Download Base sociales y culturales de la conciliacion

Document related concepts

Trabajólico wikipedia , lookup

Precariedad laboral wikipedia , lookup

Covada wikipedia , lookup

Derecho al trabajo wikipedia , lookup

Mujer wikipedia , lookup

Transcript
12/3/08
16:44
Página 1
ÁREA DE GOBIERNO
DE FAMILIA
Y SERVICIOS SOCIALES
Bases sociales y culturales de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal
cub. Monografico Bases 4
4
Bases sociales y culturales de la conciliación
de la vida laboral, familiar y personal
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 1
Presentación
La Conciliación de la vida laboral, familiar y
personal es uno de los retos más importantes de la
sociedad española a principios del siglo XXI. Los
cambios sociodemográficos, económicos y culturales que caracterizan a las sociedades desarrolladas,
así como la creciente incorporación, la permanencia
de las mujeres en el trabajo remunerado y la mayor
implicación de los hombres en el ámbito doméstico
y de cuidados de familia, han situado esta cuestión
en un primer plano de las agendas políticas.
La ciudad de Madrid lleva tiempo apostando
decididamente por la Conciliación. Concretamente
este compromiso firme y compartido con la sociedad madrileña se ha visto reflejado en estos últimos
tres años - entre otras actuaciones- por el proyecto de
la Iniciativa Comunitaria Equal “Madrid, Empresas y
Conciliación”, cofinanciado por el Fondo Social
Europeo y promovido desde la Dirección General
de Igualdad de Oportunidades del Área de
Gobierno de Familia y Servicios Sociales.
Así, el proyecto –iniciado en el año 2005 y
auspiciado por el Ayuntamiento de Madrid como
organismo responsable coordinador- está en plena
sintonía con el objetivo que marca nuestra estrategia
municipal de hacer de esta ciudad una de las mejores urbes europeas donde vivir y trabajar.
En “Madrid, Empresas y Conciliación”, además del Ayuntamiento de Madrid están involucradas
otras siete organizaciones del ámbito social, académico, sindical y empresarial de la localidad madrileña y que conforman su Agrupación de Desarrollo
(AD):el Consejo Municipal de las Mujeres de Madrid,la
Cámara de Comercio e Industria de Madrid,
UGT–Madrid, CC.OO., la Confederación de Sindicatos
Independientes y Sindical de Funcionarios (CSI-CSIF),
la Fundación General Universidad Autónoma de
Madrid (FGUAM) y la Fundación Universitaria San
Pablo-CEU (FUSP-CEU).
Como entidades socias en este proyecto
hemos aunado nuestros esfuerzos e invertido recur-
1
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 2
sos para promover la Conciliación en el municipio
de Madrid incidiendo desde diversas ópticas, sobre
todo, en las empresas locales y también en sus recursos humanos.
En este sentido, la serie de monográficos
informativos y de sensibilización conforma uno de
los productos que da cobertura a nuestro objetivo. Su
elaboración ha sido responsabilidad de la FGUAM
y FUSP-CEU, mientras que la coordinación, edición y
difusión han sido función de la Dirección General de
Igualdad de Oportunidades de este municipio.
Su propósito es acercar a diversos públicos
(universidad, instituciones públicas y privadas,
empresas, especialistas en el mundo laboral y ciudadanía en general) aquellos aspectos básicos de la
armonización de los espacios vitales (familiar, laboral, personal) que plantean debate sobre los contextos favorecedores y limitadores, así como sugieren
ideas sobre la viabilidad de las posibles iniciativas y
las soluciones para que esta estrategia conforme las
prácticas sociales, organizacionales e institucionales
contribuyendo, así, a una mayor igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
El contenido de la serie hace un recorrido
por distintos temas como la situación social que
demanda transformaciones organizativas y de
corresponsabilidad; las bondades y limitaciones
de la conciliación y las razones para que los cambios
necesarios se lleven a cabo; las formas flexibles de
organización de los tiempos; los servicios de apoyo a
la conciliación; la normativa reguladora y vigente en
España; el papel de hombres y mujeres, de las instituciones, de los agentes sociales y económicos.
Nos satisface, por tanto, presentar esta colección que, a nuestro juicio, constituye una buena
muestra de los distintos puntos de vista, contextos,
intereses, protagonistas, valores y recursos que existen en torno a la confluencia y relación – a veces controvertida- entre tiempo laboral, tiempo familiar y
tiempo propio.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 3
Conscientes de que estamos asistiendo a
grandes avances en este campo, sabemos también
que quedan un largo recorrido y no podemos olvidar
que todos y todas tenemos responsabilidad en la
consecución de los adelantos deseados. Demos,
entonces, la bienvenida a los conocimientos facilitados en esta publicación que junto con las propuestas
aportadas, sin duda nos muestran cuáles son algunas
de las cuestiones a tener en cuenta en la agenda política, social y legislativa del futuro próximo.
Madrid, diciembre 2007
Concepción Dancausa Treviño
Delegada del Área de Gobierno de Familia y
Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 4
Edita:
Dirección General de Igualdad de Oportunidades
Área de Gobierno de Empleo y Servicios a la Ciudadanía
Ayuntamiento de Madrid
Elaborado por:
Juan María González-Anleo Sánchez
Profesor de Sociología general y del consumo y de Ética y cultura de la empresa
Universidad San Pablo - CEU de Madrid
Diseño y maquetación:
Ibersaf Industrial, S. L.
Depósito legal: M-23192-2007
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 5
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1.
2.2.2. Impacto de la maternidad en
el trabajo femenino
2.2.3. Repartición de las tareas domésticas
2.2.4. Tácticas para una conciliación
desesperada
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES
DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
1.1. Grandes importancias en la vida
1.2. Evoluciones desencontradas
1.2.1. La familia
1.2.2. Diálectica trabajo-ocio e inversión
de valores entre el capitalismo
de producción y el consumo
2.
7
9
9
15
15
3.
3.1.
18
MUJERES EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO
ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES
Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
2.1. El nuevo rol familiar femenino
2.1.1. Breve historia y situación de la mujer
en el mercado de trabajo
2.1.2. Conciencia social de la desigualdad,
actitudes y estereotipos ante el
trabajo femenino
Redefinición de los viejos roles domésticos
y resistencia al cambio
2.1.2. Prejuicio biologicista y actitudes sociales
ante la reaparición de cargas
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS
Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
3.2.
27
27
4.
El pacto entre géneros amenazado:
crisis del modelo tradicional y nuevos
planteaminientos
Descenso de la fecundidad
CONCLUSIONES
43
47
51
57
57
65
69
BIBLIOGRAFÍA BASES SOCIALES Y CULTURALES
27
31
2.2.
39
39
DE LA CONCILIACIÓN
73
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 6
Introducción
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 7
Introducción
En España, al igual que en el resto de Europa,
el debate en torno a la conciliación de la vida laboral, familiar y personal ha ocupado un lugar destacado en la agenda pública en muy poco tiempo.
Apenas hace diez años aún eran muy pocos los que
habían oído hablar de este concepto, aunque ya se
detectasen tanto las condiciones estructurales objetivas que determinaron su nacimiento como, a nivel
social, la urgente necesidad de una toma de postura
y el desarrollo de estrategias de conciliación.
Las razones que, en un primer momento,
impulsaron en España el surgimiento de las primeras
tentativas en esta dirección no eran tampoco muy
diferentes a las del resto de los países europeos, presentando, sin embargo, una cara más dramática: el
aumento del empleo femenino, más tardío y “atropellado” en el caso español que en el de los demás países europeos y, a su vez, la rápida disminución de la
fecundidad que, en nuestro caso, llega a situarse en
niveles muy por debajo del umbral de reemplazo. No
será hasta más adelante cuando empiece a hacerse
evidente el enorme alcance del concepto, la amplitud de escenarios y relaciones afectadas, así como la
intrincada red social implicada en su desarrollo.
De forma semejante, no será hasta este
momento cuando se haga evidente que las políticas
de conciliación, tanto públicas como privadas, han
de tener en cuenta no solamente factores de tipo
económico o relacionados con la situación del mercado de trabajo o el hábitat, sino también, y de forma
prioritaria, el sustrato de las representaciones colectivas, los valores, actitudes y estereotipos, al constituir estos la base social y cultural del fenómeno y, por
lo tanto, la piedra angular de su posible solución.
Factores como la persistencia de una estructura tradicional de roles de género y su legitimación social
vigente, la persistencia de una mentalidad tradicional tanto en el ámbito familiar como frente al papel y
las aptitudes de la mujer en el trabajo, o la actual
constelación de valores y actitudes en torno a la
familia, el trabajo y el tiempo libre, representan la
base sobre la que ha de planificarse cualquier acción
dirigida a lograr una conciliación coherente y sólida
en el tiempo. El presente trabajo trata de ahondar en
diferentes niveles de este sustrato cultural y social,
poniendo especial énfasis en los desajustes culturales, los estereotipos y prejuicios que se encuentran
en lo más profundo del problema de la conciliación
de la vida laboral, familiar y personal.
7
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 8
1
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 9
1. Familia, trabajo y ocio
como valores en la
sociedad española
Puede decirse, en términos generales, de todo
aquello que es útil, deseable o admirable para una
persona o para un grupo que “tiene valor”. Los valores son un fenómeno social con realidad independiente de los actores individuales y, por lo tanto, ubicados en un nivel macro-subjetivo, junto a la cultura
y las normas (RITZER: 1975). Desde esta perspectiva, y para los propósitos de este trabajo, podemos
definir el concepto de valor como ideas o representaciones colectivas de lo deseado, conscientes o
inconscientes, que se imponen como preferencias
en la elección entre las alternativas de acción, así
como criterios conforme a los cuales el grupo o la
sociedad juzga la importancia de las personas, las
formas, los objetivos y otros objetos socioculturales.
El término conciliación implica una situación
previa de conflicto. En el Diccionario de la Real
Academia Española, por ejemplo, la voz “conciliar”
tiene dos acepciones: componer o ajustar los ánimos de los que estaban opuestos entre sí y conformar dos o más proposiciones o doctrinas al parecer contrarias (RAE). En el caso concreto de la
conciliación familiar, laboral y personal, lo más
grave de este conflicto es que se produce entre tres
esferas vitales de gran relevancia para la vida de
los individuos en las actuales sociedades occidentales. Por esta razón, uno de los primeros aspectos
que han de ser examinados a fin de determinar las
bases sociales y culturales de la conciliación será
el grado de importancia que los elementos que
entran en conflicto tienen para los miembros de la
sociedad.
1.1. Grandes importancias en la vida
Atendiendo a la anterior definición de valor,
una de las cuestiones clave para poder estimar
cuál es la escala valorativa de una sociedad consiste en determinar cuál es su jerarquía de prioridades, aquellos aspectos que los miembros consideran que tienen mayor relevancia para ellos y que
rigen sus vidas. Desde hace ya más de quince años
la Encuesta Europea de Valores lleva incluyendo la
familia, el trabajo y el ocio dentro de una lista
más amplia de cuestiones que son propuestas a los
españoles para ser valoradas. Como puede observarse en el Gráfico 1, el primer dato relevante es
que estos tres aspectos destacan, desde que
comienza a realizarse el estudio, a la cabeza de
la lista de aspectos más importantes de la vida,
junto a los amigos y conocidos, manteniéndose
a bastante distancia de otros, como la religión o
la política. En el último año en el que se realizó el
estudio, la familia ocupaba el primer puesto de la
9
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 10
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta Europea de Valores, 1990, 1995 y 1999.
10
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 11
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
lista, siendo considerada algo muy o bastante
importante para el 99% de los españoles, la misma
proporción que diez años antes, en 1990, seguida
por el trabajo (92%), los amigos y conocidos (86%)
y el tiempo libre y el ocio (80%), para los que tampoco se registra en este periodo de tiempo notables variaciones en sus valores porcentuales como
sí sucede, por ejemplo, con otros aspectos como la
religión, que sufre un fuerte descalabro desde
mediados de los años noventa.
Otro dato que cabe destacar es la poca relevancia demostrada por la mayor parte de las variables en
la valoración de los aspectos pertinentes desde el
punto de vista de la conciliación con una sola excepción, la edad. Así, aún existiendo importantes diferencias entre hombres y mujeres, nivel de estudios, estatus socioeconómico o autoposicionamiento político en
su impacto en la valoración de los diferentes aspectos,
sobre todo en referencia a la importancia otorgada a
la religión, ninguna de estas variables afecta de forma
esencial al orden de preferencias general, como tampoco lo hace a la valoración específica de la familia, el
trabajo o el tiempo libre y ocio.
No ocurre lo mismo, sin embargo, con la
variable edad, sin duda la más importante a la hora
de poder prever cuál será la evolución que sufrirán
en el futuro estos valores. Pese a no trastocar la
jerarquía general de valores plasmada en el
Gráfico 1, las principales diferencias entre los grupos de edad con respecto a los valores aquí estudiados pueden resumirse señalando que (SILVESTRE, M.: 2000, 28):
La importancia otorgada al trabajo desciende con la edad siendo los colectivos
más jóvenes los que en mayor medida se
muestran favorables al trabajo como valor,
descendiendo esta preferencia a partir de
los cuarenta y cinco años y ya, más definitivamente, a partir de los sesenta y cinco.
Paradójicamente, también son los jóvenes
los que mayor importancia otorgan a los
amigos y al tiempo libre; ambos aspectos
muy relacionados entre sí.
Merece la pena detenerse en un análisis
más detallado de la relación de los jóvenes con
éstos. Centrando el análisis en el grupo comprendido entre los 15 y los 24 años, rango de
edad utilizado en los estudios de juventud realizados por la Fundación Santa María desde los
años ochenta, pueden destacarse los siguientes
resultados (Tabla 1):
La familia se mantiene, inalterable desde
1994, en el primer puesto del ranking de
grandes importancias de los jóvenes. Lo más
11
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 12
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
destacable en este caso es el aumento de los
que le otorgan la máxima importancia en sus
vidas en el último periodo, remontando con
creces la caída sufrida entre 1994 y 1999.
Poco hay de lo que sorprenderse, a pesar de
las apocalípticas predicciones del futuro de
esta institución, ya que ésta sigue siendo un
apoyo vital, consolidándose en las últimas
generaciones como fuente imprescindible
de “bienestar, satisfacción y unión” (VELARDE: 1994, 106).
jóvenes que otorgan a los amigos y conocidos la máxima importancia en sus vidas,
lo que, a su vez, se verá reflejado en la
importancia concedida al ocio.
Aumenta también, y en este caso de forma
constante desde 1994, la proporción de
Una constancia muy semejante muestra el
ascenso del tiempo libre y ocio como
aspecto de máxima importancia en la
jerarquía de valores, estabilizándose en el
último periodo tras el considerable ascenso del periodo 1994-1999.
Se mantiene el suave declive de la importancia otorgada al trabajo, recuperándose
TABLA 1
Aspectos importantes en la vida para los jóvenes 1994-2005
1994
Muy
importante
Familia
Amigos y
conocidos
Tiempo libre/ocio
Trabajo
Ganar dinero
1999
Muy +
bastante
importante
2005
Muy
importante
Muy +
bastante
importante
Muy
importante
Muy +
bastante
importante
76
98
70
98
80
98
53
92
59
96
63
95
41
70
56
85
97
92
46
57
49
92
95
92
49
60
55
92
92
91
Fuente: Jóvenes Españoles 2005, Fundación Santa María
12
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 13
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
apenas de la espectacular caída sufrida
entre 1994 y 1999 como aspecto “muy
importante”. Ganar dinero, por su parte,
se mantiene prácticamente estable desde
1994, recuperando, sin embargo, lo perdido en el anterior periodo. Las diferencias
observadas en el comportamiento de
estos dos valores a lo largo del tiempo se
intensifican si tenemos en cuenta el fuerte
sentido instrumental que ya desde hace
generaciones le dan los jóvenes al trabajo,
al ser la cuantía de los ingresos que éste
proporcione el aspecto más valorado en él
(MARTÍN SERRANO; VELARDE HERMIDIA:
2001, 210 y ss.).
Si la importancia que tienen los diferentes
elementos implicados en la conciliación de la vida
laboral, familiar y personal solamente nos permite
advertir la posibilidad de un conflicto, al estar los
tres elementos muy valorados en la sociedad y, por
lo tanto, no ser ninguno de ellos prescindible o
fácilmente sacrificable, la comparación con los
grados de satisfacción con cada uno de estos elementos permite entender con mayor amplitud de
miras el problema. En términos generales puede
decirse que la población española está bastante o
muy satisfecha con la práctica totalidad de los
aspectos presentados: familia, forma de vida,
vivienda, salud, trabajo, nivel educativo o formación, tiempo libre disponible e ingresos. El único
aspecto que no llega al 50% de “muy o bastante
satisfecho” es el salario que, como se verá más
adelante, tiene un peso decisivo en la valoración
del trabajo. Aparte de este aspecto, los tres que
aquí más nos interesan presentan considerables
diferencias entre ellos y perfiles diversos.
La familia se coloca a la cabeza de las
grandes satisfacciones, como ya antes lo hiciera de las grandes importancias de la vida, siendo no solamente el aspecto que en mayor grado
produce satisfacción, sino, además, el único
que supera el 50% de “muy satisfechos”. Como
puede verse, sin embargo, el trabajo se encuentra bastante alejado de la familia en este sentido, así como de la forma o el estilo de vida, la
vivienda, salud y forma física. Además, a diferencia de la familia, solamente alcanza un 20% de
respuestas de “muy satisfecho”, una de las proporciones más bajas de la tabla si se tiene en cuenta la
relación bastante/muy satisfecho. Por lo que respecta al tiempo libre, por su parte, se sitúa en la
cola de la lista, justo por delante de los ingresos del
hogar y el salario, con un 53% de “bastante satisfecho” y solamente un 16% de “muy satisfecho”, una
proporción aún menor que en el caso del trabajo.
Hay que tener en cuenta, a la hora de leer estos
13
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 14
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2004): Opiniones y actitudes sobre la familia, Estudio nº 2.578.
14
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 15
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
datos, el resto de los aspectos, ya que caen dentro
de la influencia de los tres anteriores. Así, por
ejemplo, los tres que siguen en orden de importancia para la satisfacción personal tras la familia,
forma de vida, vivienda y estilo de vida, caerían en
el polo de influencia de la familia y el tiempo libre,
mientras que, por el contrario, los dos últimos
corresponden a importantes factores en la relación
del individuo con el trabajo y su grado de valoración del mismo.
La confrontación de los datos de las grandes importancias en la vida y los de aquellos
aspectos que producen una satisfacción real
constituye un buen indicador de las tensiones
que se producirán en la vida cotidiana entre los
aspectos implicados en la conciliación, ya que
muestran la descompensación que existe entre
unos y otros. No muestra, sin embargo, las razones
ni de la satisfacción ni de la insatisfacción, ni el
significado otorgado a cada factor, una clave fundamental para entender la satisfacción que proporciona a la vida de los individuos, como tampoco
muestra las tensiones existentes ni dentro de cada
aspecto concreto ni entre ellos. Queda, por lo tanto,
mucho camino que recorrer.
1.2. Evoluciones desencontradas
No resulta extraño encontrar que aún muchos
se pregunten por el origen del problema de la con-
ciliación entre unas esferas que, en el pasado siglo,
no parecían requerir mayor atención. Los datos del
anterior apartado nos han proporcionado ya unas
cuantas claves interpretativas pero, como cartografías actuales del terreno, sólo sirven como coordenadas de situación, y no explican las diferentes trayectorias de cada uno de los elementos. Para
comprender mejor el problema será necesario, por
lo tanto, ahondar en los cambios acaecidos en el
seno de la institución familiar, el trabajo y el ocio,
fundamentalmente en los significados concretos
que éstos han tenido, que han dejado de tener y
aquellos nuevos que han ido adquiriendo para los
españoles y que, en el caso concreto que nos atañe,
nos permite referirnos a una historia de evoluciones desencontradas.
1.2.1. La familia
Hace ya cuarenta años la rebelde generación
del 68 proclamó la muerte de Dios, de Marx y de la
familia (“Dios ha muerto, Marx ha muerto, la familia
ha muerto” era el lema). Atendiendo a los datos
disponibles es posible que los dos primeros no
gocen de muy buena salud en nuestra sociedad
actual pero, como ya se deja intuir de los anteriores
datos, difícilmente puede afirmarse lo mismo de la
institución familiar.
Como es sabido, la familia tradicional nuclear
contribuía a la satisfacción de necesidades básicas
del individuo, sobre ella recaían funciones como la
15
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 16
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
educativa, la reproductiva, la social, la sanitaria, etc.
Con el desarrollo social, el Estado y la comunidad
van asumiendo algunas de estas funciones que
antes correspondían a la familia, por lo que ésta,
cada vez más, se ve liberada de responsabilidades
a las que antes tenía que hacer frente y se concentra en dos funciones en las que es prácticamente
insustituible: la socialización primaria de los niños y
la estabilización psicológico-afectiva de los adultos.
Por su parte, la industrialización, la urbanización, la tercialización y la emergencia de los Estados
de bienestar por un lado y, por otro, el aumento de la
libertad individual, así como la pérdida de importancia de las ataduras tradicionales con respecto a instituciones normativas y comunidades locales, han traído consigo rápidos cambios en esta institución. En
España, éstos han sido tan compulsivos y acelerados que no se puede hablar, como es el caso de
otros países europeos, de evolución, aunque sea
acelerada, sino de revolución familiar, ya que se
realizaron diez o quince años de retraso con respecto al resto de países europeos y mayor velocidad. Estos cambios abarcan un amplio abanico de
transformaciones, entre las que se pueden incluir los
cambios en las pautas de empleo de los miembros
de la familia y en la economía doméstica, en la división del trabajo doméstico, extradoméstico y en el
trabajo de crianza de los hijos, la biografía familiar, la
participación de sus miembros en el sistema educa-
16
tivo o las expectativas y normas familiares. Estos
cambios, a su vez, produjeron importantes alteraciones en el calendario y en las pautas demográficas
que, a su vez, han servido para afianzar y permitir un
nuevo empuje de los anteriores. Brevemente, se pueden destacar los siguientes (JURADO: 2005, 55):
Acontecimientos de la edad juvenil que
se han pospuesto: el momento de la
emancipación familiar, de la entrada en la
primera unión, del primer matrimonio y de
la paternidad o maternidad.
Acontecimientos que ocurren con
menos frecuencia y otros más a menudo: han aumentado los hogares en los que
trabaja la madre y los hogares no compuestos por una familia, ha disminuido la
propensión al matrimonio, ha aumentado
el número de divorcios, de parejas de
hecho y de parejas sin niños, ha disminuido el número de niños que tienen las mujeres, pero ha aumentado el número de niños
que se tienen fuera del matrimonio.
Se han debilitado las asociaciones entre
los diferentes acontecimientos: la emancipación familiar y el emparejamiento están
unidos por lazos más débiles, así como la
unión y la paternidad o maternidad.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 17
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En España, sin embargo, esta revolución
familiar y su reflejo en las pautas demográficas,
conocida como segunda transición demográfica,
presentan sus propias historias de desarrollo
encontrado, de tensiones y desajustes internos
que, en gran medida, pueden ser considerados
como la piedra angular del problema de la conciliación y de los que ahora sólo planteamos, por
tratarse de uno de los ejes transversales del desarrollo de este trabajo. Según la tesis de las dos
velocidades, tanto la rapidez de los cambios
como el peso y el arraigo de la tradición han producido un cambio familiar de dos velocidades y,
en consecuencia, un profundo desajuste que
encontraremos permanentemente en el corazón
del problema de la conciliación familiar, laboral y
personal:
Cambios rápidos, de los que puede
decirse que ya están relativamente bien
asentados, como la expansión educativa, el
empleo de las mujeres, la caída de la
fecundidad, la privatización de las normas
familiares, la democratización de las normas y las relaciones, emancipación de las
personas mayores, etc.
Cambios lentos, en la difusión de las
uniones de hecho y de hogares unipersonales entre la juventud, en el cambio de
mentalidades y estereotipos con respecto a la mujer, la división por género del
trabajo doméstico y de la crianza de los
hijos, en las políticas tanto públicas
como privadas para la conciliación del
trabajo remunerado y la vida familiar o
las políticas de apoyo a la emancipación
juvenil.
Este desajuste, y esto es quizás lo que hace
más dramática la situación, late en lo más profundo de la que es la institución más valorada y necesitada tanto de adultos como de jóvenes. Este
apego renovado a la institución familiar tiene
su explicación en la desertización institucional, el desapego y desconfianza tanto frente a
las instituciones como frente a formas sociales más amplias y, en contrapartida, la necesidad de un nicho sólido, fuerte y fiable que sostenga y dé protección a los individuos, algo
que encontrarán tanto en la familia como en el
grupo de amigos que, como se vio, estaban a la
cabeza de las grandes importancias. El caso de
los jóvenes es, en este sentido, paradigmático, al
aumentar de forma espectacular en los últimos
años el porcentaje de jóvenes “recelosos” sociales frente al de “confiados” (REQUENA: 1994). En
2003 ya era un 53% de los jóvenes los que hacían propia la frase “es mejor no confiar demasiado en la gente” (CANTERAS MURILLO: 2003, 83).
17
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 18
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Además, ni confían ni, coherentemente, toman
parte en la vida institucional: en 2005, solamente
cinco de las dieciséis instituciones propuestas
para evaluación a los jóvenes en España aprueban en el grado de confianza depositado en ellas,
quedando incluso ocho por debajo del 40%, lo
que claramente puede verse reflejado en los
datos relativos al índice de participación en la
gran mayoría de los movimientos sociales
(GONZÁLEZ-ANLEO SANCHEZ: 2006).
Este efecto de alejamiento y desconfianza
sociales tiene como contrapartida un fortalecimiento
tanto de la institución familiar como del otro grupo
primario por excelencia, el grupo de amigos, en una
estrategia de enroque social que claramente se refleja en los datos ofrecidos en el anterior apartado sobre
grandes importancias de la vida. Otros datos apuntalan la conclusión de fortalecimiento y enroque:
18
El 83% de los españoles consideraría una
buena noticia el que se diera más importancia a la vida familiar.
Un 94% estarían dispuestos a hacer algo
real por mejorar las condiciones de su
familia.
El 89% de las mujeres españolas expresan
su acuerdo con que en el futuro se le diera
mayor importancia a la vida familiar (CIS:
2006b).
1.2.2. Dialéctica trabajo-ocio e inversión de valores
entre el capitalismo de producción y el de consumo
La ética del trabajo duro y del esfuerzo, así
como la de la inversión, es uno de los factores más
importantes para la comprensión del surgimiento
del capitalismo en su primera forma. Max Weber,
en su estudio sobre los orígenes del capitalismo,
pone el énfasis en la relación de la ética protestante del trabajo como uno de los pilares que explicaría la emergencia del nuevo sistema económico. Si
el comportamiento humano más habitual es conseguir el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo,
desapareciendo los alicientes para seguir trabajando al conseguir el suficiente dinero para poder
vivir, la ética protestante hace salir de los conventos (en los que los monjes trabajaban no por un
salario, sino para gloria de Dios) la moral del trabajo y del sacrificio, no entendidos como un medio
para conseguir fines económicos o de estatus, sino
como un fin en sí mismo (WEBER: 1969).
Por su parte, el fenómeno del ocio surge
con gran fuerza a partir de la revolución industrial, y más concretamente desde el nacimiento
de la sociedad de consumo a mediados del siglo
XX, cuando tanto la distribución como la estructura y organización del trabajo posibilitan la extensión cuantitativa del tiempo libre y la reaparición
del concepto de ocio como tiempo liberador en
el que se puede desarrollar el individuo.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 19
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Reaparición, porque fueron ya los griegos los
primeros en formular una concepción del ocio
realmente desarrollada y consciente. Así, el término skolé ‘parar’ o ‘cesar’) terminaría adquiriendo el significado que le otorgaba Aristóteles de
estar desocupado, de tener tiempo para uno
mismo, para el placer y la felicidad personal. En
el siglo XVII, frente al caballeresco, ostentador y
exhibicionista, surgirá un nuevo concepto de
ocio, vigente en ciertos sectores de la sociedad
aún hasta nuestros días. Con la ascendiente burguesía y con el puritanismo inglés como su máxima expresión, el trabajo se convierte en el valor
supremo y el ocio, como su antítesis, en fuente de
todos vicios por excelencia. Esta aversión se
refleja perfectamente en el refranero popular,
como muestran los siguientes ejemplos (TRILLA
BERNET: 1999):
“A tu hijo dale oficio; que el ocio
es padre del vicio.
Mocedad ociosa tiene vejez vergonzosa.
La ociosidad es madre de todos los vicios.
El ocio abre la puerta y el vicio entra.
La carne ociosa siempre es lujuriosa.
Ociosos mozos y ociosas mozas, no aumentan
hacienda y causan deshonra”.
Frente a esta concepción (muy útil aún
hoy en día para comprender fenómenos como
el propio recelo y preocupación del mundo
adulto frente al ocio juvenil), nace y se extiende como la pólvora en los últimos decenios la
idea del ocio no sólo como antítesis del trabajo, sino también como su antídoto, como compensación e incluso razón de ser del tiempo de
trabajo típicamente fordista y taylorista: fragmentario, insignificante y escasamente gratificante. En consecuencia, mientras el tiempo de
trabajo comienza a ser vivido como un tiempo
ajeno, “sacrificado”, el ocio lo es como propio,
como tiempo “ganado”. Con la aparición de la
sociedad de consumo y la nueva ética consumista, la fun morality termina de legitimar el nuevo
papel del ocio tanto en la vida individual como
colectiva, desbancando a la moralidad puritana
de sacrificio y renuncia a la gratificación y el placer, y ensalzándolo como tiempo de autorrealización y disfrute por excelencia.
Una primera ojeada a las características
que son consideradas importantes por los españoles en sus trabajos permite ya una cierta jerarquía de valores laborales. Como se observa en el
Gráfico 3, el factor más valorado en el trabajo es
la seguridad del empleo, al que otorgan “mucha
importancia” nada menos que las tres cuartas
partes de la población y “bastante” casi el resto.
Justamente detrás de la seguridad, aunque con
un considerable descenso de aquellos que lo
19
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 20
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
CIS (2005): barómetro mayo, estudio 2.607.
20
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 21
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
consideran algo muy importante, se coloca el
salario, la cercanía al domicilio, horario flexible,
posibilidad de ascenso, que sea interesante y
creativo y la relación con la gente. En las últimas
posiciones se encuentran los factores “pocas
horas de trabajo” y “poco trabajo”.
El análisis pormenorizado de las motivaciones laborales de los españoles, realizado en el
marco de la Encuesta Europea de Valores, nos
permite agrupar los diferentes elementos en cuatro grandes ejes: valores de desarrollo personal,
sociales, de seguridad económica y lúdicos.
Atendiendo a los datos recogidos en el último
año de realización de la encuesta, se pone de
relieve que (AYERBE: 2000):
Los valores de seguridad económica son
los que más importancia tienen en el trabajo para los españoles (71%), es decir, lo
que se busca ante todo en un trabajo, lo
que se pide de él, es ante todo que aporte
ingresos, que ofrezca seguridad y buenas
condiciones laborales. Aquí no se presentan diferencias con años anteriores,
pudiéndose afirmar que se trata de un
valor de gran estabilidad, no sujeto, como
probablemente es el caso de otros valores
a una mayor o menor estabilidad del mercado laboral o de la economía.
Donde sí se nota una gran diferencia en
10 años, en contraste con la importancia
que adquiere el trabajo frente al ocio, son
los valores lúdicos dentro o a través del
trabajo. Del trabajo se pide, cada vez con
más intensidad, que ofrezca fines de
semana completos, vacaciones lo más
largas posibles, horarios cómodos y una
jornada de corta duración. En este valor
sí puede detectarse, más probablemente
que en ninguno de los demás, una fuerte
dependencia del momento concreto, de
las condiciones socioeconómicas y laborales del país.
Los valores sociales, es decir, que sea útil
a la sociedad, que esté bien considerado,
que permita el trato con la gente o tener
compañeros agradables, se mantienen,
bajamente estables, en torno al 45%, en
contraste con lo anteriormente dicho, percibiéndose apenas en 10 años un aumento
de los que se refieren al desarrollo personal, la posibilidad de tomar la iniciativa, la
responsabilidad otorgada, el logro, la promoción, etc., que para 1999 se sitúan en un
54,1%, mostrando un aumento constante.
Contemplando ambos gráficos, puede apreciarse, por lo tanto, que el trabajo ha dejado de
21
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 22
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: AYERBE, M. (2000): El trabajo.
22
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 23
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ser un valor en sí y por sí mismo, siendo actualmente sobre todo un medio para conseguir una
seguridad económica que permita desarrollar
y desarrollarse en otras dimensiones vitales. El
trabajo tiene, en este sentido, una gran importancia, pero antes que nada para poder alcanzar
otros fines más apreciados en sí mismos, como
la familia y el ocio, dimensiones en las que el
individuo sí estima poder poner en juego tanto
sus valores sociales como su desarrollo personal. Tener poco trabajo o pocas horas de trabajo,
pudiendo ser un objetivo muy buscado en la práctica cotidiana no es, como se observa en el Gráfico
3, una de las prioridades fundamentales. Sí lo son,
sin embargo, los factores que permiten una mayor
cercanía al entorno familiar y personal, aquellos
que, de alguna forma, pueden garantizar la mínima
intromisión en estas esferas, como la flexibilidad
en los horarios y la cercanía al hogar. El trabajo, en
conclusión, se acepta y valora, fundamentalmente,
en función de lo que es capaz de contribuir en el
resto de dimensiones.
¿Y el ocio? En nuestras sociedades, el ocio es
considerado como uno de los elementos centrales
a la hora de definir la calidad de vida, fundamental
para la satisfacción de las dimensiones sociales
hasta el punto de ser reconocido en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948, además de en numerosas constituciones nacionales.
Clásicamente se entiende por ocio aquel tiempo
libre que resta tanto del tiempo de trabajo como de
la satisfacción de necesidades básicas. Dumazedier
propone una serie de características fundamentales para delimitar este concepto. El ocio, según
este autor, se define como el resultado de una
opción libre, no impuesta ni por elementos laborales ni por condicionantes biológicos, siendo, por el
contrario, un tiempo caracterizado por la búsqueda
de satisfacción en y por sí mismo, por lo que no
puede estar regido por ningún fin material o social
ni por un interés concreto, laboral, académico,
comercial o ideológico (DUMAZEDIER: 1974). El
ocio, por lo tanto, es un tiempo informal enmarcado
dentro del tiempo libre disponible, pero que se
distingue de éste por estar inserto en un clima de
libertad que rompe con los comportamientos institucionales, formales o autoimpuestos.
Hoy en día no puede entenderse el ocio
como un privilegio social reservado a unos pocos,
sino como un fenómeno social universal, por encima de diferencias culturales, de clase o edad.
Ahora bien, elevar el ocio al grado de eje vertebrador de la actual fase de nuestra civilización,
como propone el propio Dumazedier, implica
mucho más que su democratización. Supone aceptar, además, que éste ya no se define como una
simple opción personal, pasando a ser un hecho
social de fundamental importancia en la organiza-
23
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 24
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2005): barómetro de mayo, estudio 2.607.
24
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:03
Página 25
FAMILIA, TRABAJO Y OCIO COMO VALORES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ción de la vida cotidiana de los individuos, en su
forma de planificar sus vidas, sus ilusiones, sus
momentos de autorrealización y sus proyectos
personales.
En términos generales, los españoles declaran estar bastante satisfechos con el tiempo del
que disponen para diferentes actividades como
estar con la familia, leer, escuchar música, pasear, caminar, estar con los amigos, etc. Sin embargo, y pese a que se ha producido una nada despreciable reducción de horas de trabajo en los
últimos años, como pone de manifiesto los datos
ofrecidos por la OCDE (buscar: Employment
Outlook, anexo estadístico), la proporción de
insatisfechos con el tiempo libre del que disponen oscila entre un 30%, para el caso concreto
del tiempo compartido con la familia y un 40%
para la asistencia a actos culturales, conciertos,
cine, teatro, etc. Estos datos subrayan, asimismo,
el hecho de que la satisfacción personal con el
tiempo libre para las diferentes actividades no
depende tanto del tiempo disponible en sí, como
del necesario proceso personal de balance y eliminación de actividades. Se pone de manifiesto,
así, que este tiempo disponible se invierte en
aquello que más se valora, lo absolutamente fundamental, como la familia y los amigos, o en
aquellas actividades cuya realización no implica
mayor tiempo añadido fuera del hogar o del
entorno próximo al hogar y desplazamientos,
como leer, escuchar música o pasear (siendo
éstas probablemente, además, actividades realizadas con la familia o los amigos), mientras que
otras actividades también muy valoradas (ya que
de no ser así no se expresaría esa falta de tiempo
para ellas), como el deporte o las actividades culturales, han de ser dejadas de lado.
25
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 26
2
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 27
2. Mujeres
en la encrucijada:
conflicto entre
nuevos roles
laborales y viejos
roles familiares
2.1. El nuevo rol laboral femenino
La actual generación de mujeres trabajadoras
en España se ve a sí misma como una generación
intermedia, o “sandwich”,“entre un pasado representado por sus madres y un futuro en el que la nueva
posición de las mujeres en la sociedad habrá sido
asumida con normalidad. Ellas son en muchos de sus
comportamientos (estudiar, trabajar, separarse) las
primeras en hacerlo, lo cual tiene un coste tanto en
aceptación social como en soluciones prácticas a
nuevas necesidades” (TOBÍO: 2005, 82). Se pasa, de
esta forma, a lo que Lamphere denominaba a mediados de los años ochenta el paso de una fuerza de trabajo formada predominantemente por hijas trabajadoras a otra que incluye una proporción sustancial de
1
madres trabajadoras . Probablemente ésta es una de
las realidades más significativas en relación tanto a la
concepción que existe actualmente en la sociedad
sobre el término conciliación, como de la capacidad
1
que existe de traducir este término en políticas y
prácticas consistentes y equitativas. En este sentido,
las madres de la generación “sandwich” trasmiten a
sus hijas la idea central de que lo principal, lo básico,
es su propia autonomía individual (ibídem). Por otro
lado, indica que las ideas existentes sobre la conciliación hunden sus raíces en una historia muy
reciente (quizá demasiado) de desigualdad laboral entre hombres y mujeres que es necesario
tener muy en cuenta.
2.1.1. Breve historia y situación actual de la mujer
en el mercado de trabajo
“Mientras que la participación de la mujer en
la fuerza de trabajo”, escribe Shirley Dex, “se ha
producido de forma gradual, el reconocimiento de
las mujeres como empleadas o trabajadoras se ha
producido de una forma repentina” (DEX: 1985,
11). Abordar ambos cambios en nuestro país obliga a situarnos en el siglo XX. La situación de la
mujer muy al principio del recientemente pasado
siglo poco se diferenciaba de la que presentaba a
mediados del siglo XIX, ya que las ideas de “liberación de la mujer”, ya presentes en países como
Francia o Italia, no encuentran suelo fértil en el que
asentarse en nuestro país. La política, por ejemplo,
se mostraba muy reticente a la entrada de la mujer
en el terreno laboral.
Citado por Comas D’Argemir, 1995, 83 y ss.
27
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 28
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Los años 40 y 50 se convertirán en lo que Gil
Galván (2005, 42 y ss.) considera los años “más
oscuros y deprimentes” para las mujeres en la historia contemporánea de España. Se derogan, a partir de 1938, varias de las leyes aprobadas en la
República: la del Divorcio, la Ley de Matrimonios
Civiles y la despenalización del aborto. Además se
aprueba un Decreto en el que el nuevo estado trataría de que la mujer dedicase su atención al
hogar, separándola de los puestos de trabajo, no
solamente de la fábrica, sino también de puestos
de trabajo prestigiosos y lucrativos. Así, a lo largo
de los años cuarenta comienzan a cerrarse a las
mujeres puestos como Abogado del Estado,
Agente de Cambio y Bolsa, Fiscal, Juez, etc. La
Sección Femenina de la Falange, instrumento político para organizar a las mujeres y transmitirles el
pensamiento y los valores del nuevo Estado, alentaba por aquellos años por todos los medios una
férrea diferenciación en los papeles masculino y
femenino en el seno de la sociedad.Ya desde el 28
de diciembre de 1939 se había hecho obligatoria,
por decreto y para todas las mujeres jóvenes españolas, el aprendizaje de disciplinas del hogar. A
partir de 1941 esta tarea fue encomendada a la
Sección Femenina, que a partir de 1941 comenzaría
a impartirlas en primaria y secundaria. En 1944 se
extiende a la Universidad, y en 1950 llega hasta las
escuelas de magisterio.
28
A pesar de todo, hubo mujeres que decidieron trabajar fuera de casa. De 1940 a 1965 el
trabajo femenino extrafamiliar salta del 8 al 17%,
ya que un buen número de ellas lo necesitaba
porque en casa no llegaba el dinero. Esta situación tiene como consecuencia la ley de
“Derechos políticos, profesionales y de trabajo
de la mujer”, por la que se vuelve a reconocer a
la mujer el derecho a ser notario, registrador de
la propiedad y diplomático, así como la igualdad
de salario. Estos años, subraya Comas Dárgemir,
dejarán una huella muy profunda en la forma en
que desde el término de la dictadura hasta nuestros días se concibe en la sociedad española
tanto el tema de la mujer y el trabajo como el de
la propia conciliación: “Somos herederos”, concluye la autora, “de las imágenes femeninas elaboradas durante el franquismo, en el que se vinculaba a las mujeres con la domesticidad”,
(COMAS DÁRGEMIR: 1995, 80).
Con la transición a un sistema democrático se
inicia una nueva etapa para las mujeres. Gran cantidad de movimientos en pro de los derechos de las
mujeres abandonan la clandestinidad y comienzan a
definirse y a actuar de acuerdo con sus propios
planteamientos. Por estos años, la participación activa de la mujer se situaba en el 25%, y la crisis económica hacía difícil una rápida nivelación de estas
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 29
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
Fuente: CIS
29
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 30
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
cifras. En 1976 se ratificaría la ley de relaciones
laborales, en la que se promulga el principio “a trabajo igual, salario igual”. Sin embargo, todos estos
planteamientos tendrán que esperar a la década de
los años sesenta para ponerse en marcha. Durante
esta década, España asiste a una tendencia creciente de participación de las mujeres en la actividad
retribuida, que vendrá a intensificarse a partir de los
años 70, con un periodo de estancamiento entre
1976 y 1986. En el periodo 1986-1990 el porcentaje
de paro se concentra mayoritariamente entre las
mujeres, especialmente en el tramo de los 16 a los
24 años. Respecto a los años transcurridos entre
1996 y el 2000, encontramos diferencias que claramente favorecen a las mujeres. Las de 16 a 19 años y
aquellas con edad superior a los 55 años presentan
un índice de paro inferior al de los varones. Sin
embargo, para aquellas que tienen de 20 a 24 años
el porcentaje de paro supera al de estos.
Por último, en el periodo comprendido entre
2001 y 2004, la tasa de paro femenina experimenta
un descenso respecto al anterior periodo. Las tasas
de actividad difieren mucho según los tramos de
edad, alcanzando el porcentaje más alto en la franja que va desde los 25 a los 54 años para el periodo 1986-2003. En segunda posición quedarían las
que tienen entre 20 y 24 años. Los grupos femeninos comprendidos entre los 16 y los 19 años y los
de más de 55 son aquellos para los que se detectan
30
los mínimos cambios para este periodo en lo referente a las tasas de empleo. Las diferencias en la
evolución de estas tasas en los diferentes países de
la Unión Europea han sido muy significativas. Para
el año 2002, las tasas de actividad femenina
más bajas se dan en los países mediterráneos,
siendo máxima la diferencia entre las tasas de
actividad de hombres y mujeres en España. Por
el contrario, los países nórdicos son los que presentan las tasas de actividad femenina más elevada y más igualada entre hombres y mujeres.
Por lo que se refiere a la frecuencia del empleo
a tiempo parcial, las diferencias entre hombres y
mujeres se agudizan más aún. Hay que tener en
cuenta en este sentido, como subrayan Eileen Drew,
Ruth Emerek y Evelyn Mahon, que la evolución del
empleo femenino está estrechamente unida al trabajo a tiempo parcial y a la necesidad de un tiempo de
trabajo flexible y que esta estrategia hunde sus raíces en la tradición, la cultura y las normas vigentes
en las diferentes sociedades (DREW, EMEREK,
MAHON: 1998, 91 y s.). En términos de media en la
Unión Europea, la frecuencia del empleo a tiempo
parcial en las mujeres se eleva al 25,2% frente a tan
sólo el 5,6% en el caso de los hombres, es decir, 19,6
puntos porcentuales más. Esta diferencia se produce
de manera generalizada en todos los países de la
Unión Europea, llegando a ser de más de 44 puntos
porcentuales en los Países Bajos. En el caso de
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 31
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
España, por su parte, la diferencia es de casi 14 puntos, situándose en el 16,6% en las mujeres y el 27,7%
en los hombres.“Estas diferencias” concluyen López
y Valiño su análisis de la evolución del tiempo parcial
en Europa, “muestran claramente que el empleo a
tiempo parcial está dirigido de forma mayoritaria a
las mujeres, pudiéndose entender que en unos casos
es un magnífico instrumento de reducción de la jornada de trabajo para poder permitir una mejor conciliación de la vida familiar y laboral, mientras que
en otros es tan sólo una forma de discriminación
laboral más hacia las mujeres” (LÓPEZ LÓPEZ;
VALIÑO CASTRO: 2004, 49).
En estos últimos años se mantiene una cierta tradición en la división de roles sexuales en el
empleo. La distribución por sectores y ramas de
actividad muestran distintas tendencias en la
elección ocupacional para uno y otro género. La
población ocupada femenina se concentra de
forma acusada en el sector servicios, especialmente en la educación y la investigación, la sanidad, los servicios personales y domésticos. El
segundo sector en importancia desde el punto de
vista del empleo femenino es el agrícola, especialmente en Andalucía, con un 25% de ocupación femenina. El resto de los sectores, como el
industrial o el financiero, muestra una escasa participación de este segmento de la población.
En la evolución de los últimos años también
destaca, por último, la equiparación gradual de
los salarios percibidos por los hombres y las
mujeres. Sin embargo, en el transcurso de los últimos 15 años la tasa entre el salario bruto de la
mujer y del hombre solamente ha aumentado de
un 75,5% a un 79, 6%. Esta lenta evolución, unida
a los datos expuestos anteriormente, hacen esperar una lenta, pero constante, equiparación entre
hombres y mujeres en la escena laboral.
2.1.2. Conciencia social de la desigualdad,
actitudes y estereotipos ante el trabajo femenino
Aunque, como se acaba de ver, se ha
recorrido un largo camino en la igualación
de los hombres y las mujeres en el terreno
laboral, aún queda, casi a finales de la primera década del siglo XXI, un buen trecho
por recorrer en este sentido: hablar con propiedad de igualdad parece aún algo precipitado. Aunque resulta difícil, y no carece de cierto riesgo, tratar de establecer empíricamente
una relación causal entre estereotipos de género y una desigualdad que se resiste a desaparecer, diferentes investigaciones ponen de relieve
la persistencia de estos, tanto en el marco social
más amplio como en el ámbito concreto del trabajo, de los valores y las actitudes hacia la mujer
en el trabajo.
31
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 32
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2006): Barómetro de marzo, estudio 2.636.
32
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 33
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
¿Es consciente la sociedad española actual
de la desigualdad entre hombres y mujeres? Y en
el caso de serlo, ¿en qué medida lo es y hasta qué
punto estima deseable alcanzar la igualdad? En
términos generales, puede afirmarse que la gran
mayoría de la población es consciente de la desigualdad como un problema actual en numerosos ámbitos de la vida cotidiana, así como que
la gran mayoría se declara partidaria de conseguir la igualdad, estimándola un bien social
con amplios efectos positivos. Concretamente, en
una encuesta realizada por el CIS en el año 2006, el
60% se declara “muy a favor” y el 34% “bastante a
favor” de la igualdad entre hombres y mujeres, lo
que en conjunto suma un total del 94%, frente a
menos de un 6% que manifiesta un abierto rechazo
(CIS: 2006). Como puede apreciarse en el Gráfico
7, alcanzar la plena igualdad es considerado deseable tanto para mejorar la cohesión social, fortaleciendo así las bases de una sociedad más justa
(89,9% de la población se declara muy o bastante
de acuerdo con esta afirmación), mejorando la calidad de las relaciones humanas (90,3%) y facilitando el desarrollo personal tanto de hombres como
de mujeres (90,9%).
Aún sin ser el único, el ámbito laboral es,
junto aquellos aspectos directamente relacionados con él, aquel en el que con mayor fuerza se
detecta una conciencia social de las desigualda-
des entre hombres y mujeres, con la única excepción del acceso a la educación, para el que mayoritariamente se considera que se han alcanzado
altas cotas de igualdad entre géneros. Por el contrario (Gráfico 8):
el 79,7% de los españoles afirma percibir
una situación desfavorable para la mujeres en el terreno salarial,
el 77,8% en las posibilidades de las que
disponen para compaginar la vida laboral y familiar,
el 72,1% en las de acceso a puestos de
responsabilidad en la empresa,
el 65,8% en las perspectivas de promoción profesional,
el 61,2% en las oportunidades para
encontrar un empleo y
el 59,1% en la estabilidad en el puesto de
trabajo.
Estos datos nos dan una idea bastante clara
de la percepción social que existe actualmente
en España sobre la desigualdad de género,
poniendo asimismo en evidencia lo poco que
ésta se aparta de la situación objetiva descrita en
33
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 34
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2006): Barómetro de marzo, estudio 2.636.
34
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 35
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
el anterior apartado. Ahora bien, si por un lado la
gran mayoría de la población se declara consciente de la problemática en sus diferentes
dimensiones y afirma, por otro lado, la necesidad
de una progresiva igualación de las condiciones
entre hombres y mujeres en el terreno laboral, la
pregunta es evidente: ¿Qué sigue fallando?.
Para contestar esta pregunta se hace necesario
plantearse la posibilidad, apuntada ya en el primer
apartado de este trabajo, bien de un doble discurso
en torno a la mujer y la igualdad de ésta en la sociedad, bien de diferentes niveles de concreción en el
discurso colectivo. Así, los anteriores datos darían fe
de las actitudes que se mantienen en un nivel más
superficial, en el que prima lo políticamente correcto, no dando cuenta, sin embargo, de valores y estereotipos más arraigados a la mentalidad colectiva y
que, en consecuencia, regirían con mayor fuerza en
la actuación cotidiana. Estos últimos, por descontado,
difícilmente aparecerán plasmados en las encuestas,
a menos que se traten de detectar a través de preguntas menos directas que las anteriores. Dos datos
pertenecientes al anterior estudio del CIS apuntan
ya en la dirección de una posible discrepancia entre
diferentes niveles discursivos (CIS: 2006): el 29,3%
de la población, casi la tercera parte, declara su
conformidad con la afirmación de que “cuando
los puestos de trabajo escasean, los hombres tienen más derecho que las mujeres a un puesto de
trabajo” y el 40,6% apoya la opinión de que “la
igualdad de las mujeres en el mundo laboral
depende más de ellas que de cualquier ley”.
Un análisis más detallado de los principales
frenos de la mujer en el terreno laboral permite
establecer con mayor precisión la relación existente entre el fértil terreno de los estereotipos y
los prejuicios de género y la desigualdad laboral,
así como determinar hasta qué punto se ajustan a
la realidad las anteriores actitudes declaradas de
los españoles ante esta última. María Rosario Gil
Galván realiza un exhaustivo examen de los diferentes frenos y su relación con los prejuicios
sociales y culturales, de los que aquí exponemos,
resumidamente, aquellos que presentan una relación más claramente directa con el problema que
nos ocupa, a fin de tener un mapa que nos permita, en las próximas páginas, proseguir con el
análisis de las bases sociales y culturales de la
conciliación (GIL GALVÁN: 2005, 85 y ss.):
Duplicidad de roles “doble trabajo” y responsabilidad: la progresiva incorporación
de la mujer al mundo del trabajo no ha traído consigo, o no en el grado necesario, una
disminución de la dedicación de éstas ni al
trabajo doméstico ni al cuidado de los hijos.
Como se analizará con mayor detenimiento
más adelante, esta duplicidad implica un
35
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 36
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
freno en dos sentidos complementarios. Por
un lado, la mujer tiene menos posibilidades
tanto de promoción como de continuar con
una formación paralela a la actividad laboral, ya que en ambos casos es necesario disponer de tiempo extralaboral, del que el
hombre dispone en mayor medida al delegar en la mujer el cuidado del hogar. Por
otro lado, gran parte de la sociedad sigue
manteniendo el prejuicio biologicista, sostenido y fortalecido por la situación actual,
de que es la mujer y no el hombre la que
está llamada (de ahí el origen de la palabra
vocación) a cuidar de los hijos y que, cuando llegue el momento, será llamada por la
naturaleza y, necesariamente, descuidará o
abandonará su trabajo.
36
Dificultades de promoción: el porcentaje
de mujeres directivas en Europa ha
aumentado cinco puntos en la última
década, al pasar de un 20% en 1995 al
25% diez años después, según Eurofound
(Fundación Europea para la Mejora de las
Condiciones de Vida y Trabajo). Los
mayores porcentajes de mujeres en
puestos de supervisión y dirección se
encuentran en los países escandinavos,
los Países Bajos, los del este de Europa,
rozando el 40% en Finlandia y Estonia.
Por el contrario, los países del sur de
Europa y algunos países continentales
tienen la proporción más baja, como en
el caso de Alemania, Italia y España,
donde no se llega al 20%. Las actitudes
sociales y los estereotipos juegan un
papel determinante en esta forma de discriminación hacia la mujer. Por un lado,
como se acaba de ver, las mujeres disponen de menos tiempo que los hombres
para la promoción a consecuencia del
tiempo que han de invertir en el cuidado
del hogar y los hijos. Pero, además, es aquí
de gran importancia tanto la educación
que aún hoy en día siguen recibiendo un
gran número de mujeres, que determina
que han de autolimitarse y aspirar en
menor medida que los hombres a la promoción personal y profesional, como la
pervivencia de estereotipos muy arraigados en el mundo del trabajo, como por
ejemplo que las mujeres son incapaces de
arriesgarse o que no son capaces de asumir responsabilidades. Además, como han
puesto de relieve numerosos estudios cualitativos y cuantitativos, la promoción de
las mujeres sigue dependiendo en gran
medida de su aspecto físico.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 37
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
Segregación ocupacional o laboral:la especialización de las mujeres en la esfera reproductiva es la piedra angular para explicar su
segregación ocupacional. El modelo familiar
dominante, basado en la asignación de las
mujeres al trabajo del hogar y el cuidado de
los hijos, es el factor que explica la segmentación laboral. Como reflejo de esta división
de roles primaria, la gran mayoría de los trabajos están estereotipados como masculinos
o femeninos, dando lugar a una fuerte segregación sexual del mercado laboral, lo cual
afecta a su vez, tanto a la cuestión salarial
como al fortalecimiento de la relación cultural entre género y características psicológicas determinadas.
Inexistencia de un modelo de carrera laboral femenino: la falta de un modelo se sustenta fundamentalmente en dos argumentos:
por un lado, el de que las mujeres en general
no están suficientemente centradas o motivadas en el mundo del trabajo mercantil y, por
otro, el de que la falta de movilidad ocupacional femenina conlleva un interés muy deficiente por la propia carrera laboral.
Pervivencia de mitos sobre las mujeres
trabajadoras en la empresa: además de
los estereotipos y prejuicios ya mencionados, en las empresas sobreviven una
serie de mitos relacionados con su carácter o la esencia de mujer, de gran importancia a la hora de comprender las desigualdades entre hombres y mujeres en
el terreno laboral, como “la mujer es
débil, insegura y asistemática”, “la
mujer no es capaz de tomar decisiones o
no es capaz de hacerlo de forma racional”, “a la mujer le falta carácter y agresividad”. Paradójicamente, como señala la
autora, es bastante evidente que si la mujer
se comporta en sentido inverso al estipulado por estos mitos, mostrándose agresiva,
racional, segura de sí misma, emprendedora
y competitiva, es considerada poco femenina o incluso percibida como una amenaza
potencial para la empresa, encontrándose
por lo tanto con dos mensajes contradictorios:“para ser una buena trabajadora debes
comportarte como un hombre, pero si lo
haces estarás igualmente actuando incorrectamente”, (GIL GALVÁN: 2005, 95).
En contraste con las opiniones relatadas
anteriormente sobre la igualdad de la mujer en la
sociedad, la percepción de los frenos que impiden
a ésta abrirse camino en el mundo laboral, sin lle-
37
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 38
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2006): Barómetro de marzo, estudio 2.636.
38
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 39
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
gar a ser explicados en base a los estereotipos que
acabamos de exponer, no logran alcanzar el pleno
consenso. Así, como se puede ver en el Gráfico 9,
si bien solamente una minoría (aunque alarmantemente significativa, teniendo en cuenta que se trata
de una encuesta) recurre a estereotipos como la
falta de disposición femenina a luchar por tener
una carrera profesional (6,4%), su falta de preparación (5,8%) o de interés (1,9%), apenas algo más
de la mitad de la población, el 53%, opina que disponer de menos tiempo a causa de las cargas familiares es una razón que explica la menor presencia
de las mujeres en los puestos de responsabilidad;
bastante menos de la mitad, el 43,9%, que es debido a un entorno laboral dominado por hombres
que no confían suficientemente en las mujeres; y el
40,1% que se siga dudando de su capacidad para
desempeñar esos puestos.
2.2. Redefinición de los viejos roles
domésticos y resistencia al cambio
Aunque aún se mantienen bastantes mitos,
prejuicios y estereotipos frente al trabajo femenino y a la capacidad o las aptitudes de las mujeres
para el trabajo, el cambio que se ha venido produciendo en los últimos treinta años en este
terreno puede calificarse, sin la menor duda, de
espectacular. Ahora bien, ¿puede decirse de
igual manera que este cambio ha corrido paralelo al acaecido en los hogares?, ¿ha evolucionado
tan deprisa como en el terreno laboral tanto las
prácticas domésticas como las mentalidades
frente a la relación entre la mujer y el hogar?
2.2.1. Prejuicio biologicista y actitudes sociales
ante la repartición de cargas
Hace apenas veinte años, la ideología de la
familia tradicional basada en los roles diferenciales
de género era todavía dominante. A mediados de los
años noventa, por el contrario, las actitudes sociales
hacia el trabajo femenino y hacia la vinculación de la
mujer a la familia y al hogar, así como hacia los
modelos de familia, ya habían cambiado.
Pese a este cambio de mentalidades, todavía puede detectarse el fuerte arraigo que
tiene el prejuicio biologicista en la mentalidad española. Un ejemplo de este arraigo lo
brindan los datos ofrecidos por la Encuesta
Europea de Valores sobre la necesidad de hombres y mujeres de tener hijos para poder realizarse. Tal y como se aprecia en el Gráfico 10, el
34% de los encuestados y encuestadas consideran el tener hijos como condición indispensable
para la realización del hombre, frente a un 44%
que lo considera necesario para la realización de
la mujer, siendo las propias mujeres las que en
mayor grado apoyan esta afirmación y, en consecuencia, una forma de “instinto maternal”. Es de
gran interés aquí, para poder estimar cuál será la
39
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 40
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: ORIZO, A.; ELZO, J. (dir.): España 2000, entre el localismo y la globalidad. La Encuesta Europea de
Valores en su tercera aplicación, 1981-1999, Madrid, SM.
40
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 41
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
evolución en el futuro, volver a tomar en cuenta
las variaciones producidas por la variable edad,
constatando que a medida que disminuye la
edad, va desapareciendo la percepción de una
realización femenina dependiente de los hijos.
Así, frente a un 69% de encuestados y encuestadas de 65 años y más que afirman la necesidad
de tener hijos para la mujer, solamente un 27%
de jóvenes de 18 a 24 años apoyan esta afirmación.
Asimismo, las ideas sobre la igualdad de la
mujer parece haber calado bastante en la mentalidad de los españoles, y de nuevo con especial fuerza entre los más jóvenes, a la hora de
establecer la repartición ideal de roles en el
hogar. Según los datos proporcionados por el CIS
(CIS: 2004), la gran mayoría de la población
(88,4%) manifiesta su acuerdo con la necesidad de
que tanto el hombre como la mujer contribuyan a
los ingresos familiares, así como que contribuyen
al cuidado del hogar y de sus miembros (92,9%).
Entre los más jóvenes, como puede apreciarse en
el Gráfico 11, el 83% apuestan por un hogar ideal
en el que “los dos trabajan y comparten por igual
las tareas del hogar y el cuidado de los hijos”, frente a otras opciones como la de que la madre trabaje menos horas y se ocupe en mayor medida del
hogar (10,3%) o que solamente trabaje el hombre
y la mujer se ocupe del hogar (4,3%), (CIS: 2003).
Sin embargo, ayuda bastante a interpretar
los anteriores datos en su correcta medida, que
una cuarta parte de la población (24,7%) siga
considerando inaceptable que el hombre se
quede en casa y cuide de los hijos mientras la
mujer se va al trabajo. Y es que, probablemente
en capas más profundas del discurso sobre la relación de la madre con el hogar y los niños, el mayor
arraigo del prejuicio biologicista se advierte a la
hora de determinar quién ha de hacerse cargo de
los niños. Diferentes estudios cualitativos han
puesto de relieve “una concepción fuertemente
arraigada de la madre en la que lo biológico
determina una relación especial con los hijos difícilmente asumible por nadie, ni siquiera por el
padre”, (TOBÍO: 2005, 94), que hace inevitable,
como se desprende del estudio dirigido por el
Instituto de la Mujer, que las trabajadoras sigan
asumiendo el tradicional papel de cuidadoras,
“papel que se revela como una actitud constante
de observación, de previsión y planificación, con
independencia del desempeño de un rol paralelo
como trabajadoras en el sistema productivo”, (INSTITUTO DE LA MUJER: 2005, 56). Autores como F.
de Singly consideran que esta diferencia en la percepción del tiempo en relación con las tareas
domésticas por parte de ambos cónyuges constituye el mayor obstáculo para la viabilidad de la
conciliación (no sólo desde un punto de vista personal, sino también institucional).
41
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 42
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS 2003.
42
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 43
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
2.2.2. Impacto de la maternidad en el trabajo
femenino
Frente al sentido igualitario que parece
haber calado en las capas más superficiales de
las opiniones de los españoles, la persistencia
del prejuicio biologicista, latente en las más profundas y arraigadas, junto a los estereotipos
sobre las aptitudes de las mujeres anteriormente
descritos y las tensiones en el mercado laboral,
marcan una diferencia fundamental entre las opiniones y la práctica cotidiana de las parejas. A la
hora de tomar una decisión sobre la táctica a
tomar más conveniente, la pareja es consciente de que se han de hacer sacrificios a nivel
individual en beneficio de una unidad mayor,
la familia, y especialmente de los hijos. Así
opinan casi las tres cuartas partes de la población
(71,4%): “la obligación de los padres es hacer lo
que sea mejor para sus hijos, incluso a costa de su
propio bienestar”, (CIS: 2004). La pregunta que
queda por lo tanto por contestar es: ¿Quién hace,
en el día a día, qué sacrificio?.
Es a la hora de contestar esa pregunta
cuando entra en juego, en primer lugar, el prejuicio biologicista, probablemente no reconocido o tenido en cuenta por la mayor parte de las
parejas hasta ese preciso momento, si atendemos a las opiniones recogidas en el anterior
apartado sobre la repartición ideal de roles.
Pero a la par, en segundo lugar, tiene también
un gran peso la percepción del coste de oportunidad de la pérdida del trabajo de él o el de ella.
Según se recoge en el amplio y detallado Estudio
sobre la conciliación de la vida familiar y la vida
laboral: situación actual, necesidades y demandas
del Instituto de la Mujer, puede encontrarse un
amplio consenso entre los hombres entrevistados
sobre el menor coste de oportunidad del trabajo
femenino, dadas las condiciones de discriminación
laboral, y especialmente salarial, que experimenta,
(INSTITUTO DE LA MUJER: 2005, 93). Finalmente, en
consecuencia, se va a admitir que, cuando hay que
optar por el abandono de la ocupación para concentrarse exclusivamente en la familia, el menor
nivel de retribución de la mujer, las menores posibilidades de promoción o incluso la inestabilidad
que caracteriza sus puestos laborales, se convertirán en argumentos de gran peso que vendrán a
apuntalar la creencia en un instinto maternal natural
e irremplazable. Según el estudio realizado por el
Instituto de la Mujer sobre conciliación familiar, un
42,6% de las mujeres afirman que una de las principales razones por las que abandonan el puesto de
trabajo es el tener hijos, mientas que, en el caso de
los hombres, esta proporción es solamente del
2,3%, (INSTITUTO DE LA MUJER: 2005, 104).
Se constata, así, que en la decisión crucial
de la repartición de roles en beneficio de una
43
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 44
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
entidad superior, la familia, operan los mismos
mecanismos fundamentales que lo hacen a la
hora de aceptar condiciones inaceptables en el
ámbito tanto en beneficio propio como en el de la
familia: el miedo a la exclusión de la movilidad
en la estructura social, proyectada y extendida en
este caso al grupo familiar, (CALLEJO CALLEGO:
2005, 183 y ss.).
Se asumen (o se admiten a regañadientes)
distribuciones perjudiciales de jornada laboral
en función del mantenimiento de un empleo con
derechos y futuro, lo que lleva incluso a favorecer
decisiones como la contratación –con escasos
derechos y sin futuro– de personas para el cuidado de los hijos, aún cuando el coste apenas sea
cubierto por el ingreso de este tipo de empleos,
o, al contrario, se rechazan incompatibles distribuciones de la jornada laboral, saliéndose el
sujeto (mujer, en la mayor parte de las ocasiones)
parcial o relativamente del mercado laboral y la
ocupación (ibídem, 196).
De esta forma, puede comprobarse que,
mientras que la tasa de actividad femenina disminuye a medida que aumenta el número de hijos,
por el contrario la tasa de actividad de los hombres se eleva (Tabla 2). Esto trae consigo una
diferencia entre las tasas de actividad de mujeres
y hombres a medida que el número de hijos
44
aumenta, que alcanza 32,1 puntos porcentuales
en el caso de dos o más hijos. El efecto negativo
que tiene sobre el empleo la maternidad
aumenta a medida que lo hace el número de
hijos. La tasa de empleo de las madres que tienen al menos dos hijos es sistemáticamente
más débil que la de aquellas que no tienen
hijos en todos los países de la Unión Europea,
con solamente dos excepciones: Bélgica y
Suecia.
Una visión más detallada del impacto de la
maternidad sobre la vida laboral femenina nos la
proporciona el Gráfico 12, en el que se exponen
pormenorizadamente las diferentes consecuencias que ha tenido en la vida laboral de las mujeres su maternidad. Lo primero que puede apreciarse en el gráfico es que, sumando los
porcentajes, son muy pocas las mujeres pese a la
variedad de las trayectorias, que no ven afectada
su carrera profesional en un sentido u otro. La
tercera parte de las mujeres se ven repartidas
entre las dos primeras opciones: la estabilización
de su empleo o la interrupción de éste durante
uno o más años. Algo más de la quinta parte o ve
limitadas sus posibilidades de promoción o ha de
reducir su actividad laboral, un 7,3% deja definitivamente de trabajar, un 6,7% acepta un trabajo
por dejado de sus posibilidades y, por último, un
4,8% deja de estudiar antes de lo deseado.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 45
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
Tabla 2
Tasa de actividad de las mujeres y diferencia en el empleo entre
hombres y mujeres según el número de hijos
Sin hijos
Un hijo
Tasa de actividad Diferencia Tasa de actividad
Alemania
Dos y más hijos
Diferencia
Tasa de actividad
Diferencia
77.3
7.2
70.4
21.2
56.3
35.6
Austria
76
10.5
75.6
18.5
65.7
29
Bélgica
65.5
17.4
71.8
23.5
69.3
24.7
Dinamarca
78.5
7.7
88.1
3.5
77.2
12.9
España
54.6
26 (2º)
47.6
44.7 (1º)
43.3
48.6 (2º)
Francia
73.5
9.6
74.1
18.7
58.8
32.9
Grecia
53.1
31.1
53.9
40.3
50.3
45.4
Irlanda
65.8
14.1
51
33.2
40.8
43.2
Italia
52.8
26.2
52.1
40.9
42.4
49.9
Países Bajos
75.3
15.6
69.9
24.3
63.3
30.8
Portugal
72.6
13.4
78.5
16.6
70.3
24.8
Reino Unido
79.9
5.4
72.9
17.1
62.3
28.2
Suecia
81.9
-0.4
80.6
9.8
81.8
9.4
Media UE
70.3
13.7
68.7
23.6
60.4
32.1
Fuente: López López;Valiño Castro 2004, 50.
45
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 46
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2004): Opiniones y actitudes sobre la familia, distribuciones marginales, estudio 2.578,
octubre-noviembre.
46
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 47
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
En estas cifras puede apreciarse ya un
esfuerzo desesperado de las mujeres por no desligarse totalmente del ámbito laboral, aunque
para ello hayan de hacer concesiones inaceptables en otras situaciones y, probablemente, para
sus compañeros masculinos. Los primeros años
de maternidad, por lo tanto, son asumidos por la
mujer como años de sacrificios personales en
ambos frentes, en el familiar y el laboral, aceptados con la esperanza de poder reengancharse
una vez pasado ese tiempo. Se hace lo imposible
por conservar un futuro laboral, pero adaptando
el trabajo a la nueva situación. Así, por ejemplo,
las razones por las que la mujer busca un empleo
comienzan a diferenciarse de las del hombre.
Mientras que las mujeres optan más por trabajos
que les permitan estar cerca de casa y tienen
muy en cuenta que sea compatible con las responsabilidades del hogar (Gráfico 13), los hombres, aunque también en su caso aumente la
importancia que le dan a estos factores, optan
más por cuestiones de “condiciones de trabajo”,
“salario”, etc.
De la misma forma, la maternidad está
igualmente vinculada con mayor número de
mujeres que trabajan a tiempo parcial, al contrario de lo que ocurre en el caso de los hombres.
Así, los datos correspondientes a la media europea, muestran cómo las mujeres ven aumentar su
participación en el trabajo a tiempo parcial de un
18,9% correspondiente a aquellas mujeres que
no tienen hijos a un 28,7% para las que tienen
algún hijo y a un 36,6% para aquellas otras que
tienen dos o más hijos. Por el contrario, estos porcentajes se reducen del 3,5% en el caso de los
hombres sin hijos al 2,6% para aquellos que tienen uno. En el caso de España, sin embargo, “no
se producen unas diferencias tan significativas
porque el empleo a tiempo parcial es menos frecuente en el mercado laboral español que en el
de otros países de nuestro entorno”, (LÓPEZ
LÓPEZ; VALIÑO CASTRO: 2004, 52).
2.2.3. Repartición de las tareas domésticas
El papel de cuidadoras, basado en la creencia profundamente arraigada de la naturaleza
maternal femenina, viene acompañado, en la práctica cotidiana y sin una justificación biologicista
concreta que pueda sostenerla, del cuidado del
hogar y la realización de las tareas domésticas.
Además, si la maternidad (y la paternidad)
siguen siendo consideradas, como se mostró en
el anterior apartado, algo sumamente enriquecedor que no solamente permite la autorrealización de hombres y mujeres, sino que incluso
es considerado por una parte sustancial de unos
y otros como fórmula insustituible de desarrollo personal, la realización de las labores
47
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 48
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: Instituto de la Mujer, 2005, p. 71.
48
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 49
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
domésticas está marcada con el signo opuesto,
siendo considerada socialmente como una
lacra. Estas diferencias, sin duda, convierten esta
parte del contrato entre géneros en el más problemático de la repartición de roles, al atentar directamente contra las creencias y valores de igualdad
entre sexos y al no contar, como en el caso anterior,
de un sostén ideológico tan profundamente arraigado en la mentalidad colectiva.
Entre las madres trabajadoras de hoy, existe un discurso muy negativo sobre el ama de casa
como modelo claramente rechazado. Ni siquiera
en las elaboraciones discursivas más tradicionales aparece una posición beligerante contra el
hecho de que las mujeres trabajen; lo que se dice
es que es bueno o que es mejor para ciertas
mujeres o en ciertas etapas de la vida dedicarse
íntegramente al cuidado de la familia, (TOBÍO:
2005, 47). La investigación de la anterior autora
indica que, en el discurso de las madres trabajadoras existe una especie de límite, un mínimo,
una “cuestión de principio” que es la negativa a
realizar actividades domésticas que se puedan
asociar a lo servil, a la idea de que la mujer es la
sirvienta del marido y de los hijos.
Las cifras relativas a la repartición del trabajo doméstico, ofrecidas por el propio Instituto de
la Mujer no deja lugar a dudas sobre la fuerza con
la que aún está arraigada en la sociedad española esta separación de roles entre hombres y mujeres. Éstos muestran cómo la proporción de tiempo invertida por unas y por otros en las tareas
domésticas, pese a haber confluido levemente
durante los últimos doce años, sigue siendo
muy desproporcionada (Gráfico 14). El aumento
de la dedicación de los hombres al trabajo
doméstico no tiene carácter lineal. Así, entre 1993
y 1996 se produce un aumento destacable pero,
en el siguiente periodo, de 1996 a 2001, el incremento fue sólo de cinco minutos, mientras que el
tiempo dedicado al trabajo remunerado es de 18
minutos, en fuerte contraste con el destacado
aumento que experimenta la dedicación laboral
de las mujeres. Estos datos preconizan un largo
periodo hasta que la distribución de las tareas sea
equilibrada.
El estudio sobre conciliación familiar realizado por el mismo Instituto de la Mujer en el año
2005, nos muestra con mayor detalle la situación
actual, centrándose en las diferentes actividades,
incluido el trabajo remunerado. Como puede
observarse en el Gráfico 15, en la actualidad las
mujeres dedican un 15% menos de su tiempo al
trabajo remunerado que los hombres, mientras
que éstos dedican algo menos de la mitad de
tiempo que invierten ellas en el cuidado de hijos
49
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 50
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: Instituto de la mujer, página web, estadísticas.
50
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 51
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
e hijas menores y en la atención a los mayores,
siendo la madre el principal agente de estas tareas. En el caso del cuidado de los niños, por ejemplo, la participación de la madre es notable,
sobre todo, en el acompañamiento al médico
(que en un 80% es realizado por la madre), en las
reuniones escolares (76,5%), en la atención en
situaciones de enfermedad (72,5%) y en el cuidado de los menores de tres años que no van a la
guardería (71,9%), mientras que la participación
del padre adquiere cierto peso solamente en
actividades más o menos puntuales y, en cualquier caso, menos intensas, como el acompañamiento al colegio (14,9%) y al médico (6,8%), y
casi un 60% menos que las mujeres en las tareas
domésticas, en las que los hombres dedican por
término medio 1 hora y 32 minutos, mientras que
las mujeres dedican 2 horas y media más que los
hombres a su desarrollo. El análisis según la
situación laboral realizado por el estudio permite
observar cómo son las amas de casa las que
dedican, con diferencia, mayor tiempo a las tareas domésticas (una media de 6 horas y 31 minutos) frente a las ocupadas (2 horas y 16 minutos).
Puede constatarse, por lo tanto, cómo es el
campo de las tareas domésticas, precisamente
aquel que goza de menor consenso social a la
hora de ser legitimado como propiamente feme-
nino, el que presenta mayores asimetrías de
género. Más interesante que la distribución del
propio tiempo de dedicación al mantenimiento
del hogar es la ruptura existente entre las opiniones y la práctica. Preguntados los encuestados
sobre si las tareas de mantener económicamente
a las familias y de realizar las tareas del hogar
debían ser, y efectivamente eran, una responsabilidad compartida, las respuestas dejan claro que
“reconociéndose en teoría una responsabilidad
compartida en ambas dimensiones de las relaciones y de la organización de la vida del hogar, en
la práctica se reconoce una amplia distancia con
dicha definición”, (CONDE: 2000, 95). Como pone
de manifiesto este mismo estudio, la poca valoración con la que cuenta este tipo de tareas es uno
de los principales motivos de frustración por
parte de las mujeres, desencadenante de procesos depresivos y de anulación de la propia autoestima. Asimismo, ésta es una de las principales
“razones de fondo que las conducen a querer trabajar fuera del hogar, ya que estas mujeres,
dicen, gozan de mayor consideración social y
familiar”, (CONDE: 2000, 350).
2.2.4. Tácticas para una conciliación desesperada
Queda preguntarse, ante los anteriores
datos, cómo reconcilian las mujeres su vida familiar y laboral en la actual situación. El estudio cualitativo llevado a cabo por Constanza Tobío expo-
51
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 52
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: elaboración propia sobre los datos del INSTITUTO DE LA MUJER: 2005, p. 142-160.
52
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 53
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
ne lo que ella denomina estrategias para compatibilizar su doble actividad (2005: 143 y ss.). Según
esta autora, existen muchos tipos de estrategias
según diferentes criterios: público/privado,
colectivo/individual, social/económico, etc. No
obstante, su análisis de las prácticas operativas de
las madres trabajadoras españolas para compatibilizar su doble actividad revela un criterio de
clasificación que diferencia las estrategias principales y secundarias. Las primeras son aquellas
que son suficientes para hacer lo que la familia
nuclear no puede hacer por sí misma, mientras
que las complementarias, por su lado, son aquellas que, generalmente, no son suficientes para
responder a todos los problemas que el hacer
compatible familia y empleo plantea, pero que,
combinadas con otras, componen una estrategia
global. La autora señala las estrategias más habituales que, dado lo extenso de los capítulos que
dedica a este tema, trataremos de sintetizar aquí
brevemente:
Ayuda de la red familiar: paralelamente
al envejecimiento de la población se ha
producido en España un aumento destacable de la autonomía de los mayores
tanto desde el punto de vista económico
como desde el residencial. Esta creciente
autonomía ha producido el fenómeno, históricamente nuevo en la historia de
España, de que muy pocos de ellos
dependen económicamente de los hijos
(2,7% totalmente y 6,6% en parte).
Aunque esto no quita para que los mayores sigan recibiendo cuidados por parte
de los hijos, aquellos son a su vez muy
importantes como cuidadores. Según la
autora, la generación precedente se
destaca como el principal recurso con
el que cuentan las madres trabajadoras para compatibilizar hoy por hoy la
vida laboral y familiar, más incluso
que la ayuda de su marido o pareja. El
26,7% de las madres opina que lo que
más les ayuda a compaginar trabajo con
hijos es la ayuda de su madre, frente al
24,7% que se decantan por la pareja.
Habitualmente esta ayuda está claramente asociada a la proximidad espacial de
los hijos y nietos. La ayuda de otros
parientes diferentes a los abuelos es
mucho más escasa, y casi inexistente en
el caso de otros parientes masculinos. Los
mayores porcentajes corresponden al cuidado de los niños después del colegio o
de niños en edad preescolar por parte de
parientes femeninos, sin sobrepasar en
ninguno de los casos el 10%.
El retorno al servicio doméstico: el servicio doméstico parecía extinguirse
53
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 54
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
durante los años sesenta y setenta en
nuestro país debido a la modernización
económica y social generalizada y a la
mecanización de muchas de las tareas
del hogar. Durante los años noventa, sin
embargo, se produce un retorno del servicio doméstico debido a las nuevas
demandas asociadas al fuerte aumento
de la actividad laboral femenina, a la
insuficiencia de los recursos colectivos o
públicos para el cuidado de las personas
dependientes y, desde el punto de vista
de la oferta, al cambio de las pautas
migratorias de los países en vías de desarrollo. El Libro Blanco de Delors sobre
crecimiento, competitividad y empleo, de
la comisión de la CEE reconocía estos
“servicios de la vida diaria”, a mediados
ya de los años 90, como una de las cinco
áreas potenciales de creación de empleo
a finales y principios de siglo, (RODRIGUEZ: 1996, 38). Según los datos del
ECFE, el 28% de las madres trabajadoras
españolas tiene algún tipo de ayuda
doméstica remunerada.
54
Integrar a los hombres en las tareas
domésticas: aunque aún queda mucho
para que hombres y mujeres estén en
igualdad de condiciones frente a las labores domésticas, repartir éstas con la pareja sigue siendo un objetivo común de
muchas mujeres, especialmente con el
objetivo de poder conciliar la vida laboral
y la familiar. Sin embargo, como subraya
Tobío, “educar a los maridos implica a la
vez educarse a sí mismas”, ya que, en
muchos casos, el prejuicio está tan presente en la mujer como en el hombre.
Estrategias espaciales y temporales:
las estrategias espaciales tienen como
fin superar la creciente distancia entre
los lugares en los que trascurre la vida
cotidiana de las madres trabajadoras: la
casa, el trabajo, los centros escolares y la
casa de los abuelos. Como ya hemos
visto, muchas mujeres tratan de buscar
un trabajo cercano a estos puntos. El
70% de las entrevistadas con algún hijo
también buscan una guardería cerca de
la vivienda. Por su parte, las estrategias
temporales hacen referencia fundamentalmente al trabajo parcial, que ya hemos
comentado con mayor detenimiento en
anteriores apartados. Cuando el número
de horas de trabajo o su distribución
temporal no se puede elegir, muchas
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 55
MUJERES
EN LA ENCRUCIJADA: CONFLICTO ENTRE NUEVOS ROLES LABORALES Y VIEJOS ROLES FAMILIARES
optan por adaptar el tiempo libre que
deja la actividad laboral para realizar las
tareas domésticas como hacer las camas
(54% de las encuestadas), preparar la
comida (17%), poner la lavadora (15%),
etc. Con frecuencia los sábados y domingos se dedican a la compra semanal,
quinquenal o mensual.
55
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 56
3
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 57
3. Crisis del contrato
entre géneros y
descenso de la natalidad
fiarse el desarrollo personal o los planes de futuro y por la que cada vez se concibe menos el
sacrificio, entendida ésta ya no en términos igualitarios, sino como un handicap para el desarrollo
personal.
La situación actual de tensión entre mentalidades y prácticas, de inestabilidad en el equilibrio entre el trabajo y el hogar, de estrategias
desesperadas y de desigualdades afianzadas por
el peso de una tradición en la que ya pocos están
auténticamente convencidos, pero que sigue dictando, desde la costumbre, ritos cotidianos que
muchas mujeres y muchos hombres sólo en ocasiones terminan de adivinar contradictorios con
su forma de pensar, está contribuyendo como
pocos otros factores a abrir, cada vez de forma
más alarmante, una brecha sin precedentes en el
contrato entre géneros y, como consecuencia más
directa, en el eje mismo de la reproducción
social, la fecundidad. Se cae, de esta forma, en un
círculo vicioso de difícil solución, ya que a medida que se erosiona el contrato entre géneros,
se acrecienta la necesidad de las mujeres de
un trabajo estable, concebido éste ya no solamente como una forma de afianzar la estima
personal y social o como un símbolo de igualdad entre géneros, sino como un seguro ante
una situación que se sabe cada vez más inestable, la familiar, y a la que ya no puede con-
La comprensión equilibrada de este fenómeno, del que en las próximas páginas se tratará de
establecer sus ejes de mayor importancia, ayuda a
entender, además de la profunda revisión a la que
se está sometiendo por parte de la sociedad el
pacto entre géneros (y, junto con él, las reglas tradicionales a las que se somete el orden y el equilibrio familiar), los impactos y las consecuencias
más acuciantes de la falta de un suelo fértil para la
conciliación.
3.1. El pacto entre géneros amenazado:
crisis del modelo tradicional
y nuevos planteamientos
Los conflictos derivados de las tensiones
surgidas tanto en el seno del propio ámbito laboral como de las dificultades para conciliar éste
con la vida familiar repercuten directamente en
la esfera privada, sufriendo ésta no solamente
los desajustes temporales producidos en la esfera pública, sino también absorbiendo los conflictos y las pequeñas rupturas cotidianas producidas en este ámbito, (CALLEJO GALLEGO: 2005,
178). Como es evidente, esta situación desembo-
57
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 58
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: Gómez López-Egea: 2004: 114.
58
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 59
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
ca en un proceso de paulatino desgaste de la
relación de pareja, repercutiendo tanto en la
convivencia entre los miembros de la misma
como en la relación con los hijos, lo que en ocasiones desemboca en la desestucturación familiar e incluso la ruptura.
Como afirma Gómez López-Egea, “el
número de divorcios por cien matrimonios ha ido
aumentando prácticamente en paralelo con la
tasa de actividad femenina”, (GÓMEZ LÓPEZEGEA: 2004, 113). Parecería bastante evidente,
añade prudentemente, que en este caso el número de variables que pueden incidir en esta tendencia es enorme. Así, en la investigación presentada por el autor, las mujeres consultadas
contestan a la pregunta de cómo afecta a su relación de pareja el que ellas trabajen, destacando
el aumento del grado de independencia económica y psicológica, el incremento de riqueza
intelectual de la pareja y su situación de igualdad en la aportación al hogar (Gráfico 16). Sin
embargo, como contrapartida a este enriquecimiento mutuo y al aumento de independencia,
puede observarse también cómo la mayoría de
las mujeres achacan a esta situación el que la
mayoría de las labores del hogar recaigan sobre
ella, que falte tiempo para comunicarse mejor en
pareja y, en menor medida, que pone en peligro
la estabilidad de la pareja.
No es lo mismo, sin embargo, los problemas
que pueda ocasionar en el seno familiar el trabajo
de la mujer como tal, que los que puedan derivarse directamente de las dificultades para conciliar.
En este sentido, los datos ofrecidos por el Instituto
de la Mujer ayudan a completar la anterior imagen
de los conflictos provocados por el trabajo femenino, (INSTITUTO DE LA MUJER: 2005, 86 y ss.). La
mayor frecuencia se observa en los conflictos vinculados al cuidado asistencial. Así, el 74% de las
personas encuestadas mostraba su acuerdo en que
el cuidado de personas mayores dependientes
provoca conflictos en el seno de la familia; en
segundo lugar, un 65,7% identificaba conflictos
relacionados con la incomunicación familiar debidos a las dificultades para conciliar la vida familiar
y laboral; un 60% de los encuestados considera
que las dificultades para compatibilizar la vida
familiar con la laboral deterioran la educación de
los hijos; y un 57% reconocen los conflictos familiares de carácter general derivados de la conciliación.
De acuerdo con la especificación anterior de
Gómez López-Egea, sería desmedido y desde todo
punto de vista falso achacar tanto solamente al propio trabajo femenino o incluso a las dificultades de
conciliación, todos los problemas por los que atraviesa en la actualidad la familia en España (y, se
puede decir, en la gran mayoría de países de la
59
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 60
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS (2004): Opiniones y actitudes sobre la familia.
60
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 61
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
UE). Lo que los datos anteriores muestran con bastante claridad, no obstante, es que ambos factores
se han incorporado a la ya extensa lista de motivos
de tensión y desintegración familiar arrastrados
por las últimas generaciones, acentuando el deterioro de la ya tambaleante percepción de seguridad de la pareja y de la familia que tanto hombres
como mujeres compartían hasta no hace tantas
décadas.
carácter conflictivo que tiene la vida en pareja
como de las altas posibilidades de tener que
enfrentarse de nuevo solas a su propia vida en un
periodo de tiempo más o menos largo, su propia
carrera profesional se constituye como una tabla
de salvación, un instrumento que puede garantizarles un futuro independiente de su pareja y sin el
cual la incertidumbre se haría difícilmente llevadera.
Las dos caras de la moneda, dependencia (y
sacrificio), por un lado, y seguridad por el otro, son
las dos claves que permiten actualmente entender
la encrucijada en la que muchas mujeres se
encuentran en la actualidad. El contrato familiar
que regía los hogares de sus abuelas era muy diferente: cada cual en el hogar tenía claro su papel
dentro de él y cada cual conocía, a su vez, los respectivos sacrificios que traían consigo estos papeles, que eran aceptados como algo normal para el
buen funcionamiento y la supervivencia de la familia que, a su vez, había de procurarles una base de
estabilidad y de protección hasta los últimos días
de sus vidas. Hoy en día, por el contrario, sus nietas
perciben la propia situación muy diferente. La
familia ya no es, ni para ellas ni para sus parejas, la
institución segura que era antes, por lo que las
reglas, necesariamente, han de cambiar, acorde
con la nueva situación. Especialmente para las
mujeres, perfectamente conscientes tanto del
Los valores abstractos de igualdad, relegados a un segundo plano a lo largo de la trayectoria
vital de las mujeres (y los hombres), encuentran en
este argumento, puramente práctico, su más poderoso acicate. Se es consciente, por un lado, de
que sacar adelante una familia exige sacrificios
pero, por otro, éstos no serán ya aceptados sin
un minucioso cálculo racional de costes y beneficios individuales, ya que tanto el matrimonio
como el tener hijos son percibidos como una
amenaza para la carrera profesional de la
mujer, a diferencia de lo que sucede con la de los
hombres. Concretamente, atendiendo a los datos
del CIS sobre opiniones y actitudes hacia la familia
(Gráfico 17), el 22,1% de los encuestados reconoce
el matrimonio como un obstáculo para la vida profesional de la mujer, frente a solamente un 3% que
así lo reconoce para la del hombre. Por su parte, el
hecho de tener hijos es considerado un obstáculo
para la vida profesional de la mujer por un 57,7%,
61
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 62
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: CIS: Fecundidad y valores en la España del siglo XXI.
62
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 63
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
mientras que, de nuevo, solamente un 7,6% lo considera así en el caso del hombre. En ambos casos,
la percepción de los españoles se sitúa en la media
europea, pudiéndose constatar que las máximas
diferencias en las percepciones tanto del matrimonio como de los hijos sobre la vida laboral de hombres y mujeres se dan en Italia, Holanda y España,
mientras que las mínimas son en Francia y Bélgica,
(Eurobarómetro, 39).
Cabe preguntarse, llegados a este punto,
¿se ha convertido el matrimonio en una institución pasada de moda? Las cuatro quintas partes
de la población española, el mismo porcentaje
que se registraba a comienzos de los año ochenta, sigue considerándolo una institución en plena
actualidad, (VALDIVIA: 2000; CIS: 2006). La edad,
como ya vimos en el caso de otras cuestiones de
gran importancia relacionadas con la conciliación, vuelve a ser una de las variables con mayor
fuerza disgregadora. Así, mientras solamente un
12% de las mujeres entrevistadas en el 2006 de
65 y más años mostraba su acuerdo con que el
matrimonio es una institución anticuada, entre la
población femenina de 25 a 49 años, el rango de
edad propicio para el matrimonio, esta proporción asciende hasta un 26,4%, llegando hasta un
29,1% para el caso de los más jóvenes, de 15 a 24
años, casi la tercera parte de la población femenina en este tramo de edad. Sin embargo, para
este caso concreto, y a la vista de la práctica
inmovilidad de las opiniones en este aspecto
desde hace ya más de un cuarto de siglo, no parece conveniente apresurar conclusiones sobre la
desintegración de la institución matrimonial en
base a la edad, pudiendo tener mayor relación
con el espíritu generacional de cada época que
con la época en sí.
Sin embargo, no pocos autores han postulado
ya la idea de que las uniones de hecho son parte
de la estrategia de las mujeres con altos niveles
educativos y proyectos profesionales para
encontrar la pareja adecuada que les permita
conciliar el empleo y la familia. En este sentido,
se ha comprobado cómo, en las uniones de hecho,
la división de trabajo doméstico y del cuidado de
los niños es más igualitaria, en parte por las características educativas y ocupacionales de estas
parejas, diferentes a las de los matrimonios, y en
parte por el carácter que este tipo de relaciones
imprimen a los hombres, (JURADO: 67). Se hace
necesario tener presente que el matrimonio, independientemente de otros factores como una mayor
seguridad con respecto a la fidelidad de la pareja
o a las condiciones de una posible ruptura, como
medio para garantizar los derechos de los hijos o
como símbolo del amor entre los cónyuges, es también considerado por más de la mitad de la población española (53,1%) como un medio para “hacer
63
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 64
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
Fuente: Elaboración propia sobre datos del INE y del IGE.
64
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 65
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
la vida cotidiana más práctica” (CIS: 2004), un factor que no conviene subestimar a la hora de comprender la deserción de las mujeres con empleo y
con altos niveles educativos.
3.2. Descenso de la fecundidad
Se ha señalado a menudo que probablemente uno de los impactos más destacables de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, así
como de la falta de medidas adecuadas de conciliación, ha sido el retraso de la entrada al matrimonio. Este cambio, como es de suponer, no se produce únicamente por la incorporación de las mujeres
al ámbito laboral. Influyen otros factores, entre los
que pueden contarse un cambio cultural en la
forma de concebir a los hijos, el aumento de los
precios de la vivienda, en España hasta límites
insólitos frente al resto de los países de la UE, la
precariedad laboral, etc. Sin embargo, la incorporación de la mujer en la Universidad, unida a las
dificultades y la inseguridad implícitas en los primeros trabajos y a la inseguridad práctica (frente a
la legal) de perder el trabajo o quedar fuera de sus
carreras profesionales, ha influido mucho en este
retraso. Así, como puede comprobarse en el
Gráfico 19, la edad media de maternidad aumenta
desde 1975 hasta 2000 desde los 28,8 años a los 32,
la edad media de las madres al primer hijo de 25,2
a 29 y al segundo hijo de 28,2 a 32,1.
Una de las consecuencias más significativas
de este retraso de la maternidad ha sido la disminución de la tasa de fecundidad, en el caso de
España muy por debajo del umbral de reemplazo
(2,10 por mujer) hasta situarnos en una de las tasas
más bajas de Europa: la mitad de las mujeres en
edad fértil no tienen ningún hijo. La razón fundamental por la que las mujeres afirman no tener
hijos es la laboral, además de su situación económica, que lógicamente está bastante relacionada
con la anterior, (GÓMEZ LÓPEZ-EGEA, 2004). Sin
embargo, en este contexto se hace necesario precisar y determinar con mayor criterio qué hace
descender la natalidad, si el aumento del empleo
femenino como tal o, por el contrario, la falta de
condiciones para la conciliación.
El papel desempeñado por la feminización
del empleo en la caída de las tasas de fecundidad
no solamente en España, sino en toda Europa, ha
sido objeto de un intenso debate académico y político. Es un hecho que el descenso de la fecundidad
ha corrido paralelo en el mismo periodo de tiempo
a la progresiva incorporación de la mujer en el
mercado laboral. Sin embargo, como subraya
Macinnes, la correlación no es lo mismo que la
relación causa-efecto. La relación entre empleo
femenino y fecundidad es compleja. El empleo
femenino, por ejemplo, aparte de sustituir los cui-
65
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 66
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
dados infantiles, también los facilita, entre otras
cosas por el aumento de ingresos que origina. El
anterior autor señala que parte del problema estriba en distinguir entre los datos trasversales que
comparan la realidad de diferentes países en
momentos parecidos y los datos longitudinales,
que examinan el comportamiento de distintas
cohortes en un mismo país, pero en distintos
momentos. Los primeros muestran que, si comparamos la relación entre fecundidad y el empleo
femenino en unos países y otros, vemos que dicha
relación se ha invertido en las últimas tres décadas.
Hace treinta años, los países con bajas tasas de
empleo femenino eran, a su vez, los que contaban
con las mayores tasas de fecundidad, sucediendo
lo mismo al contrario. Pero en estos momentos
sucede justo a la inversa, siendo los países con
mayor fecundidad los que, a su vez, cuentan con las
tasas de empleo femenino más altas, al menos dentro del marco de la OCDE. Estos datos trasversales,
concluye Macinnes, indican que una alta tasa de
empleo femenino, como la correspondiente a los
países nórdicos, no supone por sí misma una barrera a una alta fecundidad, aunque pueden hacer
falta otras relaciones e instituciones sociales para
que ambos parámetros sean compatibles, (MACINNES: 2005, 42-43).
La caída de la fecundidad, por lo tanto,
no depende tanto de la incorporación de la
66
mujer al mercado de trabajo como de las circunstancias que rodean esta incorporación y
los desajustes que éstas producen. Para comprender este fenómeno en todas sus dimensiones, será necesario, por lo tanto, atender a las
dificultades que surgen de compaginar la actividad laboral con el cuidado de los hijos y las tareas domésticas, así como a los datos expuestos
anteriormente sobre la percepción que tienen los
españoles de los hijos como un obstáculo para la
carrera de la mujer y el sentimiento de culpabilidad que surge, especialmente en el caso de las
madres frente a los hijos.
La incorporación laboral, dados los escasos
medios de conciliación, conlleva una drástica disminución del tiempo que comparten los cónyuges
con los hijos, con todas las implicaciones que esto
tiene para la educación de los hijos, especialmente
en aquellos ámbitos más profundos de la educación humana a los que otras instituciones como la
escuela tienen un acceso restringido: la formación
en valores y actitudes fundamentales ante la vida.
En el estudio del anterior autor, un 46% de las
mujeres trabajadoras consideraba “poco” el tiempo compartido con los hijos, y un 15% “muy poco”.
Al mismo tiempo, el 59% de las encuestadas achacan al trabajo esta imposibilidad de compartir con
los hijos su tiempo libre, frente a un 19% que se
decantan por “las tareas del hogar” y un 21% por el
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 67
CRISIS DEL CONTRATO ENTRE GÉNEROS Y DESCENSO DE LA NATALIDAD
“cansancio”, variable, por otra parte, estrechamente relacionada con el trabajo, (GÓMEZ LÓPEZ
EGEA: 2004, 115). Si no se comparte tiempo, que es
precisamente lo que más reclaman los hijos, no hay
trato, ni comunicación con los padres, ni educación
posible. El niño expresa en la mayoría de los
casos una gran ansiedad por pasar tiempo junto
a sus padres y, de no conseguirlo, traslada esa
ansiedad a su comportamiento y su actitud
frente a aquellos que le rodean: hermanos,
compañeros de colegio, amigos, etc. No es raro
que este tipo de proyección de la ansiedad se traduzca en problemas y situaciones que reclamen la
atención de sus padres. Por su parte, los padres, y
especialmente la madre, experimentan un profundo sentimiento de culpa frente a los hijos, a la vez
que sentimientos de deterioro personal provocados por la imposibilidad de cumplir con las expectativas exigidas del rol de madre, (INSTITUTO DE
LA MUJER: 2005, 74).
67
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 68
4
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 69
4. Conclusiones
como son vividos en las actuales circunstancias, pone de relieve la fuerte descompensación existente entre estos factores
como valores instrumentales y como valores finales. Así, mientras la familia, el tiempo libre y el ocio son vistos como valores
finales y como grandes fuentes de satisfacción, el trabajo lo es antes como un medio
que hay que aceptar para conseguir los
anteriores que como valor por sí mismo.
Asimismo, el tiempo libre y el ocio se consolidan no solamente ya como un tiempo
de descanso, sino como antítesis del trabajo, como su antídoto, compensación a la vez
que razón de ser de éste.
A lo largo de las páginas de este monográfico se ha realizado una exploración exhaustiva del
sustrato social de representaciones colectivas,
valores, actitudes y estereotipos que constituyen la
base social y cultural de la falta de conciliación de
la vida laboral, familiar y personal. Este sustrato
puede ser considerado, junto a los factores de tipo
económico y laboral, una de las claves de mayor
importancia a la hora de diseñar políticas de conciliación, tanto por parte de la administración
pública como de las empresas. De manera sucinta,
exponemos a continuación las principales conclusiones que se desprenden de esta exploración:
La familia, el trabajo y el ocio, los tres principales miembros en discordia del fenómeno
de la falta de conciliación, destacan desde
hace ya decenios a la cabeza de la lista de
aspectos más importantes de la vida de los
españoles, a gran distancia de otros aspectos, siendo especialmente relevantes entre
las generaciones más jóvenes, los futuros
trabajadores, madres y padres de familia.
En contraposición, el grado de satisfacción
mostrado con los anteriores aspectos, tal y
Aunque se ha recorrido un largo camino en
la igualación de hombres y mujeres en el
terreno laboral a lo largo de los últimos
decenios del pasado siglo XX, hablar con
propiedad de igualdad de géneros es aún,
entrado el siglo XXI, algo precipitado. Los
países mediterráneos, incluida España,
siguen presentando las máximas diferencias entre las tasas de actividad masculina
y femenina, mientras que los nórdicos son
los que presentan las mínimas. Estas diferencias también se ven reflejadas en lo
que respecta al trabajo a tiempo parcial, a
69
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 70
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
años, sigue siendo muy desproporcionada. El problema se plantea, sin embargo,
al comprobar la legitimación social de la
que disfrutan de los diferentes repartos
de roles. Al tiempo que la maternidad y
la paternidad siguen siendo considerados por una gran proporción de la sociedad como factores que impulsan la autorrealización tanto de mujeres como de
hombres, la realización de labores
domésticas, por el contrario, es considerada una lacra social.
la tradicional división de roles sexuales en
el empleo y la brecha de salarios.
La gran mayoría de la población española se
muestra consciente de la desigualdad real existente en diversos ámbitos sociales entre hombres y
mujeres (especialmente la que se produce en el
ámbito laboral), así como partidaria de conseguir
la igualdad, estimándola como un bien social con
amplios efectos positivos. No obstante, se pone de
relieve que, a pesar del alto grado de consciencia
manifestado, una gran cantidad de valores y estereotipos frente al trabajo femenino siguen fuertemente arraigados en la población española, dando
prioridad al hombre frente a la mujer y desacreditando la valía de la población femenina para desarrollar las actividades laborales.
70
De forma similar, si bien las ideas de
igualdad parecen haber tenido una
buena acogida entre la población española a la hora de establecer la repartición
ideal de roles en el hogar, ésta solamente parece haber empapado la epidermis
de la conciencia social, al no reflejarse en
los hábitos cotidianos. La proporción de
tiempo invertida por hombres y mujeres
en las tareas domésticas, pese a haber
confluido levemente durante los últimos
A la hora de tomar una decisión sobre la
repartición de roles laborales y domésticos, los miembros de la pareja tienen muy
en cuenta el coste de oportunidad de la
pérdida del trabajo de uno o del otro,
pesando además a favor del hombre el
prejuicio biologicista según el cual la
mujer no solamente necesita tener y criar
a los hijos, sino además es la única realmente preparada para hacerlo. El efecto
negativo de la maternidad sobre el
empleo aumenta a medida que lo hace el
número de hijos en el caso de la mujer,
siendo la tasa de empleo de las madres
con más hijos sistemáticamente más débil
que la de aquellas que no tienen ninguno,
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 71
CONCLUSIONES
a diferencia de lo que sucede en el caso
del empleo masculino.
Como consecuencia de lo anterior, las
mujeres han de hacer esfuerzos desesperados para no desligarse totalmente del
ámbito laboral. Los primeros años de
maternidad son asumidos por la mujer
como años de grandes sacrificios personales tanto en el terreno laboral como en el
familiar, aceptados con la esperanza de
poder reengancharse más adelante. La
ayuda de la red familiar, concretamente de
los abuelos, y el servicio doméstico serán
estrategias muy valoradas para hacer frente a este gran reto.
El desequilibrio entre géneros a la hora de
afrontar tanto la carga familiar como las tareas domésticas y la falta de medidas de conciliación han erosionado la convivencia familiar, sumándose a la larga lista de factores de
su desestabilización. Asimismo, esta situación hace cada vez más consciente a la mujer
de la necesidad de un trabajo estable, ya no
sólo como fuente de autoestima o escenario
de relaciones sociales, sino como seguro
ante una situación que se sabe cada vez más
inestable y efímera. En esta situación, la
mujer es cada vez más consciente no sólo de
los sacrificios que implica sacar adelante
una familia, sino también del peligro que su
asunción implica para su propio futuro.
71
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 72
5
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 73
5. Bibliografía, bases
sociales y culturales
de la conciliación
AYERBE, M. (2000): El trabajo, en Andrés Orizo, F.;
Elzo, J. (dir.): España 2000, entre el localismo y la
globalidad. La Encuesta Europea de Valores en su
tercera aplicación, 1981-1999, Madrid, SM., págs.
157-179.
CALLEJO GALLEGO, J. (2005): Estrategias temporales: relaciones entre tiempo de trabajo remunerado
y tiempo de trabajo doméstico, en Cuadernos de
Relaciones Laborales, vol. 23, nº 1, págs. 175-204.
CANTERAS MURILLO, A. (2003): Sentido, valores y
creencias en los jóvenes, Madrid, INJUVE.
CIS (2003): Sondeo sobre la Juventud Española
2003 (tercera oleada), estudio 2.536, septiembre
2003.
http://www.cis.es/cis/export/sites/default/
Archivos/Marginales/2600_2619/Es2607.pdf
CIS (2006): Barómetro mayo, estudio 2.644, disponible en http://www.cis.es/cis/opencms/
Archivos/Marginales/2640_2659/2644/
Cru2644_enlace.html
CIS (2006): Barómetro marzo, estudio 2.636.
CIS (2006b): Fecundidad y valores en la España del
siglo XXI, Tabulación por edad, Avance de resultados, estudio 2.639, abril-mayo.
COMAS DÁRGEMIR, D. (1995): Trabajo, género y
cultura. La construcción de desigualdades entre
hombre y mujeres, Icaria, Barcelona.
CONDE, F. (2000): El estrés en las mujeres trabajadoras: sus causas y sus consecuencias, CIMOP,
Instituto de la Mujer, Madrid.
DUMAZEDIER, J. (1974): Sociology of leisure,
Amsterdam, Elsevier.
CIS (2004): Opiniones y actitudes sobre la familia,
distribuciones marginales, estudio 2.578, octubrenoviembre, disponible en:
http://www.cis.es/cis/export/sites/default/
Archivos/Marginales/2560_2579/Es2578.pdf
GARCÍA-MINA, A. (dir.): La desigualdad de género
en el inicio de la maternidad/paternidad y su
influencia en el conflicto trabajo-familia,
Universidad Pontificia de Comillas, Madrid.
CIS (2005): Barómetro mayo, estudio 2.607, disponible en:
GIL GALVÁN, M. R. (2005): La dialéctica mujerempleo: análisis de una realidad social, política,
laboral y educativa, ed. Aljibe, Málaga.
73
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 74
BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA LABORAL, FAMILIAR Y PERSONAL
GÓMEZ LÓPEZ-EGEA, S. (2004): La incorporación
de la mujer al mercado laboral: implicaciones personales, familiares y profesionales y medidas
estructurales de conciliación en Sagardoy
Bengoechea, J. A.; de la TORRE GARCÍA, C.: La
conciliación entre el trabajo y la familia, un análisis
del empleo en la comunidad de Madrid, ed. Cinca,
Madrid, págs. 105-122.
GONZÁLEZ-ANLEO SÁNCHEZ, J. (2006): Jóvenes e
integración social, en Jóvenes Españoles 2005,
Fundación Santa María, Madrid, págs. 111-184.
INSTITUTO DE LA MUJER (2005): Estudio sobre la
conciliación de la vida familiar y la vida laboral:
situación actual, necesidades y demandas,
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales , Madrid.
JÓVENES ESPAÑOLES 2005 (2006), Madrid,
Fundación Santa María, ed. SM.
JURADO, T. (2005): Las nuevas familias españolas,
en González, J. J.; Requeña, M. (eds.): Tres décadas
de cambio social en España, Madrid, Alianza
Editorial.
LÓPEZ LÓPEZ, Mª T.; VALIÑO CASTRO, A. (2004):
Conciliación Familiar y Laboral en la Unión
74
Europea.Valoración de las políticas públicas,
Consejo Económico y Social, Madrid.
LLÉS LAZO, C. (2004): Líneas de investigación en
materia de conciliación, USMR-CCOO; CSI-CSIF;
UGT-Madrid, Madrid.
MACINES, J. (2005): Diez mitos sobre la conciliación
de la vida laboral y familiar, en Cuadernos de
Relaciones Laborales, vol. 23, nº 1, págs. 35-70.
MARTÍN SERRANO; M. y VELARDE HERMIDA, O.
(2001): Informe Juventud en España 2000, Injuve,
Madrid.
ORIZO, A.; ELZO, J. (dir.): España 2000, entre el
localismo y la globalidad. La Encuesta Europea de
Valores en su tercera aplicación, 1981-1999,
Madrid, SM.
REQUENA, M (1994).: Juicios morales y prejuicios
sociales, en Martín Serrano, M. (dir.): Historia de
los cambios de mentalidades de los jóvenes entre
1960-1990, Madrid 1994, INJUVE.
RITZER, G. (1975): Sociology: a multiple paradigm
science, Boston, Allyn and Bacon Inc.
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 75
BIBLIOGRAFÍA BASES SOCIALES Y CULTURALES DE LA CONCILIACIÓN
RODRÍGUEZ, A. (1996): “Del reparto del empleo al
reparto del trabajo” en Rodríguez, A. (ed.):
Reorganización del trabajo y empleo de las
mujeres, Germania, Barcelona, págs. 11-50.
SILVESTRE, M. (2000): Los valores básicos de la
sociedad, en Andrés Orizo, F.; Elzo, J. (dir.): España
2000, entre el localismo y la globalidad. La Encuesta
Europea de Valores en su tercera aplicación, 19811999, Madrid, SM, págs. 25-48
TOBÍO, C. (2005): Madres que trabajan, Dilemas y
estrategias, Madrid, ed. Cátedra.
TORNS MARTÍN, T. (2005): De la imposible conciliación a los permanentes malos arreglos, en Cuadernos
de Relaciones Laborales, vol. 23, nº 1, págs. 15-32.
TRILLA BERNET, J. (1999): Ocio y tiempo libre en la
historia, en Diputación Foral de Gipuzkoa: Nuevas
pautas de ocio de los jóvenes, Gipuzkoa, págs. 60-69.
VALDIVIA, C. (2000): La familia, en Andrés Orizo,
F.; Elzo, J. (dir.): España 2000, entre el localismo y la
globalidad. La Encuesta Europea de Valores en su
tercera aplicación, 1981-1999, Madrid, SM, págs.
107-155.
VELARDE HERMIDA, O. (1994): Los valores en
torno a la familia y la sexualidad en Martín
Serrano, M.: Historia de los cambios de mentalidades de los jóvenes entre 1960-1990.
WEBER, M. (1969): La ética protestante y el espíritu
del capitalismo, Barcelona, ed. Península.
75
Monográfico Bases Soc 4
12/3/08
11:04
Página 76
12/3/08
16:44
Página 1
ÁREA DE GOBIERNO
DE FAMILIA
Y SERVICIOS SOCIALES
Bases sociales y culturales de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal
cub. Monografico Bases 4
4
Bases sociales y culturales de la conciliación
de la vida laboral, familiar y personal