Medioambiente y Cambio Climático: Valorando las Evidencias (OIM,
2009). En lo que se refiere al planteamiento de políticas, sus documentos de referencia son la Nota para las Deliberaciones: La
Migración y el Medio Ambiente (OIM, 2007), de noviembre de 2007,
y la más reciente Nota de Políticas sobre Migración, Cambio
Climático y Medioambiente (OIM, 2009 bis) de mayo de 2009.
Desde el punto de vista operacional, la OIM afronta esta temática
como uno de sus ejes de trabajo transversales bajo el título de
Migraciones, Cambio Climático y Degradación Medioambiental22, llevando a cabo actividades específicas sobre todo en el ámbito de la
adaptación en decenas de sus diferentes oficinas nacionales y regionales.
Los think-tanks, el mundo académico y la sociedad civil
Muchas son las actividades, informes, seminarios, etc., que se le
están dedicando a esta temática, sobre todo, en los dos últimos
años. Sólo a título informativo –y sin querer ser exhaustivo– destaca, por un lado, el trabajo llevado a cabo por Instituto Internacional
21 La OIM es un organismo peculiar, ya que si bien es una entidad de carácter global, está formada por 127 miembros y está presente en más de 100 países, formalmente no está integrada dentro del sistema de Naciones
Unidas.
22 En inglés: Migration, Climate Change and Environmental Degradation, ver: www.iom.int/envmig
72
de Desarrollo Sostenible (ISSD)23. Otras instituciones como el PRIO24
o el Instituto Finlandés de Estudios Internacionales le han dedicado
grupos o líneas de investigación específicas, como también lo hace
la Universidad de la Paz de las Naciones Unidas o el Instituto
Internacional de Estudios Estratégicos25, con sede en Londres. El
Instituto Internacional para la Paz26, con sede en Nueva York, ha
venido estudiando sobre todo la dimensión o los impactos en las
migraciones; mientras que la Folke Bernardotte Academy –junto con
EPLO y la Fundación Madariaga/College d’Europe– también le han
dedicado sendos seminarios e informes (Fundación Madariaga,
2008).
Tiene especial relevancia el trabajo llevado a cabo por el (Foro
Humanitario Global, 2008 y 2009) con sede en Ginebra, tanto en la
parte de análisis como en el de difusión de los graves efectos humanitarios del cambio climático. Otro ejemplo de actividades de este
género fue el seminario internacional que organizó la Fundación
Cultura de Paz en Barcelona en noviembre de 2009 en el contexto de
la última ronda negociadora oficial previa a la Cumbre de
Copenhague; o el debate de alto nivel que también sobre este tema
se llevó a cabo en Copenhague durante la misma cumbre.
Los principales retos sobre el cambio climático,
la paz y la seguridad internacional
De la lectura y el análisis comparado de la mayoría de la documentación mencionada hasta ahora, se puede extraer un cierto consenso o marco general de acuerdo sobre cuales se creen que serán –y
están empezando a ser– los principales retos que planteará el cambio climático sobre la paz y la seguridad internacional y su dimensión humanitaria en los próximos años y décadas.
En este sentido sigue, a modo esquemático por razones de espacio,
la descripción de estos, primero en carácter general, seguido por un
primer análisis esquemático de los retos más específicos que podrían afectar a cuatro regiones concretas del planeta. La elección de
estas cuatro regiones no responde a ninguna voluntad de priorización de una sobre las otras, simplemente responde al hecho de que
se tratan de cuatro casos que ya han sido estudiados con cierta profundidad.
23 En sus siglas en inglés por International Institute for Sustainable Development, ver : www.issd.org
24 Por Peace Research Institute of Oslo, ver: www.prio.no
25 http://www.iiss.org/programmes/transatlantic-dialogue-on-climate-change-and-security/
26 International Peace Institute, antiguo International Peace Academy: www.ipacademy.org
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Retos de carácter general27:
a) Pérdida y alteraciones de territorio, disputas sobre fronteras:
• El deshielo de los polos y el incremento nivel del mar que conlleva,
comportaría desaparición y alteración del territorio, especialmente
en zonas costeras; cambio de fronteras terrestres y marítimas, etc.
• El progresivo deshielo de las zonas alpinas implicará, desaparición
y alteración del territorio alpino, cambio de fronteras en zonas alpinas y correspondiente potencial de desestabilización en situaciones fronterizas especialmente sensibles o en conflicto.
• Desaparición parcial y/o mayoritaria de algunos de los Países
Insulares Pequeños, especialmente del Pacífico. Evacuación y reubicación forzosa de grupos poblacionales amplios que pueden
conllevar posibles disturbios y conflictos, con la consecuente desestabilización regional. Problemas de legislación internacional ante
la viabilidad de futuros estados sin territorio.
• Tensión y reivindicaciones territoriales en especial sobre el Ártico,
aunque también sobre el Antártico.
b) Migraciones inducidas por razones ambientales:
• Territorios, en algunos casos densamente poblados, sobre todo
costeros, desaparecerán o se convertirán en inhabitables a causa
de la subida del nivel del mar y de las consecuencias derivadas:
salinización y problemas de acceso al agua potable, reducción de
la capacidad de producción alimentaria. Todo esto puede provocar
un progresivo número de entre 50 y 250 millones de nuevos desplazados por causa del cambio climático (2020-50), creando tensiones y empeorando las situaciones ya de por sí frágiles.
• Nueva realidad del “refugiado o desplazado interno por razones
ambientales” sin ninguna provisión específica en el marco legal
internacional.
c) Tensiones sobre los recursos energéticos y nuevas rutas comerciales:
• Incremento de la demanda energética y de la competencia por los
recursos limitados, con sus implicaciones geoestratégicas.
27 Esta descripción esquemática y su estructura resulta básicamente de la síntesis resultado del estudio comparado del Documento Conceptual preparado para la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
(Naciones Unidas, 2007), del Informe del Secretario General a la Asamblea General de 11 de septiembre de 2009,
y de los documentos del Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea del 14 de marzo
(Naciones Unidas, 2009) y del 18 de diciembre de 2008; todos ellos ya citados (Unión Europea 2008a y 2008b).
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• Apertura de los pasos del Nordeste y del Noroeste. Nuevas rutas
comerciales marítimas, cambio en las dinámicas de las rutas
comerciales intercontinentales, implicaciones geoestratégicas.
Reducción del valor estratégico y económico de los canales de
Suez y Panamá, entre otros.
d) Conflictos sobre otros recursos escasos:
• Agua dulce. Reducción, en algunos casos, de entre el 20 y 30% respecto a la situación actual. Implicaciones para la agricultura, el
acceso al agua potable, la generación de energía, disputa sobre
recursos hídricos internacionales compartidos, etc. Incremento de
los problemas de salud pública vinculados con el agua potable,
particularmente en el África Subsahariana, subcontinente Indio y
Oriente Medio.
• Alimentos: Cambios en los territorios cultivables, en general tendiente a la reducción de la cantidad y la calidad. Especial impacto
a los campos de grano de todo tipo, conllevando escasez e incremento de precios. Graves problemas de seguridad alimentaría y
empeoramiento de la actual situación de crisis alimentaria.
• Afectación grave y alteración a los recursos pesqueros.
e) Daños económicos y riesgos en zonas y ciudades costeras e
infraestructuras críticas:
• En las zonas costeras habita 1/5 parte de la humanidad, y es dónde se encuentra gran parte de las mega-ciudades, algunas de ellas
con elementos de gran valor añadido. Sólo a modo de ejemplo, en
el subcontinente Indio las mega-ciudades que en principio estarían mas afectadas serían las de Chennai (6,9 millones), Dhaka
(12,4), Karachi (11,6), Calcuta (14,3) y Mumbai (18,2).
• Gran parte de infraestructuras críticas (puertos, aeropuertos, centrales nucleares, depuradoras, refinerías, etc.) se encuentran en la
costa, por lo que se podrían ver afectadas por el incremento del
nivel del mar.
• Varios estudios afirman que no afrontar el cambio climático podría
conllevar, a medio plazo, a un coste equivalente al 15-20% del PIB
mundial. Afrontarlo de manera integral y progresiva, pero tomando medidas inmediatas tendría un coste mucho menor, de alrededor del 2% del PIB.
75
f) Incremento de las catástrofes naturales y consecuentes crisis
humanitarias:
• Cambios de comportamientos climáticos extremos (tornados,
ciclones, “el niño”, huracanes, inundaciones, etc.) que según las
estadísticas oficiales derivan en crisis humanitarias que están
aumentando en los últimos años.
• Crisis del actual sistema internacional de seguros respecto a estos
ámbitos.
g) Situaciones de fragilidad y radicalización, “estrés societal” y presión sobre la gobernabilidad internacional:
• Algunos países, y no solamente los Países Insulares Pequeños, consideran el cambio climático como la amenaza actual más seria para
su desarrollo. En el caso de estados frágiles, el incremento de
todas estas tensiones puede derivar hacia situaciones de conflicto
violento intra-estatal o inter-estatal.
Una mayor
desertización del
Sahel podría llevar
a una mayor
inestabilidad
regional y a un
aumento de la
migración, en un
margen de tiempo
reducido
• En otros casos, dichas situaciones se ven o se presentan como uno
agravio más en las relaciones Norte - Sur: En palabras de Yoweri
Museveni, Presidente de Uganda: “El cambio climático es un acto
más de agresión de los ricos contra el pobres”.
Retos de carácter regional28:
Sigue otra breve y esquemática descripción, no completa, de cuatro
casos de estudios de afectación regional. Como ya se ha mencionado,
las zonas aquí especificadas lo son a título informativo –y no excluyente– de cómo las causas de carácter general pueden tener sus derivadas
específicas en cada región, como también tendrán sus especificidades
a nivel nacional e incluso local. Por otro lado aún es pronto para enunciar el resto de las regiones, ya que no se ha hecho –pero sí que está en
marcha29– la investigación substantiva necesaria para tener una exposición esquemática y argumentada como la de los casos que siguen.
a) África Subsahariana:
• Una mayor desertización del Sahel podría llevar a una mayor inestabilidad regional y a un aumento de la migración, en un margen
de tiempo reducido, es decir durante los próximos años y décadas.
28 En este caso resultan de la síntesis comparada del Informe del Secretario General a la Asamblea General de 11
de septiembre de 2009 (Naciones Unidas, 2009), pero en especial del documento del Alto Representante para
la Política Exterior de la Unión Europea del 18 de diciembre de 2008 (Unión Europea 2008a).
29 Las Recomendaciones del Alto Representante de la UE del 18 de diciembre de 2008 (Unión Europea 2008a) indican que las regiones a las que se someterá estudio de cara al siguiente informe serían Afganistán y países vecinos, Asia del Sur y del Este, el Pacífico, el Caribe y América Latina.
76
• La subida del nivel del mar en el delta del Níger, en Nigeria, unido
a la desertización del norte del país, incrementaría mucho las tensiones internas de la zona con posibilidades de desestabilización
regional, incluyendo Nigeria (importante país productor de petróleo y gas) así como los países vecinos de Sierra Leona y GuineaBissau.
• En África Occidental la zona costera entre Accra (Ghana) y el Delta
del Níger (Nigeria) también sería especialmente afectada por el
incremento del nivel del mar, con implicaciones especiales debido
a población, además en crecimiento.
• La subida del nivel del mar, la disminución de las precipitaciones y
un aumento de las tormentas en África Oriental podrían aumentar
las presiones sobre Kenia, Tanzania, Mozambique y Madagascar.
La reducción de la producción de alimentos en Etiopía y Somalia
podría aumentar las tensiones en el Cuerno de África.
b) Oriente Próximo y Medio, Norte de África:
• Tensiones relacionadas con la administración de los recursos hídricos cada vez más escasos en el valle del Jordán y en la cuenca del
Tigris y el Éufrates. El aumento de la temperatura exacerbará la
situación.
• La disminución de las precipitaciones podría provocar una disminución del caudal que afluye al Nilo, con posibles efectos en Sudán
–lo que conllevaría el deterioro de la situación en Darfur– y Egipto.
• Egipto podría tener que hacer frente a la inundación parcial del
densamente poblado e industrializado Delta del Nilo, con posibles
efectos desestabilizadores.
• Migración forzada en el Magreb. Las previsiones para los próximos
25 años son el incremento de la población de esta región, paralelamente a la reducción, por causas ambientales, de la tierra cultivable, lo que reforzaría las actuales tendencias (tanto de
desplazamiento interno como de migración hacia la orilla norte del
Mediterráneo).
c) Asia Central:
• En la cuenca fluvial del Amudaria y el Sirdaria, donde la gestión del
agua ya es motivo de tensiones entre los países que se encuentran
en los cursos altos (Kirguistán, Tayikistán) y sus vecinos de los cursos medios y bajos (sobre todo Uzbekistán, pero también
77
Kazajstán y Turkmenistán); el cambio climático empeorará la situación y podría aumentarlos conflictos en la zona.
• Los glaciares de los kirguises. El progresivo deshielo conllevaría
una disminución del caudal de los ríos, con consecuencias graves
para la generación de energía hidroeléctrica de Kirguistán y
Tayikistán y para la producción de algodón en Uzbekistán.
• Situación crítica del mar de Aral.
d) Oceanía:
Una de las
principales
implicaciones del
cambio climático,
con graves efectos
sobre la paz, es
sin duda, el
deshielo de los
polos y el
consiguiente
incremento del
nivel del mar
• En Oceanía más del 50% de la población vive a menos de 1,5 km.
de la costa, así como prácticamente el 100% de sus infraestructuras críticas se encuentran prácticamente al nivel del mar o muy cercano a él. El 80% del territorio de las Maldivas está a menos de un
metro por encima del nivel del mar. Se producirá una desaparición
parcial o total de muchas islas y de gran parte del territorio de
muchos estados del Pacífico.
• Problemas de evacuaciones29 y reubicaciones forzosas de gran parte de la población de la zona, con las consecuencias tensiones y
posibles brotes de violencia, y la posible desestabilización general
de la zona30 e importantes olas de emigración.
• Desaparición o afectación de los principales recursos económicos
de la zona, empezando por su atractivo e infraestructuras turísticas, siguiendo por las pocas zonas cultivables (por el incremento
de la salinidad), etc. Problemas de viabilidad económica –y no sólo
política– de algunos de los estados pequeños insulares, con la consecuente desestabilización local y regional.
Un caso específico, la “geopolítica del deshielo”
Una de las principales implicaciones del cambio climático, con graves efectos sobre la paz, es sin duda, el deshielo de los polos y el
consiguiente incremento del nivel del mar. Además, informes científicos sucesivos van corroborando que dicho deshielo, tanto del Ártico como del Antártico, se está produciendo a un ritmo
sensiblemente superior al inicialmente previsto.
30 Las Islas Cateret (Papua Nueva Guinea) son conocidas como las primeras que han tenido que evacuar su población (2.600 personas) ante la desaparición parcial de su territorio y el extremo riesgo que planteaba dicha situación.
31 El Libro Blanco de la Seguridad de Australia de 2009 ya incluye el cambio climático como uno de sus nuevos
retos, en especial en lo que se refiere a la estabilidad de los países vecinos fruto del incremento del nivel de
mar previsto.
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Pero también se produce otro deshielo, igualmente impactante en
términos geopolíticos, que es el de los glaciares y de las nieves hasta ahora perpetuos en las zonas de alta montaña. Todo esto, por sus
múltiples implicaciones y derivaciones, hace que incluso podamos
hablar de una “geopolítica del deshielo”.
Impacto y cambios sobre zonas fronterizas alpinas
En primer lugar, el deshielo que también se produce en los glaciares
y zonas de alta montaña, que hasta hoy eran consideradas zonas de
nieves perpetuas, tendrá impactos relevantes en algunas zonas fronterizas de tipo alpino. Un caso paradigmático es el de la parte alpina
entre Suiza e Italia dónde en marzo de 2009, y durante las rutinarias
tareas de revisión topográfica de la misma, se detectó la desaparición física de varios de sus tramos que –por un tratado bilateral vigente desde 1861– estaban fijados encima de placas de hielo o
de nieve perenne. En este caso, la lógica de lustros de relaciones bilaterales pacíficas se ha impuesto, y el tema va por la vía de la solución técnica mediante una comisión mixta entre los dos países,
aunque dicha nueva delineación ha precisado de cambios legislativos e incluso una enmienda a la Constitución por la parte italiana.
Pero es importante recalcar que las implicaciones que casos como
estos pueden tener en otros contextos geográficos y políticos son
realmente preocupantes. Aunque por el momento el caso italo-suizo
sea menor y afecte sólo a pequeños tramos, nos marca una tendencia que, por sus implicaciones, merece ser estudiada. El potencial
desestabilizador que podría tener una situación parecida en la frontera entre India y Pakistán, sobretodo en la zona de Cachemira o concretamente en el glaciar de Siachen, considerado el campo de batalla
de más altura del planeta (aprox. 6.400 m. de altura) donde desde el
1984 han muerto ya más de 3.000 soldados de ambos países en
operaciones militares, es enorme. A lo que le tenemos que sumar el
hecho de que se trata de dos países con el arma nuclear y que, después de unos años de relativa calma, vuelven a estar en una situación de tensión, en especial después de los atentados terroristas de
noviembre de 2008 en Mumbai.
Y no es esta la única frontera afectada. Algunas de las otras fronteras más tensas del planeta se encuentran en la cordillera y las estribaciones del Himalaya, en zonas alpinas. El caso más notorio es el
de la problemática zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán, en
especial las zonas FATA32 que, con el deshielo será progresivamente
cada vez aún más porosa, contribuyendo así a un mayor potencial
32 FATA por Federal Administrated Tribal Areas, el nombre oficial de una de las regiones –a pesar de su nombre–
más inestable del Pakistán con gran presencia de insurgencia de orígen talibán.
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de desestabilización de los de por si dos de los países más inestables del mundo. Lo mismo podría ocurrir, aunque en grado menor,
en las históricamente problemáticas zonas fronterizas entre India y
China, al igual que toda la zona el Tíbet y de Nepal.
En Asia Central, nos encontramos también con ciertos problemas
fronterizos, en parte también en zonas alpinas, como es el caso de
la frontera entre Tajikistan y la China, así como la frontera entre ésta
y Kirguistán. Estas disputas, si bien se están afrontando en el contexto de la Organización de Cooperación de Shangai creada en 2001,
han renacido desde 2007 con motivo del incremento de la tensión
con la minoría Uigur en Xinjiang, la región nororiental de la China
precisamente fronteriza con estos dos países, lo que se podría ver
agravado en caso de eventuales cambios territoriales causados por
el deshielo.
Apertura de los pasos del Noreste y del Noroeste
La apertura de
nuevas rutas
marítimas por
zonas hasta ahora
impracticables por
el hielo cambiará
radicalmente las
dinámicas
comerciales a
escala global
Otro efecto de gran calado es la progresiva apertura, también por el
deshielo, de los conocidos como pasos del Noroeste y del Noreste;
es decir la apertura de nuevas rutas marítimas por zonas hasta ahora impracticables por el hielo que cambiarán radicalmente las dinámicas comerciales a escala global, especialmente del comercio
intercontinental.
El paso del Noreste es la conexión marítima entre Japón, Corea y la
costa oriental de la China con los principales puertos de Europa navegando por el estrecho de Bering y por todo el norte de la Federación
Rusa hasta llegar, pasando por la costa noruega, al mar del Norte.
Esta mítica ruta marítima, que ha sido estudiada desde el siglo XVIII,
ha sido hasta ahora impracticable por el hielo, y no ha sido utilizada
por primera vez de manera comercial -aunque parcialmente experimental- hasta el agosto-septiembre de 2009.
Esta ruta implica la reducción de un mínimo de 4.000 km. frente a la
tradicional por el Canal de Suez. En el caso específico de la ruta entre
el puerto de Ulsan (Corea del Sur) y Rótterdam (Holanda), que es el
primero que se ha experimentado, la reducción de la distancia que
significa el uso del paso del Noroeste respeto de la tradicional por el
Canal de Suez es de un 27%, pasando de los habituales 20.400 km.
a los 14.800 km., es decir 5.600 km. menos.
El otro caso es el del paso del Noroeste, navegando por el Norte de
Canadá, ocurrirá algo similar entre los puertos de la “fábrica del mundo” en el mar de la China y los puertos de la costa Este americana,
con implicaciones similares a las anteriores, pero en este caso en
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detrimento de la tradicional ruta por el Canal de Panamá. En el caso
de este paso, el primer viaje comercial conocido, aunque parcial, se
llevó a cabo en septiembre de 2008, conectando el puerto de
Montreal –en la costa atlántica de Canadá– con puertos de las zonas
árticas de Canadá (Cambridge Bay, Kugluktuk, Gjoa Haven y Taloyoak,
en el estado de Nunavut); puertos que hasta el momento sólo estaban conectados maritímamente con la costa pacífica del Canadá.
La apertura de estas rutas cambiará totalmente las dinámicas del
comercio intercontinental –que en su mayor parte es por vía marítima—, base del sistema económico actual y puede convertir en irrelevantes zonas que hasta ahora eran consideradas clave desde el
punto de vista geoestratégico como los canales de Suez y de
Panamá, incluso comprometiendo a medio plazo las grandes inversiones previstas en estas dos grandes infraestructuras.
La carrera por el Ártico
A lo expuesto hasta aquí se le tiene que sumar las expectativas de
las enormes reservas de materias primas que se calcula que se
encuentran en el Ártico, cada vez más accesibles por el deshielo, lo
que está provocando una carrera por el control de la zona. Sólo en
petróleo, la agencia rusa TASS calcula unas reservas de más de 10
mil millones de toneladas, además con una gran capacidad de
extracción diaria. También hay estudios preliminares sobre importantes reservas de varios tipos de minerales, especialmente oro y
uranio, y otras materias primas.
Las nuevas rutas comerciales, así como las potenciales reservas de
materias primas, han incrementado la tensión entre varios países, creando una “carrera por el Ártico”, sobre todo entre los países limítrofes
como la Federación Rusa, Noruega, Dinamarca, Reino Unido, Canadá
y los Estados Unidos. Algo que ha ido acompañando de un importante incremento de la carrera armamentística en la zona.
Este es el caso de Canadá, que el año 2007 aprobó una partida
extraordinaria de 6.900 millones de dólares canadienses33 para reforzar, durante los próximos años, su presencia militar y la defensa de
la soberanía de la zona ártica de su país. Dicha partida incluye la
construcción de una flota de ocho rompehielos militares (por valor
de 3.900 millones) así como una nueva base militar en la zona. Por
la parte de la Federación Rusa, se han reanudado –por primera vez
des de la Guerra Fría– los vuelos de bombarderos estratégicos
nucleares rusos en las zonas polares, hecho que ya ha generado preocupación y protestas de países como Noruega o el Reino Unido.
33 Aprox. 4.200 millones de euros.
81
Es en este mismo contexto, en una dimensión de soft-diplomacy,
pero también en el contexto de explícitas reivindicaciones territoriales, se tiene que entender la gran expedición “científica” de agosto
de 2007 en la que un batiscafo de la armada plantó una bandera rusa
de titanio de la Federación a más de 4.000 km. de profundidad, en
el supuesto punto geográfico del Polo Norte. Dicha expedición tenía
como finalidad oficial el demostrar “científicamente” la conexión de
la plataforma continental rusa con el fondo marino ártico por la cordillera submarina de Lomonosov, base para las reivindicaciones territoriales sobre el Ártico según lo que establece la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Paralelamente, esto también explica en parte el gran interés y celeridad con la que la UE inicialmente promovió la adhesión de la Islandia
en bancarrota en la Unión; para asegurarse una buena posición en
las futuras negociaciones y reclamaciones territoriales en la zona.
Especialmente si se tiene en cuenta el peligro que representa una
Groenlandia en proceso de separación de Dinamarca, para las futuras posibilidades de acceso de la UE al “festín ártico”.
Hoy en día ya se
pueden cuantificar
en 300.000 los
muertos anuales
por causa del
cambio climático,
así como unos 20
millones de
desplazados por
causas
ambientales
A modo de conclusión
El Foro Humanitario Global, que preside Kofi Annan, presentó el año
pasado un informe (Foro Humanitario Global, 2009) que demuestra
de manera feafiente que hoy en día ya se pueden cuantificar en
300.000 los muertos anuales por causa del cambio climático, así
como unos 20 millones de desplazados por causas ambientales. Las
perspectivas a medio y largo plazo son aún muy superiores. Sin
lugar a duda, esta es la peor, aunque no la única, consecuencia que
los efectos del cambio climático pueden tener. En palabras del
Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, estamos ante
“escenarios alarmantes, que no alarmistas”.
Ante estas evidencias y proyecciones, el fiasco de la Conferencia de
Copenhague del pasado diciembre es especialmente acuciante y grave. En palabras del Enviado Especial del Secretario General para el
Cambio Climático, Srgjan Kerim33:
“Las amenazas que plantea el cambio climático son reales; como
lo son, también, las posibilidades de cambiar el rumbo. No tenemos excusas para la inacción. Sabemos lo que tenemos que
hacer, sabemos cuáles son las causas de la crisis y por esto debemos facilitar su solución.
33 Extracto del discurso inaugural del Seminario Internacional organizado por la Fundación Cultura de Paz en
Barcelona en noviembre de 2009.
82
Es por eso que un acuerdo climático justo, efectivo e integral es
crucial. Ayudará a estabilizar nuestro clima, proteger los avances
en el desarrollo, asistir a los países más vulnerables en lo referente a la adaptación al cambio climático, y construir una sociedad
más equitativa, sostenible y segura.”
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