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Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo
de Rafaela, en los Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del
Concilio Vaticano II
Primer período 1962
ASSCOVS1 Volumen I Parte I página 39 (I-I 39) figura en el elenco de oradores en la
Congregación General XXVI del 24 de noviembre de 1962, sobre el esquema de los
instrumentos de comunicación social.
I-I 523-525 adhiere junto a Marengo, Ponce de León y Quarracino a alguna de las
Observaciones añadidas a la Exposición oral de Devoto en la Congregación General VIII
del 27 de octubre de 1962 sobre el esquema de liturgia,2 proemio y el capítulo primero
(principios de la renovación).
En la exposición oral se centra en la conveniencia de la celebración comunitaria de los
sacramentos (del bautismo, de la confirmación, de la primera comunión, del matrimonio)
de tal forma que no permanezca como cuestión más o menos privada, sino que sea hecha la
celebración en la comunidad. Además abroga por la supresión de las categorías y aranceles
litúrgicos, en razón de que nadie desconoce que los abusos provocados por esta costumbre.
No pocos piensan que pueden comprar con dinero las cosas sagradas y la felicidad celeste.
En las observaciones añadidas señala que el esquema es óptimo en su tipo principalmente
habida razón de su orientación pastoral y no solo por una conformidad de él con la sana y
más pura tradición de la Iglesia.
Propone una revisión de los ritos para que sean simples y claros, breves, sin repeticiones,
acomodados a la capacidad de los fieles y en general no carezcan de comentarios para que
sean comprendidos. Indica que los mismos signos sacramentales no expresan
suficientemente su significación en la Iglesia latina, v.g. la forma del pan en las especies
eucarísticas. A estos añadidos adhieren algunos obispos.
Luego insiste en la utilidad y la necesidad de la lengua vulgar en la liturgia, para que el
tesoro espiritual de la Sagrada Liturgia no permanezca velado en gran parte a los ojos del
pueblo cristiano y se logre la participación activa y consciente de los fieles en la Sagrada
Liturgia por el hecho de que serán entendidas las palabras que son expresadas por el
ministro. Promueve que las Conferencias Episcopales propias o las cercanas en lengua
común atiendan las cuestiones inherentes a esta situación.
También propone que la celebración litúrgica de la Palabra de Dios sea restaurada en sí
misma, especialmente para las vigilias de las fiestas solemnes, para algunas fiestas de
Adviento y Cuaresma. Y los domingos y los días festivos en aquellos lugares que carecen
de sacerdote, en este caso debe ser presidida por el diácono o por otro delegado del obispo.
1
Acta Sinodalia Sacrosanti Concilii Oecumenici Vaticano Secundi.
Cf. Schema Constitutionis de Sacra Liturgia, en la Congregación General IV, del 22 de octubre de
1962, en ASSCOVS Volumen I Parte I páginas 262-303.Consta de un proemio y ocho capítulo: 1.
Sobre los principios generales para renovar y fomentar la Liturgia. 2. Sobre el misterio Eucarístico.
3. Sacramentos y sacramentales. 4. El Oficio Divino. 5. Año litúrgico y calendario. 6. Ornamentos
sagrados. 7. Música sacra. 8. Arte sagrado. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras
intervenciones sobre el mismo documento.
2
1
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Esto por ser concorde con la más antigua tradición y por ser un medio eficaz para estimular
el conocimiento y la apreciación de la Palabra de Dios en los fieles. Por otra parte, señala el
Concilio debe tener en cuenta que en numerosas regiones rurales de América Meridional,
los fieles carecen de sacerdotes, de modo que frecuentemente no escuchan de ningún modo
la Palabra de Dios por numerosos meses y, en algunos casos, hasta por un año.
I-II 71-73 adhiere junto a Aguirre, Angelelli, Kemerer, Marengo y Ponce de León a las
notas escritas de la Exposición oral de Devoto en la Congregación General XI del 31 de
octubre de 1962, sobre el esquema de liturgia, capítulo dos (el Misterio Eucarístico).
En la exposición oral se centra que para la revisión y la renovación del orden de la Misa ve
conveniente establecer orientaciones generales, examinadas por expertos. E indica algunas
orientaciones: restaurar algunas procesiones (introito, ofrendas, comunión,…), restaurar
ritos que den una activa participación a los fieles, por ejemplo la celebración de cara al
pueblo, la habitual presencia de algún “comentarista” y lector, al menos los domingos y
días festivos, la proclamación de las lecturas en un lugar más adecuado y la simplificación
de gestos (la multiplicación de señales de la cruz y de genuflexiones en el Canon, etc.).
Luego juzga que los estipendios se han de abolir, por las siguientes razones, no doctrinales,
sino prácticas y pastorales: son mal entendidos por el pueblo en su objetivo (“precio” del
sacramento y no como sustento del sacerdote) y suele mostrar varios abusos y
exteriormente, parece tener sabor a negocio. También sugiere que la misa, aún privada, se
celebre sólo por devoción verdadera, no por lucro.
En las observaciones añadidas, aprueba el uso de la lengua vulgar en la misma Misa
(exento el canon), a criterio y juicio de las Conferencias Episcopales, reconocidas por la
Santa Sede y conforme a las necesidades pastorales.
Le parece óptima la facultad de concelebrar la santa Misa, en ciertos y determinados casos,
no sólo para facilitar la celebración en la reunión de muchos sacerdotes –que ciertamente es
una razón práctica– sino también para expresar la unidad del sacerdocio con especial
fuerza. Indica algunas posibilidades de concelebración, además de los casos que se exponen
en el esquema: a) en la misa vespertina en la Cena del Señor y en la Vigilia Pascual. b) En
encuentros de muchos sacerdotes: congresos, ejercicios espirituales, etc. c) En la misa
conventual y en la Misa principal en Iglesias donde hay muchos sacerdotes, cuya
celebración particular no es requerida para el bien de los fieles.
I-II 240-241 adhiere junto a Muhn, Aguirre, Devoto y Ponce de León a las Observaciones
escritas de Kemerer, pos Congregación General XIII del 6 de noviembre de 1962, sobre el
esquema de liturgia, capítulo dos (Misterio Eucarístico).
Mociona para que si bien hay algunos “riesgos” por la comunión bajo las dos especies, no
impidan su aplicación y que se observe como lo hacen los ritos orientales.
I-II 246-247 adhiere junto a Devoto, Aguirre y Ponce de León a las Observaciones escritas
de Maricevich Fleitas (Coadjutor de Villarica, Paraguay) en pos Congregación General XIII
del 6 de noviembre de 1962, sobre el esquema de liturgia, capítulo dos (el Misterio
Eucarístico).
Mociona para reformar y renovar (abreviar, quitar, agregar,…) la celebración de la Misa.
2
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
I-II 427-428 adhiere junto a Ponce de León, Rau, Rossi, Tato, Marengo y Devoto a la
Exposición oral Aguirre en la Congregación General XV del 9 de noviembre de 1962 sobre
el esquema de liturgia, sobre el capítulo cuarto (Oficio divino).
Aborda la necesidad de renovar el Breviario a fin de adecuarlo a la vida activa de los
sacerdotes seculares.
I-III 318-319 adhiere junto a Marengo, Rau, Aguirre, Ponce de León, Kemerer, Sansierra
y Blanchoud a las Observaciones escritas de Devoto pos Congregación General XXIV del
21 de noviembre de 1962, sobre el esquema de las fuentes de la revelación.3
Rechaza “los esquemas” debido a que contradicen: 1) la tarea solicitada por Juan XXIII al
Concilio ya que: a) se presentan muchísimas repeticiones de cosas de otros Concilios, dadas
a conocer por los Sumos Pontífices y teólogos; b) además, las repeticiones se producen con
modo y estilo similar a un libro de manual escolar; c) las cosas que se leen allí no
responden ni remotísimamente a la índole pastoral del magisterio de la Iglesia. 2) El
progreso de los estudios, de la teología y la sagrada Escritura, ya que la doctrina del
esquema: a) se establece demasiado en el orden de las verdades puramente naturales; b) de
ningún modo parece sacarse de la fuente bíblica y la doctrina de los Padres, pero entiende
mucho el racionalismo conceptualista y abstracto; c) no es cristológica, pues el misterio de
Cristo no es propuesto como centro y compendio de toda la historia de la salvación, sino
como un mero instrumento de revelación verbal; d) carece de dimensión escatológica, que
es reducida prácticamente en el caso al fin individual de cada uno de los hombres, que no
expresa manifiestamente la gloriosa venida de Cristo ni la resurrección de nuestro cuerpo y
la transformación del mundo. 3). El sano ecumenismo actual: ya que en estos esquemas, a)
pocos llegan a ser fundamentos bíblicos y la patrística de la doctrina teológica, que gozan
de gran favor entre los hermanos separados; b) no se tiene en cuenta el gran tesoro y del
modo de hablar de la teología de Oriente; c) se muestra demasiado la apologética ya
obsoleta. 4) La claridad de la doctrina, en estos esquemas: a) trabajan con imprecisión,
principalmente cuando hablan de la tradición, la inspiración y la historicidad de los libros
sagrados; b) antes que clarificar la doctrina y declarar abiertamente los errores parecen
conducir a cierta confusión.
A partir de las cosas dichas, es evidente que estos dos esquemas no se atienden a las
necesidades de hoy, ora teológicas, ora pastorales de la Iglesia. Por consiguiente, propone
que sean reescritos por completo según el sentido de estas observaciones.
I-III 457 figura en el elenco de oradores de la Congregación General XXVI del 24 de
noviembre 1962, sobre el esquema de los instrumentos de comunicación social.
I-III 491 pronuncia una Exposición oral en la Congregación General XXVI del 24 de
noviembre de 1962, sobre el esquema de los instrumentos de comunicación social.4
3
Cf. Disceptatio Schema Constitutionis Dogmaticae de Fontibus Revelationis, en la Congregación
General XIX, del 14 de noviembre de 1962, en ASSCOVS Volumen I Parte III páginas 14-26. El
esquema consta de cinco capítulos. 1. Las dos fuentes de la revelación. 2. Inspiración, inerrancia y
composición literaria de la Escritura. 3. El Antiguo Testamento.4. El Nuevo Testamento. 5. La
Biblia en la Iglesia. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el
mismo documento.
3
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Promueve que este esquema se mantenga la marca pastoral y la visión positiva y optimista
de este mundo que quiere transmitir este concilio y reconoce que esto es un esfuerzo que
merece conservarse en este esquema. La actitud pastoral implica para la Iglesia, estar
presente en este mundo para salvarlo y divinizarlo. Para ello la Iglesia debe encarnarse y
mirar con gran simpatía los valores de este mundo sin que por esto renuncie a su
trascendencia. Así reconoce que este esquema, esta observación no es puesta
suficientemente a la luz y esto debe contemplarse en gran medida, el Concilio Vaticano II
debe hablar no tanto para los católicos sino para los no-católicos, que son gran parte de la
humanidad.
Por otra parte señala que la consagración del mundo en el caso de los instrumentos de
comunicación social, como en otras actividades humanas, generalmente debe ser hecha por
los laicos. El esquema del que se trata debería decir esto de modo más claro y sin duda
incitando a los laicos a esta presencia en el mundo, que es la verdadera presencia de la
Iglesia.
El presente esquema abunda también en consideraciones prácticas que a menudo no son
necesarias y reducen la constitución conciliar a una especie de orden o reglamento. Por esta
causa, desea una redacción más breve de este esquema.
Primera intersesión 1962-1963
II-I 750 adhiere junto a Aramburu, Gómez Dávila, Devoto, Podestá, Rodríguez y Olmos,
Esorto, Pérez, Torres, Sansierra, Quarracino, Mayer, Rodríguez, Rossi, Lira, Blanchoud,
Muguerza, Tato, Aguirre, Marengo, Segura y Gottau, a las Observaciones escritas a
nombre de la Conferencia Episcopal Argentina, sobre el esquema de la Iglesia,5 capítulo
dos (sobre la constitución jerárquica de la Iglesia y especialmente de los obispos, n 15 los
presbíteros y los diáconos), presentada entre el primer y el segundo período del Concilio.
Proponen la restauración del Orden del Diaconado, con todas las facultades que se
consideren oportunas y necesarias sin que el ejercicio de esta Orden implique el celibato.
4
Cf. Schema Constitutionis de Instrumentis communicationis sociales, en la Congregación General
XXV, del 23 de noviembre de 1962, en ASSCOVS Volumen I Parte III páginas 374-416.Consta de
un proemio y cuatro partes, cada una de las cuales se subdivide a su vez en una breve introducción y
diversos capítulos. La primera parte trata de la doctrina de la Iglesia sobre estas materias; la
segunda considera la función apostólica de estos medios; la tercera dispone las normas
disciplinarias de la Iglesia sobre estos instrumentos y la cuarta aborda cada uno de estos importantes
medios: prensa, cine, radio y televisión.
5
Cf. Disceptatio Schema Constitutionis Dogmaticae de Ecclesia, en la Congregación General
XXXVII, del 30 de septiembre de 1963, en ASSCOVS Volumen II Parte I páginas 215-281
(Incluye los comentarios). Emmendationis a Concilii Patribus scripto exhibitae super schema
Constitutionis Dogmaticae de Ecclesia, en la Congregación General XXXVII, del 30 de septiembre
de 1963, en ASSCOVS Volumen II Parte I páginas 282-336. El esquema reelaborado consta de
cuatro capítulos. 1. El misterio de la Iglesia. 2. La constitución jerárquica, especialmente de los
obispos. 3. Del Pueblo de Dios, especialmente de los laicos. 4. De la vocación a la santidad de la
Iglesia. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo esquema.
Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
4
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
II-I 797-799
suscribe junto a Aguirre, Kemerer, Quarracino, Devoto, Raspanti,
Blanchoud y Tato Observaciones escritas a nombre de Varios Obispos de Argentina, sobre
el esquema de la Iglesia, presentada entre el primer y el segundo período del Concilio.
Abordan cuatro temas: Colegialidad Episcopal, Renovación del diaconado, laicado y
pobreza.
Colegialidad Episcopal: Postulan que el dogma del Primado del Romano Pontífice sea
complementado con la formulación clara de los derechos del Colegio Episcopal. Juzgan
necesario: la corresponsabilidad solidaria y ordinaria de todos los obispos de procurar el
bien universal de la Iglesia; buscar la forma más adecuada para que el gobierno supremo de
la Iglesia refleje su constitución divina, fundada a la vez sobre el Primado Romano y el
Colegio Episcopal; expresar que todos los obispos en comunión con la Sede Romana pertenecen al Colegio Episcopal; valorar en el esquema «De Ecclesia» las concepciones
bíblico-patrísticas de «Iglesia local» y «Communio Ecclesiarum»; destacar el carácter
orgánico de la estructura de la Iglesia y buscar las formas jurídicas que encarnen esta
organicidad; reconocer a los Obispos como ordinarias y habituales las facultades que hasta
ahora reciben a título de concesión, reduciendo el número de casos reservados a las
exigencias imprescindibles del bien de la Iglesia.
Renovación del diaconado. Los obispos que subscriben solicitan al Concilio, la
restauración del diaconado como un grado permanente dentro de la jerarquía de Orden, sin
la obligación del celibato, precisando el alcance de su función. Y dejar en manos de cada
obispo la forma concreta de llevarlo a la práctica, dentro de ciertas normas establecidas por
las Conferencias Episcopales Regionales o Nacionales.
Laicado. Los obispos abajo firmantes piden que el Concilio establezca las líneas generales
de una verdadera teología del laico; que los laicos sean directamente representados
(observadores y peritos) en las sesiones del Concilio y sean realmente consultados en
asuntos determinados y que el Concilio reconozca el derecho de cada obispo a conferir
algunas funciones «diaconales» a los laicos en forma ocasional.
Pobreza. Piden al Concilio que decrete: una mayor dedicación apostólica a la
evangelización de los pobres y a su asistencia caritativa cultural y material.
La eliminación de las categorías económicas en los actos de culto, la implementación de
una nueva administración diocesana para satisfacer las necesidades económicas del clero; la
simplificación de las vestiduras episcopales y prelaticias tanto en la liturgia como fuera de
ella, y de las formas externas menos conformes con la sencillez evangélica y las exigencias
pastorales; la promoción de la distribución de los predios rurales de propiedad de la Iglesia,
donde aún existan en forma de latifundios y la limitación de la cláusula de perpetuidad en
las fundaciones y legados.
Segundo período 1963
II-I 154 figura en el elenco de oradores en la Congregación General LXIV del 11 de
noviembre de 1963, sobre el esquema de los obispos y del gobierno de las diócesis.
II-II 534-537 se adhiere junto a Aguirre, Quarracino, Sansierra, Devoto y Tato a la
Exposición oral de Kemerer en la Congregación General XLVII del 14 de octubre de 1963
sobre el esquema de la Iglesia, capítulo dos (sobre la constitución jerárquica de la Iglesia y
especialmente de los obispos, n 15 los presbíteros y los diáconos).
5
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
La restauración del diaconado sin celibato es una necesidad urgente al menos en la América
Latina, donde existe una gran escasez de sacerdotes. El celibato es un carisma superior que
no se puede exigir a los diáconos. El esquema abre las puertas de la restauración, pero no
obliga a que nadie entre por ella; pide a los padres conciliares que la cierren para aquellas
regiones donde el diaconado sin celibato es una necesidad pastoral.
II-II 659-660 se adhiere junto a Blanchoud, Devoto, Kemerer, Tato y Quarracino a las
Observaciones escritas de Aguirre, pos Congregación General XLIX del 16 de octubre de
1963, sobre el esquema de la Iglesia, capítulo dos (sobre la constitución jerárquica de la
Iglesia y especialmente de los obispos, n 15 los presbíteros y los diáconos).
Propone que este Concilio instituya y considere válida la efectiva restauración «del
presbiterio», o «del cuerpo o del colegio presbiterial», para que lo restablezca acorde a la
tradición venerable, antigua y de gran valor de la Iglesia, tanto oriental como occidental.
II-III 203-208 adhiere junto a Rossi, Devoto, Tato, Aguirre y Quarracino a la Exposición
oral de Mons. Marcos McGrath (Auxiliar de Panamá) en la Congregación General LIII, del
22 de octubre de 1963, sobre el esquema de la Iglesia, capítulo tres (sobre el Pueblo de
Dios y especialmente de los laicos).
«Al hablar del Pueblo de Dios, el esquema describe muy bien la vida sobrenatural que es
común a todos los fieles. Pero al tratar de los laicos en concreto el texto resulta deficiente.
Falta una buena definición del laico, se describen sus funciones en la Iglesia en forma
demasiado negativa, solo desde el ángulo de comparación de su actividad con la de la
Jerarquía y la de los religiosos; de aquí se siguen numerosas confusiones. Cuando se trata
del apostolado de los laicos se insiste casi exclusivamente en la acción jerarquizada y se
presenta una imagen piramidal de la Iglesia que es en cierto modo falsa. Parece como si se
olvidase la realidad concreta de la vida del laico. La iglesia no se ocupa solo de las cosas
sobrenaturales, sino también de las humanas y sigue siempre el ritmo de los tiempos. En
algunas regiones la Iglesia parece demasiada ligada al “viejo orden”. Su esfuerzo
actualmente debe dirigirse, como quiere Pablo VI hacia el mundo moderno, que debe de
impregnar de caridad y de vida cristiana. Por eso no deben faltar en este capítulo de los
laicos una alusión a la presencia del pueblo de Dios en este mundo concreto donde la mayor
parte de los hombres viven en la pobreza y rodeados de miserias sociales y culturales». 6
II-III 368-372 adhiere junto a Aguirre, Blanchoud, Quarracino, Kemerer, Tato y Devoto a
la Exposición oral del Cardenal Raúl Silva Henríquez (Arzobispo de Santiago, Chile) en la
Congregación General LVI, del 25 de octubre de 1963, sobre el esquema de la Iglesia,
capítulo cuarto (sobre la vocación a la santidad en la Iglesia).
“El orador aprueba que haya en el esquema un capítulo especial sobre la vocación a la
santidad. Es una cosa necesaria, especialmente en estos tiempos en que tanto los hombres
que viven en la riqueza como los que están en la pobreza, se olvidan fácilmente de la
perfección cristiana.
Sin embargo, todos están llamados a adquirir la santidad, con espíritu de libertad y de amor.
Está bien tratar de la vida de los consejos evangélicos en el contexto eclesial, juntamente
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIII, número 585, página 4, del
7 de noviembre de 1963.
6
6
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
con la universal vocación que todos tienen a la santidad, para desvanecer la idea de los
fieles que creen que la santidad está reservada sólo a los religiosos v sacerdotes. Además,
así la profesión de los consejos evangélicos aparece como un carisma para dar testimonio
escatológico a le comunidad cristiana. Y así los consagrados a la observancia de los
consejos evangélicos se darán cuenta de cuál es su función en la Iglesia, de forma que su
esfuerzo por la santidad no aparezca como una función individual o de una asociación, sino
como de toda la Iglesia. El estado religioso no debe aparecer como una cosa jurídica, sino
como un carisma existente siempre en la Iglesia. Al comienzo del capítulo falta una
descripción de la santidad y se habla poco de algunos elementos de la misma. También es
una omisión notable el no hablar nada de los santos”.7
II-III 448, suscribe Observaciones escritas y se adhieren Devoto, Blanchoud, Tato,
Quarracino, Aguirre y Kemerer, pos Congregación General LVI del 25 de octubre de 1963,
sobre el esquema de la Iglesia, capítulo tres (sobre el Pueblo de Dios y especialmente de los
laicos).
Propone modificar la redacción sobre la facultad de los laicos de expresar sus opiniones
(privadas y públicas) en bien de la Iglesia, añadiendo estas palabras: «Incluso, en no pocos
casos, los laicos tienen el verdadero deber de expresar su opinión a los pastores, para que
ellos puedan realmente cumplir su deber rectamente. Y los laicos pueden hacer esto, no
sólo de modo privado, sino también con la fuerza de la así llamada “opinión pública”, que
por esta causa ha de ser admitida, además y con prudencia debe ser favorecida en la
Iglesia».
II-III 813, suscribe junto a Vicentín, Esorto, Vénnera, Raspanti, Pérez, Deane, Cafferata,
Primatesta, Segura, Rodríguez, Marengo, Magliano, Tato, Devoto, Aguirre, Blanchoud,
Lira, Menéndez, Mayer, Rosch y de Nevares Observaciones escritas a nombre de la
Conferencia Episcopal Argentina, sobre el esquema de la Virgen María.8
Hacen la siguiente proposición: que el texto entero del esquema sea revisado
particularmente en los n. 3: «De titulis B. M. V.», 4: «De Privilegiis», ya que en algunos
puntos parece un poco difuso y repetido. Y que sea adaptado al estilo de los demás
esquemas.
II-IV 92-93 adhiere junto Tato, Devoto, Blanchoud, Rossi y Kemerer a las Observaciones
escritas de Aguirre pos Congregación General LIX del 31 de octubre de 1963, sobre el
esquema de la Iglesia, capítulo cuarto (sobre la vocación a la santidad de la Iglesia).
Apunta a que la exhortación a la santidad tenga a los obispos como los primeros necesarios
en razón de su servicio de presidencia de toda la Iglesia. Señala particularmente la virtud de
la pobreza como signo elocuente de la misión episcopal.
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIII, número 585, página 7, del
7 de noviembre de 1963.
8
Cf. Schema Constitutione Dogmaticae de beata Maria Virgine Matre Dei et Matre Hominum, en la
Congregación General XXXI, del 1 de diciembre de 1962, en ASSCOVS Volumen I Parte IV
páginas 92-121.
En la Congregación General LVII del 29 de octubre de 1963, los Padres votaron favorablemente
para que el esquema de la Virgen María se incluya en la Constitución De Ecclesia.
7
7
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
II-IV 462-464 adhiere junto a Aguirre, Devoto, Blanchoud, Kemerer y Quarracino a la
Exposición oral de Mons. Pablo Correa de León (Obispo de Cúcuta, Colombia), en la
Congregación General LX del 5 de noviembre de 1963, sobre el esquema de los obispos y
el gobierno de las diócesis (aspectos generales de estructura y contenido).9
“El esquema considera al obispo sólo en sus funciones de gobernar y regir y esto es un
defecto, pues las normas jurídicas y disciplinarias no deben aparecer separadas de las
funciones pastorales. El decreto debe adaptar las disposiciones del derecho canónico sobre
los obispos a la doctrina que aparece en este esquema sobre la Iglesia. Las facultades que
se conceden a los obispos no deben presentarse como la satisfacción a una posible ambición
de éstos, sino como medios nuevos que se ponen a disposición de los obispos para el mejor
desarrollo de sus servicios pastorales”10.
II-IV 708 figura en el elenco de oradores en la Congregación General LXIV del 11 de
noviembre de 1963, sobre el esquema de los obispos y el gobierno de las diócesis.
II-V 9 figura en el elenco de oradores en la Congregación General LXV del 12 de
noviembre de 1963, sobre el esquema de los obispos y el gobierno de las diócesis.
II-V 13-14 pronuncia una Exposición oral en la Congregación General LXV del 12 de
noviembre de 1963, sobre el esquema de los obispos y el gobierno de las diócesis, capítulo
dos (sobre los Obispos Coadjutores y Auxiliares).
“El derecho debe ser siempre una expresión del misterio de la Iglesia. Sin embargo el
presente capítulo no solo no refleja este misterio, sino que de alguna manera echa sobre él
un velo. La diócesis nace del obispo y dado que este es el Padre, el Pastor y el Apóstol, el
Maestro, el Sacerdote, la diócesis debe ser una familia, una misión, una comunidad de fe y
de culto. De esto debe hablar el esquema dando una línea clara a la comisión que lo ha de
reelaborar”.11
II-VI 482 firma la Constitución Sacrosanctum Concilium el 4 de diciembre de 1963 en la
III Sesión pública.
II-VI 547 firma el Decreto Inter Mirificat el 4 de diciembre de 1963 en la III Sesión
pública.
9
Cf. Schema decreti de Episcopis ac de dioecesium regimini, en la Congregación General LX, 5 de
noviembre de 1963, en ASSCOVS Volumen II Parte IV páginas 364-392. No aborda el tema
doctrinal que quedará asumido en la Constitución “De Ecclesia”, sino que atiende a situaciones de
índole práctica que deberán corresponderse con “De Ecclesia”. Consta de cinco capítulos: 1.
Relaciones entre los obispos y las Congregaciones de la Curia Romana. 2. Obispos coadjutores y
auxiliares. 3. La Conferencia episcopal nacional. 4. La circunscripción de las diócesis y provincias
eclesiásticas. 5. La erección y conveniente circunscripción de las parroquias. Hasta que no se
indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
10
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIII, número 587, página 8,
del 21 de noviembre de 1963.
11
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIII, número 588, página 5,
del 28 de noviembre de 1963.
8
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Segunda intersesión 1963-1964
III-IV 764-767 suscribe junto a Devoto, Marengo, Aramburu y Menéndez Observaciones
escritas a nombre de la Conferencia Episcopal Argentina, presentadas entre el 1 de junio y
el 9 de diciembre de 1963, con un comentario al esquema de los laicos12 que no lleva
ninguna firma.13
Propone que se exponga en el esquema de apostolatu laicorum como base, el concepto
Teológico de «apostolado» con sus diversas divisiones.
Sigue luego un comentario al esquema «de apostolatu laicorum». El mismo complace
aunque en algunas ocasiones descienda a las indicaciones propias de un Directorio.
Su proemio general, ubica ontológicamente al laico, en el ser mismo de la Iglesia y desde
allí proyecta el quehacer eclesial en sus diversas formas individuales y asociadas. Ese
quehacer no es uniforme, porque la Iglesia ‒de la cual es irradiación‒ no es un organismo
sencillo.
Realizan las siguientes observaciones:
Dada la revaloración actual, teológica y pastoral del laicado, no es fácil señalar con nitidez
su propio ámbito.
12
Cf. Schema Decreti de Apostolatu Laicorum, en la Congregación General LXXIX del 2 de
diciembre de 1963, en ASSCOVS Volumen III Parte IV páginas 669-710. Consta de un proemio y
de dos partes, dividas ambas por títulos y luego por capítulos. I Parte: El apostolado de los laicos en
general; I Título: Los diversos modos en que puede deducirse el apostolado de los laicos, 1 capítulo:
el apostolado ejercido a todos y en singular; 2 capítulo: las formas asociadas de apostolado; II
Título: El recto ordenamiento que se debe observar en el apostolado de los laicos; 1 Capítulo: Las
relaciones con la Jerarquía; 2 Capítulo: La coordinación mutua; III Título: Algunos que tienen una
preocupación eclesial para el apostolado de los laicos en las actuales circunstancias de la vida; 1
Capítulo: El apostolado de los laicos de acuerdo a varias condiciones en la vida; 2 Capítulo:
Algunos de los campos del apostolado de los laicos en las condiciones presentes del mundo en
particular encomendados; IV Título: La formación de los laicos para el apostolado. II Parte: El
apostolado de los laicos en particular; I Título: El apostolado de los laicos en directa promoción con
el Reino de Dios; 1 Capítulo: El apostolado de los laicos en las comunidades de la Iglesia; 2
Capítulo: Las variadas formas del apostolado de los laicos en directa promoción con el Reino de
Dios; II Título: : El apostolado de los laicos en la acción caritativa; 1 Capítulo: La naturaleza de la
acción caritativa; 2 capítulo: Las variadas formas de la acción caritativa; III Título: El apostolado de
los laicos en su acción temporal; 1 Capítulo: La acción de los laicos en el orden temporal y su
consumación cristiana; 2 Capítulo: La relación en este orden de los laicos y la jerarquía; 3 Capítulo:
Los laicos y el desarrollo temporal de su acción; 4 Capítulo: La aplicación de la doctrina social de la
Iglesia en diversos campos de los negocios. Conclusión. Hasta que no se indique lo contrario
seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
13
Esta Observación escrita fue analizada en la Reunión Extraordinaria de la Conferencia Episcopal
Argentina del 6 al 10 de agosto de 1963, Acta 7 del 9 de agosto de 1963, según Actas de la VII
Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, agosto de 1963. Según consta en dicha
acta el estudio preliminar del Esquema “De apostolatu laicorum” fue confiado a la Provincia
Eclesiástica de Santa Fe. En dicha reunión leyó la relación correspondiente Mons. Fasolino. En el
acta del día siguiente consta que Mons. Aramburu formuló una propuesta “en el sentido de que se
expusiera en el esquema como base el concepto teológico de apostolado con sus diversas
divisiones”. Acta 8 del 9 de agosto de 1963.
9
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Desconcierta la amplitud con la cual se usa el concepto de apostolado. Preguntan ¿si no
sería mejor titular el esquema: «De activitate laicorum» en vez de «De apostolatu
laicorum»? ¿No resultaba más clara, la distinción de S. S. Pio XII entre la «Consecratio
mundi» y la evangelización directa?
Porque podría suceder que muchos fieles consideren cumplida su misión laical en la Iglesia,
con la sola actividad temporal, ya que ella tendría una explicación apostólica.
Señalan como muy importante la doctrina contenida en referencia a que los laicos tienen
libertad para organizarse o adherirse –salvada la debida relación con las autoridades– y
debe reconocerse esta libertad. Como también la propia elección en muchas actividades
apostólicas, especialmente en la animación del orden temporal.
Proponen señalar la diferencia entre mandato y «missio canónica». Mandato es un acto de
la autoridad eclesiástica, por el que asume una dirección y una responsabilidad especial, de
alguna forma organizada de apostolado con fines espirituales, pero respetando la naturaleza
laical y la responsabilidad propia de ese apostolado.
La «missio canónica» es también un acto de la autoridad eclesiástica por el que se
encomienda a los laicos alguna actividad que pertenece de suyo, al clero. No hay
delegación de potestad jerárquica, sino uso de los laicos como instrumento del apostolado
jerárquico.
Subrayan la doctrina sobre las relaciones de los Pastores y laicos, por su repercusión en los
campos de la teología y de la pastoral.
También invitan a que la Jerarquía reconozca la dignidad y la responsabilidad de los laicos
en la Iglesia; promoviendo su apostolado; aprovechando de su consejo, según la
competencia propia; encomendándoles las responsabilidades con confianza; a fin de que
obren con libertad de acción. Se les debe impulsar a que obren con espontaneidad.
En las actividades del orden temporal los laicos tienen el derecho a elegir las formas y
métodos que crean convenientes.
Para una acción social en dimensiones diocesanas, recomienda establecer un Consejo
compuesto de sacerdotes y laicos peritos.
Otro aspecto señalado es la colaboración con los no católicos y los que solamente admiten
la ley natural.
También creen oportuno destacar que el método conveniente para una acción laical eficaz,
es aplicar el de S. S. Juan XXIII en la Encíclica Mater et Magistra al referirse al Ver, Juzgar
y Obrar.
Acerca de la Acción Católica: a) Su fin es la evangelización y santificación; b) La forma
los laicos, que colaborando con la Jerarquía, según su propio modo laical, asumen también
una responsabilidad propia; c) es una colaboración asociada; d) el mandato explícito de la
Jerarquía es el acto que asocia la colaboración. Las cuatro notas son necesarias para tener
A. C; no así la denominación, e como las estructuras pueden ser diferentes.
Señalan que la caridad es fin en sí misma y por lo tanto no puede encararse su ejercicio
como mero instrumento de propaganda, ni como excusa para ejercer un dominio sobre los
beneficiados.
Por último destacan la advertencia donde se enseña que los laicos para santificarse no
deben huir del mundo, sino volverse a él para darse su cristianización, aunque con las
debidas cautelas para no ser aprisionados por sus exigencias meramente temporales.
10
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
III-IV 927 adhiere junto a Vénnera, Aguirre, Schell, Magliano, Rossi, Cafferata,
Quarracino, Rosch, Esorto, Muguerza, Marengo, Devoto, Segura, Blanchoud, Menéndez,
Villena y Podestá a las Observaciones escritas de Vicentín en Apéndice de Observaciones
escritas, presentada entre el 1 de abril y el 30 de noviembre de 1963, sobre el esquema de la
vida y el ministerio de los sacerdotes.14
Propone evitar las repeticiones entre lo expuesto en este esquema y en el de sacrorum
alumnis formandis. Y así desarrollar en este esquema lo que podría ser una teología del
presbiterado. Sugieren señalar los matices propios de la santidad sacerdotal.
Tercer período 1964
Appendix15 425-429 adhiere junto a Aguirre, Di Stéfano, Pironio, Quarracino y Devoto a
las Observaciones escritas del Cardenal Raúl Silva Henríquez (Arzobispo de Santiago,
Chile), pos Congregación General LXXXIII, del 18 de septiembre de 1964, sobre el
esquema de la Iglesia, capítulo octavo (La Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios,
en el misterio de Cristo y de la Iglesia).16
El capítulo en general le agrada. Y sugiere varias modificaciones en la redacción del
esquema en lo referente a las citaciones de la Sagrada Escritura, el cuidado ecuménico que
debe guardarse en las expresiones, la subordinación de María al misterio de Cristo, los
títulos con los que se la adorna, el lugar de María en la historia de salvación, etc.
III-II 179-180 suscribe Observaciones escritas a las que adhieren Devoto, Aguirre y
Angelelli, pos Congregación General LXXXIII del 18 de septiembre de 1964, sobre el
esquema de la Iglesia, capítulo octavo (La Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios,
en el misterio de Cristo y de la Iglesia).
Proponen algunas enmiendas en la redacción del texto para simplificarlo, evitar
interpretaciones arbitrarias, fundamentarlo bíblicamente y que tenga concordancia
ecuménica
III-II 369-374 adhiere junto a Aguirre, Podestá, Quarracino, Rau, Kemerer, Devoto,
Pironio y Angelelli a la Exposición oral del Cardenal Raúl Silva Henríquez (Arzobispo de
14
Schema decreti De Clericis, en ASSCOVS Volumen III Parte IV páginas 825-845. Consta de tres
capítulos y una exhortación final. Capítulo 1. La vida de perfección del sacerdote. 2. El estudio y la
ciencia pastoral. 3. El recto uso de los bienes. Exhortación: la distribución del clero.
15
Cf. ASSCOVS, Appendix, Typis Polyglottis Vaticanis, 1983. Hubiera correspondido en
ASSCOVS Volumen III Parte II páginas 99-188.
16
Cf. Disceptatio Schema Constitutionis de Ecclesia, en la Congregación General LXXX, del 15 de
septiembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte I páginas 158-377, incluye las notas
explicativas de los nuevos números y las relaciones correspondientes a los capítulos. Consta de
ocho capítulos: 1. El misterio de la Iglesia. 2. El Pueblo de Dios. 3. La constitución jerárquica de la
Iglesia y particularmente del episcopado. 4. Los laicos. 5. La vocación universal a la santidad en la
Iglesia. 6. Los religiosos. 7. De nuestra vocación escatológica y de la unión con la Iglesia celestial.
8. La Beata Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Hasta que no se
indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
11
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Santiago de Chile), en la Congregación General LXXXVI del 23 septiembre de 1964,
sobre el esquema de la libertad religiosa (en general).17
«El texto es bueno, pero se deben tener en cuenta ciertas observaciones para
perfeccionarlo. Se trata de una declaración de gran importancia para todos los hombres que
se reconozca la libertad religiosa a todos y se declare la incapacidad del Estado para
regular las relaciones entre los hombres y Dios. Hay que disipar la impresión del
oportunismo católico que parece tener diversos principios sobre la libertad religiosa según
se trate de la Iglesia Católica o no. El tipo del hombre nuevo moderno exige todo esto y
espera esta declaración sobre la libertad religiosa, antes de que se hable de otras cosas referentes a nuestra renovación. Tiene además importancia pastoral. Debe rechazarse como
indigno el proselitismo que busca más que el reino de Dios el triunfo temporal de una
sociedad religiosa, y mira no a la cualidad sino a la cantidad. Hay que evangelizar y no
hacer proselitismo, ni de parte de los no católicos ni de parte de los católicos».18
III-II 401, adhiere junto a Aguirre, Pironio, Tato, Podestá, Angelelli y Quarracino a las
Observaciones escritas19 de Devoto, pos Congregación General LXXXVI del 23 de
septiembre de 1964, sobre el esquema del ministerio pastoral de los Obispos.20
Los obispos que suscriben adhieren a la intervención habida en el Aula Conciliar, en la 86
Congregación general, por Mons. Rafael González Moralejo (Obispo Auxiliar de Valencia,
17
Cf. Declaratio Prior de Libertate Religiosa seu de iure personae et communitatum ad libertatem in
re religiosa, en la Congregación General LXXXVI del 23 de septiembre de 1964, en ASSCOVS
Volumen III Parte II páginas 317-327. Los temas que aborda son: la naturaleza de la libertad
religiosa, el deber de la Iglesia al respecto, nadie puede ser obligado a abrazar la fe, la libertad
religiosa de las persona individual en la sociedad humana, la libertad de las comunidades religiosas
en la convivencia social y la vida religiosa en el mundo contemporáneo.
18
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIV, número 631, página 6,
del 6 de octubre de 1964.
19
El texto es idéntico a la Observación escrita de Mons. Manuel Tato a la que adhieren los
Monseñores Antonio Aguirre, Jorge Kemerer, Enrique Angelelli, Alberto Devoto, Antonio
Quarracino, Jerónimo Podestá y Eduardo Pironio, en el Apéndice pos segundo período hasta el 10
de julio de 1964, sobre el esquema de la Iglesia, en ASSCOVS Volumen III Parte I páginas 607608. (608: Sobre la elección episcopal). Este mismo texto se repetirá en las Observaciones escritas
a nombre de Algunos Obispos de Argentina en ASSCOVS Volumen III Parte III página 620.
20
Cf. Disceptatio Schema decreti de pastorali episcoporum munere in ecclesia, en la Congregación
General LXXXIII, del 18 de septiembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte II páginas 2241. Es un nuevo texto formado por dos antiguos esquemas: “De Episcopis” y el “De cura
animarun”. El primero fue debatido en el segundo período (1963) y el otro no llegó a debatirse en el
Aula. Consta de un proemio y de tres capítulo. El primero trata de la posición del obispo ante la
Iglesia universal (colegialidad, formación de un Consejo de Obispos que asista al Papa en el
gobierno de la Iglesia, deberes de los obispos con la Iglesia universal, la jurisdicción de los obispos
en la diócesis y sus facultades y sobre la Curia Romana). El segundo considera el ejercicio de la
autoridad de los obispos en las diócesis (define la diócesis, las funciones del obispo, la renuncia del
obispo diocesano, las circunscripciones diocesanas y los cooperadores del obipos: auxiliares y
coadjutores, tema de la Curia diocesana, creación del Consejo Pastoral del obispo, el clero
diocesano y los religiosos en la diócesis). El tercero trata sobre los Sínodos, Consejos y
Conferencias Episcopales; sobre las circunscripciones eclesiásticas y las funciones interdiocesana
del obispo. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo
documento.
12
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
España)21 sobre el esquema y en particular sobre la elección episcopal indican lo
siguiente: que la elección de un nuevo obispo, conforme a la tradición de la Iglesia, sea
reconocida como un derecho del Cuerpo Episcopal de la nación o región al que es agregado
el electo, salvos los derechos del Primado Romano, y que en consecuencia se realice
mediante un acto colegial de acuerdo a procedimientos establecidos; además que la
consulta de los presbíteros, de los Institutos Religiosos y del laicado representativo de la
sede vacante, sea requisito previo para proceder a la elección.
Que sea declarado nulo todo privilegio concedido a la autoridad civil o presumido por ésta,
para intervenir en la elección episcopal, lo mismo que en la elección y provisión de
cualquier otro cargo eclesiástico.
Que se sugiera a los poderes jurídicos internacionales sea reconocido el derecho de los
miembros de cualquier sociedad religiosa a elegir libremente sus jefes, conforme a sus
propias leyes, sin intervención alguna del Estado.
III-III 50-52 adhiere junto Plaza, Segura, Quarracino, Pironio, Aguirre, Tato, Devoto y
Angelelli a la Exposición oral de Podestá en la Congregación General XC, del 29 de
septiembre de 1964, sobre el esquema de la Declaración sobre los Judíos y no cristianos.22
«La declaración agrada por su forma y su contenido. Sin embargo, es necesario añadirle
algunas enmiendas. En particular, al fin del párrafo 32, debería unirse una explícita
afirmación de que cuanto se contiene en la declaración tiene valor únicamente en lo
religioso, de tal modo que se haga imposible cualquier otra interpretación política». 23
III-III 509 junto a Quarracino, Kemerer, Angelelli, Podestá, Devoto y Pironio suscriben
Observaciones escritas a nombre de Algunos Padres Conciliares de América Latina, en pos
Congregación General XCV del 6 de octubre de 1964, sobre el esquema de la divina
revelación,24 capítulos tercero a sexto (3. La inspiración y la interpretación de la Sagrada
21
«Se adhiere a lo que dice el esquema en el nuevo texto sobre el nombramiento de los obispos. Es
bueno vindicar esta libertad en el nombramiento de los mismos frente a los laicos. Pero hay que
decir también positivamente cómo se han de nombrar, dando los principios que han de regir en este
punto, de la misma manera que se hace cuando se habla de los laicos. Dígase, pues, quién es la
autoridad competente, de qué medios se ha de servir; que se oiga a las Conferencias Episcopales y
también la opinión de los sacerdotes de la diócesis y aun la de los laicos». L’Osservatore Romano,
edición semanal en lengua castellana, año XIV, número 631, página 5, del 6 de octubre de 1964.
22
Cf. Declaratio altera De iudaeis et non christianis, en la Congregación General LXXXVI del 23
de septiembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte II páginas 327-329. Los temas que aborda
son: el patrimonio común de los cristianos y los judíos; de la paternidad universal de Dios y la
condena de cualquier especie de discriminación. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras
intervenciones sobre el mismo documento.
23
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIV, número 632, página 6,
del 13 de octubre de 1964.
24
Cf. Disceptatio Schema Constitunionis de Divina Revelatione (A), en la Congregación General
XCI del 30 de septiembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte III páginas 69-105. Consta de
un proemio y seis capítulos. 1. La revelación. 2. La transmisión de la Divina Revelación. 3. La
inspiración y la interpretación de la Sagrada Escritura. 4. El Antiguo Testamento. 5. El Nuevo
Testamento. 6. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Hasta que no se indique lo contrario
seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
13
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Escritura. 4. El Antiguo Testamento. 5. El Nuevo Testamento. 6. La Sagrada Escritura en la
vida de la Iglesia).
Reconocen que el nuevo esquema sobre la divina revelación es en general, y también en
muchos aspectos particulares, óptimo y acorde a los fines pastorales y ecuménicos del
Concilio Vaticano II. Seleccionan dos puntos de específica aprobación: se ha dejado intacta
la cuestión difícil e implícita de la relación entre la Escritura y la tradición, sin que parezca
que el Concilio se inclina sea a una o a otra parte y la nueva redacción del párrafo que trata
sobre la índole histórica de los Evangelios, es más acorde a los presentes estudios bíblicos,
y principalmente fiel a la verdad. Se proponen algunas enmiendas (entre otras) como la
mención del pacto entre Dios y el pueblo de Israel, que ciertamente es casi como el eje de
toda la historia de salvación y que la afirmación de la inerrancia de la Sagrada Escritura se
debe hacer con otras palabras.
III-IV 373-374 adhiere junto a Iriarte a las Observaciones escritas del Patriarca Maximus
IV Saigh (Patriarca de Antioquía de los Melquitas) pos Congregación General C del 13 de
octubre de 1964, sobre el esquema del apostolado de los laicos (en general).
Junto al grupo de obispos, que desde los primeros días del Concilio, se dedica al estudio del
grave problema de "la Iglesia y los pobres", confirma la voluntad concreta de muchos
obispos para emprender con valentía el camino hacia una sencillez más evangélica en sus
títulos, sus ropas, sus placas y su estilo de vida. Muchos obispos están dispuestos a poner
todo su valor práctico en el apostolado de la primacía de la evangelización de las masas
pobres y las clases trabajadoras descristianizadas. Señala la difícil situación de la Iglesia, a
menudo separada de las masas pobres, avergonzados por la aparición de su riqueza
demasiado sensible y porque detuvo su esfuerzo por evangelizar a los pobres, dos tercios de
la humanidad, los favoritos del Señor.
III-IV 661-662 suscribe Observaciones escritas pos Congregación General CII del 15 de
octubre de 1964, sobre el esquema de la vida y ministerio de los sacerdotes (en general). 25
El esquema no le agrada. Considera que en el Concilio, pueden solamente presentarse
asuntos dignos y el esquema actual ciertamente no es digno del Concilio, ni de la materia
de que se trata: la vida sacerdotal. Por lo tanto propone: 1) que se redacte un nuevo
esquema; 2) apuntalado en una sólida consideración teológica del sacerdocio; 3) en
conexión con los esquemas sobre la Iglesia y sobre la función pastoral de los obispos.
III-V 451 suscribe Observaciones escritas a las que adhieren Podestá, Devoto, Pironio,
Medina y Angelelli, pos Congregación General CVIII del 23 de octubre de 1964, sobre el
esquema de la Iglesia en el mundo contemporáneo (en general). 26
25
Disceptatio Schema propositionum de vita et ministerio sacerdotali, en la Congregación General
C, del 13 de octubre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte IV páginas 225-233. Consta de 12
Proposiciones: 1. Las relaciones entre los sacerdotes y los laicos. 2. La vida sacerdotal debe ser
evangélica. 3. Exigencias de la santidad sacerdotal. 4. Fraternidad entre los sacerdotes. 5. El estudio
es esencial en el estado sacerdotal. 6. Para facilitar el estudio de las ciencias pastorales. 7.
Participación en el cuidado de todas las Iglesias. 8 Para una mejor distribución del clero. 9. Los
bienes de la Iglesia. 10. El actual sistema de beneficios debe ser revisado. 11. Los sacerdotes deben
percibir una remuneración normal. 12. Constitución de un fondo común diocesano. Hasta que no se
indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
14
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Señala que en cada esquema, la doctrina contenida es siempre el elemento principal, sin
embargo en éste el modo de hablar tiene también una gran importancia, de manera que el
esquema en verdad sea un instrumento para comenzar un diálogo, o un coloquio, con el
mundo actual. Para este fin predicho efectivamente se consiga propone: que lo expresado
sea entendido por todos, excluyendo completamente toda locución adornada; cuando sea
necesario se use un modo de hablar que convenga claramente con el discurso científico;
que el tono no sea meramente expositivo sino particularmente exhortativo, de tal manera
que los hombres sean movidos eficazmente a buscar soluciones y si el esquema lo requiere
que tenga un modo de hablar completamente propio.
III-V 492-494 adhiere junto a Iriarte a las Observaciones escritas del Patriarca Maximus IV
Saigh (Patriarca de Antioquía de los Melquitas) pos Congregación General CVIII del 23 de
octubre de 1964, sobre el esquema de la iglesia en el mundo contemporáneo (en general).
Junto al grupo de obispos, que desde los primeros días del Concilio, se dedica al estudio del
grave problema de "la Iglesia y los pobres", confirma la voluntad concreta de muchos
obispos para emprender con valentía el camino hacia una sencillez más evangélica en sus
títulos, sus ropas, sus placas y su estilo de vida. Muchos obispos están dispuestos a poner
todo su valor práctico en el apostolado de la primacía de la evangelización de las masas
pobres y las clases trabajadoras descristianizadas. Señala la difícil situación de la Iglesia, a
menudo separada de las masas pobres, avergonzados por la aparición de su riqueza
demasiado sensible y porque detuvo su esfuerzo por evangelizar a los pobres, dos tercios de
la humanidad, los favoritos del Señor.
III-VII 56-58 adhiere junto a Devoto, Podestá, Quarracino, Cafferata, Rossi, Aguirre,
Schell, Sansierra, Pechuán Marín, Angelelli, Medina, Pérez, Príncipe, Blanchoud, Pironio,
Esorto, y Sapelak a la Exposición oral de Mons. Romano Arrieta Villalobos (Obispo de
Tilaran, Costa Rica), en la Congregación General CXIX, del 10 de noviembre de 1964,
sobre el esquema de la Iglesia en el mundo contemporáneo, Capítulo cuarto (Deberes
principales de los cristianos de nuestro tiempo: C. Cultura).
«Juan XXIII ha proclamado que todos los nombres, sin distinción de religión, raza o clase
social, tienen derecho a la cultura. La principal fuente de la cultura es la educación. La
Iglesia y el Estado tienen en este campo una misión propia que desarrollar. Las escuelas
católicas son frecuentemente demasiado lujosas y demasiado caras; sería necesario facilitar
e| acceso a estas escuelas al mayor número de alumnos. El Estado debería sostener
igualmente a todas las escuelas, sin distinción. Se debe proclamar que las inversiones
militares deben disminuirse y su dinero emplearse en la educación pública. También en el
26
Cf. Disceptatio Schema De Ecclesia in mundo huius temporis, en la Congregación General CV,
del 20 de octubre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte V páginas 116-142 y Adnexa en
ASSCOVS Volumen III Parte V páginas 147-200. Contiene un proemio, cuatro capítulos y un
anexo con cuatro capítulos. Luego del Proemio, el 1. La vocación de todo hombre. 2. La Iglesia al
servicio de Dios y de los hombres. 3. Modo de vida de los cristianos en el mundo en que viven. 4.
Deberes principales de los cristianos de nuestro tiempo: A. Dignidad de la persona humana. B.
Matrimonio y familia. C. Cultura. D. Vida económica. E. Solidaridad del género humano. F. La paz.
El Adnexa se integra por 1. La persona humana en la sociedad. 2. El matrimonio y la familia. 3. La
adecuada promoción del desarrollo de la cultura. 4. La vida económica y social. Hasta que no se
indique lo contrario seguirán otras intervenciones sobre el mismo documento.
15
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
Tercer Mundo existen Estados en los que reinan el hambre y el analfabetismo y que, sin
embargo destinan sumas enormes a mantener el ejército. El Concilio debe insistir en estos
puntos».27
III-VII 388-389 suscribe Observaciones escritas a las que adhieren Devoto, Medina y
Aguirre, pos Congregación General CXIX del 10 de noviembre de 1964, sobre el esquema
de la Iglesia en el mundo contemporáneo, capítulo cuarto (Deberes principales de los
cristianos de nuestro tiempo: F. La paz).
Adhirió sustancialmente a la intervención por escrito de Mons. Eduardo Pironio, la que
propone: que se hable de la paz interna del hombre, o del equilibrio interior en el
aquietamiento del propio apetito. Que se exponga esta paz como fruto directo de la caridad,
de la gracia santificante y de la acción del Espíritu Santo. Y se describa la función de
artífice de la paz en la creación de la posibilidad de aquietar las legítimas aspiraciones del
hombre.
III-VIII 324-327 adhiere junto a Quarracino, Aguirre y Devoto, a las Observaciones
escritas de Pironio en pos Congregación General CXXIV del 17 de noviembre de 1964,
sobre el esquema de la formación sacerdotal (en general).28
Considera el tema como de primera importancia en el Concilio. Debe empezar también una
nueva era en la formación de los sacerdotes, con máxima fidelidad a Cristo, para la Iglesia
renovada y para el mundo de hoy.
Observa que las actuales estructuras de los seminarios –en cuanto a disciplina, estudio y
vida espiritual– no responde más a las necesidades del mundo ni a la psicología de los
jóvenes de este tiempo. Esto es causa de deserciones, vidas mediocres, poco apasionadas
por la vida sacerdotal, etc. Por lo tanto ¿qué hay que hacer?
En general: el clima general del seminario debe ser/tener: serenidad, diálogo, confianza. En
particular: el Concilio no puede determinar excesivas particularidades. Esto debe competer
a las conferencias episcopales o al obispo local. Sin embargo, algunos principios deben
animar la renovación general y urgente de nuestros seminarios en el clima de toda la Iglesia
renovada.
De este modo presenta mociones para renovar la formación en: los seminarios menores, el
cultivo de vocaciones maduras y adultas (porque el seminario puede llevar al infantilismo y
la pérdida de la energía espiritual), también hace referencia al contexto de los estudios
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIV, número 639, página 4,
del 1 de diciembre de 1964.
28
Cf. Schema Propositionum de Institutione Sacerdotali, en Congregación General CXXI del 12 de
noviembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte VII páginas 498-502. Este segundo esquema
constaba de un proemio y 19 proposiciones. Cf. Textus emendatusm en Congregación General
CXXI del 12 de noviembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte VII páginas 538-551. El
mismo consta de un proemio y siete capítulos. 1. La naturaleza de la formación sacerdotal en lo que
respecta a los países en particular. 2. La urgencia de promover las vocaciones sacerdotales. 3. La
organización de los seminarios mayores. 4 El cuidado de cultivar la formación espiritual. 5. Los
estudios eclesiásticos reconocidos. 6. Promover una formación rigurosamente pastoral. 7. La
formación a completar luego del seminario. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras
intervenciones sobre el mismo documento.
27
16
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
filosóficos y teológicos, a la instrucción intelectual, a la espiritualidad y la actividad
apostólica.
Concluye 1. Que se prepare un nuevo esquema de acuerdo con las observaciones
precedentes. En una comisión competente se admitan peritos que sean actualmente
moderadores/formadores y profesores del seminario.
2. En el nuevo esquema solamente se delineen los principios más generales para la
renovación de la formación sacerdotal, según el espíritu de toda la Iglesia renovada.
3. Que se constituya una comisión post-conciliar que considere atentamente una reforma
más profunda –al modo de «Consejo» para la Liturgia‒ en la formación sacerdotal entera.
III-VIII 375-379 adhiere junto a Primatesta, Mayer, Tato, Angelelli, Podestá, Devoto y
Medina a la Exposición oral de Mons. Luis Eduardo Henríquez Jiménez (Auxiliar de
Caracas, Venezuela), en la Congregación General CXXV del 18 de noviembre de 1964,
sobre el esquema de la educación católica (en general).29
«El esquema suscita numerosas reservas, porque parece querer evitar los problemas más
graves de la educación católica y porque no presenta nada de nuevo en la exposición de un
tema de tanta importancia. El texto tiene un tono excesivamente conservador e ignora los
problemas más neurálgicos, como la ausencia de los niños de las escuelas católicas, el
alejamiento de la Iglesia de las escuelas del Estado, la necesidad de hacer una llamada a los
maestros laicos por falta de sacerdotes, las dificultades de los pobres para tener acceso a las
escuelas católicas y el ejemplo de caridad v de pobreza que debe distinguir a la escuela
católica. La Iglesia no puede hoy competir con el Estado en el terreno de la enseñanza
porque le faltan y le son arrebatados los medios económicos. Ya que, por otra parte, es
necesario condenar y rechazar el monopolio del Estado, es necesario afrontar radicalmente
el problema integral para darle una solución que evite transformar las escuelas católicas en
círculos cerrados y aislados».30
III-VIII 531-532 adhiere junto a Aguirre, Tato, Devoto y Pironio a las Observaciones
escritas de Quarracino, pos Congregación General CXXVI del 19 de noviembre de 1964,
sobre el esquema de la educación católica (en general).
Reconoce la importancia del tema y recuerda la esmera dedicación de muchas personas que
se entregan a esta vocación y los recursos materiales que conlleva. Aunque se interroga si
los resultados responden a todos estos sacrificios. Su opinión es negativa: ¿se trata de
defectos de nuestras escuelas o significa que realmente la institución de las escuelas
―como sucede― es una obra que en gran medida en estos tiempos no debe ser dirigida por
la Iglesia; o por lo menos debe ser atendida de otro modo?
Propone tres cosas para la redacción final de la declaración: 1. Determinar más clara y
concretamente la finalidad de la escuela católica, es decir, la formación de auténticos
dirigentes católicos. 2. La labor formativa debe ser hecha de modo especial por los
29
Cf. Disceptatio Schema Propositionum De Scholis Catholicis, en la Congregación General
CXXIV del 17 de noviembre de 1964, en ASSCOVS Volumen III Parte VIII páginas 185-189. El
mismo consta de un proemio y de tres secciones. 1 Principios. 2 Las escuelas católicas en general.
3. Los centros universitarios católicos. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras
intervenciones sobre el mismo documento.
30
Cf. L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XIV, número 640, página
5, del 8 de diciembre de 1964.
17
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
religiosos pero también con la participación de idóneos laicos. 3. Propone que es tiempo de
examinar si la Iglesia no debería consagrar mayores esfuerzos a la preparación de los laicos
que se educan en las escuelas católicas, que a la construcción de sus colegios y a la
multiplicación de sus universidades.
III-VIII 894, firma la Constitución Lumen gentium y los Decretos Orientalium Ecclesiarum
y Unitatis redintegratio el 21 de noviembre de 1964 en la V Sesión pública.
Cuarto período 1965
IV-V 159-163, junto a Carreras, Podestá, Quarracino, Tomé, Sapelak, Ferro, Pechuán
Marín, Pironio, Magliano, Aramburu y Schell, adhiere a la Exposición oral de Mons.
Romano Arrieta Villalobos (Obispo de Tilarán, Costa Rica) en la Congregación General
CLII, del 25 de octubre de 1965 sobre el esquema El ministerio y la vida de los
sacerdotes.31
«El orador agradece a los obispos de España, Alemania, Italia, América del Norte y otras
naciones por los sacerdotes que envían a la América Latina así como también por las
ayudas materiales con que contribuyen al Apostolado. Entre los problemas más
urgentes que debe tratar la Iglesia en este Concilio está el de la adecuada distribución de los
sacerdotes en el mundo. Eludir este problema dejando su solución para el futuro sería
mostrarse indiferente ante centenares de fieles que necesitan sacerdotes. Es duro
31
Cf. Schema Decreti de ministerio et vita presbyterorum. Textus recognitus et relationes en la
CXLVIII Congregación General, del 13 de octubre de 1965, en ASSCOVS Volumen IV Parte IV
páginas 336-375. Consta de un Proemio y dos capítulos extensos: 1.El ministerio sacerdotal y 2. La
vida de los sacerdotes. El primer capítulo aborda la naturaleza del sacerdocio, la ministerialidad con
la Palabra de Dios, los sacramentos, la guía del pueblo, el estudio, los vínculos con el Obispo y de
los sacerdotes entre sí, los vínculos con los laicos, la distribución del clero y las vocaciones
sacerdotales. El segundo capítulo trata la santidad sacerdotal, la triple función, la unidad y armonía
en la vida, los consejos evangélicos, medios para fomentar la vida interior, la remuneración, el recto
uso de los bienes y la previsión social.
Cf. Schema Decreti de ministerio et vita presbyterorum. Textus emendatus et relationes (distribuido
entre los Padres conciliares en la CLVI Congregación General, del 9 de noviembre de 1965), en
ASSCOVS Volumen IV Parte VI páginas 345-388. Consta de un Proemio, tres capítulos y una
conclusión. Los capítulos: Los capítulos: 1. El presbiterado en la misión de la Iglesia. 2. El
ministerio de los presbíteros. 3. La vida de los presbíteros. Conclusión y exhortación.
Cf. Schema Decreti de ministerio et vita presbyterorum. Textus recognitus el modi (distribuido
entre los Padres conciliares en la CLXV Congregación General, del 30 de noviembre de 1965), en
ASSCOVS Volumen IV Parte VII páginas 109-234. Consta de un Proemio, tres capítulos y una
conclusión. Los capítulos: 1. El presbiterado en la misión de la Iglesia (naturaleza, condición en el
mundo). 2. El ministerio de los presbíteros (funciones de los presbíteros: Palabra de Dios,
sacramentos/Eucaristía, guías del Pueblo de Dios; relación de los presbíteros con los demás: obispos
y presbíteros, entre presbíteros, los laicos; distribución del clero y las vocaciones). 3. La vida de los
presbíteros (santidad sacerdotal, triple función sacerdotal y santidad, unidad y armonía de la vida
presbiteral, humildad y obediencia, celibato, pobreza y posición frente al mundo y los bienes,
fomento de la vida espiritual, estudio y ciencia pastoral, remuneración, fondo de bienes comunes y
seguridad social). Conclusión y exhortación. Hasta que no se indique lo contrario seguirán otras
intervenciones sobre el mismo documento.
18
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
afirmar que en la Iglesia no existe una igualdad en la distribución del clero. Hay regiones
con muchos sacerdotes y otras con hambre espiritual por falta de pastores. Hay en las
diócesis ricas de clero presbíteros que se ofrecen para ir a las diócesis necesitadas; pero a
veces encuentran dificultades para obtener el permiso de sus obispos. El orador hace
algunas propuestas para resolver este grave problema de la mejor distribución del clero:
donde abundan las vocaciones sacerdotales podrían crearse seminarios cuyos alumnos
una vez ordenados de sacerdotes quedaran inmediatamente a disposición de la Santa
Sede para que ésta los pudiera ofrecer a los obispos que los necesiten con más urgencia.
Aquellas diócesis que no pueden admitir en sus seminarios a todos los que piden el
ingreso por ser muchos ofrezcan éstos a las diócesis necesitadas. Hágase un cuidadoso
estudio del número de fieles que, atendidas las peculiares circunstancias de cada lugar,
pueden encomendarse a un sacerdote y a los sacerdotes restantes concédaseles licencia
para ir a las regiones donde las exigencias del apostolado requieran su presencia. Las
Conferencias Episcopales de las naciones donde hay abundancia de sacerdotes
constituyen un organismo al cual puedan dirigirse tanto aquellos obispos que tienen sacerdotes disponibles como aquellos que los necesitan. Las órdenes y congregaciones
religiosas pueden ayudar muchísimo en el problema de la distribución del clero. El orador
termina diciendo que los sacerdotes que se escojan para ser enviados a las diócesis
necesitadas sean muy seleccionados y que desaparezcan de la trama jurídica todas
aquellas leyes que dificultan este necesario intercambio de sacerdotes».32
IV-V 440-443, adhiere junto a Quarracino, Podestá y Aguirre, a las Observaciones escritas
de Pironio, pos Congregación General CLIII, del 26 de octubre de 1965 sobre el esquema
El ministerio y la vida de los sacerdotes.
Propone que se inicie el esquema indicando la excelsa labor de los sacerdotes en la Iglesia y
dándoles las gracias desde lo más profundo del corazón. Luego señala que el estilo del
documento sea más positivo, directo y moderno, abandonando lo exhortativo y negativo,
que sabe a piadosa lección espiritual. Además ‒sobre el método‒ la primera parte del
esquema podría construirse de esta manera: sobre la naturaleza del sacerdocio y el
presbiterio; sobre el triple oficio; y sobre la triple relación del sacerdote: con el obispo, con
los hermanos, sacerdotes, con los laicos. En cuanto a la segunda parte: sobre la
configuración con Cristo Sacerdote; sobre la comunión espiritual con el obispo y todo su
presbiterio; y sobre la caridad pastoral como forma de toda espiritualidad. Lo propone por
observar la ausencia de una clara idea central teológica.
Acerca de la doctrina, indica que desde el inicio debe hablarse más extensamente sobre el
presbiterio, según la primera experiencia de la Iglesia y los escritos de Padres de la Iglesia.
También desde el inicio debe hablarse sobre el Misterio Pascual, ya que el sacerdote es
esencialmente mensajero, realizador y signo de la muerte y la resurrección del Señor. Y
además integra el aspecto escatológico, ya que el sacerdote es enviado por Cristo para
anticipar en el tiempo la escatología y preparar a la humanidad para la definitiva Venida del
Señor.
Finalmente sugiere que algunas cuestiones abordadas en el esquema como la económica y
los bienes materiales, los temas disciplinares y la distribución del clero sean trasladas al
esquema de los Obispos. Asimismo propone enmiendas puntuales a la redacción del texto.
L’Osservatore Romano, edición semanal en lengua castellana, año XV, número 683, página 6, del
09 de noviembre de 1965.
32
19
Luis O. Liberti svd (ed.) Participaciones de Mons. Vicente Zazpe, Obispo de Rafaela, en los
Períodos I (1962), II (1963), III (1964) y IV (1965) del Concilio Vaticano II
IV-V 523-524, suscribe Observaciones escritas pos Congregación General CLIII, del 26 de
octubre de 1965 sobre el esquema El ministerio y la vida de los sacerdotes.
Indica que el esquema no llega a responder a toda la problemática actual del sacerdocio y
señala algunas cuestiones índole teológica, espiritualidad y pastoral. A cada una le asigna
interrogantes y señala ‒globalmente‒que se cuestiona, no solo el cómo del ministerio, sino
el mismo ser sacerdotal y observa que será conveniente que el esquema responda a esta
problemática. Para lo cual muestra que en lo teológico se debe enseñar que el presbiterado,
afecta al ser mismo, ya que es una configuración ontológica con Cristo-Sacerdote que
modifica, por tanto a la misma persona; que se recibe por participación del sacerdocio
pleno episcopal, en un orden presbiteral y en el contexto de una Iglesia local, y que es
simplemente diverso del sacerdocio común de los fieles.
Sobre la espiritualidad numera que es propia y específica, a partir de la configuración
íntima con Cristo, bajo el ángulo del Buen Pastor. De este modo el mismo ministerio será la
fuente de la espiritualidad presbiteral.
Sobre la pastoral dice que la actual situación religiosa, exigirá nuevos estilos y formas de
vida sacerdotal, diferentes a las conocidas hasta hoy y que se añadirán a las actuales. Estas,
a su vez serán rejuvenecidas. Además que se llegará a una mayor conformidad sociológica
con el medio, pero nunca a una identidad. Finalmente, señala que la función del sacerdote
será animar el laicado, pero no suplirlo. Las suplencias tendrán solo carácter de excepción.
IV-V 657 firma los Decretos Christus Dominus, Optatam totius y Perfectatae caritatis y las
Declaraciones Gravissimum educationis y Nostra aetate, en la VII Sesión pública del 28 de
octubre de 1965.
IV-VI 670 firma la Constitución Dei verbum y el Decreto Apostolicam actuositatem, en la
VIII Sesión pública del 18 de noviembre de 1965.
IV-VII 842 firma la Declaración Dignitatis humanae, los Decretos Ad gentes y
Presbyterorum ordinis y la Constitución Gaudium et spes, en la IX Sesión pública del 7 de
diciembre de 1965.
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