Download Untitled - Tú, Mujer, Inc.

Document related concepts

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer wikipedia , lookup

Violencia contra la mujer wikipedia , lookup

Salud de las mujeres en India wikipedia , lookup

Violencia de género wikipedia , lookup

Myrna Cunningham wikipedia , lookup

Transcript
1
Mujer latinoamericana y diálogo intercultural.
Un enfoque sociológico de la dialéctica entre la violencia basada en género, la creatividad
humana, la migración y la diáspora.
París 7 de marzo de 2007.
Por Cristina A. Sánchez M.
República Dominicana.
Ser mujer en América Latina.
En esta mesa redonda con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer
en la UNESCO-2007, se me ha indicado referirme a lo que significa ser mujer en América
Latina.
Como preámbulo, debo señalar, que ‘Ser Mujer’ en cualquier parte del mundo
significa estar sometida a unas relaciones sociales de dominación patriarcal, estar bajo los
cánones de una sociedad forjada indistintamente para varones y mujeres, cuya expresión
general evidencia la primacía del poder masculino en los espacios más estratégicos de la
vida económica, social, política y cultural, reduciendo, interceptando y condicionando los
espacios a que las mujeres han sido relegadas. Por tanto, la experiencia de vida es distinta
para hombres y mujeres, aún se comparta el mismo nivel social, el mimo hogar, la misma
categoría de trabajo, la misma comunidad o país, el mismo grupo etnico. De ahí que ello
estará mediado por una multiplicidad de condicionantes estructurales y escalas axiológicas,
que influencian la visión de vida y las diversas expresiones vinculadas a la existencia. Sin
embargo, en cada región, comunidad o cultura particular, las relaciones sociales de género se
desarrollan con características propias que matizan su manifestación.
2
No obstante, de partida hay que reconocer y destacar las significativas transformaciones
que vienen operándose en la situación de género desde el Siglo XX en el marco jurídico y en
las políticas sociales nacionales e internacionales, dándose un panorama actual con
perspectivas de mayores cambios, en cuyo crisol se forma lentamente una nueva forma de ser
mujer en la región.
En este contexto, contestar a la pregunta de: “¿qué significa ser mujer en América
Latina?”, desde el punto de vista social conlleva poner en evidencia una larga tradición de
exclusión y reducción de los derechos humanos fundamentales e implica abordar una serie de
interrogantes complementarias, parte de las cuales ya tienen niveles de respuestas incipientes
como producto de las investigaciones y estudios sobre mujeres y género de los últimos 25
años en la región. ¿En que circunstancias específicas están involucradas las mujeres al
interior de los sectores socioeconómicos y culturales a que pertenecen?, ¿cuáles son sus
estrategias de sobrevivencia materiales y espirituales1?, ¿qué está ocurriendo en el seno
familiar?, ¿cómo impacta la migración en sus vidas, en sus familias y sus comunidades?,
¿que expresiones creativas emanan de sus experiencias?, ¿qué valoración social se le atribuye
a las creaciones femeninas?, ¿Qué impacto ha podido tener el diálogo2 inter-cultural en todas
sus formas, en las transformaciones de las relaciones sociales de género que se vienen dando
en la región?, ¿De que forma participa o ha contribuido la diáspora femenina y las redes en
que se inserta al diálogo inter-cultural entre lugares de destino y de origen?. Entre otros
saberes, los que emanan de las respuestas a estas interrogantes, pueden orientar en la
1
2
Espiritualidad en el sentido de expresiones sutilies, de expresiónes sensibles.
Diálogo: (Del lat. dialŏgus, y este del gr. διάλογος). Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.
Diccionaro de la Real Academia de la Lengua Española- 2007.
3
reflexión que nos ocupa en este encuentro. Aquí, nos apoyaremos en algunos de estos
elementos, los que en su mayorías solo abordaremos de manera general.
1.
Situación y posición de la mujer en la región.
-Violencia especialmente dirigida a las mujeres.
América Latina con 523 millones de personas, cuya mitad (261 millones) son mujeres,
es afectada por los más diversos tipos de violencia de género. Entre el 10 y el 69% señala
haber sido objeto de maltratado físico en la relación de pareja, según país de la región (OPSOMS, 2002: 98). Ello evoca un problema de seguridad humana en el espacio vital, ya que
la mayoría de los episodios de maltrato ocurren en el interior o en torno a la vivienda
familiar, con frecuencia en presencia de los niños y niñas, e incluso, ante la mirada
indiferente de la comunidad.
Hoy día, avances en el conocimiento del impacto social y económico de la violencia
contra la mujer en la región, permite que se otorgue a este fenómeno el calificativo de
‘pandemia’ y que organismos internacionales sugieran que sea abordado como un problema
de salud pública. Y es que la gran mayoría de los agresores son varones y las mujeres corren
el mayor riesgo con hombres de su propia familia o que ya conocen; la violencia física casi
siempre va acompañada de maltrato psicológico y con frecuencia de abuso sexual, las
mujeres agredidas por su pareja por lo general serán víctimas de múltiples actos de violencia
a través del tiempo y de este modo, la violencia contra la mujer trasciende los límites de la
4
clase socioeconómica, la religión y el origen étnico. Las consecuencias de la violencia
marcan a las mujeres que la sufren en diversas formas, dejando huellas físicas y psicológicas
que van desde, cicatrices y mutilaciones, hasta estrés, miedo, depresión, intentos de suicidio,
estancamiento, disminución de la autoestima. Existe un vínculo directo entre la violencia
contra la mujer y el afianzamiento del poder tradicional masculino, dándose que los hombres
que golpean a sus parejas exhiben un marcado comportamiento de control sobre alguien
(OPS-OMS, 2005, 3003, 2002).
Cabe destacar que más allá de afectar a los derechos humanos de las mujeres, la violencia
está posicionándose como una cuestión económica, puesto que aumenta la carga en el
sistema de salud, y en el judicial, afecta los ingresos y la productividad, lleva a los hogares
inestabilidad emocional y económica, e influye negativamente en las percepciones de la
seguridad y el bienestar, afectando a las inversiones económicas. Estimaciones del Banco
Mundial para inicios de los años ‘90, indican que cada año se pierden 9 millones de añosvida-saludable en el mundo por concepto de los problemas de salud ocasionados por la
violencia doméstica, cifra que supera los perdidos por las mujeres, por todos los tipos de
cánceres que las afectan y que duplica a los perdidos por todos en accidentes de vehículos
sufridos por las mismas. (BM: 2002, 1993). En América Latina el costo de la violencia
contra la mujer consume entre el 1.6 y el 2 por ciento del Producto Interno Bruto, sin incluir
gastos policiales, judiciales y de salud (BID 1999).
En los últimos 25 años el tema ha venido penetrando lentamente las agendas sociales y
políticas de los países de la región, a causa del ambiente favorable en el seno de las Naciones
5
Unidas a partir de los años ’70, así como a las acciones de grupos, asociaciones y redes de
mujeres de todo tipo que han enarbolado campañas de denuncias, diálogos y debates y
organizado
acciones de abogacía durante los últimos 25 años, resultando en logros
estratégicos tales como la aprobación y ratificación por la mayoría de los países, de la
Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer
(CEDAW)
y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la mujer “Convención de Belén Do Para”, lo que de partida ha venido
sentando las bases y conceptos centrales para implementar reformas legislativas y políticas
sociales dirigidas a superar la violencia contra la mujer y la niña, así como la violencia en la
familia.
En los años ’90 se realizó en la región una considerable reforma legislativa en torno al
tema de la violencia basada en el género. Para inicios del Siglo XXI contaban con leyes en
este sentido : Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, el Salvador,
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela (ISIS, 2007). A estas iniciativas ha seguido un proceso
de creación y revisión de mecanismos para hacer efectiva su implementación. Hay que
destacar que pese al marco jurídico que la penaliza, la violencia contra la mujer persiste, y
predomina la impunidad y para su erradicación será necesario profundizar el diálogo intercultural ya iniciado desde la perspectiva de género, que permitirá tener en el futuro políticas
sociales y prácticas culturales articuladas y sincronizadas, para contribuir al alcance de los
derechos humanos de las mujeres.
6
-Género y pobreza.
Junto a la violencia basada en el género, existen otros condicionantes socioeconómicos
que impactan a la mayoría de las mujeres en América Latina, entre los que la pobreza
adquiere un rango importante. Con 209 millones de pobres (CEPAL, 2006: 4), las mujeres
son más afectadas cuantitativa y cualitativamente. Ya la UNICEF y otros organismos de la
ONU vienen demostrando desde los años ’90, que la pobreza tiene rostro de mujer, que las
mujeres son las más pobres entre los pobres, así como los niños y niñas a su cargo.
De manera que hay más mujeres pobres que hombres pobres en la región. Alrededor de
la mitad de las mujeres mayores de 15 años no tenía ingresos propios, mientras que sólo
cerca del 20 por ciento de los hombres se encontraban en esa situación.
El índicie de
feminidad de la pobreza en la zona urbana y en la rural entre mujeres de 20 a 59 años era
superior a 100. Existe un vínculo entre jefatura de hogar femenina y pobreza; así,
la
proporción de hogares encabezado por mujeres que se encuentran en situación de pobreza e
indigencia son mayores que los encabezado por hombres en la región. La jefatura de hogar
femenina ha venido creciendo a la par con la profundización de las crisis económicas en la
mayoría de los países de la región. La pobreza se relacionaba en el 90 por ciento de los
casos con la ausencia del cónyuge (CEPAL, 2003).
7
Actualmente se cuenta con información objetiva, sobre el desigual acceso de las mujeres
al uso y control de los recursos productivos (trabajo, tierra, capital, información, nuevas
tecnologías, recursos naturales, viviendas), los estudios de genero de las últimas décadas,
explican las grandes limitaciones que tienen las mujeres para generar ingresos y muy
especialmente para desarrollar iniciativas empresariales sostenibles, pues son interceptadas
tanto por los roles de género que fuerzan para adscribirlas al hogar y sus alrededores, como
por la discriminación social que con alta frecuencia niega a las mujeres el acceso al crédito
tradicional. Gran parte del trabajo que realizan las mujeres en Américas Latina, al igual que
en otras regiones del mundo, no es remunerado, impidiéndole obtener beneficios en función
de los aportes que realiza y aprovechar en igualdad de condiciones con los varones las
oportunidades de desarrollo.
El vínculo entre pobreza y género implica por lo general sobrecarga de trabajo e impacta
negativamente en su disponibilidad de tiempo para capacitación, recreación, reduce su
posibilidad de potenciación en general, y sus oportunidades de acceder en condiciones de
igualdad al mercado de trabajo en sus distintas expresiones.
En este ambiente, ‘las mujeres latinoamericanas buscan trabajo remunerado porque lo
necesitan, pero también porque quieren, lo que explica porqué, a pesar de la precariedad del
empleo femenino, ellas prefieren continuar en el mercado de trabajo con el fin de potenciar
su autonomía’. La tasa de participación femenina creció a un ritmo mayor que la masculina
durante los años noventa. Sin embargo, su ingreso al mercado laboral presenta obstáculos
propios de la inequidad de género, las tasas de desempleo son mayores, pese a que en
8
promedio las mujeres económicamente activas en la región tienen niveles promedio de
estudios superiores a los de los hombres (CEPAL, 2004).
-Genero y ciudadanía.
Un conjunto de contradicciones se tejen en la América Latina respecto al tema de la
ciudadanía. Y es que presenta el mayor índice de regímenes democráticos por respecto a
otras regiones del tercer mundo en la actualidad, a la vez que mantiene las más grandes
disparidades sociales, aunque con tendencia a atenuarlas. El informe sobre ‘Democracia para
el desarrollo’ (PNUD:2004), analiza particularidades que evidencian
debilidades
significativas en su generalizado sistema democrático.
Más que democracias integrales, la tipicidad en América Latina apunta a democracias
electorales,
favorecedoras de una ciudadanía política precaria en la cual aún existen
dificultades de participación de los más diversos colectivos sociales que sufren
discriminación. Aunque el informe del PNUD sobre Democracia, deja ver una tendencia
favorable en la participación femenina, aún esa ciudadanía no es alcanzada por las mujeres a
niveles equitativos. Ello, pese a constituir aproximadamente la mitad del electorado, y de las
membresía de los partidos políticos. Sumado además a tres décadas de reclamos, de debates,
de proposiciones de nuevas legislaciones, de conquista de cuotas de participación al interior
de los partidos políticos y en las legislaciones de alrededor de la mitad de los países de la
región (Argentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Panamá, Perú,
República Dominicana, Uruguay).
9
Múltiples obstáculos acompañan a las mujeres en la ruta hacia el alcance pleno de la
ciudadanía política en la región latinoamericana, entre los que se encuentran la falta de
experiencia y la inseguridad que genera adentrarse en un ‘mundo de hombres’ altamente
competitivo. “...la falta de apoyo de la ciudadanía, el carácter de “recién llegadas” de las
mujeres al mundo público, la permanencia de la división sexual del trabajo, la falta de
conocimientos necesarios para actuar en el mundo político y las exigencias excesivas a las
candidatas. Las resistencias por parte de los políticos para reconocer como pares a las mujeres
y la falta de acceso de estas a recursos financieros para sus campañas ...”(CEPAL:2003:7), así
como las actitudes de control por parte de la pareja masculina, que impide a mucha mujeres
políticas participar en los espacios extra-oficiales, ( cafés, restaurantes, clubes...) donde al
fragor de compartir momentos sociales, con frecuencia se pre- acuerdan y realizan negociaciones
que posteriormente sólo se legitiman en los espacios formales.
Las mujeres son las más afectadas por la precarización de la ciudadanía social en la región, con
Estados que cada vez se desentienden más en resolver este tipo de problemas. Siendo quienes llevan
el rol de reproducción de la comunidad en sus múltiples sentidos, se ven, en proporción cada vez más
creciente con la responsabilidad de criar los hijos sin ayuda de la pareja, producto de la erosión
familiar y social a que someten las condiciones de pobreza extrema, ante lo cual la mayoría de los
estados tienen precaria respuestas en la actualidad.
La falta de una ciudadanía social mínimamente aceptable para grandes segmentos de población
les impulsa a buscar nuevos horizontes, el aumento significativo de la emigración de las mujeres
(UNFPA, 2006), es también una expresión de ello. Es además un acto de creatividad humana, que
busca lo nuevo, y explora horizontes con la esperanza de sobrevivir a la pobreza, a la opresión y al
10
maltrato. “Asimismo, las mujeres migran para huir de matrimonios abusivos y tradiciones
patriarcales que limitan sus oportunidades y su libertad. Otro factor que impulsa a muchas a
partir es la discriminación contra ciertos grupos de mujeres: madres solteras, mujeres
solteras, viudas o divorciadas.” (UNFPA, 2006; Piper, 2005).
-Participación política.
Estos niveles de de opresión y exclusión de la mujer repercuten en el desigual acceso al
poder en sus más diversas manifestaciones. Tenemos en la región que los curules desde
donde se adoptan decisiones sociales lo ocupan los hombres en alrededor de un 80 %, de
modo y pese a más 30 años de lucha de los colectivos y redes y al diálogo intercultural
vinculado al develamiento de la violencia y la exclusión femenina3, en los albores del año
2007 las mujeres solo se han sentado en aproximadamente el 20% restante, lo que incide en
contra de una rápida transformación de la sub-representación femenina. Es cierto que el
techo de participación de las mujeres de 20.1%., es el mayor promedio general alcanzado en
la participación política, incluso más que Europa con el 19.7%, al inicio del presente siglo y
mucho más que el promedio mundial de 16.9% (IPU: 2007); sin embargo, hay que tomar en
consideración que los índices de participación femenina en los congresos y parlamentos de
los distintas regiones y bloques de países, no dan cuenta por sí mismas de las brechas
sociales existentes entre unos y otros y que por tanto no se indique situaciones iguales con
iguales porcentajes. A corto plazo, en América Latina el porcentaje de mujeres en los
3
Para referirnos solamente a lo que ha venido ocurriendo desde 1975, año internacional de la mujer y la Conferencia
y el Foro de México.
11
congresos y las mejorías evidentes en la condición social femenina, no parecen haberse
articulado aún.
2-Migración y diáspora.
Más allá de las puntualizaciones realizadas, existen muchos otros factores que inciden en
la actual situación de la mujer en América Latina y su participación cada vez mayor en los
procesos migratorios. A modo de síntesis puede afirmarse que las sucesivas recesiones y
crisis económicas experimentadas a partir de los años ‘80, las transnacionalización del capital
industrial y financiero, la escasa consolidación de los cuadros de integración económica y
social , las democracias inestables, la desmovilización o escasa influencia de la sociedad civil
en los procesos sociales y políticos, la erosión de las culturas tradicionales, la pobreza, la
falta de oportunidades de desarrollo individual, la subordinación de género,
la
descomposición de la familia, la violencia generalizada y la violencia contra la mujer, la
reducida ciudadanía política y social, la existencia de zonas de conflictos armados en la
región, entre otros factores, forman parte del entorno que moldean hoy día el ‘ser mujer’ en
la región, y ejercen impacto negativo de importancia en alcance de los derechos humanos
grandes segmentos y colectivos de población, y muy especialmente para las mujeres y a la
vez son condicionantes de expulsión femenina creciente desde el seno familiar4, hacia las
comunidades, los países, y la región, y todo destino receptivo en el mapa migratorio mundial.
Diversos análisis (OIM, 2005; Piper, 2005).han venido demostrando que hay un factor
de género poderosos en la migración de las mujeres, quienes con frecuencia lo hacen como
4
Fuera de la familia en búsqueda de buen trato e independencia, y mejoría económica.
12
hemos señalado, para huir de “matrimonios abusivos y tradiciones patriarcale” que afectan
sus libertades y oportunidades y que con frecuencia afecta muy especialmente a colectivos
enteros de mujeres por su condición pobreza o su estatus matrimonial (madres solteras,
viudas, divorciadas).
Unos 94.5 millones de mujeres participa en el fenómeno de la migración actualmente,
constituyendo el 49.6 (UNFPA, 2006 OIM, 2005). Es conocido además, que las mujeres se
insertan en esta experiencia afrontando mayores dificultades y peligros que los varones.
Mueven a preocupación hoy día, los distintos hallazgos sobre el tema de género y migración,
pues develan que no solo la mujer está participando actualmente en igual proporción que el
hombre, sino que lo hace en circunstancias que reproducen en los lugares de destino, la
tradicional opresión económica, social, política y cultural de género.
Se ha estimado que entre 600.000 y 800.000 mujeres, niñas, hombres y niños son
afectados por tráfico de personas, que implica la explotación sexual y comercial de las
victimas. Hasta el 80 por ciento son mujeres y niñas y hasta un 50 por ciento son niñas y
niños (TIP, 2006, 2005). Si bien los procesos migratorios implican riesgos y precariedades
para hombres y mujeres, son las mujeres y las niñas las más afectadas por las peores formas
de inserción en la diáspora.
América Latina aporte al mapa migratorio mundial el 13 por ciento de la población
involucrada, unos 25 millones de personas aproximadamente, de las cuales el 50 por ciento,
unos 12.5 millones son mujeres. Distintos estudios han ido evidenciando la precaria
13
seguridad humana de las mujeres en este circuito. Hoy día se conoce que 35,000 mujeres son
objeto de tráfico humano en
Colombia cada año.
Entre 50,000 a 70,000 mujeres de
República Dominicana trabajan en la industria sexual en el extranjero. Unas 75,000 mujeres
de Brasil trabajan en la industria sexual en el extranjero y que más de 2,000 niños, la mayoría
de otros países centroamericanos, fueron encontrados en burdeles de Guatemala en el 2002.
En Brasil aproximadamente 500,000 niñas sufren explotación sexual, muchas de las cuales se
internan en las zonas de las minas de oro. En Brasil, Perú, Colombia y Venezuela se usa el
trabajo infantil en minas de oro. En Costa Rica se estima que 2,000 niñas muchas de ellas
emigrantes son explotadas sexualmente en San José. Que adolescentes de Colombia,
República Dominicana y Filipinas han sido llevadas clandestinamente a Costa Rica para
prostitución en áreas reconocidas como destinos de turismo sexual. Que el número de
mujeres víctimas de tráfico para fines de comercio sexual en Japón provenientes de América
Latina y el Caribe es de 1,700 por año. La mayoría de estas mujeres provienen de Colombia,
Bolivia, Perú, México y Brasil.
(UNFPA: 2006; United Nations: 2006; TIP: 2006, 2005,
2003). De esta manera es considerable la cantidad de mujeres latinoamericanas, que forma
parte de la diáspora, viviendo condiciones infrahumanas de explotación y abusos extremos,
entre los que se encuentran la explotación sexual, y el trabajo forzado. Se insertan como
factor de producción en el que se estima y el tercer negocio ilícito de más rentabilidad (9,500
millones de dólares anuales) a nivel internacional, siendo sólo superado por el narcotráfico y
el de armas. (TIP, 2006).
Sin embargo, se observan también avances en el despertar de las mujeres como sujeto de
cambio social en las últimas décadas, tales como el paulatino reconocimiento de las
14
diferencias de género y el posicionamiento –no sin resabios- del tema de migración y
género en las agendas pública todo ello ha favorecido que se comience el abordaje de este
fenómeno con objetivos de someter los derechos humanos, mientras al trafico de personas se
le está dando la categoría de problema de seguridad mundial (TIP, 2006).
Pese a estos pasos de avance, aún no se tiene en la región un fuerte marco de acuerdos
multilaterales y bilaterales que atenúen la situación. De igual manera, pocos países de
América Latina cuentan con leyes para prevenir, sancionar y erradicar la trata de personas,
entre los que se encuentran Colombia, República Dominicana, Brasil. Sin embargo se
destaca la iniciativa “Legislación contra el tráfico de personas, especialmente de mujeres y
niñez con fines de explotación” adoptada por el
(PARLACEN) en 2002.
Parlamento Centroamericano
Augura mejores tiempos. De modo que, puede afirmarse que
siendo América Latina hoy día una región de gran actividad en el tráfico y trata personas, el
nivel de diseño, articulación e implementación de las estrategias y acciones para combatir
esta situación no alcanzan a ser verdaderas soluciones para atenuar los problemas que sufren
las mujeres de su diáspora alrededor del mundo. No obstante, el nivel internacional surgen
mejores tiempos ‘el Diálogo de alto nivel de 2006 dedicado a la migración internacional y
el desarrollo ofrece una oportunidad de importancia crítica para velar por que se escuchen
las voces de las mujeres migrantes. El reconocimiento explícito de las necesidades humanas
de las mujeres y la necesidad de lograr la igualdad entre hombres y mujeres es un requisito
básico de cualquier marco normativo racional, equitativo y eficaz que trate de encauzar la
migración de manera ordenada y humana’ (UNFPA, 2006).
15
Categorizando el tráfico de personas en todas sus modalidades como la peor forma de
inserción en el fenómeno migratorio, es de señalarse, que para la mayoría de las mujeres,
traficadas o no, la inserción en materia laboral y de ciudadanía -en todas sus acepciones- en
los lugares de destino, está matizada por fuertes sesgos de exclusión social, de género y de
segregación cultural, desafíos, que al igual que en sus comunidades de origen, necesitarán
hacer surgir la creatividad humana para subsistir como la diáspora.
La complejidad que acompaña al fenómeno migratorio y especialmente de las mujeres,
más allá de los perjuicios y beneficios que atañe a la experiencia particular como individuo o
como colectivo, contiene un potencial capaz de provocar transformaciones en las
comunidades de origen y destino. En nuestros días, factores económicos, sociales, políticos
culturales en general, provocan un diálogo intercultural generando intercambios entre
realidades distintas y son responsables de enriquecimiento y avance en diversos campos de la
vida social económica, política y cultural de las sociedades involucradas.
-Diáspora femenina y comunidades de origen.
Más allá de los retos, desafíos y las peores formas de inserción en las diásporas, la
presencia de la mujer en este colectivo, ha generado bienestar a millones de ellas, así como a
sus familias en América Latina.
La vivencia y sobrevivencia en las nuevas circunstancias
implican transformaciones en la visión de la vida y entran a formar parte de sus referentes
conceptuales nuevos paradigmas que impactan la forma de concebir y vivir las relaciones en
16
la pareja y la familia.
Así, con frecuencia, las mujeres que emigran por cuenta propia, en
corto tiempo pueden pasar de estar sometidas a relaciones de subordinación y ser receptoras
de medios de subsistencia en sus familias y entorno comunitario en los lugares de origen, a
ser una especie de heroínas que luchan en circunstancias múltiples para insertarse y generar
ingresos en los lugares de destino y asumirse como jefas de hogar y proveedora principales a
distancia, tanto de los hijos, como de familiares y relacionados afectivos dejados atrás. De
modo qué en este fenómeno, el impacto sobre las comunidades de origen va más allá del
provocado por las remesas económicas, involucrando otros tipos de remesas más vinculados
a la cultura y la intelectualidad.
La feminización de la migración en las últimas décadas, entre cuyos puntos de origen
más dinámicos se encuentra América Latina y el Caribe, coincide con su acelerado ritmo de
crecimiento en los flujos de remesas. Y es que de los 262,000 millones que se estima fueron
remesados por vías formales en 2006 en todo el mundo, 62,300 fueron recibidos en la
región de entre los 199,000 que llegaron al conjunto de países con problemas de
desarrollo (BM, 2006).
Este panorama conduce a la necesidad de estudiar la procedencia de la remesas
según
género. Pese a la falta de informaciones precisas, se estima que anualmente, millones
de
mujeres que ocupan millones de empleos en el extranjero, envían centenares de millones de
dólares en remesas a sus hogares y comunidades de origen, mediante lo cual alivian bocas
hambrientas, visten y educan a los niños, costean servicios de salud y, en general, mejoran
los niveles de vida de los seres queridos que quedaron atrás.
Las mujeres de la diáspora
17
realizan duros trabajos en los hogares de familias de trabajadores, atienden a los enfermos y
reconfortan a los ancianos. Aportan sus conocimientos técnicos y profesionales, pagan
impuestos y apoyan calladamente una calidad de vida que muchos dan por sentada
(UNFPA, 2006). Por otra parte, se conoce que los hombres envían mayores montos y que
las mujeres, no obstante a tener salarios más precarios, remesan una mayor proporción de
sus ingresos a sus familiares (caso México), que en algunos casos las mujeres envíen más
remesas que los hombres (dominicanas en España) (INSTRAW, 2005). De manera que más
allá de los factores tradicionales señalados como condicionantes en los flujos de remesas
(edad, número de familiares que sostiene, estado civil del/la emigrante, duración de la
residencia en el país de destino, contacto con el país de origen, el estatus legal en el país de
destino, nivel educativo, solidez de los lazos familiares, intención regresar o no al país de
origen,...), se encuentra el género que no ha sido suficientemente investigado aún. Para poder
apreciar el aporte económico de las mujeres de la diáspora,
habría que determinar la
incidencia de la feminización de los flujos migratorios, en el incremento acelerado de las
remesas, que como es sabido, su valor actual supera el de la Ayuda Oficial al Desarrollo
(AOD), ocupa el segundo lugar entre las fuentes de recursos externos recibidos por los países
con problemas de desarrollo y subsigue a las inversiones extranjeras directas (IED).
La diáspora femenina, como la masculina, impacta en sus comunidades de origen,
también mediante remesas sociales, intelectuales y culturales cuyo flujo es cada vez mayor
en la medida que se mantiene viva la comunicación, los contactos y los intercambios.
El
género es también decisivo en el flujo de estas remesas, y puede sugerirse a manera de
hipótesis que las mujeres contribuyen a establecen un vínculo cultural de mayor fuerza entre
18
comunidades de acogida y de origen, en la medida en que transmiten e imponen
silenciosamente, la visión de mundo forjada por sus experiencias, flujos en doble vía de
informaciones, conocimientos, actitudes, pautas de comportamientos, ideas, visión de futuro,
aspiraciones y expectativas, cultura, capital social.
La influencia de las mujeres de la
diáspora puede provocar transformaciones en los sistemas de creencias y en la cultura
patriarcal, así como en la creatividad de las comunidades de origen.
3- Diálogo intercultural y creatividad humana como expresiones de sobrevivencia y
escape de la violencia que sufren las mujeres latinoamericanas y su diáspora.
-Diálogo intercultural.
El hecho social ‘Ser Mujer’ en Latinoamérica y su diáspora, ocurre en un ambiente
mundial donde, la multiculturalidad y la globalización tratan de imponer los estilos
predominantes de convivencia sociocultural. De modo que, la multiculturalidad como
fenómeno histórico inherente a la sociedad humana, es a la vez impulsada e interceptada, por
una sociedad de mercado líder de las grandes transformaciones del momento. Ocurre que,
en torno a la circulación de las mercancías, se movilizan los factores de producción,
haciendo cada vez más visible la internacionalización del capital industrial y financiero, las
tecnologías y, en circunstancias de alta complejidad circula también el capital humano, que
atraído principalmente por los polos
industriales
de mayor dinamismo económico, es
portador de un rico patrimonio cultural, lo cual envuelve particularidades de género en el
fenómeno de la “cadena mundial de cuidados” (Ehrinreich y Russell: 2004) , mediante la
19
cual la diáspora femenina se involucrada como hemos visto, equilibra labores productivas y
reproductivas, en una franca extensión de las condiciones de clase y género que ya vivían en
los lugares de origen.
En este ambiente de globalización y conflictos y encuentros entre culturas, en las últimas
dos décadas se ha entablado un debate teórico en torno a los conceptos de multiculturalidad y
multiculturalismo, que ha dado origen a un tercero: interculturalidad. Al tratar sobre esta
temática R. Cobo (2006) aborda la multiculturalidad como un concepto descriptivo que da
cuenta de la ‘existencia de comunidades culturales, raciales, lingüísticas, y/o religiosas
distintas en un espacio político definido por el estado nación’. Mientras que el
multiculturalismo, tiene carácter normativo --asume- que las diferencias culturales son
buenas en sí mismas. ... no discierne entre distintas prácticas culturales. ... –y-parte del
supuesto de que los grupos culturales y las distintas minorías conforman las sociedades por
encima de los individualidades. Advierte que el subtexto de la lógica multiculturalista es la
bondad de las diferencias, sean éstas culturales, raciales o de género.
En torno a ello, el concepto de interculturalidad ‘parte de la acepción de la
inevitabilidad de la multiculturalidad social y prescribe el mestizaje, la mezcla y la
integración, desde el rechazo rotundo a la segregación. ... Parte del supuesto de que es
deseable normativamente el diálogo transcultural y que de ese diálogo se deben extraer
formas complejas, poro no segregacionistas, de convivencia social. ... se orienta a la
búsqueda de nuevas síntesis culturales. Cobo, evidencia dos puntos débiles en el concepto de
la interculturalidad: el primero se refiere a la relación tolerante entre culturas, siendo que
20
desde el punto de vista feminista son más respetables las culturas que respetan los derechos
humanos y promueven la igualdad que aquellas en las que, precisamente en nombre de la
cultura se vulneran los derechos humanos y en consecuencia se promueven privilegios y
fortalecen jerarquías y estratificaciones no legítimas.
Un segundo punto débil, también
deriva de ese principio de relación respetuosa entre las culturas, que suele desembocar en
cierta sacralización de las comunidades culturales, pues a la fuerza de respetar a las
culturas, se olvida los grupos y colectivos sociales que existen dentro de las comunidades
culturales y aunque enfatiza el carácter dinámico de las culturas, tiene una grieta y es que
no tematiza la desigualdad de poder que existe en el interior de las culturas.
De este modo, aunque se ha llegado al consenso institucional de que la interculturalidad
se refiere a la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la posibilidad de
generar expresiones culturales compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de una
actitud de respeto mutuo (UNESCO,2005), y de que el diálogo intercultural ha sido
adoptado como estrategia de entendimiento entre culturas, el análisis feminista en su estilo
transversal y ecológico de abordar los fenómenos sociales, contiene
herramientas para
develar formas de exclusión que pueden estar ocultas en prácticas culturales, estrategias de
acción, políticas sociales y conceptos, que como el de multiculturalismo, con frecuencia,
han venido siendo pensados, analizados, asumidos, promovidos y plasmados en hechos
reales, atravesado por un ‘silencio conceptual’ que deja invisible algunas formas de opresión
y segregación de género y otros tipos de exclusión al interior de los colectivos perteneciente
a las distintas culturas. De modo que, el abordaje de la interculturalidad en lo que atañe a las
diásporas femeninas de Latinoamérica y del mundo, debe ser visto desde el observatorio del
21
análisis de género, que es capaz de develar para cada circunstancia la experiencia de vida
diferenciada entre hombres y mujeres y las relaciones de poder-subordinación en la cultura
patriarcal, como hemos vistos más arriba.
Producto de este punto de vista es que se ha venido visibilizando la ‘cadena
mundial de cuidados’ (Ehrenreich and Hochschild, 2004), que moviliza el capital humano
femenino, transnacionalizando y perpetuando a cargo de las mujeres, la reproducción social,
y las utiliza en el arte de los espectáculos para determinados públicos en el nuevo orden
globalizado. Y es que las ofertas de empleos, en los puntos de acogida, al igual que en las
comunidades de expulsión, siguen mediadas por la condición de clase y género. Así, la
puerta de entrada más abierta para subsistir en la diáspora es trabajando en labores
domésticas y otros quehaceres considerados tradicionalmente para mujeres, o en los cuales se
trafica personas. Sin embargo, en distintas medidas y modalidades implican transmisión
cultural en doble vía, ya que el contacto con nuevas sociedades y sus niveles de desarrollo,
como hemos visto, impacta y transforma su visión de mundo, y hace que las remesas no sean
solo económicas, sino que están envueltas en un diálogo intercultural discreto, mediante el
vínculo y la comunicación con ambas realidades. Provocando en los lugares de origen
aspiraciones de cambio social, cambio de valores, así como actitudes diversas, que pueden
fomentar la creatividad y las reivindicaciones personales y sociales.
El informe del UNFPA (2006), se afirma que para millones de mujeres y sus familias, la
‘cadena mundial de cuidados’ ofrece considerables beneficios, aun cuando con algunos
graves inconvenientes, entre ellos la separación de los hijos y otras personas queridas.
22
Además de recibir sueldos varias veces superiores a los habituales en el país de origen, las
trabajadoras domésticas internacionales5 también obtienen beneficios personales y sociales,
entre ellos mejores oportunidades de educación y servicios de salud para sus hijos,
obsequios, dinero extra para enviar al país de origen y viajes con las familias de sus
empleadores.
Por otra parte, es de destacarse que existe una creciente movilización social de distintos
colectivos por la diversidad cultural, que ha contribuido a posicionar el debate sobre
multiculturalismo e interculturalismo en las instancias internacionales y en las últimas dos
décadas se ha agotado un proceso mediante el cual el tema a alcanzado el estatus de
legislación internacional, siendo que, tras la aprobación por la UNESCO de la Convención
sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, en
París el 20 de octubre de 2005, al 7 de marzo de 2007 se habían adherido 52 países ( 10 de
América Latina y el Caribe ) de los cuales 39 la habían ratificado entre los cuales 8 son de la
región (Bolivia, Brasil, Guatemala, México, Panamá, Santa Lucía y Uruguay).
Como hemos visto, las mujeres de la diáspora hacen aportes financieros y sociales, que
pueden incidir en el desarrollo socioeconómico y cultural en las sociedades de origen y
destino.
UNFPA,(2006:29 y33) señala que ‘las mujeres migrantes que envían dinero
transmiten una nueva definición de lo que significa ser mujer6 y esto puede afectar la
manera en que las comunidades consideran a las mujeres. Además, las mujeres que han
migrado al extranjero también tienen un papel en la promoción de los derechos de las
5
6
Rasaltado agregado.
El resaltado es agregado.
23
mujeres que quedaron en el lugar de origen’. No obstante, la condición de género limita su
participación como sujeto con igual poder que los hombres en el diálogo intercultural, que
se gesta a través de vínculos estratégicos, ya que ‘como lo demuestra el estudio de las
asociaciones de migrantes procedentes de América Latina en los Estados Unidos, con
frecuencia se excluye a las mujeres migrantes de la adopción de decisiones, tanto en el país
que envía como en el que recibe migrantes. Los hombres administran la mayoría de las
asociaciones en el país de destino y en el de origen, mientras las mujeres asumen papeles de
apoyo administrativo, recaudación de fondos y organización de eventos’. Sin embargo, ‘a
medida que va aumentando la cantidad de mujeres migrantes al extranjero, también
aumenta la cantidad de mujeres que establecen sus propias redes de migrantes5, y
transfieren conocimientos prácticos o recursos que están suscitando transformaciones en las
ideas tradicionales sobre los papeles apropiados de hombres y mujeres’.
-Creatividad humana.
Abordar el tema de la creatividad entre las expresiones de sobrevivencia a la violencia
vinculadas al ‘Ser Mujer’ latinoamericana y su diáspora,
refiere de inmediato
a la
creatividad humana como capacidad propia del ser humano para hacer creaciones alternativas
a las existentes en su ambiente, de igual manera para hacer surgir de sí mimo actitudes y
comportamientos que le permiten transformar su propia experiencia.
Según Penagos (2006): “la creatividad puede ser vista como un proceso humano, que
está reflejado en conductas, pensamientos y productos que son relevantes, valiosos, útiles en
24
el contexto en donde esta es observada, y también, en este contexto, son originales”.
Apoyándonos en este concepto, podemos relacionar la creatividad con la experiencia de ‘Ser
Mujer’ que venimos abordando.
En primer lugar, la creatividad humana es concebida como “proceso humano que se ve
expresada en conductas, en el pensamiento o en las cosas producto de la mano del ser
humano. Se refleja en conductas creativas.”7 La violencia basado en género calificada de
pandemia por la Organización Panamericana de la Salud, así como la pobreza y otros formas
de opresión, hace que las mujeres tengan que vivir experiencias de extrema precariedad tanto
material como de seguridad humana, que sirven de factores desencadenante de procesos
creativos mediante los cuales millones de mujeres tejen rutas críticas y encuentran vías de
escape.
Como es sabido, con frecuencia, las mujeres agotan complejos procesos de
negociación en el grupo familiar para insertarse en los procesos migratorios que a la vez para
la gran mayoría resulta en una caja de Pandora.
En segundo lugar la creatividad humana genera resultados relevantes. “La relevancia se
refiere a que el comportamiento, el producto del comportamiento y las ideas tienen valía
social. Esta valía es relativa a los criterios socio culturales”8 Y es que este criterio es
altamente verificable en el caso de la migración femenina, pues el aporte que hacen mediante
las remesas financiera, sociales, e intelectuales, contribuyendo a reducir la pobreza de
millones de seres humanos y, contribuyen al equilibrio macroeconómico, es altamente
valorado y útil en sus familias, comunidades países y región.
7
8
Como ejemplo próximo,
Penago 2006.
Ibiden
25
podemos referir que las obras de arte producidas por mujeres de la diáspora que se exponen
en la UNESCO, por iniciativa de la Delegación Dominicana, y en conmemoración del día
internacional de la mujer, dan muestra no sólo de la valoración a la creatividad, sino
también que imprime relevancia a las creaciones femeninas.
En tercer lugar, la definición que nos ocupa, incluye como elemento de la creatividad
humana, lo contextual y relativo. “Lo que en una cultural puede ser en otra no es. La
creatividad demanda procesos actitudinales, emocionales, cognitivos que van a variar de
cultura a cultura. Cada cultura tiene una manera de afrontar su relación con el mundo, de
transformarlo y de considerar lo relevante”. Aquí se alude a un fenómeno complejo, y que
inter- juega con la situación de la mujer de la región y su diáspora, ya que la valoración de
su situación y experiencia y expresiones creativas de sobrevivencia per se, no solo estarán
matizadas por las distintas culturas y colectivos de donde proceden, sino también por una
cultura patriarcal que permanente mientras está relativizando las iniciativas creativas de las
mujeres por su condición de género.
Un cuarto elemento contenido en la definición de creatividad humana de Penagos, es la
originalidad.
Si analizamos detenidamente las investigaciones sobre género, violencia y
migración, que se vienen realizando, descubriremos que las mismas contienen un rico
reservorio de ejemplos de iniciativas creativas novedosas que las mujeres generan ante las
distintas adversidades que enfrentan. Cómo han escapado de la violencia de la pareja en sus
comunidades, o de los vejámenes del tráfico de personas tejen extensos testimonios de
expresiones de creatividad humana. Habría que señalar aquí que la iniciativa de las mujeres
26
Latinoamérica y del Caribe de migrar solas a buscar mejores condiciones de vida, libertad y
oportunidades, es una salida creativa de sobrevivencia en sí misma, ante la violencia y las
distintas formas de exclusión de que vive en sus lugares de origen, de igual manera, con
frecuencia son creativas las forma de enfrentar las adversidades y adaptarse en los lugares de
destino. Son novedad respecto de otros momentos históricos y son valorados por millones
de mujeres que han seguido esa ruta.
Por otra parte, más allá de la creatividad expresada en formas de sobrevivencia
individual, mujeres de todas partes participan de procesos de creatividad social.
Para
Llobet M. (2005) “la creatividad social es una manifestación vital de la existencia y destaca
que “muchas de las situaciones solo podrán ser resueltas de forma adecuada a partir de
estimular una conciencia social basada en la creatividad, en la capacidad de desarrollarse
como personas, grupos, como movimientos sociales nuestras capacidades imaginativas y
creativas”.
Cabe destacar que el movimiento social de mujeres en todas sus versiones ha
sido una fuente permanente de creatividad social en Latinoamérica, y desde las Madres de la
Plaza de Mayo, hasta los grupos y redes de mujeres feministas, con sus luchas,
reivindicaciones, debates y abogacías han hecho grandes aportes para la transformación del
marco jurídico de la región. Como hemos visto, de igual manera, cada vez más mujeres de
la diáspora en un acto de creatividad social crean sus propias redes y reclaman los
espacios que les han sido interceptados y se insertan como sujeto social en el diálogo
intercultural entre las culturas de origen y destino.
27
A modo de cierre.
Los contenidos y procesos sociales vinculados al tema de ‘Mujer Latinoamérica y el
Diálogo Intercultural’, se muestran de tal diversidad e importancia, como insuficientemente
investigados. Sin embargo, la cultura patriarcal hace de elemento vinculante, asegurando en la
subordinación de género la denegación del poder social a las mujeres. Ello deriva en una
diferenciación de experiencias según se sea hombre o mujer, que el análisis feminista ha puesto
en evidencia, develando sustratos de discriminación que otrora pasaban inadvertidos. A la luz de
esta herramienta conceptual los temas investigados arrojan resultados distintos para hombres y
mujeres. De modo que saber lo que significa ‘Ser Mujer’ en cada situación debe ser parte, cada
vez más explícita y obligatorias, de las políticas sociales en todas partes. La violencia basada en
género especialmente dirigida a la mujer por su condición de subordinación, la migración en
peores condiciones, la discriminación, exclusión social y tráfico en la diáspora, la sistemática
subvaloración de las creaciones artísticas femeninas, la indiferencia ante el despliegue de
creatividad humana de las mujeres, la escasa implementación de medidas públicas de acción
afirmativas para su avance, así como el escaso reconocimiento a los aportes que hace y puede
hacer en el estratégico diálogo intercultural planteado actualmente, son solo algunos argumentos
entre muchos, por lo cual cobran relevancia y deben fomentarse eventos como AWAY:
FEMMES ET DIASPORA, CREATIVITE ET DIALOGUE INTERCULTUREL.
Muchas gracias.
UNESCO. París, 7 de marzo de 2007.
28
Referencias bibliográficas.Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (1999). El costo del silencio. Violencia doméstica en
las Americas. Andrew Morrison y María Loreto Biehl, editores.
Banco Mundial (BM). (2006) ‘Las remesas enviadas a los países en desarrollo en 2006’.
Grupo del Banco Mundial. Noticias diciembre 2006.
http://econ.worldbank.org/WBSITE/
____________ (BM).(2002). Desafíos y oportunidades para la equidad de género en América
Lana y el Caribe.
______________ (BM) (1993). Informe de desarrollo . Washington, D.C.: Banco Mundial.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2006). Migración
internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe.
Trigésimo primer Período de Sesiones, Montevideo, marzo.
____________________________________________________(2006). Panorama Social de
América Latina. Documento Informativo.
____________________________________________________ (2003). Sistemas electorales y
representación femenina en América Latina. Serie Género y Desarrollo, No.
Barreiro et al.
54.
CEDIT, Organización de los Estados Americanos (OEA). (2005). Trafficking in Persons from
the Latin American and Caribbean Region to Japan. Informe Preliminar.
Cobo, Rosa. (2006). Ellas y nosotras en el diálogo intercultural. Artículos de ciudad de mujeres.
http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/plan.php3.Febreo 2007.
Departamento de Estado de los Estados Unidos de América . (TIP, 2006). Trafficking in
Persons. Washington 2006.
________________________________________________ . (TIP,2005). Trafficking in
Persons . Washington 2005.
________________________________________________ . (TIP,2003). Trafficking in
Persons . Washington 2005.
ISIS- Internacional (2007). Violencia Contra la Mujer. Leyes sobre violencia doméstica en
29
América Latina y el Caribe. Consultada en febrero 2007:
http://www.isis.cl/temas/vi/legisla.htm.
Llobet, M. (2005). La creatividad social frente a la sociedad del riesgo. Universidad de
Barcelona. Artículo científico en Internet feb de 2007. http://medextrem.com
/acad/fac/eues/bibeues/REVISTA AIS /Extra Ais/
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2005). WHO Multi-country Study on Women's
Health and Domestic Violence against Women. Initial results on prevalence, health
outcomes and women's responses.
Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS-OMS),
(2005). Por veinte millones de mujeres... Equidad de género en la salud en
Centro América 1998-2004. OPS-OMS, Costa Rica.
______________________________________________. (OPS) (2003). La violencia contra las
mujeres: responde el sector de la salud.
Publicación Ocasional No. 12. Washington,
D C.
______________________________________________ . (2002). Informe Mundial sobre
Violencia y la Salud. Washington, D. C.
______________________________________________ . (2003). La ruta crítica de las
mujeres afectadas por la violencia intrafamiliar en América Latina. Estudio de caso en
10 países. Programa mujer, salud y desarrollo Sagot, M..
______________________________________________. (2003) Trafficking in persons report
2005. Washington 2003.
Organización de las Naciones Unidades para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
(1995). Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las
expresiones culturales. París 20 de octubre.
Programa de Naciones Unidadas para el Desarrollo (PNUD). (2004).Democracia para el
desarrollo. Hacia una ciudadanía de ciudadanos y ciudadanas.
________________________________________________. (2004)
Penagos, J. (2006). Creatividad y Modelo Holodimérgico. Exploreando algunas
dimensiones. Posición en el Encuentro Internacional de Creatividad. UPEL. Venezuela
2006.
Peschard. 2003. The implementation of cuota: Latin America experiences. Workshop
Repport. Versión electrónica pdf. Pág. 22 .
Piper, N. (2005). Gender and Migration: A Paper Prepared for the Policy Analysis and
Research Programme of the Global Commission on International Migration, Ginebra:
Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales. Versión pdf. pag 46.
30
Ricok, María Nieves.(2006). “Las mujeres latinoamericanas en la migración internacional”.
Seminario Internacional “Las mujeres trabajadoras inmigrantes y sus
aportes
al
desarrollo del país de acogida y de origen”, en el marco del .II Foro
Social
Mundial de las Migraciones. CEPAL. Madrid, 22 al 24 de junio de 2006.
Departamento de Estado de los Estados Unidos de América. (2003). Trafficking in Persons 2003.
Washington.
Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.(2005). Trafficking in persons report
2005. Washington.
Ehrenreich, B and Russell, A. . Ed. (2004). Global Woman: Nannies, Maids, and Sex Workers
in the New Economy.
United Nation. (2006) Toolkit to combat trafficking in persons. Versión pdf en Internet. Febrero
2007: http://www.unodc.org/pdf/ctoccop_2006/V0656296s.pdf. pag xviii.
UN-INSTRAW. (2006) Género remesas y desarrollo. El caso de la migración femenina de
Vicente Noble, República Dominicana. Versión pdf.
Women in nacional parliaments (IPU). January 2007. Internet febrero.
2007:http://www.ipu.org/wmn-e/world.htm
31
Mujer Latinoamericana y Diálogo
Intercultural.
Producciones Educativas Asociación TÚ, MUJER Inc.
Santo Domingo, Rep. Dominicana 2007
Colección Orientación en Género y Desarrollo.
Edición al Cuidado de TÚ, MUJER Inc.
Título:
Mujer Latinoamericana y Diálogo Intercultural. Un enfoque sociológico de la dialéctica entre la violencia basada en
género, la creatividad humana, la migración y la diáspora.
Autora. Cristina Altagracia Sánchez Martínez
Conferencia presentada por la autora en la el evento Away-femmes, organizado por la Representación Dominicana ante
la UNESCO, sede Mundial, Paris, el 7 de Marzo de 2007, con motivo de Día Internacional de la Mujer.
Portada Síndrome Creativo. www.sindromecreativo.com.
TÚ, MUJER Inc.
Calle Húascar Tejeda Nro. 56 (altos), Zona Universitaria,
Teléfonos (809) 535-3233 (809) 597-8088 / Fax; (809)532-5828
E-Mail: [email protected]
Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Primera edición digital a cargo de Asociación TÚ, MUJER.
Enero 2010
Asocicación TÚ, MUJER, Inc.
C/Huáscar Tejeda No. 56 (altos)
Teléfonos: 809-535-3233/ 809-543-4618/ Fax 809 532-5828
[email protected]
www.tumujer.org
32