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Charles Robert Darwin: ¿Quién fue y por qué se le honra todavía? José F. Maldonado-Moll, Ph. D. Simposio sobre Darwin, UPR 24 de marzo de 2009 Para entender a un autor y su obra, es recomendable primero conocer de sus antecedentes. En fin, todo autor, su vida y su obra van siempre de la mano y para entender a uno es recomendable estudiar a lo otro. Antecedentes familiares. Charles Robert Darwin fue nieto de un reconocido pensador y poeta, Erasmus Darwin. Su padre, Robert, fue un exitoso médico y acaudalado inversionista. Al nacer en 1809 entra entonces en un círculo de privilegios. Y cuando contrajo nupcias, lo hizo con su prima Emma Underwood perteneciente a la alta sociedad londinense. Así, por herencia y matrimonio Charles Darwin recibió, además de estímulos intelectuales de primera, bienes abundantes que le permitieron librarse de la obligación de un trabajo diario para lograr su sustento y el de su numerosa familia – de su matrimonio surgieron 10 hijos, algunos de los cuales a su vez lograron progenie. Los descendientes de Darwin son aún hoy día renombrados. Esa afortunada situación y la consecuente libertad de acción de Charles Darwin hace recordar una de las frases famosas de Malfalda, la caricatura creada por el autor argentino, Joaquín (Quino) Lavado. La frase: “Lo urgente no deja tiempo para lo importante”. Esa urgencia, realidad tan presente para tantos de nosotros, no aplicó a Darwin. Para él la urgencia del diario vivir no le robó ni tiempo ni energías y por ello pudo dedicarse a lo importante; él fue ciertamente un afortunado. ¡Y afortunados nosotros también de que haya sido así! La obra de Charles Darwin. Su privilegiada situación le facilitó producir numerosas publicaciones científicas y 17 libros (cinco de estos ya traducidos al español), aunque se estima que el 70% de su obra aún sigue inédita. El más famoso de sus libros fue el que tituló The Origin of Species publicado en el 1859 y del cual se imprimieron seis ediciones en corto tiempo. Fue una publicación revolucionaria. ¿Por qué tan famosa esa obra? The Origin... permitió explicar en términos de leyes naturales los fenómenos biológicos, sin necesidad de recurrir a un Creador. En otras palabras, extendió a la biología la obra – la revolución – que comenzaron Copérnico y los físicos de los siglos 17 y 18 y quienes explicaron que el universo se gobierna por leyes naturales que explican los fenómenos naturales. Con Darwin los organismos biológicos, su origen y diversidad, se trajeron al ámbito de la ciencia. Y el humano fue convertido en una especie más. Por lo que expreso puede intuirse que la propuesta darwiniana “biologiza” la realidad en todas las dimensiones posibles. Con el darwinismo la biología incide en todos los aspectos culturales desde la filosofía a la ética, la política, la religión y la ciencia pura. ¿Darwin ateo? Tan impactantes fueron sus postulados, particularmente en lo que aluden al humano y sus orígenes, que han sido muchos los que han cuestionado la religiosidad de Darwin. En verdad, él era creyente, formado en las enseñanzas del cristianismo victoriano de su época. Se le describe como deísta y materialista metodológico, o sea, un científico que busca las explicaciones naturales a través de la práctica científica pero sin negar la existencia de Dios. Sus observaciones y experimentos le causaron profundas angustias pues aparentaban contradecir las enseñanzas de su fe. Aún así presentó sus resultados científicos a sabiendas de las controversias que desatarían. De esta manera demostró que la fe nada tiene que temer a la razón y que ambas, la fe y la razón, permiten al humano acercarse a la verdad. ¿Y cuál ha sido el mayor descubrimiento de Darwin? Su descubrimiento principal es la selección natural, esto es, el proceso por el cual los organismos evolucionan y se adaptan. Es el proceso de acumulación gradual de variaciones (mutaciones) espontáneas que son entonces escogidas (sorted out, en inglés) por la selección natural. Podría decirse que la selección natural “diseña” a los organismos vivos. Cabe preguntarse si ese diseño es inteligente, como el de un ingeniero. ¡No! Es diseño imperfecto y hasta peor pues las disfunciones y los defectos, la crueldad y los productos inservibles permean el mundo vivo. En los humanos, por ejemplo, el 20% de los embarazos termina en aborto espontáneo. ¡Podría entonces alegarse que Dios es el mayor abortista! Esto permite deducir que el concepto de “diseño inteligente” propuesto por algunos es inaceptable. ¿Y cuál el descubrimiento fundamental de Darwin? Pues, que hay un proceso natural que es creativo pero no consciente y que incluye el azar (chance, en inglés) y la necesidad, la probabilidad (randomness, en inglés) y el 1 determinismo. Como ya expresado, gracias a Darwin la evolución puede verse como un proceso creativo aunque inconsciente y el mundo biológico como el resultado de procesos naturales gobernados por leyes naturales. Esta visión ha cambiado para siempre la manera como nos vemos nosotros mismos y cómo vemos nuestra posición en el universo. ¿Y qué depara el futuro para la teoría darwiniana? El descubrimiento del principio de selección natural, esto es, de la descendencia común con modificación y la selección natural – debe recordarse también a Alfred Russell Wallace 2 como proponente importante de este descubrimiento – ha sido reafirmado por la investigación científica de los últimos 150 años.3 Aún así, los debates que originaron desde su principio están lejos de aclararse. Por ejemplo, ¿esa modificación ocurre sólo a nivel de la especie? ¿Y es modificación sólo gradual? ¿Y qué otros mecanismos adicionales o sustituyentes de la selección natural están activos? Como ejemplo de esto último está la auto-regulación celular. ¿Y cuánta importancia tiene el flujo horizontal de genes? Para algunos investigadores, en este flujo se encuentra la clave para la explicación de la especiación. 1 Debe intentarse explicar los conceptos de azar, probabilidad y determinismo. Para un biólogo el azar implica la ausencia o ignorancia de causas; para otros como los aristotélicos ello implica un encuentro de eventos causales. Con la probabilidad y el determinismo, por su parte, en nuestro mundo occidental matematizado, se establece una relación inevitable entre causa y efecto que permite conocer el pasado y predecir el comportamiento futuro. En el caso de la teoría evolutiva, el azar implica que no se conocen ni las causas ni las funciones de las mutaciones, estas ocurren y son entonces seleccionadas por el ambiente. El que la mutación persista o desaparezca quedaría entonces determinado por la probabilidad de su funcionalidad en un contexto determinado. 2 Alfred Russell Wallace propuso también el mecanismo de selección natural para explicar el origen y diversidad de los organismos biológicos pero sus observaciones, distinto a Darwin, no se acompañaron de resultados experimentales. Por tal razón, el mérito recae principalmente sobre Darwin. 3 Debe señalarse que lo que explica el darwinismo es la variación intra-específica, no la evolución pues “El Origen...” es un escrito sobre selección natural, no sobre evolución. Aún ante tantas dudas y preguntas sin contestar, la teoría darwiniana es la que ha establecido las bases, el marco conceptual, que ha guiado la investigación científica sobre la evolución por los últimos 150 años. Esa investigación, como se indicó, ha reafirmado los postulados básicos del darwinismo, esto es, la descendencia común con modificación y la selección natural. Los conocimientos médicos y biológicos del mundo moderno ya dan al humano la capacidad de cambiar la naturaleza y su naturaleza. La ciencia y la tecnología y en particular la manipulación genética, ya son capaces de cambiar los fundamentos biológicos del humano. El humano se ha convertido en su propio artefacto y esto ha creado una nueva y trascendental situación para la antropología y la ética. Ante esta nueva realidad es de esperarse que la selección natural esté tan activa como en el pasado. Las consecuencias de esta interacción retan la imaginación. ¿Y si se encuentra vida en otros planetas, cambiarían las reglas que rigen a los organismos biológicos? Ante esta eventualidad – algunos científicos opinan que en 10 años ya se sabrá si hay tal cosa – no es de dudar que surgirá una variedad de nuevos e interesantes retos, pero cuando se sepa, el problema principal no va ser científico sino uno principalmente teológico. Es innegable, si el siglo 20 fue el de la Física, el siglo 21 será el de la Biología. # # # La información para este escrito se obtuvo de los apuntes hechos durante la International Conference of Biological Evolution: Facts and Theories auspiciada por la Universidad Pontificia Gregoriana (Roma) con la colaboración de la Universidad de Notre Dame (Indiana), del 3 al 7 de marzo de 2009 en Roma, Italia. La asistencia a la Conferencia fue posible gracias a la ayuda económica prestada por el Decanato de la Facultad de Estudios Generales y por la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU). Por: José F. Maldonado Moll, Ph.D. Catedrático Departamento de Ciencia Biológicas UPR, Río Piedras Agradezco la ayuda editorial ofrecida por la Planificadora María A. Villariny Marrero.