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Humanismo y Laicismo
El radicalismo, por definición, se ha
planteado históricamente desde sus comienzos
como un partido de inspiración humanista y laica:
de hecho, en sus primeros manifiestos se declaró
como un partido secular dentro de un círculo de
participación política reducido y profundamente
católico, el cual influenció en las posturas
valóricas de una elite cuyos miembros de
pensamiento más liberal y democrático eran
marginados de las decisiones políticas, pues
podían significar un quebrantamiento al statu quo.
viejo continente, mientras que dicha figura
humanista dueña de su propio destino, la
encarnan en américa los primeros conquistadores.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe
mencionar que poco a poco, pero en una larga
data comprendida entre los siglos XIV y XX, el
humanismo secular comenzó a abrirse paso hasta
que dicho concepto adquiere fuerza durante el
SXX1.
Al ser contemporáneo de la Masonería,
institución referente del laicismo y promotor del
librepensamiento, y al ser sus fundadores
miembros de ella, el vínculo históricamente existe:
sin embargo, es el laicismo como principio
fundamental del radicalismo lo que lo ha
destacado, siendo también complemento de su
visión de democracia y socialismo. De hecho, la
democracia y el socialismo para el radicalismo no
se explican sin el laicismo.
Bunge caracteriza la cosmovisión del
humanismo secular como cosmológica, aludiendo
a la inexistencia de fenómenos sobrenaturales
que no existen en la naturaleza de las cosas;
antropológica, donde se alude a la igualdad entre
las personas y a las personas como fin último de
la sociedad; moral, estableciendo limites morales
que aludan al bienestar de la persona y del
colectivo; política en relación a la obtención de un
estado secular para garantizar la libertad de las
personas; y social enfatizando en la igualdad y la
libertad social 2, caracterizando así el humanismo
laico del SXX, y reconceptualizando humanismo,
secularismo y librepensamiento.
1. Humanismo
2. Laicismo
El humanismo nace en la Europa del
SXIV en una propuesta antropocéntrica de la
sociedad, donde el teocentrismo y el
escolasticismo medieval que imperó en el
medioevo, comienza a dar paso a una nueva
mentalidad en la que la persona humana y su
sentido racional comienzan a desplazar al viejo
escolasticismo poco a poco, generando las bases
para el racionalismo, apoyados en la cultura
clásica griega que exaltaba los atributos de la
persona humana como no lo había hecho el
cristianismo medieval y la moral impuesta por
este. En estos términos, el humanismo comienza
a abrirse paso en la mentalidad occidental y en el
Uno de los principios fundamentales del
radicalismo históricamente ha sido el laicismo.
Entendemos por laicismo la idea o corriente del
pensamiento que defiende la política de gobierno
de una sociedad basada en una organización
independiente del confesionalismo, esto quiere
decir, en una sociedad organizada sin la
intervención de confesiones religiosas, siendo
esta intervención institucional como cultural.
1
Hasta el Manifiesto Humanista 2000. En internet
http://www.filosofia.org/cod/c1999hum.ht m
2
BUNGE, M. Crisis y reconstrucción de la
filosofía. Barcelona: Gedisa, 2002.
En cuanto a su relación con la religión,
naturalmente en un comienzo el laicismo fue
atacado por la Iglesia ya que constituía un ataque
directo a su esfera de poder e influencia en la
sociedad. De ahí, y a modo de defensa, nace el
concepto de laicidad por parte del catolicismo para
reivindicar la idea de la persona laica como la que
no integra una institución religiosa en calidad de
clérigo, y diferenciarla de la idea de laicismo
entendido como una visión anticlerical y contraria
a la religión. Sin embargo para el mundo laico,
dichos conceptos son sinónimos, pues el laicismo
dice relación con la libertad de culto y conciencia
más que con una idea contraria a las religiones.
Sin perjuicio de lo anterior, en la segunda
mitad del SXIX en Chile, la lucha por el laicismo
se desató en torno a laicizar el Estado, y
puntualmente a que fuera este el que se hiciera
cargo de tres importantes hitos de la vida de las
personas que monopolizaba la Iglesia Católica:
tanto los nacimientos, matrimonios y defunciones
eran momentos de la vida de las personas en las
cuales la Iglesia Católica detentaba un poder
absoluto hasta la creación de las leyes laicas.
Así, el Estado pasa a hacerse cargo de
estos hitos sin condicionarlos en virtud del credo
que tuviera cada persona: el nacimiento comienza
a ser registrado por el registro civil, al igual que el
matrimonio reconocido por la ley, mientras que la
defunción pasa a ser un hito de la vida en la cual
las personas reciben igual trato por parte de las
autoridades.
Las leyes laicas también sujetaron a una
ley interpretativa del Art. 5 de la constitución
vigente, que declaraba al catolicismo como
religión oficial, otorgando mayores libertades a
quienes profesaban otros credos, y no sería hasta
1925 que el Estado Chileno se declarará laico en
su nueva Constitución, aunque en un proceso no
exento de polémica, pues se trató del resultado de
una negociación pactada en la cual la Iglesia
Católica recibió como beneficio exenciones
tributarias3.
Así, el laicismo en Chile se trata de un
proceso paulatino, de carácter institucional y no
cultural, además pactado a cambio de exenciones
y beneficios, en el cual el principal foco ha sido
fomentar el laicismo como la no intervención de
las instituciones eclesiásticas en los aspectos más
elementales de la vida. Esto quiere decir que el
dogma no es concebido como un componente
cultural que ejerce activa o pasivamente
intervención en la vida de las personas, y la
normativa lo evita solamente en una expresión
activa, garantizando la libertad de culto y de
conciencia de la persona.
Sin embargo, a través del tiempo se ha
demostrado que el propósito del laicismo no se
reduce sólo a un propósito institucional: la religión
ha sido parte central del pensamiento occidental, y
por tanto ha penetrado culturalmente también en
las instituciones, por lo que no constituye una
tarea concluida, tal y como indicó Juan José
Oyarzun, “El Laicismo considera a la religión como
un conjunto de creencias o dogmas acerca de la
divinidad, con sentimientos de veneración y temor
hacia ella, de normas morales para la conducta
individual y social, y de prácticas rituales,
especialmente mediante la oración y los
sacrificios, entendiendo entre ellos desde el ayuno
hasta la teofagia (esto es, comerse al dios, como
es la comunión). Estima el laicismo que la casi
totalidad de las grandes religiones perduran en la
actualidad, y que el sentimiento religioso es un
3
TAGLE, Matías: La separación de Iglesia y
Estado en Chile. Historiografía y debate. Instituto
de Historia, PUC. Vol. 30, 1997. 383-439. En
internet
http://revistahistoria.uc.cl/wpcontent/uploads/2011/10/Tagle-Matias-30.pdf
hecho de gran vitalidad, manifestado a través de
múltiples fenómenos de tipo mesiánico o animista,
que se dan en casi todo el mundo. La conclusión
fundamental es que la historia de la humanidad es
un proceso de laicización progresivo, que dista
bastante de haber concluido aún”4.
democrática, y son pilares básicos para el
mejoramiento de esta, así como también no
concebimos la democracia y el socialismo sin esta
libertad individual garantizada.
4. Desafíos para el laicismo del SXXI
3. Laicismo, partidismo y librepensamiento
El librepensamiento es producto de la no
intervención dogmática de alguna creencia,
religión o pensamiento, haciendo a las personas
dueñas de sus propias decisiones.
Un partido político como el nuestro, por
ende, es contrapuesto a este librepensamiento en
tanto como partido es determinado por una serie
de principios y valores (democracia, socialismo,
republicanismo, etc.) en los cuales su militancia se
enmarca. Sin embargo, a pesar de nuestras
convicciones, creemos en una sociedad
librepensadora a la cual debemos convencer
siempre en el marco del respeto y la democracia
para llevar a cabo nuestros principios y nuestro
programa político, por lo que nos declaramos
partidarios del librepensamiento, así como
militantes que por sus propias decisiones y
convicciones, han tomado y se han comprometido
voluntariamente con nuestros principios.
Es por ello que somos enfáticos con nuestra
defensa del laicismo: es el laicismo el que nos
permite determinar un marco mínimo de la libertad
y el respeto necesarios que requiere una sociedad
Cabe destacar que en la actualidad, si bien la
Iglesia y el Estado se encuentran formalmente
separados desde la Constitución de 1925, la
separación se mantiene en términos más formales
que materiales: hoy en el SXXI, podemos
encontrar el oficialismo religioso católico en las
Fuerzas Armadas y de Orden, existencia de
capillas católicas en instituciones del Estado,
enseñanza religiosa católica en las escuelas
públicas, ceremonias religiosas oficiales en
organismos públicos, simbología católica en
entidades del Estado, aportes del erario fiscal para
construcción de infraestructura religiosa,
concurrencia con poderes y recursos del Estado a
actividades internas de la Iglesia Católica 5.
Perseguir las creencias individuales de cada
persona, constituye efectivamente una vulneración
a sus derechos humanos más esenciales, como lo
son la libertad de credo, de expresión y de
opinión: no así con las instituciones de un Estado
que se dice laico en el papel, pero en la práctica
demuestra no serlo, perseverando así la
imposición cultural pasiva del dogmatismo
religioso en estos espacios públicos, lo que
constituye el principal desafío para el laicismo en
este nuevo siglo.
4
Gran Maestro de la Logia Masónica (20062010). Columna de Alexander Linford Relación
Religión-laicismo y el invento del concepto de
laicidad, en diario electrónico El Mostrador. En
internet
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/
08/31/relacion-religion-laicismo-y-el-invento-delconcepto-laicidad/
5
Columna de Alexander Linford Las batallas del
laicismo en el Chile del SXXI, en diario
electónico
El
Mostrador.
En
Internet
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/
07/27/las-batallas-del-laicismo-en-el-chile-delsiglo-xxi/
¿Hacia dónde se encamina el laicismo en el
SXXI? ¿No basta con la laicización formal del
Estado, y hay que avanzar a una laicización
efectiva de cada una de sus instituciones?
¿Cuáles son los límites del laicismo en los
espacios públicos, sean estos partes de las
instituciones del Estado (oficinas, Fuerzas
Armadas, Congreso, Municipios) o de la sociedad
toda (plazas y espacios públicos en general)?
Bibliografía
- BUNGE, M. Crisis y reconstrucción de la
filosofía. Barcelona: Gedisa, 2002.
- GAZMURI, Cristian, El 48’ chileno:
igualitarios, reformistas, radicales, masones y
bomberos. Centro de Investigaciones Diego
Barros Arana. Editorial Universitaria, 2da.
Edición. Santiago de Chile, 1999.
- LINFORD, Alexander Relación Religiónlaicismo y el invento del concepto de laicidad, en
diario electrónico El Mostrador. En internet
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/
08/31/relacion-religion-laicismo-y-el-invento-delconcepto-laicidad/
- LINFORD, Alexander, Las batallas del laicismo
en el Chile del SXXI, en diario electrónico El
Mostrador. En Internet
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/
07/27/las-batallas-del-laicismo-en-el-chile-delsiglo-xxi/
- Manifiesto Humanista 2000. En internet
http://www.filosofia.org/cod/c1999hum.ht m
- TAGLE, Matías: La separación de Iglesia y
Estado en Chile. Historiografía y debate. Instituto
de Historia, PUC. Vol. 30, 1997. 383-439. En
internet
http://revistahistoria.uc.cl/wpcontent/uploads/2011/10/Tagle-Matias-30.pdf