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Vehículos espaciales.
Los vehículos espaciales son construcciones destinadas a
desplazarse en el espacio que existe en el exterior de la
atmósfera terrestre y en las superficies de otros planetas,
cometas, lunas, etc…
Desde los días del Spútnik y del Explorer 1, miles de
naves espaciales han ido al espacio, algunas de ellas
llevando pasajeros humanos. La
primera persona que orbitó la Tierra fue el
ruso Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961. El
primer norteamericano en hacer lo mismo fue
John Glenn, que completó tres órbitas el 20 de
febrero de 1962; más de 26 años más tarde, a
la edad de 77 años, Glenn retornó al
espacio abordo de la lanzadera espacial.
John Glenn entrando en su
cápsula Mercury.
El vuelo de Glenn fue el primero del Proyecto Mercury que
preparó el misil Atlas. Fue seguido (en los EE.UU.) por el "Gémini"
cuyas cápsulas con dos hombres abordo fueron puestas en órbita
por cohetes Titán, mas potentes. Luego vinieron las misiones
Apolo con tres hombres, primero volando alrededor de la Luna y
luego alunizando sobre su superficie, el 20 de julio de 1969. En
total se consiguieron 6 alunizajes con éxito
Estaciones espaciales
Uno de los momentos históricos de
los viajes espaciales fue el
lanzamiento de la estación espacial
Mir que se fue agrandando gracias a
diferentes módulos espaciales.
La construcción de la Estación
Espacial Internacional comenzó en
noviembre de 1998 con la puesta en
órbita de módulo ruso "Zarya",
seguido en diciembre por el Unity de
la NASA.
Trasbordador espacial
: El sistema de Transbordador Espacial de la NASA, es la
primera nave espacial reutilizable y la primera capaz de poner
satélites en órbita, y traerlos de vuelta a la superficie. Cada
transbordador tiene una vida útil de 100 lanzamientos. La flota
de transbordadores espaciales, junto con los vehículos soviéticos,
se ha encargado de elevar los distintos módulos de la Estación
Espacial Internacional, así como de la provisión regular de
suministros.
Los vuelos tripulados actuales se fundamentan el la lanzadera
espacial, un cohete reutilizable con alas cortas, que le permiten
aterrizar en una pista como un aeroplano. Los cohetes de la
lanzadera utilizan unas 700 toneladas de hidrógeno y oxígeno
líquidos, un combustible más eficaz; adicionalmente lleva dos
cohetes de combustible adosados, con un peso de 600 toneladas
cada uno.
Sondas espaciales
Una sonda espacial es un
dispositivo que se envía al
espacio con el fin de estudiar
cuerpos de nuestro Sistema
Solar, tales como planetas,
satélites, asteroides o cometas.
En la actualidad existen 5
sondas en ruta hacia las
afueras del sistema solar. La más alejada es la Voyager 1, que ya
ha abandonado el sistema y se encuentra unas 3 veces más lejos
que Plutón. La sonda más reciente dirigida hacia los confines de
la galaxia es la New Horizons, camino de Plutón. Se está
experimentando con nuevos sistemas de propulsión que permitan
a estos ingenios alcanzar mayores velocidades: las dos
tecnologías más desarrolladas son la propulsión iónica, ya probado
en las sondas Smart 1, Deep Space 1 y Dawn, entre otras, y la
tecnología de vela solar, que se intentó poner a prueba en 2001
con la sonda Cosmos 1, aunque debido a un fallo técnico en el
cohete de lanzamiento no logró alcanzar la órbita.
Satélites artificiales.
Los satélites artificiales son naves espaciales fabricadas en la
Tierra y enviadas en un vehículo de lanzamiento, un tipo de
cohete que envía una carga útil al espacio exterior. Los satélites
artificiales pueden orbitar alrededor de lunas, cometas,
asteroides, planetas, estrellas o incluso galaxias. Tras su vida útil,
los satélites artificiales pueden quedar orbitando como basura
espacial.
Tipos de satélites artificiales.
Satélites científicos: Empezaron a lanzase en la década de los
años 50, y hasta ahora tienen como principal objetivo estudiar la
Tierra -superficie, atmósfera y entorno- y los demás cuerpos
celestes. En el inicio de la exploración espacial, se consideró
prioritario conocer las condiciones que imperaban sobre un
objeto que girara repetidamente alrededor del planeta. Esto era
necesario, pues poco tiempo
más tarde el propio hombre
debería viajar al espacio.
Estos aparatos permitieron
que el conocimiento del
Universo sea mucho más
preciso en la actualidad.
Satélites de comunicaciones: Se ubican en la intersección de la
tecnología del espacio y la de las comunicaciones. Constituyen la
aplicación espacial más rentable y, a la vez, más difundida en la
actualidad. Las transmisiones en directo vía satélite ya son parte
de nuestra cotidianeidad, por lo que no tienen ningún carácter
especial. Para la difusión
directa de servicios de
televisión y radio, telefonía
y comunicaciones móviles
sólo son necesarios sencillos
receptores y antenas
parabólicas cada día más
pequeñas.
Satélites de meteorología:
Estos satélites, aunque se puede afirmar que son científicos, son
aparatos especializados que se dedican exclusivamente a la
observación de la atmósfera en su conjunto. La comprensión de la
física dinámica atmosférica, el comportamiento de las masas
nubosas o el movimiento del aire frío o caliente resultan
indispensables para realizar predicciones del clima, pues sus
efectos impactan de manera irremediable las actividades de los
seres humanos aquí en la Tierra.
El primer satélite meteorológico fue el Tiros-1 (lanzado en abril
de 1960); luego le siguieron los ESSA, ITOS, Nimbus, NOAA y
Meteor, por mencionar algunos. A estos artefactos se debe el
descubrimiento del agujero en la capa de ozono. Algunos de éstos
se colocan en órbitas no geoestacionarias, como los que pasan
sobre los polos de la Tierra y posibilitan una cobertura de toda la
superficie de ella. Otros satélites meteorológicos de órbita
geoestacionaria como el SMS, GOES y Meteosat pueden cubrir
todo un hemisferio y permiten seguir el comportamiento de
fenómenos como la temporada de huracanes, el avance de las
grandes borrascas, los frentes fríos, el conocimiento de la
temperatura de la atmósfera en cada nivel altimétrico, la presión,
la distribución del vapor de agua y, con ello, el porqué de las
sequías o los efectos de la contaminación, entre muchos otros
fenómenos más.
Hoy en día, la Organización Meteorológica Mundial coordina la
recolección, procesamiento y difusión de información y datos
meteorológicos y oceanográficos provenientes de una
constelación de satélites meteorológicos tanto geoestacionarios
como de órbita polar, enlazados a 10 mil estaciones terrenas y
mil estaciones de observación en altitud, además de otras
fuentes de información meteorológica, provenientes de barcos,
aeronaves, boyas y otros artefactos que trabajan de manera
coordinada para transmitir diariamente a todo el mundo, en
tiempo real, más de 15 millones de caracteres de datos y 2 mil
mapas meteorológicos.
Satélites de navegación: Desarrollados originalmente con fines
militares al marcar el rumbo de misiles, submarinos,
bombarderos y tropas, ahora se usan como sistemas de
posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés) para
identificar locaciones terrestres mediante la triangulación de
tres satélites y una unidad receptora manual que puede señalar el
lugar donde ésta se encuentra y obtener así con exactitud las
coordenadas de su localización geográfica.
Los satélites actuales dedicados a esta tarea (Transit, Navstar
GPS, Tsikada, Parus, Uragan, etc.) utilizan frecuencias bajas y
medias que están abiertas al público, lo cual ha posibilitado la
aparición de múltiples receptores comerciales. Una de las
aplicaciones de estos satélites la realiza con éxito la navegación
aérea, que está empezando a aprovecharla en los aterrizajes de
las aeronaves, ello le supone una guía económica y muy segura
para esas actividades.
En los sistemas GPS, tanto el satélite como el equipo receptor en
Tierra emiten una señal con una determinada frecuencia, ambas
sincronizadas gracias a los relojes atómicos que dichas unidades
poseen, el receptor recibe la señal del satélite que se halla a
gran altitud, la distancia entre ambos equipos hace que la señal
proveniente del satélite llegue con una diferencia de fase con
respecto a la señal emitida por el receptor. La medición de esta
diferencia en las fases permite calcular la distancia que separa al
equipo en Tierra del satélite. Utilizando tres satélites a la vez,
podemos obtener las coordenadas de latitud, longitud y altitud
del equipo receptor en Tierra. Usando un cuarto satélite es,
incluso, posible conseguir datos sobre la velocidad con la que nos
desplazamos y el nivel de precisión aumenta mucho.
Otra faceta de los satélites de navegación se encuentra en la
búsqueda y el rescate (COSPAS/SARSAT). En estos casos los
receptores son vehículos dedicados a otras tareas, que además
están equipados con receptores especiales. Cuando una
embarcación se pierde en alta mar, puede enviar señales que el
satélite recibirá y reenviará al puesto de rescate más próximo,
incluyendo sus coordenadas aproximadas.
Satélites militares: Son aquellos que apoyan las operaciones
militares de ciertos países, bajo la premisa de su seguridad
nacional. La magnitud de sus programas espaciales militares es
tan grande y secreta que hasta hace poco sólo se podía valorar
por el número de lanzamientos que suponía.
Uno de los aspectos fundamentales del equilibrio armamentista
durante la Guerra Fría fue la posibilidad de una respuesta
adecuada ante cualquier ataque enemigo. Para ello, era necesario
conocer con la suficiente antelación el despegue de un misil
desde cualquier punto del globo terráqueo. Entonces, se
fabricaron los satélites de alerta inmediata, que detectan
cualquier lanzamiento, tanto de cohetes comerciales como
militares.
En un principio, E.U. inició esta actividad utilizando grandes
antenas terrenas, después lanzaron satélites del tipo Midas o
DSP, los cuales poseen sensores infrarrojos que detectan el
calor producido por los gases del escape de los motores de un
misil. Dado que el tiempo de funcionamiento de los motores de
uno de estos vehículos suele ser inferior a los 10 ó 15 minutos, la
detección debe hacerse lo antes posible, dando tiempo a
responder al ataque. Rusia, por su parte, usa los satélites Oko y
Prognoz.
Los océanos son un escenario en el que se han desarrollado
espectaculares batallas navales y un lugar en el que patrullan
barcos y submarinos de todas clases. Estos últimos pueden estar
equipados con misiles nucleares y su movilidad y ocultación bajo
el agua los hace muy peligrosos. Por eso, se han desarrollado
satélites que tratan de localizarlos. Es el caso de los White Cloud
americanos o los RORSAT/EORSAT soviéticos.
Algunos satélites especiales -cuya identidad es protegida con
mayor recelo- pueden realizar escuchas electrónicas, que
permiten captar conversaciones telefónicas o radiofónicas desde
enormes distancias. Algunas de ellas podrían consistir en órdenes
de ataque, las cuales hay que interceptar. Es tal el éxito de estos
satélites que muchas de
las transmisiones deben
ser codificadas.
Destacan aquí los
programas Jumpseat,
Chalet/Vortex, Orion,
Magnum/Aquacade,
Tselina, etcétera.
Hecho por:
Guillermo Moreno Raga