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SANTA SEMANA SANTA 2014 EN VILLANUEVA DE LA CAÑADA Nuestra Parroquia de San Carlos Borromeo ha celebrado por segunda vez la Semana Santa. Es realmente muy emotivo comprobar la fortaleza espiritual de esta comunidad parroquial que en tan poco tiempo ha alcanzado tan altas cotas de unidad y hermandad. Ha habido una gran participación de feligreses en todos los actos organizados, con asistencia de personas de todas la edades, jóvenes especialmente, además de niños, hasta en la Vigilia Pascual que finalizó después de la una de la madrugada. ¡¡DIOS ES MUY GENEROSO CON NOSOTROS!! Como estaba programado el Domingo de Ramos se celebró la misa en la Plaza del Ayuntamiento con la bendición de ramos y palmas y a continuación, junto con la Parroquia Santiago Apóstol, se llevó a cabo la procesión. La lectura de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo nos puso a todos en antecedentes de los hechos que viviríamos los días siguientes. El Jueves Santo, a las diez de la mañana rezamos “Laudes” un grupo de feligreses que con devoción e interés atendimos a la magnífica explicación que el diácono Eduardo nos dio sobre la secuencia y el significado de los días de Pasión que íbamos a vivir la comunidad parroquial. Esto nos hizo reflexionar sobre la dimensión teológica de la muerte de Jesús y ponernos en disposición de vivenciar los acontecimientos siguientes. Los Oficios de la Cena del Señor se celebraron a las siete de la tarde con la presencia de los sacerdotes de la Parroquia, el padre Gonzalo y el padre Paul, además del diácono Eduardo y el padre José Luis, párroco emérito de la Parroquia de Chapinería. La Iglesia estaba “ a rebosar”. De igual manera que el pasado año, un seglar, Eduardo, miembro de la comunidad parroquial, actuó de “maestro de ceremonias”. Explicó durante el Oficio Religioso las distintas secuencias que se iban produciendo, dirigiendo en su labor a los ayudantes de los concelebrantes. Este día de Jueves Santo la Iglesia Católica conmemora el día de la institución del Sacerdocio, del Amor Fraterno y la institución de la Eucaristía durante la Última Cena. Durante la ceremonia y en memoria de lo que hizo Jesús a sus discípulos en la Última Cena, nuestro párroco Gonzalo procedió al lavado de los pies a varios padres que con sus hijos asistían a la celebración y que próximamente tomarán la Primera Comunión. En memoria de Jesús y como pueblo de Dios estábamos recordando y celebrando lo ocurrido en la Última Cena con la institución de la Eucaristía. Se repartió la comunión y al finalizar se llevó el Santísimo Sacramento al lugar que se había preparado en el lateral del templo para su adoración durante toda la tarde - noche y mañana del Viernes. A las once de la noche asistimos a La Hora Santa dirigida por el padre Paul. Las oraciones cantadas y las meditaciones realizadas por la consagrada María, fueron una verdadera delicia en la letra y en la música. El Viernes Santo a las diez de la mañana tuvimos el rezo de “Laudes” que con sus oraciones y cantos de María y Sonia, acompañadas por sus guitarras, nos prepararon magníficamente para entender y asumir el significado de este Santo Viernes. Todo ello dirigido por el diácono Eduardo. El padre Gonzalo nos exhortó sobre el significado de este Viernes Santo, primer día en que comienza a celebrarse el misterio Pascual de Cristo. Destaca la ausencia de una liturgia eucarística, puesto que la única Eucaristía será la que se celebre en la noche de Pascua, durante la Vigilia Pascual. El silencio es también el clima del alma que acompaña a María al pie de la Cruz en su dolor de Madre entrañable. Nosotros, como otros muchos feligreses, nos desplazamos a visitar siete Monumentos en los pueblos de las inmediaciones, lo cual nos permitió contemplar la grandeza de nuestro Dios creador y disfrutar de una mañana magnífica. A la una de la tarde se proyectó la película La Pasión en los locales de la Parroquia y finalizada ésta se realizó la lectura de la oración de La Coronilla de la Misericordia. La Liturgia de la Pasión, a las cinco de la tarde, fue oficiada por el padre Paul acompañado por nuestro párroco el padre Gonzalo, el diácono Eduardo y el párroco emérito de la Parroquia de Chapinería. Todos vestían casulla roja, en recuerdo de la sangre de Cristo derramada en la Cruz. Se inició la ceremonia con la postración de los cuatro oficiantes, tumbados en el suelo boca abajo, en claro signo de humildad, penitencia y súplica ante Dios. Después de la lectura del libro del profeta Isaías y de la carta a los Hebreos escuchamos con atención la narración de la Pasión de Cristo según San Juan. A continuación se procedió a la Adoración de la Cruz pasando a besarla todos los asistentes. Posteriormente continuó la celebración con la distribución de la Eucaristía que había estado custodiada desde el Jueves Santo en el Monumento. A las ocho de la tarde participamos en el rezo del Vía Crucis junto con los feligreses de la Parroquia de Santiago Apóstol, recorriendo los alrededores de la Iglesia y donde pudimos disfrutar oyendo una emotiva y sentida “saeta”. El Sábado Santo rezamos “Laudes” a las diez de la mañana en la Parroquia. Fue dirigido por el padre Gonzalo y a continuación el padre Paul nos hizo una profunda reflexión del significado de la muerte y descenso a los infiernos de Cristo. El altar despojado de manteles y con el sagrario abierto y vacío expresan el misterio del descenso de Cristo muerto a los infiernos. Solo la Cruz, descubierta, permanece entronizada porque, si bien la humanidad de Cristo se ha ocultado totalmente en el sepulcro, la revelación suprema de la Cruz ya está cumplida y realizada. El silencio orante, cargado de Espíritu Santo, junto a la presencia también silenciosa y contemplativa de María, sostienen el ritmo litúrgico de este día. Es un día de oración junto a la tumba a la espera de la resurrección en reflexión y silencio. Es la preparación para la celebración de la Vigilia Pascual. A las once de la noche se iniciaron los Oficios de la Vigilia Pascual acto principal de culminación de la Semana Santa con los que se celebra la Resurrección del Señor y desempeñan un importante papel los símbolos del fuego y del agua. La celebración tiene tres partes importantes: o Celebración del Fuego Nuevo. o Liturgia de la Palabra. o Liturgia Bautismal. Para la celebración del Fuego Nuevo se apagaron todas las luces de la Iglesia, se encendió un fuego nuevo a la entrada del templo y con éste se prendió el Cirio Pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio va impreso el año y las letras griegas “alfa” y “omega”, significando que Jesús es el principio y el fin del tiempo. El padre Gonzalo llevó a cabo la bendición del fuego, del cual todos los feligreses encendimos nuestra vela, y en procesión el diácono Eduardo se dirigió al altar. El padre Paul procedió al canto del Pregón Pascual, acompañado de la guitarra en una interpretación magnífica y muy emotiva. A continuación se procedió a la Liturgia de la Palabra que consta de siete lecturas del Antiguo Testamento y una del Nuevo Testamento, iniciadas con la Creación del Mundo y finalizadas con la Resurrección. Una de las lecturas hizo mención al libro del Éxodo en la que se relata el paso del Mar Rojo por los israelitas y como Dios los salva de la persecución de los soldados egipcios. Se recuerda que esta noche nos salva Jesús. La Liturgia Bautismal consistió en la bendición del agua en la pila bautismal recitando la Letanía de los Santos. Es un acto simbólico que nos recuerda que con el agua del bautismo pasamos a ser miembros de la familia de Dios. Se nos invitó renovar las promesas bautismales, renunciando a Satanás, sus seducciones y a sus obras. Prosiguió la celebración de la misa con la exhortación del padre Gonzalo sobre el significado de la Resurrección del Señor. La ceremonia finalizó con la bendición solemne y la despedida: ¡PODEIS IR EN PAZ!. ¡ALELUYA!, ¡ALELUYA!, DEMOS GRACIAS A DIOS, ¡ALELUYA!, ¡ALELUYA! Al terminar la impresionante ceremonia nos encontramos en el patio de la Iglesia deseándonos una ¡Feliz Pascua de Resurrección! y compartiendo un vino espumoso español a la salida del templo. El Domingo de Pascua se celebró la Resurrección de nuestro Señor, en los horarios habituales de misa parroquial. ¡JESÚS NO VIVE PORQUE SU CAUSA SIGUE ADELANTE, SINO QUE SU CAUSA SIGUE ADELANTE PORQUE ÉL VIVE! Manuel Ayora y May (Semana Santa 2014)