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Los cristianos nominales • Pedro Puigvert
Los cristianos
nominales
En el siglo pasado, cuando
alguien se refería a los cristianos
nominales, todo el mundo
entendía que eran los que
pertenecían a las iglesias
nacionales, tanto la católica
como las protestantes y
ortodoxas, los cuales habían
sido bautizados de niños y
llegados a su adultez, si se les
preguntaba, decían que eran
cristianos no practicantes,
una manera de decir que
no eran creyentes. En la
actualidad se les conoce
también como cristianos
sociológicos. Un periódico
que diariamente hace una
entrevista a un personaje por
algún asunto que le relaciona
con la actualidad, pregunta
por su religión. Las respuestas
son variadas, con un alto
porcentaje de ateos, hasta
el punto de haber levantado
sospechas entre los lectores,
acerca de la prioridad en
entrevistarlos por aquello de
la noticia. Otro segmento es
el de los nominales, los cuales
declaran su condición religiosa
con variados eufemismos:
“no practicante”, “creo en
Dios, pero no estoy afiliado a
ninguna religión”, creo en Dios,
pero no en sus representantes”,
“soy religioso sin filiación, “soy
muy espiritual”, “la religión
es un asunto privado”, soy
agnóstico”, etc. etc.
Marzo-Abril 2010
L
a historia nos
enseña que las
personas que dicen saber sobre Jesús,
pero le abandonan,
que conocen la Iglesia,
pero no asisten al culto, acaban por volverse enemigos del cristianismo y constituyen
una amenaza superior
a la de los no cristianos. Por ejemplo, ha
habido cristianos nominales entre los líderes de las revoluciones comunistas, como
Stalin en la URSS y
Kim il-Sung en Corea
del Norte. El origen
del nominalismo cristiano hay que buscarlo en el siglo IV, en la
época del emperador
Constantino. Antes de
él era difícil ser un cristiano bautizado
porque la persecución se encargaba
de mostrar quien era o no un creyente genuino. Después de Constantino,
era peligroso rechazar ser bautizado
como cristiano. Con esto se introdujo
en la Iglesia una masa de gente que era
cristiana por conveniencia, es decir,
sociológicamente cristiana, pero nada
más. En el día de hoy este fenómeno
no ocurre solamente en las iglesias
oficiales, sino también en las demás,
aunque de manera diferente. En este
caso, no son personas bautizadas o
a veces sí, sino que sus padres cris-
tianos los presentaron al Señor, asistieron a la escuela dominical hasta la
adolescencia y a partir de ahí empezaron por negarse a asistir a los cultos,
luego fueron abducidos por el mundo, contrajeron matrimonio con una
persona no cristiana, pero siguen presentándose como evangélicos y sólo
asisten a la iglesia, en el mejor de los
casos, cuando hay un acontecimiento
social de un familiar o un amigo. Por
tanto, el interés de las iglesias no debe
ser solamente la evangelización de los
no cristianos, sino también de los que
son evangélicos nominales.
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Los cristianos nominales • Pedro Puigvert
1. ¿Qué es un cristiano nominal?
El cristiano sociológico es una persona que
de cristiano sólo tiene el nombre. Es un individuo que no participa regularmente en
la vida eclesial ni cultual. Es lo que se llamaba antes un cristiano de las tres partidas:
bautismo, boda y entierro. En el caso de los
evangélicos, puede que haya sido bautizado
(incluso de adulto), se haya casado delante
de la iglesia y probablemente cuando muera tendrá un culto fúnebre evangélico. Se
pueden encontrar evangélicos nominales
también en la Iglesia. Son personas que se
consideran cristianas y lo son también para
los demás. Pero les faltan tres cosas importantes: La convicción de que Jesucristo es
su Señor, una presencia regular en los cultos y una participación positiva en las actividades cristianas, como la evangelización,
el servicio y la formación bíblica.
El problema del nominalismo existía ya en
la Iglesia primitiva: “guardaban la apariencia exterior de la piedad, pero negaban su
eficacia” (2 Ti. 3:5). El mensaje a la iglesia
de Sardis lo confirma: “yo conozco tus
obras, que tienes nombre de que vives, y
estás muerto” (Ap. 3:1).
Hace algo más de diez años, Peter Brierley hizo un estudio de este fenómeno en
el mundo y descubrió que los cristianos
nominales representan el 44%, unos 700
millones sobre un total de 1.614 millones.
Luego, cuando se examina por continentes, los porcentajes cambian: Australia y
África tienen el mayor porcentaje, seguido
de Asia y Europa. El porcentaje menor lo
encontramos en las Américas. El estudio
revela que el nominalismo no es un problema propio de Occidente o de la teología liberal. Por confesiones, se observa
que más de la mitad de los cristianos nominales en el mundo es católico romano,
seguido por los pentecostales, los ortodoxos, los anglicanos, los luteranos y así
sucesivamente. En esta estadística no figuran los evangélicos agrupados como tales.
La mayor proporción de cristianos sociológicos se encuentra en los anglicanos con
el 80%, el doble de la media. Los cristianos
nominales anglicanos, luteranos y ortodoxos son particularmente numerosos en
Europa. Los bautistas en América del norte. En África, son aquellos procedentes
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de Iglesias surgidas de las misiones, como
los metodistas, y en América del Sur, los
pentecostales. En Asia, los presbiterianos
y otros. Los nominales católicos romanos
se encuentran en el mundo entero.
2. La realidad del nominalismo
El crecimiento del número de cristianos
sociológicos es un problema mundial. Podemos distinguir varias clases entre los
que se consideran cristianos:
El cristiano
sociológico es
una persona que
de cristiano sólo
tiene el nombre.
Es un individuo
que no participa
regularmente en
la vida eclesial
ni cultual.
Es lo que se
llamaba antes
un cristiano de
las tres partidas:
bautismo, boda
y entierro.
2.1. Cristianos según la identidad étnica.
Son aquellos que forman parte de sociedades en que la religión va ligada al país,
en lugar de la confesión de fe personal.
Por ejemplo, se supone que un eslavo es
ortodoxo, un anglosajón anglicano o un
español católico.
2.2. Cristianos de segunda generación.
La fe de los padres sin confesión personal de los hijos es considerada como
confiriendo la cualidad cristiana. Pero
como se ha señalado muchas veces,
Dios tiene hijos, pero no nietos. En
esta categoría es donde reside mayormente la problemática de los evangélicos. En la práctica es mayor el problema entre los paidobautistas que entre
los que bautizamos adultos.
2.3. Cristianos formales.
Son los que toman parte en ceremonias
especiales, como Navidad o Semana Santa, pero no profesan la fe cristiana.
2.4. Cristianos sincretistas.
Algunas personas adoptan el cristianismo como una religión más, a causa de
sus valores morales. Pero reconocen
igualmente como caminos a Dios, el budismo, el Islam o el hinduismo.
2.5. Cristianos activistas.
Son aquellos que trabajan por la Iglesia hasta el agotamiento, pero hacen todo esto
por altruismo hacia el prójimo, sin tener
ninguna convicción personal en Cristo.
2.6. Cristianos para los que el cristianismo es un hobby.
Estos son los que dan prioridad al aspecto formal y externo de algunos cultos
y se lo pasan bien. Les gusta participar
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en algunas actividades como los retiros espirituales, las fiestas sociales,
las excursiones y los campamentos,
pero dejan de asistir cuando deben
hacer frente a un cambio en su vida
al ser confrontados con Cristo.
3. El tratamiento pastoral
del nominalismo
La realidad del nominalismo, también
en las Asambleas de Hermanos, exige
que lo tratemos desde una perspectiva bíblica y pastoral, con un compromiso serio en la realización de
un trabajo que no es nada fácil. Los
ancianos y responsables debemos tomar en consideración algunos aspectos que nos brindan las Escrituras.
3.1. Velando sobre los niños y los
jóvenes.
Estar al tanto de ellos en el seno
de las familias creyentes, donde la
tentación del nominalismo está presente. Pensemos en Abraham y su
sobrino Lot. Instruirlos en los caminos del Señor en contacto directo
con sus padres.
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3.3. El ministerio
hacia los cristianos nominales.
Ya hemos señalado que la labor no
es fácil, pero hay
algunas cosas que
podemos hacer:
• Orar por aquellos
creyentes
que han abandonado la iglesia
o sólo asisten
irregularmente a
sus cultos y no
participan de la
vida del cuerpo
de Cristo.
• Reflexionar sobre nosotros
mismos, en tanto que creyentes y
responsables de la iglesia.
• Buscar nuestra propia renovación
y la de aquellos que son nuestros
hermanos para que no caigan en el
nominalismo.
• Desarrollar una iglesia viva fundada sobre las Escrituras, la oración y
la evangelización.
personal y espiritual. La misión y la
evangelización no son fáciles ni se
realizan una sola vez. Es necesario
sembrar en las personas la simiente
del evangelio de Cristo, a fin de que
ellas crezcan en su conocimiento.
Según los modelos bíblicos hace falta desarrollar día a día, la vida cultual
y el conocimiento de Dios, la comunión entre los miembros del cuerpo
de Cristo y la preocupación por la
evangelización del mundo.
• Encontrar el punto de contacto
con los nominales utilizando el ministerio de la visitación.
Conclusión
La vida cristiana no es sencilla ni
simple, ya que implica compromiso
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Los cristianos nominales
3.2. Prevenir los riesgos del nominalismo entre los miembros de la
iglesia.
No tenemos ninguna seguridad de
que los jóvenes que se bautizan y los
mismos adultos que se integran en la
iglesia, anden fielmente en los caminos del Señor y no caigan en el nominalismo. Sin embargo, una manera
de prevenir este riesgo es el discipulado de los candidatos a bautizarse
en donde se debe enseñar en qué
consiste ser miembro de una iglesia
y las responsabilidades que conlleva.
Incluso debemos prevenir este riesgo entre los responsables de la iglesia. No olvidemos que entre los doce
apóstoles había uno que además de
nominal fue un traidor. Porque entre
los creyentes e incluso entre los dirigentes, puede haber alguien que use
la comunidad para sus propios intereses personales. Pedro reprendió
duramente a Simón el mago llamándole al arrepentimiento (Hch. 8.20-
24). Puede haber
también entre los
creyentes personas como Nicodemo, que tienen
más miedo de los
hombres que de
Dios. La iglesia
tiene el deber de
enseñarles lo que
implica la vida del
discípulo.