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FRATERNIDAD TEOLÓGICA LATINOAMERICANA
CONSULTA CONTINENTAL – 23 AL 25 DE JUNIO, 2016
LIMA, PERU
CULTURA POLÍTICA Y DESARROLLO: GESTIÓN PÚBLICA Y EXIGENCIAS
DE RENOVACIÓN1
H. Fernando Bullon
Los conocidos escritores de pensamiento liberal, Plinio Apuleyo, Carlos A. Montaner y
Alvaro Vargas Llosa, al inicio de su obra, “Fabricantes de Miseria”(1998) 2, dicen lo siguiente:
Vamos al grano ¿de qué trata este libro? Trata de las ideas y actitudes que mantienen en
la miseria a grandes muchedumbres latinoamericanas... Trata de gobiernos que con sus
prácticas antieconómicas ahogan las posibilidades de generar riquezas. Trata de las
órdenes religiosas que, encomendándose a Dios...difunden nocivos disparates desde los
púlpitos y los planteles educativos. Trata de los sindicatos que, enfrascados en una
permanente batalla campal contra las empresas, acaban por yugular la creación de
empleo, impiden la formación de capital, o lo ahuyentan hacia otras latitudes. Trata de
los intelectuales que desprecian y maldicen los hábitos de consumo en los que suelen
vivir, prescribiendo con ello una receta que hunde aún más a los analfabetos y
desposeídos. Trata de las universidades en las que estos errores se incuban y difunden
con una pasmosa indiferencia ante la realidad. Trata de los políticos que practican el
clientelismo y la corrupción. Trata de los militares que, convertidos en sector económico
autónomo, consumen parasitariamente una buena parte del presupuesto, y han
gobernado o aún amenazan con gobernar nuestras naciones como si fueran cuarteles.
Trata de los empresarios que no buscan su prosperidad en la imaginación, el trabajo
intenso y en los riesgos del mercado, sino en los “enchufes”, la coima y el privilegio
tarifario. Trata de los políticos que creen erróneamente, que los salarios bajos son una
“ventaja comparativa”, sin entender que de la pobreza se sale aumentando la
producción y la productividad, no pagando sueldos de hambre. Trata, también, de
quienes enfrascados en el discurso de una pretendida solidaridad con los humildes,
1EnsayopreparadoconocasióndelaConsultaRegionaldelaFTL,acelebrarsedel24al27deJunio,
2016 en Lima, Perú. Inicialmente el tema general de la consulta habría de ser sobre “Economía y
Cultura Política en América Latina”, en relación al cual se elaboró este ensayo, en conexión con el
tema englobante del desarrollo; y así fue publicado en obra reciente del autor (Misón, Economía y
Desarollo Humano: Desafíos lationoamericanos avanzando el siglo 21. Grand Rapids, Mich.: Libros
Desafío, Abril, 2016). Pero posteriormente, los organizadores de la consulta optaron por
circunscribirse al tema más específico de “La Corrupción: Perspectivas bíblicas, contextuales y
éticas”,asuntoquetambiénseincluíaeneldesarrollodelensayo.Enestaoportunidad,lopublicado
seajustaparalaocasiónyseampliaespecíficamenteeneltópicosobrecorrupciónaniveldepiesde
página.Elensayobebedeescritospreviosdelautorsobreeltópico,asícomodeescritoinédito,“Las
políticaspúblicas,suanálisisyevaluación”,preparadoparaelSeminariodeAnálisisyFormulación
dePolíticasPúblicas,EscueladeCienciasPolíticas,UniversidaddeCostaRica,Mayo2015.
2México, DF.: Plaza &Janés Editores. También autores de la difundida obra previa: “Manual del
PerfectoIdiotaLatinoamericano(1996).México,D.F.:Plaza&JanésEditores
1
ponen en práctica medidas antieconómicas que provocan males mayores que los que
pretenden corregir. Trata, en fin, de los que llamamos “fabricantes de miseria”: esos
grupos que, unas veces de buena fe, y otras por puro interés, mantiene a millones de
personas viviendo, a veces, peor que las bestias...es un intento de sacar del error a los
equivocados y a desenmascarar a quienes actúan movidos por la demagogia, la mala fe o
la más devastadora ambición personal.. .
…Y, si aparentemente, la batalla contra la pobreza no es tan cuesta arriba, ¿por qué los
latinoamericanos no hemos podido ganarla?... La respuesta acaso no sea muy compleja:
porque prevalecen las ideas y actitudes equivocadas. Las ideas y las actitudes tienen
consecuencias, y las malas ideas y las malas actitudes generan, por supuesto, malas
consecuencias.3
Esta extensa cita hace referencia a un ethos más amplio que el exclusivamente político;
prácticamente incluye al conjunto de las principales élites de la población
latinoamericana: políticos, militares, religiosos, empresarios, sindicalistas, académicos y
otros. Pero sin duda, con especial gravitación y responsabilidad a la esfera política. Las
implicaciones lo son en relación a sus consecuencias económicas y sociales.
En este ensayo, pues, nos centramos en el asunto de la cultura política como
factor determinante en el proceso de desarrollo. Aunque las limitaciones y falencias de
cualquier postulado teórico y práctica política se hacen evidentes frente a la complejidad
de la realidad humana, la persistencia de vicios históricos en la gestión del desarrollo
regional preocupan pues han funcionado como impedimento al logro de los objetivos
mejores; entre estos vicios, la gestión eufemística casi siempre por algún sesgo
ideológico particular, y el deterioro de la ética en el ejercicio del desarrollo.
Efectivamente, estos dos parecen ser las principales cortapisas para el mejoramiento de
las condiciones y la calidad de vida en la región.
Para la mayoría de los países latinoamericanos, con alguna rara excepción, todavía
sigue siendo un ideal el lograr una democracia de la clase o madurez que se tiene en
países de la Europa nórdica o en Norteamérica. Más allá del supuesto “estado de
derecho” y las leyes escritas, es necesario discernir en la práctica, cuáles son las fuentes
reales de motivación y ejercicio del poder. Aunque en la actualidad, en la mayoría de los
países se está por la tercera década de un ininterrumpido gobierno civil, los elementos
básicos que han caracterizado la mayor parte del siglo XX a la cultura política de la gran
mayoría de naciones latinoamericanas, incluyen entre otros rasgos saltantes:
-
un autoritarismo persistente por continuas intervenciones militares;
un estilo personalista de gobernar asociado al burocratismo y el clientelismo;
una elite económica dependiente del capital y los mercados externos;
la concentración de los recursos en las capitales y otras pocas ciudades versus una
subcultura aborigen, rural y provinciana extensivamente olvidada;.
el emblema ideológico del nacionalismo es utilizado para presentar y justificar
cualquier gobierno de turno (propiamente, pseudonacionalismo).
3pgs.7-8,13-14
2
-
clientelismo y corrupción, rasgo que se ha ido acentuando y agudizando en los
últimos años.
Dentro del asunto de la cultura política, nos concentramos más específicamente en
los temas del promovido “nacionalismo”, de la marginación prejuiciada de sectores
importantes de la población, de la ideologización e ineficacia en la implementación de
políticas, y de la corrupción en la gestión pública, lo cual puede incluir los fenómenos de
politización de la justicia y judialización de la política. Implícitamente, se analiza los
aspectos de la “cultura” o ethos característico del medio y ejercicio político, en contraste
con el de otras regiones, y la incidencia que esto tiene en el proceso de desarrollo. En los
últimos años se han difundido varios estudios comparativos entre el Sudeste Asiático y
América Latina, en relación a los desarrollos diferentes que se han dado en los últimos
cincuenta años entre las dos regiones; sobre todo, al reconocerse el despegue económico
de los países orientales versus el estancamiento latinoamericano. 4 Los hay también
estudios comparativos con el medio europeo o anglo americano, con respecto al ámbito
de la administración pública y los problemas de la ineficacia de la ley, el burocratismo y
el clientelismo5.
1. Rasgos saltantes de la cultura política latinoamericana
1.1 Pseudonacionalismo
El nacionalismo puede considerarse la raison d´etre de todos los frentes políticos,
y la justificación de todas las causas políticas. Es un rasgo hereditario común en la
política y el desarrollo latinoamericano y es una de las ideologías que más profundamente
ha calado en el pensamiento social y político del siglo XX. Ha operado como un
elemento vinculante o amalgamador para mantener las una y muchas místicas
funcionando – democracia, desarrollo industrial capitalista, anticolonialismo, antiimperialismo, indianismo, socialismo, etc. – o para inspirar a diferentes estratos de la
sociedad latinoamericana, sean el sector laboral y sindicalista, la clase media, o los
gobernantes de la oligarquía. En momentos, el nacionalismo es usado o abusado para
apoyar un gobierno dictatorial conservador, en otros para incrementar el fermento
revolucionario, o en otros, para iniciar una “guerra de liberación” contra enemigos reales
o imaginarios. Puede aún revivir tendencias hacia un fuerte gobierno de tipo paternalista,
4VerporejemploJ.D.Macomber,“EastAsia’sLessonsforLatinAmericanResurgence”,enTheWorld
Economy,1987,Vol.10pp.469-481;tambiénR.Villamizar/J.C.Mondragón(1995)Zenshin:
LeccionesdelospaísesdeAsia-PacíficoenTecnología,ProductividadyCompetitividad,Bogota:
Norma
5Verporejemplo,entreotros;FerrellHeady(2001)PublicAdministration:AComparative
Perspective,6thedition,BocaRaton:CRCPress,(ChaptersOneandTwo);JohnHalligan(2003)
“Anglo-AmericanCivilServiceSystems:anOverview,”inJohnHalligan(ed.)CivilServiceSystemsin
Anglo-AmericanCountries,Cheltenham:EdwardElgar;JorgeNef(2007),“PublicAdministrationand
PublicSectorReforminLatinAmerica,”inB.GuyPetersandJonPierre(eds.),TheHandbookof
PublicAdministration,London:Sage;CharlesPolidanoandDavidHulme(1999),“Public
ManagementinDevelopingCountries:IssuesandOutcomes,”PublicManagementReview,Vol.1,No.
1,pp121-132;
3
que, contradictoriamente, debilita los tiernos brotes de un proceso de desarrollo
autosostenido que pudiera haberse estado gestando6.
Sin embargo, en perspectiva histórica, el rol principal del nacionalismo en
América Latina parece haber sido el preservar la sociedad tradicional a través de cambios
o innovaciones minúsculos; mas bien ha sido una herramienta útil para mantener la
dependencia y una extensiva cultura subordinada tanto en las áreas urbanas como rurales.
Aún a través de un intrincado eufemismo por el uso del mito y la fantasía, en especial,
aquel del culto a los héroes vencidos y a los símbolos patrios (bandera, escudo, himno,
etc.): una suerte de orgullo perverso que raya en el masoquismo, por la autoproclamación
del fracaso de tiempos pasados en una especie de pasatiempo que distrae la atención en
cuanto a la confrontación de los reales problemas y desafíos de este mundo, para el
verdadero crecimiento económico y desarrollo nacional. Hasta cierto punto, la manera en
que se han cultivado estos valores entre las clases pobres refuerza en ellas actitudes
fatalistas de resignación, contribuyendo por lo tanto a mantener la dependencia y el
subdesarrollo7.
Ya enrumbando hacia el final de la centuria, especialmente durante los 1980s , las
discusiones tanto en los partidos políticos, en las oficinas estatales, como en círculos
académicos, versaban sobre el imperativo de elaborar un “proyecto nacional” y la
necesidad de afirmar la “identidad nacional”. Se argumentaba acerca de los aspectos
esenciales que necesariamente deben ser considerados en un proyecto de tal naturaleza, y
acerca de la necesidad de un acuerdo constitucional entre las diversas fuerzas políticas
para llevar adelante acciones y programas de manera indeclinable para el corto y mediano
plazo, cualquiera sea el partido que esté de turno en el poder.8 Pero nuevamente con la
onda de la globalización, la integración a mercados internacionales, el predominio del
capital transnacional, el desmantelamiento del Estado y la devaluación de los entes
planificadores, todo ello propio de los años 1990s y más allá, los “proyectos nacionales”
se desdibujan o francamente se desarticulan. Lo paradójico es que los promotores de los
tratados de libre comercio no dejan de hablar en términos nacionalistas; según ellos, es lo
mejor para el desarrollo nacional. Últimamente, se fueron recuperando ciertas posturas
antiglobalización, de afirmación de programas de corte socialista, o una social
democracia nacionalista, especialmente en Sudamérica (casos Venezuela, Brasil, Bolivia,
Uruguay, Argentina y Chile). El asunto es que, no puede afirmarse con precisión si es que
se está en el comienzo de una nueva etapa donde se confrontan los problemas del
desarrollo más maduramente, o que, de acuerdo con el patrón cultural tradicional, alguna
forma más reciente de un ya típico curso de acción se está desenvolviéndose: el
proclamar nacionalismo y autonomía, como siempre, “por el honor de la dignidad
6VerGerhardMasur(1967)NationalisminLatinAmerica:DiversityandUnity.NewYork:MacMillan
pp.249-251.VertambiénV.Alba(1968)Nationalistswithoutnations:TheOligarchyversusthe
peopleinLatinAmerica.NewYork:FrederickA.Prager,Publisher;yRicaurteSoler(1987)Ideay
cuestiónnacionallatinoamericanas.Delaindependenciaalaemergenciadelimperialismo.México,
D.F.:SigloXXIeditores.
7F.B.Pike(1973)SpanishAmerica1900-1970:TraditionalandSocialInnovation.London:Thames
andHudson,p.105
8Verporejemplo,paraelcasodelPerú,InstitutoNacionaldePlanificación-ProyectoNacional.
Encuentro(I),Lima,Noviembre1987:tambiénRevistaQuehacer,No.45,Feb-Marzo,1987,Lima:
DESCO
4
nacional”, pero en el fondo no solucionar algunos problemas básicos de raíz y seguir
reforzando el subdesarrollo, la dependencia y la cultura subordinada.9
En suma, al referirnos a este tipo de pensamiento y actitudes se busca poner al
descubierto una cierta “cultura política ideologizadora”, que evidentemente afecta todos
los aspectos de la conducción del desarrollo del país. Por ejemplo, si uno toma el campo
de la educación, a pesar de las muchas reformas educacionales que se emprenden, es
posible notar una evidente distancia entre, el ideal y la realidad, entre el discurso y su
implementación, la teoría y la práctica, o la ley y su ejercicio (en América Latina
constantemente se están reformando Constituciones, pero pareciera que muy poco cambia
socialmente, en términos concretos); esto determina que la condición del proceso
educativo y de los recursos humanos no cambie su situación o aún empeore, luego del
ejercicio político de turno.10
1.2 La marginación étnica: racismo y subdesarrollo
Un rasgo político-social sostenido ha sido el olvido y marginación de los grupos
indígenas; aunque esto se está tratando de asumir en parte de las nuevas experiencias de
algunos países, se puede reconocer cuán vivo ha sido el nexo racismo y subdesarrollo.
Fernando Mires en su ensayo El Discurso de la Indianidad. La cuestión indígena en
América Latina (1991) mencionaba que en América Latina el tema de la indianidad es
indispensable para una reformulación más completa de “lo nacional” y de “lo social”. Es
decir, si se margina el tema del indio, los conceptos de sociedad y de nación, pasan a ser
conceptos vacíos, alusiones retóricas. Sin descubrir al indio como actor fundamental en
las luchas sociales y políticas, las naciones latinoamericanas permanecerán como
naciones cercenadas en su integridad. Mires abogaba por una nueva radicalidad social en
que los indios devengan en sujetos activos, algo imprescindible frente a una modernidad
que los ha dejado de lado por completo (pp. 9-10).
Es de reconocer que diversos intelectuales que se han ocupado del problema del
indio desde la primera mitad del siglo XX, afirmaban categóricamente que el proceso de
las guerras de la independencia de inicios del siglo decimonónico y la entrada al
republicanismo, no habían significado prácticamente nada en favor de las poblaciones
indígenas, y que era necesario disponerse a obrar a favor de ellos11. Según Katz, los
9Eltemadelnacionalismoestáíntimamenterelacionadoaldela“dignidadhumana”,expresiónmuy
veneradaporloslatinoamericanos.Estareverberaenlosdiscursospúblicosdepolíticosyescritores,
ydespiertaneltipodeemociónqueunealosmiembrosmásimportantesconlosmássencillosdela
sociedad.VerG.Masur(1967)op.cit.,p.25
10Sehanrealizadomuchosestudiossobreelefectodelasdiversasideologíaspolíticas,todosellos
bajoelmantoocareta“nacionalista”y“populista”;entretales,sonclásicoslostrabajosdeG.Masur
(1967) Nationalism in Latin America: Diversity and Unity. New York: Mac Millan, y V. Alba (1968)
Nationalism without Nations: The oligarchy versus the people in Latin America. New York: F.A.
Prager Publishers. En el estricto campo de la educación, ver el trabajo editado por Mark Ginsburg
(1991)UnderstandingEducationalReforminGlobalContext:Economy,IdeologyandtheState.New
York:Greenwood
11Ver por ejemplo, para el caso del Perú:. M. Gonzales Prada (1924) Nuestros Indios, en Horas de
Lucha, Lima: Tipográfica Lux; L.E. Valcárcel (1927) Tempestad en los Andes. Lima: Ed Minerva; F.
Fuenzalida(1971)Poder,razayetniaenelPerúcontemporáneo.México:SigloXXI
5
derechos de los indígenas fueron repetidamente desconocidos por una doctrina que
restringió los derechos de los nacionales solo a las repúblicas post-coloniales. Pero los
estados que emergieron de un proceso de balcanización, bajo el control de élites criollas
atropellaron las configuraciones territoriales originarias. Durante este proceso, muchos
sectores indígenas (y también toda la población negra introducida con la esclavitud)
perdieron la lengua, la tierra y su cultura. 12
José Carlos Mariátegui en su ensayo “El problema del indio”, llamaba ya la
atención sobre el asunto pues lejos de ser enfocado de manera orgánica y como un
problema de orden socio-económico, se había devenido en planteamientos moralistas
(superación de vicios), culturalistas (ayuda a una raza o cultura inferior), de orden
educacional (provisión de instrucción), o filantrópicas (ayuda caritativa). Desde la
perspectiva socialista, que Mariátegui representaba, el problema fundamental radicaba en
la tierra, la falta del acceso y propiedad de ella. Y consideraba que la solución al mismo,
implicaba que los sujetos ejecutores fueran ellos mismos – los indios- afirmando que su
avance organizacional a nivel regional y nacional era fundamental para su logro13. Dice
en ensayo específico sobre “El problema de la tierra”:
Quienes desde puntos de vista socialistas estudiamos y definimos el problema del
indio, empezamos por declarar absolutamente superados los puntos de vista
humanitarios o filantrópicos en que, como una prolongación de la apostólica
batalla del padre de Las Casas, se apoyaba la antigua campaña pro-indígena.
Nuestro primer esfuerzo tiende a establecer su carácter de problema
fundamentalmente económico. Insurgimos primeramente contra la tendencia
instintiva – y defensiva- del criollo o “misti”, a reducir a un problema
exclusivamente administrativo, pedagógico, étnico o moral, para escapar a toda
costa del plano de la economía…No nos contentamos con reivindicar, el derecho
del indio a la educación, a la cultura, al progreso, al amor y al cielo.
Comenzamos por reivindicar, categóricamente, su derecho a la tierra.14 (p. 50)
Si bien Mariátegui apuntaba a un problema cardinal, asunto que con muchas limitaciones
se ha dado en el continente, el acceso al poder de gobiernos socialistas en el continente
tampoco ha significado una consideración más integral del asunto indígena, en el sentido
de un planteamiento más cabal de ciudadanía y participación plena.
Recorriendo el continente, se detecta que el paradigma democrático en tanto
inclusividad y equidad, ha sido y es más un ideal que una realidad. Esto muestra el
imperativo de actualizar o cambiar las bases del contrato social, renovando los
fundamentos jurídicos, económicos, sociales, políticos y culturales para que
efectivamente, todos los ciudadanos sean iguales, no solo ante la ley, sino en la vida real,
pública y privada. Y aquí, la cuestión indígena cae por su peso gravitacional. El problema
12C.Katz(2007)Lasnuevasrebelioneslatinoamericanas,en:
http://www.lafogata.org/debate/izq.11.1.htm
13J.C.Mariátegui([1928]1980)SieteEnsayosdeInterpretacióndelaRealidadPeruana.Lima:
EditoraAmauta(pp.35-49)
14Ibid.p.50
6
indígena es un problema continental que afecta a millones de ciudadanos pertenecientes a
casi medio millar de grupos étnicos distintos. Así, la gravitación de la cuestión indígena
constituye una novedad significativa en las reformas constitucionales de la nueva centuria
con el propósito de crear nuevos escenarios políticos. En ese sentido la fórmula de un
Estado plurinacional propuesta por Bolivia, de reconocimiento de sus múltiples etnias y
sus derechos, en combinación con otros aspectos del funcionamiento más democrático
del Estado, como el de las autonomías regionales e indígenas, aparece como un
planteamiento de importancia y que ha ido inspirando a otros países del continente; pero
se deben dar pasos más firmes, sobre todo en países de significativa población indígena,
como lo son Guatemala, Ecuador y Perú.
1.3 La brecha teoría-práctica en el desarrollo latinoamericano
Algo a lo que es muy necesario prestarle atención es al asunto del vínculo entre la
doctrina o teoría, y la práctica concreta. Esto tiene su expresión en el análisis del crítico
problema de la “implementación” de teorías, políticas y planes de desarrollo en América
Latina, aspecto que debe ser más explorado. Cuando se confronta la realidad actual de
los países latinoamericanos luego de la práctica o ejercicio de diversos enfoques sobre el
desarrollo, se descubre una cruda realidad: la persistencia de situaciones de pobreza,
desigualdad, atraso y dependencia, debido de manera efectiva, al “fracaso” en el proceso
de implementación de doctrinas, teorías y estrategias que en su formulación son
aparentemente luminosas 15 . Aunque es de reconocer que este asunto de acortar la
distancia entre doctrina y vida, pensamiento y acción, o teoría y práctica, es una
necesidad universal; sin embargo, hay ciertos tipos de comportamientos y actitudes que
pueden ser mejorados y, definitivamente, vicios histórico-culturales que ser superados.
Esto abarca acciones que tienen dimensiones técnicas; pero otras que son de carácter
formativo en lo ético y humano.
Vinculado a la dimensión técnica en la gestión administrativa, se reconoce la
brechaexistenteentreplanteamientosteóricosylarealidad;entregrannarrativao
macroteoría,teoríaintermediaymarcosreferencialesparalaaccióndebase.Esto,
especialmentecuandoeltrabajodeldesarrolloregentadodesdeelaparatoestatales
guiado por una administración pública que funciona bajo presupuestos de una
ortodoxia simplista; una gestión que no toma en cuenta las complejidades de la
arena política o la cultura política específica de un país, como son el conflicto, la
tensión local nacional, cambios, desorganización, opinión pública, dimensiones
éticasyotrosaspectos16.Así,elmuyusado“modelolineal”administrativovacontra
una premisa fundamental de la planificación transformativa, al minusvalorar el
“campo de negociación” de políticas y nuevas alternativas promovidas por los
Mucho tiene que ver esta realidad con los fenómenos como los del populismo,
pseudonacionalismos, autoritarismos, y la “opacidad” existente con relación al sistema jurídico
político.
16VerM.Minogue“ProblemsofTheoryandPracticeinPublicPolicyandAdministration”,enP.F.
Leeson&M.Minogue,eds.PerspectivesonDevelopment:CrossDisciplinaryThemesinDevelopment.
Manchester,UK:ManchesterUniversityPress,1988,pp.224-247;tambiénIvesMeny&JeanClaude
Thoening.LasPolíticasPúblicas.Barcelona:EditorialAriel,1992
15
7
mismosbeneficiarios,oalmenosporunnivelmásdesagregadodelmismoaparato
delaadministraciónpública.17.Peroporotrolado,tambiénestálaconsideraciónde
ladimensiónhumanaquetienequeverconcuestionesformativasenrelaciónala
integridadintelectual,elcompromisopráctico,yelobrarético;dondeesnecesario
tenerencuentaproblemasespecíficoscomoeldel“accesoalquequepúblico”yelde
la falta de moral en la gestión del desarrollo, factores no fácilmente manejables
dentro de macroteorías de tipo estándar. Volvemos sobre esto en el siguiente
acápite.
En general, frente al discurso ortodoxo y la práctica común, debe darse una toma de
conciencia de lo que está realmente pasando en el medio político-administrativo, y de las
nuevas demandas de participación de los pobladores mismos, como base para una
práctica realista y por lo tanto responsable en la planificación y gestión del desarrollo. En
este sentido, el tema de los movimientos sociales que han estado aconteciendo en la
última década, cobra especial relevancia para el estudio.
1.4 Un dilema común al conjunto de la trayectoria del desarrollo latinoamericano:
El deterioro de la ética y el fenómeno de la corrupción.
El asunto que se analiza aquí tiene que ver con el esquema ético-filosófico implícito
o subyacente en la práctica política o de gestión del desarrollo, cualquiera fuere la ideología
o teoría en la que se inscribe el grupo en ejercicio del poder político o tecnocrático. Nos
referimos a una cierta mala hierba que parece haber florecido en toda la parcela latinoamericana: el problema de la corrupción. En un interesante artículo de sección editorial de
un diario latinoamericano, Oscar Álvarez (1996) comentaba que la década del 90 había sido
llamada la década de la corrupción. En Brasil, Venezuela, Perú, México, Argentina, Costa
Rica, etc. y en países de otros continentes (desarrollados o no), por todas partes estallaban
los escándalos políticos relacionados con la corrupción. A estas alturas de la segunda década
de la nueva centuria se hablaría apropiadamente de 'globalización' de la corrupción,
estándose a tono con el envolvente fenómeno de la época18. Dice Álvarez que en la esencia
de la corrupción política se encuentra el manejo de los bienes públicos como si fueran de
propiedad privada, de manejar la cosa pública como 'cosa nostra'. Se desarrolla una visión
patrimonial y clientelista del Estado, y se establece una 'subcultura´ en que se comienza a
ver todo esto como normal, existiendo impunidad social y legal. Dirá entonces, y en relación
al tema de la pobreza y el desarrollo:
"la corrupción constituye uno de los obstáculos más severos para el desarrollo y
uno de los factores del aumento de la pobreza...es enemiga de la equidad. Asimismo,
17VerE.J.Clay&B.Schaffer,eds.RoomforManouvre:Anexplorationonpublicpolicyplanningin
agriculturalandruraldevelopment.London:HeinemanEducationalBooks,1984;vertambién
CharlesE.Lindblom,Elprocesodeelaboracióndepolíticaspúblicas,Ministerioparalas
AdministracionesPúblicas.Madrid,España.PrimeraEdición,1996.
18 En América Latina, últimamente han sido notables los casos de Brasil (caso Lava Jato y la
judialización ideológica del sistema pollítico), Guatemala (presidente y vice-presidenta), y los
sonados “Panama papers” que connotan las dimensiones sistémicas del problema, en este caso,
incluyendomasivamenteasectoresempresarialesyprivados.
8
es uno de los elementos que más afectan la credibilidad y la imagen de los políticos
y gobernantes y la legitimidad de los sistemas democráticos".
O, como lo menciona Peter Eigen, el fundador de Transparencia Internacional:
“La corrupción es un vicio capital de nuestra época que muestra su desagradable
rostro en todas partes. Se halla en la raíz misma de casi todos los problemas
importantes – o al menos impide su resolución – y actúa de manera especialmente
devastadora en las regiones más pobres del mundo, donde mantiene atrapados a
millones de seres humano en la miseria, la pobreza, la enfermedad, la explotación y
brutales conflictos. 19
19 PeterEigen,LasRedesdelaCorrupción.Lasociedadcivilcontralosabusosdelpoder.BuenosAires:
Ed.Planeta,[2003]2004(p.15).Laproblemáticahaidoadquiriendoribetescadavezmásalarmantesy
diversasdimensiones,incluyendoelofrecimientoylarecepcióndesobornos,coimas,la malversación
ynegligenteasignacióndefondospúblicos;lasubvaluaciónolasobrevaluacióndeprecios;elfraude
electoral; la paga y soborno de periodistas y medios de comunicación; el tráfico de influencias; el
financiamiento ilegal de partidos políticos; las sentencias parcializadas de los jueces; los concursos
amañados sobre obras de infreatructura, etc. . En sí, el tema de la corrupción se ha convertido en
todounaesferaespecializadadeestudiosexistiendoactualmenteunabibliografíamuyextensa.Así,
haytodaunaáreavinculadaa“aspectos conceptuales,interpretativosymetodológicossobrela
corrupción”; otra analiza sus modalidades y tipologías, y las causas respectivas en cada caso.
Asimismo, la elaboración de “mapas” y clasificaciones de los países de acuerdo a “indices”, entre
los cuales, el más difundido es el “indice de percepción de la corrupción” (IPC), establecido por la
ONG Transparencia Internacional. Y hay organismos intergubernamentales tales como el GAFI
(Grupo de Acción Financiera Internacional) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico) que buscan establecer regulaciones y promover políticas que permitan un
mejorcontroldelacorrupción.
Las principales interpretaciones sobre el tema se basan en diversas perspectivas: (1) históricoculturales, (2) políticas, (3) sociológicas, (4) administrativas, (5) económicas, y, (6) legales. Es
necesarioacotarqueesposiblequesetengaalgúnsesgoideológicoenlaconceptualización,yporlo
tanto en lo metodológico o procedimientos de evaluación. En general, en lo metodológico existen
dificultades en cuanto a medición apropiada para la determinación científica de la existencia,
amplitudyevolucióndelasprácticasdecorrupción.
En cuanto a modalidades, estas pueden ser: (1) Sistémica, subsistémica o dispersa; (2) Política o
administrativa;(3)Individualocorporativa;(4)Públicaoprivada;otrastipologíastienenencuenta
losdiversosnivelesdondeelfenómenosemanifiesta(nacionalointernacional;gobiernocentral -o
federal-, provincial, regional o municipal). También, y con mayor específicidad, según las funciones
ejercidas en la administración pública por determinadas personas (por ejemplo, miembros del
Gobierno o del Parlamento, funcionarios, policías, fiscales o magistrados); o según las actividades
llevadas a cabo por dichas personas: contratos, subvenciones, fondos públicos y privados,
promulgaciónyaplicacióndeleyesyreglamentos,etc.
Considerando el Índice de Percepción de Corrupción para el año 2015/2016 elaborado por
Transparencia Internacional, dentro de su lista (ranking) mundial de 167 países, sobre la base de un
máximo puntaje de 100 para el país más pulcro, los tres países latinoamericanos menos corruptos
(superandolos50puntos),son:Uruguay:74puntos,conposición21;Chile:70puntos,conposición23;y
CostaRica:55puntos,conposición40.Luego,lalistaconmenosde50puntos,comosigue:Cuba:47puntos,
conposición56;El Salvador:39puntos,conposición72;Panamá:39puntos,conposición72;Brasil:38
puntos,conposición76;Colombia:37puntos,conposición83;Perú:36puntos,conposición88;Suriname:
9
Cabría preguntarse ¿ cuánto de la pobreza de nuestros países latinoamericanos puede
asignársele a este tipo de comportamiento, más que a tal o cual sistema o enfoque teórico, o
a una inadecuada o mala aplicación de principios micro o macroeconómicos ?
36 puntos, con posición 88; México: 35 puntos, con posición 95; Bolivia: 34 puntos, con posición 99;
RepúblicaDominicana:33puntos,conposición103;Argentina:32puntos,conposición107;Ecuador:32
puntos,conposición107;Honduras:31puntos,conposición112;Guayana:29puntos,conposición119;
Guatemala:28puntos,conposición123;Nicaragua:27puntos,conposición130;Paraguay:27puntos.,con
posiciónen130;Haití:17puntosconposición158;Venezuela:17puntos.,conposición158.
Algunos considerarían algo subjetivo y parcializado este índice ya que esun juicio, principalmente,
sobre el comportamiento del sector público, pero alimentado en cuanto a datos por expertos y,
mayormente, por el sector empresarial. En tal sentido, no es extraño que administraciones de
gobiernosdetendenciasocialista,noseanmuybiencalificadas.
Respecto a datos de esta nota ver Josélio Azevedo de Sousa (2014) Corrupción Pública y su
enfrentamiento criminal en Brasil y España: Análisis desde la actuación de la Policía Judicial.
Salamanca:UniversidaddeSalamanca,PosgradoEstadodeDerechoyBuenGobierno;RafaelRincón
Patiño(comp.),Corrupciónyderechoshumanos:Estrategiascomunesporlatransparenciaycontra
laimpunidad,InstitutodeCapacitacióndelaCorporacióndePromociónPopular,Medellín,Colombia.
2005.(pp.109-110);RamónSoriano,“LaCorrupciónPolítica:Tipos,causasyremedios”Analesdela
CátedraFranciscoSuárez,45(2011),382-402,UniversidadPablodeOlavidedeSevilla(España);José
Ma. Rico & Luis Salas, La corrupción pública en América Latina: Manifestaciones y mecanismos de
control. Miami, Florida, USA: Centro para la Administración de Justicia, 1996; Datos del IPC
2015/2016:http://www.datosmacro.com/estado/indice-percepcion-corrupcion.
Paracasosemblemáticossobrecorrupciónenlaregión,consultar:AlfonsoW.Quiróz,Historiadela
CorrupciónenelPerú.Lima:IEP,2013;StephenMorris(2009).PoliticalCorruptioninMexico:The
ImpactofDemocratization.Boulder,CO:LynnRiennerPublishers;MaríaAmparoCasar,México:
AnatomíadelaCorrupción,México,DF:CIDE–IMCO;MarcoAurelioNogueira,“Corrupciónenel
SenadoBrasileño:Síntomadeunacrisisdelargaduración”.NuevaSociedad,No.225,Enero-Febrero
2010;EdelbertoTorresRivas,“Guatemala:Lacorrupcióncomocrisisdegobierno”,NuevaSociedad,
No.258,Julio-Agosto2015.
ParaestudiosmásinclusivossobreAméricaLatina,consultar:G.Wielandt&C.Artigas,Lacorrupción
ylaimpunidadenelmarcodeldesarrolloenAméricaLatinayElCaribe:Unenfoquecentradoen
derechosdesdelaperspectivadelasNacionesUnidas.Stgo.DeChile:CEPAL/SeriePolíticasSociales
No.139,Nov.2007;ReuniónRegionalsobreTransparencia,RendicióndeCuentasyLuchaContrala
CorrupciónenAmérica,Anticorrupción:Actualizandolosdesafíos.Informesobrelasegundareuniónde
especialistasentransparencia,rendicióndecuentasyluchacontralacorrupciónenAméricaLatina.
Stgo.DeChile:UniversidaddeChile,FacultaddeDerecho,CentrodeDerechosHumanos,2009;J.
ZaragozaAguado,Narcotráfico,PolíticayCorrupción.Bogotá:Temis,1997;B.Kliksberg&Amartya
Sen,LaAgendaÉticaPendientedeAméricaLatina.BuenosAires:FCE,2005
10
Años 80, "década perdida", años 90, "década de la corrupción"; décadas de
acentuación de la pobreza y miseria humanas con las cuales se cerraba el siglo XX y se
iniciaba el nuevo siglo, y que en lo recorrido del mismo no parece haber cesado en su
enjundia. Aún más, si la esfera de la justicia se consideraba como garante de que estos
desmanes queden al descubierto, ello no parece quedar tan claro por el fenómeno de la
“politización de la justicia” – donde intereses ideológicos y partidistas interfieren en su
adecuada administración -, o asimismo, el de la “judialización de la política” – donde por los
mismos intereses partidistas se embarra desde los estrados judiciales a quienes buscan
contribuir con probidad al desarrollo de su nación. Es decir, los estrados judiciales mismos
han sido afectados por el fenómeno. ¿Anuncio de desesperanza de todo esfuerzo, de
posibilidades de cambio real? En el fondo, el problema económico social latinoamericano
pareciera tener raíces éticas, la necesidad de un 'enderezamiento de caminos torcidos", de
verdadero cambio de dirección hacia la justicia e integridad, que de seguro contribuirán a
traer más equidad y a la vez más abundancia para quienes están en el fondo de la escala
social. Pero, ¿podrá la ética emerger en la experiencia político-social de la macroeconomía?
¿Podrá darse en esta época postmoderna, desencantada de iluminismos racionalistas y de
ideologías de todo tipo que prometen pseudo-paraísos terrenos, el arribar a logros reales en
beneficio de las poblaciones?
La gestión pública tiene que ver con la apropiada conducción o administración
global del desarrollo. Pero como que interponiéndose a los factores técnicos está el crítico
factor cultural del cual muchas veces, dependen todas las cosas. Los elementos de
disciplina, competencia profesional, cohesión de grupo y de voluntades en torno a
objetivos comunes, valoración del esfuerzo y del trabajo, honestidad y limitaciones al
clientelismo y la corrupción, sacrificio y esperanza en el desarrollo del propio terruño,
reconocimiento del imperativo de una mejor distribución del producto social, y otros
valores, son aspectos que se combinan en un momento determinado, por su presencia o
por su ausencia, para darle a la personalidad cultural una orientación definida, bien hacia
la superación o al estancamiento nacional. Pareciera que los latinoamericanos estamos
llamados a hacer un serio análisis de aspectos culturales que son un impedimento en el
plano ético y caracterológico. Los estudios sobre la cultura política en América Latina
señalan de manera recurrente, la dificultad en que se convierte el “ethos político” para el
desarrollo económico y social de nuestras naciones.
2. Alternativas
2.1 Por un mayor vínculo teoría y práctica o pensamiento y acción
2.1.1 La cuestión técnica / Aproximación sistémica al análisis y ejecución de políticas
públicas: Evitar posturas simplistas y lograr madurez en la gobernabilidad.
Indudablemente, la mayoría de autores especializados en la materia abogan por
una aproximación sistémica al análisis, ejecución y evaluación de las políticas públicas,
algunos de ellos señalando aún los pasos o facetas ordenadas de este proceso.
Recomiendan un enfoque interdisciplinario, la consideración de diversidad de
perspectivas, y el reconocimiento de la pluralidad de actores y factores intervinientes en
11
la realidad bajo análisis. Se apunta a la mayor eficiencia y eficacia, pero en todo
momento, afirmando la naturaleza compleja de los problemas sociales así como la del
mismo proceso de formulación de políticas y su respectiva implementación; máxime, en
tiempos en que cada vez es más común la gran fragmentación de las fuerzas políticas
luego de los procesos de electorales y sus consecuentes implicanciones para la
gonernabilidad de los países.
En un denso trabajo realizado por un equipo de especialista del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), se menciona:
El proceso de formulación de políticas es un juego dinámico entre actores que
interactúan en lo que podría llamarse escenarios. Algunos actores son formales,
como los partidos politicos, los presidentes, el gabinete, la legislatura, los
tribunales y la burocracia, y sus funciones en la formulación de políticas están
asignadas formalmente por la Constitución. Otros actores son informales, como
los movimientos sociales, las empresas y los medios de comunicación. No tienen
ninguna función formal, pero en muchas ocasiones han resultado ser agentes
poderosos; el alcance y la índole exacta de la función que desempeñan los actores
– y sus interacciones – están definidos por una serie de factores subyacentes
(reglas formales e informales, intereses, preferencias y capacidad) y por el
comportamiento esperado de otros actores y características de escenarios en los
que se encuentran. Algunos escenarios son más formales (una comisión
legislativa) y otros no lo son tanto (“la calle”, donde se dan los movimientos
sociales y tiene lugar otros acontecimientos). Algunos son más transparentes (la
sala de un tribunal) y otros lo son menos (negociaciones a puertas cerradas). A
menudo, los papeles que realmente desempeñan los actores se desvían de los que
cabría esperar con base a reglas formales y funciones adscritas formalmente, Por
lo tanto, sus papeles reales en el proceso de formulación de políticas públicas
deben analizarse con mucho cuidado pues afectan distintos aspectos de éstas.20
Según Meny y Thoening,21 la definición de un problema social es un ámbito de
controversia. Citando ellos a Gusfield: «La estructura de los problemas públicos es un
escenario de conflictos en el que un conjunto de grupos y de instituciones, que incluyen a
menudo los organismos públicos, compiten y luchan por la apropiación y la
desapropiación, la aceptación de teorías causales y la fijación de la responsabilidad…»22.
Entre las principales razones que Meny y Thoenig mencionan como motivo de la
controversia, están: que la formulación del problema implica consecuencias juzgadas
inaceptables para una o varias de las partes implicadas: pueden verse recortadas ciertas
ventajas o se imponen obligaciones no esperadass; o que las partes se sienten afectadas
ante un problema que pone en cuestión principios fundamentales, valores absolutos. A
veces las posiciones son irreductibles, por lo que la formulación adopta un tono de
20E.Stein,M.Tommasi,etal.LaPolíticadelasPolíticasPúblicas.:Progresoeconómicoysocialen
AméricaLatina.BID,CenterforLatinAmericanStudies,HarvardUniversity.CambridgeMA:Ed.
Planeta,2006.p.25
21Op.cit.
22J. Gusfield The Culture of Public Problems: Drinking, Driving and the Symbolic Order. Chicago:
ChicagoUniversityPress,1981(p.15)
12
confrontación.
Por otra parte y en general, es raro que la definición inicial de un problema
permanezca estable e invariable. Tiene todas las posibilidades de cambiar sobre la
marcha, de reajustarse, de modificar su contenido y sus términos, porque la definición
implica en sí misma un desafío político mayor. Así, algunos actores recurren a estrategias
de redefinición, ya que el beneficio que esperan obtener puede consistir en ensanchar la
base de los públicos afectados, obtener el sostén y la movilización de nuevos grupos.
Reformular el problema y la demanda de acción pública permite igualmente al gestor
político modificar el reparto social, cambiando las discrepancias tradicionales que
separan a los públicos interesados, o potencialmente favorables, de los públicos no
interesados o perjudicados. Por esta razón, muy a menudo, las fuerzas o actores
inicialmente presentes no tienen mucho que ver con los que aparecen al final; en el
trayecto, los participantes han cambiado o ampliado sus filas. Paralelamente, el problema
también ha cambiado, cargándose siempre de tensiones.
Para Bardach23, es necesario cubrir los pasos que lleven a través de las distintas
etapas del proceso: desde la definición del problema público y la recopilación de
información hasta las propuestas de política que se habrán de implementar y su ejecución
misma; ejemplificando problemas teóricos y técnicos como dilemas éticos inherentes en
cada uno de los pasos, siempre inmersos en un contexto de realpolitik, confrontando una
serie de guías y oportunidades potenciales para poder salvar los obstáculos más comunes
con los que el gestor político ha de enfrentarse; sobre todo cuando el problema objeto de
la política es parte de una controversia social y está permeado por intereses partidistas y
agendas de poder.
Según Lindblom, la complejidad de la realidad administrativa, la multiplicidad
creciente de sus funciones, la constante utilización de mecanismos formales e informales
en el ejercicio de sus cometidos, los numerosos puntos de contacto que presenta su
actividad en relación con instituciones y agregados sociales de todo tipo, hacen de la
gestión pública, por lo que tiene de central en la dinámica social, como difícil de reducir a
los parámetros de una sola disciplina académica. 24 Asimismo, resulta excesivamente
simple, y poco útil desde el punto de vista descriptivo y prescriptivo, la pura aceptación
del esquema racional-legal, en el que la división de poderes es operativa y real: unos
deciden, otros ejecutan, y son constatados para evitar posibles desviaciones. En los
estudios de "política pública" se debe partir de un supuesto distinto. Se parte del supuesto
pluralista en el que poderes y recursos se distribuyen de manera desigual, y en el que los
procesos decisionales son más bien el resultado de interacciones múltiples en las que
participan muchos actores (políticos electos, funcionarios de todos los niveles, pero
también partidos, grupos de interés, expertos académicos, medios de comunicación y
otros) de manera simultánea.
23Eugene Bardach, Los ocho pasos para el análisis de Políticas Públicas: Un manual para la práctica.
Centro de investigación y Docencia Económicas, México: Editorial Porrúa, 1998. (págs. 13-79).
24CharlesE.Lindblom,op.cit.págs.5,6
13
Frente a esto, ¿cuál es la mejor manera de enfrentar la complejidad del proceso de
elaboración e implementación de políticas públicas? Lindblom menciona que un método
bastante difundido en los últimos años es el de separar la elaboración de políticas
públicas en sus distintas fases y después analizar cada una de ellas. Primero se estudia
cómo aparecen los problemas y se recogen en la agenda de decisiones del gobierno sobre
políticas públicas; luego se estudia cómo la gente plantea los temas para la acción, cómo
proceden los legisladores; luego cómo los funcionarios implementan las decisions; y
finalmente como se evalúan las políticas25
En sí, todo gobierno y política correspondiente se puede percibir como un proceso
de elaboración de políticas públicas. Podría afirmarse que es una red compleja de fuerzas
que produce en su conjunto el efecto llamado "políticas públicas". Y debe estudiarse la
elaboración de las políticas públicas como un proceso complejo, sin principio ni fin, y
cuyos límites permanecen inciertos.26 Por lo tanto, el análisis profesional de políticas
públicas, debe hacerse como un proceso sistemático. Debe intentarse delimitar los
diversos factores relevantes para un tema concreto y organizar el tratamiento de estos
factores considerando las relaciones entre ellos: si es posible usar modelos de medición
cuantitativa para alcanzar una interrelación lógica y ajustada de las partes. Sólo una
búsqueda sistemática de variables relevantes ocasionará un grado de análisis
comprensivo, que garantice una mayor eficacia en su implmentación.27
Volviendo a Meny y Thoenig, ellos argumentan que una de las reglas de oro del
análisis es considerar toda política pública como un sistema de acción pública. Desde esta
perspectiva, subrayan la forma de operar de una autoridad gubernamental (o varias,
llegado el caso), su forma de abordar y tratar una sustancia o un contenido específico.
Indican que se necesitan conceptualizar correctamente esta tarea tomando en cuenta: el
sistema de actores, el de la actividad y, por último, el del proceso: (a). La acción pública
no se limita a los actores formales: políticos y funcionarios. Incorpora a otros actores que,
en principio, no tienen nada que ver con el «juego político», pero cuyo comportamiento y
presencia cuentan en la medida en que las realizaciones públicas se transforman en
impactos sociales. (b). Se debe prestar atención a los actos, comportamientos y discursos
visibles, que se puedan describir. Sin embargo, existen actividades invisibles cargadas de
sentido; una política pública, es un conjunto de actos y de no actos. (c). El proceso de una
política es el complemento indisociable de su sustancia: proceso y contenido constituyen
las dos caras de una misma realidad. El proceso puede descomponerse analíticamente
como una secuencia de actividades, desde el inicio hasta el final, desde un problema hasta
los resultados. 28 Dicho todo esto, los actores, los problemas, las soluciones, las
decisiones no son necesariamente estables: pueden cambiar sobre la marcha, ajustarse,
redefinirse, desaparecer o reemerger a medida que la acción política progresa.
La coincidencia de todos estos enfoques en la acción resulta revelador de una
precaución por mejorar la capacidad de los poderes públicos para dar respuesta a los
25ibid.p.11
26ibid.p.13
27ibid.p.25
28op.cit.p.103
14
problemas colectivos, buscando acortar la distancia entre lo formulado y lo logrado.
Entendiéndo el conjunto de la gestión como procesos de aprendizaje social, de constante
adaptación a un entorno cambiante y con posibles reconsideraciones de objetivos y
medios, madurando en lo procesos de negociación, coordinación y gobernabilidad.
2.1.2 La cuestión humana / Formación y mística para la acción consecuente
Renovación en las filosofías y metodologías educativas29
En el mundo actual, a pesar de estar en la llamada era y sociedad del
conocimiento, existe un sentido de desesperanza en cuanto al rol efectivo del saber
humano producido, sea en las humanidades, las artes, las ciencias, la tecnología o
cualquier otro campo disciplinario; esta angustia se da debido a que el conocimiento
parece ser una herramienta inútil para promover la vida en nuestras sociedades. En
efecto, a pesar de toda la producción académica y sus aplicaciones, la sociedad
latinoamericana experimenta crisis social, pobreza, injusticia, violencia y frustración. E
incluso parece que, a veces, ese conocimiento y el ejercicio profesional cumplieran fines
maquiavélicos cuando son usados para destruir al otro, como en el caso de situaciones
bélicas o de la política opresiva y despótica; o simplemente, cuando las facultades
profesionales se ejercen de forma irreflexiva e incosecuente.
En este sentido, es pertinente preguntar: ¿cuál debe ser el aporte de los cristianos
en los medios académicos y profesionales vinculados con las diversas disciplinas o a la
gestión pública? ¿Cuál debe ser su aporte en el pensamiento y en la creación de
derroteros que hagan más creíbles las propuestas teóricas o los lineamientos de acción
que se sugieren? Si bien es necesario reconocer que este asunto de acortar la distancia
entre doctrina y vida, teoría y práctica , o pensamiento y acción, es una preocupación
universal en todo ámbito. Y que todo buen intento por el mejor desarrollo no está exento
del error o los fracasos, o el común surgimiento de una segunda generación de problemas
luego de soluciones efectivas. De todas maneras, ¿podrá haber más coherencia entre
ambos, -idea/verbo y acción/realización - y un fin realmente benéfico y constructivo del
producto del estudio, la investigación y la producción del conocimiento?
Particularmente desde la esfera educacional, si uno de los fines centrales de la
educación superior cristiana es promover la manifestación de los valores del Reino de
Dios en cada dimensión de la vida humana, pero tal manifestación no se da de forma
concreta, algo en nuestros procesos de formación no marchan bien. Es grave que el
discurso académico o político supere en cantidad a la praxis concreta en la propia vida y
la de nuestras instituciones. Esta disociación conducta-pensamiento puede tener su origen
en sobre valorar la actividad intelectual por sobre la exploración de las emociones y el
espíritu, creando un vacío de conocimiento y ejercicio afectivo-volitivo y práctico. Una
renovación de nuestras filosofías y metodologías educativas podría llevarnos a un
29Enesteacápitesebebedereflexionesanteriores,anticipadasenlaobraMisiónHolística,Acción
InterdisciplinariayRealidadLatinoamericana,H.F.Bullón,ed.(2015),op.cit,pgs.16-17,280
15
proceso de formación que nos habilite para acercarnos más y más a hacer lo que decimos,
a efectivamente implementar lo que creemos y pensamos, a buscar concretar las teorías
que formulamos30.
La necesidad de intelectuales y compromisos “orgánicos”
Vinculado a lo anterior, está el asunto de la escasez de lo que Gramsci llama
“intelectuales orgánicos”, una ausencia de aquellos en los cuales la palabra y la acción se
unen en un testimonio consecuente de vida. Abundan los “intelectuales de tribuna” que
pueden hacer todos los goles no hechos por otros, pero que habría que ponerlos a “jugar
en la cancha” o a “tomar el arado” de las realidades de la vida misma para darnos cuenta
que se tienen que aplicarse su propia medicina y en dosis mayores. Y los hay algunos en
un tipo de tribuna tan distante, desencarnados de las realidades que evalúan y critican,
sugiriendo resolver problemas sin la autoridad moral que da la lucha encarnada en medio
de los problemas de la vida; son un logos asarkos (verbo desencarnado) del medio
latinoamericano. Nos referimos a una serie de intelectuales latinoamericanos pontificando
sobre los problemas regionales, pero radicados y vivendo cómodamente en países del
Norte.
Por cierto que la cuestión de las migraciones es asunto común en el desarrollo de
la historia, y a estas alturas, un derecho humano el disponer de la vida propia como uno
quiera; aunque no en todos los casos podría asegurarse la conocida tesis de la “fuga de
cerebros”. Seguramente los ha habido desde la antigüedad, aquellos arrojados por las
circunstancias difíciles de sobrevivencia en sus propios medios; pero los hay quienes han
caído bajo el “poder seductor e irresistible” de los encantos y los goces de los imperios
hegemónicos de turno. Sin embargo, desde el punto de vista de un pensamiento
principista y orientador de carácter bíblico, el de las luchas humanas contra la opresión
que signifiquen liberación, equidad y justicia, tal vez la seducción bajo la cual caer tiene
que ver con otro tipo de búsquedas, ejemplificadas por figuras señeras – como la del caso
de Moisés, que rechazando las posibilidades de su vida cortesana, sus tesoros y sus
deleites, escoge ser maltratado con su pueblo, y emprender las luchas de liberación
necesarias, puesta la mirada en otro tipo de galardón ( Hebreos 12 : 24-29). Así también
otros ejemplos en los mismos escritos bíblicos, de personajes que transitando por lugares
foráneos y en posiciones privilegiadas, reflejaron las actitudes correctas respecto al
compromiso con valores diferentes a los medios donde estaban, al reconocerse como
advenedizos por aquellos lares y tener entendimiento de su ubicación providencial ligada
a un claro compromiso con su identidad y poblaciones de origen (casos de José,
Nehemías, Esther, Daniel). En un justo análisis histórico, no es necesario argumentar cuál
es el tipo de intelectuales que necesita la realidad latinoamericana; indudablemente, en
América Latina hacen falta intelectuales no del “boom editorial” desencarnado, sino de
los de la señera estirpe y músculo ético del gran apóstol y mártir latinoamericano José
Martí.
30Ibid.pp.235-246:K.Vargas,“Aprender-enseñarconlamente,elcorazón,elcuerpoyelespíritu:
Escenarioseducativosysunecesidadderenovaciónparalaformacióndelcaráctercristiano”
16
2.2 Movimientos Sociales: promesa de transformación social y una nueva cultura
política
El tema de los movimientos sociales comenzó a cobrar relevancia en las últimas
décadas del siglo XX31. Históricamente, los movimientos populares en América Latina se
han considerado como movimientos de emancipación que han luchado por enfrentar
formas concretas de subordinación, de aislamiento económico, de pasividad impuesta en
todo lo que es cultural, económico y político y que se revelan en contra de la
descomposición corporativa que tiene lugar en la sociedad32. En ese sentido, en medio
del descrédito de los partidos políticos tradicionales, de la cultura política
latinoamericana, del rechazo mismo de lo político como ejercicio del poder desde la
cúpula, y de los propios desafíos de cada generación, las posibilidades transformadoras
vía los movimientos de base de la población se presentan como la línea promisoria.
Como lo menciona Ramos Filho 33 , el asunto de movimientos sociales renovados (que él
llama Nuevos Movimientos Sociales), todavía, es un nuevo paradigma ciertamente en
gestación, porque lo que está en juego es el rumbo que la generación actual le debe dar al
siglo XXI; tiene que ver con el tema central de los “sujetos históricos” que deben
responder a la nueva realidad.
Relacionado a esta acción masiva de base está el creer en la posibilidad de una
utopía realizable, de que la sociedad del siglo XXI debe ser diferente: “Otro mundo es
posible”, sea “nueva democracia”, “nuevo socialismo”, o una “nueva sociedad o
humanidad”. Se habla de construir una democracia que pueda controlar los efectos de la
globalización, donde los intereses de los ciudadanos no sean opuestos a los del Estado,
donde éste (y la justicia) no sean vistos como un problema para la sociedad sino mas bien
como una posibilidad de solución democrática a los problemas, con un número cada vez
menor de excluidos; la inclusividad étnica debe adquirir preponderancia particular.
Abandonar definitivamente la dicotomía entre sociedad política y sociedad civil, lo cual
significa recuperar la posibilidad de conciliar la democracia directa, activa, participativa
y deliberativa, con los mecanismos tradicionales de la democracia representativa. Hay
que reafirmar el carácter de la soberanía popular como la base de la democracia y de la
justicia como la base de un nuevo Derecho, construyendo un espacio estatal ampliado con
espacios públicos no estatales, que incorporen las complejidades de las relaciones
sociales, sobre bases de paridad, igualizadoras y libertarias.
31Ver por ejemplo M. Castells (1973) Movimientos Sociales Urbanos. México: Siglo XXI; E. Faletto
(1987) “Movimientos Sociales en la Democracia”, en Nueva Sociedad, No. 91, Caracas, Octubre;
Cohen,J.,A.Touraine,A.Melucci,J.Jenkins(1988)TeoríadelosMovimientosSociales.Cuadernosde
CienciasSocialesNo.17.CostaRica:FLACSO;GunderFrank,A.yM.Fuentes,(1988)“Paraunanueva
lectura de los movimientos sociales”, en Nueva Sociedad, No. 93, Caracas, Enero-Febrero; A.
Fernández (1991) Movimientos Sociales en América Latina. Buenos Aires: Instituto de Estudios y
AcciónSocial;M.Palau(1997)MovimientosSociales:Susdemandasenlatransición(Elcasodelos
movimientosdeTrabajadoresydeMujeres).Asunción,Paraguay:BaseInvestigacionesSociales
32P.GonzálezCasanova,(1979/1990)ImperialismoyLiberación.Unaintroducciónalahistoria
contemporáneadeAméricaLatina.México,DF:SigloXXI
33W.RamosFilho(1996)–“Direitoposmoderno:Caoscriativoeneoliberalismo”,enA.R.Marque,W.
RamosFilhoyotrosDireitoeneoliberlaismo:Elementosparaumaleiturainterdisciplinar.Curitiba:
EDIBEJ,1996,pp.79-113
17
En este proceso reconstructor es necesario remarcar el aporte del movimiento
altermundista, el cual a través de la plataforma de los Foros Sociales Mundiales (FSM), ha ido
promoviendo toda una nueva visión y acción al respecto. Y en esto es necesario reconocer el
aporte de América Latina al mundo 34 . Diversos analistas sociales consideran el caso de
Latinoamérica una especie de primavera en cuanto al resurgimiento y posibilidades de los
movimientos sociales. Y es necesario reconocer el lugar del pensamiento de Antonio Gramsci en
cuanto a la necesidad de constituir un bloque histórico que implique los necesarios vínculos
ciudadanía y poder político; así, los movimientos sociales que podrían haberse desentendido de
la toma del Estado como una prioridad, lo han comenzado a hacer como en los casos más
recientes y notables de Bolivia y Ecuador, alcanzando las Presidencias (aunque ya se había
experimentado en Brasil con el caso de Lula, y luego los casos de Uruguay con Tabaré Vásquez
y la Argentina de Kirchner), con el propósito de un mayor alcance de los esfuerzos por construir
un nuevo tipo de sociedad, en algunos casos, un expreso “nuevo socialismo”. Sin embargo,
últimamente ha habido también evaluaciones al proceso de los foros sociales y de los nuevos
movimientos sociales y del “nuevo socialismo” y de sus limitaciones. Esto hace pensar en la
necesidad de una permanente vigilancia respecto a todo emprendimiento “renovador”.
2.3 Protestantismo y renovación ética y cultural: Posibilidades para América
Latina35
Trayendo a la discusión los grandes dilemas de la disyunción teoría-práctica y de
la problemática ética que parecen echar por la borda todo el esfuerzo por el desarrollo, la
esfera religiosa, descontadas sus propias contradicciones, ha enfatizado históricamente la
dimensión ética y la necesidad de integridad en el carácter (la relación entre doctrina y
vida, o pensamiento y acción), y podría tener un rol constructivo. Inscribiéndonos dentro
de la reflexión de autores que han escrito con respecto al rol de la religión en la sociedad
y sus posibilidades transformativas, tales como Weber, Troeltsch, Merton, Geertz,
Gramsci, Houtart, Goulet, Maduro36, y vinculándolo a los problemas latinoamericanos, es
34
El Foro Social Mundial (FSM) es un encuentro anual que llevan a cabo miembros del movimiento por
una globalización diferente, para organizar campañas mundiales, compartir y pulir las estrategias de
reunión, y para que los diferentes integrantes se informen unos a otros de los nuevos movimientos
existentes. El primer FSM fue organizado por la Asociación internacional para la Tasación de las
Transacciones Financieras para la Ayuda al Ciudadano (ATTAC) y el Partido de los Trabajadores de
Brasil(PT). Se llevó a cabo del 25 al 30 de enero del 2001 en Porto Alegre, Brasil, una de las plazas fuertes
del PT. Acudieron 12.000 asistentes de todo el mundo. Hasta el momento se han realizado unos diez foros
mundiales y se ha promovido otros foros continentales, y ha contado con personalidades del mundo
intelectual como Ignacio Ramonet, Noam Chomski y Joseph Stiglitz, o políticos latinoamericanos como
Ignacio Lula o Hugo Chávez. En sí, el tan voceado lema de “Otro mundo es posible” proviene de estos
encuentros.
35Paraesteacápitesebebedetrabajoanterior,H.FernandoBullon,2013,op.cit.pp.294-297
36M.Weber(1984)EnsayossobreSociologíadelaReligión,3vols.,Madrid:Taurus,Trad.J.Almarazy
La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo México, DF.: Colofón S.A., 2001(Trad. Luis Legaz
Lacambra; título original Protestantische Ethik, 1905); E. Troeltsch (1912) Protestantism and
ProgressyElProtestantismoyelMundoModerno(1951); R.K.Merton(1938)"Science,Technology
and Society in Seventeenth Century England,"Osiris, Vol. IV, Part 2, pp.360–632.Bruges: St.
18
necesario que tengamos en cuenta las discusiones de Mariátegui y de Zea37, como
también las de O´Donnell y Bastián38 (desde campos tan variados como la filosofía, la
historia, o la ciencia social) respecto a los cursos diferenciados entre las dos Américas y
los patrones culturales muy arraigados en nuestra región con efectos éticos; en cierta
medida vinculados a su componente religioso católico (no el de sus momentos de
renovación teológica y práctico-política), y que han significado y siguen significando una
cortapisa al desarrollo latinoamericano. Por lo tanto, lo que también puede representar el
aporte protestante (no el de sus rasgos vinculados a su “historia negra”), para el mejor
desarrollo del continente.
Al realizar una revisión histórica sobre la proyección social del protestantismo en
nuestra región, y considerando el vasto periodo que se inicia a principios del siglo XIX,
hay experiencias y facetas inspiradoras. Pero también, hay eventos y procesos que
reflejan verdaderas contradicciones. De ambos se pueden sacar lecciones, unas dignas de
emular, otras para no repetir caminos que sólo llevaron a la frustración y el desencanto
con “lo protestante o evangélico”, más que con el Evangelio o el pensamiento social de
raigambre cristiana. Cuando se piensa en procesos como el de la Reforma Protestante o el
Avivamiento en la Inglaterra del Siglo XVIII y el impacto social que ambos eventos
representaron para los países en que se dieron, como que no se percibe un efecto de
similar magnitud en la sociedad latinoamericana por la presencia y acción del
movimiento protestante. Esto es explicable por un lado, por lo tan diferente de las
coyunturas históricas, no repetibles entre lugares y tiempos; como también, es necesario
reconocer el peso demográfico minoritario del protestantismo a lo largo de la mayor parte
de su historia aquí en la región, y la no existencia de circunstancias políticas especiales,
como para haber esperado un rol influyente de mayor significación. Además, como
argumenta Bastián, el crecimiento e impacto limitado del protestantismo en América
Latina se debe en buena parte al dominio de un estado patrimonial de prevalencia
católica, que durante la mayor parte de su existencia y desde su aparición, le hizo
Catherine Press, 1938, y re-publicada por Howard Fertig, 2002; C. Geertz (1985) Religion as a
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oposición y le restringió en su libre desarrollo39. Por ello, parece ser que al respecto, hay
todavía una batalla que dar de parte del protestantismo por mayores libertades y lucha por
condiciones de real igualdad dentro del sistema jurídico político de América Latina.
Luchar por una mayor neutralidad de parte del aparato de gobierno en los países de la
región con respecto a asuntos religiosos. Y esto no para menoscabar el aporte católico, o
dejar de reconocer su desarrollo y transformaciones post Vaticano II, que obliga a una
relación dialógica y constructiva entre diversos sectores de la ciudadanía a favor del
desarrollo de nuestro pueblos. Es más bien afirmar que es todavía necesario abrir
espacios de legitimidad y accesibilidad, en paridad de condiciones, para mejor difusión
de la herencia protestante en su línea constructiva, esto a la luz de evidencias históricas y
comparativas de nivel mundial.
El aporte del pensamiento y práctica social protestante al desarrollo está
vinculado al tema de la identidad o de la auto-percepción del individuo, en su
comportamiento y su rol en el mundo. Los protestantes se han acercado al tema de la
“identidad latinoamericana”, asumiéndola desde una base primigenia de su “identidad
cristiana”, la cual se entronca con la “identidad humana básica” según las Escrituras.
Aquí, también, los matices de lo católico y lo protestante en lo que tiene que ver con
reconocimiento o no del aspecto autoritativo de las Escrituras al hacer la lectura de la
realidad humano-social, y al considerar las diversas teorías que se propongan para asumir
el “desarrollo humano”. Así, para el protestante, si en la descripción de la problemática
latinoamericana y la de su solución, se describe toda situación y recomienda toda
estrategia, pero no se toma en cuenta presupuestos básicos sobre el origen y la naturaleza
del ser humano y su dilema (dados por la Cosmología y Antropología Bíblicas, incluido
el origen y presencia del mal), o la cosmovisión más amplia que las Escrituras albergan,
que implica una visión de la historia y su desenlace final (Historia, Soteriología,
Escatología), o los agentes y vías para la transformación humana (Pneumatología,
Eclesiología, Misiología); entonces, y desde una perspectiva cristiana, es difícil tener
claro el punto de apoyo para la contribución a la propia cultura, y asumir su historia y su
devenir. ¿Qué es ser cristiano protestante (ecuménico/ evangélico) en el contexto de
América Latina?, ¿Qué es lo edificante y humano de la propia cultura que debe
afirmarse?, ¿y qué es lo destructivo y antihumano de la misma que debe negarse ? ¿Qué
es lo humano y edificante común con otras culturas que juntos podemos afirmar? Las
respuestas a estos interrogantes se extractan de su pensamiento teológico; desde luego, es
necesario mencionar lo dialéctico de la relación Escritura y análisis de la realidad, y de
los instrumentos que se deben usar para acercarse a la comprensión e interpretación de
cada una de ellas y de sus relaciones, al construir dicho pensamiento.
Por otro lado y con relación a la práctica actual del pueblo protestante, es
necesario advertir que es algo difícil juzgar la contribución real al desarrollo social y
cultural por parte de un movimiento, religioso o no, cuando los procesos se están dando y
observando en tiempo presente. Esto no quiere decir que se deje de lado la necesaria
crítica y el constante trabajo evaluador que corresponde hacer a cada generación respecto
a la vivencia y ejercicio de sus principios en su propio tiempo. Pero a lo mejor es
necesario esperar algunas décadas, para que una serie de elementos, - argumentos a favor
39J.P.Bastian,1990,pp.261-263
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y en contra, alabanzas falsas como también tergiversaciones, sean internas al grupo o
públicas a través de medio de comunicación social – se decanten y caigan por su propio
peso produciéndose el fruto de la naturaleza íntima de los hechos, y se sometan a un
juicio más meditado y menos metido en los furores ideológicos y compromisos de las
lealtades presentes.También, sobre la base de los registros históricos y biográficos que se
tienen de tiempos anteriores y otras latitudes, es necesario estar consciente de la presencia
del juego de oposiciones en la esfera de lo político - hoy en día como aparente principio
de ejercicio democrático - que aún puede llegar a lo maquiavélico, albergando dinámicas
destructivas “del otro”, sólo por hacer prevalecer lo propio, sin fundamento en la verdad
y la justicia. Posiblemente mucho de lo que se percibe y dice actualmente sobre el
desarrollo y presencias varias de lo protestante en la escena de lo público tenga que ser
re-evaluado en unas décadas adelante, como por cierto lo ha sido con el caso de diversas
acciones bajo juicio crítico durante el proceso de la Reforma Protestante, la Reforma
Radical y derivaciones, y los avivamientos evangélicos para sus correspondientes países
y épocas.
Esto, aún pensando en el protestantismo popular de los sectores pentecostales, de
un aparente desconocimiento o desentendimiento de los técnico-político y social.
Posiblemente aquellas vivencias de una fe sencilla y “casi analfabeta” de algunas
comunidades evangélicas actuales que a algunos los desespera por su despreocupación
por lo “público”, en donde lo único que entiende aquel campesino humilde es que al
pesar las papas que está vendiendo en el mercado diariamente, lo debe hacer “con
balanza y pesa justa”(Levítico 19:36), y que no le es permitido desestabilizar su hogar y
el de su prójimo por “tirarse una cana al aire” tomando la mujer de su hermano, tengan a
la larga un más profundo efecto en la construcción del tejido moral y desarrollo social de
las naciones latinoamericanas; sin dejar de pensar que esta misma actitud y fibra ética, se
deban estar ejerciendo también según las vocaciones, ocupaciones y ubicaciones en el
diverso entramado social (educación, salud, industria y economía, administración pública
y política, etc), por el conjunto de las membrecías de las comunidades protestantes. Tal
vez, donde se enfoca más la autocrítica es en el ejercicio de funciones públicas por lo
visible de ellas y por las experiencias que se han tenido en los últimos años;
evidentemente, no se puede dejar de fijar los más altos estándares éticos y técnicoprofesionales en el desempeño de éstas.
Al respecto, según Bastián, en la participación de los protestantes en los medios
políticos, mayormente pertenecientes a los sectores pentecostales y neo-pentecostales, se
reflejan rasgos ambiguos donde los pocos esfuerzos de significación contrastan con una
presencia oportunista y no informada, con los típicos vicios achacados a la cultura
política latinoamericana, desorientada en cuanto al tipo de proyecto político que los
tiempos requieren para la transformación y mejoramiento social de nuestros países. Para
Padilla,40 según las experiencias no tan positivas que se veían, era necesario para los
protestantes el reconocer las tentaciones del poder rechazando los vicios típicos criticados
a la cultura política latinoamericana (dominada o influenciada por el catolicismo),
40RenéPadilla(comp.)(1991)DelaMarginaciónalCompromiso:Losevangélicosylapolíticaen
AméricaLatina.BuenosAires:FTL(pp.5-19)
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evitando a la vez el desarrollar una mentalidad constantiniana41, es decir de querer
dominar lo político esta vez desde una perspectiva religiosa protestante. Piensa en la
necesidad de una formación previa para el adecuado ejercicio de lo político. Frente a lo
prematuro de la formación de “partidos evangélicos” y siguiendo a Martín, piensa en la
fundamental prioridad del trabajo de base, donde precisamente están situadas las iglesias
evangélicas: la construcción y regeneración de “las densidades morales, y de la
esperanza” entre la población, como base de la real transformación social de nuestras
naciones. Sobre esta base, las participaciones políticas podrían justificarse y tener augurio
de mejor porvenir.
En general, en este debate sobre lo ético y la identidad y cultura latinoamericanas,
es que se debe tomar en cuenta el asunto religioso en sus contrastes catolicismoprotestantismo (Zea, Mariátegui), y el de una necesaria reforma moral y cultural – al
estilo de la Reforma Protestante - (Gramsci), para poder avanzar en transformaciones
duraderas y de alcance civilizatorio. Posiblemente lo protestante bien asumido y según
sus antecedentes históricos mejores, podría ser una alternativa que contribuya al mejor
desarrollo de la región latinoamericana. En sí, lo reflexionado en este acápite final es
tambi´n para comprender y estar preparados para una evaluación más justa, de hacerse
real el escenario imaginario de una mayor participación protestante en la gestión pública,
en un continente tradicionalmente dominado por regímenes corporativos con predominio
católico y restrictivo de lo protestante; sólo el tiempo podrá dar su juicio cabal.
CONCLUSIÓN
La corrección de las problemáticas mencionadas en este ensayo impone una tarea
especial en la esfera de lo público, reconociendo la importancia del aporte de la disciplina
de la Ciencia Política y vocaciones relacionadas. Si de la Política se dice que es tanto una
ciencia como un arte, “el arte de lo posible” en relación a las aspiraciones mejores para el
género humano, el epíteto debe adscribirse de forma particular al proceso de análisis,
formulación e implementación de las políticas públicas, actividad constitutiva y
sustancial del quehacer político. Arte y ciencia, sensibilidad y razón, experiencia y
práctica a la vez que estudio científico sistemáticos para la confrontación de los desafíos
de la transformación social y el desarrollo: este es el llamado básico para el mejoramiento
de las gestión pública.
Como muy bien lo menciona el politólogo cristiano Dr. Hugo Picado: es un
imperativo prestar atención a la recuperación de la Política y de lo político verdadero, en
un contexto latinoamericano marcado por el autoritarismo, los lenguajes omnipotentes, la
arbitrariedad del poder, la inequidad y la degradación de lo ético; donde la
deshumanización gana terreno en grandes sectores excluidos del sistema, en la apatía de
las masas, y en la burocratización del poder. Las Ciencias Políticas nos aportan insumos
41EltérminoprovienedeConstantinoI(elGrande),elemperadorromanoqueenelsigloIIIADse
convirtió a la religión cristiana, legalizándola en el año 313 (Edicto de Milán); por lo tanto,
favoreciendoalcristianismodesdeelpoderimperial,luegodehaberexperimentadolapersecucióny
elmartirioenlossiglosanteriores
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valiosos para comprender la realidad y propiciar espacios para imaginar una América
Latina más plural, más inclusiva y más justa. Pero para alcanzar ello, para que el
conocimiento político no sea estéril, debe transformarse en acción mediante su aparición
en el espacio público; reconocer que la política y lo político importan, así como las
instituciones y los actores participantes. Por lo tanto, la visión cristiana debe apuntar a un
compromiso con la Política y con el conocimiento respectivo, es decir con una postura
informada; y a un compromiso con la esperanza, de que con la acción consecuente y
lúcida, es posible cambiar las cosas 42.
Sin embargo, el transitar por las procelosas aguas de la vida humana, con toda la
complejidad que conlleva, nos coloca frente a una tarea permanente e inacabable rumbo
al ideal; siempre confrontando nuevas generaciones de problemas, a pesar de que
previamente se haya implementado la “política perfecta”; en última instancia, ello es la
característica histórica y permanente de la experiencia humana; el intento una y otra vez,
en esperanza, por la llegada de tiempos mejores, de plenitud. Pero aquello de “tiempos
mejores” y “rumbo al ideal”, parece depender del cristal con que se mire, en una
comunidad compuesta de pareceres múltiples; he allí lo complicado y desafiante de la
tarea. Podría decirse entonces que ese “arte de lo posible” es esforzarse por llegar a
conseguir “la sociedad ideal” (la que podría acercarse más a la de nuestra visión en ética
social), a la vez que el buscar “el mal menor para todos” (considerando la visión de los
otros). Entonces, ¿cómo re-significar positivamente esta realidad?, ¿cómo aprender a
realizarnos dentro del ideal de los otros?, ¿cómo aprender a plasmar la “regla de oro” en
el mundo real, y no el de nuestra imaginación?
Para el pueblo protestante, considerando la dimension ética, es de esperar que el
ejercicio de una misión integral que contemple la evangelización y resposabilidad social
consistentes, promuevan el crecimiento de las necesarias densidades morales dentro de la
población, alcanzando también a sus élites, creciéndose así en madurez cívico-política
que lleve a caminos de mayor integridad personal y corporativa en el ejercicio publico
(reforma moral e intelectual). Si bien es imposible que desaparezcan totalmente los
mencionados vicios que aquejan la cultura política latinoamericana, éstos llegarían a
aminorarse de manera significativa; y las militancias en las organizaciones políticas de
diverso tipo, por estar subsumidas a una espiritualidad e identidad más sustantivas – la de
los valores cristianos-, no omnubilarían la razón y desviarían la pasión hacia actitudes
maquiavélicas, sino que las enrumbarían a los más alturados objetivos de construcción de
una sociedad más humana, fraterna y madura.
42H.PicadoLeón,“ElamormundiyelaportedelasCienciasPolíticasalacomprensióndelarealidad
latinoamericana”,enH.FernandoBullon,ed.MisiónHolística,AcciónInterdisciplinariayRealidad
Latinoamericana,GrandRapids,Mich.:LibrosDesafío,2015,(pp.161-176)
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