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Toma de Posesión
del Excmo. y Rvdmo. Sr.
D. MANUEL SÁNCHEZ MONGE
XVIII Obispo de SANTANDER
Santa Iglesia Catedral Basílica
La Asunción de Nuestra Señora
Santander 30 de mayo de 2015
TOMA DE POSESIÓN DEL EXCMO. Y RVDMO. SR.
D. MANUEL SÁNCHEZ MONGE
XVIII OBISPO DE SANTANDER
Santa Iglesia Catedral Basílica
La Asunción de Nuestra Señora
Santander, 30 de mayo de 2015
LA DIÓCESIS DE SANTANDER
El proceso de creación de la diócesis de Santander se inicia en
el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II y no se concluye
hasta el siglo XVIII, siendo rey Fernando VI. Felipe II, Felipe
III y Felipe IV presentan instancias a Roma solicitando la desmembración de los territorios llamados las Montañas Bajas y la
creación de una nueva sede en la villa de Santander. La historia
de visitadores, informantes, sopesamiento de las razones, es
muy larga y no culminará hasta que un montañés famoso, el jesuita P. Rábago llegue a ocupar el puesto de confesor de Su
Majestad. A sus instancias Fernando VI urgió de nuevo la
cuestión a Roma a través de su embajador Puertocarrero. Por
fin, el 12 de diciembre de 1754, Benedicto XIV publicaba la
bula "Romanus Pontifex" por la que Santander se constituía en
cabeza de Obispado. Este abarcaba la costa y la cordillera desde el Deva al Nervión, comprendiendo algunos valles que mucho después pasaron a Oviedo en lo eclesiástico y en lo civil,
como Peñamellera, Rivadedeva, y, por supuesto, las Encartaciones de Vizcaya hasta la ría de Bilbao, que permanecerían
como santanderinas hasta la creación de la diócesis de Vitoria
en 1851. Por el interior, los límites con Burgos se fijaban en la
divisoria de aguas de la cordillera, con lo que Reinosa y su zona quedarían aún retenidas por Burgos hasta 1956. Lo mismo
habría de suceder con los enclaves de León y Palencia.
La vieja "abadía de los Cuerpos Santos" se convirtió en la nueva catedral y la "noble y leal" villa dejaba oficialmente de serlo
por obra y gracia del P. Rábago y decreto del rey, con fecha 9
de enero de 1755, para convertirse en ciudad: "En consecuencia
de esta mi Real Resolución mando a todos ya cada uno de Vos
los sobredichos que la hayáis y tengáis por tal y la llaméis ciudad, así por escrito como de palabra".
3
Los Obispos que ha tenido la Diócesis de Santander han sido:
1. FRANCISCO JAVIER DE ARRIAZA Y SEPÚLVEDA ,
1755 - 1761
2. FRANCISCO LASO SANTOS DE SAN PEDRO, 1762 –
1783
3. RAFAEL TOMÁS MENÉNDEZ DE LUARCA y QUEIPO DE LLANO, 1784 – 1819
4. JUAN NEPOMUCENO GÓMEZ DURÁN, 1820 - 1829
5. FELIPE GONZALEZ ABARCA, 1830 - 1842
6. MANUEL RAMÓN ARIAS TEIJEIRO DE CASTRO,
1848 - 1860
7. JOSÉ LÓPEZ CRESPO ALFONSÍN BUSETA, 1860 1975
8. VICENTE CALVO y VALERO, 1876 - 1884
9. VICENTE SANTIAGO SÁNCHEZ DE CASTRO, 1884 1920
10. JUAN PLAZA GARCÍA, 1921 - 1927
11. JOSÉ EGUINO y TRECU, 1929 - 1961
12. EUGENIO BEITIA ALDAZABAL, 1962 - 1965
13. VICENTE PUCHOL MONTIS, 1965 - 1967
14. JOSÉ MARÍA CIRARDA LACHIONDO, 1968 - 1971
15. JUAN ANTONIO DEL VAL GALLO, 1971 - 1991
16. JOSÉ VILAPLANA BLASCO, 1991 – 2006
17. VICENTE JIMÉNEZ ZAMORA 2007 - 2014
La Diócesis de Santander tiene como patronos a San Emeterio
y San Celedonio, y como copatrona a Nuestra Señora Bien
Aparecida.
Esta diócesis comprende la provincia de Cantabria (menos el
Valle de Villaverde que pertenece a la diócesis de Bilbao) y el
Valle de Mena de la provincia de Burgos, con 592.185 habitantes.
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Está organizada en cuatro Vicarías Territoriales: San Pedro,
San Pablo, San Andrés y Santiago. Estas agrupan 16 arciprestazgos, con 614 parroquias organizadas en 55 Unidades Pastorales, atendidas por 194 párrocos seculares y religiosos.
Hay actualmente en la diócesis 417 presbíteros, de los cuales
250 son seculares y 167 religiosos. 5 diáconos permanentes y 6
seminaristas. Existen 20 institutos de vida consagrada masculina, con 26 comunidades, y 213 miembros; 43 institutos religiosos de vida consagrada femenina, con 71 comunidades y 693
miembros.
5
LA IGLESIA CATEDRAL
Cfr. Cer. Ep., n. 42-45
La iglesia catedral es aquella en la cual el Obispo tiene situada
la cátedra, signo del magisterio y de la potestad del pastor de la
Iglesia particular, como también signo de unidad de los creyentes en aquella fe, que el Obispo anuncia como pastor de la grey.
En la iglesia catedral el Obispo preside la Liturgia los días más
solemnes y, a no ser que circunstancias pastorales aconsejen otra
cosa, consagra el santo crisma, y hace las Ordenaciones.
La iglesia catedral por la majestad de su construcción, es
signo de aquel templo espiritual, que se edifica en las almas y
que resplandece por la magnificencia de la gracia divina, según
dice el Apóstol Pablo: «Vosotros sois templo del Dios vivo» (2
Cor 6, 16). Además, debe ser manifestación, de la imagen expresa y visible de la Iglesia de Cristo que predica, canta y adora en
toda la extensión de la tierra. Debe ser considerada ciertamente
como imagen del Cuerpo místico de Cristo, cuyos miembros se
unen mediante un único vínculo de caridad, alimentados por los
dones que descienden como el rocío del cielo.
Por tanto, la iglesia catedral se ha considerado con razón el
centro de la vida litúrgica de la diócesis.
Incúlquese en el ánimo de los fieles, por los medios oportunos,
el amor y la veneración hacia la iglesia catedral. Para esto es muy
conveniente la celebración anual de su dedicación, como también
las peregrinaciones que los fieles, distribuidos por parroquias o
por regiones de la diócesis, hacen a ella para visitarla con devoción.
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EXCMO. Y RVDMO. SR. D. MANUEL SÁNCHEZ MONGE
XVIII OBISPO DE SANTANDER
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ESCUDO EPISCOPAL
Las armerías diseñadas para el Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Manuel
Sánchez Monge, obispo de Santander, se blasonan en los términos
siguientes:
De azur (azul), un cáliz de oro (amarillo) sumado de la Hostia Santa
de plata (blanco) y acompañado, en los flancos superiores, de una
estrella de plata y la Cruz de Liébana, y en los flancos inferiores,
de dos lises de oro.
Al timbre, el capelo episcopal de verde, con sus borlas de lo mismo, y acolada, la cruz trebolada.
Esta composición responde al deseo del interesado en señalar su
misión al frente de la diócesis mindoniense, de ahí el cáliz sumado
de la Hostia Santa, y en recordar al tiempo su vinculación con la
Iglesia de Palencia, donde ha desarrollado buena parte de su labor
pastoral y en cuyo emblema, precisamente, figuran unas lises. Junto a estas dos representaciones, o sobre ellas, se dispone una estrella de plata, que expresa la devoción especialísima del nuevo
prelado por la Santísima Virgen María, stella matutina, y la Cruz de
Santo Toribio de Liébana uno de los símbolos principales de la Diócesis de Santander
9
Mons. Manuel Sánchez Monge nació en Fuentes de Nava, provincia de Palencia, el 18 de abril de 1947. Ingresó en el Seminario
Menor y realizó luego los estudios eclesiásticos en el Seminario
Mayor Diocesano. Cursó Teología en la Pontificia Universidad
Gregoriana de Roma, donde obtuvo, en 1974, la licenciatura, con
una tesina sobre la infalibilidad del papa; y, en 1998, el doctorado,
con una tesis sobre "La familia, Iglesia doméstica". Fue ordenado
sacerdote en Palencia el 9 de agosto de 1970. Además de español,
habla italiano. Lee francés e inglés.
Cargos pastorales
(1970-71) Coadjutor de la parroquia de San Lázaro de Palencia.
(1971-72) Formador en el Seminario Mayor de Palencia.
(1975-77) Formador en el Seminario Mayor de Palencia.
(1975-77) Delegado de Medios de Comunicación Social (MCS) en
la diócesis de Palencia.
(1977-82) Rector del Seminario Menor de Carrión de los Condes
de Palencia.
(1982-88) Coadjutor de la parroquia de San José de Palencia.
(1988-92) Profesor de Religión en el instituto 'Victorio Macho" de
Palencia.
(1990-92) Delegado de Pastoral Familiar en la diócesis de Palencia.
(1996-98) Pro-Vicario general de la diócesis de Palencia.
(1992-98) Rector de los Seminarios Mayor y Menor de Palencia.
(1999-05) Vicario general de la diócesis de Palencia.
(2003-) Canónigo de la Catedral de Palencia.
Nombrado Obispo de Mondoñedo-Ferrol el 6 de junio de 2005.
Consagrado el 23 de Julio de 2005.
Cargos en la Conferencia Episcopal Española
(2005-) Miembro de la comisión episcopal para la Vida Consagrada.
(2008-) Miembro de la comisión episcopal de Apostolado Seglar.
(2014-) Miembro de la comisión episcopal de Pastoral Social y de
la comisión episcopal para la Vida Consagrada
Nombrado Obispo de Santander el 6 de mayo de 2015.
10
CELEBRACIÓN
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I. RITOS INICIALES
ACOGIDA DE LA COMUNIDAD DIOCESANA
A las once y treinta de la mañana, las campanas de la
Catedral anuncian la llegada del Excmo. Sr. D. Manuel Sánchez Monge a la plaza Eguino y Trecu, para tomar posesión de
la Sede episcopal de Santander. Hace una breve parada en la
Parroquia del Santísimo Cristo para orar unos minutos ante el
Santísimo Sacramento y venerar las reliquias de los Santos
Mártires Emeterio y Celedonio. Saluda a los miembros del Colegio de Consultores
Acompañado por el Nuncio de Su Santidad en España y
por el Administrador Diocesano de Santander, es acogido por
los fieles. A la puerta del Obispado el Administrador Diocesano de Santander le presenta a las Autoridades Civiles que
asisten a su toma de posesión, y al Cabildo de la Catedral.
A continuación entra en el Obispado para vestir los ornamentos sagrados propios de la Celebración. Allí saluda a los
Srs. Arzobispos, Obispos y Sacerdotes concelebrantes que ya
se han revestido y están en silencio esperando el momento de
iniciar la Procesión de Entrada.
MONICIÓN Y PROCESIÓN DE ENTRADA
Antes de la procesión de entrada, un Monitor hace la
siguiente monición.
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Fieles de esta Iglesia de Santander, de la Iglesia de
Mondoñedo-Ferrol y de otras Iglesias de España. Hermanos
todos:
Bienvenidos a esta Celebración, en la cual el Excmo.
Sr. Nuncio de Su Santidad en España, Mons. D. Renzo
Fratini, dará posesión, en nombre del Papa Francisco, al
que será nuevo Obispo de esta Diócesis de Santander,
Mons. D. Manuel Sánchez Monge, y éste presidirá por primera vez en su Catedral la Misa estacional.
Vamos a participar de unos ritos muy expresivos por
su contenido litúrgico, teológico y pastoral, que nos ayudarán a descubrir la importancia y significación que tiene esta
Celebración.
Con el espíritu de caridad, que a todos nos une, pastores y fieles, participemos en ella recogidos en contemplación y oración, suplicando al Señor derrame sus gracias sobre esta porción del Pueblo santo de Dios, que peregrina en
Santander, y, muy especialmente, sobre el que representará
a Cristo, Buen Pastor, en medio de su grey.
Acabada la monición, comienza la procesión de entrada, que se organiza del siguiente modo: Turiferario, Cruz y ciriales, Acólitos, Diácono portando el Evangeliario, que depositará en el centro del altar, Diáconos, Presbíteros del Presbiterio diocesano concelebrantes, Presbíteros invitados.- Cabildo
Catedral.- Colegio de Consultores de la Diócesis.- Obispos,
Arzobispos, Cardenales, Obispo Electo, Administrador Diocesano de Santander, y Nuncio de Su Santidad en España, que
presidirá la toma de posesión con mitra y báculo.
Durante la procesión se canta: Pueblo de Reyes de
Lucien Deiss,
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CANTO DE ENTRADA
Pueblo de reyes, asamblea santa,
Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios.
¡bendice a tu Señor!
1. Te cantamos, oh Hijo amado del Padre;
te alabamos eterna Palabra salida de Dios.
Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María;
te alabamos, oh Cristo nuestro hermano,
nuestro Salvador.
2. Te cantamos, a ti, Esplendor de la gloria,
te alabamos, Estrella radiante
que anuncias el día.
Te cantamos, oh Luz
que iluminas nuestras sombras,
te alabamos, Antorcha
de la nueva Jerusalén.
3. Te cantamos, Mesías
que anunciaron los profetas,
te alabamos, oh Hijo de Abraham
e Hijo de David.
Te cantamos, Mesías
esperado por los pobres,
te alabamos, oh Cristo,
nuestro Rey de humilde corazón.
4. Te cantamos, Mediador
entre Dios y los hombres,
te alabamos, oh Ruta viviente, camino del cielo.
Te cantamos, Sacerdote
de la nueva alianza,
te alabamos, tú eres nuestra paz,
por la sangre de la cruz.
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Llegada la procesión al Presbiterio, los Ministros y los
Concelebrantes, después de venerar el Altar, van a los sitios
que tienen reservados. El Nuncio de Su Santidad ocupará
eventualmente la cátedra, a su derech, estará el Obispo Electo
y a su izquierda el Administrador Diocesano. Situados todos en
sus respectivos lugares, el Nuncio procederá a la incensación
del altar.
Acabada la incensación, el Nuncio se dirige a la cátedra. Terminado el canto de entrada, todos, de pie, se santiguan, mientras el Nuncio dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
La Asamblea responde:
Amén.
Y el Nuncio saluda al pueblo:
La paz esté con vosotros.
A lo que la Asamblea responde:
Y con tu espíritu.
Y todos se sientan.
ALOCUCIÓN
DEL
ADMINISTRADOR DIOCESANO
DE
SANTANDER
A continuación el Administrador Diocesano saluda en
nombre de la Comunidad Diocesana al Nuncio de Su Santidad y le
ruega transmita al Santo Padre su agradecimiento por el nombramiento de Mons. D. Manuel Sánchez Monge para ocupar la Sede
episcopal de Santander. Así mismo presenta al elegido a la Comunidad.
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ALOCUCIÓN DEL NUNCIO APOSTÓLICO
El Nuncio Apostólico responde al saludo del Administrador Diocesano de Santander.
LECTURA DE LAS LETRAS APOSTÓLICAS
Terminada su alocución, el Nuncio manda que se presenten al Colegio de Consultores las Letras Apostólicas con
el nombramiento del nuevo Obispo con estas palabras:
Que se presenten las Letras Apostólicas al Colegio
de Consultores
El Administrador Diocesano muestra las Letras Apostólicas con el nombramiento del nuevo Obispo al Colegio de
Consultores y se las entrega al Secretario del Consejo de Consultores. Seguidamente el Nuncio ordena que se proceda a su
lectura:
Que se lean las Letras Apostólicas
El Sr. Secretario del Colegio de Consultores lee las Letras Apostólicas, lectura que todos escuchan en pie, como
signo de fidelidad y obediencia al Santo Padre el Papa. Finalizada la lectura, la Asamblea aclama con la música de Lucien
Deiss:
¡Gloria, honor a ti, Señor Jesús!
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POSESIÓN DE LA CÁTEDRA
Terminada la aclamación, el Nuncio invita al Obispo
Electo a sentarse en la Cátedra episcopal desde la que ejercerá su ministerio como Pastor de la porción del pueblo de Dios
que le ha sido encomendada. Éste, cubierto con la mitra, se
sienta en ella, y el Nuncio le hace entrega del báculo, simboli-
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zando con ello la sucesión apostólica y la continuidad pastoral.
Las campanas de la Catedral anuncian a la Diócesis la
toma de posesión de su nuevo Pastor.
ACOGIDA Y ADHESIÓN DE LA COMUNIDAD DIOCESANA:
Todos se sientan y mientras la Asamblea gozosa aclama:
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dar gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¡Aleluya, aleluya!
Mientras tanto el Administrador Diocesano, el Presidente del Cabildo Catedral, un miembro del Colegio de Consultores, un Religioso y una Religiosa en representación de los
miembros de los Institutos de Vida Consagrada, dos personas
mayores, un matrimonio con niños, dos jóvenes, representando a los fieles se acercan a la Cátedra y, en nombre de toda la
Comunidad Diocesana, manifiestan al nuevo Obispo su afecto
y su compromiso de cooperar diligentemente con él en su ministerio episcopal.
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PRIMERA MISA ESTACIONAL DE D. MANUEL
Terminada la acogida y adhesión de la Comunidad
Diocesana a su nuevo Obispo, este preside la Misa Estacional
por primera vez en su Diócesis. El Nuncio Apostólico ocupa
ahora el lugar que antes ocupaba el Obispo que ha tomado posesión de su Sede episcopal.
La Misa que preside el nuevo Obispo corresponde a la
Misa por el propio sacerdote celebrante con las lecturas del
Sábado de la VIII semana del Tiempo Ordinario. Un monitor
introduce esta Eucaristía con la siguiente monición:
MONICION
D. Manuel acaba de tomar posesión de la Sede episcopal de Santander. Desde hoy ejercerá su ministerio como
Obispo y Pastor de esta porción del Pueblo de Dios que le
ha sido confiada, para que la apaciente con la cooperación
de su Presbiterio, de forma que unida a él, su Pastor, y
reunida por él en el Espíritu Santo, por medio del Evangelio
y la Eucaristía, constituya la Iglesia particular, que peregrina en Cantabria y el Valle de Mena, en la que está verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo, que es Una,
Santa, Católica y Apostólica.
Para tomar posesión de su nueva Diócesis él ha llegado esta mañana a nuestra Catedral: desde hoy, aquí tiene
su Cátedra para enseñar y regir, y su Altar para santificar.
Ahora, como Obispo nuestro, “como el gran sacerdote de su grey, de quien deriva y depende en cierto modo
la vida en Cristo de sus fieles”, rodeado de su Presbiterio y
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Ministros, va a presidirnos por primera vez la Eucaristía,
donde el Señor se nos entrega como alimento en la mesa de
la Palabra y de su Cuerpo y Sangre.
Omitido el acto penitencial, el Obispo entona el Gloria
(Música.: Palazón)
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
1. Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias.
2. Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre.
3. Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
4. Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
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ORACIÓN COLECTA
Terminado el Himno Gloria, el Obispo invita a
la asamblea a orar y dirige la oración colecta.
Oremos
Señor, tú que te has querido ponerme
al frente de tu familia
no por mis méritos,
sino por pura generosidad de tu gracia,
concédeme realizar dignamente
el ministerio episcopal
y guiar, bajo tu amparo,
la grey que me has confiado.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
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II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (Eclo. 51, 17-27)
Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor. Siendo aún
joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la
busqué desde mi juventud y hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón gozaba con ella,
mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven, presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente, cuando la alcance no me aver-
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gonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de ella el rostro;
mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi
mano abrió sus puertas, la miraré y la contemplaré; mi alma la
siguió fielmente y la poseyó con pureza.
V/ Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
A continuación se proclama el salmo responsorial: el
salmista canta los versículos del salmo y toda la Asamblea
participa por medio de la respuesta.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
V/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
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V/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino;
más dulces que la miel de un panal que desti1a
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Todos en pie cantan el Aleluya.
ALELUYA
V/ Aleluya, aleluya
R/ Aleluya, aleluya
EVANGELIO
El Turiferario se acerca a la Cátedra para que el Obispo ponga incienso. Luego se acerca también el Diácono. Éste,
recibida la bendición del Obispo, acompañado por el Turiferario y dos Acólitos con luces, porta el Evangeliario procesionalmente al Ambón, donde proclama el Evangelio.
V/. El Señor este con vosotros
R/. Y con tu espíritu
† Lectura del santo Evangelio según San Marcos (Mc 11,
27-33)
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén,
y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos
sacerdotes, los letrados y los senadores, y le preguntaron: ¿Con
qué autoridad hacºes esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
Jesús les replicó: Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan
¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.
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Se pusieron a deliberar: Si decimos que es de Dios, dirá: «¿Y
por qué no le habéis creído? » Pero como digamos que es de
los hombres. (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba
convencido de que Juan era un profeta) Y respondieron a Jesús:
No sabemos.
Jesús les replicó: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad
hago esto.
V/ Palabra del Señor.
R/ Gloria a Ti, Señor Jesús.
El Diácono lleva el Evangeliario al Sr. Obispo, para
que éste lo bese y bendiga al pueblo.
HOMILÍA
El Obispo, después de besar el Evangeliario pronuncia
la Homilía. Todos escuchan sentados.
PROFESIÓN DE FE
Acabada la Homilía del Obispo, junto a él, Sucesor de
los Apóstoles, recitamos por primera vez el Símbolo Apostólico
profesando la fe común.
Creo en Dios Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
25
y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso;
desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos;
y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Terminada la profesión de fe, el obispo inicia la oración universal:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso,
que con amor rige los destinos de su Iglesia,
para que derrame con largueza
sus beneficios sobre nosotros.
Un cantor entona la respuesta a las intenciones de la
Oración:
Señor escúchanos, Señor óyenos
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos
El Diácono lee las intenciones de la Oración:
1.-Por la Santa Madre Iglesia, para que transmita
fielmente la Buena Noticia de Jesucristo, luz de los
pueblos, y sea sacramento o signo e instrumento de
la íntima unión con Dios y de unidad de todo el género humano. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
2.-Por el papa Francisco, Pastor de la Iglesia Católica, para que asistido por el Espíritu Santo, con su
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ejemplo y palabra, nos confirme en la fe en Dios que
es amor , sostenga nuestra esperanza y estimule
nuestra caridad. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
3.-Por nuestro Obispo, D. Manuel Sánchez Monge,
para que a ejemplo de Jesucristo, el Buen Pastor, y
con la fuerza del Espíritu Santo ejerza el ministerio
episcopal que es oficio de amor, como sucesor de los
Apóstoles, en comunión con el Papa y con el Episcopado universal, apacentando a esta Iglesia de Dios
que peregrina en Santander. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
4.- Por D. Manuel Herrero Fernández, que durante
el tiempo de Sede vacante ha sido el Administrador
Diocesano de nuestra Diócesis, para que el Señor
premie su entrega y dedicación , sus trabajos y desvelos, sus alegrías y sufrimientos por esta Iglesia de
Santander. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
5.-Por los Obispos que han regido nuestra Diócesis,
por D. José Vilaplana, Obispo de Huelva, D. Carlos
Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, y D. Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza, para que el
progreso de los fieles de la Diócesis sea su gozo y su
corona . Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
6.- Por todos los hombres, especialmente los pobres,
los afligidos, los enfermos, los ancianos, los emigrantes, los parados, cuyos gozos y esperanzas, tristezas y
angustias son también gozos y esperanzas, tristezas
27
y angustias de los discípulos de Cristo, para que se
abran por el testimonio evangelizador y misionero de
los cristianos al único que salva , Jesucristo. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
7.-Por nuestros gobernantes, para que conscientes de
su responsabilidad de buscar el bien común, sirvan al
pueblo y lo guíen con su ejemplo y actuación por
caminos de justicia, de verdad, de paz, de libertad y
de amor. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
8.-Por todos nosotros, hombres y mujeres, casados,
solteros, mayores, jóvenes y niños, reunidos en el
Señor en torno a D. Manuel, para que sepamos vivir
en comunión de fe y de amor con nuestro Pastor con
la ayuda e intercesión de la Virgen Bien Aparecida y
de los santos Mártires. Roguemos al Señor.
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
9.- Por todos los difuntos, especialmente los Obispos
que han regido nuestra Diócesis, para que por la misericordia de Dios compartan la gloria de la resurrección. Roguemos al Señor
R/ Señor escúchanos, Señor óyenos.
El Obispo concluye la Oración:
Oh Dios, que con misericordia sostienes a tu pueblo
y con amor lo gobiernas, escucha nuestra oración
para que progresemos en el espíritu
de verdad y de amor
y así un día podamos reunimos todos
en el reino glorioso de tu Hijo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
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29
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
PROCESIÓN DE OFRENDAS
Unos fieles en nombre de toda la Comunidad Diocesana se acercan a la Cátedra y presentan al Obispo las ofrendas
de pan y vino para la Eucaristía, y donaciones recolectadas
para los pobres y para la iglesia.
Terminada la preparación del altar por los ministros, el
Obispo se acerca al altar, presenta los dones y se procede a la
incensación.
Se concluye la preparación de los dones con la invitación del Obispo a orar juntamente con él diciendo:
V/ Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y
vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
R/ El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda
su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Oh Dios, que diriges la marcha de la historia
con poder y con amor,
apiádate de mí
por los dones que tu gracia me ha concedido,
y por la eficacia de este sacrificio,
dirige los corazones
de sacerdotes y fieles de tal manera
que al pastor no le falte la obediencia de los fieles,
y a los fieles no les falte el cuidado del pastor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén
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PLEGARIA EUCARÍSTICA III
Al comenzar el saludo previo al Prefacio, los concelebrantes principales acuden al lado del Sr. Obispo de Santander, que se encuentra en el centro del altar para comenzar la
Acción Eucarística. Los otros concelebrantes permanecen en
sus lugares. El Diácono se coloca detrás del Sr. Obispo y le
asiste en los momentos oportunos.
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PREFACIO (JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Que constituiste a tu único Hijo
Pontífice de la Alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Él no sólo ha conferido el honor del
sacerdocio real a todo su pueblo santo,
sino también, con amor de hermano,
elige hombres de este pueblo para que,
por la imposición de las manos,
participen de su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo
el sacrificio de la redención,
preparan a tus hijos el banquete pascual,
presiden a tu pueblo santo en el amor,
lo alimentan con tu palabra
y lo fortalecen con tus sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor,
al entregar su vida por ti
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y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darle así testimonio constante
de fidelidad y amor.
Por eso, nosotros, Señor,
con los ángeles y los santos,
cantamos tu gloria diciendo:
SANTO
(Música: F. Palazón)
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
El Obispo, con las manos extendidas dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las
ofrendas, dice, junto con los concelebrantes que lo hacen en
voz baja mientras extienden las manos hacia las ofrendas:
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Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan
y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y + Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han
de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.
Porque él mismo
la noche en que iba a ser entregado
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el
altar, prosigue:
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él
porque esto es mi Cuerpo
que será entregado por vosotros.
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Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego
sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el
altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita sobre el corporal
y lo adora haciendo genuflexión.
Luego el celebrante principal dice:
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el Obispo y los concelebrantes, con las manos
extendidas dicen:
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Así pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Victima
por cuya inmolación
quisiste devolvernos tu amistad,
para que fortalecidos con
el Cuerpo y sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo
y un solo espíritu.
Concelebrante primero:
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de su heredad
junto con tu elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo San José,
los apóstoles y los mártires,
San Emeterio y San Celedonio
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
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Concelebrante segundo:
Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor el Papa Francisco,
a mi hermano Manuel,
obispo de esta Iglesia de Santander,
a mi, indigno siervo tuyo,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y suplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
se la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor, nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes
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Toma la patena con el pan consagrado. El Diácono toma el cáliz. Sosteniéndolos elevados, dice, junto con los concelebrantes:
Por Cristo, con él y en él
a ti, Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
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RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Sr. Obispo, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Señor, y siguiendo su
divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Extiende las manos, y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
El Sr. Obispo, con las manos extendidas, prosigue él
solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
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Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ
Después el Sr. Obispo, con las manos extendidas, dice
en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz
os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El Sr. Obispo, extendiendo las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, el diácono dice:
Daos fraternalmente la paz
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.
CORDERO DE DIOS
(M.: A. Taulé))
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
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Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
El Sr. Obispo hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo diciendo:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN
A continuación se distribuye la Eucaristía. Los Obispos
y Sacerdotes Concelebrantes que se encuentren dentro del
presbiterio, comulgarán por intinción, en los extremos del altar. Unos Diáconos y Acólitos facilitarán la comunión a los
demás Sacerdotes Concelebrantes, en sus respectivos lugares
fuera del presbiterio. Para facilitar la distribución al resto de
la Asamblea, varios Sacerdotes, previamente designados, se situarán en las naves de la iglesia y en el claustro. Mientras la
Asamblea y el Coro canta:
I
(Música.: J. J. Jáuregui)
Como el racimo a la vid,
nos unimos al Señor,
para dar frutos de amor,
que es la razón del vivir. (bis)
Las espigas esparcidas,
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por los campos soleados,
amasan el pan de vida,
signo de Cristo entregado.
A esta fuente inagotable
nos invita el Señor
a saciar la sed y el hambre,
de vida, gracia y amor.
Venid, hijos a esta mesa:
Cristo en ella se nos da,
es su Cuerpo que se entrega,
como don sobre el altar.
Comer de este pan es vida,
semilla de eternidad,
Cristo es nuestra garantía,
fuente de felicidad.
Todos un cuerpo formamos,
comiendo del mismo pan,
porque es Cristo nuestro hermano,
el pan de fraternidad.
II
(M.: Busca de Sagastizábal)
Cantemos al Amor de los amores
cantemos al Señor.
Dios está aquí
Venid, adoradores;
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús;
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cielos y tierra, bendecid al Señor.
Honor y gloria a ti,
Rey de la Gloria;
amor por siempre a ti,
Dios del Amor.
Oh Luz de nuestras almas
Oh Rey de las victorias
Oh Vida de la vida
y amor de todo amor!
A ti, Señor cantamos,
oh Dios de nuestras glorias;
tu nombre bendecimos,
oh Cristo Redentor.
Terminada la distribución de la Eucaristía, el Obispo,
en pie en la Cátedra, dice la Oración después de la comunión:
ORACIÓN POSTCOMUNIÓN
Oremos
Dios todopoderoso y eterno,
origen y plenitud de todas las virtudes,
concédeme, por la participación en este misterio,
la gracia de hacer el bien y predicar la verdad,
para que, de palabra y de obra,
enseñe a los fieles el valor de tu gracia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén.
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CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN
BENDICIÓN FINAL DEL SR. OBISPO
el Obispo imparte su primera bendición a la grey que le ha sido encomendada.
El Señor esté con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.
El Dios todopoderoso
os bendiga con su misericordia
y os llene de la sabiduría eterna.
R/ Amén
Él aumente en vosotros la fe
y os dé la perseverancia en el bien obrar.
R/ Amén.
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Atraiga hacia sí vuestros pasos
y os muestre el camino del amor y de la paz.
R/ Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo, y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros.
R/ Amén.
Y todos entonan el Himno a Nta. Sra. Bien Aparecida,
patrona de la Diócesis.
¡Oh Virgen querida
Bien Aparecida!
Reina nuestra eres,
danos tu favor.
En la cumbre alzaste
tu trono de gloria.
Alza en nuestros pechos
un trono de amor.
Tiene nuestro cielo para Ti doseles,
tienes por alfombra campos de verdor:
Hacia ti subiendo miles de hijos fieles,
cantan, como alondras, cánticos de amor.
¡Oh Virgen querida
Bien Aparecida!
Oye, si gemimos, nuestro acerbo llanto;
trueca los lamentos en triunfal clamor;
oye complacida nuestro alegre canto,
si del pecho brotan himnos en tu honor.
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Nunca en este suelo cesen tus favores,
y a la par con ellos crezca nuestro amor.
Como al fresco aliento matinal las flores
crecen a tus plantas, y te dan su olor.
¡Oh Virgen querida
Bien Aparecida!
Toda Cantabria, de placer henchida,
tiene en ser tu esclava su blasón mejor;
tú eres nuestra Reina, tú eres nuestra vida;
¡Madre!, no nos dejes, danos tu favor.
DESPEDIDA DE LA ASAMBLEA
Terminado el canto mariano, el Diácono, con las manos juntas, despide al pueblo, diciendo:
Podéis ir en paz.
R/ Demos gracias a Dios.
El Sr. Obispo permanece en la Catedra. Los Srs. Obispos y Sacerdotes concelebrantes hacen una inclinación profunda desde lugar en que se encuentra, y, con los ministros, y
en el mismo orden procesional del inicio, regresan al lugar
donde se revistieron, por el mismo itinerario del comienzo.
El Obispo recibe el saludo de los fieles. A su término, el
Obispo regresa al lugar donde se revistió. Mientras tanto, la
Coral interpreta polifonía diversa.
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