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Aves de Piracés y la Serreta L © Kees Woutersen a Serreta de Tramaced ha sido catalogada como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), con la presencia de alimoche, águila real, halcón peregrino, búho real y collalba negra. La tranquilidad del lugar es una de las razones de su riqueza ornitológica. Cerca de las rocas están los matorrales, que dan cobijo a muchos pájaros pequeños, los paseriformes. En el llano están las tierras de labor donde cazan las rapaces y donde viven córvidos, estorninos y otras aves comunes. El número de rapaces, fringílidos y otras especies aumenta considerablemente en el invierno. Ruta ornitológica de la Serreta La mejor opción para intentar avistar las aves del roquedal es realizar paradas en los ensanchamientos existentes en la carretera, todos ellos con excelentes vistas. Con un poco de paciencia se pueden ver las aves moviéndose por el pequeño valle, para luego con un corto paseo acercarse a buscarlas entre los matorrales. Un recorrido en coche por la carretera que bordea la sierra por su lado oeste también nos permitirá conocer su espectacular paisaje y su gran variedad ornitológica. En Piracés los fondos de valles estan ocupados por olivos y colmenas. Un paraiso que da refugio y alimento a muchas aves. © Kees Woutersen La visita de la zona puede durar entre una hora y media jornada. Se ruega a los visitantes no aproximarse demasiado a las zonas de roca para no perturbar a las aves. Los roquedos de arenisca y los campos agricolas es el paisaje predominante en la zona de Piracés y la Serreta. Realiza INIZIA El alimoche vive de carroña. El alimoche sabe esconder tan bien su nido entre las rocas que es imposible encontrarlo. La serreta le proporciona un lugar tranquilo y seguro para criar. Patrulla por los campos y las sierras en busca de carroña. Las manchas blancas en la roca no son de él, sino del buitre leonado. Aunque crían en las colonias del Pirineo, decenas de buitres leonados pueden pernoctar en la Serreta de Tramaced. La collalba negra se exhibe ante la hembra. Una pareja de abejarucos descansando. La collalba negra es un ave muy especial. Es completamente oscura con el obispillo blanco. Durante la parada nupcial despliega las plumas de la cola, enseñando su obispillo a la hembra. Con sus colores tropicales, el abejaruco es la más vistosa de las aves. Se alimenta de abejas y avispas y es capaz de ver una abeja a 60 metros de distancia, ir detrás de ella y capturarla. Tiene la costumbre de posarse encima de las rocas por lo cual es fácil de ver. Si esperamos con un poco de paciencia, aquí en Piracés, y vigilamos bien las rocas podremos descubrir alguna. Es un ave sociable, que suele ir en parejas y que durante la migración forma grandes bandos. En Piracés agradece la presencia de colmenas en el valle. Se posa encima de ellas, esperando a que salgan las abejas. Un críalo adulto, normalmente se esconde entre la vegetación. El críalo tiene la peculiar costumbre de depositar sus huevos en los nidos de la urraca. Varias parejas están presentes en la Serreta de Tramaced. Es un ave de lugares cálidos que se suele esconder en bosques. Cuando se queda quieto, se funde con el paisaje. En el momento que las urracas han criado a sus hijos, la pareja se junta con ellos y la familia completa comienza su migración hacia África. Búho real El búho real es el rey de este lugar. Con una longitud de hasta 75 centímetros es la más grande y feroz de las rapaces nocturnas. Es capaz de capturar cualquier animal hasta de su mismo tamaño, incluso otras rapaces. Su vuelo es silencioso y sus garras muy fuertes. Unos grandes ojos de color naranja le permiten ver con la poca luz de las estrellas. Aunque anidan más de 10 parejas en la Serreta de Tramaced, el búho real es difícil de ver porque se esconde bien en la roca. Tan sólo cuando sale al atardecer es posible verle volar. En los meses de febrero y marzo, cuando empieza la cría y los machos defienden su territorio, es fácil escuchar su canto al anochecer. El característico «Huu-uu», en voz baja y repetido a intervalos, tiene un alcance de varios kilómetros. © Kees Woutersen © Juan Carlos Albero © Fernando Carmena © J. Henkelmans E LAS AVES DE PIRACÉS © Kees Woutersen n Piracés encontramos el punto más interesante de una singular formación geológica, la Serreta. La erosión ha ido esculpiendo en la piedra arenisca formas extrañas, que hacen de este peculiar paisaje un lugar misterioso donde se esconde una sorprendente riqueza de aves, con varias especies amenazadas. El búho real puede girar su cuello 270 grados. Cogujada montesina, con alimento para sus crías. La cogujada montesina es un ave típica de las estepas y terrenos silvestres de la Península Ibérica. Se posa encima de las rocas y arbustos, buscando su comida en el suelo. Es muy difícil de diferenciar de la abundante cogujada común. Las dos especies de cogujada no se suelen mezclar. Aquí en la Serreta está la montesina, mientras que la común habita en los campos de cereales. Especies representativas Residentes: buitre leonado (dormideros), águila real, halcón peregrino, búho real, cogujada montesina, avión roquero, collalba negra, roquero solitario, curruca rabilarga y cabecinegra, gorrión chillón, chova piquirroja, cuervo, pardillo común. Estivales: alcotán, tórtola común, críalo, cuco, autillo, abejaruco, abubilla, collalba rubia, zarcero común, curruca tomillera, carrasqueña y mirlona, mosquitero papialbo, alcaudón común. En paso: aguilucho cenizo, cernícalo primilla, vencejo real. + info: www.hoyadehuesca.es Departamento de Industria, Comercio y Turismo ASOCIACIÓN DE EMPRESARIOS TURÍSTICOS DE LA COMARCA HOYA DE HUESCA