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La Navidad es un momento propicio para detectar
un trastorno de la conducta alimentaria
Estas fiestas son muy conflictivas para los enfermos porque sufren mucha ansiedad
ante los encuentros familiares y las comidas
Barcelona, 18 de diciembre de 2008-. El Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) alerta que
las Navidades son un momento propicio para la detección de los trastornos alimentarios, ya
que estas fechan propician momentos altamente conflictivos para las personas afectadas.
Estos días festivos se consume en todas las familias una cantidad de comida y bebida más alta
de lo habitual. Además, el tipo de alimento suele ser más calórico, típicamente carnes más
grasas, salsas y dulces. Sin embargo, para las personas con un trastorno alimentario la
tradición y la necesidad de reunirse con las personas allegadas pasan a un segundo plano,
debido a la intensa ansiedad a la que se ven sometidas.
Un enfermo de anorexia o bulimia experimenta mucho miedo delante de la perspectiva de tener
que compartir largas horas en la mesa con la familia y empieza a programar con semanas de
antelación cómo manejarse para poder evitar la ingesta de los alimentos temidos o a
eliminarlos. La preocupación de la persona por no engordar puede llegar a ocupar la casi
totalidad de los pensamientos, y suele ir acompañada por una emoción de profunda vergüenza
a causa de la creencia que la propia apariencia física es inaceptable, por defectos exagerados
o imaginados, como un peso exagerado o el exceso de volumen en partes del cuerpo
determinadas, como nalgas, caderas y muslos, típicamente las zonas donde se aprecian las
formas de un cuerpo femenino.
Por estos motivos, el objetivo de una persona con TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria)
durante las fiestas es, muchas veces, esconderse del control y de los ojos de los demás, pasar
desapercibida con diferentes finalidades, como llevar al cabo conductas inadecuadas con la
comida y sustraerse al inevitable intercambio de comentarios y miradas por parte de los demás
comensales. Estos comportamientos pueden alertar de que alguien no lleva una buena relación
con su cuerpo o con la comida. Estas personas suelen servirse porciones reducidas, dejar
muchos restos en el plato, juguetear con los alimentos, buscar excusas para no presenciar las
comidas en familia, ausentarse justo en el momento en que se sirve algún plato fuerte, la
utilización de ropa ancha para taparse, idas y venidas al lavabo o quedarse en él durante más
tiempo de lo normal, malestar intenso, ansiedad o agresividad después de las comidas, y un
largo etcétera.
Detectar precozmente un TCA es muy importante porque permite implantar un tratamiento
adecuado y minimiza el riesgo de cronificación y de ingresos hospitalarios, muchas veces
traumáticos para los afectados y sus familiares; sin embrago, una vez ya se haya “destapado”
el problema, también es importante saber ayudar adecuadamente a sobrellevar las fiestas. En
este sentido, en ITA siempre se recuerda a los familiares y acompañantes la importancia de ser
firmes y exigir que la persona tenga un comportamiento normalizado en la mesa: que coma lo
que comen los demás, en un tiempo razonable, que acepte el control que requiere su condición
clínica y que no hagan excepciones a causa de la enfermedad, sino que alienten a la persona a
afrontar sus miedos.
Asimismo, es de suma importancia que las personas allegadas sean comprensivas y sepan
escuchar los miedos y las ansiedades de la persona afectada y eviten la culpabilización,
fomentando así un dialogo abierto y el desarrollo de la confianza necesaria para que produzca
la mejoría deseada y desaparezcan las conductas de secretismo.
ITA dispone de dos centros de hospitalización con capacidad para 74 personas. En estas
fechas todos los pacientes que se encuentran en un momento óptimo del tratamiento reciben
un permiso para pasar las fiestas con sus familias. De todas formas, aquellos enfermos que por
su situación clínica no pueden dejar el hospital durante las Navidades, también celebran esas
fechas con intercambio de regalos, detalles y tarjetas; y modifican también los hábitos
alimentarios según la tradición: no faltan polvorones y turrones obligatorios, eso sí, siempre con
el apoyo del personal especializado.
Para más información
MAHALA
Elisa Álvarez
Tel. 93 412 78 78 ext 6
663 37 38 16
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