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SECOND NATURE: Brain Science and human Knowledge Gerald M. Edelman- Yale University Press INTRODUCCIÓN Describiré algunas de las cuestiones principales acerca de la cuestión de la conciencia. Luego, repasaré brevemente la actividad del cerebro en los términos de una teoría denominada Darwinismo Neural. Esto me permitirá mostrar como emerge la conciencia a partir de la dinámica cerebral. Todos sabemos, implícitamente, que es la conciencia. Es lo que perdemos cuando entramos en un sueño profundo, o en coma, o estamos bajo el efecto de la anestesia. Y es lo que recuperamos luego de emerger de esos estados. En el estado despierto, consciente, usted experimenta una escena unitaria compuesta de una variedad de respuestas sensoriales, como así también imágenes, memorias, tonalidades sentimentales y emocionales, un sentido de voluntad o agencia, una sensación de estar situado, y otros aspectos conscientes. Estar consciente es una experiencia unitaria, en el sentido de que usted no puede en ningún momento volverse totalmente consciente de una sola cosa con completa exclusión de las otras. Pero usted puede dirigir su atención a varios aspectos de una escena menos inclusiva pero aún así unitaria. Dentro de un corto espacio de tiempo, la escena variará en un sentido u otro y, aún así, a pesar de seguir integrada, se tornará diferenciada, dando a paso a una nueva escena. Lo extraordinario es que el número de tales escenas privadamente experimentadas, es aparentemente ilimitado. Las transiciones parecen ser continuas, y en términos de todos sus detalles, se trata de experiencias subjetivas, privadas, en primera persona. Los estados conscientes son frecuentemente, pero no siempre, sobre cosas o eventos, una propiedad llamada “intencionalidad”. Pero no necesariamente muestran siempre esta propiedad. Pueden, por ejemplo, referirse a un estado de ánimo. Hay frecuentemente una conciencia apenas periférica, modo en que William James llamó a ciertos estados apenas percibidos. Los estados conscientes pueden también incluir la conciencia del deseo o la voluntad de realizar una acción. La propiedad descripta frecuentemente como la más misteriosa es un aspecto fenomenal de la conciencia, la experiencia de qualia. Qualia son, por ejemplo, la verdosidad del verde, o la calidez del calor. Pero varios estudiosos de este asunto, entre los que me incluyo, van más allá de estas simples cualidades y consideran que el ensamble completo de las escenas o experiencias de la conciencia, es qualia. Muchos consideran que la explicación del qualia es el test ácido de una teoría de la conciencia. ¿Cómo podemos explicar no solo el qualia sino también todos los otros componentes de la conciencia? La respuesta que propongo es observar cómo funciona el cerebro, formulando una teoría global del mismo que pueda ser extendida para explicar la conciencia. Más aún, somos conscientes de ser conscientes y podemos reportar nuestra experiencia. Otros animales, que son Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 1 conscientes, tienen “conciencia primaria”, es decir, la experiencia de una escena unitaria en un período de tiempo de, a lo sumo, segundos, experiencia a la que llamo “presente recordado”, algo así como la iluminación que produce un rayo de luz en una habitación oscura. A pesar de que esos animales son conscientes de los eventos en curso, su conciencia primaria no les permite ser conscientes de ser conscientes, y no poseen un concepto del pasado, el futuro, y de un sí mismo nombrable. Tales nociones requieren la habilidad de experimentar una conciencia de un orden superior, y esta depende de poseer capacidades semánticas o simbólicas. En nuestro caso ellas existen porque tenemos sintaxis y lenguaje. Por la habilidad de hablar podemos liberarnos temporariamente de las limitaciones del “presente recordado”. No menos importante: en todo momento en que la conciencia de orden superior está presente, también poseemos la conciencia primaria. EL CEREBRO A partir de estos antecedentes, volvamos nuestra atención al órgano responsable de estos rasgos extraordinarios: el cerebro. No entraré en detalles acerca de cómo el cerebro da lugar a la conciencia. Pero sí quiero ofrecer un cuadro de la estructura y la actividad del cerebro. Para empezar consideremos las células fundamentales que transportan señales en el cerebro. Hablamos de las neuronas, las que tienen un conjunto de ramificaciones en forma de árbol (dendrites) y, usualmente, un único proceso extendido (el axón) que sirve para conectar una neurona con otra. Esta conexión, llamada sinapsis, es un elemento crítico para asegurar la función de los circuitos del cerebro. Esto es así porque la electricidad que recorre el axón libera pequeñas cantidades de químicos, llamados “neurotransmisores”, en la sinapsis. Estos químicos recorren la corta distancia al interior de la sinapsis y se combinan con ciertos receptores presentes en los dendrites de las células receptoras. Si esa liberación ocurre con suficiente frecuencia, las células receptoras o post-sinápticas se disparan y pueden repetir el proceso y enviar señales a otras células. Una propiedad esencial de las sinapsis es que son plásticas: distintas actividades y eventos bioquímicos pueden cambiar su fortaleza. Esos cambios pueden, a su vez, determinar cuáles de las rutas neuronales se seleccionarán para transmitir señales. Los patrones de tales cambios en la fortaleza sináptica ofrecen una base para la memoria. Llegado este punto puede ser útil mencionar que las sinapsis se dan en dos modalidades: excitativas o inhibitorias. Ambas pueden exhibir plasticidad. En conjunto, ayudan a seleccionar el funcionamiento de las rutas de las señales en el cerebro. El cerebro tiene medios para coordinar los eventos perceptualmente segregados que nos ocurren. El resultado de esa coordinación es la categorización perceptual, la transformación del mundo de inputs en objetos significantes. El cerebro produce patrones de reconocimiento. Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 2 ¿Qué se puede decir sobre los outputs? Diferentes áreas sensitivas se conectan con áreas superiores de la corteza de tal modo que el cerebro habla consigo mismo. Por cierto, un grupo de áreas corticales envían señales (outputs) motoras a la médula espinal y así generan acciones y movimientos. Además, la corteza recibe inputs adicionales, y envía outputs, desde y hacia un número de estructuras sub-corticales cercanas al tálamo (los ganglios basales y el cerebelo, que ayudan a regular el movimiento, y el hipocampo, que ayuda a establecer la memoria de largo plazo respecto de eventos y episodios, interactuando con la corteza). Lo dicho hasta aquí podría describirse, superficialmente, cómo un sistema análogo al de una computadora. En muchos círculos científicos subsiste una amplia creencia de que el cerebro es una computadora. Esta creencia es errónea por una serie de razones. Primero, una computadora funciona utilizando la lógica y la aritmética en intervalos muy cortos regulados por un reloj. El cerebro no opera por medio de reglas lógicas. Para funcionar, una computadora debe recibir señales (inputs) no ambiguos. Pero las señales que llegan a los distintos receptores sensoriales del cerebro no están tan organizadas; el mundo (que no ha sido tallado de antemano en categorías preestablecidas) no es un pedazo de algo codificado. Segundo, el orden del cerebro es enormemente variable en los niveles más detallados. Mientras se desarrollan los eventos neurales, experiencias individuales diferentes producen imprimaciones tales que, no hay dos cerebros idénticos. Esto es así, en buena medida, porque durante el desarrollo y establecimiento de la neuroanatomía, las neuronas que se activan juntas quedan conectadas juntas. Además, no hay evidencia de un programa de computador que consista en procedimientos efectivos que controlen un input, un output y una conducta cerebral. La inteligencia artificial no funciona en cerebros reales. No existe una lógica ni un reloj que gobierne los outputs de nuestro cerebro, por regulares que puedan parecer. El cerebro, como el sistema inmunológico, es un sistema de selección, para la teoría NeuralDarwinista (que el autor despliega). Esa teoría tiene tres bases. • El desarrollo de los circuitos neuronales en el cerebro lleva a una enorme variación anatómica microscópica que es resultado de un proceso de continua selección. Una fuerza orientadora clave del desarrollo de la selección mental es el hecho de que las neuronas que se activan juntas quedan conectadas juntas. Dos neuronas distantes harán conexiones sinápticas si sus patrones de activación están temporalmente correlacionados. • Cuando el repertorio de los circuitos anatómicos formados reciben señales de la experiencia o de la conducta, ocurren un conjunto adicional y superpuesto de eventos. Esta selección experiencial ocurre a través de cambios en la fortaleza de las sinapsis ya existentes en la anatomía del cerebro. Algunas sinapsis son reforzadas y otras debilitadas. Siendo que descartamos la lógica computacional, ¿de qué modo el sistema produce conductas coherentes? , y ¿qué sesgos produce el sistema para generar conductas adaptativas? La respuesta está en el tercero de los principios de esta teoría. Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 3 • Existe un proceso clave denominado “reingreso”. Se trata del continuo envío de señales desde una región del cerebro hacia otras (de ida y vuelta), a través de los axones. Un efecto de este tráfico constante es el ajuste temporal o activación sincronizada de grupos neuronales en circuitos particulares. Esto provee la coordinación espacio-temporal. Para imaginar cómo funciona el reingreso considere un hipotético cuarteto de cuerdas. Cada músico toca su parte con un ritmo diferente. Ahora, conecte el cuerpo de esos músicos por medio de hilos muy finos (muchos y en todas las partes del cuerpo). Cuando un músico se mueve, inconscientemente manda ondas de movimiento a los otros. En poco tiempo, el ritmo –y de algún modo la melodía- será más coherente. La dinámica continuará, conduciendo a un nuevo output más coherente. El cerebro tiene un generador de diversidad, encuentra señales provenientes de un mundo desconocido a través de un repertorio de grupos neuronales, y facilita la amplificación diferencial de las conexiones de aquellos grupos de neuronas que son adaptativas. Es un sistema selectivo. Cada cerebro es, en su anatomía, estructura y dinámica, único. Las distintas áreas del cerebro, tienen funcionalidades diferentes (orientación ante un estímulo, percepción de color, motricidad, etc.). Tales áreas diferentes no tienen un supervisor común, sino que están reingresando constantemente, interconectadas por fibras recíprocas. La combinación de respuestas entre todas esas áreas, da lugar a una percepción unificada (por ejemplo, rojo, cilíndrico, en movimiento, etc.). Tal percepción emerge de circuitos sincrónicamente activados que enlazan las respuestas de las diferentes regiones segregadas. Una teoría basada en la selección, como la Neural-Darwinista necesariamente propone una enorme diversidad de repertorios de grupos neuronales. Esto explica como combinaciones de tales grupos pueden ser halladas en conjuntos integrados, dependiendo de diversos inputs del cuerpo, del mundo y del propio cerebro. LA CONCIENCIA La evidencia sugiere que la consciencia está vinculada con la actividad de reingreso entre las áreas corticales y el tálamo, y por la interacción de la corteza consigo misma y con las estructuras subcorticales. La teoría postula que la conciencia primaria apareció en un momento de la evolución en que el sistema tálamo-cortical se expandió grandemente, acompañado por un incremento de los núcleos talámicos específicos y de la corteza cerebral. Un animal que evolucionó con un circuito de reingresos degenerativos capaz vinculó muchas regiones corticales, pudo realizar un enorme número de discriminaciones y distinciones. Por ejemplo, pudo vincular numerosas señales sensitivas, realizar muchas categorizaciones perceptuales, y conectarlas mediante varias combinaciones con la memoria. Desde este punto de vista, la conciencia primaria emerge de la actividad de reingreso que vincula categorizaciones perceptuales con memorias categorizadas valorativamente. El patrón de la actividad integrativa en esta red neuronal de Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 4 reingreso tálamo-cortical, llamada “núcleo dinámico”, crearía una escena en el presente recordado de la conciencia primaria, escena con la cual el animal podría establecer planes. El sistema de memoria, en tal animal consciente, es influenciado por sistemas de valores y por cambios sinápticos seleccionados extraídos de previas experiencias categoriales. Este sistema de memoria es mediado por regiones corticales anteriores, tales como la corteza parietal, mientras que la percepción corriente es facilitada por regiones corticales posteriores. La conciencia es un proceso que consiste en una enorme variedad de los llamados “qualia”: las discriminaciones vinculadas con la actividad ampliamente distribuida y dinámica del núcleo tálamo-cortical. En tal actividad, el cerebro habla con sí mismo. Debo enfatizar que lo que es crítico es la interacción de los diversos sistemas en el núcleo. Debemos, sin embargo, tener el cuidado de no asignar la conciencia a una región específica. La comprensión de que es la actividad selectiva de reingreso de grupos de neuronas en el núcleo lo que provoca el fenómeno de la conciencia, hace innecesario invocar el dualismo. Aún cuando la conciencia es un proceso sin poderes causales en sí misma, está completamente vinculada con las complejas actividades y poderes de los grupos neuronales que generan el núcleo de reingresos. Más aún, desde etapas muy tempranas del desarrollo, las señales del cuerpo al cerebro y del cerebro a sí mismo, pusieron los cimientos para la emergencia de la conciencia. El yo, como la conciencia, es también un proceso. Descansa en la experiencia consciente referida a sus propias memorias, y la experiencia consciente potencia la comunicación con otros individuos. Naturalmente, en el caso de la conciencia primaria, la conciencia y la planificación consciente se limitan al presente recordado. A un animal con conciencia primaria le falta un concepto narrativo del pasado explícito, no puede planificar un escenario relativo a un futuro distante, y no tiene un yo social nombrable. Para que estos rasgos aparezcan, tuvo que ocurrir otro evento evolutivo que involucrara conexiones de reingreso. En algún momento, en la evolución de los primates, se desarrolló un conjunto nuevo de rutas recíprocas, estableciendo conexiones entre mapas conceptuales del cerebro y aquellas áreas capaces de referencia semántica. Pero, la conciencia de orden superior tuvo que esperar la aparición de lenguaje para su florecimiento completo. En ese momento, la conciencia de la propia conciencia se hizo posible. Emergieron ricos conceptos del pasado, del futuro y del yo social. La conciencia ya no se limitó al presente recordado. Según el Neural Darwinismo el evento integrativo clave que llevó a la emergencia de la experiencia consciente fue el reingreso en el núcleo dinámico, enormemente complejo, distribuido en el tálamo y a través de la corteza. Esa experiencia reflejó el enorme poder de discriminación hecho posible por los diferentes estados nucleares complejos. Esos estados involucran, necesariamente, la integración de los múltiples aspectos de una escena unitaria. Con el tiempo, se desarrollaron nuevos estados nucleares y escenas unitarias como resultado de una miríada de señales del propio cerebro, del cuerpo y del mundo. Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 5 Al considerar este estado de cosas, no debemos olvidar que gran parte de la conducta es determinada por interacciones no-conscientes entre partes subcorticales del cerebro y la corteza cerebral. Muchas de estas respuestas no conscientes, que subyacen a los hábitos y a las conductas aprendidas, tuvieron que haberse – de todos modos- establecido previamente, por medio de distinciones conscientes mediadas por el núcleo. Las interacciones entre sistemas nucleares, sistemas de memoria no-consciente y señales provenientes de los sistemas de valores operan en conjunto dando cuenta de la riqueza de la conducta humana. Resumen Los estados conscientes son unitarios pero cambian con el tiempo. Tienen un amplio rango de contenidos y accesos. Su rango es modulado por la atención y, a pesar de que en buena medida muestran intencionalidad (son acerca de objetos y eventos), estos no completan los dominios a los que pueden referirse. Sobre todo, involucran sentimientos subjetivos o qualia. Mi tesis es que la evolución de un sistema de reingreso tálamo-cortical capaz de hacer emerger el núcleo dinámico, permitió la integración de vastos, complejos y crecientes inputs sensorio-motores. Los animales poseedores de tal núcleo fueron, así, capaces de de discriminaciones refinadas. Los qualia son, justamente, esas discriminaciones, ligadas –cada una de ellas- por un estado nuclear diferente. En síntesis, los estados conscientes reflejan la integración de estados neurales en el núcleo. Traducción y síntesis de Rafael Castellano Página 6